Está en la página 1de 42

Desarrollo físico y cognoscitivo en la

adolescencia
Adolescencia: una transición del desarrollo
En muchas sociedades tradicionales son comunes los rituales que marcan que un niño ha alcanzado la mayoría de edad.
Por ejemplo, las tribus apaches celebran la primera menstruación de una niña con un ritual de cuatro días de salmodias
desde que sale el sol hasta que se pone. En las sociedades más modernas, el paso de la niñez a la adultez no se distingue
por un único suceso, sino por un largo periodo conocido como adolescencia, una transición del desarrollo que implica
cambios físicos, cognoscitivos, emocionales y sociales, y que adopta distintas formas en diferentes escenarios sociales,
culturales y económicos.
LA ADOLESCENCIA COMO CONSTRUCCIÓN SOCIAL
La adolescencia es una construcción social. En las sociedades preindustriales no existía dicho concepto; en ellas se
consideraba que los niños eran adultos cuando maduraban físicamente o empezaban el aprendizaje de una vocación.
Recién en el siglo XX la adolescencia fue definida como una etapa diferenciada de la vida en el mundo occidental. En la
actualidad, se ha convertido en un fenómeno global, aunque puede adoptar distintas formas en diferentes culturas. En
casi todo el mundo, la entrada a la adultez insume más tiempo y es menos clara que en el pasado. La pubertad empieza
más temprano que antes y el ingreso a una vocación ocurre más tarde, y a menudo requiere periodos más largos de
educación o entrenamiento vocacional como preparación para las responsabilidades adultas. El matrimonio, con las
responsabilidades que implica, también suele ocurrir más tarde. Los adolescentes pasan buena parte de su tiempo en su
propio mundo, separado del mundo de los adultos.
ADOLESCENCIA: UNA ÉPOCA DE OPORTUNIDADES Y RIESGOS
La adolescencia ofrece oportunidades para crecer, no sólo en relación con las dimensiones físicas sino también en la
competencia cognoscitiva y social, la autonomía, la autoestima y la intimidad. Los jóvenes que tienen relaciones de
apoyo con los padres, la escuela y la comunidad tienden a desarrollarse de una manera saludable y positiva. Sin
embargo, los adolescentes estadounidenses enfrentan hoy peligros para su bienestar físico y mental que incluyen altas
tasas de mortalidad por accidentes, homicidios y suicidios. Como veremos, las conductas de riesgo pueden reflejar
inmadurez del cerebro adolescente.
DESARROLLO FÍSICO
Pubertad
La pubertad implica cambios biológicos notables. Esos cambios forman parte de un largo y complejo proceso de
maduración que empezó antes del nacimiento, y sus ramificaciones psicológicas continúan en la adultez.
CÓMO EMPIEZA LA PUBERTAD: CAMBIOS HORMONALES

La pubertad es resultado de la producción de varias hormonas. El incremento en el hipotálamo de la hormona


liberadora de gonadotropina (GnRH) da lugar al aumento en dos hormonas reproductivas clave: la hormona
luteinizante (LH) y la hormona folículo estimulante (FSH). En las niñas, los mayores niveles de la hormona folículo
estimulante dan inicio a la menstruación. En los varones, la hormona luteinizante inicia la secreción de testosterona y
androstenediona. La pubertad está marcada por dos etapas 1) la activación de las glándulas suprarrenales y 2) la
maduración de los órganos sexuales unos cuantos años más tarde.

La primera etapa discurre entre los seis u ocho años. Durante esta etapa, las glándulas suprarrenales, localizadas sobre
los riñones, secretan niveles gradualmente crecientes de andrógenos, sobre todo dehidroepiandrosterona (DHEA). A los
10 años, los niveles de DHEA son 10 veces mayores de lo que eran entre las edades de uno y cuatro años. La DHEA
influye en el crecimiento del vello púbico, axilar y facial, así como en un crecimiento corporal más rápido, mayor grasa
en la piel y en el desarrollo del olor corporal.

