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Bolilla 1
Bolilla 1
1) Pistolones de caza: de uno o dos cañones, de carga tiro a tiro calibres 14,2
mm. (28), 14 mm. (32) y 12 mm. (36).
2) Carabinas y fusiles de carga tiro a tiro o repetición hasta calibres 5,6 mm.
(22 pulgadas) inclusive, con excepción de las que empleen munición de mayor
potencia o dimensión que la denominada "22 largo rifle" (22 LR).
El código penal no cuenta hasta ahora con un capitulo dentro del título contra la salud
pública, que agrupe los delitos contra el medio ambiente, atendiendo al particular modo de
ataque de éstos a aquel bien jurídico.
Por medio ambiente se ha entendido: "el mantenimiento de las propiedades del suelo,
el aire y el agua, así como de la fauna y la flora y las condiciones ambientales de desarrollo de
estas especies, de tal forma que el sistema ecológico se mantenga con sus sistemas
subordinados y no sufra alteraciones perjudiciales", con lo cual se está protegiendo de modo
mediato a la persona humana, dado que la afectación de aquel, a corto o mediano plazo,
repercutirá desfavorablemente en las condiciones de su existencia.
Las leyes complementarias del CP que le brindan protección, aunque muy limitada, son
las leyes 22.421, implícitamente ratificada por la ley 23.077 y 24.051.
Artículo 24: "Será reprimido con prisión de un mes a un año y con inhabilitación
especial de hasta tres años, el que cazare animales de la fauna silvestre en campo ajeno sin
autorización".
ELEMENTO NORMATIVO
ACCIÓN TÍPICA
El artículo 25 reprime con prisión de dos meses a dos años y con inhabilitación especial
de hasta tres años, el que cazare animales de la fauna silvestre cuya captura o comercialización
estén prohibidas o vedadas por la autoridad jurisdiccional de aplicación.
La acción típica es la de cazar, por lo que resulta aplicable todo lo dicho al analizar el
artículo anterior. El objeto de la caza son los animales silvestres cuya captura o
comercialización están prohibidas durante períodos expresa o implícitamente determinados,
que reciben el nombre de "épocas de veda".
Sujeto activo puede ser cualquier persona incluso el poseedor o tenedor del inmueble
en el que se efectúa el acto de caza.
AGRAVANTES
De modo organizado;
con el concurso de tres o más personas;
Con armas, artes o medios prohibidos por la autoridad jurisdiccional de aplicación.
En la última agravante, el empleo de armas (que deben ser propias), artes, como las
que constituyen el manejo de lazos o redes o instrumentos, como los reflectores, prohibidos
por la autoridad de aplicación, importan también un mayor peligro para la fauna silvestre
protegida.
Es una figura autónoma, aunque la conducta típica constituye, a la vez, una de las
circunstancias agravantes de la caza depredatoria. Encuadra en esta figura la caza que no tiene
por objeto animales de fauna silvestre cuya captura o comercialización estén prohibidas por la
autoridad que lo ha hecho en ejercicio del poder de policía que legítimamente detenta.
El artículo 27 castiga con las penas previstas en los artículos 24, 25 y 26 al que, a
sabiendas, transportare, almacenare, comprare, vendiere, industrializare o de cualquier modo
pusiere en el comercio piezas, productos o subproductos provenientes de la caza furtiva o de la
depredación.
Transporta el que traslada las piezas de caza, vivas o muertas y, en este último caso,
parte de ellas, como así también los productos provenientes de los animales cazados, como sus
pieles, cueros o plumas, o los subproductos como los productos modificados técnicamente por
el hombre, como plumeros, alfombras, etc. El hecho se consuma al iniciarse el transporte.
Almacena el que guarda esas piezas, productos o subproductos en un ámbito material
de custodia.
Pone en el comercio el que los ofrece o exhibe para que sean objeto de adquisición.
Las acciones típicas se consuman con la realización de cada una de ellas.
Hay otra teoría que dice que es un delito contra la salud pública.
