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DISCURSO DE GRADUACIÓN

JON. - Buenas tardes a todos: apreciados profesores, familia, compañeros y amigos. Lo


primero mencionar que es para nosotros un verdadero placer dar este discurso de graduación
y hablar en nombre de toda esta generación que hoy se despide para comenzar una nueva
etapa.

VIOLETA. - Hoy nos dirigimos a vosotros no como Violeta y Jon, no como actriz y director,
sino como dos simples personas más de las muchas que ya han pisado este suelo a lo largo de
las décadas.

JON. - Esta tarde nos enfrentamos a una de las despedidas más duras de nuestra vida...
VIOLETA. - ...un momento que bien podría parecerse al juicio final, o a un apocalipsis
zombie.
JON. - Algo que sin duda disfrutarían algunos de nuestros profesores.
VIOLETA. - Tampoco vamos a dramatizar, ni que fuésemos actores ¿no?

JON. - Nos hemos reunido aquí, en este teatro, vestidos de gala, en nuestra base de
operaciones para celebrar una experiencia única en la vida de cualquier estudiante
universitario, sobretodo, los que soñábamos con este instante desde que entramos por la
puerta. Este es un momento mágico y agridulce; compartiremos las historias que a partir de
hoy, formarán parte de nuestro pasado, pero también, la satisfacción de haber logrado llegar
hasta aquí.

VIOLETA. - Este acto, marca de manera simbólica, el fin de un camino realmente


importante en la historia personal de cada uno de nosotros. Un camino, que siendo honestos,
ha sido más bien, difícil... Nos hemos tropezado con cosas que no dejaban de romperse:
ilusiones, sueños, dedos, fuentes (pausa incómoda), la fachada… el techo… alguna que otra
mesa…

JON. - A lo mejor acabamos antes diciendo las cosas que no se han roto. No sé. Bueno…
Creemos estar todos de acuerdo, cuando decimos que la ESAD, desde las pruebas de acceso
en esa semana calurosa de 2017, nos ha transformado.

VIOLETA. - Porque no nos vamos a engañar, os habéis puesto muy filosóficos y pesaditos
con ese tema estas últimas semanas.

JON. - Entramos muy ilusionados ese primer año de carrera, soñando no sólo con los cuatro
años que nos ha regalado esta escuela, sino también, con el devenir de los siguientes. Un
primer año, donde sólo éramos unos niños a los que se nos repetían los mismos conceptos
una y otra vez: verdad, escucha, reposo, propiocepción, proyección, ritmo, energía, etc; un
año en el que empezamos a conocer a muchos autores que en ese momento nos parecían
completos extraños, y que en cambio hoy, nos resultan más que familiares como bien reflejan
nuestros TFEs. Ese año, también, tuvimos nuestras primeras fiestas, trabajos, exposiciones,
muestras… Unos lloraron cuando el resultado o las notas no eran las esperadas, algunos hasta
se enamoraron y otros, en cambio, tuvieron que esperar un poco más para empezar a
socializar, pero ya sabemos que cada uno tiene su ritmo y que lo importante no es llegar
primero, sino no adelantarse.
Durante ese primer año y los siguientes, otros tantos de nosotros se fueron cayendo por el
camino. Sin embargo hoy, los que quedamos, los que resistimos, podemos decir que hemos
superado el miedo, que hemos superado esa voz que se ha mantenido en nuestra cabeza día
tras día, repitiéndonos que abandonásemos nuestros sueños.

VIOLETA. - Durante todos estos años hemos acumulado experiencias, momentos y


recuerdos que nos acompañarán siempre. Memorias grabadas en cada rincón de esta escuela:
en las aulas, el patio, la maravillosa cantina, en cualquiera de sus múltiples escaleras… en
este escenario. Cada uno de nosotros ha dejado su propia marca a lo largo de este recorrido,
pero la más importante, sin duda, es la que nos dejamos los unos a los otros por el simple
hecho de habernos encontrado en el camino, unas marcas que sin importar si son antiguas,
recientes, superficiales o profundas, ya han pasado a formar parte de nosotros para guiarnos
el resto de nuestras vidas Lejos queda aquel primer año en el que entramos con la ilusión de
dedicarnos al mundo de la interpretación, porque durante el transcurso de la carrera, hemos
descubierto innumerables posibilidades de concebir el mundo. Ahora, muchos de nosotros,
seguimos queriendo actuar, pero no de la misma manera de entonces, porque hemos
aprendido otros modos de hacerlo. Algunos han descubierto la creación, la escritura o la
dirección; otros incluso, la magia de la cámara. Lo importante es que, aún con experiencias
diferentes, hoy todos tenemos algo en común: podemos decir que ya no somos los seres
humanos que éramos años atrás. Personalmente, tanto Jon como yo hemos tenido el placer de
trabajar con muchas de las maravillosas personas que se sientan hoy aquí. Y eso también
incluye a nuestros predecesores. Aprovechamos para saludar y enviar un abrazo al pequeño
grupo que hoy nos acompaña de la generación caída. Un fuerte aplauso para ellos, por favor.