En esta segunda etapa, los ovarios de las niñas aumentan su producción de estrógeno, lo que estimula el crecimiento de
los genitales femeninos y el desarrollo de los senos y del vello púbico y axilar. En los varones, los testículos incrementan
la producción de andrógenos, en particular testosterona, que estimula el crecimiento de los genitales masculinos, la
masa muscular y el vello corporal. Niños y niñas poseen ambos tipos de hormonas, pero en las mujeres son mayores los
niveles de estrógeno mientras que en los varones los niveles de andrógenos son más elevados. En las niñas la
testosterona influye en el crecimiento del clítoris, los huesos y el vello púbico y axilar.
LA GLOBALIZACIÓN DE LA ADOLESCENCIA
En la actualidad, los jóvenes viven en un vecindario global, una red de interconexiones e interdependencias. Alrededor del
planeta se extienden casi de inmediato bienes, información, imágenes electrónicas, canciones, entretenimiento y modas. Los
jóvenes occidentales bailan los ritmos latinos y las chicas árabes sacan sus imágenes de romance del cine de India. En Nueva
Zelanda los jóvenes maorís escuchan la música afroamericana de rap para simbolizar su separación de la sociedad adulta.
TIEMPO, SIGNOS Y SECUENCIA DE LA PUBERTAD Y LA MADUREZ SEXUAL
En la actualidad, los cambios que anuncian la pubertad suelen empezar a los ocho años en las niñas y a los nueve en los
varones, pero existe un amplio rango de edades en las cuales se manifiestan diversos cambios. En fechas recientes, los
pediatras han observado una cantidad importante de niñas con crecimiento de los senos antes de su octavo cumpleaños.
El proceso puberal por lo general dura de tres a cuatro años en ambos sexos. Por lo común, las niñas afroamericanas y
las de origen mexicano entran a la pubertad antes que las niñas blancas, aunque datos recientes sugieren un incremento
en la proporción de niñas blancas con un inicio temprano de la pubertad. Para los siete años de edad, 10.4% de las
niñas blancas, 15% de las niñas hispanas y 23.4% de las afroamericanas muestran indicios del inicio de la pubertad.

Características sexuales primarias y secundarias


Las características sexuales primarias son los órganos necesarios para la reproducción, que en la mujer son los
ovarios, las trompas de falopio, el útero, el clítoris y la vagina. En los hombres incluyen los testículos, el pene, el
escroto, las vesículas seminales y la próstata. Durante la pubertad esos órganos se agrandan y maduran.

Las características sexuales secundarias son signos fisiológicos de la maduración sexual que no involucran de manera
directa a los órganos sexuales, por ejemplo, los senos en las mujeres y los hombros anchos en los varones. Otras
características sexuales secundarias son los cambios en la voz y la textura de la piel, el desarrollo muscular y el
crecimiento de vello: púbico, facial, axilar y corporal.

Signos de la pubertad
Los primeros signos externos de la pubertad suelen ser el tejido de los senos y el vello púbico en las niñas y el aumento
de tamaño de los testículos en los niños. Los pezones de la niña crecen y sobresalen, las areolas (las zonas pigmentadas
que rodean a los pezones) se agrandan y los senos adoptan primero una forma cónica y luego una redondeada. Algunos
varones observan con preocupación un crecimiento temporal del tejido mamario, un desarrollo normal que puede durar
hasta 18 meses.
El vello púbico, al principio lacio y sedoso, con el tiempo se vuelve grueso, oscuro y rizado. Aparece en patrones
diferentes en hombres y mujeres. A los muchachos suele alegrarles ver el vello en el rostro y el pecho, pero las niñas, por
lo general, se sienten consternadas ante la aparición de incluso una pequeña cantidad de vello en el rostro o alrededor de
los pezones, aunque también esto es normal.
La voz se hace más profunda, en especial en los niños, lo que en parte es una respuesta al crecimiento de la laringe y en
parte a la producción de las hormonas masculinas. La piel se vuelve más gruesa y grasosa. La mayor actividad de las
glándulas sebáceas puede producir espinillas y puntos negros. El acné es más común en los varones y parece relacionarse
con las mayores cantidades de testosterona.