Se dicta la ley 25.612 que reemplaza la 24.051 y tiene disposiciones penales. Pero se
vetan las disposiciones penales de esa ley después ya que era un tipo penal tan abierto que
cualquier cosa podía ser delito. Por lo tanto está vigente la 25612 con las disposiciones penales
de la 24.051
Los delitos de la ley 24.051 son delitos de peligro concreto. Esto significa que debe
producirse un peligro real para el bien jurídico tutelado. El peligro que sufre el bien jurídico
resulta ser el resultado que la norma pretende evitar.
Para atribuir a una persona estos delitos resulta de aplicación con frecuencia la teoría
de la imputación objetiva. Según esta teoría la causalidad natural es necesaria pero no
suficiente para la atribución del resultado a una persona. Acreditada la causalidad se exige que
el autor haya creado un riesgo jurídicamente desaprobado y que el resultado sea consecuencia
del riesgo incrementado por el autor. En estos delitos la causalidad frecuentemente resulta
muy difícil de acreditar ya que no siempre se puede determinar cómo se encontraba el aire, el
agua, etc. antes de la acción del sujeto.
Otra dificultad que se presenta es la determinada causalidad cumulativa que se
produce cuando el resultado es la consecuencia de conductas de diferentes personas como por
ejemplo si una cantidad de personas cada una de las cuales ha realizado la conducta en una
cantidad menor a la necesaria para que se produzca el peligro que la norma quiere evitar.
Hay autores que se preguntan cuándo un riesgo puede ser considerado permitido y
concluyen que si no se excede lo determinado por las autorizaciones la conducta resultaría
comprendida en el riesgo permitido y seria atípica.
Una primera posición sostiene que en este caso debe existir una subordinación del
Derecho Penal a las normas Administrativas por:
Mahyqes dice que es atípica la conducta casualmente contaminante dentro del ámbito
administrativo.
Ramos dice que en estos casos la norma penal debe acudir en apoyo de las normas
administrativas.
Otra posición sostiene la independencia del Derecho penal. Silva Sánchez refiere que la
unidad del ordenamiento jurídico reconoce normas de distinto nivel y que la norma penal es
una norma superior a la norma administrativa y que con relación al argumento de ultima ratio
en esta materia las normas penales sancionan un determinado peligro (para la salud) y no
contravenciones administrativas.
Por el contrario puede suceder que sin violar las reglamentaciones administrativas se
ponga en peligro la salud de las personas, en cuyo caso SI habrá delito.
ARTICULO 2° — Será considerado peligroso, a los efectos de esta ley, todo residuo que
pueda causar daño, directa o indirectamente, a seres vivos o contaminar el suelo, el agua, la
atmósfera o el ambiente en general.
Anexo 1- residuos compuestos por elementos en sí mismos peligrosos como por ej.
Determinados metales pesados como benceno, soleno o desechos de la industria pesticidas o
productos fitosanitarios.
Anexo 2- que pueden causar peligro por otras circunstancias (inflamables, explosivos)
Quedan excluidos de los alcances de esta ley los residuos domiciliarios, los radiactivos y
los derivados de las operaciones normales de los buques, los que se regirán por leyes
especiales y convenios internacionales vigentes en la materia.
FIGURAS DELICTIVAS
Figura básica: El artículo 55 de la ley 24.051 castiga con las mismas penas establecidas
en el artículo 200 del CP., al que utilizando los residuos a que se refiere esta ley, envenenare,
adulterare o contaminare de un modo peligroso para la salud, el suelo, el agua, la atmósfera o
el ambiente en general.
Acciones Típicas:
La contaminación tiene una relación de género especie con las otras 2. Contaminar es
el género y envenenar y adulterar las especies.
Se agrega con la ley 17577 y luego queda sin efecto. Soler decía que contaminar era la
forma de adulteración que se daba por irradiación y que en definitiva era la más adecuada por
su naturaleza Aero dispensable para la contaminación del aire.
Estas acciones deben hacerse “de un modo peligroso para la salud”. La mayoría de la
doctrina dice que yo tengo que acreditar ese peligro y sería un delito de peligro concreto.
