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Universidad de El Salvador

Facultad de Medicina Filosofía General


Departamento de Filosofía Código: FIG1104
Docente: Fátima Durán Ciclo I -2024

Lectura 1. Antecedentes de la filosofía

«La verdadera función social de la filosofía reside en la crítica de lo establecido […]. La meta
principal de esta crítica es impedir que los hombres se abandonen a aquellas ideas y formas
de conducta que la sociedad en su organización actual les dicta. Los hombres deben aprender
a discernir la relación entre sus acciones individuales y aquello que se logra con ellas, entre
sus existencias particulares y la vida general de la sociedad, entre sus proyectos diarios y las
grandes ideas reconocidas por ellos.»
HORKHEIMER, M.: «La función social de la filosofía» (1940),
en Teoría crítica, Buenos Aires, Amorrortu, 1974.

Actividad introductoria

Antes de contestar las siguientes preguntas, reflexiónalas y, posteriormente, anota las


respuestas en tu libreta; al final, compártelas con tus compañeros de clase.

1. ¿Qué sabes sobre la filosofía? 4. ¿Cuál consideras que es el origen del


2. ¿Qué esperas de esta materia? conocimiento?
3. ¿Qué es un mito? ¿Cuáles mitos 5. ¿Qué significa que algo sea racional?
conoces? 6. ¿Para qué crees que sirven las preguntas?

Escultura: La Dama del Manzanares


Filosofía en la música
Escucha la canción:
https://www.youtube.com/watch?v=vAJf4g4v72U

“¿Quiénes somos? ¿De dónde venimos? ¿Adónde vamos?”


Siniestro total

¿Cuándo fue el gran estallido?


¿Dónde estamos antes de nacer?
¿Dónde está el eslabón perdido?
¿Dónde vamos después de morir?
¿Qué son los agujeros negros?
¿Se expande el universo?
¿Es cóncavo o convexo?

Coro:
¿Quiénes somos?, ¿De dónde venimos?
¿A dónde vamos?
¿Estamos solos en la galaxia
O acompañados?
Luego de analizar la canción, responde:
¿Y si existe un más allá?
¿Y si hay reencarnación? 1. ¿Crees que son necesarias/importantes las
preguntas que se realizan en la canción? ¿Por
[Coro] qué?
2. ¿Te habías realizado alguna de esas preguntas
¿Qué es el ser?, ¿Qué es la esencia? antes?
¿Qué es la nada?, ¿Qué es la eternidad? 3. ¿Cuáles fueron las respuestas que obtuviste?
¿Somos alma?, ¿Somos materia? ¿De qué tipo fueron? ¿Quién te las facilitó?
¿Somos sólo fruto del azar? 4. ¿Crees que alguien podría dar las respuestas
¿Es fiable el carbono 14? últimas a todas esas preguntas?
¿Es nuestro antepasado el hombre de Orce? 5. ¿Qué es la verdad?
6. ¿Aceptarías respuestas provenientes de
[Coro] diferentes tipos de conocimiento para una
misma pregunta?
¿Y si existe un más allá? 7. ¿Afrontarías el cuestionamiento de tus
¿Y si hay reencarnación? creencias?
8. ¿Crees que tememos más al cuestionamiento
[Coro x2] de nuestras creencias o a que otros nos
juzguen?
Introducción
Desde tiempos inmemoriales, el ser humano, a diferencia de los demás seres que habitan la
tierra, ha gozado de una constante inquietud de saber. Este deseo de escrutar su entorno y de
comprenderse a sí mismo, ha sido una exigencia propia de su ser. Muy atinada es la reflexión
que sobre el particular, realiza el filósofo de la ciencia de origen argentino, Mario Bunge, al
inicio de una de sus obras: “Mientras los animales inferiores sólo están en el mundo, el
hombre trata de entenderlo” (La ciencia, su método y su filosofía, 1959).
A lo largo de la historia del pensamiento humano, en Oriente u Occidente, la humanidad se
ha esforzado por entender el mundo al que pertenece, y al mismo tiempo entenderse ella
misma; algunas veces con acierto, otras no tanto, lo cierto es que, en ese desasosiego por
hallar respuestas que satisfagan su sed de saber, la civilización humana ha debido
experimentar incontables contradicciones; así, a partir de la duda, algunas veces ha
encontrado la razón, de la ignorancia ha hecho emanar la verdad y de la incredulidad ha
resultado la fe. No obstante, en algunas otras ocasiones, el ser humano no ha encontrado más
que vacío y penumbra, cuando pretendió llenar su espíritu de claridad. Si el ser humano tiene
una innata sed de saber, qué mejor forma de cuestionarse quiénes somos y qué hacemos en
este mundo.
La Filosofía no será la única forma por medio de la cual se acceda a la verdad –que es una
sola, pero tiene muchas manifestaciones– sin embargo, constituye una visión crítica de la
realidad, desprovista de concepciones míticas y sensacionalistas; ésa, es la visión que se
desea presentar en estos Apuntes de Filosofía.
A lo largo del devenir histórico de la humanidad, la civilización ha buscado respuestas que
satisfagan sus múltiples inquietudes. El presente escrito es sólo un esfuerzo más de esa
inquietante pasión del ser humano por la búsqueda de la verdad, en aras de comprender el
mundo que le rodea, comprenderse a sí mismo, e intentar entender la trascendencia. Si se
logra una parte, al menos, de estos propósitos, el esfuerzo ha valido la pena… (Apuntes de
filosofía, 2016)
Tipos de conocimiento
La historia de la humanidad empezó hace cientos de miles de años y prácticamente desde que
el ser humano empieza a tener conciencia del mundo, de las cosas que le rodean, conciencia
de sí mismo, de los demás; busca intensamente explicaciones que le satisfagan; en ese intento
de encontrar explicaciones nacen diferentes tipos de conocimiento; precisamente por la
necesidad de descubrir, desentrañar, interpretar y explicar la realidad.
«Nadie puede negar que la historia humana es la historia de cómo el ser humano descubre,
interpreta y explica la realidad.»

Sin embargo, este intento de explicar la realidad, antes de llegar a la filosofía, pasó por etapas
previas; pues la evolución del pensamiento humano fue lenta. El ser humano debió dominar,
previamente, otras cosas vinculadas con
su subsistencia, como el clima, sus
necesidades primarias, crear el lenguaje,
etc.
Piensa en cómo fue la vida de nuestros
antepasados primitivos, e imagínate cómo
intentarían explicar el mundo...
En efecto, para llegar al pensamiento
filosófico el ser humano tuvo de superar
muchas cosas, pues todo lo que le rodeaba
le era desconocido y sus experiencias con
la realidad eran limitadas; pero a partir de
ello, empieza a construir las
explicaciones, que reflejan su actitud ante la realidad. El resultado de estas explicaciones son
los diferentes tipos de conocimientos que manejamos hasta nuestros días, cada uno de los
cuales ha contribuido de manera única a nuestra comprensión del cosmos y de nosotros
mismos, estos son:
A. El mito y la magia
Fue el primer intento de explicar la realidad y debió perdurar muchos años. Su característica
es que en este período el ser humano explica su medio, acudiendo a “mitos” que se
transmitían de generación en generación, eran explicaciones sin mucho fundamento que
incluso llegaban a atribuir a ciertos fenómenos como la lluvia o el fuego características de
seres vivos, es decir, animistas; ahora esto nos parece irrisorio, pero pensemos un poco, cómo
el hombre primitivo podría explicarlos. Aunque resulte difícil de pensar, estas explicaciones
fueron los inicios rudimentarios del pensamiento científico y filosófico.

