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Punto1:
Hemorroides
El término "hemorroides" se utiliza para designar un proceso patológico que consiste en el
alargamiento de los cojinetes anales que no son más que un espesor submucoso que contiene
vasos sanguíneos, músculo liso y tejido conectivo elástico. En la incidencia de las patologías
anorrectales, la patología hemorroidal es la más frecuente.
La etiología de las hemorroides no está clara; existen diversas teorías que tratan de explicar sus
causas, entre ellas la transformación varicosa o la hiperplasia de las venas hemorroidales. De éstas,
la más aceptada en la actualidad es la teoría de Thomson, que explica el contenido de los cojinetes
anales dando mayor importancia a la dilatación venosa que ocurre por cualquier aumento de presión
debido a que las venas no tienen válvulas. El esfuerzo en la defecación produce dilatación de los
cojinetes que luego se desplazan hacia la luz del canal y fuera de éste por ruptura de su fijación al
esfínter interno que es de músculo liso; este hecho se encuentra estrechamente asociado al
estreñimiento, elevada presión intraabdominal (embarazo y otras), presencia de heces duras y secas
(dieta baja en fibras) y la elevada presión del canal anal por hipertonicidad del esfínter interno. La
presencia de tumores en la pared del recto que dificulten el retorno venoso y produzcan tenesmo en
el paciente también pueden predisponer a la formación de hemorroides. Éstas se presentan en
personas entre los 20 y 50 años de edad con un pico alrededor de los 40 años;
Las hemorroides se clasifican, según la relación que mantengan con la línea dentada, en internas
(origen por encima de la misma) y externas (origen por debajo de la línea); entre ellas existe una
estrecha comunicación, la cual se dilata con bastante frecuencia y es descrita por algunos autores
como hemorroides mixtas. Existen autores que describen a las
hemorroides mixtas como las más frecuentes, en vzla las
hemorroides externas son las más frecuentes.
Hemorroides internas Signos y síntomas: El sangrado rojo brillante
es el principal síntoma; aparece en la superficie de las heces, la
anemia es una complicación rara, no existe dolor, se presenta si
ocurren complicaciones poco comunes como trombosis, o
asociado a lesiones como la fisura anal.
Las hemorroides internas se clasifican en:
Grado I: sólo existe sangrado. La hemorroide protruye hacia la
luz del canal anal.
Grado II: protruyen fuera del ano pero regresan por sí mismas.
Grado III: protrusión reducible por maniobra de taxis.
Grado IV: protrusión permanente.
Las hemorroides estranguladas son una complicación de las
hemorroides internas, en donde el anillo de éstas queda estrangulado fuera del canal anal,
observándose protruidas, en trombos y rodeadas por un anillo edematoso de hemorroides externas
apretadas por un esfínter que presenta un espasmo severo (condición extremadamente dolorosa),
que de no resolverse puede necrosarse.
Diagnóstico: en el examen físico, la inspección del ano mediante apertura de los glúteos evidenciará
si existe protrusión hemorroidal. En el tacto rectal las hemorroides internas no son palpables a
menos que estén trombosadas. La anoscopia es el método diagnóstico más sensible y menos
traumático, pero siempre debe hacerse una colonoscopia para descartar cualquier lesión que tenga o
no relación con las hemorroides y que requiera otro manejo terapéutico.
Hemorroides externas: Tienen 2 formas de presentación:
Con trombos: consiste en un hematoma perianal con formación de trombos causado por la ruptura
de una vena hemorroidal externa, que se caracteriza por la presencia de una masa dolorosa de
hasta 1.5 cm, de color azulado y de rápida instalación cerca del margen anal, frecuentemente
precedida por diarrea o constipación. El síntoma cardinal de esta patología es el dolor y la aparición
de una masa palpable, que requiere cirugía.
Mariscos hemorroidales: tejidos cicatriciales que usualmente no presentan síntomas, pueden causar
irritación y prurito. Es el resultado de la resolución de una hemorroide externa con trombos.
El diagnóstico de las hemorroides externas se realiza mediante la inspección de la región perianal
Fisura anal:
Es un desgarro o rotura que ocurre en la piel del canal anal, por debajo de la línea dentada. La fisura
causa dolor intenso que no guarda relación con su tamaño. Existen dos fases o formas de
presentación:
TRATAMIENTO
En el tratamiento del cáncer de recto, el tratamiento neoadyuvante ha demostrado ser mejor que el
adyuvante. Afortunadamente, la resección abdominoperineal ha quedado en desuso y la cirugía
conservadora de esfínter es el tratamiento preferido en la actualidad. El abordaje laparoscópico solo
ha conferido las ventajas propias del abordaje y aunque ha demostrado ser una opción viable en
manos expertas, aún faltan estudios aleatorizados para considerarlo como primera opción. Las
consideraciones diagnósticas y terapéuticas del cáncer de recto son totalmente distintas al cáncer de
colon, por lo que los pacientes deben ser etapificados de manera específica para su tratamiento
adecuado y se requieren más estudios serios sobre los resultados a largo plazo de las diferentes
opciones terapéuticas.
