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Facultad de Teología

Seminario para la Licenciatura en Teología: “Hacia una pneumatología


latinoamericana”

“Vida”, otro nombre del Espíritu Santo:

Fundamento del carisma FAM

Profesora: Dr. María José Caram


Alumna: María Clara Rosso

Córdoba
Septiembre – 2019
Introducción

Cuando nos propusimos realizar este trabajo, quisimos dar cauce a una intuición
que encontramos reflejada en mucho de lo que pudimos descubrir en este seminario de
Pneumatologías Latinoamericanas: la Vida genuina –y con esto decimos: en su máxima
expresión de contenido y plenitud- es propiciada, gestada, alentada en la historia por el
Espíritu Santo Señor y Dador de Vida.
Este enunciado puede parecer una verdad cierta y conocida por todos, y es que
en cierta medida lo es. Nuestro propósito se centrará en explicitar esta afirmación para
darle sostenimiento y fundamento desde el quehacer teológico en estas tierras
latinoamericanas. Para esto puntualizaremos en dos autores: el primero es José Comblin
a quien hemos elegido por su trayectoria dentro de la teología de la liberación y por
presentar el primer trabajo sistemático de una pneumatología latinoamericana; allí,
nuestro tema, es uno de sus cuatro puntos de desarrollo principales. La segunda autora
es María Clara Lucchetti de Bingemer, ella representa para nosotros una perspectiva
irreductible del quehacer teológico, aportará su ser femenino y su hacer teología desde
este lugar, así como también su propuesta original que presenta a la Vida como criterio
para descubrir la presencia del Espíritu.
Por último compartiremos una experiencia concreta de Vida: la Fundación
Apostólica Mariana, que a nuestro criterio encuentra su asidero en esta concepción, y
veremos cómo verdaderamente podemos conocerla más y mejor si comprendemos su
razón de ser a la luz de los aportes de estos autores.

1
1. El Espíritu realiza la Vida en el mundo: aporte de José Comblin

1.1. Relación Espíritu-Vida

Toda la obra de Comblin está marcada por la preocupación de hacer visible al


Espíritu Santo, su obra es considerada una pneumatología, la primer pneumatología
sistemática en América Latina. El título de este apartado sintetiza su aporte respecto al
Espíritu y a la Vida. Si lo analizamos en detalle, se puede constatar la relación directa
que existe entre éstos, ya que la Vida es obra del Espíritu.
Comblin lo dirá con estas palabras: “Ahora bien, el Dios de la Biblia es Dios de la
vida. Y el Dios de la vida es el Espíritu Santo. Los Latinoamericanos aspiran al Espíritu Santo al
buscar la vida”.1 A partir de aquí podemos ver claramente la relación antes mencionada,
además quedará directamente referida a Dios, y al Dios de la Biblia, allanando el
camino a la hora de la interpretación gracias al marco hermenéutico que nos brinda. Por
último destacamos que nombra un lugar concreto: Latinoamérica. Es oportuno
preguntar si la razón de ubicar un lugar concreto nos dice que no podemos afirmar lo
mismo de otros lugares. No encontramos una respuesta a esta pregunta, lo que sí
descubrimos es que para pronunciarse acerca de la vida, Comblin habla de lo que
conoce, de lo que ha experimentado, desde donde está inserto. Esto nos descubre un
modo de hacer teología, una metodología particular que caracterizará toda su obra.
Para ampliar esta idea encontramos una nueva distinción que hace el autor: una
cosa es describir la Vida y otra describir la experiencia de la Vida. La primera se puede
abordar también desde una explicación científica, pero definitivamente sólo se podrá
conocer la experiencia vital en la participación activa; por esta razón, incluso cuando se
analice y se describa esa experiencia vivida, no se logrará abarcarla por entero.2
Aun teniendo en cuenta esto, podemos puntualizar un poco más y descubrir un
camino concreto que nos ofrece este autor: “Vivir es actuar, producir, cambiar el mundo
en que estamos zambullidos, toda vez que esa acción nos torna creadores, autores de
nosotros mismos”.3

1
Cf. J. COMBLIN, "Espíritu Santo" en: Mysterium Liberationis, Madrid, Trotta, 1990, 629.
2
Cf. ID., El Espíritu Santo y la liberación, Madrid, Ediciones Paulinas, 1987, 49 ss. Estas características,
a nuestro modo de ver, coinciden con la experiencia del Espíritu descripta también por otros teólogos
como Congar y Moltmann.
3
ID., La Vida en búsqueda de la libertad (Santiago-Chile: Mov. Teol de la Liberación-Chile, 2008). 29. .