¿Qué son los mitos?

Son relatos tradicionales, normalmente orales, que contienen hechos


fantásticos y personajes fabulosos como dioses, semidioses, héroes y otros
seres con poderes sobrenaturales o excepcionales con los que los pueblos
antiguos trataban de dar explicación a hechos y fenómenos que no podían
comprender, tales como el rayo y el trueno, los terremotos o la creación del
universo.

Uno de los mitos que más importancia ha tenido a la largo de la historia occidental ha sido el
mito de Adán y Eva, escrito en el libro del Génesis de la Biblia. En este mito, Eva ocupa el
lugar central de la historia, representando dos papeles muy importantes: por un lado, es la
primera mujer de la historia y, por otro, es la que se deja llevar por el despertar de la
curiosidad a la hora de morder una fruta que le había
sido prohibida sin recibir explicación alguna a cambio.
Una curiosidad que se convertirá en la actitud filosófica
por excelencia.
Desde una perspectiva teológica, esta historia es
fundamental para muchas tradiciones religiosas y se
interpreta como un relato sobre el origen de la
humanidad, el pecado, y la necesidad de la redención.
Sin embargo, en muchas culturas, los mitos también son
considerados como formas de transmitir sabiduría,
valores y explicaciones sobre el mundo que van más
allá de la simple narración de eventos históricos.
En este contexto, el mito no implica necesariamente una
historia falsa, sino más bien un relato simbólico que busca explicar aspectos fundamentales
de la existencia humana, la naturaleza, o la relación entre los humanos y lo divino.
Otro ejemplo clásico de mito es el mito de Prometeo, que proviene de la mitología griega.
Prometeo era un titán conocido por su astucia y su afinidad con los seres humanos. Según la
historia, después de crear a los seres humanos a imagen de los dioses, Prometeo deseaba
otorgarles conocimiento y habilidades para mejorar sus vidas.
En un acto de desafío contra la voluntad de
Zeus, el dios supremo, Prometeo robó el
fuego de los dioses y lo entregó a los
humanos. El fuego simboliza el
conocimiento y la civilización. Como castigo
por este acto, Zeus condenó a Prometeo a un
castigo eterno: ser encadenado a una roca,
donde un águila (o buitre, dependiendo de la
versión del mito) lo devoraría diariamente,
solo para que su hígado volviera a
regenerarse durante la noche.
Este mito de Prometeo aborda temas fundamentales como la rebelión contra la autoridad
divina, la generosidad hacia los seres humanos, y el sufrimiento como consecuencia de
desafiar el orden establecido. A lo largo de la historia, el mito de Prometeo ha sido
interpretado y reelaborado en diversas formas literarias y artísticas, convirtiéndose en un
relato fundamental dentro de la mitología griega y una reflexión sobre el papel de la
humanidad en el universo.
Por otro lado, el misticismo y lo sobrenatural dan forma a un conocimiento mágico,
buscando controlar fuerzas invisibles mediante rituales y prácticas específicas. Cabe
mencionar que el pensamiento mágico ha estado presente en diversas culturas y períodos de
la historia humana. Este tipo de pensamiento se caracteriza por la creencia en la existencia
de conexiones causales no racionales, donde acciones simbólicas o rituales pueden influir en
eventos a distancia de manera inexplicable desde una perspectiva científica.
El pensamiento mágico a menudo se asocia con las primeras etapas del desarrollo humano,
cuando las explicaciones sobre los fenómenos naturales eran principalmente mitológicas o
místicas. En las sociedades antiguas, las prácticas mágicas estaban intrínsecamente ligadas a
la religión y al intento de influir en las fuerzas sobrenaturales para obtener beneficios o
protección.
Por ejemplo, en la antigua Mesopotamia, Egipto, Grecia y Roma, así como en las culturas
indígenas de América y África, se encuentran ejemplos de pensamiento mágico en forma de
rituales, amuletos y hechizos. En estas sociedades, la magia estaba integrada en la vida
cotidiana y se utilizaba para explicar eventos, prevenir desgracias o buscar favores divinos.
El pensamiento mágico también jugó un
papel importante en la Edad Media,
especialmente durante la época de la brujería
y la alquimia. Se creía en la existencia de
fuerzas ocultas y prácticas místicas que
podrían alterar la realidad. Sin embargo, es
importante señalar que el pensamiento
mágico no se limita a un periodo específico;
ha persistido en diversas formas a lo largo de
la historia y, en algunos aspectos, sigue
presente en ciertos aspectos de la sociedad
contemporánea. En la actualidad, aunque
muchos aspectos del pensamiento mágico
han sido reemplazados por explicaciones
científicas, aún pueden encontrarse
manifestaciones en tradiciones culturales,
supersticiones y prácticas espirituales.
B. La religión
Con el desarrollo de las civilizaciones, los sistemas de conocimiento religioso emergieron,
ofreciendo respuestas al propósito de la vida y estableciendo normas éticas para la
convivencia. Las religiones se convirtieron en un faro moral y espiritual, influyendo en la
configuración de sociedades y estructuras políticas.
En la antigüedad, la religión se
La religión
manifestó de una manera diferente a
las religiones que conocemos hoy
El conocimiento religioso se caracteriza porque el en día. El pueblo griego no contó
ser humano explica la realidad o los fenómenos
con textos sagrados; así, los poemas
que le son desconocidos atribuyéndolos a seres
fuera del contexto en que vivimos (divinidades). homéricos de La Ilíada y La Odisea
y los de Hesíodo tales como
Teogonía y Los Trabajos y los días,
constituyeron para los griegos un eficaz sustento espiritual, es decir, representaron para los
antiguos helenos lo que para el judaísmo representó La Thorá, o libro de la Ley, y en general,
el Antiguo Testamento para todos los hebreos. (Apuntes de Filosofía, 2016)
En Homero y Hesíodo, el ser humano, la naturaleza y en general todo cuanto existe tienen
una relación íntima con lo divino, porque nada sucede sin la intervención de los dioses. Zeus,
Poseidón, Apolo, Afrodita, entre otras son fuerzas naturales que se personifican o se les da
una forma humana, con todas las cualidades propias del ser humano. En todo caso, los dioses
son entidades que poseen las mismas cualidades que tiene cualquier persona en particular;
pero amplificadas e idealizadas.
Es importante subrayar que “los dioses griegos están situados dentro del mundo; son
descendientes del cielo y de la tierra, las dos mayores y más relevantes partes del universo;
y se generan por obra del ingente poder de Eros, el cual pertenece igualmente al mundo como
una primera fuerza omnigeneratriz. Están, pues, sujetos a lo que llamaríamos una ley natural,
aun cuando el espíritu hipostático de Hesíodo se representa esta ley como un dios entre otros
más bien que como un principio gobernador de todas las cosas. Pero en la concepción
hesíodica encontramos ya el germen de la búsqueda de un principio natural único con que
nos tropezamos en los filósofos posteriores”. (La teología de los primeros filósofos, 1992)
Por tanto, lo que la religión pretende es elevarse por encima de su propio origen humano;
dicho de otro modo, exige a todo ciudadano precisamente el no pretender ir más allá de su
propia condición o existencia humana. (Introducción a la filosofía, 1994)
Posteriormente, al suscitarse la dominación romana, poco antes del siglo II a. C, que arrasó
con buena parte de la cultura griega, la mitología romana terminó siendo una adaptación de
la cultura mítica griega a la Roma imperial (ver cuadro); por lo que la mitología del imperio
va a prevalecer por encima de la cultura griega, aun cuando fue esta última su fuente primera.

