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EXCMO.
TRIBUNAL DE FAMILIA
Benito Ramón Ruíz Díaz, de nacionalidad argentino, titular del D.N.I.N° 34.511.524, de ocupación
comerciante, con domicilio real en B° El Palomar Mz. 33 Casa 09, de esta Ciudad, por derecho propio
y con el patrocinio letrado del Sr. Pedro S. Barrios, Abogado M.P. 3365 C.P.A.F, constituyendo
domicilio a los efectos legales en B° Juan D. Perón Mz. 24 C 1, de esta ciudad, como mejor proceda
en derecho, ante V.S. comparecemos y respetuosamente decimos:
I) OBJETO: Que vengo a solicitar se ordene judicialmente mi derecho a mantener co-municación con
mi nieta SILVIA NAHIARA RUÍZ DÍAZ, de 1 año de edad, D.N.I. N° 54.949.562, que actualmente
convive con su progenitora la Sra. LOURDES LILIA-NA ZALAZAR, D.N.I. N° 38.140.962, en el domicilio
sito en B° Eva Perón Mz. 35 Casa 5, de esta ciudad, en base a las siguientes consideraciones de hecho
y de derecho que a continuación expongo:
II) HECHOS: Mi hijo Nelson Matías Ruíz Díaz, mantuvo una relación amorosa y de convivencia con la
Sra. Zalazar, fruto de la misma nació mi nieta SILVIA NAHIARA, el día 16 de febrero del año 2016,
conforme surge de la respectiva partida que acompaña la presente demanda.
Que luego del nacimiento de mi nieta, la relación entre los progenitores se torno in-estable, por lo
que después de múltiples desavenencias, decidieron dar terminada la misma.
Posteriormente, mi hijo tuvo que trasladarse a la ciudad de Clorinda por razones laborales, a partir
ese momento comenzaron los problemas; la Sra. Zalazar buscó entor-pecer el normal desarrollo del
vínculo paterno-filial, no contestaba las llamadas, no per-mitía que mi hijo pudiera retirar a mi nieta
–como era común luego de la separación-, y en ocasiones, tampoco me permitía ver a Silvia.
Que a fin de organizar la vida de su hija, Nelson propone a la Sra. Zalazar elaborar un Plan de
Parentalidad en los términos previstos en el art. 655 C.C.Y C.N, dicha propuesta es rechazada, por lo
que decide iniciar las acciones legales correspondientes.
Es del caso mencionar, que como vivimos a poca distancia, visitaba regularmente a la niña, incluso la
llevaba a mi domicilio donde compartía tiempo con sus tíos y su abuela Silvia Eugenia, quien
conforme puede apreciarse en las actuaciones “FRANCO SILVIA EUGENIA S/ RESTRICCIÓN DE LA
CAPACIDAD (CURATELA)”. EXPTE. N° 1885/15, no puede gobernarse a sí misma, debido a la
enfermedad que la atormenta y que no le permite tener una existencia independiente, pero aún así
es capaz de exteriorizar sus emociones puesto que, cada vez que su nieta pasaba tiempo con ella, se
podía observar la alegría y felicidad en rostro.
Pero, de manera repentina e injustificada, la posibilidad de ver a nuestra nieta fue cortada por la Sra.
Zalazar, lo cual más allá de la tristeza que me provoca en lo personal, no puede desconocerse que
también afecta a la niña, con quien se fue forjando un vínculo afectivo profundo, basta mencionar
que es una niña especial y sumamente cari-ñosa, pero actualmente se ve privada de la compañía y
cariño que le hemos dado en todo momento.
Insisto en que no existen motivos que justifiquen la decisión de la madre de mi nieta para
prohibirme una adecuada comunicación con Silvia Nahiara; no es justo que por algunas
contrariedades con mi hijo, toda nuestra familia se vea impedida de compartir tiempo con la niña.
Por otra parte, si bien los primeros tiempos pude comunicarme telefónicamente con la progenitora
para saber de mi nieta, actualmente, ya ni siquiera eso es posible debido a la actitud desplegada por
la Sra. Zalazar.
