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Desarrollo y trastornos

del habla y del lenguaje


e n l o s ni ño s
Helen M. Sharp, PhD, Kathryn Hillenbrand, MA

PALABRAS CLAVE
 Lenguaje infantil  Discapacidades en el desarrollo
 Articulación  Apraxia  Paladar hendido  Autismo
 Evaluación habla-lenguaje  Logopedia

La comunicación es el intercambio de información mediante un sistema de sı́mbolos y con-


ductas socialmente aceptadas. Aunque los humanos se comunican con gestos, posturas y
expresiones faciales, la mayor parte de la comunicación humana depende considerablemente
de la conversión de ideas en lenguaje escrito o hablado. La comunicación hablada es recibida
por el oyente a través de la audición. El lenguaje es un sistema de sı́mbolos regido por leyes
socialmente concertadas que se utiliza para representar ideas sobre el mundo. El lenguaje
incluye el conocimiento compartido del significado de las palabras (semántica); la capacidad
de cambiar palabras de manera sistemática, como añadir una «s» al final de un nombre para
convertirlo en plural (morfologı́a); y reglas que rigen el orden de las palabras en la oración
(sintaxis)1. El uso del lenguaje como una herramienta social (pragmatismo) abarca un complejo
juego de reglas sobre el uso del contacto visual, la interpretación de mensajes no verbales junto
a palabras que pueden tener un significado literal distinto, estructuración de solicitudes de
forma cortés y mantener un tema de conversación. Los trastornos del lenguaje se identifican
cuando una persona tiene dificultad con el lenguaje expresivo (compartir sus ideas y pensa-
mientos), con el lenguaje receptivo (entender lo que dicen los demás) o con el lenguaje
pragmático (uso social del lenguaje)1.
El habla es el medio oral de comunicar el lenguaje. El habla se produce a través de una
compleja coordinación de movimientos respiratorios y ları́ngeos, velofarı́ngeos, y articulares.
La respiración da presión al aire para iniciar la producción de sonidos a través de la vibración de
las cuerdas vocales en la laringe. La velofaringe dirige el sonido y el flujo de aire hacia la nariz o
la boca, y los otros articuladores (p. ej., lengua, labios, dientes y mandı́bula) los moldean para
crear sonidos hablados. Cuando estos sonidos se emiten juntos de manera secuencial, los
oyentes son capaces de reconocer palabras y oraciones. La producción del habla puede
dividirse en tres áreas principales: voz, fluidez e inteligibilidad del habla, que abarca la arti-
culación y la resonancia del habla1. La calidad de la voz refleja el sonido producido por las
cuerdas vocales, una función influenciada por el apoyo respiratorio. La fluidez se refiere al ritmo

Department of Speech Pathology and Audiology, Western Michigan University, 1903 West Michigan
Ave., MS 5355, Kalamazoo, MI 49008, USA
Autor para correspondencia.
Dirección electrónica: helen.sharp@wmich.edu (H.M. Sharp).

Pediatr Clin N Am 55 (2008) 1159–1173


ª 2009. Elsevier España, S.L. Reservados todos los derechos.
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y a la velocidad del habla, mientras que la articulación hace referencia a los movimientos
coordinados de los articuladores para producir las consonantes y las vocales que recono-
cemos como habla. Por ejemplo, los niños deben aprender cómo combinar el control ları́ngeo y
articular para diferenciar sonidos como la «b» de la «m», que se pronuncia con los labios
cerrados, pero la «m» se produce nasalmente, mientras que la «b» supone detener y liberar el
flujo de aire a través de la cavidad oral. Los trastornos del habla se identifican cuando la voz, la
fluidez y la articulación de una persona llaman la atención del oyente por ser lo suficientemente
diferente de la norma1.
La audición es la conducción del sonido desde el entorno exterior a través de la zona externa,
media e interna del oı́do hasta el cerebro, donde se interpretan los signos. La audición es un
elemento vital en el desarrollo del habla oral y del lenguaje. Las personas con pérdida auditiva
van a tener dificultad para desarrollar y mantener las destrezas del habla y del lenguaje para la
comunicación oral (v. artı́culo de Katbamna et al. en este número).