Mitología greco-romana
Nombre griego Nombre romano Símbolo Representa a:
Zeus Júpiter Águila/rayo Poder
Hera Juno Pavo real Matrimonio
Deméter Ceres Gavilla/hoz Agricultura
Poseidón Neptuno Tres dientes El mar
Hestia Vesta Fuego Virtudes familiares
Hades Plutón Cuerno La muerte
Atenea Minerva Lechuza/olivo Inteligencia
Hermes Mercurio Alas Comercio
Ares Marte Casco/lanza La guerra
Afrodita Diana Paloma Amor-belleza
Apolo Febo Arco/lira Artes-letras
Artemisa Diana Ciervo Caza-pureza
Dionisos Baco Copa Vino
Eros Cupido Corazón atravesado Amor

Según lo expuesto anteriormente, los poemas griegos y la religión popular expresada en la


multiplicidad de dioses, fueron abonando el terreno que vio nacer la filosofía. Mediante los
poemas y la religión, el mito y los cultos órficos, la fábula y la fantasía se intentaba ofrecer
una explicación al origen del mundo.
En la actualidad, la religión sigue siendo una fuerza significativa en la vida de millones de
personas en todo el mundo, aunque su importancia y su papel varían considerablemente
según la región, la cultura y las creencias individuales. La religión brinda un tipo de
conocimiento que va más allá de la comprensión puramente racional y científica del mundo,
ya que sus reflexiones provienen la fe, esto quiere decir que se basa en las creencias sobre
lo trascendental, lo divino y lo espiritual. Y este conocimiento es transmitido a través de
textos sagrados, tradiciones orales, rituales y experiencias personales, donde se abordan
preguntas fundamentales sobre el propósito de la vida, la moralidad, el destino después de la
muerte y la existencia de un orden cósmico. Por todo lo anterior, la religión contribuye a
proporcionar un marco ético y moral que guía el comportamiento individual y colectivo.
Pero, llegó un momento en que el hombre, deseoso por hallar una respuesta, se cuestionó
acerca de las razones míticas empleadas para explicar, nada menos que la realidad que lo
circundaba. Surge entonces la duda, ¿no habrá otra forma más “humana” y razonable para
explicar el origen del mundo?; ¿acaso serán las ingenuas explicaciones de Homero y las
fantasiosas enseñanzas de Hesíodo las que sustentan la razón de todo cuanto existe? Fue a
partir de ese instante que el ser humano, cuestionándose el mito y la fábula, vio nacer el saber.
(Apuntes de Filosofía, 2016)
C. La filosofía
La filosofía nació en Grecia en el siglo VI a. C. aproximadamente, con la finalidad de sustituir
las explicaciones míticas de los fenómenos naturales por explicaciones racionales. Por este
motivo, al origen de la filosofía se le conoce como el paso del mito al logos, ya que el
pensamiento mítico comenzó a ser sustituido por un pensamiento que, en vez de las creencias,
utilizaba nuestra mejor facultad: la razón.
Por tanto, la filosofía representa una
Logos
búsqueda de respuestas a través de la razón y
el razonamiento lógico. Filósofos de diversas
Término que proviene de la cultura griega culturas exploran las interrogantes
y se traduce como «palabra» o «razón». Se
fundamentales sobre la existencia, la realidad
puede definir como aquel conocimiento
que se adquiere a través de la razón. y la moral, estableciendo las bases para el
conocimiento, en general.
Además, la filosofía nos acerca al conocimiento de los principios primeros o de las causas
últimas de la realidad. El saber filosófico es lo que se llama una cosmovisión, es decir, una
visión integradora de la realidad al completo, en lugar de parcelar el conocimiento en trozos
como hacen las ciencias particulares, la filosofía trata de llegar a la raíz de la realidad, acudir
a lo que está más allá de lo evidente para entender sus causas. Aristóteles dejó constancia al
comienzo de su Metafísica de que toda persona, por su propia naturaleza, desea saber. Por
curiosidad, el ser humano busca una explicación racional del mundo que lo rodea, busca
entenderse a sí mismo y comprender a sus semejantes.
El pensamiento filosófico también
La filosofía
surge cómo un afán de búsqueda y
explicación del mundo que le rodea,
pero a diferencia de sus predecesoras, El texto más antiguo que se conserva con la
palabra filosofía se titula Tratado de medicina
basadas en principios irracionales
antigua, y fue escrito hacia el año 440 a. C. Allí
(fuerzas sobrenaturales, espíritus y se dice que la medicina «moderna» debe
dioses), este tipo de conocimiento orientarse hacia la filosofía porque solo la
logra separar el mito y la creencia del filosofía puede responder a la pregunta «¿qué es
saber humano. La filosofía se enfrenta el ser humano?».
a la realidad en búsqueda de la verdad,
La invención del término filosofía se suele
con base en las capacidades racionales
atribuir al pensador griego Pitágoras de Samos
y diversos procesos de reflexión, que le (siglo VI a. C.), según testimonio de otros
permiten rigurosidad lógica en su autores, pues no se conserva escrito alguno
proceder para demostrar sus suyo que lo confirme.
afirmaciones.
Como se puede inferir, a la humanidad le llevó cientos de miles de años para llegar al
pensamiento filosófico. Y no se puede negar que su aportación a la humanidad se considera
una auténtica “revolución del conocimiento”, ya que con este quedan sentadas las bases de
la ciencia y del pensamiento moderno.
¿Es la filosofía opuesta a la religión?

La filosofía es un saber racional que parte del ser humano y supone la razón, la teología, en
cambio, es un saber divino-humano que supone la fe, que, al modo bíblico de la Carta a los
Hebreos: es garantía de lo que se espera, y prueba de las realidades que no se ven (Hb. 11,1).
El saber filosófico supone el ejercicio de la razón; mientras en la teología se está sujeto a un
dogma, en la filosofía no se está “amarrado” a nada, más que a la razón misma como agente
esencial. La certeza de que el saber racional es autónomo, no está sometido al juicio de una
revelación divina, como sí lo está la teología.

