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SENTENCIA DEFINITIVA

En relación al expediente judicial número 2934/2019, relativo al juicio oral mercantil


promovido por **********, como apoderado de******************************en contra
de **********.

Monterrey, Nuevo León a 12 doce de diciembre de 2019 dos mil diecinueve.-

I.- Planteamiento del caso:

1.-Demanda. La parte actora le reclama a la empresa demandada el pago de la suma


de $100,560.56 (cien mil quinientos sesenta pesos 56/100 moneda nacional), por concepto de
adeudo derivado de la presunta relación comercial existente entre ambos, consistente la prestación
de los servicios de fletes que se describen en las facturas base de la acción.

2.-Contestación. La empresa demandada en términos generales niega los actos comerciales


amparados en las facturas base de la acción.

II.- Estudio:

1.- Acción. Para estar en aptitud legal de decretar la procedencia de la acción, en sujeción a
las reglas distributivas de la carga de la prueba, establecidas en los artículos 1194, 1195 y 1196 del
Código de Comercio, la parte actora debe justificar de manera fehaciente los siguientes elementos:

• La existencia de la relación comercial y la prestación de los servicios.

• La exigibilidad de la obligación de pago.

• El incumplimiento del deudor.

Para acreditar el primer elemento, la parte accionante exhibió 5 cinco facturas electrónicas
expedidas por su representada, en calidad de proveedor, a favor de la empresa demandada, como
cliente, en cuyo texto se describe la prestación del servicio objeto de operación, cantidad, precio
unitario y su importe total. Dichas facturas se identifican de la siguiente manera:

• Factura número **********de fecha 9 nueve de febrero de 2019 dos mil diecinueve, que ampara la suma de
$19,861.44.

• Factura número **********de fecha 9 nueve de febrero de 2019 dos mil diecinueve, que ampara la suma de
$19,188.82.

• Factura número **********de fecha 9 nueve de febrero de 2019 dos mil diecinueve, que ampara la suma de
$26,230.62.

• Factura número **********de fecha 9 nueve de febrero de 2019 dos mil diecinueve, que ampara la suma de
$24,382.00.

• Factura número **********de fecha 9 nueve de febrero de 2019 dos mil diecinueve, que ampara la suma de
$10,897.68.
Para valorar las facturas electrónicas debemos partir de la base de que estamos en presencia
de una representación impresa de un comprobante fiscal digital por internet (CFDI), documento
digital regulado actualmente por los artículos 29 y 29-A del Código Fiscal de la Federación, como
comprobante por la prestación de bienes o servicios.

Entonces, como comprobante obtenido a través de medios electrónicos, debe valorarse


conforme a lo dispuesto por los artículos 89 y 1298-A del Código de Comercio, en relación con el
diverso numeral 210-A del Código Federal de Procedimientos Civiles.

Esto significa que, para fijar su valor probatorio, se estimará primordialmente la fiabilidad
del método en que hayan sido generadas, comunicadas, recibidas o archivadas y, en su caso, si es
posible atribuir a las personas obligadas el contenido de la información relativa y ser accesible para
su ulterior consulta.

Pues bien, para los efectos de determinar la fiabilidad del método, de entrada es preciso
aclarar que las facturas electrónicas o comprobantes fiscales digitales por internet (CFDI) no son
simples textos elaborados libremente por cualquier persona en cuanto a su contenido y forma, sino
que sólo pueden provenir legalmente de comerciantes o prestadores de servicios registrados ante las
autoridades hacendarias, mediante esquemas regulados y sujetos a ciertos requisitos para su validez.

En ese tenor, los artículos 29 y 29-A del Código Fiscal de la Federación prevén ciertos
requisitos tendientes a validar la existencia de ese tipo de documentos digitales.

Entre los diversos requisitos contemplados para validar la existencia de facturas


electrónicas, destaca el uso de sellos digitales,mismos que, acorde con lo establecido expresamente
en el propio texto de los preceptos legales invocados, permitirá acreditar la autoría de los
comprobantes fiscales digitales por internet que expidan las personas físicas y morales, quedando
sujeto a la regulación aplicable al uso de la firma electrónica avanzada.

En otras palabras, los sellos digitales permiten verificar con certeza el origen y contenido de
la factura electrónica, debiendo encontrarse incorporados en su texto, al igual que una cadena digital
de datos con un resumen de la información que contiene, así como un folio con un número
irrepetible de la transacción.

Además, dichas normas prevén la obligación de entregar o poner a disposición de los


clientes, a través de medios electrónicos, el archivo electrónico del comprobante digital y, cuando
sea solicitada, su representación impresa. Así, los contribuyentes podrán comprobar la autenticidad
de los comprobantes fiscales digitales que reciban.

Bajo esos parámetros, considerando que los comprobantes fiscales digitales de cuenta
contienen los requisitos que validan su existencia, como lo es la incorporación de los sellos digitales
respectivos, es suficiente para determinar la fiabilidad del método en que fue generada, comunicada,
archivada y conservada, generando una presunción sobre su autenticidad y sobre la vinculación del
emisor con su contenido.
Sin embargo, ello no es suficiente para vincular a la parte demandada con las operaciones
contenidas en el texto de esas facturas electrónicas, partiendo del principio de que el documento
proviene del proveedor y que a nadie le es lícito constituirse por sí el título o documento fundatorio
del propio derecho.

