Está en la página 1de 2

1. Lee el texto y realiza un mapa conceptual con las ideas que aquí se expresan.

“¡Qué onda broder? las condiciones de formación y el desenvolvimiento de una literatura


de la contracultura juvenil en el México de los años sesenta y setenta.”

Lo que hacia mediados de los años sesenta se empezó a llamar la contracultura, en el


sentido de un movimiento de emancipación juvenil y la propuesta de nuevos modos de
vivir, se estaba transformando en un proyecto cada vez más ilusorio. En esta tercera fase se
ponen en duda determinados valores y formas de vida antes celebrados como únicamente
verdaderos, y se buscan nuevos caminos que posibiliten sintetizar la propia identidad
personal con la identidad de la mayoría social*.
La tumba de José Agustín es un ejemplo de la literatura, que entró como La Onda en la
historia de la literatura mexicana.
Paralelamente a esta consolidación política y económica de las clases media y alta, en los
años 40 iban imponiéndose determinadas convenciones que convergían en un
conservadurismo político y social, una actitud paternalista autoritaria tanto a nivel social
como a nivel familiar, y un fuerte nacionalismo.
Y se exaltaban valores como la hombría, el honor, el amor a Dios, a la Virgen de
Guadalupe y a la Patria. Otro tema era la familia y la proyección de su imagen ideal: el
padre autoritario, la "madrecita santa", los hijos buenos y obedientes. Temas como la
sexualidad y el erotismo eran relegados a la zona del tabú.
A fines de los años cuarenta y comienzos de los cincuenta se produjeron ciertos cambios,
sobre todo, a nivel político y económico, que hicieron poner en duda el código de normas
de comportamiento defendidas hasta ahora por las clases media y alta. La "Guerra Fría"
entre los Estados Unidos y la Unión Soviética tuvo su efecto en la política interior y
exterior de Miguel Alemán Valdés (1946-1952). A nivel nacional se continuaba
combatiendo todo vestigio de subversividad, es decir, "comunista". A nivel internacional la
política de "buena vecindad" con Estados Unidos favorecía las inversiones de capital
extranjero.
La creciente "desnacionalización" y el espíritu rebelde entre los jóvenes no podían ser
contenidos por la insistencia tenaz en tradiciones y costumbres de las décadas anteriores, en
la autoridad indiscutida del gobierno, de la iglesia, de los padres.
Resultó que la realidad económica y social de aquellos años (década del 60) hizo necesario
reformular la cuestión acerca de la relación entre el individuo y la sociedad, lo cual llevaba
al rechazo de la sociedad de consumo, la enajenación y el desamor, e implicaba el retorno a
modelos de vida juzgados más humanos.
La tumba de José Agustín
Así, el empleo de un yo-narrador adolescente que en un tono conversacional oral (fingido)
confiesa sus sentimientos más íntimos, sus problemas familiares y amoroso-sexuales, podía
satisfacer las necesidades sensacionalistas. esta literatura en cuanto a su contenido
respondía a las intenciones de la época.

En buena parte, todo esto se hizo ludicamente, con experimentación formal, juegos con las
palabras, fusión de géneros, irreverencia, sátira, parodia, ironía y crítica social.

Por primera vez en la historia de México ser joven podía ser respetable e incluso prestigioso,
aunque también peligroso, porque el autoritarismo de la sociedad era muy fuerte y cualquier
manifestación, ya no se diga de rebeldía sino de una personalidad propia, era subversiva,
contracultural, y por tanto se la desalentaba o de plano se reprimía.

Referencia
Gunia, Inke. Revista de Crítica Literaria Latinoamericana. 2004, Vol. 30 Issue 59, p19-31.
13p. Language: Spanish. DOI: 10.2307/4531301

También podría gustarte