No obstante, de ninguna manera se debe suponer que por observarse marcadas diferencias
entre filosofía y teología, ambos tipos de saber son incompatibles. La teología y la filosofía
son distintas, pero no son excluyentes entre sí. No debe considerarse que porque alguien es
creyente no puede al mismo tiempo cuestionarse alguna verdad, echando mano así, de
alguna argumentación filosófica; y, al mismo tiempo es incorrecto pensar que porque
alguien es filósofo, o realiza alguna actividad ligada con la filosofía, deba ser necesariamente
ateo. En todo caso, la filosofía no es atea en sí misma; ateos son algunos filósofos, aquellos
que proponen una serie de filosofías o doctrinas que contradicen verdades religiosas, cosa
muy distinta a generalizar la tendencia religiosa de los filósofos.

Por lo menos, desde una perspectiva filosófica con orientación teísta, si alguien preguntara
por qué creer en Dios, una respuesta podría ser porque es más fácil aceptar la creencia en el
Ser Superior por la fe, que negarlo por la razón. Si alguien argumentara una razón para
negar a Dios, bien se pueden argumentar mil motivos para creer en Él; y, por el contrario, si
alguna persona sentenciara mil razones para no creer en Dios, se le dirá que una sola razón
es suficiente para aceptar que él existe, y esa razón es que existe el hombre. Esta concepción
tan cartesiana, es un acto de fe y al mismo tiempo una argumentación muy humana, y, por
qué no, hasta filosófica, presente en muchos filósofos, pensadores, científicos e ideólogos a
lo largo de la historia.

La historia ha sido testigo de cómo grandes filósofos fueron hombres de fe, tal es el caso de
San Agustín, obispo de Hipona, converso del paganismo y de corrientes neoplatónicas, que
fue también ejemplar pastor de almas y filósofo renombrado, dentro de la historia
eclesiástica y en los anales de la historia universal. Vigente y ejemplar además es la vida y
obra teológica y filosófica de Santo Tomás de Aquino, por muchos siglos el teólogo y filósofo
oficial de la Iglesia Católica. Caso similar se presenta con Karol Wojtyla, nombre de pila del
papa Juan Pablo II. Él, que en su juventud estudió y enseñó filosofía, es un destacado escritor
de obras filosóficas y asiduo lector de autores ateos como Nietzsche y Marx, fue por más de
un cuarto de siglo el líder espiritual de más de mil millones de católicos en todo el mundo;
su vida fue extraordinaria, por sus dotes intelectuales y su probada espiritualidad.

Los anteriores son solamente algunos ejemplos de cómo se puede ejercitar el saber
haciendo uso de la filosofía y la teología; se destaca que entre ellas existe diferencia, pero
hay suficientes coincidencias para bien del permanente cuestionamiento que hace el ser
humano de todo cuanto lo rodea, y que tanto la filosofía puede estar al servicio de Dios,
como la teología puede estar al servicio de las personas. Si alguien quiere hoy, en pleno siglo
XXI, seguir haciendo la guerra entre religión y filosofía, será más por ignorancia y
terquedad, o por ingenuidad y necedad, porque no hay motivo razonable que exija la
separación a ultranza de ambas orientaciones que, como dijimos, tienen como propósito,
interpretar la verdad aunque por caminos distintos. (Apuntes de filosofía, 2016)
D. Conocimiento científico
Como se ha mencionado, el desarrollo de los tipos de conocimiento anteriores sentó las bases
para que finalmente surgiera el conocimiento científico, impulsado por el método científico
basado en la observación y la experimentación. Este enfoque transformador permitió
comprender el mundo de manera objetiva y verificable, dando lugar a avances tecnológicos
significativos que han remodelado la sociedad y mejorado nuestras vidas.
La ciencia es un saber descriptivo que
nos dice cómo son las cosas y,
dependiendo de los contenidos y los
fenómenos que estudian, se distinguen
unas de otras. Así, la medicina se ocupa
de la salud del cuerpo; la psicología, de la
mente y de sus manifestaciones en la
conducta del ser humano; la ecología, del
orden que hay o debe haber entre los
organismos vivos y el medio ambiente; la
geología, de la estructura de la que está
compuesta la Tierra, etc. En definitiva, esta clase de saber es sectorial, ya que se ocupa de
parcelas de la realidad, progresa y nos aporta información, es experimental, intersubjetivo,
crítico y útil en determinados aspectos vitales para el desarrollo humano. (Filosofía, 2019)
La filosofía, por su parte, tiene como objeto, no el dar respuestas sino más bien el hacerse
preguntas. Por ello se dice que mientras la ciencia es un eterno responder, la filosofía es un
eterno preguntar, es un eterno cuestionamiento, sobre la vida, sobre la existencia, sobre el ser
humano, sobre el comportamiento, sobre el bien, sobre el mal, sobre lo bello y lo sublime,
en fin, sobre el ser y sobre el conocer.
La ciencia da respuestas, pero estas abarcan siempre campos concretos de la realidad. ¿Cómo
se reproducen los animales y las plantas? ¿Cómo se transmite la herencia? ¿Cómo reaccionan
químicamente unas sustancias con otras? ¿Cómo se relacionan la masa y la aceleración para
originar fuerzas físicas? ¿Cómo interactúan los astros en el
espacio-tiempo universal? La filosofía, en cambio, se
pregunta, se cuestiona, no por campos particulares de esa
realidad sino por la esencia misma de la realidad, y aunque
responde, su propósito mismo no está tanto en la respuesta que
da sino en el cuestionamiento mismo.
Pero si bien la ciencia es la que da respuestas y la filosofía la
que se hace preguntas, se acepta que la última de las
respuestas, la respuesta en ultimidad, la respuesta final,
siempre la dará la filosofía. Por ello entonces, está en la
naturaleza del filósofo el hacerse preguntas, y en la del
científico, el dar respuestas. La respuesta que aún no se ha
dado, eso sí, la dará la filosofía.
Bien dice entonces Antonio González que la filosofía, como saber racional, comienza
justamente donde terminan las ciencias, porque el filósofo es justamente, alguien que se
pregunta por la raíz misma de las ciencias.
Otra diferencia fundamental entre Diferencias
filosofía y ciencia es el método que
La filosofía explica que
utilizan. La ciencia trabaja usando el Las ciencias explican las
haya cosas, lo cual ya es
cosas unas por otras. Su
llamado método científico, que más difícil. Su pregunta es:
pregunta es: ¿Cómo son las
incluye tanto la inducción (ir de lo ¿Qué son las cosas? ¿Por
cosas?
qué hay cosas?
particular a lo general), como la
deducción (ir de lo general a lo Las ciencias dan respuestas. La filosofía se hace
particular). El método científico no es Logran conocimientos preguntas. No hay
imperiosamente ciertos y unanimidad alguna acerca
una receta fija, cerrada, esquemática, aceptados universalmente. de lo que conoce.
compuesta de pasos secuenciales
invariables e inmodificables; es más El conocimiento filosófico
El conocimiento científico
bien una guía de trabajo, una brújula, no tiene un carácter
tiene un carácter progresivo.
progresivo. ¿Por qué
que se va construyendo y modificando ¿Cómo nacemos? Desde
nacemos? Muy poco se ha
Hipócrates a la actualidad se
en el curso mismo de la investigación, avanzado desde Platón
ha cambiado y avanzado
y que sólo exige cumplir con tres hasta la actualidad.
mucho.
requisitos: Rigor, apertura y
continuidad.
La filosofía en cambio tiene como método fundamental a la intuición. Cabe hacer algunas
aclaraciones a esto. Se reconocen tres métodos históricos en la filosofía:
a) La mayéutica (Sócrates); esto es, conocer preguntando;
b) La dialéctica (Platón); esto es, conocer dialogando; y
c) La lógica (Aristóteles); esto es, conocer demostrando. (Apuntes para el estudio de
la filosofía, 2010)

