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BLOQUE 2: IDENTIDAD PERSONAL

1.-Busca información sobre Hipócrates y Galeno.


2.-¿Qué es la personalidad? Elabora tu respuesta con los contenidos trabajados en clase.
3.-¿Qué es el psicoanálisis? Autores y características generales.
4.- Busca información sobre la escuela conductista y J.B.Watson y comenta el siguiente texto:

“Dadme una docena de niños sanos, bien formados, para que los eduque, y yo me
comprometo a elegir uno de ellos al azar y adiestrarlo para que se convierta en un especialista
de cualquier tipo que yo pueda escoger –médico, abogado, artista, hombre de negocios y, sí,
incluso mendigo o ladrón- independientemente de su talento, inclinaciones, tendencias,
aptitudes, vocaciones y raza de sus antepasados”
J. B. Watson. Padre del conductismo.

 ¿Existe la libertad según el planteamiento del conductismo de Watson? Razona tu


respuesta.

5.- ¿Qué es la motivación? ¿Cuáles son tus principales motivaciones actuales?


6.-Explica qué es la tolerancia a la frustración y cómo reaccionas tú habitualmente ante las
siguientes situaciones:

 Tus padres no te dejan asistir a una fiesta importante para ti.


 Suspendes un examen al que le has dedicado muchas horas y esfuerzo.
 No te hace caso la persona que te gusta.
 No consigues el dinero suficiente para comprar el teléfono que te gusta.

Guía de trabajo sobre la película El indomable Will Hunting

1. 1.-¿Cuál es la principal enseñanza que


quiere transmitirnos la película?
Explícalo detenidamente.
2. 2.- ¿Qué interesa al psiquiatra de Will y
qué interesa al profesor de matemáticas
de Will? Compara las dos posturas con
situaciones del mundo actual.
3.-Reflexiona sobre las siguientes
secuencias de la película y coméntalas:

✔ Están en el bar las dos pandillas de


chicos y las dos chicas. El chico
universitario utiliza sus conocimientos
para ridiculizar a Will, éste le dice que es
un mero repetidor de teorías estudiadas,
que si va a seguir plagiando o tiene
ideas propias.
El universitario le contesta que él tendrá un título y Will se dedicará a servir. Will le contesta
que al menos él será una persona de verdad.
✔ Los dos primeros psiquiatras no tienen éxito con Will, éste los ridiculiza, pone de
manifiesto que sabe más que ellos. ¿Qué crees que falló? ¿Por qué es importante la
confianza en estos casos?
✔ John, el psiquiatra le dice a Will que sabe mucho pero que nunca ha sentido nada y que
sólo podrá sentir cuando sea capaz de amar alguien más que a sí mismo. Sigue diciéndole
que es un genio pero que necesita un libro hasta para definirse a sí mismo porque le
aterroriza decir lo que siente. Después de la charla con John, Will se atreve a llamar a la
chica pero cuelga, su apariencia de duro no es otra cosa que miedo a sentirse vulnerable.
Will tiene miedo a llamarla porque tiene miedo a fracasar.

4.- Comenta cualquier otra cosa de la película que te haya llamado la atención.

1
Los trastornos de la personalidad.
¿Conoces a personas desconfiadas y
suspicaces? ¿Tienes alguna amistad narcisista o
dependiente? Los trastornos de personalidad no
son algo exótico, sino formas de conducta
desadaptadas que podemos encontrarnos en
nuestro entorno laboral, social o familiar.
En la vida cotidiana, mucha gente tiene
tendencia a explicar la conducta que le resulta
desagradable con expresiones como este es un
“loco”, “sádico” o “paranoico”, etc., y así lo excluyen
del resto de “nosotros”, las personas decentes.
De esta manera, la gente ya no necesita preocuparse por su conducta. Este
pensamiento nos hace olvidar la influencia de las presiones situacionales
cuando surgen muchas conductas anómalas. Numerosas variables
situacionales pueden hacer que personas “normales” se comporten de forma
desadaptada.
Pero, ¿qué diferencias hay entre normalidad y anormalidad en
personalidad? La normalidad puede ser concebida como la capacidad de
funcionar autónoma y competentemente, la tendencia a adaptarse al entorno
social de forma efectiva, una sensación subjetiva de satisfacción y eficiencia y
la habilidad de autorrealizarse o de alcanzar las propias potencialidades. Por
tanto, la anormalidad puede ser entendida como un déficit de estas cualidades.
(Millon, Los trastornos de la personalidad, pág. 20)
De la definición de Millon podemos inferir que las personas con
alteraciones o desórdenes de personalidad muestran pautas de conducta
rígidas e inflexibles, que perjudican tanto un día su ajuste interpersonal como a
su realización social.
¿Qué características comunes podemos atribuir a las alteraciones de
personalidad? Las más frecuentes son:
 Surgen en todas las culturas y grupos sociales.
 Son pautas de conducta limitadas y rígidas que impiden nuevos
aprendizajes y conductas.
 Causan fragilidad emocional en situaciones estresantes.
 No son desórdenes homogéneos. Cada narcisista, por ejemplo, muestra
diferencias individuales respecto a su grupo.
 Existen pocos datos sobre su etiología.
Hay dos grandes sistemas de clasificación de los trastornos de
personalidad: el CIE-10 (Clasificación Internacional de las Enfermedades), y el
DSM-IV (Manual de Diagnóstico de la Asociación Americana de Psiquiatría,
1994). Nosotros seguimos la clasificación establecida por los psicólogos Th.
Millon y G. Everly, en su obra La personalidad y sus trastornos (1993), ya que
las clasificaciones posteriores arrancan de sus investigaciones.

2
Estos investigadores consideran que la personalidad consiste en pautas de
afrontamiento aprendidas, son formas complejas y estables de manejarse en el
entorno. En su obra establece una clasificación de once personalidades
anómalas de menor (narcisista) a mayor gravedad (esquizoide) con extensas
descripciones de cada una de las alteraciones. En la evaluación de la
personalidad siguen este esquema de análisis:
 Conducta aparente: la manera en que el individuo se muestra ante los
demás.
 Conducta interpersonal: cómo interactúa el individuo con los demás.
 Estilo cognitivo: La naturaleza característica del proceso de pensamiento
del individuo.
 Expresión afectiva: cómo muestra el individuo sus emociones.
 Percepción de sí mismo: la manera en que el individuo se ve a sí mismo.
Los principales trastornos de personalidad son:
 Personalidad antisocial (antes psicópata): se trata de un individuo frío,
duro e insensible, ambicioso y agresivo, con baja tolerancia a la frustración. No
se inhibe ante el peligro o el castigo. Descuida los derechos y el bienestar de
los demás. Sus patrones cognitivos son rígidos e inflexibles, evita las
emociones tiernas por considerarlas signos de debilidad.
SÍNTOMAS:

Indiferencia hacia las necesidades o los sentimien-


tos de los demás
Mentiras, robos, uso de apodos, estafas constantes
Problemas legales recurrentes
Violación constante de los derechos de los demás
Comportamiento agresivo, a menudo violento
Indiferencia hacia la seguridad propia y de los
demás
Conducta impulsiva Irresponsabilidad constante
Falta de remordimiento por el comportamiento

 Personalidad narcisista: es presuntuoso, esnob, mimado y explotador.


Sobrevalora su importancia personal. Dirige sus afectos hacia sí mismo más
que hacia otros. Espera que los demás reconozcan su valor único y personal.
Quiere ser el centro de atención, es emocionalmente lábil y se comporta de
forma exhibicionista.

3
SÍNTOMAS:
Creencia de que eres especial y más importante que
los demás.
Fantasías sobre el poder, el éxito y la atracción.
Incapacidad para reconocer las necesidades y los
sentimientos de los demás.
Exageración de logros o talentos.
Expectativa de elogios y admiración constantes
Arrogancia.
Expectativas no razonables de favores y ventajas, a
menudo aprovechándose de los demás.

Envidia hacia los demás o creencia de que los demás te envidian.

 Personalidad dependiente: se caracteriza por la docilidad. Tiene


sensación de falta de ayuda, de apoyo y de reafirmación, baja autoestima, y
con sentimientos de inferioridad, prefiere abdicar la propia responsabilidad y
control en los demás. Subordina sus deseos a los demás y, cuando está solo,
se siente incapaz de desarrollar una vida constructiva. Presenta una falta de
habilidades para interactuar en su ambiente.
SÍNTOMAS:
Dependencia excesiva de los demás y sentir
la necesidad de que alguien te cuide.
Conducta sumisa o apegada hacia los
demás.
Temor a tener que cuidarte o defenderte tú
mismo si te dejan solo.
Falta de confianza en ti mismo, necesidad de
consejos excesivos y de la confirmación de
los demás para tomar incluso decisiones de
poca importancia.
Dificultad para iniciar o llevar a cabo proyec-
tos solo debido a la falta de confianza en ti
mismo.
Dificultad para expresar desacuerdo con los demás, por temor a la desapro-
bación.
Tolerancia hacia tratos abusivos o inadecuados, incluso cuando existen otras
opciones.
Necesidad urgente de comenzar una nueva relación cuando ha terminado otra.