El estirón del crecimiento adolescente


Implica un aumento rápido de la estatura, peso y crecimiento muscular y óseo que ocurre durante la pubertad; en las
niñas por lo general empieza entre las edades de nueve años y medio y 14 años y medio (usualmente alrededor de los 10)
y en los niños entre los 10 y medio y los 16 (por lo general a los 12 o 13). Suele durar alrededor de dos años; poco
después de que termina, el joven alcanza la madurez sexual. Tanto la hormona del crecimiento como las hormonas
sexuales (andrógenos y estrógeno) contribuyen a este patrón normal del crecimiento puberal.

Signos de la madurez sexual: producción de esperma y menstruación


La maduración de los órganos reproductivos genera el inicio de la menstruación en las niñas y la producción de
esperma en los niños. El principal signo de la madurez sexual en los muchachos es la producción de esperma. La
primera eyaculación, o espermarquia, ocurre en promedio a los 13 años. Un niño puede despertar y encontrar una
mancha húmeda o seca y endurecida en las sábanas: el resultado de una emisión nocturna, es decir, una eyaculación
involuntaria de semen (conocida como sueño húmedo). La mayoría de los adolescentes tienen esas emisiones, en
ocasiones en conexión con un sueño erótico.

Influencias y efectos del momento de la pubertad


A partir de la revisión de fuentes históricas, los científicos del desarrollo han encontrado una tendencia secular, es
decir, que abarca varias generaciones, en el inicio de la pubertad : una disminución en las edades en que empieza la
pubertad y en la que los jóvenes alcanzan la estatura adulta y la madurez sexual. La tendencia, que también implica
incrementos en la estatura y peso del adulto, empezó hace cerca de 100 años y se observa en lugares como Estados
Unidos, Europa occidental y Japón.

El cerebro adolescente
No hace mucho tiempo, la mayoría de los científicos creía que el cerebro había madurado por completo a la llegada de
la pubertad. Sin embargo, estudios actuales de imagenología revelan que el desarrollo del cerebro del adolescente
todavía está en progreso. Entre la pubertad y la adultez temprana tienen lugar cambios espectaculares en las estructuras
del cerebro involucradas en las emociones, el juicio, la organización de la conducta y el autocontrol.

ACTIVIDAD FÍSICA
El ejercicio, o la falta de él, influyen en la salud física y mental. Los beneficios del ejercicio regular incluyen mayor
fuerza y resistencia, huesos y músculos más sanos, control del peso, disminución de la ansiedad y el estrés, así como
mejora de la autoestima, las calificaciones escolares y el bienestar. El ejercicio también disminuye la probabilidad de
que el adolescente participe en conductas de riesgo. Incluso la actividad física moderada ofrece beneficios para la salud
si se realiza con regularidad por lo menos 30 minutos al día. Un estilo de vida sedentario puede tener como resultado un
mayor riesgo de obesidad y diabetes tipo II, dos problemas que son cada vez más comunes entre los
adolescentes. También puede aumentar la probabilidad de enfermedades cardiacas y de cáncer en la adultez.

NECESIDADES Y PROBLEMAS DEL SUEÑO


Se dice que la privación de sueño entre los adolescentes se ha convertido en una epidemia. En un estudio que se realizó
en 28 países industrializados, un promedio de 40% de los adolescentes (sobre todo los varones) indicaba somnolencia
matutina al menos una vez a la semana, y 22% dijo sentirse adormilado casi todos los días.

A medida que crecen, los niños suelen ir a la cama más tarde y duermen menos los días en que concurren a la escuela.
El adolescente promedio que a los nueve años dormía más de 10 horas por la noche a los 16 duerme menos de ocho
horas.
NUTRICIÓN Y TRASTORNOS ALIMENTARIOS

La buena nutrición es importante para apoyar el rápido crecimiento de la adolescencia y para establecer hábitos
alimentarios saludables que se prolonguen en la adultez. Desafortunadamente, en comparación con los adolescentes de
otros países industrializados, los estadounidenses comen menos frutas y vegetales y consumen más alimentos altos en
colesterol, grasa y calorías y bajos en nutrientes.
Obesidad
Según los autorreportes de estatura y peso de más de 29 000 niños y niñas de 13 y 15 años, la probabilidad de tener
sobrepeso es casi el doble entre los adolescentes estadounidenses que entre sus coetáneos de otros 14 países
industrializados. En Estados Unidos, cerca de 34% de ellos muestra un índice de masa corporal (IMC) en o por arriba
del percentil 85 para su edad y sexo, y el porcentaje de adolescentes con IMC en o por arriba del percentil 95 se más
que triplicó entre 1980 y 2008, de 5% a casi 18%. Entre los adolescentes mayores la obesidad es 50% más común en los
que pertenecen a familias pobres.

