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Unidad 1 / Escenario 2

Lectura fundamental

Definiciones y fuentes de las


obligaciones

Contenido

1 Definición moderna de obligación

2 Fuentes de las obligaciones según el Código Civil

3 Fuentes de las obligaciones según la doctrina

Palabras clave: obligaciones, derecho privado, fuentes de las obligaciones, derecho comparado.
1. Definición moderna de obligación
Tal y como se vio en el escenario pasado, el profesor Fernando Hinestrosa, en su Tratado de las
obligaciones, define la obligación como un ligamen, atadura o vínculo que implica una relación jurídica
establecida entre personas determinadas, en virtud de la cual un sujeto activo o acreedor espera el
cumplimiento de una prestación por parte de un sujeto pasivo o deudor (Hinestrosa, 2003).

2. Fuentes de las obligaciones según el Código Civil

Teniendo claridad sobre el concepto de la obligación, a lo largo de este escenario se profundizará


sobre las fuentes de las obligaciones. Es preciso tener en cuenta que no se debe confundir el
concepto de fuente de la obligación con las fuentes del derecho; si bien puede evidenciarse cierta
similitud axiológica si se compara a las teorías del derecho del siglo XIX y XX, particularmente
en Hart con sus famosas reglas primarias, determinar el origen de las obligaciones es una tarea
diametralmente diferente que veremos a continuación.

Así que detallaremos el concepto de la fuente de la obligación. Por fuente, a lo largo de este
escrito, deberá entenderse el hecho o factor que determina el surgimiento de una relación jurídica
(Hinestrosa, 2015). Gérard Cornu (2000) también define la fuente como “todo elemento generador
de derecho subjetivo de compromiso o responsabilidad”.

Otra de las definiciones dada por Aranguio-Ruiz (1984) especifica la fuente de la obligación como los
hechos que son presupuestos de su nacimiento o como una idea de origen o nacimiento (p. 291).

Históricamente, se han clasificado las fuentes de las obligaciones, o los hechos que determinan su
nacimiento, en dos grandes categorías básicas (Hinestrosa, 2015, p. 51):

A. El contrato

B. El delito

2.1. Fuentes de las obligaciones en la ley colombiana

En cuanto al Código Civil colombiano, el artículo 1494 ha definido las fuentes de las obligaciones en
cinco categorías:

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1. El concurso real de las voluntades de dos o más personas (contrato).

2. El hecho voluntario de la persona que se obliga, como en la aceptación de una herencia o legado
(cuasicontrato).

3. La consecuencia de un hecho que ha inferido injuria o daño a otra persona (delito).

4. Los hechos jurídicos en donde no media la voluntad de causar un daño (cuasidelitos).

5. Las disposiciones de la ley, como las obligaciones alimentarias de un padre para con su hijo.

De la misma manera, la legislación mercantil colombiana, en los artículos 830 y 831 del Código de
Comercio (1971), ha instituido categorías adicionales a las planteadas originalmente, particularmente:

A. El abuso del derecho

B. El enriquecimiento sin justa causa

La Corte Constitucional de Colombia (2017) ha definido el abuso de derecho como el ejercicio de


una legítima facultad propia, en contravía de los fines previstos para el ejercicio de dicha facultad. En
otras palabras, el abuso del derecho se puede pregonar respecto de situaciones en las que el titular de
un derecho se vale de este para defraudar al sistema y la teleología del derecho.

Un ejemplo típico de abuso del derecho se puede evidenciar en el uso arbitrario de las acciones
judiciales para la reclamación de derechos no correspondidos, o el aprovechamiento de políticas
públicas para la obtención de beneficios o subsidios por encima de lo previsto en las normas.

El enriquecimiento sin justa causa, por otro lado, supone el aprovechamiento de determinada
situación para enriquecerse a expensas de otro sin contraprestación evidente. Hinestrosa (2015)
también lo define como “un aumento patrimonial consecuencia de la disminución de otro patrimonio
sin justificación alguna. La obligación naciente del enriquecimiento sin causa supone por antonomasia
el deber de restitución” (p. 67).

