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Marco teórico

En las últimas décadas del siglo XX, se desarrolló con fuerza lo que fue denominado el

‘giro afectivo’, es decir, el análisis centrado en los afectos en las distintas disciplinas de las

ciencias sociales. El conocimiento no es solo razón, sino que también existen emociones

que lo mueven -desde su sentido más etimológico- a desarrollarlo en los distintos campos

del saber.

 Para Renato Bernasconi, en Diseño y emociones para enfrentar los sistemas de

poder, ideología y control (2020), expresa que hoy las emociones están siendo

bastante estudiadas y que van más allá del clásico análisis de la psicología y la

biología. Para él: “Sin emociones no hay historia. Ni siquiera hay sociedad, ya que

las emociones son esenciales para construir y mantener los lazos sociales” (4). Esto

significa -en palabras suyas- que el amor, la angustia, la competitividad, la

indiferencia y las demás emociones forman parte del núcleo de la modernidad, de

manera que tanto la historia como la sociedad han sido construidas desde la base de

las emociones.

 Para Martha Nassbaum en Political Emotions: Why Love Matters for Justice (2013),

las emociones tales como la envidia, la aflicción, la culpa y vergüenza, el miedo, el

orgullo y la ira, así como el amor tienen una influencia en una sociedad que pueden

determinar su progreso y solidez. Ella señala que hay emociones políticas, puesto

que existen sentimientos -tales como el amor- que le brindan estabilidad a la política

y la sociedad, pues el amor es importante para la justicia (378). También, ella

expresa como características del amor la compasión y la empatía (314), ya que estos

afectos nos mueven a buscar transformaciones a las injusticias y desigualdades que


conllevan pobreza y precariedad. Además, considera la esperanza como un medio

para lograr la colaboración social y también la tolerancia. También señala que las

emociones a las cuales llama el mal radical, son sentimientos negativos que muetran

la vulnerabilidad del ser humano, su debilidad corporal y el egoísmo intrínseco.

Para esta autora, existe una relación entre emoción y contexto, pues cuando

aparecen los sentimientos estos son redirigidos según una causa mayor: “Las

pasiones o emociones tienen […] una direccionalidad o intencionalidad, es decir,

tienen un referente, un ‘objeto’” (17). Por ejemplo, si un individuo tiene

indignación, redirigirá o encausará esta emoción a una situación injusta que quiera

transformar. La compasión, por ejemplo, es una emoción que: “Ayuda a ponerse en

los zapatos del otro, nos ayuda, además, a evitar tratos injustos” (261). Señala que la

tragedia -y su respectivo género literario- permite enseñar la humildad y sensibilizar

acerca de una situación moral conflictiva (269). En resumen, trata de relacionar la

manera en que las emociones desempeñan un papel fundamental en la formación de

ciudadanos.

 Para Markussen et al. en Design Activism as a New Method for Inquiring into

Mixed Emotions in Uncomfortable Social Interaction (2016), señalan que las

emociones son importantes como movilizadores de lucha social, ya que son la

fuente de acción política que permite enfrentar al sistema dominante: “Las

emociones son fundamentales para protestar contra los sistemas de poder, ideología

y control2r” (256). Esto quiere decir, que en este tríada de la hegemonía, los

individuos necesitan una fuerza mayor que les haga desafiar y oponerse a este

sistema, la cual responde a los impulsos emocionales que los llevan a luchar por un

bien común.
 De acuerdo con Askins & Swanson en Holding onto Emotions: A Call to Action in

Academia (2019), señalan que gracias al giro emocional, estas dicotomías entre

razonamiento y afectividad, lógica y emoción, cabeza y corazón, ya deben quedar

atrás, puesto que:

La esperanza, la compasión, la empatía, la ira y el cuidado son reconocidos

como motivaciones para ―y también como elementos que apuntalan

experiencias en― el activismo académico y las prácticas más-que-inves-

tigativas: manteniendo y utilizando las emociones y el afecto como fuerzas

que impulsan formas vivas, comprometidas, éticas y encarnadas de hacer,

ser, devenir y coproducir conocimientos. (4, cursivas mías ).

Esto se refiere a que ahora debe verse más bien la complementariedad en los

estudios académicos y la investigación, una perspectiva afectiva, pues estas nos

movilizan a producir un conocimiento más comprometido, con más valores, pues

tales emociones son fuerzas que le ayudan a encontrar un sentido al saber, a

compartir distintas experiencias y quitar ese mito de la relación fría y robótica entre

sujeto y objeto.

