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UNIVERSIDAD TECNOLÓGICA CENTROAMERICANA

Facultad de Ciencias Administrativas y Sociales

Derecho Romano

LAS ACCIONES PROCESALES EN EL DERECHO ROMANO

PRESENTADO POR:
Mónica Pineda 12351043

TEGUCIGALPA, M.D.C., HONDURAS,C.A.

5 de Febrero de 2024
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Índice
1. Introducción……………………………………………………………… 3

1.1 Antecedentes históricos del derecho romano

1.2 Fundamentos del sistema legal romano

2. Desarrollo…………………………………………………………………. 5

2.1 Concepto y naturaleza de las acciones procesales ………………5

2.1.1 Magistrados y jueces……………………………………. 6


2.2 Clasificación de las acciones procesales romanas ……………... 7
2.2.1 Procedimiento formulario ……………………………… 8
2.2.2 Procedimiento extraordinario …………………………. 8
2.3 Características principales de cada tipo de acción ……………. 9

2.4 Fuentes del derecho romano relacionadas con las acciones


procesales…………………………………………………………………... 14

2.5 Evolución histórica de las acciones procesales en el derecho


romano………………………………………………………………………
15

2.6 Comparación entre las acciones procesales romanas y los


procedimientos legales contemporáneos ………………………………… 16

2.7 Influencia del derecho romano en los sistemas legales modernos


………………………………………………………………………………. 17

3. Conclusiones…………………………………………………………….. 19

4. Bibliografía …………………………………………………………...… 21
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1. Introducción

La presente investigación se refiere al tema de las acciones procesales

en el derecho romano. El sistema jurídico romano es uno de los pilares

fundamentales del derecho. Su legado ha perdurado a través de los siglos y ha

tenido un profundo impacto en los sistemas legales modernos. En este

contexto, las acciones procesales (o debido proceso) ocuparon un lugar

importante en el derecho romano como mecanismo legal que utilizaban los

ciudadanos romanos para lograr justicia en los tribunales, como herramientas

fundamentales para la defensa de los derechos e intereses de los ciudadanos.

Para comprender plenamente las acciones procesales en el derecho romano, es

imperativo remontarse a sus raíces históricas. Exploramos el devenir de esta

antigua civilización, desde sus formas primitivas hasta la consolidación del

derecho romano, que se convirtió en la columna vertebral de la legislación en

Europa y más allá, utilizando como metodología una investigación

documental, utilizando de apoyo libros de derecho romano y análisis de

expertos del derecho romano.

La solidez del derecho romano se sustenta en fundamentos intrincados

que moldearon sus normas y principios. Analizaremos los valores, la

moralidad y las bases jurídicas que cimentaron el sistema legal romano,


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delineando así el marco conceptual que subyace a las acciones procesales. A

su vez, se explorará el significado y la esencia de las acciones procesales en el

derecho romano. Este análisis detallado incluirá la relación crucial entre las

acciones procesales, los magistrados y jueces, delineando su papel en el

proceso judicial.

Examinaremos las acciones procesales romanas desde una perspectiva

clasificatoria, desglosando el procedimiento formulario y el procedimiento

extraordinario. Cada categoría, a su vez, revelará sus matices y peculiaridades,

ofreciendo una visión integral de la diversidad procesal en el derecho romano.

Cada tipo de acción procesal en el derecho romano ostenta características

distintivas y veremos cómo influyeron en el curso de la justicia en la antigua

Roma.

El derecho romano se nutre de diversas fuentes, y ahondaremos en

aquellas específicas que están directamente vinculadas a las acciones

procesales. Desde textos legales hasta costumbres arraigadas, analizaremos

cómo estas fuentes alimentaron y estructuraron el sistema judicial romano. A

lo largo del tiempo, las acciones procesales en el derecho romano

experimentaron cambios y adaptaciones. Analizaremos la evolución histórica


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de estas prácticas legales, destacando momentos críticos que influyeron en su

desarrollo. Este análisis confrontará las acciones procesales romanas con los

procedimientos legales modernos, destacando similitudes y diferencias. La

resonancia del pasado en la actualidad se desvelará a medida que examinemos

cómo la antigua Roma sigue influyendo en nuestros sistemas legales

contemporáneos.