DESARROLLO NORMAL DEL HABLA Y DEL LENGUAJE

Los lactantes reconocen las voces de sus padres y responden al habla de los adultos desde el
nacimiento. Los lactantes producen voz cuando lloran, y paulatinamente empiezan a controlar
voluntariamente la función respiratoria y ları́ngea para producir los sonidos previos al habla.
A medida que se desarrolla el control oral, ları́ngeo y respiratorio, los lactantes empiezan a
producir sonidos parecidos a las vocales (arrullos) entre 1 mes y 4 meses de edad, y este
proceso progresa hasta la producción de sonidos claros de vocales junto a otras producciones
orales como las pedorretas, normalmente entre los 3 y los 8 meses de edad. El balbuceo o
producción secuencial de una consonante y una vocal (p. ej., babababa) habitualmente se
presenta entre los 5 y los 10 meses de edad2. Los sonidos hablados «m», «b» y «p» con
frecuencia se emiten pronto, porque se producen en la parte anterior de la boca y son, por
tanto, fáciles de imitar. Antes de que surjan palabras reales, los lactantes enlazan largas
secuencias de consonantes y vocales, y empiezan a añadir las inflexiones de su lengua nativa.
Este patrón de emisión se llama «jerga»3.
Mientras el lactante aprende a controlar los mecanismos respiratorios, vocales y articulares,
también escucha y percibe el lenguaje hablado del entorno. Los lactantes con unos umbrales
de audición normales responden a la voz humana y refuerzan a sus cuidadores prestándoles
atención y sonriendo cuando le hablan. Cuando los adultos hablan a los lactantes adoptan un
tono de voz más agudo, con una mayor inflexión y prolongación de los sonidos vocales, estilo
de habla que se denomina «maternal»4 y, en algunas referencias bibliográficas contemporá-
neas, «parental». Los lactantes también reciben un refuerzo al oı́r sus propios arrullos previos al
lenguaje, a los balbuceos y a la jerga. Cuando los lactantes tienen una deficiencia auditiva
grave, habitualmente las conductas vocales precoces aparecen, pero pueden detener su
desarrollo o desaparecer5.
La comprensión del lenguaje casi siempre precede a la expresión del mismo3. Por ejemplo,
un lactante de 8 meses de edad puede girar su cabeza y mirar a su padre cuando le preguntan
«¿Dónde está papá?», pero puede que aún no sea capaz de decir «Papá». Se produce una
palabra con significado cuando el lactante utiliza la misma secuencia de sonidos de manera
consistente para referirse a una misma cosa, pero esta palabra puede que sólo la reconozca el
padre; por ejemplo, «aba» es agua y «ba» es balón. La mayorı́a de los lactantes producen al
menos una palabra con significado entre los 10 y los 15 meses de edad. Cuando el lactante
empieza a decir palabras con significado, su vocabulario expresivo aumenta de manera
continua. A los 2 años de edad debe tener un vocabulario expresivo de al menos 50 palabras, y
deberı́a empezar a combinar palabras unidas en frases de dos palabras como «Mamá upa».
Los hitos madurativos normales del desarrollo de la comprensión y expresión del lenguaje se
enumeran en la tabla 1.
Desarrollo y trastornos del habla y del lenguaje en los niños 1161

RETRASOS Y TRASTORNOS DEL HABLA Y DEL LENGUAJE

Muchos aspectos congénitos, genéticos y ambientales son factores de riesgo conocidos de


retrasos y trastornos del habla y el lenguaje. Algunas enfermedades, como el paladar hendido,
se identifican en el momento del nacimiento, lo que hace posible el inicio de una intervención
precoz. Sin embargo, en muchos trastornos del habla (p. ej., tartamudeo) y del lenguaje (p. ej.,
autismos) existen algunas conexiones familiares y ambientales, pero en actualmente no
existen factores de riesgo definitivos o etiologı́as subyacentes bien conocidas. Por tanto, la
mayorı́a de los retrasos y trastornos del habla y el lenguaje no son evidentes hasta que el niño
llega a un punto del desarrollo en el que se nota la ausencia de un hito madurativo normal. En
consecuencia, los padres y el pediatra identifican muchos trastornos del habla y del lenguaje
entre el primero y los 2 años y medio de edad.
Para simplificar, las autoras dividen el análisis de los trastornos especı́ficos entre trastornos
de la producción del habla y trastornos de lenguaje, pero es importante destacar que para
muchos niños esta distinción es difusa. Por ejemplo, el paladar hendido es un trastorno en una
estructura que forma parte de la producción del sonido. Aunque la producción del habla es la
primera preocupación en la mayorı́a de los niños con paladar hendido, estos niños tienen una
alta probabilidad de presentar una deficiencia en la función del lenguaje y problemas con la
lectura6–8. Igualmente, en los niños con sı́ndrome de Down el retraso fundamental se presenta
en la adquisición del lenguaje, que se acompaña por un retraso de la comprensión de los
sonidos hablados9. Los niños con sı́ndrome de Down también pueden distorsionar la pro-
ducción de los sonidos del habla por las diferencias de su estructura oral. Cuando los tras-
tornos del lenguaje y del habla coinciden, las autoras analizan el tema en el marco del área
principal (es decir, habla o lenguaje), y analizan la función de comunicación global, ası́ como los
trastornos de la alimentación y la deglución.

TRASTORNOS EN LA PRODUCCIÓN DEL HABLA

Todo cambio en las estructuras o en la función fisiológica de los mecanismos del habla puede
producir un trastorno del habla. La mayorı́a de los trastornos del habla de los niños se rela-
cionan con un aprendizaje deficiente, o tienen su origen en anomalı́as orgánicas que afectan a
las estructuras orales, farı́ngeas o ları́ngeas o a la función neuromuscular. Entre las anomalı́as
orofarı́ngeas se encuentran la macroglosia, asimetrı́as relacionadas con microsomı́as hemi-
faciales o el paladar hendido. Entre los cambios de la laringe se incluyen las alteraciones de las
cuerdas vocales, como el papiloma ları́ngeo o el traumatismo por intubación. La patologı́a
vocal es relativamente rara en los niños, por lo cual los cambios ları́ngeos no se analizan en este
artı́culo. Todo niño con una calidad de la voz inhabitual debe ser remitido al otorrinolaringólogo
para descartar trastornos estructurales de la laringe. Los trastornos del habla se presentan
cuando existe una alteración de la coordinación neuromotora de las funciones respiratorias,
ları́ngeas y articulares, como las que se observan, por ejemplo, en las distrofias musculares y
en muchas formas de parálisis cerebral. Como el habla es una representación de un sistema
del lenguaje, algunos trastornos o disrupciones del habla pueden ser en realidad sı́ntomas de
un problema subyacente del aprendizaje del lenguaje, especialmente cuando el trastorno se
relaciona con el aprendizaje de las reglas que guı́an el sistema sonoro del lenguaje hablado
nativo del niño (fonologı́a).

