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El testimonio de 3 amigos

 En el tiempo de Babilonia, el rey Nabucodonosor mandó a fabricar una estatua


de oro, de casi de 30 metros del alto por 3 metros de ancho. La estatua
simbolizaba la imagen del rey, su religión, y su poder. El rey esperaba que su
plana mayor, los líderes en que él había depositado su confianza y había
honrado, dieran el ejemplo y adoraran primero. Él esperaba que ellos
devolvieran con fidelidad todo lo que habían recibido en Babilonia.

Arrodillarse ante la estatúa era confesar servidumbre al rey


Nabucodonosor.

La intención que tenía el rey Nabucodonosor es semejante a lo que quizo hacer satanas
como se relata en isaias 14: 12-14

(¡Cómo caíste del cielo, oh Lucifer, hijo de la mañana! Cortado fuiste por tierra, el que
echabas suerte sobre los gentiles.

Tú que decías en tu corazón: Subiré al cielo, en lo alto junto a las estrellas de Dios
ensalzaré mi trono, y en el monte del testimonio me sentaré, y en los lados del aquilón;

Sobre las alturas de las nubes subiré, y seré semejante al Altísimo.)

 Estos jóvenes tuvieron que comparecer ante el rey, y fueron amenazados. Si no


adoran, serán echados al horno.
 Los 3 jóvenes responden de manera acertada. Por una parte, indican una
verdad: nuestro Dios sí puede salvarnos. Por otra parte, indican que ellos están
sujetos a su voluntad

Los jóvenes demuestran su fidelidad a Dios, sin importar el resultado, aunque el


resultado sea desfavorable para ellos, siguen confiendo en Dios.

Sabemos como termina la historia de estos 3 jovenes

rey es obligado a reconocer al Dios de Ananías, Misael y Azarías.


Una cultura secular politeista.

La gente piensa que el politeísmo quedo en el pasado, que es una cosa de la cultura
antigua

¡qué diagnóstico más equivocado! Por donde miremos encontraremos diferentes


dioses, diferentes estatuas que esta cultura está ordenando adorar.

El gran problema de aquello, es que al no tener dicernimiento, terminamos adorando


cualquier cosa. Y eso produce que nuestro carácter vaya cambiando según lo que
estemos adorando.

(dicho popular, dime con quien andas y te dire quien eres?)

Dos grandes consecuencias

Primero: Generan servidumbre.

Ningún siervo puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al
otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. Lucas 16:13.

La adoración tiene esa implicancia. Adoramos a quien servimos, y servimos a quien


adoramos. La adoración es algo genuino para Dios. No podemos engañarle. Y aunque
podemos emular alguna manifestación visible de adoración a Dios, tarde o temprano
nuestras vidas evidenciarán a quien hemos servido.

Por esa razón, Ananías, Misael y Azarías, sabían que no podían arrodillarse.

 Ellos sabían que no era solo algo protocolar.


 Estaba en juego su testimonio. Simplemente no podían hacerlo.
 Ellos servían a Dios. Ellos tenían un Señor.
 Ellos estaban al servicio de Dios.

La Biblia es clara al indicarnos que nuestro corazón solo puede tener un solo Dios. No
podemos servir a más de uno. La adoración requiere exclusividad.
Segundo: Transforman nuestro carácter.

nos volvemos semejante a lo que adoramos.

Los ídolos de ellos son plata y oro, Obra de manos de hombres. Tienen boca, mas no
hablan; Tienen ojos, mas no ven; Orejas tienen, mas no oyen; Tienen narices, mas no
huelen; Manos tienen, mas no palpan; Tienen pies, mas no andan; No hablan con su
garganta. Semejantes a ellos son los que los hacen, Y cualquiera que confia en ellos.
Salmo 115:4–8.

Nuestro corazón está hecho para adorar. Y eso tiene una función: que nuestro corazón
se asemeje al corazón de Dios, que nuestro carácter se transforme por medio de la
gracia del Señor. Debemos comprender que la adoración no es un mero acto, no es
simplemente una performace, la adoración es una dispocisión del corazón que declara
el señorío de nuestro Dios, y nos dispone a ser transformados.

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