Concluiremos nuestra investigación explorando la trascendental

influencia del derecho romano en los sistemas legales actuales. Este análisis

nos permitirá apreciar cómo las acciones procesales en la antigua Roma

siguen dejando una huella perdurable en la administración de justicia en la era

moderna. Comprender el procedimiento jurídico romano no sólo nos permite

profundizar en el funcionamiento del sistema jurídico de la época, sino que

también nos enseña valiosas lecciones sobre el desarrollo del derecho y la

justicia física. El estudio de estos instrumentos legales nos ayuda a

comprender cómo los romanos resolvían las disputas y cómo protegían sus

derechos.
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2. Desarrollo

El estudio de las acciones legales en el Derecho Romano es esencial

para comprender la base del sistema jurídico romano y su influencia en la

evolución del derecho moderno. En el derecho romano, las acciones

procesales son una herramienta procesal utilizada para hacer valer derechos en

los tribunales.

2.1 Concepto y naturaleza de las acciones procesales en el derecho

romano.

Las acciones litigiosas en el derecho romano son un procedimiento

judicial especial y eran los instrumentos legales a través de los cuales los

ciudadanos romanos buscaban proteger y hacer valer sus derechos. Estas

acciones se consideraron necesarias para mantener el orden y la justicia en la

sociedad romana. Estas acciones se dividen en dos categorías principales:

acciones civiles y acciones honorables.


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Acciones Civiles: Las acciones civiles tuvieron su origen en el ius

Civile (derecho civil ), el derecho romano tradicional basado en leyes escritas

que están estrechamente relacionadas con el sistema de las XII Tablas, las

cuales se caracterizaban por la rigidez y la formalidad. El objetivo principal de

las acciones civiles en el derecho romano era proteger y defender los derechos

de propiedad y otros intereses privados de los ciudadanos romanos. Estas

acciones son instrumentos jurídicos a través de los cuales las personas pueden

hacer valer, proteger o restablecer sus derechos sobre bienes y propiedades y

reclamar una indemnización por los daños causados. Por ejemplo, presentar

una demanda de cobro de deudas para reclamar la propiedad de un bien.

Acciones Honorables: Las acciones honorables surgen del ius honarium

(ley de honor), una ley no escrita basada en los edictos de los magistrados,

especialmente los pretores.

Estas acciones son de naturaleza más flexible, involucran honor, integridad y

están destinadas a abordar situaciones no cubiertas por acciones civiles, otros

aspectos de las relaciones públicas, como reclamar daños y perjuicios por

difamación. Tenían como objetivo principal proteger estos valores y resolver

conflictos relacionados con ellos.


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Las acciones están sujetas a ciertos procedimientos y protocolos

formales que deben seguirse estrictamente para ser aceptados por el tribunal y

se clasificaban según su finalidad y método de ejecución. Podían ser acciones

reales, personales o mixtas.

Las acciones reales (actiones in rem) se referían a litigios sobre la

propiedad de cosas, como la mencionada acción reivindicatoria. Las acciones

personales (actiones in personam) se basan en relaciones interpersonales y se

utilizan para exigir el cumplimiento de una obligación, como por ejemplo un

pleito para cobrar un préstamo. Finalmente, las acciones mixtas (actiones

mixtae), combinan elementos de una acción real y de una acción personal,

como una reclamación de garantía, incluida la devolución de las

consignaciones, y una reclamación por daños y perjuicios por la violación del

título.

2.1.1 Magistrados y jueces.

En el Derecho Romano, los magistrados y jueces desempeñaban un

papel fundamental en el desarrollo y la administración de las acciones

procesales. Tanto en las acciones civiles como en las honorarias, los

magistrados tenían la autoridad para supervisar el proceso legal y emitir fallos


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basados en el derecho aplicable. Las funciones y responsabilidades de los

magistrados y jueces en las acciones procesales del Derecho Romano eran:

Emisión de Edictos: Los magistrados, especialmente los pretores, tenían la

facultad de emitir edictos que establecían las reglas y procedimientos para el

ejercicio de las acciones procesales durante su mandato. Estos edictos podían

introducir nuevas acciones, modificar las existentes o establecer pautas para la

administración de justicia en áreas específicas del derecho.