CIRUGÍA RADICAL
El tipo y extensión de la cirugía realizada en pacientes con cáncer rectal depende principalmente de
la etapa del tumor en el preoperatorio, la distancia del complejo esfintérico anorrectal, el uso de
terapia neoadyuvante, características histopatológicas y la capacidad del paciente para tolerar una
cirugía radical. Para tumores de recto medio y superior, la resección anterior baja es generalmente el
abordaje predilecto. Para lesiones del recto inferior, se puede realizar tanto la resección
adbominoperineal como la resección anterior baja, dependiendo del compromiso del mecanismo
esfinteriano. La meta en todos los abordajes quirúrgicos es una resección R0 con márgenes distales
y radiales negativos, lo cual determina los resultados quirúrgicos, de supervivencia global y libre de
progresión.
RESECCIÓN TOTAL DE MESORRECTO
La técnica de resección total de mesorrecto realizada en conjunto con una resección anterior baja o
una resección abdominoperineal ofrece una disección más precisa, además de permitir la resección
completa del mesorrecto incluyendo el distal al tumor como una sola unidad.
En los primeros estudios realizados se mencionaba que había un alto índice de fuga anastomótica,
debido a esto, los expertos recomiendan la resección total de mesorrecto para lesiones de recto
medio y distal y es aceptado que en recto superior se realice una resección mesorrectal parcial.
RESECCIÓN LOCAL
Generalmente se acepta como una opción terapéutica para el tratamiento de cáncer de recto en
estadio T1, más aun cuando hay evidencia clínica e histológica de buen pronóstico. En estos casos
se asocia con bajos índices de recurrencia y morbilidad en el posoperatorio. Los criterios que se
siguen universalmente incluyen cánceres bien a moderadamente diferenciados, ausencia de invasión
perineural o linfovascular, lesiones dentro de los 8 a 10 cm del margen anal y tumores menores de 3
a 4 cm, que ocupan menos de una tercera parte de la circunferencia de la luz rectal.
TERAPIA ADYUVANTE Y NEOADYUVANTE
El factor pronóstico más importante en pacientes con cáncer es la etapa clínica al momento de
diagnóstico. El tratamiento neoadyuvante ha demostrado ser mejor que la adyuvancia para el control
local y la supervivencia, además de aumentar la radiosensibilidad al tumor, lo que disminuye la
toxicidad colónica, con lo que se logra la disminución de las complicaciones asociadas y disminuye la
posibilidad de esparcir el tumor durante la cirugía. Su principal desventaja es el sobretratamiento en
pacientes con cánceres en etapa temprana.
RADIOTERAPIA INTRAOPERATORIA
Pacientes que están entre los límites de cáncer rectal resecable e irresecable son tratados,
generalmente, con radiación pélvica y quimioterapia y pueden ser considerados para el uso de
terapia de radiación intraoperatoria (TRIO). Con la radiación intraoperatoria los tumores pueden ser
radiados localmente con una sola dosis. Las ventajas de esta técnica incluyen la posibilidad de
separar la región de tejido normal de la zona de riesgo durante la cirugía, lo que permite que
mayores dosis de radioterapia sean dadas al tumor. La radiación intraoperatoria se ha asociado con
mejoría en el control local y supervivencia en pacientes con cáncer rectal, especialmente en los que
se consigue una resección total.
SEGUIMIENTO En 1992 la Sociedad Americana de Cáncer propuso el siguiente esquema para el
seguimiento de pacientes asintomáticos sin historia familiar de cáncer colorrectal:
1. Tacto rectal anual para hombres y mujeres mayores de 40 años.
2. Endoscopia digestiva inferior, cada tres a cinco años para hombres y mujeres mayores de 50
años.
3. Examen de sangre oculta en heces anual para hombres y mujeres mayores de 50 años.
3. CANCER ANAL
Epidemiología e Incidencia
1 a 2% de los cánceres del intestino grueso y del 2 a 4% de los cánceres anorrectales.