 Para Bárbara Rosenwein en Comunidades emocionales (2006), argumenta que

existen lo que ella llama comunidades emocionales, las cuales define como:

“Grupos en los cuales las personas se adhieren a las mismas normas de expresión

emocional y valoran –o desvirtúan– emociones iguales o relacionadas” (2). Para

esta autora, las emociones se contagian y se van construyendo desde la

relacionalidad y el contexto social, los que van desde la familia, los gremios, el

vecindario, entre otros, en que se desarrollan los afectos y sentimientos. En otras


palabras, estas comunidades son las que definen qué es valioso o dañino, los grados

de valoración que se tienen unos a otros, los lazos afectivos entre ellos; por tal

motivo, la autora expresa que existen diversas comunidades emocionales, las que

pueden presentar diversas emociones, aun cuando se encuentren en un espacio dado

o compartido (24). También, ella señala que las emociones se expresan mediante la

performatividad del cuerpo y las palabras, lo que se puede llamar una emoción real:

“No es como si las emociones fueran observables y retenibles en su esencia. Éstas

se encuentran siempre sumergidas en gestos y palabras, y deben ser expresadas de

alguna manera –siendo escritas, pronunciadas, marcadas por llanto, demostradas a

través de convulsiones corporales o labios superiores endurecidos, y así de manera

sucesiva–.” (258, cursivas mías). De manera que las emociones se materializan a

través del cuerpo y el lenguaje, y son la manera en que los sentimientos se expresan

y el modo en que se abordan las emociones. Considera, además, que las emociones

son formas sociales y políticas.

 Sara Ahmed La política cultural de las emociones (2015), expresa que el concepto

emociones es un sistema comunicativo integrado por elementos expresivos,

corporales y lingüísticos construidos culturalmente (11-12). Además, utiliza como

sinónimos afectos y emociones, ya que lo considera como una falacia opositiva que

no aporta mucho. Indica también, que los discursos presentan un: “andamiaje

emocional” (13) en los textos, que permite rastrear la forma en que se despliegan las

emociones en la acción política. Plantea, por ejemplo, cómo el amor: “Se vuelve

una manera de vincularse con otros en relación con un ideal, que toma forma como

efecto de dicha vinculación. El amor es crucial para la manera en que los individuos

se alinean con colectivos mediante su identificación con un ideal” (194). Es decir,


analiza la forma en que el amor se vincula políticamente con una ideología, pero

siempre en un sentir social, en que el afecto es el vínculo entre los individuos . Así

mismo, expresa que el sentimiento surge en contacto con algún acontecimiento,

persona o situación social y no únicamente como una reacción biológica: “Si el

contacto con un objeto genera sentimiento, entonces la emoción y la sensación no

pueden separarse fácilmente” (27). Vale decir, que para ella las emociones son

relacionales, conllevan (re)acciones de proximidad o lejanía en relación a dichos

objetos, por lo que los afectos no son producidos por el sujeto u objeto per se, sino

que se generan por efecto de la socialidad de las emociones. Dicho de otro modo,

para Ahmed: “Las emociones no deberían considerarse estados psicológicos, sino

prácticas culturales y sociales” (32), por lo que, por ejemplo, si alguien ríe o llora,

ese afecto se traspasa al otro sujeto, y, si este simpatiza con aquel, se va a producir

el sentimiento de solidaridad.

 Diccionario Poder Mundial (2013) señala que el afecto, en su definición más

clásica, es una alteración que afecta al alma y al cuerpo. Son: “Fuerzas

movilizadoras por excelencia, capaces de salir del ámbito de lo racional para seguir

su propio camino” (231). Expresa además que para Thomas Hobbes: “El hombre

tiene representaciones y pasiones elementales, que expresa a través del lenguaje al

que imprime un significado” (232). Para Spinoza: “Las pasiones son padecidas, son

afectos pasivos, que hacen del hombre un siervo”. También señalan: “Las

emociones son circunstanciales, evolucionan a lo largo de la historia mostrando el

papel de la memoria, de los procesos de imitación y de abandono, de transmisiones

y de olvidos. Así pues, las pasiones tienen una historia, una memoria y un territorio”

(234).
 Antonio Damasio en El error de Descartes (1994) expresa que las emociones:

“Desempeñan un papel en la comunicación de significados” (203). Además, plantea

que: “la emoción es la combinación de un proceso de valoración mental, simple o

complejo, con respuestas a ese proceso que emanan de las representaciones

disposicionales, dirigidas principalmente hacia el cuerpo propiamente tal, con el

resultado de un estado emocional corporal” (217), dando a entender que la emoción

-desde su etimología movere o movimiento hacia afuera- es expresada a través de la

acción del cuerpo. Su visión sobre las emociones en biológica y neurológica, de

manera que los afectos responden más bien a reacciones químicas y expresiones que

no pueden estar separados del cuerpo. Para este autor, existen lo que él denomina

emociones primarias (208), las cuales responden más a los instintos y son

prerracionales, pero a su vez, son el mecanismo fundamental de las reacciones

biológicas y neurológicas. No obstante, también están las emociones secundarias

(213), son las representaciones disposicionales adquiridas, o en otros término, la

emoción racionalizada.