Imagen corporal y trastornos alimentarios


En ocasiones, la determinación de no subir de peso puede provocar problemas más graves que el sobrepeso en sí. La
preocupación por la imagen corporal puede dar lugar a esfuerzos obsesivos por controlar el peso. Este patrón es más
común entre las niñas que en los varones y es menos probable que se relacione con problemas reales de peso. Debido al
incremento normal de grasa corporal durante la pubertad que se produce en las niñas, muchas, en especial si están en
un momento avanzado del desarrollo puberal, se sienten desdichadas con su apariencia, lo cual refleja la importancia
cultural que se otorga a los atributos físicos femeninos.

Anorexia nerviosa
Este padecimiento, también llamado autoinanición, es una amenaza potencial para la vida. Se estima que en los países
occidentales están afectados entre 0.3 y 0.5% de las adolescentes y mujeres jóvenes, así como un porcentaje menor, pero
en aumento de niños y hombres. Las personas con anorexia tienen una imagen corporal distorsionada y, aunque su peso
es mucho más bajo de lo normal, creen que están demasiado gordas. Suelen ser buenas estudiantes, pero pueden ser
retraídas o deprimirse e involucrarse en conductas perfeccionistas repetitivas.

Tratamiento y resultados de los trastornos alimentarios


La meta inmediata del tratamiento de la anorexia es lograr que los pacientes coman y suban de peso, meta que a menudo
es difícil alcanzar dada la fuerza de las convicciones de los pacientes acerca de su cuerpo. Un tratamiento que se usa de
manera generalizada es un tipo de terapia familiar en que los padres toman control de los patrones de alimentación de su
hija. Cuando ésta empieza a obedecer las instrucciones de los padres, puede concedérsele más autonomía apropiada para
la edad. La terapia cognitivo-conductual, que trata de cambiar la imagen corporal distorsionada y recompensa la
alimentación con privilegios como la oportunidad de salir de la cama y de la habitación, puede ser parte del tratamiento.

CONSUMO Y ABUSO DE SUSTANCIAS


Aunque la gran mayoría de los adolescentes no abusan de las drogas, una importante minoría sí lo hace. El abuso de
sustancias implica el consumo dañino de alcohol o de otras drogas que puede dar lugar a la dependencia a las drogas o
adicción, la cual puede ser fisiológica, psicológica o ambas y es probable que continúe en la adultez. Las drogas
adictivas son en especial peligrosas para los adolescentes porque estimulan partes del cerebro que continúan su
desarrollo durante la adolescencia. Cerca de 6% de los jóvenes de 12 a 17 años necesitaba tratamiento por el consumo
de alcohol y más de 5% necesitaba tratamiento por el consumo de drogas ilícitas.

Tendencias en el consumo de drogas

En Estados Unidos, casi la mitad de los adolescentes (47%) ha probado drogas ilícitas para cuando
egresan de la preparatoria. A inicios de la década de 1990, la disminución de
la percepción de que las drogas son peligrosas y el relajamiento de la desaprobación de los pares fueron acompañados por
un repunte del consumo. Sin embargo, esa tendencia empezó a revertirse. El consumo de drogas ilícitas aumentó
ligeramente desde 2007, pero la mayor parte de este repunte es
explicado por el consumo de marihuana, que muchos adolescentes consideran
menos dañina que otras drogas. Cuando se considera el consumo durante el
año pasado de otras drogas a excepción de la marihuana, las tasas de prevalencia han disminuido en los dos años pasados.