La incidencia de 1 a 3 casos x 200.000 habitantes
Más frecuente durante la sexta década de la vida
El 67% de estos aparecen por encima de la línea dentada, siendo de tres a cuatro veces más
común en la mujer que en el hombre
El resto se ubica por debajo de esta línea con mayor frecuencia en los hombres, aunque en
general es mas común en las mujeres que en los hombres.
Grupos con mayor riesgo de desarrollar cáncer anal incluyen a mujeres del norte de Brasil,
hombres homosexuales (independientemente de estar infectados por VIH), mujeres que practican
relaciones sexuales anales y pacientes post trasplantados.
El pronóstico de sobrevida a los cinco años del cáncer anal en general es de 80%.
Factores de Riesgo
El cáncer anal se ha visto asociado con poca higiene personal, irritación anal crónica, infección e
inmunosupresión.
Condyloma acuminata genital, antecedentes de gonorrea en hombres, consumo de cigarrillos,
seropositividad para virus herpes simple tipo I y antecedentes de infección por Chlamidia
tracbomatis.
La presencia de infección por virus de
papiloma humano (VPH), especialmente los
serotipos 16, 18 y 31 ha sido fuertemente
vinculada con el carcinoma anal de células
escamosas.
Aproximadamente el 54% de los pacientes
VIH positivos tienen ADN de VPH en el canal
anal.
Clasificación
El 80% de las lesiones malignas del ano son
carcinomas de células escamosas y se originan
del epitelio escamoso.
El epitelio transicional puede dar origen a
carcinomas basaloides no queratinizados,
llamados también basoescamosos,
cloacogénicos, transicionales o
mucoepidermoides. Estos tumores son
considerados como carcinomas epidermoides y
se diseminan por extensión directa y por vía linfática. Se extienden por la mucosa a los músculos del
esfínter anal y de ahí al tejido conectivo. Otras lesiones malignas menos frecuentes son el
adenocarcinoma de las glándulas anales, melanomas, carcinomas indiferenciados y sarcomas.
Dependiendo de la relación que mantenga la lesión con la línea dentada, la metástasis ocurrirá hacia
ganglios inguinales o ganglios mesenterios e ilíacos internos. Las metástasis a distancia más
comunes son al hígado, pulmón y cavidad abdominal.
El cáncer anal se estadifica según el sistema propuesto por la American Joint Committee on Cancer
(AJCC), que los divide en proximal y distal al canal anal, de acuerdo con la extensión del tumor
primario, la implicación de ganglios linfáticos y la metástasis a distancia.
Los dos factores pronósticos principales de cáncer de ano son el tamaño del tumor y el estado
ganglionar. Los tumores primarios de tamaño inferior a 2 cm tienen mejor pronóstico. El drenaje
ganglionar del ano sigue la vena inguinal. La evaluación inicial de un paciente con cáncer de ano
incluye un examen físico minucioso de la región inguinal y biopsia de cualquier ganglio linfático
palpable.
Por lo general, el cáncer de ano es una enfermedad curable. En el cuadro clínico inicial, la mayoría
de los pacientes tienen una enfermedad T1 o T2 (≤5 cm), y menos del 20 % de los pacientes tienen
enfermedad con compromiso ganglionar. La tasa de supervivencia a 5 años de los pacientes en
estadio temprano es superior al 85 %. Incluso en los pacientes con enfermedad con compromiso
ganglionar, las tasas de supervivencia a 5 años superan el 50 % en ausencia de invasión a órganos
adyacentes o metástasis a distancia.
Los síntomas iniciales de esta patología son sangrado, dolor local y sensación de pesadez perianal;
con menor frecuencia se presenta tumor anal, prurito y descarga.
Cambios de hábito intestinal en un 52.63% de los casos, rectorragia en el 31.58%, dolor en el
26.32%, masa en el 15.79% y el 5.26% era asintomático.
o Inspección y tacto rectal de entrada
o La rectosigmoidoscopia para evaluar la extensión proximal de la lesión y tomar muestra del
tejido.
o La TAC abdominopélvica es importante para verificar extensión local y diseminación a
distancia. En algunas ocasiones la presencia de ganglios inguinales palpables podría ser
evaluada mediante aspiración con aguja fina.
o Debe realizarse una Rx de tórax para descartar metástasis pulmonar.
Punto 4
Epidemiología:
Las enfermedades inflamatorias crónicas son más frecuentes en blancos que en negros
Tienen gran incidencia en judíos
Compromete aproximadamente por igual a hombres y mujeres
Oocurre en todas las edades, aunque su frecuencia mayor es en la segunda y tercera décadas de la
vida.
