Está en la página 1de 5

EVOLUCIÓN DE LAS FUENTES DE LAS OBLIGACIONES

SARHA MILENA BELLON SANABRIA


MARCO POLO FONSECA PULIDO

ELSA CRISTINA FIGUEREDO MARTIN


DOCENTE

UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA Y TECNOLÓGICA DE COLOMBIA


FACULTAD DE DERECHO Y CIENCAS SOCIALES
CIVIL OBLIGACIONES
TUNJA
2022
El ordenamiento jurídico actual es resultado de las diferentes evoluciones sociales
que se han manifestado durante la historia, donde es necesario la creación de
nuevas reglas y normas para mantener un orden social que va a la par de los
intereses de los estados.
En el presente trabajo se va a desarrollar el Derecho Privando, primeramente,
entendiéndolo donde se ven inmersos lo intereses de los particulares, de allí la
necesidad de legislar estas actuaciones que se han convertido en derechos
esenciales. Con la constitución de 1991 entendiéndola como una constitución que
aposto por un cambio político trasformador, el cual no se basó en la tradición
francesa, sino que tuvo en cuenta más a profundidad otras tradiciones como la
alemana, Suiza e italiana. Tenemos el Código Civil Alemán de 1900 (BGB) que,
aunque no aparezca explícito en nuestro ordenamiento no quiere decir que no se
aplique. Conforme a la teoría francesa de distinguen 4 fuentes que son contrato
(Art.1495 C.C), cuasicontrato (Art. 2302 C.C), delito (Art. 2341 C.C), cuasidelito y
ley (Art.4 C.C).
EVOLUCION DE LAS OBLIGACIONES EN LA HISTORIA
Según la Real Academia Española las fuentes de las obligaciones son “Hechos o
actos que dan vida a las obligaciones jurídicas” (2022), entre estas fuentes
encontramos los contratos, cuasicontratos delito y cuasidelito, los cuales han
pasado por un proceso de evolución a través de la historia en el Derecho Romano,
Canónico, Castellano, Bizantino y francés, alemán e italiano.
Respecto al Derecho Romano, los romanos no se preocuparon por elaborar
ninguna teoría sobre las fuentes de las obligaciones, solo se limitaban a constatar
el surgimiento de las obligaciones cuando alguien cometía un delito o entregaba
una cosa o pronunciaba determinadas palabras, a causa del derecho de coerción
que en tales cosos adquieren la víctima o el acreedor.
En base a lo anterior, en el derecho romano solo podía nacer una obligación en la
medida que se respetaran ciertas formalidades típicas (nexum, sponsio y
stupulatio), para que el ordenamiento jurídico las protegiera, sin embargo, en él no
es posible encontrar claramente desarrollado el derecho subjetivo, puesto que, las
personas se encontraban obligadas solamente si estaban sujetas a una acción, se
examinaban los hechos en concreto de un caso en particular y no buscaba la
existencia o inexistencia del derecho que se pretendía sino ver si la situación de
hecho correspondiente estaba amparada por el Edicto. “La obligación (obligatio)
como concepto formulado no existió en el Derecho Romano Clásico, Pero esta
definición sólo alcanza para los vínculos sancionados por el Derecho Civil
mediante una acción de derecho estricto, no alcanza a los vínculos amparados por
acciones in factum” Cabello Celis, C. L. (2004).
De esta manera, en el Derecho Romano había dos fuentes principales de las
obligaciones y era: el contrato (Contractus) y los delitos (Delicta). Sobre el
contrato, era un acuerdo de dos o más personas con el fin de constituir una
relación obligatoria reconocida por la ley, sin embargo, en el derecho romano no
todo acuerdo de voluntades era considerado como contrato, sino como convenios
a los que la ley atribuía el efecto de nacer obligaciones civilmente exigibles, entre
estos encontramos la venta, la locación o arrendamiento, la sociedad y el
mandato. Sobre los delitos, había algunos reconocidos, pero no existía una idea
general del delito, solo una lista especifica que tenía una respectiva pena,
asociados con un comportamiento intencional de causar perjuicio.
El derecho canónico al separarse del formalismo dio una nueva orientación al
derecho de obligaciones y aporto al contrato ideas como: el respeto de la
promesa, la inexistencia del contrato cuando la voluntad está viciada o ha sido
objeto de coacción, la causa y el fin del contrato, teniendo en cuenta la moral para
analizar la intención de los contratantes, tanto en su finalidad como en su objeto.
Para continuar, el sistema de fuentes romanas había decaído y hubo una especie
de competencia de jurisconsultos, tomando la opinión de los que más rango
tuviera. En el Derecho Justiniano, se afirma que las obligaciones se dividen
entre aquellas que nacen de un contrato, de un cuasicontrato, de un delito o de un
cuasidelito. La tendencia plasmada en la compilación de Justiniano, que erigió los
cuasicontratos y los cuasidelitos como una fuente autónoma de obligaciones, tuvo