Ciencia Filosofía
¿Qué se pregunta? ¿Cómo es el cuerpo humano? ¿Qué estoy haciendo yo aquí?
¿Cómo está constituido el ¿Adónde iremos? ¿Quisimos o no
universo? ¿Cómo reaccionan los quisimos nacer? ¿Cuál es nuestro
ácidos con los metales? ¿Cómo papel en la existencia? ¿Preceden las
se estructuran los minerales? cosas a los conceptos universales o
los conceptos universales preceden
a las cosas?
¿Qué tipos de Los ácidos reaccionan violenta y El hombre es un no-poder-no. El
respuestas da? espontáneamente con los hombre es un ente caído. Todo viene
metales. Los cristales se del agua. Existe la idea. Pienso, luego
estructuran de acuerdo a leyes. existo. Yo sólo sé que no sé nada. El
El universo está constituido por hombre es un ser-en-situación. Los
Hidrógeno y Helio en su mayor universales preceden a las cosas.
proporción.
¿Es la filosofía opuesta a la ciencia?

De lo que se ha visto anteriormente, parecerían incuestionables las diferencias existentes


entre ciencia y filosofía. Sin embargo, en la actualidad, hay una marcada tendencia a
reconocer que, si bien se dan las diferencias señaladas, tanto metodológicas, como de
enfoque, de objetivos de estudio y de los propios intereses, también se advierten fuertes
puntos de acercamiento entre ambas. Expongo aquí la posición que en tal sentido tienen
algunos filósofos de la ciencia.

El filósofo de la ciencia italiano Evandro Agazzi dice que, en la actualidad, las ciencias
buscan también asumir el punto de vista de la totalidad, no sólo en la interpretación de sus
resultados teóricos sino también en la construcción de las propias teorías científicas. La
ciencia exige la coherencia lógica necesaria para que sus resultados sean compatibles con
ciertos criterios muy generales de inteligibilidad. Pero la totalidad es precisamente lo que
caracteriza la perspectiva filosófica en sentido lato y la perspectiva metafísica en particular.

La filosofía y la metafísica no se caracterizan tanto por el hecho de ocuparse de ciertas


cosas o de ciertos tiempos, sino por el modo como se ocupan de ello, o sea, por la
perspectiva de globalidad con la que consideran cualquier objeto del que se ocupan, sin que
esto quiera decir que el estilo de la filosofía sea solamente ese. En realidad, las ciencias
contienen mucha filosofía y mucha metafísica implícitas, y justamente por ello es no sólo
legítimo sino también provechoso discutir en el plano filosófico sus procedimientos
metodológicos y también sus contenidos. En el caso de las ciencias naturales debe
reconocerse que hay en ellas presentes temas y problemas de filosofía de la naturaleza, a los
cuales la formulación científica permite dar una configuración particularmente clara, pero
que no dejan de ser filosóficos, y en ciertos casos, metafísicos.

No es que se trate de subordinar la ciencia a la filosofía o a la metafísica. Esto ya lo intentó


Descartes. Se trata más bien de reconocer la relación de retroalimentación existente
entre el conocimiento científico y el conocimiento filosófico en cuanto a sus propias
reflexiones sobre la naturaleza, relación que realmente ha existido siempre. En resumen,
podría decirse que ahora ya no es posible una filosofía de la naturaleza sin hacer referencia
a la ciencia natural. Todo intento lícito de elaboración de una filosofía de la naturaleza debe
exigir ser hecho desde un adecuado marco del conocimiento científico; toda reflexión sobre
dicho conocimiento científico, entonces, debe ser hecho críticamente desde la pregunta
filosófica, e, incluso, metafísica.

Stephen Hawking, el famoso físico teórico británico, sostiene la necesidad de esta


complementariedad entre ciencia y filosofía. En Historia del Tiempo, una de sus obras más
conocidas, señalaba ya que la ciencia y la filosofía, caminando juntas, representan uno de los
métodos más eficaces de que dispone el hombre para interrogar el universo, pero remarca a
la vez la necesidad de que ambas caminen juntas para superar las insuficiencias de cada una
de ellas, porque, dice:
mientras la ciencia sólo describe por medio de modelos matemáticos
pero no reflexiona acerca de porqué habría un universo que responda a
ellos, la segunda, que debería ocuparse de esa pregunta fundamental,
por haber abandonado a la ciencia ha soslayado dicha pregunta.

Por separado, las respuestas entonces lucen inconclusas; solo juntas, ciencia y filosofía, y
por qué no, también otras formas de conocimiento, podrían llegar a mayores y más
aceptables aproximaciones. (Apuntes para el estudio de la filosofía, 2010)
E. El arte
El arte es un tipo de conocimiento diferente de la forma de conocimiento más académica y
conceptual, que ofrece una comprensión única y significativa del mundo que nos rodea.
Como expresión creativa, el conocimiento artístico, ha sido un medio para reflejar
emociones, cultura e identidad. Por lo que sus productos, obras artísticas, han contribuido a
la comprensión de la experiencia humana, siendo fuente de inspiración y reflexión.
El arte no se limita al
conocimiento intelectual. Gracias
a sus diferentes expresiones (la
pintura, la música, la literatura, la
danza, la escultura, etc.), el arte
tiene la capacidad de expresar y
comunicar emociones,
pensamientos y experiencias
humanas de una manera más
sensorial y visceral, que va más
allá de las palabras o el lenguaje hablado. A través de la estética, el ritmo, el color, el sonido
y el movimiento, el arte puede despertar una gama de respuestas emocionales y físicas que
causan un gran impacto. De esta manera, el arte puede invitar a la interpretación y al análisis,
y dar paso a una comprensión más profunda de temas complejos y abstractos.
Además, a través de la imaginación y la creatividad, el arte brinda la capacidad de crear
mundos imaginativos y ficticios, lo cual, como ya se dijo con el mito, a pesar de ser un
conocimiento que carece de rigurosidad, contribuye sustancialmente a expandir nuestra
comprensión de la realidad.
Por otra parte, la exploración de esas ideas y realidades alternativas puede conllevar desafiar
nuestras percepciones convencionales sobre esa realidad, lo que también puede interpretarse
como cuestionamiento del statu quo. Por lo que, muchos artistas utilizan sus obras para
transmitir no solo mensajes espirituales y
filosóficos que provocan reflexiones sobre la
condición humana y la naturaleza del mundo,
sino también aprovechan la oportunidad de
convertirlas en poderosas formas de transmitir
mensajes de crítica social y política, que
desafían las normas establecidas y cuestionan
las estructuras de poder. En ese sentido, el arte
puede tener la capacidad de provocar el cambio
y transformar la cultura de una sociedad, si así
se desea.
En conclusión, el arte puede ser considerado como un tipo de conocimiento que enriquece
nuestra comprensión del mundo y nos permite explorar y expresar la complejidad de la
experiencia humana de maneras únicas y significativas.
Arte Filosofía