Se ha observado una mayor frecuencia en el norte de Europa y Estados Unidos, y es rara en México,
Centro y Suramérica, África, Oriente Medio y Asia; (4) en Venezuela ha aumentado la tasa de
incidencia debido a la gran inmigración europea que ha tenido el país; en Estados Unidos tiene una
incidencia de aproximadamente 3 a 20 por 100,000 habitantes cada año.
La rectocolitis
ulcerosa tiene mayor incidencia y prevalencia que la enfermedad de Crohn
Rectocolitis ulcerosa
La rectocolitis ulcerosa es una enfermedad crónica que presenta una reacción inflamatoria de la
mucosa del colon y del recto, que puede estar ulcerado, hiperémico y hemorrágico, con un
compromiso uniforme y continuo, sin áreas de mucosa normal (a diferencia de la enfermedad de
Crohn). Las células de la superficie mucosa, el epitelio de las criptas y la submucosa están
comprometidos dando origen a la formación de ulceraciones múltiples y abscesos crípticos.
Clínica: los mayores síntomas de la rectocolitis ulcerosa son la diarrea sanguinolenta y el dolor
abdominal; a menudo fiebre y pérdida de peso en los casos más severos. La severidad de los
síntomas refleja la extensión del compromiso colónico y la intensidad de la inflamación.
Los hallazgos del examen físico son inespecíficos; puede haber distensión y dolor abdominal.
En los casos leves el examen físico es normal. Se deben buscar manifestaciones extraintestinales de
la enfermedad, tales como eritema nodoso, espondilitis anquilosante, artritis reumatoide , pioderma
gangrenoso.
La rectocolitis ulcerosa está asociada con un aumento en el riesgo de cáncer colorrectal
Complicaciones: hemorragia, obstrucción parcial, perforación libre o confinada, abscesos y fístulas
perianal y perirrectal, disminución de la absorción, carcinoma y megacolon tóxico
Diagnóstico diferencial: colitis de Crohn, colitis isquémica, colitis infecciosa
(amibiana, bacilar), síndrome carcinoide maligno y síndrome de mala absorción, Sprue tropical.
Diagnóstico: el diagnóstico de la rectocolitis ulcerosa se debe sospechar en pacientes que
presenten diarrea moco-sanguinolenta, tenesmo rectal y dolor predefecatorio con remisiones y
exacerbaciones, proctitis ulcerativa y fístula perianal.
Laboratorio: anemia, hipokalemia, hipomagnesemia, hipocalcemia, hipoalbuminemia y esteatorrea.
• Colon por enema con doble contraste (debe evitarse en fase aguda): hay llenamiento incompleto
(debido a la inflamación), ulceraciones finas en forma de sierra en el contorno del intestino
produciendo un margen difuso, imágenes de defecto (pseudopólipos), y rectificación del colon (colon
rígido).
• Colonoscopia: los hallazgos en este examen son eritema difuso con pérdida de la vascularidad de
la mucosa, friabilidad y compromiso uniforme de la mucosa. Se toman biopsias para estudios
bacteriológicose histológicos.
En relación con el cáncer de colon y la recto colitis ulcerosa, se debe hacer seguimiento con colonoscopia y
biopsias seriadas; si las biopsias son normales el control será cada dos años; si se encuentra displasia leve o
moderada, la endoscopia se repite en seis o doce meses.
Enfermadad diverticular
A menudo es -asintomática,..poco frecuente < 40 años. El 1 O a 20% de todas la personas
mayores de 40 años tienen divertículos en el colon; la incidencia aumenta con la edad y tanto los
hombres como las mujeres se ven afectados en la misma proporción.
Patología: la enfermedad diverticular del colon es un fenómeno adquirido caracterizado por
engrosamiento e hipertrofia de la capa muscular, con acortamiento y segmentación del colon más a
nivel del sigmoides, y con aumento de la presión intraluminal; estos factores ocasionan herniación de
la mucosa y submucosa a través de la capa muscular del colon en el sitio de penetración
de los vasos sanguíneos.
Clínica: sólo 1 O a 20% de los pacientes desarrollan síntomas. El curso de la enfermedad
sintomática se caracteriza por recaídas y remisiones durante años; si el paciente no es tratado, los
síntomas aumentan en intensidad. Los síntomas de esta enfermedad son inespecíficos,
presentándose como flatulencia, trastornos dispépticos, distensión y dolor abdominal difuso o
localizado, y alteración de las evacuaciones (diarrea- constipación).