Convocatoria y Administración de Audiencias: Los magistrados convocaban y

presidían las audiencias en las que se llevaban a cabo los procedimientos

legales. Durante estas audiencias, las partes presentaban sus argumentos y

pruebas, y el magistrado dirigía el proceso para garantizar un juicio justo y

equitativo.

Interpretación del Derecho:Los magistrados tenían la autoridad para

interpretar y aplicar el derecho en casos particulares. Aunque el Derecho

Romano carecía de un sistema de jurisprudencia vinculante, las decisiones de

los magistrados servían como precedentes para casos futuros y contribuían al

desarrollo del derecho a través de la interpretación y la aplicación de los

principios jurídicos.
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Emisión de Fallos: Basándose en el derecho aplicable y en los argumentos

presentados por las partes, los magistrados emitían fallos que determinaban

los derechos y obligaciones de las partes involucradas en el litigio. Estos fallos

podían incluir la concesión de remedios legales, como la entrega de bienes, el

pago de daños y perjuicios, o la emisión de órdenes específicas para resolver

la disputa.

Supervisión de la Ejecución de Sentencias:Una vez emitido el fallo, los

magistrados supervisaban la ejecución de la sentencia para garantizar su

cumplimiento por parte de las partes involucradas. Esto podía implicar la

supervisión de la entrega de bienes, la recolección de pagos o cualquier otra

medida necesaria para hacer cumplir el fallo judicial.

Durante la República y el Principado, este proceso se dividió en dos

etapas:

In iure: ante un magistrado (magister), un experto en materia jurídica que

inicia y dirige el proceso hasta el próximo paso.

Apud iudicem: ante un juez (iudex) que no es experto de la ley, al cual se

reúnen las pruebas y se toma una decisión sobre si el acusado será condenado

o no. Las sentencias no son apelables.


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2.2 Clasificación de las acciones procesales romanas.

Las acciones procesales en el Derecho Romano se distinguían

principalmente en dos categorías: el procedimiento formulario, conocido

como legis actiones, y el procedimiento extraordinario, que ofrecía una

alternativa más flexible y adaptable a las necesidades de la sociedad romana.

El procedimiento per legis actiones, en orden cronológico, representa el

primer sistema de enjuiciamiento civil utilizado en Roma, porque corresponde

al período histórico de la ley y tiene una característica más distintiva,

especialmente su gravedad.

2.2.1 Procedimiento formulario.

El procedimiento formulario, también denominado legis actiones, es un

método tradicional de procedimiento judicial en el derecho romano antiguo,

caracterizado por la rigidez formal y el estricto cumplimiento de una

ceremonia específica. Según Buckland, este procedimiento se basaba en

"fórmulas procesales establecidas y fijas que debían seguirse sin desviación

alguna" (Buckland, 1963, p.621). Estos formularios eran leídos por las partes
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en el proceso y determinaban la naturaleza de la demanda, las pruebas

necesarias y las acciones que debía tomar el magistrado.

Kunkel, en su obra "Historia del Derecho Romano", destaca que el

procedimiento formulario se dividía en varias fases, entre ellas la in iure,

donde se presentaba la demanda ante el magistrado, y la apud iudicem, donde

se llevaba a cabo el juicio ante un juez (Rincon, 2005, p. 5). Esta división en

fases añadía un componente ritualístico al procedimiento y contribuía a su

formalidad.

2.2.2 Procedimiento extraordinario.

A diferencia de los procedimientos formularios, los procedimientos

extraordinarios son una alternativa más flexible y adaptable a las necesidades

de un caso particular. Según Buckland, este proceso se caracteriza por "la

flexibilidad y la adaptabilidad a circunstancias específicas" (Buckland, 1963,

p. 603). Los magistrados tenían gran libertad para dictar nuevas acciones o

cambiar las existentes según las necesidades del caso y las exigencias de la

sociedad romana.
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Kunkel enfatizó que los procedimientos extraordinarios permiten una

mayor innovación en el poder judicial y una mayor equidad en la resolución

de los casos. Este procedimiento, que era menos formal, permitía a los

magistrados considerar consideraciones justas y razonables al decidir los

casos, lo que contribuía a un mayor sentido de justicia entre los ciudadanos

romanos.

2.3 Características principales de cada tipo de acción.

Como antes mencionado, en el sistema legal romano, las acciones

procesales son de importancia básica para la resolución de conflictos y la

protección legal. Se dividen en dos tipos principales: acciones civiles y

acciones honorarias.