Labio y paladar hendido


Las hendiduras del labio y del paladar se encuentran entre las anomalı́as congénitas más
frecuentes, y se presentan en aproximadamente 1 de cada 600 nacidos vivos10. La estructura
intacta del paladar es fundamental para el desarrollo del habla normal, porque el paladar duro y
el blando (velo) separan la cavidad oral de la nasal. La velofaringe se cierra al flujo aéreo oral
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Sharp y Hillenbrand
Tabla 1
Resumen de los hitos madurativos del prelenguaje, del habla y del lenguaje durante los primeros 5 años de vida

Edad Destrezas del lenguaje comprensivo Destrezas del habla y el lenguaje expresivo

Nacimiento-3 meses Se sobresalta con los ruidos Hace arrullos para indicar placer
Sonrı́e o permanece tranquilo ante una voz familiar Utiliza diferentes llantos para distintas necesidades
Aumenta o deja de chupar como respuesta a un sonido Sonrı́e al ver personas familiares
4–8 meses Localiza un sonido Empieza a producir sonidos vocales claros
Reacciona a los cambios del Imita el movimiento bucal, sonidos vocales y movimientos no vocales
tono de voz (p. ej., pedorretas) del adulto
Presta atención a la música Balbucea alternando consonantes y vocales (p. ej., bababa), con
frecuencia con «b», «p», y «m»
Utiliza la voz para comunicar excitación y desagrado
Gorjea cuando está solo o jugando con un adulto
7–14 meses Presta atención al habla y localiza el sonido Balbucea con secuencias cortas
Discrimina entre sonidos hablados de su lengua nativa Añade los sonidos «k», «g», «t», y «d»
Reconoce palabras para cosas conocidas, como «papá» Utiliza sonidos hablados sin llanto para llamar y mantener la
o «zumo» atención
Responde a algunas preguntas como «¿Quieres más?» Utiliza una o más palabras con significado, como «adiós» o «mamá»
Le gustan los juegos por turnos, como el cucu-trás
1–2 años Identifica algunas partes del cuerpo A los 18 meses tiene un vocabulario de al menos 10 palabras
Sigue órdenes simples, como «lanza el balón» Utiliza muchos sonidos de consonantes diferentes al inicio de las
Comprende preguntas sencillas, como «¿Dónde está tu palabras
calcetı́n?» Simplifica el habla de los adultos omitiendo una sı́laba, mezclando
Escucha historias, juegos y rimas consonantes o cortando palabras
Señala fotos familiares en un álbum Aumento creciente del vocabulario, especialmente entre los 18 y los
24 meses
Empieza a combinar palabras en frases y preguntas de dos palabras
En esta etapa, las niñas tienden a ser ligeramente más avanzadas
2–3 años Obedece órdenes de dos pasos, como «Busca tu zapato El cuidador entiende la mayor parte del habla
y dámelo» Tiene una palabra para casi todo
Identifica las partes del cuerpo correctamente Utiliza frases de dos a tres palabras para hacer preguntas o describir
sucesos
Utiliza el habla para llamar la atención o pedir algo
Puede repetir frases o palabras iniciales (p. ej., «yo, yo, yo quiero») sin
sentirse atascado o frustrado
3–4 años Comprende preguntas fáciles y responde Las personas ajenas a la familia pueden entender casi todo lo que el
adecuadamente a las formas quién, qué, dónde, niño habla
y por qué Puede describir sucesos ajenos al hogar o a los padres

Desarrollo y trastornos del habla y del lenguaje en los niños


Aprende el vocabulario y la estructura de las oraciones Utiliza oraciones más largas de cuatro o más palabras
de las conversaciones de los adultos y de lo que Habitualmente presenta un habla fluida, sin repetir sı́labas
le leen o palabras
4–5 años Escucha y comprende cuentos cortos El sonido de la voz es claro
Puede contestar preguntas sobre un cuento Utiliza oraciones con muchos detalles (p. ej., «Me gusta leer mis
Entiende la mayorı́a de lo que se dice en el entorno del libros»)
hogar, en el preescolar o en la escuela Cuenta historias que se ciñen a un tema
Se comunica fácil y claramente con otros niños y adultos
Pronuncia correctamente la mayorı́a de los sonidos
(excepto «z», «ch», «r», «l» y «s», que pueden no ser
todavı́a correctos)
Utiliza las reglas gramaticales regionales o familiares

Datos tomados de Referencias1–3,21,51.

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1164 Sharp y Hillenbrand

para la mayorı́a de los sonidos del habla, y se abre para permitir la resonancia nasal o los
sonidos del habla nasales (en inglés: «m», «n» y «ng»). Cuando la función dinámica de la
velofaringe se interrumpe, la calidad del sonido es hipernasal. En el American Cleft-Palate-
Craniofacial Association’s Web Site se encuentran ejemplos de sonidos hipernasales10.
Uno de los sı́ndromes identificados con más frecuencia en individuos con hendidura
del paladar secundario es el sı́ndrome velocardiofacial (también denominado sı́ndrome de
Shprintzen 22 q;22q11-13, o sı́ndrome de DiGeorge)11. Este sı́ndrome se caracteriza por
presentar una trı́ada de sı́ntomas: disfunción velofarı́ngea (con o sin paladar hendido evidente),
anomalı́as cardı́acas y trastornos del aprendizaje que incluyen el retraso del lenguaje. Todo
niño con paladar hendido y cualquier antecedente de afectación cardı́aca, desde un soplo leve
hasta cirugı́a cardı́aca, debe ser evaluado para buscar este sı́ndrome12. Otros trastornos
genéticos y craneofaciales se exponen en este número (v. artı́culo correspondiente en este
número).
Aunque la mayorı́a de las hendiduras se observan al nacimiento, algunas microformas de
paladar hendido pueden pasar desapercibidas o no registrarse, especialmente si no existen
sı́ntomas durante la alimentación. Todo lactante con goteo nasal persistente asociado con la
alimentación y todo niño con un habla hipernasal persistente deben ser evaluados por sos-
pecha de paladar hendido submucoso13. También se aconseja la evaluación cuidadosa de
la estructura del paladar antes de realizar una adenoidectomı́a al niño, porque el cierre de la
velofaringe durante el habla con frecuencia se produce a nivel de las adenoides. Todo niño con
una hipernasalidad persistente a los 4 a 6 meses de la adenoidectomı́a deberı́a ser remitido al
foniatra afiliado al equipo de paladar hendido para determinar si el niño es fı́sicamente capaz
de cerrar la velofaringe. Cuando existen pruebas de que en algunos sonidos del habla se
produce un cierre fı́sico, el niño es candidato a una intervención conductual, pero si el niño
nunca puede lograr el cierre deben intentarse otras estrategias terapéuticas fı́sicas.