 Personalidad histriónica: es superficial, frívolo, caprichoso y no empático.


Su conducta es excesivamente dramática, exagerada y afectivamente lábil, y
sus relaciones interpersonales se caracterizan por la inmadurez, la seducción y
la manipulación. Busca nuevas aventuras y sensaciones independientemente
de que sean interpersonales o materiales.

4
SÍNTOMAS:
Búsqueda constante de atención.
Excesivamente exaltado, drástico o provocativo
en el plano sexual, con el objetivo de captar la
atención.
Discurso espectacular con opiniones fuertes,
pero con pocos hechos o detalles para respal-
darlas.
Fácilmente influenciable.
Emociones poco profundas que cambian rápi-
damente.

Preocupación excesiva por la apariencia física.


Pensamiento de que las relaciones con los demás son más cercanas que lo
que en realidad son.
 Personalidad pasiva-agresiva: Personalidad
ambivalente y negativista. Tendencia a ser
oposicionista no complaciente, malhumorado,
pesimista y crónicamente quejoso. Suele estar
descontento y desmoralizar a los demás. El pasivo
agresivo muestra rápidos cambios de humor, y parece
inquieto, inestable y errático en sus sentimientos.

 Personalidad compulsiva: tiene tendencia a construir su mundo en


términos de reglas, normativas esquemas y jerarquías. Se relaciona con los
demás según su rango y status. Los valores convencionales son las reglas con
las que vive. Es efectivamente reprimido, solemne y serio. No expresa su
afecto por miedo a experimentar emociones incontrolables.
SÍNTOMAS:
Preocupación por los detalles, el orden y las
normas.
Perfeccionismo extremo, que genera disfunción y
angustia cuando no se logra la perfección, por
ejemplo, sentirse incapaz de finalizar un proyecto
porque no se pueden cumplir las propias normas
estrictas.
Deseo de controlar a las personas, las tareas y las
situaciones; incapacidad para delegar tareas.

Negarse a reunirse con amigos o a hacer actividades placenteras debido a un


compromiso excesivo con el trabajo o con un proyecto.
Incapacidad para desechar objetos rotos o inútiles.
Rigurosidad y obstinación.

5
Inflexibilidad en cuanto a la moral, la ética o los valores.
Estricto, control mezquino del presupuesto y los gastos.

El trastorno de la personalidad obsesivo-compulsiva no es lo mismo que el


trastorno obsesivo-compulsivo, un tipo de trastorno de ansiedad.

 Trastorno de la personalidad por evitación:


leve: se caracteriza por sentimientos de aislamiento y soledad,
combinados con temor al rechazo y la humillación interpersonal.
grave: presenta hipersensibilidad, no sólo al rechazo sino también a la
vergüenza, así como una baja autoestima. Son reacios a entablar
relaciones interpersonales.
SÍNTOMAS:
Sensibilidad excesiva a las críticas y al rechazo.
Sentimiento de ser inadecuado, inferior o desagradable.
Evasión de las actividades laborales que implican
contacto interpersonal.
Inhibición, timidez y aislamiento en el plano social; evitar
las actividades nuevas o reunirse con extraños.
Timidez extrema en situaciones sociales y en las relacio-
nes personales.

Temor a la desaprobación, a pasar vergüenza o a hacer el ridículo.


 Trastorno esquizoide:
leve: consiste en la incapacidad para percibir el humor o las necesidades de los
demás. Se trata de personas insensibles y poco comunicativas. Pueden
parecer imprecisos sobre sus metas, ser indecisos en sus acciones o
permanecer absortos en sí mismo, y están aislados socialmente. Trabajan
calladamente y rara vez atraen la atención de quienes están en contacto con
ellos. Orientan sus capacidades hacia intereses que no demandan contacto
interpersonal. Los acontecimientos que en otros causan angustia, alegría o
tristeza, en el esquizoide no tienen ningún efecto.
Grave: emocionalmente fríos, indiferentes a la interacción interpersonal, tienen
pocos amigos. Estas personas parecen experimentar fatiga crónica. Su
discurso habitual es lento y monótono. Su conducta motora parece letárgica y
carente de expresividad.

6
SÍNTOMAS:
Falta de interés en las relaciones sociales o perso-
nales; preferencia por la soledad.
Amplitud limitada de las emociones.
Incapacidad para disfrutar la mayoría de las activi-
dades.
Incapacidad para captar las señales sociales
normales.
Aparentar ser distante o indiferente.
Poco interés o interés nulo en las relaciones sexua-
les.

 Trastorno esquizotípico: La persona esquizotípica tiene una conducta


errática, puede parecer excéntrica y extravagante en sus acciones. Refiere el
aislamiento social y realiza actividades que son extrañas para los demás. Su
estilo cognitivo es reflexivo y autístico, incapaz de orientar sus pensamientos
de forma lógica. Su expresión afectiva es apática e insensible. Suele
considerarse a sí mismo como desamparado, vacío, y sin sentido de la vida.

SÍNTOMAS:
Vestimenta, pensamientos, creencias, discurso o
conductas peculiares.
Experiencias perceptivas extrañas, como escuchar que
alguien susurra tu nombre.
Falta de expresión emocional o respuestas emotivas
inadecuadas.
Ansiedad social y falta de relaciones cercanas o inco-
modidad con dichas relaciones.
Respuesta indiferente, inadecuada o suspicaz a los
demás.
«Pensamiento mágico» (creer que puedes ejercer influencia en personas y
acontecimientos con el pensamiento).
Creencia de que determinados incidentes o acontecimientos casuales tienen
mensajes ocultos exclusivos para ti.

 Trastorno límite: puede parecer impulsivo, desarrolla crisis espontáneas e


inesperadas, por lo que su conducta es impredecible. Se comporta de forma
paradójica: aunque necesita el afecto de los demás, actúa de forma
manipulativa y variable. Experimenta conflictos entre sus necesidades de
dependencia y a la gran capacidad de individualismo. Puede manifestar
trastornos de identidad, debido a que no esté seguro de quien es ni de a dónde
se dirige.

7
SÍNTOMAS:
Conducta impulsiva y riesgosa,
como tener relaciones sexuales
sin protección, involucrarse en
apuestas o tener atracones.
Imagen personal inestable o frá-
gil.
Relaciones inestables e inten-
sas.
Cambios en el estado de ánimo,
a menudo como reacción al es-
trés interpersonal.
Conductas suicidas o amenazas de autolesión.
Temor intenso a estar solo o a ser abandonado.
Sentimientos de vacío continuos.
Ataques de ira frecuentes e intensos.
Paranoia intermitente relacionada con el estrés.

 Trastorno paranoide: es la tendencia a estar siempre en guardia y a


desconfiar de los demás, combinada con el deseo de estar libre de relaciones
personales íntimas, en las que exista una pérdida de poder, de independencia
y de autocontrol. La persona se vuelve suspicaz, resentida y hostil. Responde
con ira a lo que se asemeje al ridículo, la decepción, el desprecio y/o la descon-
sideración. Es incapaz de aceptar sus propios errores y debilidades, y mantiene
su autoestima atribuyendo sus deficiencias a los demás. Desconfianza y sospe-
cha generalizadas hacia los demás y sus motivos.

SÍNTOMAS:
Creencia injustificada de que los demás
intentan dañarte o engañarte.
Sospecha injustificada de la lealtad o la fia-
bilidad de los demás.
Vacilación al confiar en los demás debido al
temor no razonable de que usarán la
información en tu contra.
Percepción de comentarios inocentes o si-
tuaciones no intimidantes como si fuesen
insultos o ataques personales.
Reacción hostil o de furia a los insultos o
desaires percibidos.

Tendencia a guardar rencor.


Sospecha injustificada y recurrente de que el cónyuge o la pareja sexual es
infiel.

8
Causas
La personalidad es la combinación de pensamientos, emociones y
conductas que nos hacen únicos. Es el modo en el que ves, comprendes y te
relacionas con el mundo exterior, así como el modo en el que te ves a ti mismo.
La personalidad se forma durante la infancia y en ella incide la interacción de lo
siguiente:

 Los genes.Es posible que determinados rasgos de la personalidad se


transmitan de padres a hijos mediante los genes heredados. A veces,
estos rasgos se llaman tu temperamento.
 El entorno.Esto incluye los alrededores en los que creces, los eventos
que tuvieron lugar y las relaciones con familiares y otras personas.

Se piensa que los trastornos de la personalidad son provocados por una


combinación de estas influencias genéticas y del entorno. Es posible que los
genes te hagan vulnerable a desarrollar un trastorno de la personalidad, y una
situación de la vida puede desencadenar el desarrollo.