continuidad en otras obras de otros juristas bizantinos, además el entender que
eran diversas figuras semejantes a los contratos y los delitos.
En el cuasicontrato se distingue que una relación licita y afinidad con algún tipo de
contrato, pero carece del acuerdo de voluntades; En el cuasidelito se distingue del
delito por la figura presente de la culpa donde hoy en día se entiende que hay que
indemnizar por los daños causados o en otros casos responde por la culpa del
otro.
A su vez, el derecho Justiniano vio la aparición del pactum nudum que ofrecía una
defensa al producir una exceptio. Este principio tuvo antecedentes en plena época
clásica y se distinguen las siguientes categorías: Los pactos abyectos, legítimos y
pretorios.
En los pactos abyectos los jueces en los contratos de buena fe debían tener en
cuenta la intención de las partes y las circunstancias propias del caso era natural
que los pactos concertados por las partes en el momento de celebrarse un
contrato de buena fe tuvieran eficacia procesal. En los pactos legitimo varias
constituciones imperiales concedían una actio ex lege para exigir el cumplimiento
de algunos pactos, hasta entonces nudos. Como tales pactos legítimos debemos
mencionar: la promesa de dotar y la promesa de donar. Por último, los pactos
pretorios en interés de la vida económica, el pretor concedía acciones y
excepciones con fundamento en algunos pactos, los cuales, por esta razón,
pasaron de la categoría de pactos nudos a la de pactos vestidos.
En el derecho castellano, el carácter materialista que tenían las obligaciones se
debía a los resabios de apego a los símbolos primitivos y a la técnica rigurosa de
la contratación romana, en este derecho los únicos contratos validos eran los
solemnes, sus principales fuentes fueron el contrato y el delito.
Por otro lado, en el derecho bizantino las fuentes de las obligaciones fue la
votumpromesa y la pollicitation. La primera era una promesa unilateral que se
hacia ante dios o algo considerado sagrado, en el segundo caso se hacia la
promesa ante los muros de la ciudad.
Para continuar, en el Derecho francés se agrega la ley como fuente de las
obligaciones, puesto que en los anteriores era necesario solamente la acción, pero
al entrar en una nueva etapa histórica la ley fue y es una fuente absoluta en
algunos estados de allí la importancia de esta, en el derecho positivo francés
encontramos, contrato, cuasicontrato, delito, cuasidelito, y la ley (art 1370, 1371, y
1382 del código civil francés) en la ley encontramos claramente que limita y
genera la obligación a ciertos actos del hombre a diferencia de las desarrolladas
anteriormente, el cuasicontrato existe hasta donde llega la ley, pues si la ley lo
regula nos encontraríamos frente a un contrato, pero hay que entender que
algunas voluntades no van encaminadas a generar una obligación como se
estipula en la legislación mexicana de 1870 y 1884, como es ejemplo en la patria
potestad aun cuando ni la voluntad indirecta haya intervenido en la creación de
esa relación jurídica.
En el derecho alemán, según Von Thur las fuentes de las obligaciones son el
negocio jurídico, el acto ilícito y el enriquecimiento injusto. Respecto al negocio
jurídico, este puede ser unilateral y bilateral, en este último encontramos el
contrato que supone el consenso mediante dos declaraciones de la voluntad y es
el vínculo normal para la creación, modificación o extinción de las relaciones
jurídicas; y el acuerdo que depende de que el efecto jurídico se produzca con la
manifestación de la voluntad de una parte o de la concurrencia de varias partes. El
acto ilícito puede ser por el incumplimiento de las obligaciones nacidas de contrato
o los considerados delitos civiles.
Para finalizar, sobre derecho italiano, la Dr. Martínez de R. y Luz María Valí
señalan que:” En el código civil italiano de 1865 reconoce la ley, los contratos,
cuasicontratos, los delitos y cuasidelitos. En el Art. 1173 acerca de las Fonti delle
obbligazioni se reconocen como fuentes de las obligaciones un contrato (Código
Civil 1321 y ss.), De un hecho ilícito (Código Civil 2043 y ss.), O de cualquier otro
acto o hecho apto para producirlas (Código Civil 433 y ss., 651, 2028 y siguientes,
2033 y siguientes, 2041 y siguientes) de conformidad con el ordenamiento
jurídico.”
Referencias bibliográficas
 Cabello Celis, C. L. (2004). Las fuentes de las obligaciones en el derecho
romano clásico.
 Forero, V. (5 de marzo de 2022). Fuentes del derecho.
Studoco. https://www.studocu.com/co/n/23169329?
sid=181574281666408752
 Ángeles, C. (22 de febrero de 2010). Obligaciones Y Fuentes De
Obligaciones en el Derecho Romano. Share and Discover Knowledge on
SlideShare. https://es.slideshare.net/diebrun940/obligaciones-y-fuentes-de-
obligaciones-en-el-derecho-romano

También podría gustarte