2
1.2. ¿Cómo es la Vida producida por el Espíritu?

Ahora bien podríamos preguntarnos a qué vida nos estamos refiriendo, cuál es el
contenido de esa vida que es realizada por el Espíritu Santo. En principio podemos
afirmar que la vida aquí tratada es un concepto teológico, 4 y por lo tanto corresponde
acercarnos a ella no desde la ciencia, sino desde el sentido. 5 Que sea un concepto
teológico implica que, en palabras del autor:

“La vida es el atributo principal de Dios. Por la analogía con nuestra vida, podemos entender
algo de Dios. Él también vive. Vive y es fuente de vida. La vida se muestra fecunda, expansiva.
La vida crea más vida, se multiplica. La consideración de nuestra vida nos permitirá entender
alguna cosa de Dios, y la consideración de la vida de Dios nos permitirá entender mejor lo que es
nuestra vida. Jesús dice: “Yo vivo, y vosotros viviréis” (Jn 14, 19). Esa es nuestra esperanza y
nuestra confianza en el Espíritu Santo.
Si nos preguntamos: ¿qué hace el Espíritu Santo? La respuesta es: él da vida, libertad, don de la
palabra, fuerza para actuar, crea el pueblo de Dios”.6

Desde esta última frase, la vida es el punto de referencia de los cinco aspectos en
los que desarrolla su pneumatología latinoamericana: la vida es el punto central y
culmen en donde todo el desarrollo encuentra su eje. Porque donde hay vida hay
libertad, se rompen cadenas, se levantan yugos; porque donde hay vida se puede decir,
está habilitada la palabra, hay capacidad de relato, de pronunciar y pronunciarse; porque
donde hay vida hay fuerza para actuar, para movilizar, para transformar, y finalmente,
porque donde hay vida se crea un tipo nuevo de relaciones, se gesta la comunidad, se
nuclea el pueblo de Dios.
Por último, reafirmamos desde el texto, que la vida del Espíritu en el mundo, en
nosotros -que es la Vida en la que Cristo vive- se muestra fecunda, expansiva, crea más
vida, se multiplica.

1.3. ¿Una utopía o una realidad?

Esta pregunta surge al constatar que “hay vidas que son vidas” y “vidas que no
son vida”. Existen las vidas de los dominadores que parecen vidas y las vidas de los
dominados que no parecen vidas7 ¿cuál es genuinamente vida?
Al mismo tiempo que afirmamos lo expuesto en el punto anterior, clarificando
cómo es la fuerza del Espíritu que construye la Vida,8 percibimos una realidad que no se

4
Ibid., 7.
5
“La ciencia objetiva no habla de la realidad vivida, sino tan sólo de los esqueletos de la realidad, de sus
soportes materiales; es incapaz de percibir la vida”, J. COMBLIN, El Espíritu Santo y la liberación, 49.
6
Ibid.,
7
Cf. J. COMBLIN, La Vida en búsqueda de la libertad, 28.
8
Ibid., 82.

3
condice con esa vida del Espíritu, es decir, no todo es vida -y por el contrario- es muerte
descripta en todas sus formas. Esta contracara de la Vida: la “vida humana disminuida”
Comblin la llamará “carne”.
“La carne no es el cuerpo, sino la vida humana destruida o disminuida por medio de homicidios,
injusticias, dominaciones, robos, explotación, esclavitud, indiferencia… Todo eso es inclinación
para la muerte. El Espíritu es el movimiento contrario. El Espíritu establece la vida. Esta vida es
vida de Hijos de Dios. Los hijos son herederos y destinados a la vida gloriosa (cf. Rom 8, 16 –
17)”.9

Nuestro autor, se basa en una exegesis de Pablo, sobre el texto: “El espíritu es
vida (Rom 8, 10), donde habla del Espíritu en contraposición a la carne”. Contemplando
esta realidad en donde la vida y la muerte conviven, sumarse a la concreción de la vida
genuina es la propuesta.