2.2. Fuentes de las obligaciones en el derecho romano

En el derecho romano, de igual manera, se distinguieron dos grandes categorías de fuentes de


obligaciones: el contrato y el delito, así como el cuasi ex contracté y el cuasi ex delicto: cuasicontrato y
cuasidelito, respectivamente. El contrato en el derecho romano supuso todo aquel acto mediado por
la voluntad de dos o más partes, tendiente a obligar a la comisión de determinada prestación. Por otro
lado, el delito generaba obligaciones a partir de la intención de una persona de generar un daño a otra.

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Se diferencia el cuasicontrato del contrato por cuanto el cuasicontrato, si bien genera obligaciones
y tiene un objeto lícito, no comporta un acuerdo de voluntades generadora de obligaciones
(requisito esencial de los contratos). Sin embargo, no puede ser considerado delito por cuanto en el
cuasicontrato media la voluntad y un objeto lícito. Así las cosas, la categoría del cuasicontrato se puede
ejemplificar en los actos jurídicos unilaterales.

Tal y como se tratará más adelante, según los romanos, a diferencia del desarrollo dado por los
franceses para la definición del cuasidelito, esta categoría hacía referencia a los daños producidos a un
tercero, cuyo facto no estaba tipificado por la ley o determinado por las normas morales y religiosas
(Cubides Camacho, 1996, p. 105).

3. Fuentes de las obligaciones según la doctrina

3.1. Fuentes de las obligaciones en la doctrina francesa

El derecho francés continuó la clasificación romana de fuente, sin embargo, las incorporaciones
o cambios más importantes surtidos en Francia, hicieron referencia principalmente a la categoría
de cuasidelito y a la introducción de nuevas categorías, como el enriquecimiento sin causa y la ley
(Cubides Camacho, 1996, p. 143).

En cuanto a la definición de cuasidelito dada en Francia por Colin y Capitant (1924), este se asemeja a
lo que en la actualidad conocemos como culpa, es decir, la inobservancia al deber objetivo de cuidado
o la comisión de un daño a un tercero sin mediar la intención o malicia de causarlo (p. 519).

3.2. Fuentes de las obligaciones en la doctrina alemana

En Alemania también se discernió sobre las fuentes de las obligaciones. Las categorías más relevantes
diseñadas en Alemania recayeron en Andreas Von Tuhr y Karl Larenz.

Cubides Camacho (1996) menciona que Von Tuhr determinó que existían tres fuentes de obligaciones:
el negocio jurídico, el acto ilícito y el enriquecimiento injusto. A diferencia de los romanos y los
franceses, este integró el concepto de contrato y cuasicontrato en la categoría de negocio jurídico,
manifestando que aquel se componía de un negocio unilateral o un negocio bilateral (p. 144).

Por un lado, el negocio jurídico bilateral podría ser el contrato y el acuerdo. El contrato suponía
dos acuerdos congruentes de voluntad, mientras que el acuerdo refería a las decisiones en asuntos

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de interés colectivo. Von Tuhr (1934) clasificó también los actos ilícitos en dos categorías: el
incumplimiento de las obligaciones nacidas del contrato y los actos tipificados por el ordenamiento
jurídico civil como delito (p. 102).

En cuanto a las clasificaciones de Karl Larenz (1958) este manifiesta que las obligaciones nacen de:

A. Los negocios jurídicos.

B. La conducta social típica o relaciones contractuales de hecho.

C. Excepcionalmente, de los actos de soberanía del Estado con efectos constitutivos, aplicable
exclusivamente en el contexto de la Alemania de Larenz (p. 55).

La clasificación de Larenz es posible enmarcarla dentro de la categorización realizada por Von Tuhr
(1934). En cuanto a la fuente derivada de la conducta social típica, Larenz (1958) manifestaba que
trataban sobre los actos de la cotidianidad, tales como tomar un taxi, disfrutar de un servicio público
domiciliario o el uso del correo. Cubides Camacho (1996) critica dicha clasificación por cuanto
es perfectamente enmarcable dentro de la categoría de los actos jurídicos, pues los actos de la
cotidianidad se sustentan igualmente en la voluntad (p. 146).

3.3. Fuentes de las obligaciones en la doctrina española

Para la doctrina española, más específicamente en su Código Civil, la obligación es un vínculo jurídico
que une a dos o más personas, acreedor/es y deudor/es, en virtud de la cual tales personas tienen
distintos derechos, deberes y responsabilidades (Fayos, 2016, p. 7).