-Agua: comprendida las aguas superficiales, aguas dulces subterráneas, aguas salubres
tratadas o destinadas a recreación y aguas saladas.
-Atmosfera:
-Ambiente en general: una autora española dice que esta mención no agrega nada y
viene a confundir porque nos lleva a la confusión de no saber si es un delito contra la salud
pública o contra el medioambiente.
Bacigalupo dice que se trata del mantenimiento de las propiedades del suelo, las
aguas, la flora, la fauna y las condiciones ambientales de desarrollo de estas especies de forma
que el sistema ecológico se mantenga con sus sistemas subordinados y no sufra alteraciones
perjudiciales.
AGRAVANTE
Establece el art. 55, 2do párrafo, que, si el hecho fuere seguido de la muerte de alguna
persona, la pena será de diez a veinticinco años de reclusión o prisión. Entre la contaminación y
la muerte debe haber una relación causal no interrumpida o desviada por la interferencia de
otra fuente causal preponderante. El resultado mortal debe ser preterintencional. Siendo así,
su pluralidad carece de efecto respecto del agravamiento.
FIGURA CULPOSA
Dispone el primer párrafo del art. 56 de la ley 24.051 que cuando alguno de los
hechos previstos en el artículo anterior fuere cometido por imprudencia; negligencia o
impericia en el propio arte o profesión o por inobservancia de los reglamentos u ordenanzas,
se impondrá prisión de un mes a dos años. En el segundo se expresa que, si resultare
enfermedad o muerte de alguna persona, la pena será de 6 meses a 3 años.
La violación de estos puede deberse, muchas veces, al dolo eventual o a la culpa. Por lo
que el intérprete debe distinguir, con sumo cuidado, este obrar del meramente culposo y del
atípico por constituir uno de los riesgos asumidos al establecerse por parte del poder
competente, cuáles y cuando son o no residuos peligrosos.
ARTÍCULO 57: Cuando alguno de los hechos previstos en los dos artículos anteriores se
hubiesen producido por decisión de una persona jurídica, la pena se aplicará a los directores,
gerentes, síndicos, miembros del consejo de vigilancia, administradores, mandatarios o,
representantes de la misma que hubiesen intervenido en el hecho punible, sin perjuicio de las
demás responsabilidades penales que pudiesen existir.
Para evitar la impunidad, dado que una persona jurídica es penalmente irresponsable,
se consideran autoras del delito a las personas físicas que, como agentes suyos, tuvieron
intervención en el hecho, por lo que quedan a salvo los principios generales sobre la
culpabilidad.
Las personas que también hayan participado en la comisión del hecho pero que no
reúnan las calidades taxativamente exigidas por esta norma penal, responderán conforme a las
reglas establecidas en los arts. 45 y 46 del CP.
JURISDICCIÓN
ARTÍCULO 58: Será competente para conocer de las acciones penales que deriven de la
presente ley la Justicia Federal.
Indebidamente, por no tratarse de uno de los casos de excepción contemplados
expresamente en el artículo 116 de la CN, la ley 24.051 establece la competencia federal para
entender los delitos previstos por ella.
ESTUPEFACIENTES. CONCEPTO
Por lo tanto, desde el punto de vista jurídico penal, debe considerarse estupefaciente a
todas aquellas sustancias que reúnan esa doble condición de producir dependencia o adicción
en quienes las consumen y estar incluidas en las listas oficiales. Desde el punto de vista
farmacológico hay que distinguir entre psicofármaco y estupefaciente.
La ley 23.7 no reprime el consumo de estupefacientes como tal, salvo que se haga
ostentación de ello con trascendencia pública.