 Para Jacques Derrida en Políticas de la amistad (1998), señala que en la amistad,

como uno de los sentimientos más analizados de la historia occidental, expresa

desde su praxis que se encuentran momentos o situaciones en las que es preferible

callar y no decir, para no herir al otro: “La amistad no guarda silencio, más bien es

guardada por el silencio” (120). Esto significa, que la emoción de la amistad,

también se expresa desde la corporalidad, sin la utilización de un lenguaje verbal o

aun paraverbal, pues el silencio muchas veces muestra la intimidad, confianza y

relación, pero también el compañerismo y confidencialidad, lo que se traduce como


una emoción moral, ya que además del afecto, también involucra el carácter y la

voluntad.

 Fréderic Lordon en La sociedad de los afectos (2018) indica que: “La sociedad anda

según los deseos y los afectos” (Lordon 7), lo cual explica, lleva a romper con la

lógica impuesta por las clases dominantes con su proyecto civilizador y abre otras

formas de percibir el mundo y la realidad. Para este autor, el giro emocional centra

su análisis en la figura del individuo, el actor y del sujeto (9). Es decir, los hombres

son movidos por sus pasiones; él es de la idea de relacionar el individualismo

apasionado y las estructuras sociales impersonales, en los cuales los sujetos son

introducidos. Esto, señala, debido a que las estructuras tienen el potencial -poder- de

afectar las emociones de los sujetos, de manera que ellos se comportan porque les

generan el deseo de comportarse así (15). Por consiguiente, tanto el mantener las

estructuras como la transformación de ellas es un tema de emociones: “La acción

política es un asunto de afectos y deseos colectivos” (17). Expresa también, que la

dominación es el efecto de estas estructuras de poder sobre los individuos, es decir,

el agenciamiento del poder dominante es afectar los deseos de los sujetos para

perpetuar el control. Los trabajadores alegres pero explotados son un ejemplo de

ello. Además, comenta que los afectos son la fuerza motriz del comportamiento

humano (91), razón por la cual los movimientos sociales surgen y se levantan de

igual manera como fuerza que los mueve a luchar y protestar por un ideal cuyo

origen está en las emociones.

 Según Le Breton en Las pasiones ordinarias. Antropología de las emociones

(1999), plantea la relacionalidad de las emociones, en donde un individuo para otro


un conector de socialidad, pues: “En el origen de toda existencia humana, el otro es

la condicion del sentido y el fundador de la alteridad, y por lo tanto del vinculo

social. Un mundo sin otros es un mundo sin vinculos, condenado a la dispersion y la

soledad” (34). Señala que los vínculos sociales son la clave para desarrollar los

afectos y que el cuerpo contiene una dimensión simbólica producto del mismo

vínculo social que le impregna toda su identidad en ello (36). Los gestos son un

ejemplo de aquello, ya que: “El rostro y el cuerpo registran mímicas de irritación,

tedio, desdén, ira, gestos de impaciencia, etcetera” (49), pues son marcadores

culturales que se deducen por el contexto, más que como una reacción química de

una emocionalidad. Esta simbólica corporal tiene su énfasis en la vida cotidiana -

como reír, llorar, saludar, estar con la familia, asistir a una reunión, etc.-, pero hay

otras que expresan distintos tipos de ritualidad e intimidad, como es el caso del beso

cual marca de afecto, seguridad -el beso de una madre a su hijo-, de afirmación del

apego al otro (78). Concuerda también con los demás autores en que ya debe ser un

tema cerrado este binarismo entre razón/emoción y que: “Aun en las deciciones más

razonadas más ‘frías’, movilizan la afectividad y son procesos a los que subyacen

valores, significaciones, expectativas” (104). Al humor lo define como un clima

afectivo provisorio o momentáneo. En sus propias palabras:

La emoción es la resonancia propia de un acontecimiento pasado, presente o futuro,

real o imaginario, en la relación del individuo con el mundo; es un momento

provisorio nacido de una causa precisa en la que el sentimiento se cristaliza con una

intensidad particular: alegría, ira, deseo, sorpresa, miedo, allí donde el sentimiento,

como el odio o el amor, por ejemplo, está más arraigado en el tiempo, más integrado
a la organización corriente de la vida, más accesible, también, a la posibilidad de un

discurso. (105).