Diagnostico
Colon por enema: muestra la presencia de divertículos, y el acortamiento, la estrechez y la
deformidad de las haustras del colon distal
Colonoscopia: se observan los divertículos y enfermedades asociadas.
Dentro de las complicaciones de la enfermedad diverticular están: diverticulitis, hemorragia,
obstrucción,perforación , fístulas s, cada una con manifestaciones clínicas diferentes.
Diverticulitis
Es la inflamación de los divertículos, ocasionada porque la luz de éstos está ocupada por contenido
intestinal y se desarrolla un proceso inflamatorio.
Clínicamente cursa con distensión y dolor abdominal, náuseas, vómitos, fiebre de bajo grado, y
cambios en el hábito intéstÍnal; la severidad del proceso depende del grado y la localización del
estado agudo.
Punto 5
________________________Polipos_______________________________
Son elevaciones sobre una superficie mucosa; pueden ser únicos o múltiples, y presentarse en gran
cantidad, lo que se llama poliposis. En su gran mayoría los pólipos son asintomáticos; el mayor
interés radica en su potencial de malignidad, la gran mayoría de los cánceres de colon se origina en
pólipos adenomatosos benignos previos.
1. Adenoma tubular Es el más común del colon; a menudo es pediculado y es raro antes de
los 21 años (excepto en la poliposis familiar).
Anatomía patológica: son consistentes, pediculados, miden entre un milímetro y varios centímetros.
El 15% presenta elementos vellosos, con arquitectura adenomatosa y tubular; en ocasiones
presentan marcado polimorfismo, atrofia glandular y mitosis (cáncer in situ).
Clínica: frecuentemente son asintomáticos, presentan hematoquezia, anemia y prolapso del pólipo a
través del ano; es raro que se presenten como una intususcepción.
2. Adenoma velloso Conforman el 10% de los adenomas colorrectales. Suelen ser planas,
blandos, y surgen de una gran área mucosa. Son menos frecuentes que los tubulares; la edad
promedio de presentación son los 63 años, y raramente aparecen antes de los 45 años;
tienden a presentarse con mayor frecuencia discalmente. Estos pólipos son los que más
comúnmente se malignizan.
Anatomía patológica: están mal delimitados, son voluminosos, mayores de dos centímetros, de
base ancha, lisos, aterciopelados y suaves. Son pálidos o similares a la mucosa. Al microscopio se
observan numerosas proyecciones epiteliales largas, con escaso estroma, cubiertas por una sola
capa de células cilíndricas en forma de dedos que parecen vellosidades.
Clínica: son pólipos secretores de moco, y clínicamente el paciente presenta salida de sangre y
moco por el recto, tenesmo y estreñimiento; en pocos casos se ven numerosas heces mucoides y
acuosas, hasta llegar a perder varios litros de agua y electrolitos al día.
PUNTO 6:
Pólipos no neoplásicos (Hamartomas)
Pólipos hiperplásicos: Son los pólipos no neoplásicos más comunes en el colon; se les denomina también
pólipos metaplásicos. Usualmente son pequeños, menores de 5 mm y raramente mayores de 1 O mm; no tienen
una verdadera estructura adenomatosa, ni actividad mitótica anormal; en ocasiones se encuentra un pólipo
mixto, hiperplásicos, adenomatoso (13%) que contiene focos de displasia o carcinoma; sin embargo, los pólipos
hiperplásicos no tienen potencial maligno.
Pólipos juveniles: Es una lesión de la primera y segunda infancia pudiendo observarse en adultos; su mayor
frecuencia ocurre a los cinco años, y son raros después de los 16 años. La herencia es autosómica dominante con
penetración completa; se localizan en el colon y recto pero pueden encontrarse en el intestino delgado y
estómago. Son únicos en el 10% de los pacientes, y cuando son múltiples son usualmente tres o cuatro; en
ocasiones se ulceran o sangran, e incluso pueden amputarse. Anatomía patológica: la mayoría son pediculados,
de tres a diez centímetros de diámetro, lisos, esféricos, de color café rojizo, con cubierta de moco; en el tejido
hay numerosos espacios quísticos recubiertos de células maduras columnares secretoras de moco. Clínica:
clínicamente presentan heces con estrías de sangre en su superficie y en menor frecuencia hemorragia rectal y
anemia.
Pólipos de Peutz-]egher: Son hamartomas, pero tienen
aspecto ramificado que histológicamente resulta de un
crecimiento de la muscularis mucosae cubierta con epitelio
normal. En general son múltiples y se asocian con
pigmentación mucocutánea color café.
