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La crisis política en Haití es una serie de acontecimientos iniciados en febrero de 2019 con

las protestas que tenían el objetivo de lograr la renuncia del ya difunto expresidente
de Haití, Jovenel Moïse. La oposición, liderada por Jean-Charles Moïse, afirmaba que su
objetivo era crear un gobierno de transición para proporcionar programas sociales y procesar
a funcionarios supuestamente corruptos.1 Las movilizaciones se vieron fortalecidas por la
crisis social en la que estaba y sigue envuelta Haití. Hasta julio de 2021 se realizaron seis
cambios de Primer Ministro2 y la Asamblea Nacional no pudo realizar sus elecciones,
desapareciendo en la práctica.3
La muerte del presidente Moïse no cerró la crisis, su poderes fueron asumidos por el primer
ministro Ariel Henry, quien debía organizar las elecciones para 20214 fue sucesivamente
aplazándolas y el país se ha mantenido en el caos provocado por bandas criminales con
niveles de violencia, que según cifras de Naciones Unidas han desplazado internamente a
casi 314 000 personas, 4,7 millones de haitianos, casi la mitad de la población, padece de
hambre aguda, y en la capital, unas 20 000 personas viven en condiciones de hambruna.5
Además el cólera continúa sin ser controlado.6

Antecedentes[editar]
Una investigación del Senado publicada en noviembre de 2017 sobre el período 2008-2016
(las administraciones de René Préval y Michel Martelly, así como el jefe de gabinete del
entonces presidente Jovenel Moïse) reveló que se había financiado una corrupción
significativa con préstamos venezolanos a través del programa Petrocaribe.7 Los haitianos en
ese momento fueron informados de la corrupción que había ocurrido.8
En febrero de 2021 estalló una nueva serie de protestas en medio de una disputa por el
mandato presidencial de Moïse. Los manifestantes afirmaron que el mandato de Moïse finalizó
oficialmente el 7 de febrero de 2021 y exigieron su dimisión. Moïse dijo que los presidentes
haitianos tienen cinco años para servir según la constitución y él tenía un año más para servir
desde que asumió la presidencia en febrero de 2017. Los manifestantes también expresaron
su preocupación por el referéndum constitucional de 2021, un referéndum propuesto por
Moïse que, según se informa, eliminaría la prohibición de mandatos presidenciales
consecutivos y le permitiría presentarse nuevamente.9

Cronología[editar]
Las protestas comenzaron después de los informes de un tribunal de que funcionarios de alto
nivel del gobierno haitiano habían utilizado indebidamente hasta 3800 millones de dólares en
préstamos del Petrocaribe de Venezuela y que el presidente Moïse había estado involucrado
en la corrupción. Los problemas económicos, incluido el aumento del costo de la vida, también
alimentaron las protestas en la nación.10
2019[editar]

Quema de neumáticos en febrero


El primer día de las manifestaciones, los manifestantes apuntaron a los vehículos de lujo de
los haitianos ricos, dañándolos. Al día siguiente, el 8 de febrero, los alcaldes de algunas
ciudades anunciaron la cancelación de los eventos previos al Carnaval. Las protestas del 9 de
febrero provocaron más enfrentamientos con la policía, y los manifestantes arrojaron piedras a
la casa del presidente Moïse después de que el personal de seguridad de uno de sus aliados
chocó contra el automóvil de una mujer y comenzó a golpearla.111012
El 12 de febrero, los manifestantes incendiaron un mercado popular, saquearon varias tiendas
y ayudaron con una fuga de cárcel que liberó a todos los prisioneros de las instalaciones.13 El
presidente Moïse se dirigió al país el 14 de febrero y dijo que no renunciaría, diciendo que
«Yo, Jovenel Moïse, jefe de Estado, no entregaré al país a las bandas armadas y los
narcotraficantes».13
La mayoría de los manifestantes provenían de los barrios más pobres. Marc-Arthur Fils-Aimé,
director general del Instituto Cultural Karl-Lévêque, dijo: "Las reivindicaciones se han vuelto
tan radicales que parecen una lucha de clases. Las luchas económicas se superpusieron a las
luchas estructurales. Es casi imposible definir claramente los contornos de las perturbaciones
actuales si se separan del tejido socioeconómico y cultural del país donde las élites
exportadoras han prosperado hasta el punto de reducir la isla a un estado de neocolonia.14
En marzo de 2021 Jean-Michel Lapin asumió de forma interina el cargo de Primer Ministro de
Haití, después de que la Cámara de Diputados Haitiana destituyeran a Jean-Henry Céant, tras
aprobar una moción de censura en su contra por la falta de respuesta al agravamiento de la
crisis económica y responsable por las protestas. Lapin asumió el cargo durante un consejo
de ministros celebrado en la sede del Palacio Nacional y encabezado por el presidente del
país caribeño, Jovenel Moïse que estaba haciendo las consultas para nombrar un nuevo
Primer Ministro.1516
Con una galopante inflación y la devaluación acelerada de la moneda nacional, la
administración de Moïse recurrió a un préstamo del Fondo Monetario Internacional (FMI), que
concedería a Haití un crédito de 229 millones de dólares. Como contraparte, el organismo
exigía al Gobierno haitiano un mayor control del gasto fiscal, y el combate a la corrupción.15A
través de su cuenta de Twitter el mandatario haitiano dio a conocer que tras las consultas que
tuvo con los presidentes de la Cámara de Diputados y el Senado de la República escogieron a
Lapin, quien se desempeñaba como primer ministro interino.171819

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