Para él, la emoción es un eco histórico que repercute en la forma de percibir y

comprender la realidad tanto del sujeto como de su entorno; las emociones

entrelazan al cuerpo y el lenguaje, el discurso y la corporalidad, pero también a la

cultura con la historia y la comprensión de ella. Al igual que Ahmed, emplea como

sinónimos los conceptos de emoción y sentimiento. Siguiendo a Le Breton, dice

que:

El desencadenamiento de las emociones es necesariamente un dato cultural

tramado en el corazon del vinculo social y alimentado por la historia del

sujeto […] La afectividad se entrelaza con acontecimientos significativos de

la vida colectiva y personal, implica un sistema de valores puesto a prueba

por el individuo, una interpretacion de los hechos segun una clave moral

especifica. (109).

Esto quiere decir que los sentimientos no son una expresión individual, sino que se

alimentan de normas o valores colectivos que los sujetos se apropian de la simbólica

social de esos grupos o culturas en que, a través de sus vínculos afectivos, nutren su

sociabilidad. También la representación de las emociones con la corporalidad es un

aspecto que debe tomarse en consideración: “Las representaciones populares de

nuestras sociedades otorgan al corazón una irradiación simbólica que lo asocia al

amor, a la generosidad, a la ternura, etcétera. Cada órgano moviliza sentimientos

particulares (139-140). Con esto se refiere a que en las expresiones discursivas

como te amo con todo mi corazón, también viste de fuerza la fisiología simbólica

del cuerpo y su relación con los afectos y el lenguaje. Explica también que cada
cultura tiene sus propios gestos, su vocabulario en particular, sus posturas y

modalidades de desplazamiento. Por útlimo, señala que son los grupos quienes

refuerzan los sentimientos, de manera que estos pueden amplificarse, o bien,

disminuirse hasta el punto de cambiarlos:

La masa potencia los sentimientos, modifica la sensibilidad de los miembros

que la componen al hacerlos más o menos solidarios de los mismos

movimientos afectivos […] Arrastrados por ella, algunos se vuelven

irreconocibles, viven de los entusiasmos o los furores que los llevan a

cometer violencias o actos de crueldad que por lo común reprobarían y, con

su conciencia moral neutralizada por los movimientos de la multitud,

adhieren a hechos en los que a continuación les cuesta reconocerse. Se

mueven en otra dimensión de su existencia personal y experimentan con ello

una sensacion de fuerza. (151).

Con esto quiere decir, que la masa -en la que pueden encontrarse las protestas de los

movimientos sociales, la lucha social, entre otras- le brinda a los individuos

expresar toda su emoción, en una especie de socialización de los afectos, en donde

se potencian entre sí, unificando los afectos para un propósito en común, una causa

solidaria o de resistencia, o también, ser parte de cómo es ejercido el poder por la

multitud.

 Poder

 Para Michel Foucault en Vigilar y Castigar (1975), señala que el poder no es

ostentar un título nobiliario o designación personal; sino una red o relación de

dispositivos y aparatos que producen reglas y regulan tanto costumbres como


hábitos y prácticas sociales que produce o fabrica cierto tipo de sujeto que organiza

las mentes y el cuerpo:

El poder no está, pues, localizado, es un efecto de conjunto que invade todas

las relaciones sociales. El poder no se subordina a las estructuras

económicas. No actúa por represión sino por normalización, por lo cual no

se limita a la exclusión ni a la prohibición, ni se expresa ni está

prioritariamente en la ley. El poder produce positivamente sujetos, discursos,

saberes, verdades, realidades que penetran todos los nexos sociales, razón

por la cual no está localizado, sino en multiplicidad de redes de poder en

constante transformación, las cuales se conectan e interrelacionan entre las

diferentes estrategias” (108).

Esto significa que el poder busca el disciplinamiento de la sociedad, controlar la

capacidad creadora de cultura de la población. Para Foucault, las relaciones de

poder se imponen en en un contexto histórico, político y económico en particular. El

poder como red de dispositivos, regula, por una parte, las costumbres y hábitos, y,

por otra, las prácticas sociales. El análisis que él realiza es entender el poder como

una fuerza que no actúa necesariamente desde la represión, sino más bien por

normalización, por naturalización de la ideología dominante, para generar una

fabricación de sujetos que avalan las modalidades de disciplinamiento y control; en

otras palabras, el poder está en todas partes, puesto que es la fuerza de afectar a

otros, pues viene de todas partes.