Alcohol, mariguana y tabaco


El consumo de alcohol y tabaco entre los adolescentes estadounidenses ha seguido una tendencia más o menos paralela
a la del consumo de las drogas duras, con un incremento notable durante la mayor parte de la década de 1990 seguido
por una disminución gradual más pequeña. En su mayor parte, la marihuana ha seguido el mismo patrón, aunque su
consumo exhibió un pequeño incremento en los años recientes.
DEPRESIÓN
La prevalencia de la depresión aumenta durante la adolescencia. Un promedio anual de casi 9% de los jóvenes de entre
12 y 17 años había experimentado por lo menos un episodio de depresión mayor,
y sólo cerca de 40% de ellos había recibido tratamiento. Por lo general, las tasas se incrementan con la edad. La
depresión en los jóvenes no necesariamente se presenta como tristeza sino como irritabilidad, aburrimiento o incapacidad
para experimentar placer. Una razón por la que es necesario tomarla en serio es el riesgo de suicidio.

MUERTE EN LA ADOLESCENCIA
La muerte en la adolescencia siempre es trágica y, por lo regular, accidental, pero no del todo. En Estados Unidos, 63%
de las muertes es resultado de choques automovilísticos, otras lesiones no intencionales, homicidio y suicidio. La
frecuencia de muertes violentas en este grupo de edad es un reflejo tanto de una cultura violenta como de la
inexperiencia e inmadurez de los adolescentes, que a menudo conducen a asumir riesgos y a la falta de cuidado.

Muertes por accidentes automovilísticos y armas de fuego


Los choques automovilísticos son la causa principal de muerte entre los adolescentes de Estados Unidos y representan
aproximadamente la tercera parte de todas las muertes en la adolescencia. El riesgo de colisión es mayor entre los
jóvenes de 16 a 19 años que en cualquier otro grupo de edad, sobre todo entre los jóvenes de 16 y 17 años que empezaron
a conducir recientemente.

Suicidio
El suicidio es la tercera causa importante de muerte entre los estadounidenses de 15 a 19 años de edad. La tasa de
suicidio en adolescentes disminuyó 28% entre 1990 y 2003, lo que quizá se debió en parte a que se restringió su acceso
a las armas de fuego. No obstante, en 2004 la tasa de suicidio se disparó 8%, con lo que alcanzó su nivel más alto en 15
años, con los mayores incrementos entre las adolescentes. La horca ha superado a las pistolas como método preferido
entre las chicas, pero entre los varones sigue siendo más probable el uso de armas de fuego.

Desarrollo psicosocial en
la adolescencia
La búsqueda de la identidad
Durante los años de la adolescencia aparece en escena la búsqueda de la identidad, definida por Erikson como una
concepción coherente del yo, compuesta por metas, valores y creencias con las que la persona establece un compromiso
sólido. El desarrollo cognoscitivo de los adolescentes les permite construir una “teoría del yo”, el esfuerzo de un
adolescente por dar sentido al yo no es “una especie de malestar madurativo”, sino que forma parte de un proceso
saludable y vital que se basa en los logros de las etapas anteriores, sobre la confianza, la autonomía, la iniciativa y la
laboriosidad, y sienta las bases para afrontar los desafíos de la adultez. Sin embargo, la crisis de identidad rara vez se
resuelve por completo en la adolescencia, pues los problemas de esta etapa surgen una y otra vez durante la vida adulta.

ERIKSON: IDENTIDAD FRENTE A CONFUSIÓN DE IDENTIDAD


La principal tarea de la adolescencia , decía Erikson (1968), es confrontar la crisis de identidad frente a confusión de
identidad, o identidad frente a confusión de roles, de modo que pueda convertirse en un adulto único con un coherente
sentido de yo y un rol valorado en la sociedad. El concepto de crisis de identidad se basó en parte en la experiencia
personal de Erikson. Al crecer en Alemania como hijo fuera de matrimonio de una mujer judía de Dinamarca que se
había separado de su primer marido, Erikson nunca conoció a su padre biológico. Aunque fue adoptado a los nueve
años por el segundo esposo de su madre, un pediatra judío alemán, se sintió confundido respecto a su identidad. Por
algún tiempo estuvo sin saber qué hacer antes de definir su vocación. Cuando llegó a Estados Unidos, tuvo que redefinir
su identidad como inmigrante. De acuerdo con Erikson, la identidad se construye a medida que los jóvenes resuelven
tres problemas importantes: la elección de una ocupación, la adopción de valores con los cuales vivir y el desarrollo de
una identidad sexual satisfactoria.