1.4. Hombre Nuevos

Descubrimos cuatro elementos que nos parecen significativos en la propuesta de


Comblin acerca de lo que significa una vida en la sintonía del Espíritu. 1. Una vida
según el Espíritu tiene unas consecuencias, unos frutos que pueden ser reconocidos:
“amor, alegría, longanimidad, benignidad, bondad, fidelidad, mansedumbre,
autodominio”.10 Citando la carta de Pablo a los Gálatas hace esta lista. 2. El autor
plantea que si bien es cierto que “la fuerza del Espíritu es fuerza de vida y que ella
produce vida y hace que nosotros también podamos producir vida”,11 depende de nuestra
libertad que lo dejemos operar y transformar con nosotros el mundo: “El Espíritu
produce más o menos efectos de acuerdo con la receptividad de los oyentes. Algunos
escuchan poco y otros bastante. Estos irán más lejos y producirán más vida”.12
3. Comblin advierte que será necesario aprender a reconocer los efectos del
Espíritu, porque por más que existan no siempre son evidentes para todos. Dirá: “Los
efectos no siempre son perceptibles por la sociedad dominante o por los medios de
comunicación. Pueden ser obras simples, hechas por un pueblo pobre, pero que
permiten la continuación y la promoción de la vida, incluso en condiciones tan
precarias”.13 Esto nos permite vislumbrar que hay un horizonte que es claro hacia el cual
estamos yendo, pero se transita en un proceso que aún no acaba, bien lo dice el autor:
“Con el Espíritu ya estamos iniciando ese proceso de liberación de la creación entera,

9
Ibid., 83.
10
Ibid., 86.
11
Ibid., 83.
12
Ibid., 85.
13
Ibid.,

4
pero todavía falta un largo camino. El Espíritu es la fuerza que infunde las energías
necesarias para la vida renovada, restaurada, y al final plenamente realizada”. 14
4. Por ultimo destacamos algo que nos parece lo más decidor para este tiempo en
donde la pluralidad se percibe como un valor: el autor asocia la presencia del Espíritu a
las obras que produce, haciendo que estas obras –por decir de algún modo- lo hagan
visible, lo transparenten, lo traduzcan, lo muestren… Existe “una diversidad de
actividades –como dirá-, cada cual desempeña su actividad. Los dones del Espíritu son
múltiples y la vida de cada uno es específica”. 15 Esto hecha luz en dos direcciones, por
un lado nos permite afirmar que no hay una sola actividad que sea reflejo del Espíritu
como tal, por lo tanto, ninguna persona podrá esgrimir tal derecho para una actividad en
particular. Más bien todas las actividades humanas, en tanto promuevan la Vida, son
posibles trasparencias de la presencia del Espíritu. Por otro, esa actividad vemos que se
amolda a lo específico de cada persona, la Vida del Espíritu se hace concreta según la
actividad que cada uno desempeña, respetando –podríamos decir- cada singularidad.
Finalizando este apartado acerca de la perspectiva de Comblin, completamos lo
hasta ahora dicho con esta afirmación del autor: “la vida es realización del Espíritu.
Todos los días hacemos la experiencia de que nuestra vida no es el fruto de nuestra
actividad, sino que es un don renovado. Es esa experiencia de dependencia y de don
gratuito que proporciona la única semejanza con el don de la nueva vida”.16
Quizás esto último resulta algo llamativo o incluso contradictorio, sin embargo -
desde nuestro modo de ver- lo que el autor afirma, ayuda a ubicarnos acertadamente
frente al Espíritu: una realidad divina que “no se sabe de dónde viene ni a dónde va”, 17
incontenible en nuestros esquemas aunque posible de conocerse con toda la densidad
que este verbo trae en el lenguaje bíblico.

14
Ibid.,
15
Ibid., 86.
16
Ibid.,
17
Cf. Jn 3,8: El viento sopla donde quiere, y oyes su sonido, pero no sabes de dónde viene ni adónde va;
así es todo aquel que es nacido del Espíritu.

5
2. Vida, como criterio de discernimiento del Espíritu: aporte de Ma. Clara Lucchetti
Bingemer