 Para este mismo autor, pero en Historia de la sexualidad: La voluntad de saber

(1998), Foucault expresa que el poder, mediante el control disciplinario y


normativo, va creando cuerpos dóciles, sometidos en su voluntad por el poder que

se ejerce sobre ellos. Estas relaciones de poder están en constante cambio:

Por poder, me parece que es necesario comprender, por de pronto, la

multiplicidad de las relaciones de fuerza que son inmanentes al dominio

donde ellas se ejercen, y que son constitutivas de su organización; el juego

que por la vía de las luchas y enfrentamientos incesantes las transforma, las

refuerza, las invierte; los apoyos que estas relaciones de fuerza encuentran

unas en otras, y que las lleva a formar cadenas y sistemas, o, al contrario, los

desencuentros, las contradicciones que las aíslan entre sí; las estrategias, en

fin, en las cuales cobran efecto, y cuyo diseño institucional toma cuerpo en

los aparatos estáticos, en la formulación de la ley, en las hegemonías

sociales. (112-113).

Para él, la perspectiva que tiene sobre el poder incluso puede ser ejercida

positivamente en las vidas de las personas, aunque con un propósito claro, crear

sociedades disciplinarias. Lo ejercen por medio de la regulación y los dispositivos

de control que normalizan costumbres, hábitos y prácticas, que responden al grupo

hegemónico.

 También para Foucault, en Seguridad, Territorio, Población (2006), expresa que

uno de los dispositivos del poder es la normalización disciplinaria, la cual consiste

en: “Intentar que la gente, los gestos y los actos se ajusten a ese modelo; lo normal

es, precisamente, lo que es capaz de adecuarse a esa norma” (76). Esto significa

para Foucault que la disciplina descompone a los individuos, al punto de modificar

sus gestos y conductas. La precariedad, la escasez, los contagios y las enfermedades

son el punto de partida para que el poder ejerza su normalización disciplinaria sobre
la población, la cual está regida por un aparato de reglas. Señala, además, que la

población es necesaria y fundamental para la mano de obra disponible en la

dinámica del poder, puesto que controla la actividad de los sujetos.

 Según el Diccionario de estudios culturales (2009), expresa que el poder: “Es

fuerza y relación. Es una relación de fuerzas. Es fuerza en relación con otras

fuerzas, energía actuante que recorre el campo social de un punto a otro. No es una

forma (p.e. el Estado) sino que se expresa en toda relación; no puede ser entendido

como simple represión, no sólo prohíbe sino que también incita, suscita, seduce,

induce, facilita o dificulta, amplía o limita” (211). Esto significa que en las

dimensiones estructurantes de las prácticas y relaciones sociales, el poder tiene la

capacidad de afectar a la población, de manera que la mueve a obedecer cierta

ideología, que responde a algún grupo dominante.

 De acuerdo con el Diccionario Poder Mundial (2013), el concepto de poder está

íntimamente ligado a la praxis política, de manera que esta organiza a aquella: “La

política se define así por la capacidad para organizar el poder y para proteger al

individuo o a la comunidad de sus excesos” (244), asignando así, una subordinación

del poder al quehacer de la política, aunque señala que existen mecanismos -tales

como la separación de los poderes- para evitar la corrupción y el abuso.

 Según Judith Butler en Cuerpos que importan. Sobre los límites materiales y

discursivos del sexo (2002), siguiendo la línea de Foucault, sostiene que el poder se

contruye mediante la normalización obligada de patrones y conductas, las cuales

ejercen su fuerza sobre el sexo, género y cuerpo, de manera que están determinados
por las relaciones de poder que han sido impuestas a lo largo de la historia. Para esta

autora, el cuerpo no es una materia que se construye a partir de sus movimientos o

comportamientos, sino que es en la reiteración de normas y reglas, que el cuerpo va

adquiriendo su materialidad como consecuencia de las relaciones de poder. Por ello,

el cuerpo, debe ser entendido como: “El efecto más productivo del poder» (18)”. En

otras palabras, es en el cuerpo que el poder ejerce su mayor efecto, al cual le

atribuye su configuración -en su identidad de género, por ejemplo- producido por

las normas impuestas y disciplinarias del grupo dominante.

 Resistencia

 De acuerdo con María Inés García Canal (2009), señala que la resistencia

constituye la reacción al poder, como una respuesta a este: “La resistencia toma

la forma de intervención en lo social por parte de los sujetos: busca romper con

las normas existentes, con las certezas adquiridas, hace manifiesto el malestar;

siempre es inesperada, inoportuna, desactualizada. Establece, por lo tanto, un

juego con los tiempos: es un acto presente contra el presente y contra to- das las

formas eternizadas del pasado en función de un tiempo por venir” (212–213).