Factores de riesgo
Si bien no se conoce la causa precisa de los trastornos de la personali-
dad, ciertos factores parecen aumentar el riesgo de desarrollar o desencadenar
estos trastornos, entre ellos, los siguientes:
 Antecedentes familiares de trastornos de personalidad u otras enferme-
dades mentales
 Vida familiar abusiva, inestable o caótica durante la niñez
 Diagnóstico de trastorno de la conducta en la niñez
 Variaciones en la química y en la estructura del cerebro

Complicaciones
Los trastornos de la personalidad pueden alterar significativamente tanto
la vida de la persona afectada como la de las personas que se preocupan por
esta. Los trastornos de la personalidad pueden provocar problemas con las re-
laciones, el trabajo o la escuela, y pueden derivar en el aislamiento social o el
consumo abusivo de drogas o alcohol.

9
Este test se ha realizado para
distraernos un poco y aprender a reír-
nos de nosotros mismos, ya que to-
dos tenemos más de un rasgo de per-
sonalidad aquí descrito. En ningún
caso está pensado para ridiculizar, ni
menospreciar a ninguna persona.

¿Quién es el 1?

Object 16 Trastorno límite de la personalidad

Object 18 Trastorno narcisista de la personalidad

Object 20 Trastorno paranoide de la personalidad

Object 22 Trastorno de la personalidad por evitación

¿Quién es el 3?
¿Quién es el 2?

Object 24 Trastorno antisocial de la personalidad


Object 32 Trastorno esquizoide de la personalidad
Object 26 Trastorno histriónico de la personalidad
Object 34 Trastorno narcisista de la personalidad
Object 28 Trastorno esquizotípico de la personalidad
Object 36 Trastorno obsesivo compulsivo de la personalidad
Object 30 Trastorno de la personalidad por dependencia
Object 38 Trastorno de la personalidad por dependencia

¿Quién es el 4? ¿Quién es el 5?

Object 48 Trastorno antisocial de la personalidad Object 40 Trastorno límite de la personalidad

Object 50 Trastorno histriónico de la personalidad Object 42 Trastorno esquizoide de la personalidad

Object 52 Trastorno esquizotípico de la personalidad Object 44 Trastorno esquizotípico de la personalidad

Object 54 Trastorno pasivo agresivo de la personalidad Object 46 Trastorno histriónico de la personalidad

¿Quién es el 7?
¿Quién es el 6?

Trastorno antisocial de la personalidad


Trastorno antisocial de la personalidad
Object 56

Object 64

Trastorno histriónico de la personalidad


Trastorno límite de la personalidad
Object 58

Object 66

Trastorno obsesivo compulsivo de la personalidad


Trastorno paranoide de la personalidad
Object 60

Object 68

Trastorno de la personalidad por evitación


Trastorno de la personalidad por dependencia
Object 62

Object 70

¿Quién es el 8? ¿Quién es el 9?

Object 80 Trastorno límite de la personalidad Object 72 Trastorno antisocial de la personalidad


Object 82 Trastorno narcisista de la personalidad Object 74 Trastorno de la personalidad por dependencia
Object 84 Trastorno obsesivo compulsivo de la personalidad Object 76 Trastorno obsesivo compulsivo de la personalidad
Object 86 Trastorno esquizoide de la personalidad Object 78 Trastorno de la personalidad por evitación

10
¿Quién es el 10? ¿Quién es el 11?

Object 96 Trastorno esquizotípico de la personalidad


Object 88 Trastorno esquizotípico de la personalidad

Object 98 Trastorno límite de la personalidad Object 90 Trastorno esquizoide de la personalidad

Object 100 Trastorno obsesivo compulsivo de la personalidad Object 92 Trastorno paranoide de la personalidad

Object 102 Trastorno esquizoide de la personalidad Object 94 Trastorno histriónico de la personalidad

Instrucciones
Asigna un valor a cada pregunta del siguiente apartado atendiendo a
si estás o no de acuerdo con lo que propone.

1-Estoy totalmente en desacuerdo.


2-Estoy en desacuerdo.
3-No estoy ni de acuerdo ni en desacuerdo.
4-Estoy de acuerdo.
5-Estoy muy de acuerdo.

Preguntas:

1-Creo que tengo algo especial.

2-Creo que tengo muchas cosas buenas y ventajas en comparación con


otras personas que conozco.

3-Creo que soy mejor que la mayoría de la gente.

4-Logro resolver los problemas que se presentan en mi vida, aunque sean


sumamente difíciles.

5-Los obstáculos no me detienen.

6-Suelo estar seguro de mí mismo.

7-Me siento incómodo cuando soy el centro de atención.

8-Me resulta difícil aceptar cumplidos.

9-No me gusta hablar de mí mismo.

11
Calcula tu grado de narcisismo
Resultados (sumados) de las preguntas 1, 2 y 3:

Si has obtenido una puntuación mayor que 9 implica que eres


egoísta, manipulador y arrogante. Sueles exigir al resto demasiado. Si
la suma es más de 11, es que eres un narcisista extremo.

Resultados (sumados) de las preguntas 4, 5 y 6:

Si has obtenido una puntuación entre 10 y 11 es que eres un


«narcisista saludable». Es decir: eres ambicioso, empático y confías en
tí mismo. Más de 12 implicaría que eres demasiado narcisista y debe -
rías cambiar tu forma de ser.

Resultados (sumados) de las preguntas 7, 8 y 9:

Si has obtenido una puntuación entre 10 y 12 es que eres egoísta.


No te sueles preocupar por el resto y rara vez les preguntas por sus
necesidades.

12
Casos clínicos

Caso Nº1

Margarita, 34 años, ingeniera. Vive en pareja


desde hace 5 años.

Es la tercera de cuatro hermanos. Sus


padres siempre se llevaron mal. Cuando ella tiene
12 años, descubre a su madre siéndole infiel a su
padre. Y ella se lo cuenta a él. Su padre la toma de
paño de lágrimas, y critica duramente a su madre
durante años. Nunca se separan.

Le pregunto por los primeros años (antes de los 12) y no recuerda nada
especial, “todo normal”.

No tiene relación con sus hermanos. Siempre fue “especial y distinta”.


Se refugiaba en su mundo interior. Era muy inteligente, destacaba mucho en el
colegio, hasta que se aburrió y decidió dejar de estudiar en la adolescencia.
Entonces se metió en grupos de rock y vestía de negro.

A los 19 años se aburrió de ser “mala” (palabras de ella) y empezó de


nuevo a estudiar y “empezaron mis problemas de socialización, desde en-
tonces no sé relacionarme con la gente”.

Ha cambiado varias veces de trabajo, siguiendo a su pareja en sus


traslados laborales. Cuando llega a consulta está en un trabajo no cualificado,
que le aburre.

Lectura corporal
o Muy delgada, pero con una musculatura fuerte (dice que no hace depor-
te), lo que muestra el alto grado de tensión y contracción muscular (para
contener todo su mundo emocional)
o Aspecto desaliñado (y continúa vistiendo exclusivamente de negro)
o Fuerte tensión en la zona ocular y craneal
o Pelvis hacia delante (como un “perro apaleado”)
o Brazos desconectados, lánguidos
o Poco enraizamiento, sus pies y piernas no la sostienen, poco equilibrio
o En movimiento: escasa coordinación, movimientos descompensados
o Destaca un fuerte mal olor corporal

13
Caso Nº2

París Gómez es una mujer de treinta años, cuando


niña siempre fue la princesita de sus padres, los cua-
les siempre le daban todo lo que ella pidiera y la ro-
deaban de mimos y cariños. Pero un día nació su her-
mana Petra, y París dejo de ser el centro de atención,
ella no le guardo rencor o resentimiento a su pequeña
hermanita pues se sabía superior a ella, pero desde
entonces buscó recuperar la atención de todos los
que la rodeaban.

Descubrió que haciendo berrinches, pataletas, exagerando sus gestos,


ademanes y arreglándose cada vez más bonita sus padres y familiares volvían
a tomarla en cuenta. Así fue creciendo, comprando la atención de los demás
con actuaciones y chantajes emocionales. Pero lejos de disminuir con forme
pasaban los años, el trastorno aumentó pues cada vez que le quitaban la
atención, aunque fuese un poco, ella se sentía abandonada y dolida, y en con-
secuencia exageraba más su histrionismo y se comportaba de forma más se-
ductora, y a pesar de su elevado coeficiente y de ser una persona culta, siemp-
re esperaba que alguien le resolviera todos sus problemas o le dijera que lo
que hizo estaba bien hecho. Nunca habían términos medios para ella pues o
todo era bueno o todo era malo, le costaba decir algo inteligente todo en ella
era muy superficial. Aun en los peores momentos ella siempre estaba llamando
la atención, vistiendo cada vez mas sensual y descarada Era quien más lloraba
en los velorios aunque no conociera al difunto, cuando iba a una fiesta siempre
debía ser el centro de las miradas, en las bodas siempre sobresalía de la novia.
Cuando tenia una relación sentimental se apegaba mucho a su pareja y no lo
dejaba en paz ni un solo momento, le llamaba casi todo el día, y cuando no le
respondían siempre pensaba lo peor o que le era infiel o que algo malo le había
pasado. Cuando sus parejas hartas de ella la abandonaban, ella los buscaba y
los perseguía o hacia el ridículo en publico gritándoles cuánto los amaba,
pegando notitas cursis en sus autos o amenazándolos con hacerse daño a ella
misma si la abandonaban. Su superficialidad y vanidad la llevaron al quirófano
en múltiples ocasiones, en busca de la belleza perfecta, la mayoría de sus ga -
stos eran en cosas superficiales o artículos de arreglo personal, ropa y
maquillaje, sus lugares más visitados el salón de belleza, el centro comercial y
el spa. París bien pudo seguir su relajada vida así de no haber sido arrestada
por la policía por allanamiento de morada, daño en propiedad privada y acoso
en contra de un muchacho con el que salio dos veces. Fue entonces que un
juez la declaró mentalmente incompetente y se vio obligada a tomar psicotera-
pia.