Pólipos inflamatorios: Cada vez que ocurre inflamación y ulceración del intestino grueso, pueden quedar restos
de mucosa adenomatosa con aspecto polipoideo.
Método diagnóstico:
Generalmente los pólipos son asintomáticos, y son detectados durante evaluaciones de descarte o incidentalmente.
PUNTO 8
CLASIFICACION HISTOLÓGICA
Histológicamente el cáncer de colon se clasifica en:
1. adenocarcinoma (ADC),
2. mucinoso,
3. células en anillo de sello,
4. carcinoma escirro,
5. adenoescamoso e indiferenciado.
La forma más frecuente de presentación es el ADC
(90% de los casos), el cual se caracteriza por
presentar células mucosas dispuestas en patrón
tubular, acinar o papilar; son columnares o cuboides
con esbozos de acodaduras irregulares y
diferenciación glandular, que en muchas formas se
asemeja al epitelio cólico cortado en secciones
cruzadas; el adenocarcinoma ulcerativo es el
más frecuente. El otro 10% de cánceres del colon está conformado por los siguientes: el carcinoma
del colon tipo mucinoso, que posee la misma estructura básica del adenocarcinoma, pero difiere en
que hay abundante moco extracelular y abundante moco intraluminal.
El tipo histológico de células en anillo de sello es un tumor productor de mucina, en el cual la mayor
parte de ella permanece intracelular; esto hace que el núcleo sea rechazado hacia un lado de la
célula adoptando así el aspecto de un anillo de sello. El carcinoma escirro, morfológicamente
muestra una formación glandular muy pequeña; existe, no obstante, una acentuada desmoplasia que
rodea a las estructuras glandulares. El cambio brusco de mucosa normal a proceso maligno no es
claro. El carcinoma adenoescamoso es una neoplasia poco común que representa
aproximadamente el 0.1 %
de todos los tumores del colon. Es un tumor compuesto en el cual ambos componentes, glandular y
escamoso, son malignos. Por último está el carcinoma indiferenciado, que es difuso, con ausencia
total de diferenciación, y muy agresivo.
Grado I: aparece como un adenoma, con signos de proliferación epitelial activa, pero con infiltración
a la muscular de la mucosa.
Grado II: las células tumorales son más numerosas, pero dispuestas de manera ordenada; los
núcleos se tiñen intensamente y existen figuras mitóticas irregulares.
Grado III: células menos diferenciadas y dispuestas irregularmente; mitosis más numerosas.
Grado IV: células tumorales más anaplásicas y no forman estructuras glandulares.
CLASIFICACIÓN POR ESTADIOS
Quizás el aspecto más confuso del cáncer del intestino grueso, tanto para el clínico como para el
estudiante, sea la clasificación por estadios de este proceso. Históricamente han surgido numerosos
sistemas de clasificación. En 1932, Dukes propuso un sistema de clasificación de los tumores de
recto que posteriormente se aceptó como clasificación para el cáncer
del colon. El sistema de Dukes es el siguiente:
Otra clasificación que se utiliza es la propuesta por Astler y Coller en 1954, que es una modificación
de la clasificación de Dukes:
Esta clasificación es importante debido a que está relacionada
con el pronóstico del paciente.
Estadificación (Libro Schwartz). La estadificación del cáncer
colorrectal se basa en la profundidad del tumor y la presencia o
ausencia de metástasis ganglionares o distantes. El sistema
de asignación de la etapa TNM reemplazó en buena medida
a los sistemas antiguos de estadificación, como la
clasificación de Dukes y la modificación de Astler-Coller
(cuadro 29-3). La enfermedad en etapa I incluye
adenocarcinomas que invaden por la muscular de la mucosa, pero se limitan a la submucosa (T1) o
la muscular propia (T2) sin metástasis ganglionar. La enfermedad en etapa II consiste en tumores
que invaden por la pared del intestino hacia la subserosa o tejidos pericólicos o perirrectales sin
peritoneo (T3), o bien a otros órganos o tejidos o a través del peritoneo visceral (T4) sin metástasis
ganglionares. La enfermedad en etapa III incluye cualquier etapa T con metástasis ganglionares y la
enfermedad en etapa IV incluye metástasis distantes.