 Según Foucault en El sujeto y el poder (2003) señala que las formas de

resistencia son el punto de partida contra las diferentes formas de poder, y que

aquella no es pasiva, puesto que no tendría otra opción más que ser asimétrica

en esta relación. Expresa que la libertad debe es necesaria y debe coexistir con

el poder para que este sea ejercido pero sin ser una servidumbre voluntaria: “En
el corazón mismo de las relaciones de poder y constantemente provocándolas,

están la resistencia de la voluntad y la intransigencia de la libertad” (25).

 De acuerdo a este mismo autor en No al sexo rey (1994), el autor sostiene que:

“La resistencia no es la imagen invertida del poder, pero es, como el poder, tan

inventiva, tan móvil, tan productiva como él. Es preciso que como el poder se

organice, se coagule y se cimiente. Que vaya de abajo arriba, como él, y se

distribuya estratégicamente” (162). Lo que se puede traducir como las dos caras

de una misma moneda -es decir, poder y resistencia-, la cual esta opera como

posición y modo de acción de contraataque de los sujetos frente a las relaciones

de poder.

 Para Reinaldo Giraldo Díaz, en su artículo Poder y resistencia en Michel

Foucault (2006), expresa que: “Afectar es ejercer el poder, afectarse es la

capacidad de resistencia, la cual aparece en todos los actos de ejercicio del

poder. Así, pues, ejercicio del poder y resistencia son indisolubles” (118), dando

a entender que los afectos pueden ser una forma de resistencia, ya que el poder

también se ejerce como acto de resistencia, o como expresión creativa de

producción tanto cultural como social, frente a las fuerzas de dominación y

opresión. Además, para este autor, la resistencia surge desde las vivencias al

límite como una práctica de liberación: “La resistencia es construida sobre la

base de la experiencia límite vivida por aquellos que hacen de la resistencia una

auténtica práctica de libertad” (120), por lo que los sujetos que viven en una

situación extrema producida por el poder que busca disciplinarlos, ejercen la


resistencia para enfrentar la imposición del control social con el fin de

desarrollar la capacidad creadora y la transformación cultural.

 Según Henry Giroux en Teoría y Resistencia en educación (2004), la resistencia

es entendida como la experiencia de los grupos subordinados, en tanto enfrentan

y desafían la cultura dominante, representando un modo de discurso que se

opone y rechaza a sus estructuras de opresión. Señala, además, que esta

resistencia debe comprenderse desde la perspectiva que no es sublevación

enfermiza ni desviación ética, sino que surge desde la indignación política y las

injusticias sociales:

La resistencia en este caso redefine las causas y el significado de la conducta

de oposición al argumentar que tiene poco que ver con la lógica de la

desviación, con la patología individual y la incapacidad aprendida (y, por

supuesto, las explicaciones genéticas). Tiene mucho que ver, aunque no

exhaustivamente, con la lógica de la moral y de la indignación política.

(144).

Aquí se expresa la necesidad de analizar e interpretar las complejas formas en

que estas clases subordinadas responden a esta cultura dominante, las cuales,

según el autor, van desde la intencionalidad, la conciencia, el comportamiento y

la significación del sentido en común.

 Para Judith Butler en Desposesión: lo performativo en lo político (2017), y

siguiendo el planteamiento de Foucault, a todo ejercicio de poder le corresponde

también la ofensiva de la resistencia; es decir, siempre están ambos en constante

tensión, lo que crea brechas o fisuras, las cuales generan a su vez espacios de
desplazamiento frente al poder normativo. A esto también los llama sujetos

políticos, quienes en un contexto de precariedad e injusticia social se levantan a

defender su existencia, dando lugar a expresiones performativas: “La

performatividad puede tener lugar como un medio de contrarrestar la precariedad,

dentro y contra lo normativo […]. Ellos empiezan a importar” (127). Esto quiere

decir, que lo performativo, entendido como una forma de resistencia, busca otorgar

una nueva situación que no está condicionada por el poder normativo, al cual se

enfrenta y se desplaza, mediante cierto conjunto de efectos, a través del lenguaje u

otras formas (128).

 Emancipación

 Para el Diccionario del poder mundial (2013), este concepto se entiende como: “La

construcción progresiva de la responsabilidad de la comunidad sobre su propio

destino” (62).

 De acuerdo con Ferrater Mora en su Diccionario de Filosofía (1979), el concepto de

emancipación lo relaciona con el término de liberación, señalando que este es

sinónimo de aquel, ya que proviene más de un uso en las lenguas germánicas y

anglosajonas emanzipation. Indica que su origen su etimología proviene del derecho

romano cuando el hijo abandonaba la autoridad del padre, adquiriendo una

autonomía que le permitiera regir sus propias decisiones.