14
Caso N.º 3

Un joven, de unos treinta y pico años,


agraciado físicamente, brillante en sus estu-
dios y con logros académicos conseguidos.

Comenzó su relato diciéndome que ya


de muy niño, tanto su madre como las ami-
gas de ésta, comentaban frecuentemente
que era guapísimo. Fui creciendo, me decía,
con ese pensamiento y sensación de que
era la belleza personificada.

A partir de ese momento desarrolló una serie de hábitos que día a día
fueron incrementándose, como pasar tiempo ante el espejo ensayando postu-
ras en su rostro, tales como sonrisas, caras de asombro, miradas, formas de
vestir, posición de corbata, manera de llevar la americana…en definitiva, en-
sayos continuos como quien tiene que representar una obra de teatro.
Por un lado, le satisfacía enormemente, pensar y “casi” creer lo que textual-
mente me dijo:“pienso que cuando voy por la calle levanto murmullos de ad-
miración”.
Pero a la vez que sentía esa satisfacción por su estética, en el lado
opuesto, comenzaba a emerger la sensación de rechazo; no sólo por el tiempo
empleado en la preparación de su aspecto físico, al que había añadido con-
troles en la alimentación y ejercicios en el gimnasio, sino por esos pensamien -
tos obsesivos que aparecieron en su conciencia escrupulosa.
“Si voy caminando por la cale, me decía, y tengo que cruzar por un
semáforo, me paro, naturalmente, hasta que esté en verde. Si hay una mujer a
mi lado, esperando igual que yo para cruzar, pienso que si me mira se quedará
extasiada y no querrá tener pensamientos eróticos acerca de mi persona y
para evitarlos puede cruzar precipitadamente la calle con el semáforo en rojo.
Podría ser atropellada y yo sería el responsable del accidente”.
Contado de esta manera, y así fue como sucedió, puede parecer cómi-
co; sin embargo, la tragedia que esta persona vivía diariamente con sus pensa-
mientos y sus rituales de comprobación, le hacían insufrible la vida misma.
Pensar que para su tranquilidad tenía que ofender a unas mujeres a las que
para nada desea causar ningún mal; saber que podía terminar en algún
juzgado de guardia como alguna vez así fue y allí tener que explicar algo que
no es entendible y sabiendo, además, que lo considerarían un perturbado men-
tal, sin serlo; saber que a excepción de un profesional, no encontraría a nadie
que le comprendiese. Y sobre todo, ese pensamiento interminable de que su
problema era irresoluble porque si se veía tan arrollador, ¿cómo iba a dejar de
verse así? Y si se veía de esta manera, ¿cómo podría eliminar de su
conciencia ser causa de las desgracias de los demás? Sin embargo, se equivo-
caba en este pensamiento ya que estos trastornos, tanto el narcisismo como el
trastorno obsesivo, bajo la guía de un especialista en psicología clínica, pueden
solucionarse.

15
Caso N.º 4
Blanca de 36 años acude a consulta
acompañada de su hermana menor. Hace un año y
medio tuvo una ruptura de pareja con la que lleva-
ba conviviendo 3 años y se trasladó a casa de su
hermana porque, según dice, se veía incapaz de vi-
vir sola. Desde entonces se siente con miedo y se
ve incapaz de tomar cualquier tipo de decisión. Su
ex pareja tomaba por ella todas las decisiones:
donde vivir, donde invertir el dinero, donde ir de
vacaciones, que días salir a cenar etc.

Después de la ruptura, Blanca manifiesta que se quedó “totalmente


perdida, desorientada e indefensa”.Trabaja de administrativa y ha tenido algún
problema con sus compañeros de trabajo ya que pide consejo para todo y de -
manda atención y ayuda constante. Sus padres y hermanos siempre la han
protegido mucho, ya que la ven como muy débil y dependiente. Su hermana
dice estar muy preocupada porque esto cada vez se ha ido agravando más y
considera que Blanca debería ir tomando las riendas de su vida y empezar a
ser más autónoma; en ese momento Blanca empieza a llorar descon-
soladamente manifestando que prefiere morir antes de verse sola…

Caso Nº16

S.G., de 39 años. Empleado, casado,


con un hijo. Obsesivo, tímido, callado e intro-
vertido. Desde hace 10 años presenta, cada
tanto, estados de ánimo sospechoso. No
alcanza para ser un delirio persecutorio en
su lugar de trabajo, no llega a tal, es la sen-
sación, la sospecha, "algo ha cambiado, me
miran distinto, algo me van a hacer, esto
está cambiado", etcétera. Si deja de tomar la
medicación vuelven a aparecer estas ideas.

Está medicado regularmente desde hace unos 6 años. Un día en que


decidió dejar todo, lo vi moderadamente logorreico, con ideas de significado,
creía leer mensajes en la Biblia dirigidos a él, ponía en relación sin motivo.
Luego autocriticaba todo. Su trabajo, tareas, actividades, relaciones laborales,
familiares, etcétera, los mantiene correctamente. De vez en cuando tiene
sospechas inmotivadas, que ceden rápidamente.

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Caso N.º 5
Caso clínico Paciente mujer, de 40 años, deri-
vada a la Residencia de Psiquiatría Adultos de la Fa-
cultad de Ciencias Médicas de la UNR por imposibilidad
económica para sostener el tratamiento en ámbito pri-
vado. Enfermedad actual: refiere al menos de 20 años
de evolución, con agravamiento en los últimos seis mes-
es, caracterizado por pensamientos e imágenes recu-
rrentes, persistentes, intrusivas e inapropiadas, que en
ocasiones le generan malestar y en otras placer ("siento
que si le hago mal [a mi hijo] yo me siento mejor"). Ex-
presa dudas sobre el origen de los mismos, sin poder
precisar claramente si son producto de su mente o si
provienen del exterior. La temática de éstos gira princi-
palmente en relación a la duda sobre su género y el de
los demás ("a veces miro a la gente muy obsesivamen-
te para saber bien si es hombre o mujer, no sé dilucidar
bien su sexualidad"; se le impone la idea de que las mu-
jeres tienen pene). Padece también de obsesiones de
suciedad de leve a moderada intensidad ("si no me
baño un día parece que estoy sucia").

Describe impulsos agresivos hacia terceros, incluidos familiares de primer


grado, sin pasajes al acto. Niega conductas compulsivas en relación a sus obsesiones.
Presenta la compulsión de colocarse junto a la estufa encendida por más que no sien-
ta frío, refiriendo que cuando se tiene que alejar por algún motivo, se siente compelida
a volver. Se describe como "muy ordenada, muy detallista", y suele perseguir simetría
y perfección. Dice tener conductas de chequeo y verificación (controla que las hor-
nallas estén correctamente apagadas, enciende y apaga las luces varias veces) que
no son secundarias a ninguna obsesión en particular, no le generan angustia ni inter-
fieren significativamente en su actividad habitual. Relata sentimientos episódicos de
tristeza, angustia, baja autoestima, llanto inmotivado, desgano, anhedonia, sin iden-
tificación de desencadenante claro, de al menos dos años de evolución. Niega ideas
suicidas, de culpa o autorreproches. Refiere alteraciones eventuales de la percepción
de diversa presentación: alucinaciones acústico verbales complejas percibidas como
una voz femenina (probablemente su madre) de carácter comandatoria, alucinosis
(dice ver la imagen de su madre saliendo de su cabeza para decretarle cosas) y aluci-
naciones auditivas hipnagógicas (murmullo de gente conversando). Dice haber experi-
mentado episodios fugaces de autorreferencia a partir de publicidades gráficas y tele-
visivas. Se constata despersonalización ("por momentos siento que no me pertenez-
co"; "siento que tengo vagina pero que no me pertenece"; "no me pertenecía, no me
podía ver la cara; si me veo la cara me reconozco") y desrealización ("a veces des co-
nozco los lugares"). Relata que desde niña presenta ideas fantásticas sobre la exis-
tencia de dos mundos: uno real, en el que vive cotidianamente, poblado por actores, y
otro más loco (SIC), que la está esperando. Actualmente refiere que en algunos mo-
mentos presenta ideas de vivir en el cementerio al lado de su abuela difunta. Todos
estos fenómenos son vivenciados con crítica parcial, cierta duda y extrañeza.
Antecedentes de Enfermedad Actual Psiquiátricos: refiere internación psiquiátrica en
1998 ("tenía miedo de hacerle daño [a mi bebé recién nacido], de perder el control"),
permaneciendo ingresada 1 mes.