Trastorno de la fluidez del habla o tartamudeo


El tartamudeo es la interrupción de la velocidad o fluidez esperada del habla, que abarca la
prolongación del sonido de las palabras, el uso de palabras de relleno como «um», la dificultad
para empezar a hablar (bloqueo) y las repeticiones. Estas varı́an desde repetir un sonido
hablado (con frecuencia de la posición inicial de la palabra, como «s-s-soleado»), sı́labas,
palabras o frases («Yo quiero, yo quiero, yo quiero un helado»). El tartamudeo es más frecuente
en niños que en niñas y tiene un componente genético subyacente14.
Todos los hablantes pueden presentar interrupciones en la fluidez del habla, ya que el habla
es una actividad motora coordinada de inmensa complejidad. En niños pequeños se observa
un aumento en la repetición sin esfuerzo de sı́labas, palabras y frases durante la época en la
que empiezan a producir expresiones sonoras complejas, que puede persistir durante varios
meses. En un niño con un desarrollo normal, este perı́odo de «disminución de la fluidez durante
el desarrollo» se presenta entre los 2 y los 3 años de edad15. Deben remitirse para una
evaluación del habla a los niños con antecedentes familiares positivos o que presenten
cualquiera de las siguientes caracterı́sticas: disminución prolongada de la fluidez (W6 meses),
autoconciencia de la dificultad para hablar, evitación del habla, pausas tensas en el habla,
bloqueos, o movimientos corporales o faciales extraños mientras se habla o cuando se intenta
empezar a hablar16.

Apraxia del habla infantil


La apraxia del habla infantil (AHI) se caracteriza por una deficiencia de la programación motora
voluntaria de la producción del habla en ausencia de parálisis o debilidad de la musculatura
oral17. Puede asociarse con una deficiencia neurológica conocida o puede ser idiopática. Un
signo cardinal de la AHI es la inconsistencia en la producción del habla: el niño puede ser capaz
Desarrollo y trastornos del habla y del lenguaje en los niños 1165

de producir un sonido hablado o una secuencia de sonidos en un momento dado y ser


incapaz de hacerlo en otro. Probablemente el habla continua del niño se limita a sonidos
vocales y al habla que precisa menos esfuerzo. Con frecuencia se describe a los niños con AHI
como que «tantean» el lugar adecuado de los articuladores cuando intentan producir sonidos
consonantes en el habla. En el niño con una capacidad de comprensión auditiva intacta, la
dificultad para realizar movimientos orales para hablar con frecuencia se corresponde con un
retraso significativo del desarrollo del habla.
Para expresarse, el niño con AHI puede desarrollar métodos de comunicación distintos al
habla, como, por ejemplo, señalizar, gruñir y hacer gestos idiosincrásicos o lenguaje manual de
signos17. Los padres de niños con AHI con frecuencia describen la frustración de este cuando
no es capaz de expresar sus necesidades. Los cuidadores también se frustran cuando intentan
descifrar lo que el niño trata de comunicar. Como resultado, la comunicación puede no ser una
experiencia positiva en los niños con AHI, y algunos pueden utilizar como recurso comuni-
cativo conductas negativas (p. ej., pegar). Cuando el niño presenta una producción incon-
sistente de consonantes y vocales en la producción repetida de sı́labas o palabras, ausencia
de fluidez en la transición entre sonidos y sı́labas, o patrones de inflexión inapropiados (pro-
sodia), debe ser remitido para una evaluación completa del habla y el lenguaje17.

Trastorno o retraso del habla


Es normal que los niños que aprenden a hablar simplifiquen la producción de palabras y
sonidos del habla de los adultos. Por ejemplo, un niño puede decir «efan» en lugar de «ele-
fante». Muchas de estas simplificaciones empiezan a disminuir a los 24 meses de edad y
desaparecen a los 36 meses de edad en los niños sin anomalı́as musculoesqueléticas18. Gran
parte de los niños intentan producir la mayorı́a de los sonidos del habla a los 36 meses, pero
alrededor de los 4 años muchos sonidos como «s», «z», «ch», «sh», «f», «v», «l» y «r» continúan
perfeccionándose en el habla conversacional19,20.
El 50% del habla de los niños debe ser inteligible a los 36 meses, y aproximadamente el 75%,
a los 48 meses21. La persistencia de los problemas de la producción del habla puede reflejar
una dificultad con el aprendizaje o con la coordinación del lugar de la articulación de algunos
sonidos individuales (p. ej., «z» en lugar de «s»), lo que se denomina un trastorno de la arti-
culación. Alternativamente, el niño puede no haber aprendido las reglas que guı́an el sistema
de los sonidos (fonologı́a) de su lengua nativa. Los niños que tienen un trastorno fonológico
tienden a presentar patrones de errores del habla reconocibles, como omitir sı́labas en pala-
bras multisilábicas («banana» se convierte en «nana»), utilizar sonidos frontales («t» y «d») para
sustituir sonidos del habla que se producen habitualmente en la parte posterior de la boca («k»
y «g») o suprimir todos los sonidos consonantes del final de las palabras22.
La evaluación formal y el análisis detallado de los sonidos del habla con frecuencia son
necesarios para diferenciar los problemas de la articulación de los trastornos fonológicos de la
producción del habla o de la AHI. Los niños en los que persiste la dificultad para la inteligibilidad
del habla después de los 36 meses deben ser remitidos para una evaluación completa del
habla y del lenguaje.

