Está en la página 1de 3

Centro de Bachillerato Tecnológico Industrial y de Servicios

No.168
“FRANCISCO I. MADERO”

ENSAYO

IGNORANCIA LÚCIDA:
EL “NO SÉ” QUE LIBERA

ASIGNATURA: TEMAS DE FILOSOFÍA


GRADO Y GRUPO: 6°A
ALUMNA: Serna Lozano María Josefina
DOCENTE: Mario Abel Inzunza Ahumada

Aguascalientes, febrero de 2024


IGNORANCIA LÚCIDA: EL “NO SÉ” QUE LIBERA

Al hablar de ignorancia, nos referimos a la ausencia de conocimientos, y por lo


general se usa como adjetivo para calificar a alguien por lo que sabe y lo que no, de aquí
nace la frase “no sé”, y aunque hay algunos que realmente pueden representar algo inútil
o retrasado, hay otros que son bastante liberadores.
Una persona nunca va a carecer de ignorancia, así lea todos los libros del mundo, estudie
todas las ramas de la ciencia que el ser humano conoce y quiera tener toda la sabiduría
que las experiencias le otorguen, no le alcanza la vida para ello y siempre habrá algo que
ignorará. El miedo a aceptar públicamente algo que no sabes es exponer tus propias
limitaciones, esta es una creencia adquirida por la sociedad, cuando reconocer que no
sabes, te quita un peso de encima, es una premisa liberadora. Sin embargo, el rechazo nos
produce terror y erróneamente asociamos inteligencia a información.
La Ignorancia Lúcida es el título de la autobiografía del filósofo y antropólogo Luis Cencillo,
y que nos sirve de referencia al plantearnos cuestiones sobre el conocimiento y el ser
humano. El autor señala que mientras más existía, comprobaba que lo ignoraba todo. El
decía que todos somos ignorantes, porque por constitución física y psíquica somos
incapaces de conocer la realidad total, tal como es. El alcance de nuestro entendimiento
es limitado por necesidad, aunque sepamos que hay algo más. Pero esa ignorancia, para
los sujetos conscientes, puede ser lúcida, iluminada por la noción de bien, verdad y
belleza. Luís Cencillo tenía una perspectiva providencialista y esperanzada de la vida (fue
sacerdote, antiguo jesuíta).
El primer paso para saber algo, es saber que no lo sabes, es decir, tienes lucidez acerca de
lo que ignoramos pero abre a dos posibilidades, aprendizaje o incertidumbre, y ambas son
válidas.
Los seres humanos se sienten muy incómodos con la incertidumbre y hay muy buenas
razones para ello como el hecho de que vivimos en una sociedad que constantemente ve
las respuestas instantáneas como exitosas. Pero la ventaja es que cuando algo sale mal,
nos encontramos con algo nuevo o cuando hay un problema que no conocemos; la
incertidumbre nos desafía, nos provoca a pensar mejor. Sin embargo, hemos llegado al
punto de pensar que la incertidumbre es sinónimo de debilidad. Los estudios muestran
que si un médico dice "no sé" se considera menos competente. O si un director ejecutivo
hace una pausa y delibera sobre un problema complejo nuevo se lo considera menos
influyente que aquel que simplemente se apresura a encontrar una respuesta.
Pero yo creo, y los nuevos hallazgos científicos lo demuestran, que la incertidumbre es
absolutamente crítica para el pensamiento, para la creatividad, incluso para el bienestar
mental y la resiliencia.
Walter Riso, psicológo terapeuta cognitivo y escritor de libros acerca de sus conocimientos
y experiencias con sus pacientes menciona que un error muy grande que podemos
cometer es creer que uno vale por lo que sabe.
“Una ignorancia lúcida es la que te permite aprender de otros sin arrogancia, reconocer
tus límites sin complejos y sin sentirte incompleto por ello.”
-Walter Riso (2015) Maravillosamente imperfecto, escandalosamente feliz: Diez premisas
liberadoras que transformarán tu vida de manera radical. (Biblioteca Walter Riso)

Riso también recomienda que dé aún quedar fuerzas, hay que desapegarnos de la
autoridad intelectual, porque lo importante no es quién lo dice, sino que el mensaje en sí
mismo. Entonces si hiciéramos a un lado de los títulos y etiquetas de quien expone sus
ideas y nos concentráramos solo en el discurso, sería sorprendente las verdades que dicen
muchos. La consigna es sencilla, fíjate en lo que se dice y no solo en quien lo dice, esto
también ayuda a formar y adquirir nuestro propio criterio y sabiduría.
Ser capaz de decir abierta y tranquilamente “No sé”, nos libera, porque ya no hay nada
que disimular. Nos hace honestos y modestos. Nos quita el cansancio de tener que
mantenerse en primera fila o tratar inútilmente de ser el mejor.
Y cuando descartamos la absurda necesidad de mostrarnos brillantes e inteligentes, una
asombrosa calma nos invade. Es el punto cero donde la verdadera comprensión comienza
a formarse. Cómo decía Montaigne “la sabiduría está en ti y la erudición está en las
universidades y los libros técnicos” esto no avala la ignorancia común, sino a creer en más
allá de los límites de conocimiento.
El derecho a no saber es es placentero y relajante. Manifestar a los cuatro vientos: “No sé,
y qué”, es el reto de una mente que decide romper las cadenas del qué dirán y disfrutar
de la ignorancia lúcida.
BIBLIOGRAFÍAS
-Luis Cencillo. La ignorancia lúcida. Editorial Manuscritos, 2009
-Walter Riso (2015) Maravillosamente imperfecto, escandalosamente feliz: Diez premisas
liberadoras que transformarán tu vida de manera radical (Biblioteca Walter Riso)
- https://juanrojomoreno.wordpress.com/2020/05/23/la-ignorancia-lucida/
https://majaopublico.blogspot.com/2018/05/la-ignorancia-lucida-de-luis-cencillo.html
https://www.bbc.com/mundo/noticias-56808808
https://walter-riso.com/el-maravilloso-no-se/

También podría gustarte