Enfoque y El arte se basa en la creatividad, La filosofía se centra en la


Metodología la expresión y la estética. Los investigación, el razonamiento
artistas utilizan medios como la lógico y el análisis conceptual. Los
pintura, la escultura, la música, filósofos exploran preguntas
la literatura y la danza para fundamentales sobre la existencia,
transmitir emociones, ideas y el conocimiento, la ética, la política
experiencias de manera y la metafísica mediante la
subjetiva y personal. formulación de argumentos, la
reflexión crítica y la evaluación de
evidencia.

Objetivo El arte busca provocar La filosofía busca comprender la


emociones, inspirar reflexión y naturaleza del ser, la verdad y la
comunicar ideas a través de la realidad. Su objetivo es
creatividad y la expresión profundizar en el conocimiento y
artística. Puede tener una la comprensión de conceptos
amplia gama de objetivos, abstractos y cuestiones
desde el entretenimiento y la fundamentales, a menudo con el
belleza hasta la crítica social y objetivo de llegar a conclusiones
la provocación intelectual. racionales y universales.

Métodos de La valoración del arte tiende a La filosofía se evalúa en función de


Evaluación ser subjetiva y estética, la solidez de sus argumentos, la
dependiendo del gusto coherencia lógica y la claridad
personal y las preferencias conceptual. Se valora la capacidad
individuales. A menudo, se de un filósofo para plantear
evalúa en función de su preguntas significativas,
capacidad para transmitir desarrollar argumentos sólidos y
emociones, su originalidad y su llegar a conclusiones
impacto visual o emocional. fundamentadas.

Medio de Los artistas utilizan una Los filósofos expresan sus ideas
Expresión variedad de medios y formas de principalmente a través de la
expresión, desde la pintura y la escritura y el discurso
escultura hasta la música y la argumentativo. Utilizan el
literatura, para comunicar su lenguaje y la lógica para explorar y
visión del mundo y su explicar conceptos abstractos y
experiencia personal. teorías filosóficas.
G. Sentido común
Entre todos estos, el conocimiento de sentido común, basado en la experiencia cotidiana y el
sentido práctico, ha sido un hilo conductor. Es el saber inherente que guía las decisiones
diarias, aportando una comprensión intuitiva del mundo que nos rodea.
El sentido común es un nivel o modo de conocimiento que está al alcance de toda persona.
No sucede esto con, por ejemplo, la filosofía y la ciencia, y algunas veces, con la fe. El ser
humano normalmente accede al conocimiento por medio del sentido común, utilizando la
sensibilidad en mucho mayor grado que la inteligencia y la razón. La ciencia nos enseña
cómo son las cosas; la filosofía, qué son las cosas; y el sentido común, cómo aparecen, como
parecen las cosas; y este es un conocimiento importante, aunque no sea definitivo ni
completo. Puede ser que la ciencia y la filosofía sean conocimientos más profundos, pero
probablemente no sean más importantes.
Por ello, es rechazable identificar al conocimiento por el sentido común como un “saber
vulgar”, forma con la que a veces se le conoce y con la cual se le sabe identificar. Este “saber
vulgar” es propio, dice Galindo Pohl, de un “estado inferior”, carece de sistema, de relación
ordenada, de método, aunque ya tiene una noción rudimentaria de la causalidad. Sin embargo,
pese a los “factores que lo enturbian”, en el “saber vulgar” hay un saber auténtico, una
cantidad limitada de verdades objetivamente válidas, y aunque hay en él ingenuidad, es un
fiel trasunto de la realidad. Sancho Panza es un magnífico ejemplo de “saber vulgar”,
termina diciendo este autor. El sentido común es, al contrario, simplemente una forma de
búsqueda de la verdad, de conocimiento de la realidad, un nivel de verdad de las cosas, sin
el cual, las personas no tendríamos la posibilidad de supervivencia.

Sancho Panza como representación del sentido común

Sancho Panza, el fiel escudero de Don Quijote en la famosa novela Don Quijote de la
Mancha escrita por Miguel de Cervantes, es comúnmente considerado un excelente
ejemplo de sabiduría popular o sentido común por varias razones:
• Pragmatismo y Realismo: Sancho Panza es conocido por su pragmatismo y realismo,
en contraste con la idealización del mundo de Don Quijote. A menudo ofrece
observaciones y consejos basados en su experiencia práctica y su comprensión de la
vida cotidiana, lo que refleja la sabiduría acumulada a través de las experiencias
comunes de las personas. Además, su comprensión instintiva de lo que es posible y
razonable en situaciones dadas lo convierte en un contrapunto efectivo al idealismo del
caballero andante.
• Conocimiento de la Naturaleza Humana: en la obra literaria, el personaje manifiesta
una profunda comprensión de la naturaleza humana y de las motivaciones de las
personas que lo rodean. A menudo es capaz de discernir las verdaderas intenciones de
otros personajes y anticipar las consecuencias de sus acciones, lo que sugiere una
perspicacia basada en la observación y la intuición.
• Valores Tradicionales: finalmente, Sancho Panza personifica muchos valores
tradicionales asociados con el sentido común, como la prudencia, la lealtad, la humildad
y el respeto por las normas sociales establecidas. Estos valores se reflejan en su
comportamiento y sus decisiones a lo largo de la novela.
Probablemente pueda considerarse al conocimiento por el sentido común como un
conocimiento provisional, no reflexivo, o precientífico. En todo caso, el anterior sería un
juicio siempre relativo. Es producto de un tipo de certeza casi natural, común a todos,
utilizado aún por los que lo niegan y dicen no aceptarlo. Ya que con él, las personas se hacen
una idea del mundo, del universo, adquieren conciencia de su propio yo, establecen un
determinado grado de orden entre las cosas, y de alguna manera se interrogan por el origen
y la causa de las cosas y de todo. Además, el ser humano habla y se comunica utilizando en
mucho mayor grado el sentido común, por lo que se puede decir que este es el recurso más
importante de su discurso.
Ciertamente, por el alto grado de
irreflexividad e irracionalidad que le
acompaña, a menudo el sentido común
se impurifica por la influencia de la
cultura, de los códigos simbólicos que
acompañan a toda persona. Por ello
normalmente se le considera justamente
como una mera opinión, parte de la
doxa platónica. Pero, ¿Cómo rechazarlo
si la filosofía precisamente arranca de la
admiración y de la necesidad de
explicación de una realidad que en su
primer instante se le revela por medio de los sentidos y de la experiencia directa? E incluso,
¿acaso la ciencia no plantea soluciones a interrogantes que responden a ese tipo de necesidad
de explicación? Luego, y como ya ha sucedido con la fe, la filosofía y la ciencia, antes que
plantear un rechazo al conocimiento por el sentido común, debe aceptársele como
complementario, como ayuda, como recurso. Y es que a los filósofos y a los científicos, en
muchos casos, el sentido común y la fe parecieran disgustarles. (Apuntes para el estudio de
la filosofía, 2010)