Las acciones civiles

Las acciones civiles en el Derecho Romano se originaban en el ius

civile y estaban basadas en leyes escritas, como la Ley de las XII Tablas. Sus

características principales incluían:

Protección de Derechos de Propiedad: Las acciones civiles tenían como

objetivo principal proteger los derechos de propiedad de los ciudadanos


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romanos. Esto se evidenciaba en acciones como la actio reivindicatoria,

mediante la cual un propietario podía reclamar la propiedad de un bien contra

cualquier persona que lo poseyera ilegalmente.

Aplicación de Leyes Escritas: Al estar fundamentadas en el ius civile, las

acciones civiles se basaban en leyes escritas y establecidas, lo que

proporcionaba certeza y predictibilidad en su aplicación.

Resolución de Disputas Privadas: Las acciones civiles se utilizaban

principalmente para resolver disputas entre individuos en asuntos de

propiedad, contratos y obligaciones privadas.

Acciones Honorarias

Las acciones honorarias, por otro lado, surgían del ius honorarium y se

establecían a través de los edictos de los magistrados. Sus características

principales eran las siguientes:

Protección del Honor y la Reputación: Las acciones honorarias tenían como

objetivo proteger el honor, la reputación y las buenas costumbres en la

sociedad romana. Por ejemplo, la actio iniuriarum se utilizaba para reclamar

daños por injurias o difamaciones que afectaban el buen nombre de una

persona.
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Flexibilidad y Adaptabilidad: A diferencia de las acciones civiles, las acciones

honorarias eran más flexibles y adaptables, ya que surgían de los edictos de

los magistrados y podían modificarse para abordar nuevas formas de conflicto

o reflejar cambios en las normas sociales y culturales.

Complementariedad con las Acciones Civiles: Aunque tenían su propia esfera

de aplicación, las acciones honorarias a menudo se superponían con las

acciones civiles, especialmente en casos donde el honor y la propiedad estaban

involucrados, lo que reflejaba la complejidad del sistema jurídico romano.

Acciones reales (actiones in rem) y acciones personales (actiones in

personam):

Las acciones personales se referían a litigios relacionados con

obligaciones y derechos de persona a persona; de otro modo dicho, se refiere a

que las acciones personales protegían a los derechos personales (conducta

ajena). En lugar de proteger derechos sobre bienes específicos, estas acciones

buscaban hacer cumplir obligaciones o reclamar derechos personales contra

otra persona. Por lo tanto, estas acciones se ejercían contra la persona misma

(in personam). Un ejemplo típico de una acción personal era la "actio ex

contractu", que se utilizaba para hacer cumplir obligaciones derivadas de un

contrato. Otras acciones personales incluían la "actio ex delicto", para


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reclamar daños y perjuicios por acciones ilícitas, y la "actio ad exhibendum",

para obligar a una persona a mostrar ciertos documentos o cosas. (Gaius,

"Instituciones",180-220 d.C., p. 520)

Las acciones reales se referían a litigios relacionados con derechos

sobre bienes o propiedades específicas, o sea, los que autorizan nuestra

conducta sobre una cosa. Su objetivo principal era proteger los derechos de

propiedad y resolver disputas sobre la posesión o el título de un bien en

particular. Por lo tanto, estas acciones eran ejercidas contra la cosa misma (in

rem), en lugar de contra una persona en particular. Un ejemplo común de una

acción real era el "vindicatio", que permitía a una persona reclamar la

propiedad de un bien contra cualquier individuo que lo poseyera ilegalmente.

Otras acciones reales incluían la "actio negatoria", utilizada para defender

derechos reales contra interferencias ilegítimas, y la "actio confessoria", para

reivindicar derechos de servidumbre u otros derechos sobre bienes.

(Justiniano, "Digesto",529-534 d.C., p. 92 )

Acciones prejudiciales:
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En el Derecho Romano, las acciones prejudiciales (actiones praetoriae)

eran un tipo de acciones procesales que se caracterizaban por estar basadas en

el edicto del pretor. Estas acciones no estaban contempladas en las leyes

escritas (ius civile), sino que surgían de la autoridad del pretor para añadir

nuevos remedios legales o adaptar los existentes a las necesidades cambiantes

de la sociedad romana. Las acciones prejudiciales eran una herramienta clave

utilizada por el pretor para suplementar y mejorar el sistema legal romano,

permitiendo abordar situaciones específicas que no estaban cubiertas por las

leyes tradicionales.

