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MICROECONOMÍA I

Teorı́a del consumidor III

Lic. Gonzalo Respighi Grasso


gonzalorespighi@gmail.com

2 de septiembre de 2021 1 / 21
Contenidos

1 Restricción de presupuesto II

2 La elección

3 Referencias

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Restricción de presupuesto II

A diferencia de las curvas de indiferencia, las restricciones de presupues-


to son lineales, lo que implica que la pendiente es constante.
¿Por qué sucede ello? Algebraicamente es muy fácil de verlo, ya que la
pendiente es igual a la relación de precios, y los precios están dados.
Ergo, p1
p2 es una constante.
Intuitivamente, esto sucede porque la renuncia a una unidad de ropa nos
permite ahorrar 2 pesos, y 1 unidad de comida cuesta 1 peso. Esto ocurre
en todo punto de la recta presupuestaria.
Veamos matemáticamente como como determinamos la relación exis-
tente entre la demanda de ropa y la demanda de comida:
I P
V= (− A ) A
PV PV
|{z} |{z}
ordenada pendiente

I I
¿Cómo interpretarı́an al valor PV ? ¿Y a PA ?

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Restricción de presupuesto II (cont.)

Para cerrar esta sección, estudiemos qué es lo que ocurre con la recta
presupuestaria cuando hay un cambio en las variables exógenas (i.e., la
renta y los precios).
Cuando cambia el ingreso, la pendiente no se ve modificada, aunque sı́
la ordenada al origen y el corte con el eje de abcisas.
¿Qué quiere decir esto? Que los bienes siguen sustituyéndose a la misma
tasa (relación de precios) pero ahora podemos adquirir más de ambos
bienes para cualquier combinación.
Resultado: La recta presupuestaria se desplaza hacia la derecha (izquier-
da) ante un aumento (caı́da) del ingreso.

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Restricción de presupuesto II (cont.)

Figura: Variaciones en el ingreso

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Restricción de presupuesto II (cont.)

En cambio, cuando lo que se modifican son los precios, efectivamente


existe un cambio tanto en la pendiente como en la ordenada al origen (o
en el corte con el eje de abcisas).
Intuitivamente, cambia el valor máximo asociado a la adquisición del bien
cuyo precio varió y la tasa a la cuál estos se sustituyen.
Resultado: Si el precio que varı́a es el de la comida, la recta de presupues-
to gira hacia la derecha (variación positiva) o hacia la izquierda (variación
negativa).
¿Por qué, independientemente del álgebra, PI no se ve alterado? ¿Consu-
V
me comida alguien que demanda esa cantidad de ropa?
En el ejemplo de Pindyck y Rubinfeld (2010), tenemos un descenso del
precio a la mitad en L2 , y una duplicacı́on del precio en L3 .

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Restricción de presupuesto II (cont.)

Figura: Variaciones en los precios

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La elección

Llegamos al último bloque del análisis de la conducta del consumidor:


aquı́ veremos como este elige la canasta que adquirirá dadas sus prefe-
rencias y limitaciones económicas.
El supuesto de racionalidad implica que el individuo eligirá bienes y servi-
cios tal que la felicidad obtenida sea máxima, siempre y cuando respete
la restricción presupuestaria.
Es por ello que la canasta maximizadora debe cumplir las siguientes dos
condiciones:
1. Debe estar sobre la recta de presupuesto.
2. Debe ser a la que el individuo le otorgue una preferencia máxima.
Veamos qué quiere decir cada una de estas condiciones.

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La elección (cont.)

El hecho de la canasta maximizadora deba estar en la recta presupuesta-


ria indica que el individuo no eligirá una a la izquierda (también asequible)
ni a la derecha (no factible).
Lo primero ocurre porque asumimos que el individuo gasta todo su ingre-
so y lo segundo porque la restricción obliga al consumidor a no demandar
una combinación de bienes y/o servicios por fuera de la recta.
La segunda ocurre porque, dado el supuesto de monotonicidad, más es
mejor. No tendrı́a sentido entonces que se elija una canasta que no es
por la cuál se tiene mayor preferencia.
Hemos dado el primer paso: sabemos que la canasta maximizadora es-
tará, simultáneamente, en la recta de presupuesto y en la curva de indi-
ferencia.

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La elección (cont.)

Sin embargo, no basta con ello. Veamos por qué.


En la Figura de la siguiente slide, tenemos graficadas tanto la recta de
presupuesto como tres curvas de indiferencia diferentes.
La NO elección del punto B como canasta maximizadora es ilustrativa
respecto al anterior. ¿Alguna intuición de por qué, a pesar de estar en la
curva U1 y en la recta de presupuesto, esto ocurre?
El D directamente es una canasta inasequible.
Afortunadamente, C cumple con la condición que precisamos, y por ello
resulta en la canasta que maximiza la felicidad y respeta la restricción
económica.
Dado que en C la pendiente de la recta iguala a la pendiente de la curva
de indiferencia U2 , una canasta maximiza la satisfacción del consumi-
dor cuando la relación de precios es igual a la relación marginal de
sustitución.

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La elección (cont.)

Figura: La canasta maximizadora

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La elección (cont.)

Cerremos la sección deteniéndonos un poco en el hallazgo anterior: RMS =


p1
p2
Que sea una condición de optimalidad implica que, si el individuo está
maximizando su satisfacción y gastando todo su ingreso en dicho proce-
so, entonces debe cumplirse que RMS = pp1 . Puede que esto no ocurra,
2
pero eso implicarı́a que la satisfacción no se está viendo maximizada.
Esta expresión es una condición de optimalidad que simplemente nos
dice que el beneficio marginal es igual al costo marginal. El primero es el
beneficio que otorga consumir una unidad más y el segundo el costo que
implica dicho consumo.
El primero se mide a través de la RMS y el segundo a través de la relación
de precios.
Para entender por qué el punto C es óptimo, supongamos que 1) la RMS
es superior a la relación de precios y luego que 2) la RMS es inferior.