Sentido común Conclusión


En conjunto, estos diversos tipos
Nos enseña cómo se nos presentan las cosas, por de conocimiento han tejido la
ejemplo, que el fuego quema, el agua moja... Todo compleja red que forma nuestra
ser humano dispone de un conocimiento ordinario, comprensión actual del mundo y
no reflexivo, por el ejercicio espontáneo de la
nuestra capacidad para afrontar los
razón: el sentido común. Se compone de certezas
comunes a todos, hasta el punto de que nadie desafíos del futuro. La interacción
carece de ellas ni puede prescindir de ellas a la hora entre estos saberes ha generado
de razonar. Esta clase de saber está mezclado con avances multidisciplinarios,
prejuicios y es conformista y acrítico, pero ayuda a demostrando que, en la sinfonía del
recoger aspectos muy significativos de la cultura de conocimiento humano, cada tipo
diferentes pueblos. Estos aspectos sirven de base de saber contribuye a una melodía
para otros saberes más rigurosos; este
conocimiento es importante, aunque no haya de única que resuena en nuestra
tenerse por definitivo y completo. (Filosofía, 2019) comprensión colectiva del
universo.
Origen de la filosofía
Introducción
La filosofía se manifiesta alrededor del siglo VI a. C., en la antigua Grecia, en un lugar
llamado Mileto. Este pueblo es considerado cuna de la filosofía porque es ahí donde inicia
esta actividad que aleja al ser humano de una vida práctica y utilitaria y lo acerca a una de
reflexión. Al establecerse los helénicos en
Polis
regiones ubicadas a lo largo de las costas
del Mar Mediterráneo se encumbraron Es la denominación dada a las ciudades-
con las primeras polis, lo que dio pauta estado independientes de la antigua Grecia.
para que cierto número de personas se Se le considera la cuna de la democracia, ya
que en ella los ciudadanos participaban
enfocaran en llevar a cabo actividades de
activamente en la toma de decisiones
reflexión que a la postre fueron políticas. Además, la competencia entre las
consideradas filosóficas, asimismo, diferentes polis estimuló la creatividad y la
permitió tener adelantos en literatura, innovación.
artes y política.

A la par de la ciudad de Mileto, en


otros sitios como Éfeso, Clazomene,
Colofón, Samos y Elea también se
hicieron reflexiones filosóficas.
Debido a que los primeros
pensadores no conformes con las
explicaciones de su tiempo buscaban
otras respuestas a la verdad, por lo
que, además de filósofos, también
fueron astrónomos, matemáticos y
científicos, en el sentido actual que se
le da a esta idea. (Filosofía I, 2016)
Posteriormente, el saber filosófico conocería el esplendor definitivo cuando pasaría de las
inhóspitas islas griegas, a la grandeza de Atenas, la cuna de la filosofía clásica por excelencia;
allí no sólo se asentaría como un innovador tipo de conocimiento sino que además
desplegaría su impacto al resto del mundo conocido. Con la llegada de la filosofía al círculo
ateniense, y contando con la complicidad de los grandes maestros como Sócrates, Platón y
Aristóteles, el mundo ya no sería el mismo. Se dice que la fama es mala consejera, pero en
este caso habría que hacer una excepción, pues, la buena fama intelectual de aquellos grandes
pensadores ha llegado hasta nosotros, los hombres y mujeres que vivimos en los albores del
siglo XXI. (Apuntes de filosofía, 2016)
Por todo ello se sabe afirmar que la filosofía, e incluso la ciencia, nacieron en Grecia. Pero
este nacimiento, como bien dice Geymonat, no debe interpretarse en el sentido milagrero,
como si se tratase de un nacimiento sin padres. Los griegos, y como ya hemos apuntado un
poco, no crearon sus ideas de la nada, sino sobre la base de los patrimonios culturales que les
transmitieron las anteriores civilizaciones mediterráneas. La filosofía, pues, y la ciencia
incluso, nacieron en Grecia, pero sus padres fueron los asirio-babilonios, los egipcios, y luego
los chinos y los indios. Los griegos aportaron, como cosa propia, algo nuevo efectivamente,
sobre todo un nuevo método de tratamiento, y ese algo nuevo es lo que les permitió realizar
progresos decididamente superiores a todos los alcanzados hasta entonces. No es de extrañar
entonces que, por esa influencia de las culturas mediterráneas, las primeras escuelas
filosóficas griegas surgieran en las ciudades del Asia Menor, puentes naturales de
comunicación de Grecia con esos pueblos. (Apuntes para el estudio de la filosofía, 2010)

Entre los temas que inquietaron a los griegos se encuentran los fenómenos de la naturaleza
que por sus características contrarias juegan un papel importante en la realidad, al igual que
las dicotomías que hay en la vida del ser humano y por lo tanto en la sociedad, tales como el
nacimiento y la muerte, el amor y el odio, la guerra y la paz, entre otros ejemplos. Fue
entonces el interés incondicional por la búsqueda del saber lo que movió a los primeros
filósofos a llevar este quehacer como un fin en sí mismo, a través de la razón; ésta permitió
una nueva perspectiva de la realidad, distinta en cierto sentido a la mítico-religiosa, que era
con la cual se explicaba. He aquí el gran paso del mito al logos, cuyo significado de este
último es razón. (Filosofía I, 2016)

La génesis de la filosofía

El nacimiento de la filosofía es atribuido al pueblo griego que intrigado por el mundo