Las acciones prejudiciales solían estar relacionadas con cuestiones de

equidad y justicia, y se utilizaban para resolver disputas que no podían ser

adecuadamente resueltas a través de las acciones civiles o honorarias

existentes. Estas acciones podían abordar una amplia variedad de temas, como

el incumplimiento de deberes legales, la protección de ciertos derechos o la

regulación de relaciones contractuales.

Un ejemplo de acción prejudicial importante en el Derecho Romano era

la "actio bonae fidei" (acción de buena fe), que permitía al pretor juzgar casos

basados en los principios de equidad y buena fe, en lugar de adherirse


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estrictamente a las reglas del derecho civil. Esta acción se utilizaba en casos

de contratos y otras relaciones legales donde las partes debían actuar de

acuerdo con los estándares de conducta justa y honesta, incluso si no existía

una obligación legal explícita.

Las acciones reipersecutorias, penales y mixtas:

Las acciones reipersecutorias eran acciones procesales que tenían como

objetivo perseguir la recuperación de la posesión de un bien específico que

había sido objeto de interferencia ilegal o desposesión por parte de otra

persona. Estas acciones se ejercían para perseguir activamente al infractor y

recuperar la posesión del bien en disputa. Un ejemplo común de una acción

reipersecutoria era la "actio furti", que se utilizaba para perseguir la restitución

de bienes robados (Buckland, 1963,p. 634).

Las acciones penales eran acciones procesales que tenían como objetivo

perseguir y sancionar a una persona por la comisión de un delito o una ofensa

criminal. Estas acciones se utilizaban para imponer castigos o sanciones


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contra el infractor por su conducta ilícita. Un ejemplo de una acción penal era

la "actio furti" (acción de robo), que permitía al propietario perseguir

penalmente a quien le hubiera despojado de su propiedad (La guía de

Derecho, sin fecha, p.16).

Las acciones mixtas eran acciones procesales que combinaban

elementos de acciones reales y personales, y podían utilizarse para perseguir

tanto la recuperación de la posesión de un bien como la compensación por

daños y perjuicios asociados con la interferencia ilegal en ese bien. Estas

acciones proporcionaban un remedio legal completo al demandante,

permitiéndole buscar tanto la restitución del bien como una compensación por

cualquier perjuicio sufrido como resultado de su pérdida. Un ejemplo de una

acción mixta era la "actio de peculio", que se utilizaba para perseguir tanto la

restitución de un bien que estaba en posesión de un tercero como el pago de

una deuda relacionada con ese bien (Mommsen, 1871, p. 58).

Las acciones privadas y populares:

Las acciones privadas eran acciones procesales que podían ser ejercidas

por individuos en defensa de sus intereses personales. Estas acciones estaban

destinadas a proteger los derechos privados de los ciudadanos romanos, como


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la propiedad, los contratos y las relaciones personales. Un ejemplo común de

una acción privada era la "actio in personam", que se utilizaba para hacer

cumplir obligaciones contractuales contra una parte específica. (Buckland,

1963, p. 636).

Por otro lado, las acciones populares eran acciones procesales que

podían ser ejercidas por cualquier ciudadano romano en nombre del interés

público o común. Estas acciones se utilizaban para perseguir violaciones de la

ley que afectaban a la comunidad en general, como el mal manejo de fondos

públicos o la corrupción de funcionarios. Un ejemplo de una acción popular

era la "actio legis Aquiliae", que permitía a cualquier ciudadano perseguir

penalmente a aquellos que causaban daño injustamente a la propiedad de otro.

(Rincon, 2005, p. 7).

Acciones ciertas y acciones inciertas:

Las acciones ciertas se refieren a casos donde el resultado del juicio es

predecible y específico, mientras que las acciones inciertas implican un grado

de incertidumbre sobre el resultado. Como señala Buckland, "las acciones


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ciertas eran aquellas en las que la cantidad reclamada podía ser determinada

con precisión o el objeto de la demanda podía ser especificado sin lugar a

dudas" (Buckland, 1963, p.638).