TRASTORNOS DEL LENGUAJE


Autismo
El autismo es uno de los trastornos de la comunicación que se diagnostica con más frecuencia,
y se estima que están afectados 1 de cada 150 niños23. El amplio rango de gravedad y
sı́ntomas dentro de los trastornos del espectro autista (TEA) incluyen «autismo clásico», sı́n-
drome de Asperger, sı́ndrome de Rett, trastorno desintegrador del niño y trastornos globales
del desarrollo.
1166 Sharp y Hillenbrand

El autismo es una enfermedad compleja que se caracteriza por presentar una gran cantidad
de sı́ntomas, entre los que se encuentran problemas de comunicación como la ausencia del
contacto visual expresivo con los cuidadores, poco interés en el intercambio vocal con los
cuidadores, ausencia de reconocimiento y respuesta a las voces de los cuidadores, inicio del
balbuceo después de los 9 meses, conductas disminuidas o ausentes del prelenguaje como
saludar con la mano, alteraciones de la velocidad y ritmo del habla, e incapacidad para
desarrollar el habla24,25. La caracterı́stica más frecuente de los individuos con autismo es la
dificultad para el uso social de la comunicación y el lenguaje (pragmática). Los problemas
pragmáticos incluyen la incapacidad de comprender y utilizar la comunicación no verbal, la
disminución de la comprensión de la comunicación hablada o simbólica y los problemas para
interpretar el lenguaje metafórico. Los niños con autismo también pueden tener problemas con
la lectura y la escritura24.
La American Academy of Pediatrics publicó varios artı́culos clı́nicos relacionados con el
papel del pediatra en la identificación, la evaluación y el abordaje precoz del autismo25,26.
Como parte de su programa de cribado Autism Listen Act Refer Monitor, la American Academy
of Pediatrics, recomendó iniciar el cribado en la visita de los 9 meses, con un cribado especı́fico
del autismo en la visita de los 18 meses utilizando las siguientes «banderas rojas» para iniciar
una evaluación global:

Ausencia de balbuceo, señalización u otras comunicaciones gestuales a los 12 meses de


edad
Ausencia de palabras aisladas a los 16 meses de edad
Ausencia de frases de dos palabras a los 24 meses de edad
Ausencia de destrezas sociales o del lenguaje a cualquier edad

Greenspan et al.27 recomendaban un marco funcional más amplio para identificar a los niños
con riesgo de TEA, centrado en la habilidad del niño para iniciar y mantener un vı́nculo, en la
demostración de la reciprocidad social con los cuidadores y en la «resolución de problemas
sociales con los cuidadores» a través del uso de gestos para comunicarse y negociar lo que se
desea obtener. El objetivo de una identificación precoz es iniciar pronto la intervención, lo que
ha demostrado mejorar la evolución de los niños con TEA28.

Deficiencia del lenguaje especı́fica


La deficiencia del lenguaje especı́fica (DLE) es un retraso en la adquisición del lenguaje
expresivo en un niño sin problemas auditivos, neurológicos o fı́sicos conocidos, en presencia
de inteligencia no verbal normal29. El niño con DLE presenta un vocabulario más escaso, utiliza
palabras más cortas, omite los finales gramaticales y las palabras funcionales, y presenta más
errores gramaticales que otros niños de su edad. Un estudio epidemiológico identificó en niños
preescolares una prevalencia del 7,4% (8% niños; 6% niñas)29. El 29% de los padres de estos
niños habı́an notado deficiencias del habla o del lenguaje30. La DLE parece tener un compo-
nente genético, pues es más probable que los niños con DLE tengan un familiar con trastornos
de lenguaje que los niños normales30,31. La DLE también está relacionada con la educación y
nivel de ingresos de los padres29. Es importante identificar precozmente la DLE en niños
pequeños, pues las deficiencias del lenguaje se asocian con problemas académicos, espe-
cialmente con la adquisición de las destrezas que hacen posible la alfabetización32.

Lesiones del sistema nervioso central


Las lesiones cerebrales locales, como la hemorragia intracraneal, pueden presentarse en
lactantes, niños pequeños y durante toda la infancia. Las lesiones difusas pueden ser con-
secuencia de una contusión traumática de la cabeza, lesiones penetrantes o abuso. Todo daño
al cerebro en desarrollo puede afectar negativamente a la cognición, a la memoria, a la
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atención, al aprendizaje, a la comprensión del lenguaje, a la producción del lenguaje y al