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La elección (cont.)

Si se cumple 1), esta canasta no puede maximizar la satisfacción, ya que


en este caso el beneficio marginal es superior al costo marginal, y el in-
dividuo puede reasignar consumo (dado el ingreso) para moverse a un
nivel de utilidad mayor.
En el punto B ocurre justamente esto: la relación de precios es igual a 1/2
(la comida cuesta 1 y la ropa 2) pero la RMS es 1.
El consumidor podrı́a sustituir 1 unidad de ropa por 1 de alimentos, y pa-
sar a un nivel de utilidad mayor.
Si se cumple 2), tampoco se está maximizando el nivel de utilidad.
Ejemplo numérico: RMS = 2 y pp1 = 3. Si el individuo se encuentra en esta
2
situación, entonces puede reasignar consumo en favor del bien 2 (el que
es relativamente más barato) y aumentar la utilidad.
No hay alternativa: la canasta óptima debe ser aquella en la que la rela-
ción de precios se iguala a la relación marginal de sustitución.

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La elección (cont.)

Antes de cerrar, es conveniente notar que la RMS puede no ser igual a la


relación de precios en el caso de que no haya imposición alguna sobre la
positividad en el consumo de los bienes.
Podrı́a ocurrir que el consumidor elija una canasta en la cuál gasta to-
do su ingreso en un bien y por lo tanto nada en el otro. Esos casos se
conocen como soluciones de esquina.
Usemos, como siempre, el ejemplo de Pindyck y Rubinfeld (2010) para
interpretar esto.
En la gráfica, la cesta óptima viene dada por la solución de esquina en
B , en donde se consume una determinada cantidad de helado y nada de
yogur. El nivel de utilidad obtenido es U1
Allı́, la condición de optimalidad es una inecuación:
p1
RMS ≥
p2

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La elección (cont.)

Figura: Solución de esquina

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La utilidad marginal

Previamente, describimos el problema del consumidor como la situación


en donde el individuo debe decidir qué combinación de bienes/servicios
consumir tal que se esté sobre la curva de indiferencia más al noreste y
se respete la restricción de presupuesto.
Por ello, el problema puede pensarse como aquel en donde un individuo
intenta maximizar su utilidad sujeto a una restricción presupuestaria.
Plantear el problema de esta forma permitirá comprender un poco mejor
la solución obtenida.
Veamos primero algunas definiciones.

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La utilidad marginal (cont.)

El nivel de utilidad es la satisfacción que obtiene un individuo por con-


sumir una determinada canasta de bienes/servicios.
La utilidad marginal representa la felicidad adicional que le otorga a un
individuo consumir una unidad más de un bien.
Generalmente suele suponerse que, en la medida en que se incrementa
el nivel de utilidad, la utilidad marginal es cada vez más pequeña. Esto
refleja, en cierto sentido, que el individuo se encontrará satisfecho.
Formalmente esto se conoce como el principio de utilidad marginal de-
creciente, que indica que, cuanto más se consume de un bien/servicio,
menor es el aumento de la utilidad.

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La utilidad marginal (cont.)
Usemos un poco de álgebra para ver como el uso de estos nuevos con-
ceptos nos permiten llegar a los mismos resultados que antes.
Imaginemos que nos situamos en un punto de una curva de indiferencia,
como las que estudiamos antes. Si nos movemos de forma descendente,
estamos aumentando el consumo del bien en el eje horizontal y bajando
aquel representado en el eje vertical.
Denotemos al consumo adicional de comida como ∆C , la una utilidad
marginal unitaria UMC , por lo que el aumento total de la utilidad es UMC ∆C .
Pero si nos mantenemos en la misma curva de indiferencia debe caer el
consumo de ropa. Denotemos a la caı́da con −∆R , y a la reducción en
utilidad por unidad como UMR . Análogamente, la pérdida total de utilidad
es UMR ∆R .
Ahora bien, todos los puntos de una curva de indiferencia generan el mis-
mo nivel de utilidad, lo que implica que la variación en la utilidad total es
igual a cero:

0 = UMC (∆C ) + UMR (∆R )

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La utilidad marginal (cont.)

Si ordenamos la expresión anterior vemos que

−∆R UMC
=
∆C UMR
Pero el costado izquierdo de la ecuación anterior es simplemente la RMS
UMC
RMS =
UMR
Si el consumidor optimiza, entonces
PR UMC
=
PC UMR
y reordenando
UMC UMR
=
PC PR

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La utilidad marginal (cont.)

Esta expresión nos dice que el nivel de satisfacción se ve maximizado


cuando los recursos se destinan de tal manera tal que, la utilidad margi-
nal por unidad gastada es la misma para todos los bienes.
Este resultado es bastante intuitivo. Si ello no se cumple, el consumidor
podrá reasignar consumo tal que el nivel total de utilidad aumente.
Pero si el nivel total de utilidad es pasible de ser aumentado, entonces el
individuo no está optimizando...
El consumo debe satisfacer entonces el principio de equimarginalidad,
es decir, cuando la utilidad marginal de todos los bienes por unidad mo-
netaria de gasto sea la misma.

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Referencias

Pindyck, R.S.; Rubinfeld, D.L. (2010): Microeconomı́a. Pearson. Prentice-


Hall
Frank, R.H. (2005): Microeconomı́a y conducta. McGraw-Hill

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