Acciones arbitrarias:

Las acciones arbitrarias otorgaban al juez un amplio margen de

discreción para dictar un fallo basado en consideraciones de equidad y justicia.

Según Buckland, "en las acciones arbitrarias, el juez no estaba vinculado por

reglas fijas y podía juzgar según su conciencia y equidad" (Buckland, 1963,

p.630).

Acciones perpetuas y acciones temporales:

Las acciones perpetuas tenían efectos continuos y no estaban sujetas a

limitaciones de tiempo, mientras que las acciones temporales debían ejercerse

dentro de un plazo específico. Stein afirma que "las acciones perpetuas no

estaban sujetas a limitaciones de tiempo y podían ser ejercidas en cualquier

momento, mientras que las acciones temporales tenían un plazo fijo dentro del

cual debían ser presentadas" (Stein, 1999,p. 50).


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Acciones de derecho estricto y acciones de buena fe:

Las acciones de derecho estricto se regían estrictamente por los

términos y condiciones establecidos por la ley, mientras que las acciones de

buena fe permitían al juez considerar principios de equidad y justicia. Según

Buckland, "las acciones de derecho estricto estaban limitadas por los términos

exactos de las leyes, mientras que las acciones de buena fe permitían una

mayor discreción para el juez" (Buckland, 1963, p. 638).

2.4 Fuentes del derecho romano relacionadas con las acciones procesales.

El estudio de las acciones legales en el Derecho Romano se fundamenta

en una variedad de fuentes que proporcionan información crucial sobre su

naturaleza, aplicación y evolución a lo largo del tiempo. Entre las principales

fuentes del derecho romano relacionadas con las acciones procesales se

encuentran:

1. Las leyes de las XII Tablas: Estas leyes, compiladas alrededor del siglo V

a.C., representan uno de los primeros cuerpos legislativos de Roma y sirvieron


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como base del derecho civil romano. Aunque no abordaban específicamente

las acciones procesales, establecían principios fundamentales que influirían en

el desarrollo posterior del derecho procesal romano. (Mommsen, 1871, p.58-

59)

2. Las Instituciones de Gayo: Esta obra, escrita en el siglo II d.C., proporciona

una visión general del derecho romano en esa época, incluyendo aspectos

relacionados con las acciones procesales. Gayo describe las diferentes

categorías de acciones y sus características, así como el procedimiento para

ejercerlas ante los magistrados romanos. (Mommsen, 1871 ,p.61)

3. El Digesto o Pandectas: Compilado durante el reinado del emperador

Justiniano en el siglo VI d.C., el Digesto es una recopilación de opiniones

jurídicas de juristas romanos destacados. Este texto contiene una gran cantidad

de información sobre las acciones procesales, incluyendo casos específicos,

doctrinas jurídicas y debates sobre cuestiones procesales. (Mendéz, 2019,

p.126)

4. Los Edictos de los Magistrados: Los edictos emitidos por los magistrados

romanos, especialmente por los pretores, tenían un papel crucial en la creación

y aplicación de las acciones procesales. A través de estos edictos, los pretores


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introducían nuevas acciones, modificaban las existentes y establecían reglas

de procedimiento para resolver conflictos legales. (Mendéz, 2019, p.127)

5. Comentarios de Juristas Romanos: Los comentarios y obras de juristas

romanos como Ulpiano, Papiniano y Paulo proporcionan una comprensión

más profunda de las acciones procesales y su aplicación en la práctica jurídica

romana. Estos juristas discutían y analizaban las diferentes acciones, sus

fundamentos y sus implicaciones legales, contribuyendo así al desarrollo y la

interpretación del derecho romano.

2.5 Evolución histórica de las acciones procesales en el derecho romano.

Durante la monarquía romana, el sistema legal carecía de una estructura

legal formal y las disputas se resolvían principalmente mediante arbitraje del

rey. Como señaló O.F. Robinson en su obra "Las fuentes del derecho romano:

cuestiones y métodos para historiadores antiguos", en las primeras etapas del

desarrollo del derecho romano, las acciones legales eran primitivas y se

basaban principalmente en las costumbres y la autoridad del monarca.

Con el establecimiento de la República Romana se introdujeron

cambios importantes en el sistema jurídico. A los magistrados, al igual que a


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los pretores, se les asignó un papel importante en la administración de justicia.