2.1. Elegir la vida: Primer criterio de discernimiento

De esta autora tomamos fundamentalmente la obra en la que desarrolla una


pneumatología como posibilidad de diálogo entre diferentes religiones y una misión
realmente universal. Su tesis se apoya fundamentalmente en la certeza de que Dios
quiere salvar a todos los hombres y en la garantía de este hecho, que ella encuentra
contemplando a ese Dios Espíritu que se nos ha dado “no solamente a la Iglesia, sino
también a la humanidad y a toda la creación”. 18 Citando nuevamente sus palabras “Dios
está en todas partes «en misión», ésta es la verdadera Buena Noticia”.19
Se hace necesario entonces poder encontrar un criterio de discernimiento para
auscultar la realidad y descubrir la presencia operante del espíritu en la creación. Ese
criterio es la producción de vida. Dirá: “La primera de las características que posibilitan
el discernimiento de la presencia del Espíritu Santo es la «producción» de la vida”. 20 Así
se da una identificación entre Espíritu y Vida.
También a ella quisimos preguntarle qué tipo de vida, cómo es esa vida a la que
se refiere:
“Toda vida, y no solamente la vida religiosa, sabia, moral y justa, es iniciada por la ruaj, Espíritu
de Dios. Como madre que inicia y ama toda vida, así es la ruaj (…) La ausencia del Espíritu, o
cualquier tentativa de restringirlo, contristarlo o extinguirlo, por otro lado, resulta en una
disminución de la vida y en un aumento del poder depredador, destructivo de la muerte”. 21

Dos cosas además nos quedan claras aquí y seguirán siendo explicitadas por la
autora: que la vida es toda vida y esto se convierte en denominador común a todas las
personas, haciendo de la vida una cuestión también antropológica antes que teológica. Y
que la vida, así como se produce y crece, de igual modo puede disminuir y extinguirse.

2.1.1. Signos del Espíritu produciendo vida

En la presencia del Espíritu “produciendo vida” en las personas y en las


comunidades hay cuatro signos que Ma. Clara describe a continuación:
1. La subversión pneumatológica de la antropología. Con esto quiere significar
el cambio radical que opera el Espíritu en los fundamentos de la persona misma.

18
M.C. LUCCHETTI BINGEMER, "A pneumatologia como posibilidade de dialogo e missao universais" en:
Dialogo dos Passaros, Sao Paulo, Paulinas, 1993, 111.
19
Ibid., 121.
20
Ibid., 116.
21
Ibid, 116

6
Cambio radical que se puede describir como un éxodo de sí mismo hacia los otros,
también llamado alteración porque justamente es la presencia y manifestación de otro
(alter) lo que lo provoca. La consecuencia palpable en la persona es que el Espíritu la
torna abierta y solícita, en relación con todos, haciendo que ya no se mueva por el
egoísmo y la autoreferencialidad.
Desde nuestra perspectiva es interesante esta observación, porque como también
dirá está “imitándose” el modo de ser del Espíritu respecto al Padre y al Hijo:
“Podemos afirmar que en esto es visible el movimiento trinitario de Dios, entendiendo como tal
el éxodo del Espíritu que está constantemente siendo enviado por el Padre a través del Hijo, el
otro Paráclito, que estaba presente en el comienzo de toda la creación (Gn 1,1) y ahora llena la
tierra con su divina presencia, pudiendo ser reconocido por los frutos de vida que produce en
medio de esta misma creación, renovándola por dentro y haciéndola una nueva creación”. 22

2. El Espíritu altera el espacio humano. Cuando Ma. Clara expresa esta


característica se refiere al hecho de que la persona humana se comprenderá ya no desde
la estrechez de los límites de sí mismo; sino que lo hará a partir y desde la vida de otro,
desde el punto de vista de otro; ya sea Dios, ya sean los hermanos. El espacio vital es
alterado.
Las consecuencias concretas de esto pueden constatarse fácilmente en las
personas, nombraremos solamente dos: a. tienden a moverse siempre en dirección a lo
desconocido y están abiertas a la invasión de lo ignorado, porque el otro permanece
nunca totalmente develado. b. Por esta misma razón, se hacen capaces de exponerse a
ser rechazados, ignorados, entristecidos, ofendidos y también destruidos. Asumen así la
no-vida para transformarla en Vida, siendo partícipes de la creación de un espacio
alternativo para los seres humanos.
3. Transformación y conformación por el espíritu. Se refiere aquí a la verdadera
“metamorfosis”, según dice, que opera el Espíritu, que es Espíritu de Cristo, en las
personas:
“lo torna simultáneamente más fecundo y generador de vida para todos... a través de simples
prácticas de caridad y amor para con los otros, a través de la salida del egoísmo, mostrando ante
la faz del mundo la forma de aquella persona histórica que era amor en sí mismo, que pasó por la
vida haciendo el bien”.23

4. Salvación: un don del Espíritu para toda criatura. El último signo descripto se
deriva de la universal voluntad salvífica de Dios: se hace necesario reconocer que Dios
está operando esa salvación a través de su Espíritu productor y dador de vida que es
ofrecido como don gratuito a toda criatura. “Debemos admitir que donde una

22
M.C. LUCCHETTI BINGEMER. 118.
23
Ibid., 120.

7
antropología es alterada a fin de ser más viva y producir más vida, allí está aconteciendo
la salvación, allí el Espíritu de Dios está actuando”.24
Con esto finalizamos nuestra exposición acerca de la teóloga brasileña, y
pasamos a nuestro último punto. En él describiremos a la Fundación Apostólica
Mariana y veremos de qué manera y hasta qué punto estos aportes fundamentan y dan
asidero al carisma.