 Para Andreassi Cieri en Emancipación breve recorrido por el término (2015), el

concepto de Emancipación a partir del siglo XVIII toma un devenir político al

referirse a: “La liberación colectiva de pueblos, clases o géneros de la dominación


ejercida por otros grupos sociales o políticos” (36), vale decir, es un acto en el que

ciertas personas son libradas del poder de otros. Durante la Revolución Francesa, la

emancipación estaba ligada de manera muy íntima a la noción de fraternité, esto es,

solidaridad y no tener que depende de que alguien -nobleza, rey- compre su fuerza

de trabajo para poder sobrevivir: “Significaba abandonar la dependencia, adquirir la

autonomía y transformar las relaciones entre los seres humanos en relaciones no

entre pater et filius, sino entre fratres, entre hermanos” (39). Ya a partir del siglo

XIX, se añade al significado el sentido de la potencialidad del ser humano de

realizar un proyecto de vida de quienes se hayan emancipado, principalmente la

clase obrera, quienes comenzaron a organizarse colectivamente y resistir ante la

explotación laboral, pues eran: “Mecanismos de coerción que muchas veces los

propios trabajadores consideraban no conexos con la necesidad del proceso de

producción, ya que se trataba de medidas disciplinarias como multas, descuento de

salarios o despido” (41). De igual manera comenta la hazaña por la emancipación

llevada a cabo por los esclavos haitianos con el fin de obtener su Independencia. A

principios del siglo XX, expresa que con la revolución alemana de 1918 -el inicio

de la República de Weimar-, así como la rusa desde 1917 o en Turín en 1920, el

movimiento obrero se concebía como: “El embrión de la futura sociedad

emancipada del dominio del capital, ya que la revolución se consumaría en tanto en

cuanto la democracia, entendida como ejercicio del poder por los iguales, debía

tam- bién verificarse en las entrañas del sistema económico, o sea en las fábricas,

talleres y en todos los ámbitos de la producción y la circulación” (42). De igual

manera, indica que para el paradigma anarquista, se comprende la emancipación

desde la libeación no solo económica sino también cultural y sexual: “En el sentido
de la abolición de los tabúes y represiones establecidas por la sociedad burguesa”

(45). Comenta también, que se produce un cambio semántico en el concepto, ya que

se trata más de un proceso político de autoliberación y no un cambio jurídico

impuesto por un tercero. En resumen, expresa que la idea de emancipación desde el

punto de vista occidental ha sido la: “Supresión de la dominación por la acción de

los sometidos” (46). En sus últimas páginas señala también sobre la situación de la

mujer y su liberación del sistema capitalista y patriarcal, considerando que: “La

emancipación femenina es la respuesta a una doble opresión que padecen: la de

género y la de clase” (48).

 De acuerdo con Marx en Estatutos Provisionales de la Asociación Internacional de

los Trabajadores (1962) argumenta que el término emancipación se refiere

particularmente a la forma en que se organizan los movimientos obreros, par lograr

la transformación de la sociedad, y el dominio de los trabajadores, al cual llama

como la emancipación del proletariado: “La lucha por la emancipación de la clase

obrera no es una lucha por privilegios o monopolios de clase, sino por el

establecimiento de derechos y deberes iguales y por la abolición de todo dominio de

clase […] la emancipación de la clase obrera no es un problema local ni nacional

sino un problema social que implica a todas las naciones en la que existe la sociedad

moderna” (14), por lo que se entiende en esta crítica contra la sociedad capitalista,

que la clase obrera pretende llevar a cabo sus objetivos y propósitos sin que una

élite los oprima o los deje en una condición alienante.

 Para Domènech en El eclipse de la fraternidad: una revisión republicana de la

tradición socialista (2004), La emancipación se operativiza a partir de la propia


vivencia de los obreros al estimar que los pocos espacios de ciudadanía que

lograban fuera del ámbito laboral, les eran negados sistemáticamente; donde el

patrón ejercía su autoridad sin ninguna limitación.

 Según Theodor Adorno en Educación para la emancipación (1998), toma como

referencia la idea de Kant al hablar de la Ilustración, sobre la mayoría de edad 1 para

disponer de uno mismo sin la dirección de otro (p. 115). Para él, la emancipación

está relacionado con la autonomía del sujeto, capaces de ofrecer oposición y

resistencia a la autoridad. No obstante, señala que no se trata de rebelarse contra

todo tipo de autoridad, sino que en realidad: “El proceso en virtud del cual se llega a

ser una persona emancipada presupone […] el momento de la autoridad. Pero esto

no debe ser malentendido, ni debe dar pie, en modo alguno, a abusos” (121).

 Para Rancière en El maestro ignorante (1987), entiende la emancipación como el

cuestionamiento de la visión embrutecedora de la realidad, presentando un modo de

pensar que resulta ser alteridad según los patrones establecidos: “La emancipación,

esto es, “que todo hombre del pueblo pueda concebir su dignidad de hombre, tomar

la medida de su capacidad intelectual y decidir su uso” (37).