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Caso Nº 6

A.F. Se trata de un paciente de 40 años, físico nu-


clear, con elevado coeficiente intelectual, que traba-
ja en Energía Atómica. Es traído en consulta por
amigos y por su esposa. Previamente esta consulta
fue llevada a cabo por estos mismos, unos seis me-
ses antes. Se pidió ver al paciente. Finalmente éste
accedió a venir, ya que su círculo lo tenía muy pre-
sionado. En la entrevista a solas con él cuenta que
"fue notando, mientras estaba llevando a cabo un
trabajo de investigación difícil y fatigoso, que le
faltaban notas, cuadernos y archivos", que fue ob-
servando que "sus compañeros hablaban entre sí y
cuando él se acercaba o pasaba al lado de ellos,
éstos callaban".

Fue entonces uniendo la pérdida de sus notas con estos compañeros, a quie-
nes empezó a "perseguir, controlar, esquivar y tratar mal", lo que fue generando un cli-
ma de mala convivencia laboral, ya que empezó con "acusaciones, careos, pedido de
explicaciones, notas, etcétera". El paciente expresa este relato con vehemencia: real-
mente han querido perjudicarlo "por la envidia y celos que le tienen por tener él a su
cargo un trabajo mucho más importante". El hecho es que fue tornándose más
desconfiado, debía controlarlo todo varias veces, comenzó a colocar sistemas de
seguridad más estrictos sobre sus papeles, como "cerraduras, llaves, candados do-
bles, etcétera". Se tornó receloso y cuidadoso evitando comentar sus investigaciones,
malhumorado y agresivo. La distancia laboral interpersonal generada fue cada vez
mayor, prácticamente no se hablaba con nadie, se transformó en un ser taciturno y
aislado, miraba a todos con desprecio. También llevó este ánimo a su casa, mante-
niendo a nivel familiar igual distancia y preocupación. Todos los intentos de su esposa
para contraargumentar lo que le sucedía fracasaban e incluso amigos iniciales del tra-
bajo también: nada lo hacía entrar en razones y siempre ofrecía con mucha carga
emotiva y enojo todas las pruebas de su instancia de persecución. Su esposa inicial-
mente creyó que era así, hasta un punto en que ya no pudo entender tanta persecu-
ción, por lo menos en el contexto del trabajo de su esposo, así que se contactó con
compañeros de éste y se encontró con otra realidad. Esta situación terminó con la
suspensión y no renovación del contrato laboral y de investigación. Finalmente se fue
de Energía Atómica: "Lograron vencerme, realmente me perjudicaron". Aquí se reac-
tivó su ánimo persecutorio. En ningún momento pretendió querellar. Sospechaba, llegó
a pensar en la persecución extralaboral, en el seguimiento, se sentía vigilado y pen-
saba también en la posibilidad de que sus llamadas telefónicas estuviesen interferidas.
Posteriormente se acentuó el ánimo depresivo y hubo que darle antidepresivos. Al
cabo de unos 7 meses de tratamiento mejoró anímicamente, pero mantenía incólume
el delirio persecutorio, verosímil, lógico y creíble que siempre exponía con mesura (es-
taba medicado). Se tranquilizó mucho y recuperó su fuerza de siempre. Consiguió tra-
bajo en otra empresa. Durante un par de años de seguimiento siempre insistió en un
complot en su contra y siempre manifestó su enojo ante esta situación. Al poco tiempo,
en la otra empresa comenzó a notar lo mismo: persecución y que querían perjudicarlo.
Es más: comenzó a vincular a ambas empresas en contra de él. El resto de la vida del
paciente era igual. Fue deteriorándose económicamente, ya que fue nuevamente de-
jado sin trabajo por el mismo motivo.

18
Caso Nº 7

M.P., de 28 años. Hace dos años sufrió


un accidente de trabajo mientras iba subien-
do por una escalera; en efecto, se le cayó un
extintor en la cabeza. Se desmaya y es lle-
vado a una clínica donde queda internado
una semana en observación. En este plazo
sus amigos y jefes no lo van a visitar y
atender como él pretende, lo cual le genera
mucho disgusto y enojo. Cuando se reinteg-
ra a su trabajo nota que el recibimiento es
frío y que sus jefes no lo reciben como de-
bieran, que sus compañeros prácticamente
se desinteresaron de él y que

ahora se explica por qué no fueron a verlo a la clínica con la frecuencia que para él
hubiese sido la necesaria. Al poco tiempo de estar trabajando su malestar interperso-
nal se va acentuando, se torna retraído, enojoso, irritable, malhumorado y agresivo. Un
buen día, a raíz de un malentendido lanza contra uno de sus jefes una crítica hostil, de
que fue injustamente tratado durante su internación, en la que merecía mejor trato en
razón de su amplia dedicación al trabajo desde siempre. Acusa enérgicamente
también a sus compañeros. Dada la situación hostil, M.P. comienza a ser relegado de
funciones, los compañeros se alejan cada vez más, no lo saludan, lo que genera que
haga una nota ante el gremio y otra ante la superioridad de la empresa. El rendimiento
laboral disminuye. Quiere simplemente una reinvindicación moral, no quiere dinero ni
una indemnización, quiere ser reconocido, "que le pidan perdón, que acepten pú-
blicamente que la trataron mal". Toda esta historia se pudo conformar porque M.P.
concurrió al principio con un compañero de trabajo. Se le dieron licencias laborales,
aceptó hacer psicoterapia, no aceptó medicación alguna. Al cabo de tres meses
seguía con el mismo vigor reivindicador. Esto motivó otras notas a sus superiores,
aduciendo que esta situación injusta lo había llevado a enfermarse de los nervios di-
ficultándole trabajar con normalidad. Pocos meses más tarde se presenta una leve
mejoría y se reintegra a su lugar de trabajo. Pero no todo vuelve a ser como antes,
esto es cierto. Lo tratan diferente, porque ha deteriorado su relación con el grupo. Esto
genera que el paciente considere que se vuelve a cometer otra injusticia, porque no le
dan la tarea que él sabe desempeñar y solamente le dan labores inferiores o subalter-
nas. Otra vez más surge la nota a su jefe, al gremio, al presidente de la empresa, etcé-
tera. Nuevamente aparece el ánimo irritable querellante. Un día a raíz de una discu-
sión de trabajo tiene una violenta pelea con su jefe, quien lo suspende. En la entrevis-
ta está muy recuperado y tranquilo. De buen ánimo. Cuando le pregunto más a fondo,
me responde que "todo esto ha sido un complot y que realmente, si bien hoy estoy
tranquilo, cuando me mejore más voy a iniciar un juicio laboral, con juicio a todos por
separado, ya que me he informado bien con un abogado, también, le voy a hacer
juicio a la empresa... aunque me pidan disculpas de rodillas y me paguen todo, no los
perdono". Este paciente intentó iniciar varios juicios, que no prosperaron, pues no ha-
bía causa suficiente para los abogados. Finalmente lo echan con una indemnización,
el paciente no la acepta e inicia otro juicio por daños y perjuicios. Ésta era su lucha y el
sentido de su vida.

19
Caso Nº 8

F.B., de 40 años. Contable. Hace dos años rompe


una relación después de estar 16 años de novio. Es-
taba además unido profesionalmente con su ex no-
via. El hecho es que este paciente obsesivo, minucio-
so, insulso y de rostro inexpresivo no acepta esta si-
tuación. Pues se siente perjudicado desde todo punto
de vista, a pesar del tiempo transcurrido. Cuando se-
ría más razonable suponer que ya tendría que haber
superado esta separación, es al revés, está más
enconado que nunca. Es que además tiene la secre-
ta esperanza de que va a poder reconciliarse con su
ex novia, pues todavía no entiende por qué lo dejó
"si estuvimos 16 años juntos... es que los argumen-
tos que ella esgrime, si realmente me escuchara,
seguramente la harían cambiar de opinión".

La llama por teléfono, la amenaza, la insulta, le grita, le pide disculpas, etcétera, a


altas horas de la noche y en cualquier momento. El hecho es que su ex novia ha pedi-
do ayuda al hermano, pues se siente atemorizada y pide por favor que se haga algo
con F.B., pues ha ido a golpearle la puerta y amenazarla con matarse. Cuando al
paciente, en una reunión familiar, se le pide que vaya a vivir con su familia, pues se ha
tornado peligroso para sí y para terceros, la dureza y firmeza de su rostro se tornan
mas notables. No le entra un sólo argumento diferente a la constelación de pensa-
mientos con la cual se maneja. Es inútil contraargumentar.