lenguaje pragmático, y puede interrumpir el control y la programación motora del habla y la
deglución33–36. Aunque se ha sugerido que los niños pequeños tienen una mayor plasticidad
neuronal para cartografiar el nuevo conocimiento, las pruebas indican que cuanto menor es el
niño en el momento de la lesión, peor es la evolución a largo plazo33.
Los problemas de comunicación asociados con la lesión cerebral pueden oscilar entre una
reducción leve de la inteligibilidad del habla hasta deficiencias profundas del lenguaje y de la
cognición que limitan la comunicación en las actividades cotidianas. La evolución a largo plazo
de las lesiones de la corteza cerebral a edades muy tempranas con frecuencia se denomina
parálisis cerebral. En función del momento, lugar y extensión del daño cerebral, es probable
que la inteligibilidad del habla se vea afectada por la imprecisión y la descoordinación de los
movimientos respiratorios, ları́ngeos y articulares que se emplean para hablar. Como resul-
tado, el habla puede estar limitada a unas pocas sı́labas por respiración, con una inflexión y
sonoridad inconsistentes, y la calidad vocal puede sonar forzada o entrecortada. La reso-
nancia del habla puede sonar hipernasal, lo que se relaciona con una mala coordinación del
mecanismo velofarı́ngeo. Los niños con dificultad para hablar por una lesión del sistema
nervioso central probablemente presentarán además problemas con la comida durante la
masticación y control del bolo alimenticio, y pueden tener dificultades para la coordinación del
cierre ları́ngeo para proteger la vı́a respiratoria durante la deglución37. Además de las difi-
cultades motoras orales que afectan al habla y a la deglución, algunos niños con parálisis
cerebral presentan deficiencias auditivas, y otros, deficiencias cognitivas que afectan a la
comprensión auditiva y al desarrollo del lenguaje. Los niños con una lesión cerebral focal o
difusa sostenida durante la lactancia o durante los primeros años de vida deben someterse a
un seguimiento por parte de un equipo multidisciplinar que evalúe el conjunto de destrezas
relacionadas con el desarrollo cognitivo, del habla, del lenguaje y motor.

Riesgos del entorno social para el desarrollo cognitivo y del lenguaje


Los niños necesitan que el entorno de su hogar sea estimulante desde los primeros años de la
vida, y el entorno de aprendizaje del lenguaje tiene la capacidad de afectar la capacidad del
niño para adquirir el lenguaje. Se sabe que los niños que presentan episodios traumáticos
corren el riesgo de que su desarrollo se interrumpa38. Los niños que presentan un estrés
traumático posnatal junto a una exposición prenatal al alcohol tienen unos niveles de inteli-
gencia inferiores y deficiencias del neurodesarrollo más significativas, una mayor conducta de
oposición desafiante y más problemas con la atención y la interacción social que los niños
traumatizados que no han sido expuestos al alcohol38. Los niños con antecedentes conocidos
de negligencia o abuso son candidatos a una evaluación global de la cognición, del desarrollo,
del lenguaje y del desarrollo social, y lo ideal es que esta evaluación la realice un equipo
pediátrico interdisciplinario especializado en niños con estas caracterı́sticas.

Adopción internacional
Cuando un niño es adoptado en el extranjero experimenta con más frecuencia el cambio
brusco de la exposición al lenguaje desde su lengua nativa a la de la familia adoptiva. Este
cambio súbito ha sido denominado «detención del desarrollo del lenguaje»39. Las teorı́as de la
adquisición del lenguaje indican que cuanto mayor es el niño en el momento de la adopción,
más probable es que tenga dificultad para adquirir un nuevo lenguaje. La edad en el momento
de la adopción también puede estar condicionada por el tiempo que el niño ha pasado en una
institución40. Glennen41 notificó que los niños mayores alcanzan a los de su edad más len-
tamente que una cohorte de niños adoptados a edades más bajas, mientras que otros
investigadores han encontrado que la edad en el momento de la elección es menos predictiva
que el tiempo transcurrido desde la adopción42.
1168 Sharp y Hillenbrand

Los padres que adoptan a niños en el extranjero con frecuencia se preguntan qué pueden
esperar con respecto a la adquisición del lenguaje. Un logopeda puede ayudar a la familia a
examinar estas expectativas, especialmente cuando el niño tiene una enfermedad médica
conocida como parálisis cerebral o paladar hendido. Cuando un niño tiene un riesgo especial
de presentar dificultades del habla y del lenguaje en curso, debe iniciarse el tratamiento poco
después de la adopción; sin embargo, cuando el niño presenta una trayectoria del desarrollo
aparentemente normal, una evaluación de las destrezas del lenguaje y del habla realizada
durante los primeros 3 a 6 meses después de la adopción probablemente no será concluyente.
Las notificaciones de los padres y los cuestionarios completos como el MacArthur-Bates
Communicative Development Inventary se correlacionan fuertemente con otras técnicas de
valoración clı́nica, al menos durante el primer año después de la adopción42. La administración
secuencial de estos informes de los padres sobre las destrezas del lenguaje receptivo y
expresivo proporciona datos sobre la situación basal y mide la adquisición de las destrezas
especı́ficas del lenguaje del niño a lo largo del tiempo; asimismo, tiene la ventaja de que
monitoriza las destrezas del habla y del lenguaje sin que sean necesarias las visitas continuas a
la clı́nica de logopedia.