24
Ibid., 121.

8
3. “Fieles a la Vida”: la FAM como experiencia del Espíritu en Latinoamérica

3.1. ¿Cómo se inicia la FAM?

La Fundación Apostólica Mariana surge como carisma en la Iglesia entre los


años 1975 y 1980 en Argentina, cuando un grupo de personas en torno a la figura de un
sacerdote pallottino Efraín Sueldo Luque, comienzan a nuclearse y vivir este modo
distinto que descubren de seguimiento a Cristo.25
Nos vamos a detener en esos primeros pasos, Efraín motivado por la experiencia
que venía teniendo a raíz de acompañar a estas personas y sus inquietudes, redacta en
Agosto de 1979, lo que llamó las “Ideas fuerza”, en ellas se resume lo que de nuevo se
quiere vivir. A la luz de ellas, propiamente en Junio del año ’80, se efectiviza la
redacción de los primeros estatutos que corresponden al Movimiento Laical Mariano
(MLM); y ese mismo año, en noviembre, se redactarán los de la Fraternidad Mariana
Femenina. Esta rama, reúne a algunas de las laicas del movimiento que descubren su
vocación de especial consagración.
Más tarde, en marzo de 1982, nacerá la Fraternidad Mariana Masculina, con los
primeros que eligen el sacerdocio como forma de vida. Y por último, en 1986 la rama
Fraternidad Madres del Amor Hermoso, la mayoría mujeres, que a través de la oración
en lo cotidiano de sus vidas se sienten partícipes de esto que nacía.26

3.2. La Vida en las Ideas Fuerza

Las Ideas Fuerza son veintiuna en total, redactadas en un texto que no se


extiende más allá de una carilla y media. Concerniente a nuestro tema específicamente
encontramos la primera de ellas: “Abrir las puertas a la vida. Una Comunidad donde se

25
“Los miembros de la FAM sentimos el llamado del Padre por el Espíritu Santo a entregar totalmente
nuestras vidas al Padre, en el seguimiento de Cristo por manos de María, para que el Señor pueda usarnos
como instrumentos en la consagración del mundo, según sus planes de poder, sabiduría y amor infinitos.
El padre Fundador tomaba como modelo perfecto de actitud instrumental a la Virgen María. Ella vive el
desasimiento total de sí (Anunciación, Presentación en el Templo, Gólgota), la vinculación total a Dios y
una disponibilidad plena (Lc 1, 38). Asumimos esta actitud instrumental como forma de vida y nos
reconocemos instrumentos de Ella.
Esto nos compromete a cultivar y desarrollar una relación personal de entrega total y profunda a la
Santísima Virgen María como Madre y Educadora para que nuestra vida sea simple, sencilla, y siempre
disponible a hacer la voluntad del Padre (Jn 2,5), fuertes y magnánimos como Ella. Esta misión se hace
visible y se plasma en acciones evangelizadoras asumidas en comunión con los pastores de la Iglesia.”
“De la naturaleza y fin”, Constituciones FAM, pág 2.
26
Para completar lo que hasta hoy somos, surge en 2010, la última rama de la FAM: Fraternidad Mariana
Orante. La Asamblea de ese año -como el mayor órgano de gobierno-, le dió carta de ciudadanía a una
inspiración que venía siendo hacía seis años en el corazón y la experiencia de una de las consagradas de la
FMF.