Caso Nº10
A.P., de 48 años. Trabajadora independiente. Cri-
ticadora de todo. Sobre todo de los médicos, que no aciertan
con un diagnóstico y un tratamiento. El hecho es que un
buen día, a raíz de ver hablando a su esposo y a su médico
en el pasillo, entendió rápidamente lo que sucedía: "Tengo
algo malo y me lo ocultan, y ambos se han conchavado para
no decirme nada. En realidad lo que tengo es un cáncer y
no voy a admitir que me oculten lo que tengo". Increpa al
médico y a su esposo. Va de consulta con otros profesiona-
les y sigue creyendo lo mismo, el médico le oculta lo que tie-
ne porque su esposo se confabula con ellos. Se ofende
cuando le sugieren ver un psiquiatra.
Gran tomadora de analgésicos, ansiolíticos, etcétera. El trabajo la tranquiliza.
Cuando acude finalmente a la consulta presenta montones de estudios, etcétera, con-
fiesa tener la idea, la convicción y la certeza de tener un cáncer de útero, incurable y
que todos están confabulados por el esposo, a quien acusa de instigador, cruel e in-
servible, todo así tramado porque él se considera un fracasado, y ella exitosa ya que
es la que gana más dinero. A pesar de estas acusaciones, el esposo acompaña
pacientemente a su esposa a la consulta y soporta todo estoicamente. La paciente da
detalles de conversaciones, gestos, etcétera, donde ha visto a su esposo hablando
con los médicos. Cuestiona severísimamente a la medicina y a los médicos. Fue
operada por un mioma y está en su ánimo querellar al médico cirujano porque se le
pasó ver si tenía o no un cáncer de útero. Por supuesto intentó todas las medicinas
alternativas. Cuando se le da una explicación de lo que realmente tiene se ofende y
contraargumenta. Decide no venir más.

20
Caso Nº9

A.S., de 52 años, es un médico que cree ha-


ber descubierto la cura del cáncer. Inicia sus
investigaciones de una manera genuina. Gran
personalidad, muy talentoso, seductor y traba-
jador. Sus trabajos de investigación los emprende
sólo acompañado por un grupo de seguidores.
Posee fortuna personal y autofinancia toda su
gestión. Si todo sale bien se cree candidato al
premio Nobel y con esta idea tiene seducidas a su
familia y colaboradores.

El tema en cuestión es el germen de trigo que tendría una cualidad al


parecer anticancerosa. Invierte su fortuna en esta tarea. No intercambia sus ex-
periencias con nadie, no publica, no viaja al extranjero, no se muestra, se
mantiene oculto por temor a que le roben la idea. Está muy apasionado y eufó-
rico. Posee unos cuantos casos de tratamientos exitosos fotografiados y
armados con precisión, pero no admite nada de nadie, mucho menos de
colegas a quienes acusa de ignorantes e incapaces. Sus colaboradores no son
médicos, sino de otras profesiones (químicos, biólogos, etcétera), posee secre-
tarios, etcétera. Además, estudia filosofía (termina la carrera) para entender
mejor la epistemología de la ciencia. Invierte todo su dinero para obtener un
germen de trigo purificado, para luego administrárselos a sus pacientes. Hay en
realidad una carpeta con cuatro casos exitosos y nada más. Lo notable es que
muchos pacientes quieren tratarse con él y podría, seguramente, haber ganado
mucho dinero prometiendo la cura del cáncer, pero no, no quiere hacer esto, lo
que desea es investigar cada vez más. Con la carpeta de escasos casos exito-
sos pide un préstamo al gobierno, ya que agotó todos sus recursos. Oculta ex-
presamente, con este tratamiento, sus numerosos fracasos. Movido solamente
por los pocos éxitos intenta obtener un préstamo por otras vías. La familia, al
principio, lo creía un genio, pero ahora, ante la situación económica empieza a
plantearse qué hacer y a dudar. Fracasa el préstamo. Se le alejan los
colaboradores. Culpa al país, a otros médicos, a sus colaboradores y a su pro-
pia esposa por no poder seguir adelante con sus investigación, no admite la
más mínima crítica científica y personal. No quiere publicar nada. Deja su con-
sultorio. Con su personalidad sobrevalorada y soberbia se queja, critica y fus-
tiga constantemente al sistema. El hecho es que se deprime ante el fracaso y
esto motiva la consulta al psiquiatra. Una vez mejorado sigue creyendo que el
germen de trigo purificado con su técnica es la cura del cáncer y, es más, que
tendría que haber llegado muy lejos en su carrera profesional. Pero el sistema
lo ha traicionado. No puede admitir que fracasó, pone afuera toda la culpa, él
no está equivocado. No me ayudaron. Posteriormente deja el tratamiento y se
refugia en su consultorio.

21
Caso Nº11

S.P., de 24 años. Tiene un fugaz ro-


mance con un jefe en su lugar de trabajo.
Este último decide cortar esta relación. Ella
inicia una acción que va a durar más de un
año. La paciente insiste en que su jefe está
realmente enamorado de ella, pero que no
se atreve a seguir por cobardía a dejar a su
esposa y casarse con ella. No admite otra
posibilidad. Tiene la convicción íntima de
que todo es así. El afán de ésta es insistir
en que el amor de él hacia ella es una reali-
dad.

Inicia entonces una campaña escrita, de enviarle por correo notas de


amor, poemas, escritos extensos, libros, flores, etcétera, diariamente. Dedica
toda su energía en enviarle por correo todo tipo de notas de amor. No desea
perjudicarlo, lo considera una víctima de sí mismo, por su cobardía. Culpa a su
actual esposa y a su trabajo. No quiere reivindicación ni venganza. Acepta, traí-
da por su padre, venir en consulta. Todo esto motiva el alejamiento de su lugar
de tarea. Nunca lo llamó por teléfono ni se le apareció en público, ni le hizo es-
cándalo alguno. Sólo se limita a mantener una intensa correspondencia escrita.
Le llega a enviar un libro completo de poseías, hechas por ella, dedicadas a él,
etcétera. Le hace poemas a razón de uno por día y luego se los envía. Siempre
habla de su amor maravilladamente. No le quiere hacer daño e insiste en que
éste realmente la ama en silencio. Pasados ya unos cinco meses, a pedido de
él, se encuentran. Éste le pide que no le envíe más cartas, ya que le ha ge-
nerado una situación gravísima con su esposa. Aparece posteriormente una
denuncia policial de parte de la esposa, que detiene momentáneamente la ac-
tividad de la paciente. De todos modos, dice S.P. que "cuando estuve con él
pude notar en su mirada que, efectivamente, estaba dominado por su esposa y
que certeramente seguía enamorado de mí". Decide entonces luchar hasta el
final luego de una tregua. Es citada por la policía. Se promueve un encuentro
entre la paciente y su ex jefe. Éste le cuestiona duramente el daño que le ha
producido. S.P. también le cuestiona el sufrimiento que le ha causado, luego
con dulzura le dice: "¿Por qué no reconoces, mi vida, que me seguís queriendo
y que estás loco de volver conmigo", se pone amorosa. Su ex jefe decide
suspender la entrevista y la amenaza verbalmente con que no siga y la trata
duramente, y categóricamente le niega quererla, es más: la odia. Ella se limita
a reírse e insiste en que "no seas cobarde, no quieres reconocerlo". Luego de
este encuentro la paciente frena la correspondencia, pero continúa una acción
escrita, en su casa, que es incesante, de poemas, escritos, junta recortes, no-
velas de amor, etcétera. Dice que se va a dar una tregua. Lo más notable es la
certeza íntima que tiene de que este hombre la ama realmente, y no hay argu -
mentos que se le puedan enfrentar para romper este círculo donde ha caído.
No admite jamás que esté enferma ni admite tomar medicación alguna.

22
Caso Nº12

A.H.P., de 45 años, dueño de una empresa de


ferretería industrial. La estructura de personalidad es
arrogante, soberbia, con mirada huidiza. Acepta
concurrir al psiquiatra ya que su esposa le ha pedido
el divorcio en razón de los hechos que me pasa a re-
latar.

Hace un par de años va notando situaciones que lo llevan a la convic-


ción de que su esposa le es infiel. Contrató a un agente privado para seguirla.
A pesar de no poder comprobar nada, su idea de ser engañado no se atenuó.
Le puso grabadores especiales que graban las conversaciones telefónicas. Se
pasaba horas escuchando todo. Confiesa no haber encontrado una verdadera
pista en las conversaciones grabadas; de todos modos saca conclusiones que
alimentan la idea de la infidelidad. Cada tanto tiene accesos de agresión verbal
y física contra su esposa a quien hostiga y le pide confiese de una vez por to-
das. Los hechos son nimios, por ejemplo, la esposa, que trabaja en su empre -
sa, necesariamente interactúa con otras personas, sobre todo hombres, y el
paciente interpreta: saludos, gestos, miradas, forma de hablar por teléfono,
forma de vestirse, de sentarse, de cruzar las piernas, de caminar, etcétera,
como el paso seguro a la infidelidad. Un último planteo terminó con denuncia
policial por parte de la esposa, ya que la amenazó de muerte. Ante el inminente
abandono de la misma decide venir al psiquiatra. Pero aquí lo único que hace
es acusar a su esposa. Llegó incluso a sacarla del trabajo. Está absolutamente
convencido que su esposa lo ha engañado. Razón por la cual no quiere ac-
ceder más sexualmente con ella. Duermen en camas separadas. No acepta
medicación alguna. Pide que le extienda un certificado donde diga que no está
loco. Sus hijos se han alejado de él. A pesar de la ausencia de constatación su
idea sigue irreductible, e incluso los intentos de su mujer de convencerlo de su
error también. Se entrevista a la esposa por separado, quien apesadumbrada y
ofendida, manifiesta sentirse atemorizada, amenazada y con miedo por la per-
secución de que es objeto. Me jura que jamás le fue infiel (¿por qué no
creerle?). Se descarta el alcoholismo.