JON. - Hoy estamos de fiesta, de fiesta de verdad. Es la primera en mucho tiempo, quizás
demasiado. En este año de apagón, ese virus que muchos hemos llamado “bicho”, nos ha
debilitado, paralizado y dejado al descubierto. Nos ha cortado las alas, pero nosotros las
hemos forzado a crecer de nuevo.
Este tapabocas al que llaman accesorio, y que nosotros solo queremos esconder en el cajón
más oscuro y olvidado de nuestros armarios, lejos de conseguir acallar nuestra voces, ha
logrado que gritemos más que nunca, por nosotros y por los ya no están.

Durante este último año, hemos comprobado que somos una generación, fuerte, rebelde,
alegre, luchadora, una generación inconformista que no se da por vencida cuando las
adversidades comienzan a ganar terreno, una generación capaz de anteponerse a todo, incluso
a una pandemia mundial.
Hemos demostrado, que somos más que resistentes, porque tenemos una fortaleza que
muchos otros envidiarían. Hemos descubierto que esta vez no se trataba de ganar, sino de no
darse por vencido, esta vez, se trataba simplemente de ser valiente y seguir hacia adelante.
Solo teníamos que sacar el coraje del artista, porque nosotros ponemos fe en que las cosas
siempre pueden mejorar, tenemos esperanza. Por ello, hemos querido seguir celebrando, a
pesar de todo y aunque hayamos tenido que esperar hasta el día de hoy, donde todo acaba,
pero también empieza.

VIOLETA. - Queridas hermanas y hermanos, queremos haceros saber que todos somos
conscientes de que intentamos ver nuestros trabajos mutuamente: los talleres, muestras y
cortos que hacemos. Tras haberlo hecho, deciros que vuestro trabajo y evolución durante
nuestra formación en la ESAD ha sido hipnótico, brillante y excepcional. Todos vosotros,
queridos amigos, habéis conseguido elevar nuestras aspiraciones y nivel de exigencia
personal y esperamos sinceramente que hayamos podido hacer lo mismo por vosotros en
algún momento. Creemos firmemente, que todos los que estamos aquí, amamos nuestra
profesión y el gremio del artista, y amamos también a esta gran comunidad que se crea
alrededor y a la que pronto empezamos llamamos familia. Ha sido asombroso darse cuenta
durante estos cuatro años de las veces que nos hemos encontrado con alguien en el camino,
gente a la que un día saludamos, miramos y hablamos por primera vez en los pasillos de esta
escuela, sin saber que sería la primera de muchas. Gracias amigos por ayudar y apoyar en los
momentos de duda, por aconsejar cuando no sabemos por dónde empezar, gracias a los que
animáis cuando fallamos, a los que tranquilizan cuando llega una crisis. Gracias a los amigos
con los que sales de fiesta, con los que tomas un café, con los que te vas de viaje, o a los que
te dicen: “solo una rápida y nos vamos”, y y acaban siendo siete quintos y la mitad del género
del Chapas, la Tapería vos o La Negra. Gracias por ayudar a inspirarnos.

Porque, todos sabemos que lo que hacemos aquí es un trabajo en equipo y por eso todos nos
impulsamos unos a otros. El teatro se hace con personas que cuentan y escuchan, sin olvidar
una pasión, que es única y maravillosa, en cada uno de nosotros. Todos hemos estado aquí
durante cuatro largos años, y algunos llevamos desde hace unos pocos más jugando a estos
juegos a los que llaman interpretar, escribir y dirigir, y al fin y al cabo, la matemática, la
probabilidad son claras: algunos proyectos salen bien, otros no. Algunas ideas funcionan y
otras no, y hoy por hoy sabemos que no hay garantía de nada. No hay razón por la que debas
decidir trabajar o decantarte por un proyecto u otro, simplemente pasa a la siguiente cosa,
continúa con aquello que tengas entre manos, y lo más importante, sigue contando historias.
Cada uno de los que estamos en este teatro, conocemos el dolor, conocemos la soledad,
llevamos eso a las tablas, hemos tenido momentos de éxito, momentos de sabiduría, y lo
llevamos de nuevo a las tablas. Todos nos reímos de nuestra ridiculez y de nosotros mismos,
sabemos cómo divertirnos y decidimos coger todo eso, y exponerlo delante de todos. Y qué
queréis que os diga, es un trabajo que merece la pena.