 De acuerdo con Paulo Freire en Pedagogía del oprimido (1970), expresa que la

emancipación es una de las claves para lograr -desde la educación- la liberación y

autonomía del sujeto, aprendiendo a reconocer las contradicciones cultrales,

injusticias sociales y luchar para transformar(se): “Para la educación

problematizadora, en tanto quehacer humanista y liberador, la importancia radica en

que los hombres sometidos a la dominación luchen por su emancipación” (67).

1
En su texto: “Respuesta a la pregunta: ¿Qué es ilustración”.
 Agenciamiento

 Para Gilles Deleuze y Félix Guattari (1975), señalan sobre este concepto lo

siguiente: “No hay sujeto, sólo hay dispositivos 2, colectivos de enunciación” (30),

explicando que ya el autor no es lo relevante, ni para interpretar una obra es

necesario conocer la biografía del autor, sino que existen otras perspectivas de

análisis, revolucionarias, a las cuales llaman colectivos de enunciación. Bajo esta

lógica, tales dispositivos son mecanismos o un sistema heterogéneo y que está en

desequilibrio frecuentemente, ejerciendo desplazamientos para crear otras

literaturas. Así, lo entiende como la formación de otros tipos de literatura, en este

sentido, las menores o que no están canonizadas, por lo que intenta desarrollar una

teoría política de la literatura. Dicho de otro modo, el agenciamiento es el

funcionamiento de la máquina literaria -o praxis literaria- en la cual se da el proceso

tanto de creación como de resistencia; la primera, por su capacidad de producir

nuevos enunciados, discursos que generan acciones y expresiones de signos que

pueden ser instrumentalizados por las relaciones de poder. la segunda, puesto que la

misma literatura permite la oposición a esos modos de obediencia, dando origen a

otras formas, pensar lo que no se piensa; es decir, la literatura es un dispositivo de

libertad, ya que existe una diversidad de significados a los cuales la sociedad le

atribuye según lo establecido y sus desplazamientos revolucionarios o de

transformación.

 De acuerdo con Alfred Grell en Arte y agencia. Una teoría antropológica (2016),

considera al arte no como un conjunto de simbolismos o formas complejas, sino

2
De acuerdo al traductor de esta obra, Jorge Aguilar Mora, considera que es la mejor traducción de la
palabra francesa agencement. Otros, La gran mayoría de traductores prefieren mantener el término
agenciamiento.
como un sistema de acción. En este sentido, la agencia es también la capacidad de

producir efectos o respuestas (25). Bajo esta lógica, desarrolla el agenciamiento

desde su proceso operativo, vale decir, desde: “La intención, la causalidad, el

resultado y la transformación. Considero el arte un sistema de acción, destinado a

cambiar el mundo más que a codificar proposiciones simbólicas sobre él” (35). La

intención o los movilizadores que llevan a los artistas a crear determinada obra, sus

causas, la materialidad de esta y sus efectos revolucionarios. Para este autor, el

agenciamiento es sin lugar a dudas relacional; puesto que la agencia manifiesta esta

relación entre uno que ejerce la agencia y un paciente, el cual es transitorio hasta

convertirse en un potencial agente: “En toda transacción en la que se manifiesta la

agencia, existe un «paciente» que es otro agente «potencial» capaz de actuar como

agente o de ser un locus de agencia. El «agente» está en posición de «paciente» de

manera transitoria” (54). Esta mutua conexión que se da en tal proceso, se expresa

en el locus o espacio de la agencia, el cual corresponde a la obra artística, de manera

que es capaz de producir efectos en una cadena de agenciamientos que pueden

presentarse en ella.

Por todo lo antes mencionado, abordaremos en el primer capítulo la manera en que los

personajes expresan sus emociones tanto positivas -amor, amistad, ternura- como las

negativas -ira, vergüenza, culpa, dolor-, a través del uso del lenguaje y la corporalidad en el

espacio familiar de los Quilodrán, y la forma en cómo van construyendo sus afectos en sus

vínculos entre ellos.


En el capítulo segundo, analizaremos la expresión de tales afectos antes mencionados en la

relación de los personajes Quilodrán con sus vecinos, compañeros de escuela, trabajo, y

gremio, y la forma en cómo van construyendo sus afectos en sus vínculos junto a ellos.

Por último, en el tercer capítulo, desarrollaremos un análisis de las escenas de

representación de la protesta social y su organización política, y la forma en que los afectos

son el movilizador de tales luchas y cómo se van construyendo estos afectos desde el

vínculo social.

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