9
posibilite, por todos los medios que haya vida, y vida en abundancia”. 27 Esta es la primer
y principal Idea Fuerza, porque es por medio de ella que todas las demás pueden
concretarse, llevarse a cabo; porque: es generando un ambiente que posibilite la vida
como todo lo demás puede realizarse.
Cuando escuchamos el inicio de la frase, resuena en nuestra memoria aquella
expresión del Papa bueno refiriéndose al Concilio Vaticano II: “Quiero abrir las
ventanas de la Iglesia para que entre el aire del Espíritu”, 28 y es que podemos afirmar
que ambas frases coinciden en su sentido de llamado a la apertura. El Papa se refiere al
intercambio que quiere propiciar entre Iglesia y mundo. Efraín habla de una disposición
a recibir, que nada en nosotros pueda causar que alguien se sienta ajeno, extraño. Por el
contrario, la apertura propiciará conocimiento, aceptación y fraternidad.
A estas frases el contexto las hace disímiles, pero a la vez nacidas de un mismo
Espíritu coinciden en lo esencial y las podemos reconocer. Esta asociación no sólo es
nuestra, sino que la comparten muchos otros miembros de la FAM de la primera hora,
sin embargo hay que decir que, por muy evidente que pueda parecer, no aparece
testificada por ningún escrito o dicho del fundador del que tengamos registro.
Inspirado en las Ideas Fuerza, se encuentra el ideal que constituye el resumen de
todo el carisma, e indica un modo, una manera, un camino para vivir la vida: “Ser Fieles
a la Vida”. El siguiente texto es un extracto de una explicación que Efraín mismo dió a
los miembros de la Fundación en un encuentro en el año 1998:
“Voy a empezar con el ideal de “Ser fieles a la vida”. Porque yo lo percibí luego de tanto andar
en la Iglesia que no sé si se acentuaba o se tenía más en cuenta la estructura, el orden (…) que
están bien, Cristo fundó así la Iglesia, pero lo esencial es la vida nueva que trajo Jesucristo para
lo cual no suprimió leyes, normas… ayudan, encauzan, cultivan, pero es la vida lo que Cristo ha
venido a traer: “He venido para que tengan Vida y Vida en abundancia”. Entonces “abrir las
puertas a la vida”, para que la vida entre. Después habrá que pulirla, perfeccionarla, orientarla,
corregirla, eso es tarea del cultivo de la vida. Pero primero dejemos entrar a la Vida, porque a lo
que vino Cristo fue a traernos la Vida: “Yo he venido para que tengan Vida y Vida en
abundancia”. 29

Desde aquí es sencillo poder identificar la vida a la que se refiere el ideal de la


comunidad con la Vida que trae Cristo, la Vida que desborda, la vida suscitada por el
Espíritu. Sin embargo también este texto deja entrever que se habla de vida como
sinónimo de la persona, de aquella persona/vida que se recibe, que es acogida, que gana
un espacio; sea cual sea su estado, su situación. Y por último, por más evidente que
27
Ideas fuerza. FAM.
28
Codina lo relata así en su artículo: “Como el Papa le expresó a un obispo africano, se trataba de abrir la
ventana para que un aire nuevo entrase en la Iglesia y sacudiese el polvo acumulado durante siglos”. V.
CODINA, "Hace 50 años hubo un Concilio" Cuadernos CJ 182 (2012), 10.
29
SUELDO LUQUE, E., Ideas Fuerzas Encuentro 1998, 3.

10
pueda parecer, la Vida es también el hecho de vivir, porque justamente es sobre esa vida
que se habla de cultivar, pulir, orientar, etc.

3.3. Explorando en la Vida desde la FAM

Los carismas, como bien sabemos son acentos del Evangelio que se suscitan por
medio del Espíritu en el tiempo, en la historia; y hablan, dicen, a los hombres acerca de
esos aspectos que acentúan.30 Este nuevo apartado nos permitirá, sin ánimo de ser
exhaustivos, seguir ahondando en lo que se acentúa de la Vida desde el carisma FAM.
Elegimos dos citas dada la extensión que pretendemos en este trabajo, la primera
corresponde al mismo Encuentro general de 1998, donde –como algo extraordinario-
hallamos el tema abordado de modo directo por el fundador:
“En ninguna parte Cristo dice: “-bueno yo he venido a traerles un nuevo Código, pero que tienen
que cumplir bien”. Sí, dice crean en mi Palabra; pero fundamentalmente “yo he venido para que
tengan Vida” y lo que ustedes perdieron con el pecado fue la vida.
Por eso si los gestos no son vitales en ustedes, mueren, no tienen fuerza, o no convencen a nadie.
En cambio, si ustedes tienen Vida, van a tener una alegría viva, van a tener un entusiasmo vivo,
van a tener una misericordia viva, capaz de comprensión viva, van a tratar de evitar todo aquello
que mata la vida, que la daña, que la perjudica. Se van a centrar ahí, todo lo demás no se niega,
se jerarquiza. Entonces, a veces mi experiencia era que en la Iglesia era, “mirá que esto no, hay
que tener cuidado porque...”. Sí, había que tener cuidado, pero una cosa es el cuidado y otra cosa
es que le cierre la puerta. Entonces, por ese cuidado no entraba la vida, sobre todo con este
cambio de la década del ‘60 que todos, de alguna manera, tenemos conciencia”. 31