Artículo 5: Será reprimido con reclusión o prisión de cuatro (4) a quince (15) años y
multa de seis mil ($6.000) a quinientos mil ($500.000) australes el que sin autorización o con
destino ilegitimo:
a) Siembre o cultive plantas o guarde semillas utilizables para producir estupefacientes, o
materias primas, o elementos destinados a su producción o fabricación;
b) Produzca, fabrique, extraiga o prepare estupefacientes;
c) Comercie con estupefacientes o materias primas para su producción o fabricación o las
tenga con fines de comercialización o las distribuya, o las dé en pago, o las almacene o
transporte;
d) Comercie con planta o sus semillas, utilizables para producir estupefacientes, o las
tenga con fines de comercialización, o las distribuya, o las dé en pago, o las almacene o
transporte;
e) Entregue, suministre, aplique o facilite a otro estupefacientes a título oneroso
(Suministro infiel). Si lo fuese a título gratuito, se aplicará reclusión o prisión de tres (3)
a doce (12) años y multa de tres mil ($3.000) a ciento veinte mil ($120.000) australes.
Si los hechos previstos en los incisos precedentes fueren ejecutados por quien
desarrolla una actividad cuyo comercio dependa de una autorización, licencia o habilitación del
poder público, se aplicará, además, inhabilitación especial de cinco (5) a quince (15) años. En el
caso del inciso a), cuando por la escasa cantidad sembrada o cultivada y demás circunstancias,
surja inequívocamente que ella está destinada a obtener estupefacientes para consumo
personal, la pena será de un (1) mes a dos (2) años de prisión y serán aplicables los artículos
17, 18 y 21. En el caso del inciso e) del presente artículo, cuando la entrega, suministro o
facilitación fuere ocasional y a título gratuito y por su escasa cantidad y demás circunstancias,
surgiere inequívocamente que es para uso personal de quien lo recepta, la pena será de seis (6)
meses a tres (3) años de prisión y, si correspondiere, serán aplicables los artículos 17, 18 y 21.
TENENCIA DE ESTUPEFACIENTES
Artículo 14: Será reprimido con prisión de uno (1) a seis (6) años y multa de trescientos
($300) a seis mil ($6.000) australes el que tuviere en su poder estupefacientes. La pena será de
un (1) mes a dos (2) años de prisión cuando, por su escasa cantidad y demás circunstancias,
surgiere inequívocamente que la tenencia es para uso personal.
SIMPLE TENENCIA
Artículo 14 — Primer párrafo: Será reprimido con prisión de uno (1) a seis (6) años y
multa de trescientos ($300) a seis mil ($6.000) el que tuviere en su poder estupefacientes.
Artículo 14 — Segunda parte: La pena será de un (1) mes a dos (2) años de prisión
cuando, por su escasa cantidad y demás circunstancias, surgiere inequívocamente que la
tenencia es para uso personal.
Es cuestionable la estructura del tipo penal. La ley penal debe establecer cuál es la
conducta delictiva, pero no cuál es el grado de convicción que debe tener el juez para aplicar
uno u otro tipo, que es una cuestión ya regulada por la ley procesal, en la que rige el principio
“in dubio pro reo”. Una interpretación literal del texto legal traería como consecuencia que a
quien tiene estupefacientes en escasa cantidad y para consumo personal NO se le aplique la
pena atenuada o NO tenga acceso a las medidas de seguridad previstas por los artículos 17, 18
y 19 si quien lo juzga, por falta de elementos de convicción, tiene dudas respecto al destino de
la droga.
2) Por otra parte, se ha sostenido que hay razones de política criminal que tornan
inconveniente atribuirle al dogradependiente, que en realidad es un enfermo, la calidad de
delincuente. Buena parte de la doctrina y la jurisprudencia ha considerado que si la tenencia
de estupefacientes tiene lugar en la intimidad NO existe peligro para la salud pública y en
virtud del artículo 19 de la Constitución, esta conducta se encuentra exenta de la autoridad de
los magistrados. Los límites a la represión de estas conductas están dados por el ámbito de
privacidad que la Constitución garantiza, lo cual dependerá de las circunstancias de tiempo,
modo y lugar de cada caso. Y solo los jueces podrán determinar en cada caso si la conducta del
agente se desarrolla en su esfera privada o si trascendió de tal ámbito, afectando el orden, la
moral pública o los derechos de terceros.