EVALUACIÓN DEL HABLA-LENGUAJE

El campo de evaluación del habla-lenguaje varı́a en función de la causa por la que el niño ha
sido remitido, pero deberı́a proporcionar una valoración global de la producción del habla y de
las destrezas del lenguaje receptivo y expresivo. Lo ideal es una evaluación audiológica global,
pero el cribado auditivo cumple los requisitos mı́nimos para descartar una pérdida auditiva
como factor contribuyente a los trastornos de la producción de sonidos en el habla o defi-
ciencias del lenguaje. La exploración de las estructuras y funciones orales también sirve para
descartar factores contribuyentes estructurales a las distorsiones de los sonidos del habla y
debilidad o parálisis de la lengua o del paladar blando que podrı́an contribuir a los trastornos del
habla y a la dificultad para deglutir.
Las destrezas del habla y del lenguaje del niño deben evaluarse dentro de un marco de
desarrollo; por tanto, la información de los padres y del pediatra sobre el desarrollo global del
niño es fundamental. Antes de la evaluación se obtiene la historia médica, del desarrollo y
psicosocial del niño a través de la revisión de la historia, entrevista con los padres o ambos. Los
equipos interdisciplinarios con frecuencia proporcionan una comprensión más profunda del
desarrollo del niño, del sistema familiar y de todos los aspectos médicos o dentales.
El objetivo de la evaluación es valorar la función del lenguaje y del habla del niño en relación
con las expectativas de su edad y desarrollo. Cada evaluación se ajusta a la preocupación
de la familia y a las necesidades del niño, aunque un niño con «problemas del habla» puede
presentar una disminución de la inteligibilidad del habla como signo de una deficiencia del
lenguaje subyacente, por lo que deben evaluarse todas las áreas a través de la observación o
de tareas estructuradas de evaluación.
La evaluación empieza en la sala de espera, donde el logopeda observa el contacto visual del
niño, su uso del saludo social, su timidez y su disposición para participar en el juego. La
evaluación incluye la observación de la interacción del niño con los padres, la participación del
niño en juegos para que se produzca una muestra espontánea de habla y lenguaje, y la
administración de una prueba estandarizada de articulación, compresión y uso expresivo del
lenguaje. Las peticiones realizadas durante el juego o actividades estructuradas, como «Pon
las bolas bajo el cubo», permiten valorar la compresión del niño de nombres (bola, cubo),
plurales (más de una bola) y preposiciones (bajo). De manera similar, las tareas estructuradas
permiten valorar el uso del niño de los conceptos del lenguaje. Por ejemplo, señalar un dibujo y
preguntar, «¿De quién son estos zapatos?» deberı́a dar lugar a una respuesta como «Del niño»,
que demuestre el uso de la forma posesiva.
Las pruebas de articulación permiten al logopeda obtener en unos minutos todos los
sonidos hablados del lenguaje en cada posición de las palabras. Este proceso da como
Desarrollo y trastornos del habla y del lenguaje en los niños 1169

resultado un repertorio de los sonidos del habla que utiliza el niño y aquellos en los que comete
errores. Estos datos pueden evaluarse a continuación para identificar las caracterı́sticas
comunes de los sonidos hablados, que pueden compararse con los datos normales.
El logopeda evalúa todos los datos obtenidos y deberı́a analizar los hallazgos junto a los
padres en el momento de la evaluación o a lo largo del seguimiento. Entre las recomendaciones
se encuentran ni evaluar más al niño ni tratarlo, esperar y reevaluar, dar a los padres algunas
ideas para facilitar la comunicación en el hogar o realizar una intervención terapéutica directa.

TRATAMIENTO

Cuando se recomienda un tratamiento, el objetivo fundamental es proporcionar al niño una


manera adecuada de intercambiar ideas e información en su entorno educativo y social
cotidiano. El tratamiento se ajusta a las necesidades de comunicación especı́ficas de cada
niño, que varı́an según la gravedad y el tipo del trastorno, la edad del niño y la etiologı́a del
problema. Toda intervención del habla o del lenguaje necesita que los educadores y la familia
del niño se involucren para dar apoyo a este fuera del ámbito clı́nico.

Tratamiento de los trastornos del habla


El objetivo del tratamiento de las deficiencias de la articulación es producir correctamente
sonidos consonantes o vocales especı́ficos, mientras que el tratamiento de las carencias
sistemáticas del sistema fonológico del lenguaje se centra en el patrón del error, más que en
enseñar cada sonido individualmente43. Cuando se logran producir los sonidos deseados
en situaciones estructuradas, el tratamiento se basa en la generalización de los mismos en
situaciones más naturales. El tratamiento de la AHI difiere del abordaje utilizado para la arti-
culación o los problemas fonológicos, y con frecuencia es necesario que este sea más
intensivo y largo que el de los niños con otros trastornos de los sonidos del habla44.
Con frecuencia se recomiendan ejercicios isométricos orales-motores para fortalecer e
incrementar el rango de movimiento del mecanismo oral. Como pocos trastornos del habla se
relacionan con la debilidad muscular o una reducción del rango de movilidad, la limitada
eficacia encontrada en los ejercicios orales no es sorprendente45.

Tratamiento de los trastornos del lenguaje


Los niños pueden presentar problemas del lenguaje en numerosas áreas, entre las que se
encuentran el lenguaje expresivo, el receptivo, el escrito y el social (pragmático). Las metas del
tratamiento del lenguaje y las estrategias utilizadas se basan en los resultados de la evaluación
global del lenguaje. Los niños de hasta 3 años de edad probablemente se beneficiarán de un
tratamiento basado en el juego, en el cual el niño y uno de sus padres participan a medida que el
logopeda va creando un entorno fı́sico rico en oportunidades de comunicación46. A medida
que se refuerza al niño en esta situación de juego semiestructurada para que utilice nuevas
conductas para comunicarse, el niño empieza a aprender el poder social que le proporcionan
estos nuevos comportamientos. Este contexto también es valioso para enseñar a los padres
actividades de estimulación del lenguaje para utilizar en el hogar.
Los preescolares de mayor edad y los niños en edad escolar pueden beneficiarse de un
tratamiento individual o grupal centrado en sus necesidades especı́ficas de lenguaje (es decir,
vocabulario, combinaciones con palabras más largas o el uso de expresiones orales de mayor
complejidad gramatical). Es fundamental que la intervención estructurada del lenguaje se
extienda a situaciones funcionales del niño, como el currı́culo escolar, para promover la
generalización de las destrezas a situaciones de comunicación cotidianas. Cuando el objetivo
del tratamiento es aumentar las destrezas del lenguaje social, con frecuencia los niños son
incluidos en tratamientos en grupo, que proporcionan oportunidades naturales para mantener
1170 Sharp y Hillenbrand

una interacción con otros niños de su edad cuando se trabaja en el lenguaje y en la comuni-
cación escrita47.