En su faceta de documentos probatorios con relación al receptor o cliente de operaciones


comerciales, las facturas no dejan de ser documentos privados que si bien, dada su naturaleza,
producen indicios importantes sobre una relación comercial, sólo son susceptibles de alcanzar plena
fuerza probatoria si son perfeccionadas, esto es, si son reconocidas o aceptadas por el cliente, en
forma expresa o tácita, o si se demuestra su vinculación al acto por otros medios; pues de lo
contrario, permanecen como simples indicios que requieren ser robustecidos con otros elementos de
convicción.

En otras palabras, las facturas hacen prueba plena cuando no son objetadas, mientras que
cuando son desconocidas, aunque constituyan fuertes indicios, no resultan suficientes para acreditar
plenamente una relación comercial, así como la entrega de las mercancías o la prestación de los
servicios respectivos, siendo necesario adminicularlas con otros elementos de prueba. Sirven de
apoyo las jurisprudencias de rubro:

FACTURAS. SU VALOR PROBATORIO DEPENDE DE LOS HECHOS QUE SE QUIEREN


ACREDITAR, DEL SUJETO CONTRA QUIEN SE PRESENTEN Y DE LAS CIRCUNSTANCIAS
CONCURRENTES.

FACTURAS. VALOR PROBATORIO ENTRE QUIEN LAS EXPIDIÓ Y QUIEN ADQUIRIÓ LOS
BIENES O SERVICIOS.

En el caso concreto, partiendo de la base que en su escrito de contestación la parte


demandada niega en su totalidad los actos comerciales amparados en las facturas, es razonable
estimar que los está objetando en cuanto a su valor y alcance probatorio.

Ese tipo de objeción se trata de una manifestación de la voluntad del objetante con la cual
indica que no está dispuesto a someterse a pasar por el contenido de los documentos privados
respectivos, evitando con ello caer en un “no hacer” que produzca el reconocimiento tácito de los
mismos, en los términos de los artículos 1241 y 1296 del Código de Comercio.

Con ello, propicia que las facturas queden reducidas a meros indicios, siendo por ende
insuficientes por sí solas para acreditar la prestación de los servicios, para lo cual requieren ser
robustecidas con otros elementos de prueba.

En ese sentido, cabe destacar que cada una de las facturas base de la acción tiene estampada
en su texto una rúbrica que sugiere su recepción.

Al respecto, si bien es verdad que en aquellos casos específicos en donde las facturas o sus
documentos complementarios cuenten en su texto con algún sello y/o firma de recepción que pueda
ser atribuida al cliente, se les debe considerar como elementos adicionales de prueba tendientes a
robustecer el valor de tales documentos, alterando el tema de la objeción, pues en ese supuesto, ya
no bastaría la mera objeción genérica para restarles eficacia, ya que no se trataría tan sólo de
impedir que se surta la presunción de reconocimiento tácito por falta de objeción, sino que sería
necesario también atacar los referidos elementos adicionales de prueba, mismos que al tratarse de
signos atribuidos a la parte demandada -quien de acuerdo a los usos mercantiles se puede obligar a través de
factores, dependientes o encargados- requerirían de una impugnación específica de falsedad con el
gravamen procesal a cargo del objetante de justificar plenamente su objeción, en los términos
previstos en los artículos 1195, 1245 y 1250 del Código de Comercio. Son aplicables las tesis del
siguiente rubro:

FACTURAS. CARGA DE LA PRUEBA CUANDO CONTRA QUIEN SE PRESENTAN NIEGA QUE EL


RECEPTOR DE LA MERCANCÍA TUVIERE FACULTADES PARA ELLO Y LAS OBJETA.

OBJECIÓN DE DOCUMENTOS PRIVADOS PROVENIENTES DE TERCEROS. LA NECESIDAD DE


EXPRESAR EL O LOS MOTIVOS EN QUE SE SUSTENTA, DEPENDERÁ DE LA PRETENSIÓN DE
QUIEN OBJETA (CÓDIGO FEDERAL DE PROCEDIMIENTOS CIVILES).

Sin embargo, en el caso concreto no es factible que las rúbricas estampadas en cada una de
las facturas funjan como elementos adicionales de prueba, pues la parte actora no narra en su
demanda los hechos necesarios para poder atribuir tales firmas a empleados, factores, dependientes
o encargados de la parte demandada, toda vez que no precisa el nombre de la persona que las
estampó o, en su defecto, el puesto, cargo, función o simplemente el área de la empresa en donde se
encontraba y su respectiva descripción física, de manera que deja a la parte demandada en
imposibilidad de hacer las impugnaciones respectivas.