La Vida de la que habla Efraín, esa Vida que trae Cristo, es más que la ley, es
más que un código a seguir; es claro que la ley sirve a la Vida y no la Vida a la ley,
quedando acorralada por ésta. Aquí se puede ver lo mismo que decíamos más arriba
respecto a las acepciones de Vida: 32 se identifica con la que trajo Cristo y con la persona
que vive. Además, hay una clara conciencia de que la Vida se puede perder, y si se
pierde la consecuencia es la muerte; de modo similar, se le puede `cerrar la puerta´
gracias a un excesivo cuidado.
También el texto nos deja ver que la persona que pierde la Vida, se encuentra sin
fuerza, sin capacidad de testimoniar. La Vida se puede percibir, se puede identificar en
gestos concretos: fuerza, alegría, entusiasmo, misericordia, comprensión; y también
cuando hay Vida se aleja la muerte, lo que la daña, lo que la perjudica. Se descubre el
dinamismo que la Vida posee: o se vive sirviendo a la Vida y acrecentándola o se vive
sirviendo a la muerte, pareciera que no hay ningún intermedio.

30
Cf. FRANCISCO, Exhortación apostólica Evangelii Gaudium, 130-131.
31
SUELDO LUQUE, E., Ideas Fuerzas Encuentro 1998, 5.
32
Ver el punto anterior 3.2

11
El segundo texto nos muestra la transformación que significa para la persona
tener Vida:
“El tener vida es tener luz en los ojos, calor en el corazón, pasión, fuerza, entusiasmo. Es tener
esperanza. Es no saberse doblegar jamás; es no admitir que nadie me quiebre, es no permitir que
nadie me sirva de obstáculo insalvable. Es saber que "todo lo puedo en Aquel que me conforta" y
saber que "¿si Dios está conmigo, quién puede contra mí?". Y por eso a mí nadie me puede
quitar ni la alegría, ni la paz, ni el gozo; que me harán sufrir, que lloraré unos días o unas horas,
que no estoy inmune frente al dolor, la cruz, el sufrimiento; que tampoco yo soy inmune para
sangrar, habrá momentos que sangro, pero yo no voy a perder la vida por la herida.33

En esta homilía que Efraín pronuncia a la comunidad de la Capilla Goretti en


Arrecifes encontramos, como decíamos, los frutos del Espíritu en la persona que vive la
Vida divina que bien se puede identificar con la “metaforfosis” de la que habla
Lucchetti Bingemer.34 También hay una referencia al dolor, a la cruz y al sufrimiento
que pueden aparecer, ya que vivir la Vida del Espíritu no nos deja inmunes; esto nos
recuerda lo que ya decía nuestra autora acerca de “tender a movernos siempre en
dirección a lo desconocido y estar abiertos a la invasión de lo ignorado”, viviendo así no
sabemos realmente qué vendrá, pero sí que lo podremos transitar “asumiendo la no-vida
para transformarla en Vida” porque “todo lo podemos en Aquel que nos conforta”.

Conclusiones

Dentro de este seminario pudimos conocer la obra de Víctor Codina y su lectura


penumatológica de los acontecimientos sucedidos en América Latina entre los años 70
33
ID, “Vida en abundancia”, Homilía 6-05-90.
34
Ver punto 2.1.1