MARCIA: ESTADOS DE IDENTIDAD, CRISIS Y COMPROMISO


Olivia, Isabella, Josh y Jayden están a punto de graduarse de la preparatoria. Olivia ha considerado sus intereses y
talentos y planea convertirse en ingeniera. Restringió sus opciones universitarias a tres escuelas que ofrecen buenos
programas en ese campo.
Isabella sabe con exactitud lo que va a hacer con su vida. Su madre, líder sindical en una fábrica de plásticos, hizo los
arreglos para que ingresara al programa de aprendices de la fábrica. Isabella nunca ha considerado hacer otra cosa.
Por otro lado, Josh no puede tomar una decisión respecto a su futuro. ¿Debería asistir a la universidad de la comunidad o
unirse al ejército? No puede decidir qué hacer ahora o qué quiere hacer en el futuro.
Jayden todavía no tiene idea de lo que quiere hacer, pero eso no le preocupa. Cree que puede obtener algún trabajo y
decidir su futuro cuando esté listo.
Esos cuatro jóvenes están involucrados en la formación de su identidad. ¿Cómo pueden explicarse las diferencias en el
modo en que se ocupan del asunto y de qué manera afectarán esas diferencias el resultado? Según la investigación del
psicólogo James E. Marcia (1966, 1980), esos estudiantes se encuentran en cuatro diferentes estados de identidad,
estados del desarrollo del yo (o sí mismo).

DIFERENCIAS DE GÉNERO EN LA FORMACIÓN DE LA IDENTIDAD


Muchas investigaciones apoyan la opinión de Erikson de que, para las mujeres, la identidad y la intimidad se
desarrollan juntas. No obstante, en lugar de considerar que este patrón es una desviación de una norma masculina,
algunos investigadores consideran que señala una debilidad de la teoría de Erikson, la cual, afirman, se basa en los
conceptos occidentales de individualidad, autonomía y competitividad centrados en el hombre. El sentido del yo
femenino se desarrolla no tanto mediante la adquisición de una identidad separada sino por medio del establecimiento
de relaciones. Las niñas y las mujeres, dice Gilligan, se juzgan a sí mismas por su manejo de las responsabilidades y por
su habilidad para cuidar de otros y de sí mismas.

FACTORES ÉTNICOS EN LA FORMACIÓN DE LA IDENTIDAD


Para muchos jóvenes de los grupos minoritarios, la raza u origen étnico es crucial para la formación de la identidad. De
acuerdo con el modelo de Marcia, algunas investigaciones han identificado cuatro estados de identidad étnica:

1. Difusa: Juanita ha hecho poca o ninguna exploración de su origen étnico y no entiende


con claridad los temas involucrados.
2. Excluida: Caleb ha hecho poca o ninguna exploración de su origen étnico, pero tiene
sentimientos claros sobre éste. Esos sentimientos pueden ser positivos o negativos, de
acuerdo con las actitudes que asimile en su hogar.
3. Moratoria: Emiko ha empezado a explorar su origen étnico, pero se siente confundida
acerca de lo que éste signifi ca para ella.
4. Lograda: Diego ha explorado su identidad y entiende y acepta su origen étnico.

Sexualidad

Verse a sí mismo como un ser sexuado, reconocer la propia orientación sexual, aceptar los cambios sexuales y
establecer vínculos románticos o sexuales, son aspectos que acompañan a la adquisición de la identidad sexual. La
conciencia de la sexualidad es un aspecto importante de la formación de la identidad, que afecta de manera profunda las
relaciones y la imagen que uno tiene de sí mismo. Si bien éste es un proceso impulsado por factores biológicos, su
expresión está definida en parte por la cultura.

ORIENTACIÓN E IDENTIDAD SEXUAL

Si bien está presente en los niños más jóvenes, la orientación sexual por lo general se convierte en un asunto
apremiante en la adolescencia: que la persona sienta una atracción sexual consistente por personas del sexo opuesto
(heterosexual), del mismo sexo (homosexual) o de ambos sexos (bisexual). La heterosexualidad predomina en casi todas
las culturas conocidas en todo el mundo. La prevalencia de la orientación homosexual varía en gran medida. La tasa de
homosexualidad en la población estadounidense fluctúa de 1 a 21% según si es medida por la atracción o excitación
sexual o romántica o por la conducta o la identidad sexual.