JON. - A nuestros profesores, los que están aquí sentados y que tanto nos han exigido; los
que han logrado sacar lo mejor de nosotros mismos, y lo peor, por qué no decirlo, queremos
mostrarles nuestra más profunda admiración por la vocación que demostráis cada día al
preparar vuestras clases y ofrecerlas como si fuese la primera vez, aunque ya llevéis muchos
años ofreciéndolas. Gracias por la palmadita en la espalda y hacernos ver que somos capaces
de conseguirlo cuando estamos a punto de tirar la toalla. Nos habéis transmitido vuestros
conocimientos y enseñado las posibilidades que nos rodean. Vosotros nos inspiráis a ser al
menos la mitad de competentes de lo que sois, y hoy podemos decir que muchos de los que
estáis sentados pasáis a ser ahora no sólo profesores, sino también amigos. Gracias, porque
profesores como vosotros nos hacen amar nuestra profesión. Gracias por hacernos sentir
como en casa.

A nuestros familiares, a quienes hoy sentimos cerca aunque estén lejos, deciros que somos el
vivo ejemplo de cómo suceden las cosas cuando tienes el apoyo y el amor de tu lado: madres
y padres, novios y novias, hermanos, tíos, compañeros de piso, y mascotas también, os
queremos muchísimo. Gracias por apostar por nosotros. Gracias por vuestro compromiso,
compañía y sacrificio, gracias por darnos la vida y buscar incansablemente nuestro bienestar,
gracias por ser siempre un gran apoyo en todos los momentos de este viaje emocional de la
etapa universitaria: cuando las notas eran buenas y habíamos aprobado; cuando os veíamos
aplaudir en los estrenos; y cuando llorábamos por los suspensos o no encontrábamos el
sentido a las cosas… en los momentos de preocupación por tener que pagar el piso, el
transporte, materiales o comida; cuando ni siquiera teníamos claro que podíamos servir para
esto. Muchas gracias porque desde que nacimos nos habéis educado con uno de los
ingredientes más importantes para asegurar el aprendizaje: el amor.

VIOLETA. - Ahora, nos gustaría que dedicásemos este próximo minuto a mirar a nuestro
alrededor: a nuestros compañeros, a los profesores, a las aulas, a este teatro, a la escuela...
Hoy nos despedimos de esta casa, nuestra casa. Hemos sufrido, llorado, reído, emocionado,
ilusionado… hemos encontrado la amistad para toda la vida, compañeros de trabajo, gente a
la que llamaremos en un futuro para escribir una obra o para interpretarla.

JON. - Hoy, se cierran estas puertas, y al mismo tiempo, obtenemos otra llave, la llave de
nuestro propio destino. Es el momento de empezar a forjarlo por nuestros propios medios,
porque los polluelos ya tienen que volar del nido y a partir de ahora, tenemos que hacerlo por
nosotros mismos. Llegó la hora de despedirse, de decir adiós a la ESAD y a la vida
universitaria, llegó la hora de poner el foco en lo que sigue hacia delante, sin olvidarnos de
mantener iluminado todo lo que dejamos aquí atrás y teniendo muy presente, que el
aprendizaje es el trabajo de toda una vida, y ese trabajo no termina, si no que empieza hoy.

VIOLETA. - Ahora, es el momento de disfrutar de una fantástica e inolvidable noche de


graduación, pero no sin antes desearnos a todos el mejor de los pronósticos para este nuevo
capítulo, que comienza en nuestras vidas. Ojalá todos nosotros podamos recoger pronto los
frutos de las semillas que plantamos aquí durante todos estos años. Os deseamos, de corazón,
mucho más que suerte. Muchas gracias por permitirnos compartir estas palabras con vosotros,
felicidades a todos y enhorabuena graduados, porque nos lo merecemos.

JON. - Un abrazo muy fuerte compañeros.


VIOLETA. - Gracias y buenas tardes.

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