Estos magistrados tenían facultades para dictar decretos y crear nuevos

procedimientos legales, lo que marcó un paso adelante en la formalización del

derecho romano. Peter Birks, en su libro “El derecho de las obligaciones

romanas”, destaca que esta época vio el desarrollo de acciones civiles y

honorarias, así como la codificación y codificación del derecho romano en las

XII Tablas.

Durante el Imperio Romano, especialmente bajo emperadores como

Augusto y Justiniano, el derecho romano se consolidó y unificó. Thomas

Lambert Mears, en su obra "The Digest of Roman Law: Theft, Rapine,

Damage, and Insult" señala cómo Justiniano emprendió el ambicioso proyecto

de compilar y codificar todo el derecho existente en el Corpus Iuris Civilis.

Este esfuerzo resultó en una mayor sistematización y organización de las

acciones procesales, así como en la preservación y difusión del Derecho

Romano en todo el Imperio y más allá. El resultado de estos esfuerzos fue la

sistematización y mejor organización de los procedimientos judiciales, así

como la preservación y difusión del derecho romano en todo el Imperio y más

allá.

En definitiva, el desarrollo histórico de los actos procesales en el

derecho romano refleja la complejidad y adaptabilidad del sistema jurídico


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romano a lo largo de los siglos. Desde sus inicios en la monarquía hasta su

consolidación en la República y el Imperio, el debido proceso jugó un papel

esencial en la administración de justicia y la protección de los derechos de los

ciudadanos romanos. Este desarrollo se refleja en diversas fuentes jurídicas

que registran y analizan el desarrollo del derecho romano a lo largo de la

historia.

2.6 Comparación entre las acciones procesales romanas y los

procedimientos legales contemporáneos.

Un estudio comparativo entre las acciones procesales en el Derecho

Romano y las acciones procesales modernas tiene algunas similitudes en

estructura y propósito, pero también existen diferencias importantes debido a

diferentes épocas históricas y contextos culturales que ilustran el desarrollo

del derecho a lo largo de la historia. Aunque ambos sistemas comparten el

mismo objetivo de proporcionar un medio para resolver disputas legales,

difieren significativamente en naturaleza, estructura y fundamento. Esta

comparación resalta tanto la influencia del sistema jurídico romano en el

derecho moderno como los desarrollos y adaptaciones que se produjeron a lo

largo del tiempo.


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El derecho romano, con origen en la antigua Roma, se caracteriza por la

dualidad entre derecho civil y ius honorarium. Las acciones procesales en este

contexto fueron una herramienta legal importante que ayudó a los ciudadanos

romanos a buscar protección y hacer valer sus derechos, como objetivo

proteger tanto los derechos civiles como el honor, ya que eran necesarios para

mantener el orden y la justicia en la sociedad (Mommsen, 1871, p.61-63). Por

un lado, los juicios civiles, basados en leyes escritas y precedentes judiciales,

tienen como objetivo resolver disputas sobre bienes e intereses personales. Por

otro lado, las acciones honorables surgieron de edictos magisteriales

destinados a proteger el honor, la reputación y las buenas costumbres en la

sociedad romana. De manera similar, en los procedimientos actuales, las

partes buscan el reconocimiento y la protección de sus derechos a través de las

instituciones judiciales existentes.

Por el contrario, los procedimientos jurídicos modernos (que se rigen

por sistemas legales codificados y jurisprudencia formal) están influenciados

por el desarrollo del derecho positivo y la redacción de leyes. Los sistemas

jurídicos modernos se basan en marcos jurídicos formales y estructurados, en

los que las leyes las elaboran los legisladores y las hacen cumplir instituciones

judiciales independientes. A diferencia del derecho romano (que operaba

sobre una combinación de leyes escritas (ius civile) y edictos de los


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magistrados (ius honarium) en el que la interpretación del magistrado

desempeñaba un papel importante en el proceso judicial. El proceso judicial

era principalmente oral y dependía en gran medida de la interpretación y

equidad del magistrado encargado del caso (Buckland, 1963, p.632). Los

procedimientos legales modernos enfatizan la igualdad de las partes ante la ley

y respetan derechos procesales como el derecho a un juicio justo y la

presunción de inocencia. Este cambio refleja el paso de un sistema legal

basado en el poder y la discreción de los jueces a un sistema más organizado y

predecible.