Orígenes de la orientación sexual

Buena parte de la investigación sobre la orientación sexual se ha enfocado en los esfuerzos por explicar la
homosexualidad. Aunque alguna vez se consideró una enfermedad mental, varias décadas de investigación no han
encontrado asociación entre la orientación homosexual y los problemas emocionales o sociales, aparte de los que al
parecer son ocasionados por el trato social a los homosexuales, como la tendencia a la depresión.

Desarrollo de la identidad homosexual y bisexual

A pesar de la creciente aceptación de la homosexualidad en Estados Unidos, muchos adolescentes que se identifican
abiertamente como gais, lesbianas o bisexuales se sienten aislados en un ambiente hostil donde pueden ser sometidos a
discriminación o violencia. Otros pueden ser renuentes a revelar su orientación sexual, incluso a sus padres, por temor
a la fuerte desaprobación o a la ruptura familiar (Hillier, 2002; C. J. Patterson, 1995b). Puede resultarles difícil
conocer e identificar a compañeros sexuales del mismo sexo.

CONDUCTA SEXUAL

De acuerdo con encuestas nacionales, 42.5% de los jóvenes solteros de 15 a 19 años ha tenido relaciones sexuales y 77%
de los jóvenes estadounidenses han tenido relaciones sexuales hacia los 20 años. Esta proporción ha sido
aproximadamente la misma desde mediados de la década de 1960 y la llegada de la píldora. La chica promedio tiene su
primera relación sexual a los 17 años y el muchacho promedio a los 16, y alrededor de una cuarta parte de los jóvenes y
las muchachas informan que tuvieron su primera relación sexual a los 15 años.

Exposición a riesgos sexuales

Dos preocupaciones importantes acerca de la actividad sexual adolescente son los riesgos de contraer infecciones de
transmisión sexual (ITS) y, en el caso de la actividad heterosexual, de embarazarse. Los jóvenes que corren mayor
riesgo son los que empiezan temprano la actividad sexual, tienen parejas múltiples, no usan anticonceptivos de manera
regular y cuentan con información inadecuada (o errónea) acerca del sexo. Otros factores de riesgo son vivir en una
comunidad con desventajas socioeconómicas, el abuso de drogas, la conducta antisocial y la cercanía con compañeros
problemáticos. La supervisión de los padres puede ayudar a reducir esos riesgos.

Uso de anticonceptivos
El uso de anticonceptivos entre los adolescentes aumentó desde 1990. Los adolescentes que usan más de un método
anticonceptivo o hablan de la anticoncepción antes de tener su primera relación sexual demorada, son más propensos a
usar anticonceptivos de manera sistemática durante esa relación.
¿De dónde obtienen los adolescentes información sobre el sexo?
De manera primordial, la obtienen de amigos, padres, la educación sexual en la escuela y los medios. Es más probable
que los adolescentes que pueden hablar de sexo con hermanos mayores y con los padres tengan actitudes favorables
hacia las prácticas sexuales seguras.

INFECCIONES DE TRANSMISIÓN SEXUAL (ITS)


Las enfermedades de transmisión sexual (ETS), actualmente llamadas infecciones de transmisión sexual (ITS), se
propagan por contacto sexual. Se estima que cada año se diagnostican 19 millones de nuevas infecciones de transmisión
sexual y que 65 millones de estadounidenses padecen una ITS incurable. De acuerdo con un estudio sobre una muestra
nacional representativa, se estima que en Estados Unidos 3.2 millones de muchachas adolescentes, más o menos una de
cada cuatro entre las edades de 14 a 19 años, han tenido por lo menos una infección de transmisión sexual.