1) El derecho de la intimidad;
2) La autolesión NO es punible;
3) NO se pueden medir las consecuencias de la autodeterminación;
4) Principio de insignificancia (escasa cantidad de droga);
5) El consumidor está enfermo, no es un delincuente. (Si la adicción lleva a la persona a
cometer delitos, como meterse en el tráfico, se prevé un tratamiento distinto que para
los delincuentes que cometen delitos y consumen porque son adictos).
6) El problema NO son los consumidores, sino los narcotraficantes;
7) La despenalización facilita el tratamiento.
Jurisprudencia
1) Colavini Ariel- 1978: La ley 20.771, artículo 6, estableció que será reprimido con
prisión de 1 a 6 años y multa… el que tuviere en su poder estupefacientes, aunque estuvieren
destinados al consumo personal. Ariel Colavini fue detenido caminando con dos cigarrillos de
marihuana. La CSJN se pronunció a favor de la constitucionalidad del artículo 6 de la ley 20.771.
(También se falló en su contra en 1° y 2° instancia). En dicha oportunidad se sostuvo que el fin
primordial de la ley 20.771 es reprimir, ante todo, el suministro, en cualquiera de sus formas,
de las sustancias que pueden transformarse en materia de un consumo favorecedor del vicio.
NO se puede sostener que la tenencia de drogas NO trascendió los límites del derecho a la
intimidad protegido por el artículo 19 de la CN. El fallo alude a que el consumo de drogas NO
queda dentro de la esfera de intimidad protegida por el artículo 19, ya que el consumo influye
en la sociedad, fomentando el tráfico y favoreciendo el consumo. Por lo tanto, NO es
inconstitucional el artículo 6 de la ley 20.771, en cuanto reprime la tenencia de
estupefacientes, aunque estuvieren destinados al consumo personal. El fallo recuerda la
influencia de la creciente difusión de la toxicomanía en el mundo entero.
3) Caso Montalvo- 1990: Montalvo era trasladado por un delito menor y se le cae una
bolsita de 2,7 gramos de marihuana. Es condenado en 1° y 2° instancia y confirmado por la
CSJN. La Corte se basa en la protección de la salud pública, la familia, la sociedad y en que el
consumidor es el último eslabón de cadena del tráfico y por ende, lo fomenta.
Artículo 18: En el caso del artículo 14, segundo párrafo, si durante el sumario se
acreditase por semiplena prueba que la tenencia es para uso personal y existen indicios
suficientes a criterio del juez de la responsabilidad del procesado y éste dependiere física o
psíquicamente de estupefacientes, con su consentimiento, se aplicará un tratamiento curativo
por el tiempo necesario para su desintoxicación y rehabilitación y se suspenderá su trámite del
sumario.
Artículo 21: En el caso del artículo 14, segundo párrafo, si el procesado no dependiere
física o psíquicamente de estupefacientes por tratarse de un principiante o experimentador, el
juez de la causa podrá, por única vez, sustituir la pena por una medida de seguridad educativa
en la forma y modo que judicialmente se determinó. Tal medida, debe comprender el
cumplimiento obligatorio de un programa especializado relativo al comportamiento
responsable frente al uso y tenencia indebida de estupefacientes, que, con una duración
mínima de tres meses, la autoridad educativa nacional o provincial, implementará a los efectos
del mejor cumplimiento de esta ley. La sustitución será comunicada al Registro Nacional de
Reincidencia y Estadística Criminal y Carcelaria, organismo que lo comunicará solamente a los
tribunales del país con competencia para la aplicación de la presente ley, cuando estos lo
requieran. Si concluido el tiempo de tratamiento éste no hubiese dado resultado satisfactorio
por la falta de colaboración del condenado, el tribunal hará cumplir la pena en la forma fijada
en la sentencia.
Bolilla 5
ARTÍCULO 36. - Esta Constitución mantendrá su imperio aun
cuando se interrumpiere su observancia por actos de fuerza
contra el orden institucional y el sistema democrático. Estos
actos serán insanablemente nulos.