A pesar de estas diferencias, es innegable la influencia perdurable del

Derecho Romano en el derecho moderno. Muchos principios y conceptos del

Derecho Romano, incluidos los relacionados con las acciones procesales, han

sido incorporados en los sistemas jurídicos contemporáneos, especialmente en

aquellos con raíces en la tradición jurídica romano-germánica, como el

derecho civil continental (Kunkel, 1962, p.134).

2.7 Influencia del derecho romano en los sistemas legales modernos

El derecho romano ha dejado un profundo legado en los sistemas

jurídicos modernos y su influencia se puede ver en muchos aspectos de la


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estructura y los principios básicos del derecho. Una de las formas más

destacadas en que el derecho romano influyó en los sistemas jurídicos

modernos fue a través de la codificación. Durante el Renacimiento, los juristas

europeos redescubrieron y estudiaron las obras de juristas romanos como

Justiniano, cuyas colecciones, como el Digesto, sirvieron de modelo para

redactar proyectos de ley. Este impulso codificador se refleja en el desarrollo

de códigos de derecho civil modernos, como el Código Napoleónico del siglo

XIX, que se basaron en gran medida en principios del derecho romano

(Buckland, 1963, p.645).

Además de la codificación, el derecho romano también influyó en la

estructura y los principios básicos del sistema jurídico moderno. Por ejemplo,

el principio de igualdad ante la ley, desarrollado en el derecho romano, ha sido

adoptado en muchas constituciones y tratados internacionales como principio

fundamental de justicia. De manera similar, los conceptos de propiedad

privada y derechos de propiedad originados en el derecho romano continúan

siendo la base fundamental del derecho de propiedad en muchos sistemas

legales modernos (Stein, 1999,p. 52).

Otro ámbito donde el derecho romano dejó su huella fue el desarrollo

del derecho contractual. Los principios de formación de contratos,

interpretación de las disposiciones contractuales y remedios por


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incumplimiento se originan en el derecho romano y se han incorporado a los

códigos civiles y a la jurisprudencia en muchas jurisdicciones diferentes,

influyendo en la forma en que se construyen y rescinden los contratos en la

actualidad.
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3. Conclusiones

En resumen, el estudio de las acciones procesales en el derecho romano

nos proporciona una comprensión profunda de los fundamentos del sistema

jurídico romano y su influencia en el desarrollo del derecho moderno. En este

análisis hemos examinado diversos aspectos relacionados con las actividades

litigiosas, desde su concepto y naturaleza hasta su clasificación, principales

características y desarrollo histórico.

En primer lugar, entendemos que las acciones procesales en el derecho

romano eran la principal herramienta para garantizar los derechos de los

ciudadanos romanos, ya sea en disputas de propiedad, disputas contractuales u

otras relaciones jurídicas.

Estas actividades se dividían en actividades civiles y honorarias, cada una con

sus propias características y finalidad, pero ambas encaminadas a mantener el

orden y la justicia en la sociedad romana.

Además, hemos considerado el papel de los jueces y magistrados en la

realización de actividades procesales, desde dictar órdenes hasta interpretar la


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ley y dictar sentencias. Los jueces desempeñan un papel importante en la

supervisión del proceso judicial y en la garantía de un juicio justo y equitativo.

También hemos analizado la clasificación de los actos procesales

romanos, desde procedimientos formales hasta procedimientos irregulares,

cada uno de los cuales tiene sus propias características y ventajas. Estas

acciones cubrieron una amplia gama de situaciones legales y proporcionaron a

los ciudadanos romanos un medio eficaz para resolver disputas y hacer valer

sus derechos.

Finalmente, hemos estudiado el desarrollo histórico de acciones

procesales en la ley romana y su influencia en los sistemas legales modernos.

Aunque se han adoptado siglos desde la época de la ley romana, su herencia

ha existido en muchos aspectos de la ley moderna, desde el cifrado hasta los

principios básicos de la justicia y la propiedad.

Por lo tanto, el estudio de los litigios en el derecho romano nos brinda

una visión única de los fundamentos del sistema jurídico romano y su impacto

duradero en el desarrollo del derecho moderno. Este es un testimonio del


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ingenio y la adaptabilidad del derecho romano, así como de su impacto

duradero en la justicia y la equidad en la sociedad.


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