Tratamiento para el niño no verbal


Cuando un niño no es capaz de hablar para comunicarse, el objetivo fundamental del trata-
miento logopédico es establecer una forma de comunicación adecuada utilizando la capaci-
dad del niño para elaborar destrezas comunicativas, que puede incluir el uso de gestos, signos
idiosincrásicos, «signos del bebé» más formales o un manual establecido de signos del len-
guaje. Es importante que el tratamiento dé al niño la oportunidad para que se comunique de
forma efectiva, con independencia de la modalidad de comunicación utilizada. A medida que el
niño desarrolla una forma adecuada de comunicar sus necesidades básicas, se aumentan las
técnicas no verbales para conseguir el máximo desarrollo del lenguaje expresivo. Los modelos
del habla se dan al mismo tiempo que el niño trabaja en la comunicación no verbal, para
continuar con las oportunidades para el desarrollo de las destrezas en la producción del habla;
a medida que aumentan las destrezas de comunicación, en la mayorı́a de los niños aumenta la
producción del habla48.
Algunos niños no desarrollan una comunicación hablada funcional adecuada debido a sus
deficiencias neuromotoras, estructurales o cognitivas. Los niños con deficiencias graves en la
producción del habla pueden beneficiarse del uso de tecnologı́as para la comunicación, que
abarcan desde el uso de una pizarra para escribir a un artefacto que genera voz, un sistema
informático que da acceso al procesamiento de las palabras y emisión de voz49. El logopeda
puede evaluar e intervenir con el uso de sistemas de comunicación alternativos para deter-
minar el nivel y el tipo de tecnologı́a que suple mejor las necesidades de comunicación coti-
dianas del niño.

ABORDAJES Y ENTORNOS TERAPÉUTICOS

Existen servicios de intervención precoz para niños de riesgo desde el nacimiento hasta los
3 años de edad. Muchos programas de sistemas escolares comarcales ofrecen una evaluación
interdisciplinaria y equipos terapéuticos mediante servicios realizados en los centros o en el
domicilio. Es más frecuente que los niños utilicen los servicios de los logopedas de la comu-
nidad o del sistema escolar desde el preescolar hasta la educación secundaria. Los servicios
escolares se utilizan en aquellos niños que presentan una deficiencia del habla o del lenguaje
(o ambos) que podrı́a interferir en su educación. En base a los resultados de la evaluación y de
las recomendaciones realizadas, se escribe un Individualized Education Program (IEP) que
especifica los objetivos y frecuencia del tratamiento a ser implementado a través de los ser-
vicios escolares46. El niño recibe en el entorno escolar servicios individuales o en grupos
pequeños basado en el IEP. Los niños de entre 0 y 26 años con deficiencias cognitivas o de
comunicación graves pueden recibir los servicios a través de un programa realizado en un
centro por un distrito escolar regional. Estos centros proporcionan programas de dı́a educa-
cionales globales que integran servicios terapéuticos en un modelo de equipo interdisciplinario.
Muchas comunidades tienen centros de habla-lenguaje y audición independientes a través de
hospitales, centros de rehabilitación, clı́nicas de pacientes externos y prácticas privadas. Ade-
más, las universidades con programas de habla-lenguaje y entrenamiento auditivo pueden tener
una clı́nica en el campus que sirve como lugar de entrenamiento para los estudiantes en su
educación profesional, y puede servir como un recurso para los pacientes con coberturas
limitadas de sus seguros sanitarios u otros recursos para servicios que no cubren otras agencias.

ASEGURAR UNA BASE DE PRUEBAS

Además de aumentar los esfuerzos para realizar investigaciones en el campo de la patologı́a


del habla-lenguaje, muchas clı́nicas participan en el American Speech-Language-Hearing
Desarrollo y trastornos del habla y del lenguaje en los niños 1171

Association National Outcomes Measurement System, que es un sistema centralizado dise-


ñado para rastrear los cambios en las destrezas de comunicación funcionales entre la admi-
sión y el alta de los servicios del habla y de lenguaje. Las escalas para medir el rendimiento del
paciente en las áreas del habla y del lenguaje están disponibles para los médicos y una gran
variedad de entornos clı́nicos. Por ejemplo, las escalas de escolares incluyen mediciones
especı́ficas en las áreas de articulación/inteligibilidad, orientación cognitiva, pragmática,
comprensión del lenguaje hablado, producción de lenguaje hablado y deglución50. El conjunto
de datos de los resultados se utilizan para examinar el valor de los servicios del habla-lenguaje
para legisladores, pagadores y consumidores, y para proporcionar a sus miembros informa-
ción sobre las mejores prácticas.

RESUMEN

El desarrollo del habla y del lenguaje debe ser adecuado al desarrollo global del niño, y puede
evaluarse utilizando los hitos madurativos normales de la comprensión del lenguaje y del habla
expresiva y las destrezas del lenguaje. El diagnóstico diferencial abarcará la distinción entre un
retraso global del lenguaje, deficiencias del lenguaje limitadas al área expresiva y dificultades
para la producción del habla. El diagnóstico diferencial es fundamental para diseñar una
intervención adecuada. El tratamiento para los problemas de la voz, el habla y el lenguaje debe
ajustarse a los objetivos de los padres, unidos a las necesidades educativas y clı́nicas del niño.
La identificación precoz y el apoyo terapéutico en la planificación educativa con frecuencia se
asocian a una mejor evolución a largo plazo. Todo tratamiento del habla-lenguaje deberı́a
diseñarse con objetivos mensurables y con una monitorización acorde al logro de los mismos.

AGRADECIMIENTOS

Erin McGraw, MA, contribuyó a la investigación y redacción de la sección sobre adopción


internacional. Amy Esh, BA, contribuyó en los párrafos introductorios y en la tabla de los hitos
madurativos del desarrollo del lenguaje.

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