Similar definición a la expuesta por la doctrina alemana se encuentra entre los estudios del derecho
civil español, pues argumentan, en palabras de Díez-Picazo y Gullón (2015, p. 111), que la obligación,
en efecto, se surte de una situación bipolar, formada a su vez por dos partes unidas mediante una
acreencia; por un lado, el deudor, y por el otro, el acreedor.

A su vez, como dicta el Código Civil español, en su artículo 1089, las obligaciones nacen de la ley,
los contratos, los cuasicontratos y de los actos y omisiones con vocación de ilicitud en los que pueda
observarse algún tipo de culpa (representada o no) o negligencia (Ministerio de Gracia y Justicia, 1889).

Define la doctrina a las mencionadas fuentes de la siguiente manera:

1. La ley: como dicta el Código Civil español, en su artículo 1090, las obligaciones que se derivan
de la ley no se presumen, puesto que son exigibles las que expresamente determine el mismo
código o alguna ley especial (Ministerio de Gracia y Justicia, 1889).

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2. Los contratos: en virtud del artículo 1091 del Código Civil Español, las obligaciones nacidas de
un contrato tienen fuerza de ley para las partes que participan de él; un claro ejemplo del pacta
sunt servanda (Ministerio de Gracia y Justicia, 1889).

3. Los cuasicontratos: entre los múltiples ejemplos que el Código Civil español recoge para hablar
de los cuasicontratos que generan a su vez obligaciones, se encuentran la gestión de negocios
ajenos y la restitución de lo que se cobra, pero no se debía. Básicamente, se trata de actos
voluntarios de los cuales resulta, normalmente, una persona obligada con un tercero, sin que
medie necesariamente una obligación recíproca entre ambos.

4. Los delitos: como en este y tantos otros códigos de corte europeo continental, según el artículo
1092 de Código Civil español, los delitos generan obligaciones por el mero hecho de que quien
los cause debe resarcir a la víctima, muchas veces, de manera pecuniaria (Ministerio de Gracia y
Justicia, 1889).

5. Los actos y omisiones en los que intervenga la culpa o negligencia: para un mejor entendimiento,
se trata de la conocida responsabilidad extracontractual, que nace, precisamente, de la culpa o
negligencia del agente generador de responsabilidad. Ejemplos como un accidente de tránsito
hacen resaltar que, aunque entre las partes no exista ningún tipo de nexo contractual, su relación
se halla fundamentada en la reparación del daño que uno causó a otro.

3.4. Fuentes de las obligaciones en la doctrina colombiana

En Colombia, como potencia en materia de ciencias jurídicas, también se ha profundizado sobre el


tema que acá se trata. Hinestrosa (2015), como uno de los mayores exponentes del ius privatismo
hispanohablante, clasificó por su cuenta las fuentes de las obligaciones en cuatro escenarios:

A. El negocio jurídico

B. El daño resarcible

C. El enriquecimiento sin causa

D. Los hechos jurídicos varios

En cuanto a la concepción del negocio jurídico como fuente de obligaciones, Hinestrosa (2015)
no hace gran diferenciación respecto de las concepciones antes señaladas. Mientras tanto, el daño
resarcible es una fuente comparable con las calificaciones de culpa y delito, sin embargo, Hinestrosa
manifiesta que dichas calificaciones exclusivas (de culpa y delito) resultan ampliamente limitativas

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para encuadrar todas las situaciones que en la actualidad pueden suponer daños, razón por la cual, la
fuente del daño resarcible consiste en la imputación de la responsabilidad de resarcir los efectos de
una ofensa a quien injustificadamente la ha sufrido (p. 66).

El enriquecimiento sin justa causa, para Hinestrosa (2015), sigue suponiendo una acción de
restitución, en virtud de la cual una persona que ha aumentado injustificadamente su patrimonio en
perjuicio de otro patrimonio, y debe remediar el daño (p. 67).

