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Pensamiento filosófico durante la edad media

Durante los primeros siglos de la Edad Media, la filosofía se nutre de savia teológica.
La exageración de los principios platónicos había conducido a negar el saber, sustituido
por el éxtasis; el éxtasis arrastraba a la abolición de la individualidad, y la gran Unidad,
Dios mismo, venía a ser implícitamente negado: puesto que la unidad simplicísima
excluye hasta la verdad, que es ya una complicación. Los sistemas del lado opuesto
habían engendrado el escepticismo yel materialismo. La negación circundaba el
pensamiento por todas partes

La filósofos de la Edad Media aceptaron más o menos que el cristianismo era lo


verdadero. Empero la cuestión que en esta etapa se expone es que si había que tener fe
para de esta forma creer en los milagros cristianos o además se podía entrar a las
verdades cristianas por medio de el motivo. La filosofía medieval se basó básicamente
en la cuestión de que si eran compatibles la fey el motivo

Pensadores de esta filosofía fueron:- Avicena, San Agustín, Aberrees, Abelardo y Tomas
de Alquilo
La patrística ha sido un sistema filosófico de los Papás del templo; en otras palabras, de
los primeros filósofos y teólogos del cristianismo que sentaron las bases doctrinales del
santuario. Conforme el lenguaje en que redactaron se los califica en: Papás del santuario
de rito latino papás del santuario de rito griego. El escolasticismo Ha sido un
desplazamiento filosófico y teológico que intentó usar el motivo natural humana, en
especial la filosofía y la ciencia de Aristóteles, para entender el contenido sobrenatural
de la revelación cristiana. Primordial corriente en las escuelas y universidades del
continente europea lo extenso de la edad media, su ideal último ha sido integrar en un
sistema ordenado el entendimiento natural de Grecia y Roma y el conocimiento
religioso del cristianismo. El concepto “escolástica” además se usa, en un sentido más
extenso, para manifestar el espíritu y procedimientos peculiares de aquel instante de la
crónica de la filosofía occidental o cualquier otro espíritu o reacción parecido hacia el
entendimiento de otras épocas. En su origen “escolástico” designaba a los docentes de
las escuelas monásticas o catedralicias medievales, delas que surgieron las
universidades, sin embargo, acabó por aplicarse a cualquier persona que enseñara
filosofía o teología en dichas escuelas o universidades

Según St. Tomas de Aquino la filosofía debía reconocer como previas las verdades de la
fe, y este hizo un esfuerzo racial para mostrar que era bastante razonable reconocer que
Dios existe y que la imagen de Dios está presente en sus criaturas (en la filosofía
continuamente se debe tener una contestación razonable a los hechos, y para bastantes
filósofos no es bastante fiable creer que el planeta fue desarrollado en 7).
San Agustín
Ergo inteligente ut creadas , credencial y inteligencia ( sermones XLIII, 7,9

Aurelio Agustín nació en Tajaste, en el África romana, el 13 de noviembre de 354. Su


padre, llamado Patricio, era un funcionario pagano al servicio del Imperio. Su madre, la
dulce y abnegada cristiana Mónica, luego santa, poseía un genio intuitivo y educó a su
hijo en su religión, aunque, ciertamente, no llegó a bautizarlo. El niño, según él mismo
cuenta en sus Confesiones, era irascible, soberbio y díscolo, aunque excepcionalmente
dotado. Romania no, mecenas y notable de la ciudad, se hizo cargo de sus estudios, pero
Agustín, a quien repugnaba el griego, prefería pasar su tiempo jugando con otros
mozalbetes. Tardó en aplicarse a los estudios, pero lo hizo al fin porque su deseo de
saber era aún más fuerte que su amor por las distracciones; terminadas las clases de
gramática en su municipio, estudió las artes liberales en Meta uro y después retórica en
Cartago.

A los dieciocho años, Agustín tuvo su primera concubina, que le dio un hijo al que
pusieron por nombre Adeudado. Los excesos de ese “piélago de maldades” continuaron
y se incrementaron con una afición desmesurada por el teatro y otros espectáculos
públicos y la comisión de algunos robos; esta vida le hizo renegar de la religión de su
madre. Su primera lectura de las Escrituras le decepcionó y acentuó su desconfianza
hacia una fe impuesta y no fundada en la razón. Sus intereses le inclinaban hacia la
filosofía, y en este territorio encontró acomodo durante algún tiempo en el escepticismo
moderado, doctrina que obviamente no podía satisfacer sus exigencias de verdad

Razón y Fe

Razón y fe son dos elementos que San Agustín vincula de manera inseparable. Existe
razón en la fe y fe en la razón. Ambas, lo mismo que el conocimiento, tienen un camino
con un mismo destino, Dios, y según el sabio este camino pasa directamente por el
interior del ser humano: su propia alma.

La fe es clave en el pensamiento converso de la filosofía agustiniana. La fe, que no


requiere justificación externa para explicarse, es el fundamento de la razón. Tal y como
explica en Confesiones, fue la inspiración divina la que lo condujo a él mismo a la fe y
esta la que puso fin a largos años de dudas y búsqueda infructuosa de la verdad
Puesto que los seres humanos estamos hechos a imagen y semejanza de Dios (según el
cristianismo) y guardamos en nosotros esa «porción» de divinidad que es el alma,
podemos encontrarlo en nosotros mismos. Es ahí, en nuestro interior, donde
encontraremos el
La verdad es algo inteligible, inmutable, eterno y necesario; las ideas verdaderas las
halla la razón cuando se trasciende a sí misma. Por consiguiente, las ideas sólo pueden
estar en Dios como arquetipos o modelos de los seres creados. Es Dios, en tanto que
Logos, el lugar de las ideas-modelos de toda esencia mutable.

Para Agustín la verdad es la medida de todas las cosas y su noción de verdad se


constituye en el eje fundamental de la relación alma-Dios

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