En general, la valoración preoperatoria identifica la enfermedad en etapa IV. En el cáncer de colon,
la diferenciación de las etapas I, II y III depende del examen del
espécimen resecado. En el cáncer rectal, la ecografía
endorrectal o la MRI permiten predecir la etapa (etapa por
ecografía, uTxNx) antes de la operación, pero la determinación
final depende del examen patológico del tumor extirpado y los
ganglios linfáticos adyacentes (etapa patológica, pTxNx). La
etapa de la enfermedad guarda relación con la supervivencia a
cinco años. Los pacientes con enfermedad en etapas I y II
pueden esperar excelentes tasas de supervivencia. La
presencia de metástasis ganglionares (etapa III) reduce la
supervivencia (cuadro 29-4). La tasa de supervivencia a cinco
años con enfermedad en etapa IV es menor del 16%. Sin
embargo, en pacientes
bien seleccionados la
metastasectomía,
sobre todo de lesiones
hepáticas o
pulmonares aisladas,
puede ser curativa.
VIAS DE DISEMINACION
En el cáncer del colon la aparición de metástasis está relacionada directamente con diversos
factores, entre los cuales figuran la profundidad de penetración del tumor en la pared intestinal, la
presencia de metástasis linfáticas regionales y el grado de diferenciación histológica. Los
sitios principalmente afectados por las metástasis son el hígado (los pacientes con cáncer del
colon primario, en el momento del diagnóstico tienen aproximadamente · 20% de probabilidades de
metástasis hepáticas), el pulmón, el ovario, el cerebro y el músculo esquelético; se han descrito
muchas metástasis poco usuales. Las vías de diseminación pueden ser locales, linfáticas,
hematógenas, metástasis gravitacionales e implantación.
Vías locales Consiste en la invasión de estructuras vecinas u otros órganos por contiguidad. Esto
ocurre después de que el tumor ha penetrado la pared del colon
Vía linfática Los niveles ganglionares que pueden verse afectados son los epicólicos, paracólicos,
intermedios y principales. Se pueden hallar ganglios linfáticos positivos lejanos al tumor con ganglios
negativos entre ambos. Es importante determinar las vías de propagación de las metástasis
linfáticas, ya que ello deberá influir en el plan del cirujano para extirpar los tumores primarios y los
linfáticos potencialmente invadidos; 40% de los pacientes con cáncer del colon tiene metástasis en
los ganglios en el momento del diagnóstico. Se ha observado la correlación entre el grado histológico
del tumor y aumento de la incidencia de propagación linfática.
Vía hematógena Consiste en la embolización tumoral por vía sanguínea; cuanto mayor es el avance
del tumor primitivo, la incidencia de metástasis hematógenas aumenta paralelamente a las
metástasis linfáticas. Se suele diseminar al hígado a través de la circulación venosa portal; el hígado
es el sitio de metástasis visceral más frecuente, es el lugar inicial de la extensión a distancia de la
tercera parte de los cánceres de colon recidivados. Se estableció también la correlación que existe
entre el grado histológico del tumor y el aumento de la incidencia de propagación hematógena:
Grado I 23%; Grado II, 49%; Grado III y IV, 56%. En los tumores fungoides la incidencia de
diseminación hematógena es aproximadamente 23%, en los tumores ulcerados 31 %, y en los
estenosantes 45%.
Metástasis gravitacionales Consiste en la diseminación tumoral en las superficies peritoneales,
después de que la serosa colónica ha sido invadida.
Implantación Es la propagación del cáncer a partir del lugar primitivo hacia tejidos distantes; las
células se transportan, implantan y crecen en diferentes sitios. Existen
numerosas vías a través de las cuales las manipulaciones
quirúrgicas podrían ser responsables de este fenómeno.
MANIFESTACIONES CLÍNICAS
Los adenocarcinomas del colon crecen lentamente y pueden estar presentes hasta por cinco años
antes de producir síntomas. La sintomatología que se desarrolle va a depender finalmente de la
localización anatómica de la lesión, su tipo, extensión, y de las complicaciones por las cuales el
paciente consulta por primera vez.
El colon derecho es de mayor calibre que el izquierdo, posee una pared delgada y distensible, y la
corriente fecal es líquida. Debido a estas características anatómicas, y porque el carcinoma del colon
derecho tiende a crecer en forma exofítica y ulcerada, estas lesiones pueden alcanzar un gran
tamaño antes de ser diagnosticadas.
Los pacientes consultan frecuentemente porque se quejan de fatiga y debilidad debidos a anemia.
La anemia hipocrómica microcítica no explicable deberá despertar las sospechas de carcinoma de
colon derecho. La sangre puede no ser visible en las heces, pero puede descubrirse la sangre
oculta.