12
al 90. Él los describe como “una irrupción volcánica del Espíritu”, acontecimientos
fundantes de la teología latinoamericana y de un modo nuevo de ser Iglesia en estas
tierras. En esa misma época surge como carisma en la Iglesia la Fundación Apostólica
Mariana. Encontramos en la coincidencia de concepciones de la Vida y de lo que la
Vida auténtica significa, una conexión entre el resurgir latinoamericano y la FAM.
Podemos decir con verdad que esta última se inscribe dentro de la tradición
pneumatológica latinoamericana.
Analizamos la obra de dos autores puntualmente respecto del tema de la Vida:
José Comblin y Ma. Clara Lucchetti Bingemer. Los puntos de coincidencia más
llamativos entre la obra de Comblin y la FAM, los encontramos en la Vida como
experiencia vital de apertura, de fecundidad expansiva, que transforma el mundo y nos
torna creadores y autores de nosotros mismos. La sensibilidad para percibir los frutos
del Espíritu en cada persona, en cada comunidad, la conciencia de que la libertad juega
un rol determinante en el “dejar hacer al Espíritu”; y el modo de operar del Espíritu: las
más de las veces a través de obras simples, actividades múltiples y de lo más diversas.
En la misma línea encontramos el trabajo de la autora brasileña, para ella la
presencia del Espíritu Santo es la «producción» de la vida, que se puede palpar en las
personas y comunidades a través de algunos signos concretos: nuevamente la apertura y
la solicitud a los hermanos, ubicando el centro ya no más en uno mismo, sino en Dios y
en los otros. La tendencia a moverse hacia lo desconocido, incluso cuando esto traiga
dolor y contradicciones, que al asumirlos se transformarán en espacio de salvación
generadores de vida para sí y para el mundo. Una vida transformada, que muestra en
cada pequeño y simple gesto de amor, el rostro de Jesús: el amor en persona. Y sobre
todo, su énfasis en la primacía de la gracia, y volvemos a citarla: “Debemos admitir que
donde una antropología es alterada a fin de ser más viva y producir más vida, allí está
aconteciendo la salvación, allí el Espíritu de Dios está actuando”. 35 Es así que logramos
identificar también –como ya lo habíamos hecho con Comblin- las características que
Bingemer aporta como propias del Espíritu en aquello que Efraín nombra como Vida en
la FAM.
Por último podemos decir, que si todo el desarrollo de estos autores -como
pudimos ver- coincide con la exposición acerca de la FAM, entonces podemos concluir
que aquí, ésta nueva obra de la Iglesia, tiene asidero y fundamento. La Fundación
Apostólica Mariana, desde sus inicios se inscribe en la “irrupción volcánica del
35
Ver cita 24.

13
Espíritu”, para ella ser “Fiel a la Vida” será seguir auscultando al Espíritu en la historia
para servir al mundo en esta hora.

Bibligrafía

BOFF, L., El Espíritu Santo. Fuego interior, Dador de vida y Padre de los pobres,
Buenos Aires, Santa María, 2015

CODINA, Victor, El Espíritu del Señor actúa desde abajo, Santander Sal Terrae, 2015

14
------. "Hace 50 años hubo un Concilio." Cuadernos CJ, 2012.

COMBLIN, José, El Espíritu Santo y la liberación, Madrid, Ediciones Paulinas,


1987Trad: O Espíritu Santo e a Libertacáo, CESEP, Sao Paulo, 1987.

------, "Espíritu Santo", en: ELLACURÍA, Ignacio; Sobrino, Jon, Mysterium Liberationis,
I, Madrid, Trotta, 1990, 619-642.

------. La Vida en búsqueda de la libertad. Santiago-Chile: Mov. Teol de la Liberación-


Chile, 2008.

FRANCISCO. Exhortación apostólica Evangelii Gaudium. Buenos Aires Conferencia


Episcopal Argentina, 2013.

GONZÁLEZ, Carlos Ignacio El Espíritu del Señor que da la vida. Teología del Espíritu
Santo, México, CELAM – CEM, 1998

GUTIÉRREZ, Gustavo, El Dios de la vida, Lima, Instituto Bartolomé de las Casas-Centro


de Estudios y Publicaciones, 1998

LUCCHETTI BINGEMER, Ma Clara, "A pneumatologia como posibilidade de dialogo e


missao universais", en: TEXEIRA, Faustino, Dialogo dos Passaros, Sao Paulo,
Paulinas, 1993, 11-121.

Índice
Introducción.................................................................................................................................1
1. El Espíritu realiza la Vida en el mundo: aporte de José Comblin............................................2
1.1. Relación Espíritu-Vida......................................................................................................2
1.2. ¿Cómo es la Vida producida por el Espíritu?...................................................................3
1.3. ¿Una utopía o una realidad?.............................................................................................3

15
1.4. Hombre Nuevos.................................................................................................................4
2. Vida, como criterio de discernimiento del Espíritu: aporte de Ma. Clara Lucchetti Bingemer6
2.1. Elegir la vida: Primer criterio de discernimiento..............................................................6
2.1.1. Signos del Espíritu produciendo vida.........................................................................6
3. “Fieles a la Vida”: la FAM como experiencia del Espíritu en Latinoamérica......................10
3.1. ¿Cómo se inicia la FAM?................................................................................................10
3.2. La Vida en las Ideas Fuerza............................................................................................10
3.3. Explorando en la Vida desde la FAM..............................................................................12
Conclusiones..............................................................................................................................14
Bibligrafía..................................................................................................................................16
Índice.........................................................................................................................................17

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