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Estereotipos en Hombres
Estereotipos en Hombres
En esta diversidad, las personas alaban diferentes modelos culturales. Estos modelos han
definido quién es una persona y quién debería ser. Estos modelos son los que conceptualizarán
el significado de lo masculino y crearán marcos de interpretación social en nuestra sociedad.
Los hombres tienen dificultades debido al temor de que los propios hombres puedan ser
discriminados y percibidos como "femeninos". De hecho, como mencionan Méndez (1995) y
Zurutuza (1993), la discriminación y la percepción como “femenina” son aspectos que están
profundamente conectados, pues la visión patriarcal crea imágenes de hombres que justifican
y mantienen de cierta manera el statu quo del hombre. Cabe aclarar aquí que estos autores,
cuando hablan de "imágenes", en realidad se refieren a estereotipos, que en opinión de Fiske
(1998) serían visiones sobre los grupos sociales y las características de sus miembros que se
trasladan a la sociedad y pueden ser adoptados por una sola persona o por un grupo de
personas.
Por otro lado, la literatura ha demostrado que el contacto con personas de forma contra
estereotipada ayuda a reducir el sexismo, aunque también ha encontrado que los hombres
quienes abogan por la igualdad desafiando la jerarquía social entre los sexos, son objeto de
discriminación debido a la deslegitimación de la percepción del statu quo, en el que los
hombres tienen más poder y privilegio que las mujeres. Así, los hombres que evitan los
modelos normativos de masculinidad parecen estar caracterizados por estereotipos asociados
con grupos de bajo estatus -débiles, sensibles, femeninos- o percibidos como homosexuales,
incluso si no hay base para tal conclusión, por ejemplo, están casados con una mujer.
En consecuencia, un estudio de 2015 realizado por DAC en Nueva York analizó más de 90
marcas y 800 productos y concluyó que cinco industrias (juguetes y accesorios, ropa para
niños, adultos, cuidado personal y cuidado del hogar y de personas mayores) pagan un
promedio del 7 %. más que sus homólogos masculinos (2015). En total, las mujeres pagan más
que los hombres en 30 de las 35 categorías de productos analizadas (DAC NY, 2015). Además,
los productos orientados a mujeres consumen un 42 % más de tiempo, mientras que los
productos orientados a hombres consumen un 18 % más de tiempo (New York DAC, 2015). En
este sentido, cabe señalar que el DAC compara los bienes que son más similares en cuanto a
material, composición, textura, apariencia, descripción y/o publicidad con el fin de minimizar
las diferencias entre mujeres y hombres y determinar si se deben a estereotipos de género. se
concluye que hay impresiones que provocan cambios de precios (New York DAC, 2015).