que le rodeaba utilizó el intelecto como herramienta para comprenderlo e
interpretarlo, a través de la observación reflexiva de la naturaleza que ante él se
presentó fascinante. Si bien otras civilizaciones explicaron su entorno a través de las
manifestaciones de la naturaleza, fue en Grecia donde destacó este quehacer humano
llamado filosofía. Cabe señalar que la antigua Grecia fue fundada por cuatro pueblos:
jonios, dorios, eolios y aqueos, pero es a los primeros a quienes se les da el crédito de
esta actividad meramente racional e incluso se les atribuye muchas contribuciones a
la ciencia. (Filosofía I, 2016)
Condiciones del nacimiento del pensamiento filosófico
Como se ha mencionado anteriormente, el tránsito hacia el pensamiento filosófico se da con
el desplazamiento del pensamiento mítico como guía del conocimiento, desplazamiento que
no implica una tajante separación de los saberes sino más bien un relativo aunque progresivo
desplazamiento de uno por otro. Paralelamente, se da una apertura a otros sistemas sociales,
económicos, políticos, religiosos entre otros. Con lo que se termina de comprender que a la
filosofía la precede un conjunto de condiciones que permitieron su aparición y posterior
desarrollo. Estas son algunas de ellas:
• Condiciones sociales
La antigua Grecia era un crisol de culturas debido a su ubicación geográfica estratégica y su
participación en el comercio mediterráneo. Este contacto con diversas culturas, como la
egipcia, la mesopotámica y la persa, expuso a los griegos a una variedad de ideas,
conocimientos y prácticas, lo que estimuló su curiosidad intelectual y su deseo de
comprender el mundo que los rodeaba.
Este intercambio cultural contribuyó al crecimiento de las ciudades-estado griegas, como
Atenas y Esparta. Lo que llevó a un aumento en la urbanización y la creación de espacios
públicos, como plazas, ágoras y gimnasios, donde los ciudadanos se reunían para discutir,
debatir y participar en actividades sociales y políticas. Estos espacios públicos
proporcionaban un entorno
propicio para el intercambio de
ideas y la generación de debates,
no solo políticos, sino también
filosóficos.
Además, el valor que los griegos
le daban al conocimiento y la
sabiduría como virtudes
fundamentales para la búsqueda
de la excelencia personal y
ciudadana se vio reflejada en la
creación de escuelas de filosofía,
como la Academia de Platón y el Liceo de Aristóteles, donde se impartía educación filosófica
y se fomentaba el desarrollo del pensamiento crítico y racional. Lo que permitió que un mayor
número de personas participara en actividades intelectuales y culturales y crecieran los
niveles de educación y alfabetización. Así, más acceso a la lectura y la escritura, facilitó la
difusión de ideas a través de textos filosóficos.
Finalmente, la existencia de tierras lejanas quedó en evidencia con la confección de los
primeros mapas. La labor de los cartógrafos contribuyó a que el pueblo griego se diera cuenta
de que ellos no eran el centro del universo. Sobre todo al momento de corroborar que los
sitios descritos en las epopeyas no siempre se correspondían con la realidad.
• Condiciones económicas y políticas
El establecimiento de un Estado democrático viene dado por los cambios operados en las
condiciones socioeconómicas de los siglos VII y VI (a. de C.). En este periodo de la historia
Atenas era un país fundamentalmente agrícola, pero que poco a poco se convierte en un
floreciente centro comercial. En las ciudades griegas, de estos cambios nacerá una nueva
clase de comerciantes, que por su poder económico desplazó a la nobleza terrateniente. Una
vez desplazada la aristocracia como forma de gobierno, la democracia gana terreno y, en
consecuencia, la sociedad griega abre sus puertas al desarrollo de la filosofía, de la ciencia y
de las artes.
La nueva configuración
sociopolítica obligó a los
ciudadanos a la elaboración de
leyes sobre todo porque veían
cada vez más insuficientes los
mitos para regular la vida
pública y privada. Como
resultado, Atenas se convierte
en la ciudad más avanzada en
todos sus aspectos con una estructura político-democrática consolidada. La palabra
democracia (en griego, gobierno del pueblo) es contraria a monarquía y oligarquía. De este
modo, se entiende que un Estado democrático es aquel que garantiza la igualdad en derechos
y obligaciones ante la ley. En este Estado de derecho, todos los ciudadanos pueden participar
en los asuntos públicos y en las diversas instancias de poder.

Fueron estas condiciones de libertad y democracia en la vida política de los griegos las que
hicieron posible el desarrollo libre de las ideas. Esta libertad de que gozan los pueblos griegos
habría que contrastarla con los pueblos del Oriente, donde los ciudadanos se ven sujetos al
poder religioso y político que limita el desarrollo del pensamiento y de la cultura.
En fin, son los grandes cambios económicos y políticos posteriores a las Guerras Médicas
(490-479 a. de C.) los que permitieron en Arenas el florecimiento de la filosofía y de la
cultura. (Introducción a la filosofía, 1994)

¿Contradicción en la Antigua Grecia?

La antigua Grecia exhibió una aparente contradicción entre su sistema democrático y la


práctica generalizada de la esclavitud. Aunque las ciudades-estado como Atenas y
Esparta se enorgullecían de sus sistemas políticos democráticos, estos estaban
restringidos a una élite ciudadana, excluyendo a la gran mayoría de la población, que
incluía esclavos. La economía agraria de Grecia dependía en gran medida de la mano de
obra esclava, lo que perpetuaba la institución de la esclavitud en la sociedad. Además, la
ideología de superioridad griega justificaba la subyugación de los esclavos como una parte
natural de la vida social y económica. Así, la democracia griega coexistía con la esclavitud,
reflejando las tensiones y contradicciones inherentes en la sociedad antigua. No obstante,
esta dicotomía de la sociedad griega favoreció el ocio, es decir, el hecho de que las
sociedades antiguas, en especial la griega, fuesen esclavistas, permitió a ciertas clases
adineradas dedicarse al estudio y a la elaboración de ideas, en otras palabras: la filosofía.
• Condiciones religiosas

Tal como se ha señalado, la religión en la antigua Grecia estaba basada en mitos y leyendas
que explicaban el origen del mundo y la vida humana, al tiempo que era una sociedad
pluralista en términos religiosos. Esto quiere decir que contaban con una amplia variedad de
dioses y cultos adorados en diferentes regiones y ciudades-estado. Esta diversidad religiosa
creó un ambiente propicio para la exploración intelectual y el cuestionamiento de las
creencias tradicionales, ya que los griegos estaban expuestos a diferentes puntos de vista
religiosos y tenían la libertad de adoptar ideas nuevas y diferentes.
Las dudas y cuestionamientos que surgieron sobre las explicaciones mitológicas,
especialmente entre los pensadores más críticos llevaron a la búsqueda de respuestas
racionales y lógicas a través de la filosofía, en lugar de aceptar los mitos como verdades
absolutas.
Debido a lo anterior, los primeros filósofos, al cuestionar y reflexionar sobre la naturaleza de
los dioses y el universo, se aventuraron en territorio religioso, explorando las creencias
religiosas tradicionales a través de preguntas metafísicas y éticas. Esto, con el objetivo de
comprender la existencia y la naturaleza de lo divino a través de la observación del mundo
natural y de la razón. Por lo que los filósofos presocráticos, como Tales de Mileto,
Anaximandro y Anaxímenes, especularon sobre el origen y la naturaleza del cosmos dejando
de lado las explicaciones mitológicas.
Referencias:
Albarrán, M. (1994). Introducción a la filosofía 1. México: McGraw-Hill.
Badía, S. (2010). Apuntes para el estudio de la filosofía. San Salvador: Universidad Don
Bosco.
Lozano, M., Martínez, J., López, M. y Figueroa P. (2019) Filosofía 1° Bachillerato. España:
McGraw-Hill.
Martínez, B. (2016). Apuntes de filosofía. Una introducción al pensamiento filosófico. San
José: Imprenta Nacional.
Morgan, K. y Serrato, S. (2016). Filosofía I. México: Dirección General de Bachillerato.

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