Los fenómenos jurídicos que no se pueden clasificar en ninguna de las anteriores categorías,
para Hinestrosa (2003), se enmarcan en los denominados hechos jurídicos varios. En principio, la
clasificación de hechos jurídicos varios se pueden asemejar con la fuente de la ley, que anteriormente
se ha tratado, sin embargo, manifiesta Hinestrosa (2003) que la ley no es lo suficientemente extensa
como para regular el nacimiento de las obligaciones que pueden nacer de cualquier hecho posible.
Es entonces en esta categoría donde todas las fuentes que existen o llegaren a existir, incluida la ley,
encuentran su asidero.

Para Arturo Valencia Zea (1960), son cuatro las fuentes de las obligaciones, a saber:

1. Los contratos

2. Las declaraciones unilaterales de la voluntad

3. Los hechos ilícitos

4. Ciertos estados o situaciones idóneos para producir obligaciones (pp. 52, 171 y 291)

En cuanto a los contratos, las declaraciones unilaterales de la voluntad y los hechos ilícitos, el profesor
Valencia Zea (1960) refiere las mismas características antes señaladas. Aun así, resulta interesante su
clasificación respecto de los estados o situaciones idóneos para producir obligaciones, puesto que sirven
de fuente para todos los hechos originados en la cotidianidad, la vecindad, el abuso de los derechos, el
enriquecimiento sin causa, la filiación y todo aquel acto que no encuentra su clasificación en las tres
fuentes que, para Valencia Zea, le preceden.

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Referencias
Aranguio-Ruiz, V. (1984). Istituzioni di diritto romano (14.a ed.). Casa Editrice Dott. Eugenio Jovene
S.R.L.

Colin, A. y Capitant, H. (1924). Curso elemental del derecho civil (vol. III). Editorial Reus.

Congreso de los Estados Unidos de Colombia. (26 de mayo de 1873). Ley 84 de 1873 [Código Civil,
CC]. https://www.suin-juriscol.gov.co/viewDocument.asp?ruta=Leyes/1827111

Cornu, G. (2000). Vocabulaire juridique (8e éd.). Association Henri Capitant. https://
insidercambodia.asia/files/Vocabulaire%20juridique%20by%20G%C3%A9rard%20Cornu%20(z-lib.
org).pdf

Corte Constitucional de Colombia. (12 de octubre de 2017). Sentencia de Unificación 631 de 2017
[MP Gloria Stella Ortiz Delgado].

Cubides Camacho, J. (1996). Obligaciones (3.a ed.). Pontificia Universidad Javeriana.

Díez-Picazo, L. y Gullón, D. (2015). Sistema de Derecho Civil (10.a ed., vol. 2). Tecnos.

Fayos, A. (2016). Derecho civil. Manual de derecho de obligaciones. Dykinson S.L.

Hinestrosa, F. (2003). Tratado de las obligaciones. Concepto, estructura, vicisitudes (2.a ed., vol. 1).
Universidad Externado de Colombia.

Hinestrosa, F. (2015). Tratado de las obligaciones II. De las fuentes de las obligaciones: el negocio jurídico
(1.a ed., vol. 1). Universidad Externado de Colombia.

Larenz, K. (1958). Derecho de obligaciones (tomo I). Editorial Revista de Derecho Privado.

Ministerio de Gracia y Justicia. (24 de julio de 1889). Real Decreto de 24 de julio de 1889 por el que se
publica el Código Civil. Gaceta de Madrid n.° 206. https://www.boe.es/buscar/act.php?id=BOE-A-
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Presidencia de la República de Colombia. (16 de junio de 1971). Decreto 410 de 1971 [Código de
Comercio, C.Co]. https://www.mincit.gov.co/ministerio/normograma-sig/procesos-de-apoyo/
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Valencia Zea, A. (1960). Derecho civil (tomo III). Editorial Temis.

Von Tuhr, A. (1934). Tratado de las obligaciones (tomo II, 1.a ed.). Editorial Reus.

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INFORMACIÓN TÉCNICA

Módulo: Obligaciones
Unidad 1: Concepto de obligaciones y sus elementos
esenciales
Escenario 2: Definiciones y fuentes de las obligaciones

Autores: Yesica Lorena Gaona, Juan Felipe Sánchez


Gutiérrez, Jorge Eliécer Gaitán

Asesora Pedagógica: Diana Carolina García Martínez


Diseñador Gráfico: Daniel Rodríguez Reyes

Este material pertenece al Politécnico Grancolombiano.


Prohibida su reproducción total o parcial.

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