Los pacientes pueden quejarse de malestar abdominal vago en el lado derecho, el cual a
menudo es posprandial, y puede atribuirse en forma errónea a enfermedad vesicular o
gastroduodenal. La modificación del hábito intestinal no es característica del carcinoma del colon
derecho, y la obstrucción es rara: en algunos pacientes la primera evidencia de la enfermedad es el
descubrimiento de una masa por el paciente o por el médico.
El colon izquierdo es de menor calibre que el derecho y las heces son semisólidas; estos tumores
tienden a crecer concéntricamente, en forma de "anillo de servilleta'' como lo describen algunos
autores, provocando modificaciones en el hábito intestinal manifestadas por constipación alternada
con aumento de la frecuencia de la evacuación sin producirse una verdadera diarrea líquida.
La obstrucción parcial o completa con dolor abdominal agudo puede constituir el cuadro
clínico inicial.
La hematoquezia es común y raramente se presenta rectorragia.
Cuadro Resumen:
Punto 9
Complicaciones del cáncer de colon
En orden de frecuencia son: obstrucción, perforación y sangrado
- El cáncer colorrectal puede presentarse en el comienzo como una obstrucción intestinal
(15%) y esto se asocia a un peor pronóstico que las lesiones no obstructivas. Existen carcinomas
anulares de crecimiento lento que pueden producir una clínica de obstrucción gradual, la mayoría de
las veces se instala como un cuadro de constipación con dolor abdominal, acompañado de cambios
en el hábito intestinal con disminución progresiva del calibre de las heces.
- También se puede presentar como perforación libre en cavidad peritoneal o localizada con
formación de absceso.
- El sangrado insidioso con anemia consecutiva es un hecho que ocurre de manera más
frecuente en los tumores que se ubican a nivel del colon ascendente y ciego; se puede presentar en
algunos casos una hemorragia masiva que puede incluso comprometer la vida del paciente.
Diagnóstico El diagnóstico precoz del cáncer de colon aumenta la supervivencia de los ptes a los 5
años en un 90%. Después de realizar una buena historia clínica y un examen físico se deben realizar
los exámenes de laboratorio.
La Sociedad Americana de Cáncer ha recomendado a las personas con factores de riesgo de padecer cáncer de colon, realizar
examen de sangre oculta en heces anualmente y sigmoidoscopia cada tres a cinco años comenzando a partir de los 50 años;
también se recomienda realizar colonoscopia periódicamente a pacientes que han sufrido cáncer de colon
1. Búsqueda de sangre oculta en heces : Hay varios tipos de métodos para realizar este examen, pero
la prueba que más se ha utilizado, el Hemocult II, usa guayaco para detectar la hemoglobina de las
heces; se debe indicar al paciente que siga una dieta especial durante 48 a 72 horas antes de
realizar este examen para disminuir la posibilidad de resultados falsos positivos. La dieta consiste en
disminuir el consumo de alimentos con altos y medianos niveles de peroxidasa como las carnes
blancas y rojas, frutas frescas, vegetales crudos (coliflor, brócoli, rábano, nabos), papas, hongos,
alcachofas y calabazas, y para evitar los falsos negativos, no consumir fibra ni vitamina C. la
sensibilidad de este tipo de pruebas es de 26 a 36% para cáncer colorrectal.
2. Colon por enema: Se realiza por la técnica de doble contraste; consiste en la administración de una
suspensión de sulfato de bario por enema rectal y luego insuflar con aire permitiendo que una capa
muy fina de bario se adhiera a la mucosa y dibuje, contrastado por el aire, su patrón; posteriormente,
mediante la colocación del paciente en diferentes posiciones, se logra visualizar la totalidad de la
superficie mucosa del colon. Este tipo de examen tiene una sensibilidad de 85 a 95% para detectar
pólipos colorrectales; El índice de perforación para este tipo de examen se ha calculado en 0.02%.
El enema baritado y la colonoscopia son dos procedimientos que se complementan para
diagnosticar una patología colónica
4. Métodos de extensión: Es importante estudiar las posibles metástasis; con este propósito se
deberán realizar: radiografía de tórax, buscando posibles metástasis pulmonares; ultrasonido
abdominal para detectar metástasis hepáticas; tomografía axial computarizada, para determinar
extensión dentro de la cavidad abdominal, tórax y pelvis. La tomografía helicoidal dinámica es útil
para detectar metástasis hepáticas; también se utiliza la gammagrama ósea. La citometría de flujo
es un estudio que se utiliza como factor pronóstico y se realiza por medio del ADN; cuando las
células son diploides, la sobrevida a los cinco años es de 65%, y cuando son aneuploides, la
sobrevida a los cinco años es de 7.5%.