23
Caso Nº13

A.B.D., de 44 años, soltera, profesora de li-


teratura en un colegio secundario religioso. A raíz
de una supervisión que se llevó a cabo en el
colegio donde trabaja, ésta fue observada. No ad-
mite esta crítica a su trabajo y se deprime con mu-
cha angustia. Falta un par de días al colegio, se
recupera y vuelve a trabajar. Pero empieza a sen-
tirse vigilada y observada. Cuando da clases se
siente también observada, por sus alumnos, de
manera diferente. Cuando corrige las pruebas es-
critas cree ver en un error o en una mala redac-
ción una referencia hacia ella.

Cuando entra al colegio y mientras está en la sala de profesores se sien-


te observada, cree que saben cosas íntimas de ella. Es muy religiosa y se torna
más religiosa. Es una persona longilínea de cara afilada, muy sensible, tímida y
ensimismada. Sufre mucho que la hayan cuestionado como profesora en el
colegio. Cree que todos se burlan de ella. Además se ha deprimido. Es tratada
con antidepresivos y neurolépticos. Mejora mucho. Pero persiste la ideación
autorreferente. Pasar por la dirección del colegio le genera gran ansiedad.
Cuando tiene que saludar a la directora siente que ésta la mira de una manera
distinta al resto, que la controla y vigila. Todo esto ha llevado a la paciente a
aislarse cada vez más. Se le indica licencia laboral. Se va a vivir con su familia,
ya que vive sola. Mejora. Se ha tornado hiperreligiosa. Se siente ahora muy
culpable por no haber rendido lo suficiente ante sus alumnos. Finalmente
vuelve al colegio más recuperada. Persiste la ideación desconfiada. Sigue con
la convicción de que sus compañeras saben de sus intimidades. Se esfuerza
para dar clase y se sobreexige. Además un pensamiento invade a esta pacien-
te: siente que ha fracasado ante su familia, que esperaba mucho más de ella.
Vuelve a deprimirse con mucha angustia e ideación suicida. Confiesa luego
que todo esto se debe a que tuvo un enamoramiento hacia otro profesor. Que
todo el mundo lo sabe y que por ello fue reprendida. En realidad nunca cruzó
palabras con este compañero, fueron miradas, y algunas conversaciones trivia-
les sobre lo cotidiano. Fue un enamoramiento secreto por parte de ella. Final-
mente luego llegan las vacaciones y con licencia laboral más prolongada cede
parcialmente la ideación delirante y más mejorada anímicamente vuelve a tra-
bajar al año siguiente. Entre los antecedentes familiares consta: una tía paterna
suicida. Un hermano padece depresiones periódicas. Una prima sufrió un epi-
sodio psicótico místico debiendo quedar internada y otra prima presenta una
caracteropatía religiosa con propensión fanática.

24
Caso Nº15

A.P. de 45 años, soltera, vive sola en un


departamento céntrico. Trabaja en una oficina de
comercio exterior en un cargo de nivel medio. Es
inteligente, educada y de buena presencia. Es
sensible, obsesiva y meticulosa. Tiene además
un ánimo paranoide, de sospecha, que puede
controlar sobre todo en su lugar de trabajo. Le
gusta ir al cine, tiene amigas, le agrada pasear
por la zona del centro de la ciudad, leer, etcé-
tera. Cada uno o dos años padece delirios que le
duran dos o tres meses, generalmente des-
encadenados por conflictos laborales, que cada
tanto tiene, y que a veces le originan un nuevo
episodio. Estos conflictos son el olvido de un do-
cumento, el extravío de un expediente, el reto de
un jefe, un mal gesto, etcétera.

Estas situaciones jamás la llevaron a dejar su trabajo ni le perturbaron realmen-


te su rendimiento laboral ni interpersonal. Un día, cuando llega a su casa, tiene súbi-
tamente la sospecha de que alguien ha entrado a su apartamento. Porque cuando giró
la llave de la puerta para abrirla la notó algo trabada, a partir de ahí pensó: "Alguien ha
entrado". En efecto, una vez adentro de su apartamento notó que todo estaba
cambiado, pero sutilmente, la plancha no estaba exactamente donde ella la había de-
jado, el centro de mesa estaba levemente corrido hacia la derecha, la puerta del baño
estaba abierta y ella la había dejado cerrada, su botiquín donde ella guarda todas sus
cosas personales estaban ligeramente corridas, el placard había sido examinado,
porque notó que el orden con que ella guardaba todo no era el mismo; ya con plena
convicción de que habían entrado en su casa, decide cambiar las cerraduras y llama
por teléfono a un cerrajero conocido, durante la llamada nota que hay un ruido en la lí-
nea e interpreta que su teléfono está pinchado. Viene el cerrajero, le cambia las cerra-
duras, coloca otra más, y cuando se va a trabajar al día siguiente realiza una ob-
servación minuciosa, meticulosa y obsesiva de toda su casa y se va. Cuando sale del
apartamento ve al portero reírse, e inmediatamente vincula a éste en su contra y lo
ubica como principal sospechoso de haber ingresado a su departamento. El portero no
tiene las llaves de su casa. Cuando vuelve del trabajo, siente exactamente lo mismo,
habían vuelto a entrar, lo nota porque las llaves no giran como siempre, si bien todo
estaba igual y en orden, por razones sutiles nota que está todo tocado, que incluso ha-
bían sacado los libros de su biblioteca, corrido valijas debajo de la cama, que incluso
habían movido el cubrecama y tenido relaciones sexuales en su cama, todo había sido
examinado, incluso la nevera. El teléfono seguía pinchado, la plancha había sido
usada, incluso la lavadora. Esta convicción y argumentos delirantes persecutorios,
donde operan percepciones delirantes, se mantiene durante unos tres meses, nunca
deja de trabajar y nunca hace una denuncia ni le plantea nada a nadie. Reduce un
poco su campo de actividades como salir, ir la cine, ver televisión, salir con amigas, et-
cétera. Concluye que se trata del portero, que ha sido pagado para que le revisen la
casa, porque ella maneja información confidencial de la oficina comercial donde traba-
ja. Su ánimo es indignado, irritable y preocupado. Acepta recibir haloperidol hasta
7mg/día que toma ambulatoriamente, concurre regularmente a las entrevistas y un
buen día cede completamente el cuadro clínico, reaparece la conciencia plena de la
enfermedad con una autocrítica total; es más: se burla de sí misma por las ridiculeces
que ha llegado a creer y a sentir. Vuelve a ser la de antes.

25
Caso Nº17

J.L., de 62 años.
Acude a la consulta
acompañada por su hija.
Hace unos meses comenzó
a decir que sus vecinos la
estaban molestando con rui-
dos de todo tipo. Que corren
muebles, zapatean, taco-
nean y ponen música a todo
volumen, exclusivamente
para perjudicarla a ella y no
dejarla en paz.

Además, cuando se encuentra con ellos a la salida del edificio no la saludan o hacen
señas que ella interpreta como de burla, o al pasar a su lado la paciente notó que la
rozaron con la ropa. Se fue a su apartamento y bajo un foco de luz observó que su
ropa rozada por la del vecino aludido estaba sucia, es más: tenía como un polvo, que
interpretó como que se lo tiraron cuando la rozaron, pero éste era un polvo envene-
nador colocado con toda intención. En otra ocasión notó, cuando pasaban al lado de
su puerta, que le tiraban un polvo particular, también envenenador, lo que la llevó a
colocar trapos de piso en la puerta de entrada. Además notó que cuando sus vecinos
sacudían la ropa en la ventana de arriba, también le enviaban estos polvos envene-
nadores. Dejó de abrir las ventanas y selló todo con cintas adhesivas y burletes.
También comenzó a decir que la estaban molestando a través de la cañería de agua y
de gas enviándole ciertos gases, que ella podía distinguir por el olor, y disminución del
chorro de agua. Todo esto era un verdadero complot de sus vecinos de arriba para
perjudicarla y lograr que se vaya. En otro momento atribuyó una caída tensional de la
luz también a sus vecinos, siempre con el afán de molestarla. El aspecto de la pacien-
te es correcto, pulcro y educado. Está bien vestida. Por lo demás se muestra de buen
ánimo, visita a su nietas, les compra regalos, ayuda a su hija, sale con pocas amigas.
No registra antecedentes de enfermedad mental de ningún tipo. Su rendimiento inte-
lectual es el esperable para su edad. Jubilada docente. No se detectan fallos de
memoria. Está perfectamente ubicada en la realidad. Cuando se toca el tema de los
vecinos de su casa dispara con tono elevado y convincente este delirio. No admite y
se enoja que se dude o que se la contradiga. Las verificaciones que hizo su hija con
los vecinos y con el portero fueron negativas y pudo comprobar que eran familias
normales, que vivían como cualquier familia común, dice su hija. Ésta fue la razón que
finalmente motivó a la hija a traer a su madre a un psiquiatra, ya que al principio le cre-
yó, salvo cuando surgió el tema de los polvos envenenadores que le resultó poco creí-
ble. La paciente no acepta para nada estar enferma y mucho menos tomar
medicación. La hija decide llevarla a su casa donde está durante tres meses. Allí, que
también es un edificio de apartamentos, no surgió en ningún momento lo mismo, pero
mantuvo intacto lo de su casa. Cada tanto iba a su casa para limpiar y volvía a notar
las mismas cosas agravadas por la falta de limpieza. Salvo este núcleo delirante que
la paciente manifestaba sólo en el seno de su casa, era una persona completamente
normal.