Por otro lado, tampoco sirven para robustecer los indicios que arrojan las facturas, los
documentos exhibidos junto al escrito de desahogo de vista, consistentes en dos facturas y un estado
de cuenta, toda vez que son referentes a diversas operaciones comerciales.

Mientras que de las actuaciones judiciales que integran el presente juicio, no se desprende
dato alguno, o bien, alguna presunción legal o humana que favorezca a la parte actora.

2.- Declaratoria del fondo del asunto. En tal virtud, al no acreditarse el primer elemento
de la acción, se deberá declarar infundado el presente juicio oral mercantil, absolviendo a la parte
demandada de todas y cada una de las prestaciones reclamadas, sin necesidad de entrar el estudio de
las excepciones y defensas.

3.- Gastos y costas. Para resolver la condena en relación a este concepto, tenemos que el
artículo 1082 del Código de Comercio establece lo siguiente:
Cada parte será inmediatamente responsable de las costas que originen las diligencias que promueva, en caso de
condenación en costas, la parte condenada indemnizará a la otra de todas las que se hubieren causado, cuando
hubiese opuesto excepciones o recursos frívolos o improcedentes con el propósito de retardar el procedimiento.

Por otra parte, el diverso artículo 1084 del citado ordenamiento preceptúa:

La condenación en costas se hará cuando así lo prevenga la ley, o cuando a juicio del Juez se haya procedido
con temeridad o mala fe. Siempre serán condenados:
I. El que ninguna prueba rinda para justificar su acción o su excepción, si se funda en hechos disputados;
II. El que presentase instrumentos o documentos falsos, o testigos falsos o sobornados;
III. El que fuese condenado en juicio ejecutivo y el que lo intente si no obtiene sentencia favorable. En este caso
la condenación se hará en la primera instancia, observándose en la segunda lo dispuesto en la fracción siguiente;
IV. El que fuere condenado por dos sentencias conformes de toda conformidad en su parte resolutiva, sin tomar
en cuenta la declaración sobre costas. En este caso, la condenación comprenderá las costas de ambas instancias;
V. El que intente acciones o haga valer cualquier tipo de defensas o excepciones improcedentes o interponga
recursos o incidentes de este tipo a quien no solamente se le condenará respecto de estas acciones, defensas,
excepciones, recursos o incidentes improcedentes, sino de las excepciones procesales que sean inoperantes.[…]

Por lo que hace a la condenación que se ordena por ministerio de ley, en el particular no se
surte ninguna de las hipótesis que se mencionan en las fracciones del artículo 1084 del Código de
Comercio, puesto que ambas partes rindieron pruebas, aunado a que no obra en el sumario
constancia de que alguna de las partes hayan ofrecido instrumentos o documentos o testigos falsos,
además, no se considera aplicable a los juicios orales mercantiles la fracción III, en tanto que la
cuarta fracción se refiere a la condena en costas en la segunda instancia, y la V a asuntos
improcedentes, por lo que de igual modo, no son aplicables en el particular.

Por tanto debe atenderse a la temeridad o mala fe en lo que hace a las costas y analizadas las
piezas de autos se tiene la convicción que el comportamiento de las partes de ninguna manera
revelaron una conducta sancionable con costas, pues ambas partes se limitaron a sostener su acción
la actora y excepciones los demandados.

En tal razón, al no surtirse supuesto contenido en el artículo 1084 del Código de Comercio
y no justificarse temeridad o mala fe de alguno de los contendientes, no es el caso de realizar
condenación respecto de los gastos y costas, debiendo soportar cada parte los que en su caso
hubiere erogado.

III.- Puntos resolutivos:

1. La parte actora no demostró los elementos constitutivos de su acción.

2. Es improcedente el presente juicio oral mercantil, tramitado bajo el expediente judicial


número 2934/2019.

3.- Se absuelve a la parte demandada de todas y cada una de las prestaciones reclamadas.

4.- Cada parte deberá soportar los gastos y costas que en su caso hubiere erogado con
motivo de la tramitación del presente juicio.

5. Quedan notificadas las partes de esta resolución, conforme al artículo 1390 Bis 22
del Código de Comercio. Así definitivamente juzgando lo resolvió y firma el ciudadano licenciado
Alejandro Rodríguez Montemayor, Juez del Juzgado de Oralidad Mercantil del Primer Distrito
Judicial en el Estado, ante la fe de la ciudadana licenciada Herminia Carolina Hernández
Sánchez, Secretario de la Coordinación de Gestión Judicial de los Juzgados de Juicio Oral
Mercantil de este Distrito Judicial, que autoriza. Doy fe.-

La resolución que antecede se publicó en el Boletín Judicial 7640 de fecha 12


doce de diciembre de 2019 dos mil diecinueve. Doy fe.-
La ciudadana Secretario.-

Este documento constituye una versión pública de su original. En consecuencia, se suprimió toda aquella información considerada legalmente
como confidencial, en virtud de encuadrar en los supuestos normativos previstos en el artículo 3 de la Ley General de Protección de Datos Personales
en Posesión de Sujetos Obligados y en los artículos 3 y 141 de la Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública del Estado de Nuevo
León.

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