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Los ladrillos de adobe, una de las metodologías más antiguas en la construcción, han sido
utilizados desde tiempos remotos, como lo evidencian los primeros indicios de su uso en
Mesopotamia alrededor del 10000 a.C. [1] En aquella época, se elaboraban mezclando
barro caliente con excrementos de animales domesticados, actuando como coagulante, y
dejándolos secar al sol para obtener firmeza, facilitando así su empleo en la edificación.
Con la llegada de la conquista a Colombia, el ladrillo de barro o adobe se convirtió en una
alternativa que reemplazó a las antiguas estructuras precolombinas de madera y paja, dando
paso a una nueva era de construcción con ladrillos de adobe y tejas. [1]
Villa de Leyva se ha destacado como uno de los destinos preferidos por los turistas, gracias
a su clima templado, la hospitalidad de sus habitantes, una variedad de actividades y una
arquitectura colonial heredada de la época de la conquista. Las casas en este pueblo suelen
destacarse por sus fachadas blancas, el uso de madera en ventanas y puertas, y
especialmente por la durabilidad de sus paredes, resultado del uso de guadua y barro en su
construcción. Además, el uso de técnicas tradicionales de construcción con ladrillos de
adobe en Villa de Leyva no solo preserva la identidad cultural y arquitectónica del lugar,
sino que también fomenta la mano de obra local y el conocimiento ancestral, contribuyendo
al desarrollo económico y social de la comunidad.
Dicho material presenta características físicas distintivas, pues son blandos y susceptibles a
daños por impacto ya que tienen una capacidad de carga vertical considerable, no obstante,
su resistencia a la compresión es menor. La porosidad de los ladrillos de adobe los hace
permeables al agua y al aire, lo que puede influir en su aislamiento térmico y resistencia a
la intemperie. A pesar de ser relativamente fuertes, su flexibilidad les permite adaptarse a
movimientos estructurales sin agrietarse, y su menor peso facilita su manipulación y
transporte durante la construcción. Con un mantenimiento adecuado, pueden durar muchas
décadas, aunque su susceptibilidad al deterioro por la exposición prolongada a la humedad
puede requerir reparaciones periódicas.
https://repository.usta.edu.co/handle/11634/28001?show=full
[2] Dormohamadi, M., & Rahimnia, R. (2020). Combined effect of compaction and clay
[3] Gama Castro, J. E., Cruz y Cruz, T., Pi Puig, T., Alcalá Martínez, R., Cabadas Báez, H.,
Sánchez Pérez, S., López Aguilar, F., & Vilanova de Allende, R. (2012).
https://doi.org/10.18268/bsgm2012v64n2a3
[4] Sharma, V., Vinayak, H. K., & Marwaha, B. M. (2015). Enhancing sustainability of
358. https://doi.org/10.1016/j.ijsbe.2015.07.002