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Caso Nº18

En el momento de la consulta, V.C., una


adolescente de 14 años, presenta reiterados pensa-
mientos obsesivos que no logra controlar y un estado
de ánimo deprimido. Pasa mucho tiempo tirada en la
cama imaginando “cosas horribles”, despertándose de
madrugada sobresaltada o no pudiendo conciliar el
sueño. Se siente enferma y con pocas ganas de vivir.
Antecedentes personales – Vive con su madre de 45
años, su padre de 43 (comerciante) y un hermano de
20 años, estudiante. Siempre fue una niña cariñosa,
apegada y dependiente del núcleo familiar, especial-
mente de la madre con quien se observa un vínculo
muy estrecho e indiferenciado.

Desde pequeña muy ansiosa y miedosa, aprehensiva con su madre y con


grandes dificultades para tomar decisiones. Presentó enuresis nocturna hasta los 4
años, problemas para conciliar el sueño y múltiples miedos. A los 5 años fue tratada
por una gastritis. A los 11 años frente a la muerte de una compañera de clase por leu-
cemia, desarrolla temores hipocondríacos y se agudizan sus dificultades para conciliar
el sueño. Su rendimiento escolar siempre ha sido excelente. Mantiene aceptables re-
laciones interpersonales con sus compañeros, si bien no se caracteriza por tener mu-
chos amigos. Sus padres la ven inmadura afectivamente: “no quiere crecer”.

Antecedentes familiares – La madre se presenta con una personalidad evitativa


y dependiente, extremadamente aprehensiva y muy deprimida y angustiada el día de
la consulta por su hija. Llora reiteradamente y se la nota muy tensa. A la edad de 15
añas queda sin madre pues ésta se suicida. A partir de este hecho desarrolla temor a
las pérdidas y a la soledad. El padre se presenta como introvertido y unido al núcleo
familiar. El hermano de V. también pasó por un período de miedos, relacionados con la
posible muerte de su padre.

Planteo del problema – V. se siente terriblemente perturbada por pensamientos


que cataloga de “horribles y degenerados”, los cuales tiene que contar en detalle a su
madre para sentir que no son realidad y aliviarse. Al mismo tiempo esta conducta le
produce intensos sentimientos de culpa por dejar a su madre muy perturbada al recibir
la carga de sus pensamientos obsesivos. Cree que el origen de los mismos tiene que
ver con “cosas malas” de su niñez. Recuerda y revive reiteradamente una serie de
juegos sexuales mantenidos durante la infancia con otras niñas con las cuales se ma-
sturbaban y hacían “cosas que veíamos en la televisión” (besarse, etc.). Este recuerdo
desencadena sus temores actuales. Se siente “degenerada” por los hechos de la
infancia, que vive como algo malo, sucio y no logra aceptar sus impulsos sexuales con
naturalidad. Sentir placer es algo malo, también cuando lo ven en otros. Actualmente
sus pensamientos giran alrededor de sus temor a la homosexualidad, pues piensa que
su madre le atrae, e imagina escenas de amor con ella. Lo mismo le sucede con algu-
nas amigas. Se ve envuelta en relaciones heterosexuales violentas, con castigos, etc.
Presenta temores hipocondríacos y dificultades para conciliar el sueño (si no se dan
ciertas condiciones ambientales, rituales) o miedo a que le cueste dormirse (antici-
pación).

Ocupa gran parte del tiempo que está en su casa a rumear este tipo de pensa-
mientos y a perseguir a su madre para que la escuche y se ponga mal con ella. No

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puede soportar que ésta esté contenta: “¿cómo podes estar bien con lo que me pasa
a mí!”. La producción de ideas obsesivas disminuye mientras estudia o cuando el
padre está en la casa, si bien en los momentos más agudos del trastorno necesita a
ambos padres para descargar su angustia.

El entorno familiar se involucra mucho con la problemática de V. Tanto su


madre como su padre escuchan sus ideas una y otra vez, asumiendo la carga que su
hija deposita en ellos mismos. Sobre todo la madre se siente verdaderamente víctima
del acoso a que la somete permanentemente su hija, pero no puede ponerle límites.

En su diálogo interior, V. se repite una y otra vez que es horrible lo que ha he-
cho de niña, se siente responsable de haber incitado o influenciado a las demás niñas.
Por lo que debe expiar su culpa, se tiene que castigar, “no es posible que ella se sien-
te bien, esté contenta, sea feliz, después de lo sucio que hizo”.

Caso Nº14

A.P., de 56 años, soltera, jubilada, vive sola. De


rostro algo desagradable porque tiene un rictus de
malhumor. Un buen día tiene un altercado con el hijo
de un vecino, donde éste la ofende diciéndole "vieja
loca". Desde entonces dice que estos vecinos se ríen
de ella, que le hacen burlas, porque saben que es
lesbiana y que además han notado que se masturba
mucho y que tiene pensamientos pecaminosos.

El hijo del vecino, al pasar un día por la puerta de su casa, además de no salu-
darla, hace un gesto con la nariz, que la paciente interpreta inmediatamente como que
había olido algo feo en ella, un mal olor que ella despedía. Rápidamente fue a darse
un baño.

Como notó algo de flujo vaginal pensó que dicho olor vendría de allí, que por otra par-
te ella no sentía. Consultó un ginecólogo quién no le encontró nada. Estaba muy
angustiada porque conocían su intimidad. El otro día estaba el vecino en el techo
arreglando una antena de televisión junto con su hijo y vio que hacían comentarios en-
tre ellos, que A.P. interpretó como que comentaban que era lesbiana y lo único que
piensa es en mujeres. Finalmente consulta con psiquiatría traída por una amiga. La
paciente se considera heterosexual, pero su vida sexual ha sido muy escasa. Está
muy apesadumbrada, avergonzada e indignada por lo que le sucede. Quiere mudarse.
Está deprimida. Piensa que todo es irreparable. Remite rápidamente la ocurrencia de
despedir un mal olor de su cuerpo e incluso admite el error de pensar que crean que
es lesbiana. La hermana está internada en un hospital psiquiátrico. La madre también
tenía problemas mentales.

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Caso Nº1 Trastorno por Evitación

Caso Nº2 : personalidad histriónica

Caso N.º 3 Narcisista

Caso N.º 4 La característica fundamental del Trastorno de la personalidad por


dependencia es la necesidad de sentirse acompañado, cuidado o protegido en
todo momento. La persona tiene la percepción de que es incapaz de funcionar
adecuadamente en la vida, sin el apoyo o la ayuda de los demás. Tiende a ver
el mundo como frío, hostil, solitario o peligroso y considera que no puede ma -
nejarse sola.

Caso N.º 5: esquizotipico

Caso N.º 6: La estructura previa de personalidad era la de una caracteropatía


paranoica con rasgos obsesivos: era notable su soberbia, psicorigidez, false-
dad del juicio y egocentrismo, ya que todo giraba alrededor de él y nunca admi-
tió la posibilidad de haber errado en sus investigaciones, etcétera. Era un ser
inteligente pero difícil para convivir, siempre había en su mirada un aire distante
y de cierto enojo, no permitía un mayor acercamiento personal. Era su ánimo
depresivo recurrente el que permitía que viniese a consultar a un psiquiatra,
además de la exigente presión de su esposa.

Caso N.º 7: Esta situación le genera algo así como una "reacción paranoide
breve", que obliga a dar intervención policial con internación posterior en una
clínica psiquiátrica. A los 10 días se va de alta porque no lo encuentran psicóti-
co.

Caso N.º 8: Ya en la consulta se constata que se trata de una estructura pa-


ranoica típica. Psicótico.

Caso Nº 9: trastorno paranoide


Caso Nº10: trastorno paranoide
Caso Nº11: trastorno paranoide
Caso Nº12: trastorno paranoide
Caso Nº13: trastorno paranoide
Caso Nº14: psicosis paranoide
Caso Nº15: trastorno paranoide
Caso Nº16: trastorno paranoide

Caso Nº17: trastorno paranoide

Caso 18 Personalidad dependiente

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