EMBARAZO Y MATERNIDAD EN LA ADOLESCENCIA


En Estados Unidos, más de cuatro de cada 10 adolescentes han estado embarazadas
por lo menos una vez antes de los 20 años. Más de la mitad (51%) de las jóvenes
embarazadas en Estados Unidos tienen a sus bebés. Sesenta y siete porciento de las adolescentes que llevan su embarazo
a término tienen entre 18 y 19 años, 31% tiene entre 15 y 17 años y 2% de los nacimientos vivos corresponden a
adolescentes menores de 15 años. En general, 35% de las adolescentes decide abortar y 14% de los embarazos
adolescentes termina en aborto espontáneo o en partos en que el bebé nace muerto.
Resultados del embarazo de adolescentes
Es común que los embarazos de adolescentes tengan malos resultados. Muchas de las madres son pobres y con escasa
educación, y algunas son consumidoras de drogas. Además, tienen mala alimentación, no ganan el peso suficiente y no
reciben cuidado prenatal o el que reciben es inadecuado. Es probable que sus bebés sean prematuros o peligrosamente
pequeños y corren un mayor riesgo de otras complicaciones del parto; la muerte fetal tardía, neonatal o en la infancia;
problemas de salud y académicos; abuso y negligencia; y discapacidades del desarrollo que se prolongan hasta la
adolescencia.

Prevención del embarazo adolescente


Las tasas de embarazos de adolescentes (y el posterior nacimiento) en Estados Unidos son mucho mayores que en otros
países industrializados, donde los adolescente inician la actividad sexual igual de temprano o incluso más. En años
recientes, las tasas de embarazo de adolescentes en Estados Unidos han sido casi cinco veces mayores que en Dinamarca,
Finlandia, Francia, Alemania, Italia, los Países Bajos, Suecia y Suiza, y doce veces más grandes que en Japón.

Relaciones con la familia, los iguales y la sociedad adulta


La edad se convierte en un poderoso agente de vinculación en la adolescencia. Los adolescentes pasan más tiempo con
los compañeros y menos con la familia. Sin embargo, los valores fundamentales de la mayoría de ellos permanecen más
cercanos a los de sus padres de lo que en general se da uno cuenta. Incluso cuando los adolescentes encuentran en sus
amigos compañía e intimidad, buscan en los padres una base segura a partir de la cual puedan probar sus alas de
manera muy parecida a lo que hacen los niños pequeños cuando empiezan a explorar un mundo más ancho. Los
adolescentes más seguros tienen fuertes relaciones de apoyo con los padres que están en sintonía con la forma en que
los jóvenes se ven a sí mismos, permiten y estimulan sus esfuerzos por lograr la independencia y ofrecen un puerto
seguro en tiempos de estrés emocional.

¿LA REBELIÓN ADOLESCENTE ES UN MITO?


Los años de la adolescencia se han considerado un tiempo de rebeldía adolescente que involucra confusión emocional,
conflictos con la familia, alejamiento de la sociedad adulta, comportamiento temerario y rechazo de los valores adultos.
Sin embargo, la rebelión plena parece ser relativamente poco común incluso en las sociedades occidentales, al menos
entre los adolescentes de clase media que asisten a la escuela. La mayoría de los jóvenes experimentan cercanía y
sentimientos positivos hacia sus padres, comparten con ellos opiniones similares acerca de temas importantes y valoran
su aprobación.

CAMBIOS EN EL USO DEL TIEMPO Y EN LAS RELACIONES


Una forma de medir los cambios en las relaciones de los adolescentes con las personas importantes en sus vidas es
observar cómo aprovechan su tiempo libre. La cantidad de tiempo que los adolescentes estadounidenses pasan con sus
familias disminuye de manera notable durante los años adolescentes. Sin embargo, esta separación no es un rechazo de
la familia sino una respuesta a las necesidades del desarrollo. A menudo, los adolescentes jóvenes pasan tiempo a solas
en su habitación para alejarse de las exigencias de las relaciones sociales , recuperar la estabilidad emocional y
reflexionar sobre las cuestiones de identidad.

ADOLESCENTES Y PADRES
Tal como escribió el poeta inglés William Wordsworth, “El niño es el padre del hombre”. Este patrón de desarrollo se
aplica también a la adolescencia. Las relaciones con los padres durante la adolescencia —el grado de conflicto y la
apertura de la comunicación— se sustentan en gran medida en la cercanía emocional desarrollada durante la niñez; a
su vez, las relaciones de los adolescentes con los padres establecen las condiciones para la calidad de la relación con
una pareja en la adultez.

También podría gustarte