Sentado lo anterior, (…) “cabe señalar que el derecho de los abuelos a solicitar la fijación de un
régimen de visitas respecto a sus nietos se sustenta en que el aporte de los abuelos a la formación
de los menores es una contribución -salvo prueba en contrario- a su desarrollo espiritual, a la
formación general, a la transmisión de su historia familiar, a suministrar, por qué no, todas aquellas
expresiones de afecto hacia su descendencia que tal vez las obligaciones laborales y las exigencias
familiares, les hicieron retacear a sus propios hijos. Y los progenitores no tienen derecho a privar a
sus hijos de esa riqueza, porque ello además constituye un derecho natural y sólo su ejercicio
disvalioso obliga a suspender ese aporte…” (C. Civ., Com. Minas Paz y Trib. Mendoza, Sala 2º, “O., O.
y A., A. s/ régimen de visitas”, 13/04/2007; SJA 10/12/2008; Abeledo-Perrot on line).
Asimismo, hago presente que no existe perjuicio alguno para la salud física o mental de Silvia
Nahiara que pudieren derivarse del derecho de comunicación peticionado, siendo por el contrario
absolutamente perjudicial la actitud asumida por su madre.
En virtud de todo ello, y conforme lo prescribe el art. 555 del CCyC, es que solicito a V.S. proceda a
ordenar judicialmente el ejercicio del derecho de comunicación entre el compareciente y la niña
SILVIA NAHIARA RUÍZ DÍAZ, que me es negado por su progenitora, en atención a los vínculos
afectivos generados entre ambos y derivados de la relación antes detallada, cuya preservación y
resguardo se impone.
A los fines de regularizar esta situación, solicito a V.S. con carácter cautelar y ur-gente la fijación de
día y hora para el ejercicio de este derecho a mantener comunicación con mi nieta SILVIA NAHIARA.
Sin perjuicio de lo anterior, solicito, se permita retirar a la niña del domicilio de su progenitora y
trasladarla a mi domicilio denunciado ut su-pra, por lo menos dos veces por semana y con una
duración mínima de 3 horas por día, y que con una frecuencia de un fin de semana de por medio la
niña menor de edad pueda pasar la noche en el denunciado domicilio, todo ello con la finalidad de
compartir tiempo con su familia y atento a lo informado respecto de la salud de su abuela Silvia
Eugenia, ésta tenga la oportunidad dentro de sus posibilidades de disfrutar de su nieta y vice-versa.
IV.- A) PROCEDENCIA DE LA MEDIDA
Con relación a este requisito resulta suficiente la mera existencia del vínculo invo-cado, Marisa
Herrera expresa en relación al mentado art. 555 que el mismo “enumera quienes son los parientes
que tienen un derecho subjetivo familiar como el derecho de comunicación. Por lo tanto, a estos les
cabe solo demostrar el vínculo jurídico, siendo que la carga de la prueba sobre el perjuicio que
significa restablecer la comunica-ción pesa en quien o quienes se oponen, debiendo esgrimir cuáles
son las razones de dicha conducta impeditiva y obstruccionista” (cfr. Herrera, Marisa, su comentario
al art. 555 en “Código Civil y Comercial de la Nación Comentado”, Dir. Herrera, Marisa, Ca-ramelo,
Gustavo y Picasso, Sebastián, Tomo II, pág. 270, Infojus, Bs. As., 2015).
De más está decir que la medida cautelar solicitada, de verse frustrada, vulneraría el interés de la
niña menor de edad, privilegiando la conducta obstruccionista de la proge-nitora, ocasionando
enormes perjuicios que serán difíciles de reparar en la edad adulta. “Sólo se pueden denegar el
contacto cuando existan razones valederas que evidencien su inconveniencia para la adecuada
formación de los menores en razón de los perjuicios psíquicos y/o físicos que pudieran ocasionarles”
(Novellino Norberto, “Tenencia de menores y régimen de visitas producido el desvínculo
matrimonial”, Ed. García Alonso, Bs.As., 2008, p. 100).
V) PRUEBA
VI) DERECHO
Fundo esta acción en el art. 555, y sigtes. y concordantes, del Código Civil y Co-mercial de la Nación.
art. 232 C.P.C.C., aplicable por reenvío procesal y concordantes, Convención sobre los derechos del
niño. Jurisprudencia y doctrina aplicable.
VII) PETITORIO
1) Me tenga por presentado, por parte en el carácter invocado y por constituido el domi-cilio legal
indicado.
2) Se cite y emplace a la demandada, para que dentro del plazo y bajo apercibimiento de ley,
comparezca a estar a derecho y conteste la demanda.
3) Se resuelva admisible y se conceda con carácter de urgente la cautelar solicitada a los fines de
establecer un régimen de comunicación provisorio.
Proveer de conformidad,
SERÁ JUSTICIA.-