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SISTEMA
NERVIOSO
Profesor: Estudiante:
José Manuel Guzmán Figueroa Ruth Sarai Lopez
C.I: 31.540.897
EL SISTEMA NERVIOSO
El sistema nervioso es un complejo sistema biológico que coordina las acciones del
cuerpo y transmite señales entre diferentes partes del organismo. Se encarga de
procesar la información sensorial, regular las funciones corporales y permitir la
interacción con el entorno.
Cada estructura que compone el sistema nervioso cumple una función específica. El
cerebro se encarga de procesar la información sensorial, controlar las funciones
corporales, regular las emociones y realizar actividades cognitivas como el
pensamiento y la memoria. La médula espinal transmite señales entre el cerebro y el
resto del cuerpo, además de controlar ciertos reflejos. Los nervios motores permiten la
contracción muscular y la secreción de glándulas, mientras que los nervios sensoriales
transmiten información sensorial al SNC para su procesamiento.
Sistema Nervioso Central (SNC): Incluye el cerebro y la médula espinal. Estos son
los centros de procesamiento de información y control del cuerpo.
Sistema Nervioso Periférico (SNP): Este sistema conecta el sistema nervioso central
con el resto del cuerpo. Se divide en el sistema nervioso somático y el sistema
nervioso autónomo.
El cerebro es la parte más grande del encéfalo. Una gran parte del cerebro es la
corteza cerebral (también llamada "materia gris").
La corteza tiene cuatro áreas llamadas "lóbulos" que actúan de forma conjunta para
forjar la personalidad de una persona y todo lo que esta persona sabe. Cada lóbulo
procesa un tipo de información diferente:
El cerebro tiene dos mitades llamadas "hemisferios". Un haz de fibras nerviosas (el
cuerpo calloso) los conecta en el centro, lo cual les permite intercambiar información.
El hemisferio izquierdo controla los movimientos del lado derecho del cuerpo. El
hemisferio derecho del cerebro controla los movimientos del lado derecho del cuerpo.
El tronco encefálico
El tronco encefálico conecta el encéfalo con la médula espinal. Está formado por el
puente troncoencefálico, la médula y el mesencéfalo. Estas partes funcionan al
unísono para controlar y coordinar los mensajes que llegan al encéfalo y salen de él.
El tronco encefálico controla, además, muchas funciones del cuerpo en las que casi
nunca pensamos, como la respiración, la frecuencia cardíaca, la tensión arterial, la
deglución (tragar) y la digestión.
El cerebelo
Hay muchas otras partes más pequeñas del encéfalo que cumplen funciones
importantes. Entre ellas, se encuentran las siguientes:
El tálamo, que recibe mensajes sobre los sentidos, como la vista, el oído y el
tacto, que provienen de los ojos, los oídos y los dedos.
El hipotálamo, que controla el pulso, la sed, el apetito, los patrones de sueño y
otros procesos que ocurren en el organismo de forma automática.
La glándula pituitaria, que genera las hormonas que controlan el crecimiento,
el metabolismo, el equilibrio de agua y minerales, la maduración sexual y la
respuesta al estrés.
Partes que conforman la médula espinal
El nervio olfativo está relacionado con el sentido del olfato. Es responsable de detectar
y transmitir las señales de olores al cerebro. Si alguna vez te has preguntado por qué
puedes disfrutar del aroma de una flor o sentir el delicioso aroma de una comida
casera, debes agradecer al nervio olfativo.
El tercer par craneal controla los movimientos de varios músculos oculares, incluyendo
los que dirigen el movimiento del ojo hacia arriba, abajo y hacia los lados. Además,
regula la apertura de la pupila.
El quinto par craneal es un nervio mixto que tiene una función sensorial y motora.
Controla la sensación en la cara y la mandíbula, así como los movimientos de los
músculos masticatorios. Su importancia radica en nuestra capacidad para hablar y
comer.
El sexto par craneal es otro actor clave en el control de los movimientos oculares.
Regula el músculo recto lateral, que permite la rotación del ojo hacia afuera.
Este par craneal se divide en dos partes: el nervio vestibular y el nervio coclear. El
primero se encarga del equilibrio y la orientación espacial, mientras que el segundo se
relaciona con la audición. Ambos son cruciales para nuestro sentido de la ubicación y
la capacidad de oír.
Este par craneal controla los movimientos de los músculos del cuello y los hombros.
Su importancia radica en la capacidad de realizar movimientos como girar la cabeza y
elevar los hombros.
La médula espinal es una estructura larga y delgada que se extiende desde el cerebro
hasta la región lumbar de la columna vertebral. Tiene un papel fundamental en la
transmisión de señales nerviosas entre el cerebro y el resto del cuerpo. La médula
espinal es responsable de transmitir información sensorial desde los receptores
sensoriales hacia el cerebro, así como de enviar señales motoras desde el cerebro
hacia los músculos y glándulas del cuerpo.
BULBO RAQUÍDEO
El bulbo raquídeo, también conocido como médula oblonga, es una estructura que se
encuentra en la base del cerebro y conecta el cerebro con la médula espinal. Es
responsable de regular funciones vitales como la respiración, la frecuencia cardíaca, la
presión sanguínea y la digestión. Además, contiene núcleos que controlan reflejos
importantes como la tos, el estornudo y la deglución.
PROTUBERANCIA ANULAR
El istmo del encéfalo, también conocido como istmo del tronco encefálico, es una
región que conecta el bulbo raquídeo con la protuberancia anular. Contiene
importantes vías nerviosas que transmiten información entre el cerebro y la médula
espinal, así como núcleos que participan en funciones autonómicas y de control de
movimientos.
CEREBELO
CEREBRO
MENINGES
Las meninges son membranas que recubren y protegen el sistema nervioso central.
Están compuestas por tres capas: la duramadre (la capa más externa), la aracnoides
(la capa intermedia) y la piamadre (la capa más interna). Las meninges protegen el
cerebro y la médula espinal contra lesiones físicas, proporcionan soporte estructural y
ayudan a regular el flujo de líquido cefalorraquídeo.
LAS NEURONAS
Una neurona es una célula especializada del sistema nervioso que es capaz de
transmitir señales eléctricas y químicas. Es la unidad funcional del sistema nervioso y
desempeña un papel fundamental en la transmisión de información entre las diferentes
partes del cuerpo.
ESTRUCTURA
Dendritas: Son extensiones del cuerpo celular que reciben señales de otras neuronas
y las transmiten al cuerpo celular. Las dendritas son usualmente cortas y altamente
ramificadas, lo que les permite recibir señales de muchas otras neuronas al mismo
tiempo.
Axón: Es una larga extensión que transmite las señales desde el cuerpo celular a
otras células, incluyendo otras neuronas, células musculares o células glandulares. El
axón puede ser muy largo, hasta un metro o más en humanos.
Terminales del Axón o Botones Sinápticos: Estas son pequeñas extensiones en el
final del axón que liberan sustancias químicas llamadas neurotransmisoras para
transmitir señales a otras células.
Mielina: Es una sustancia grasa que recubre los axones de muchas neuronas,
permitiendo una transmisión más rápida de las señales. Las células que producen
mielina son diferentes en el sistema nervioso central (células de oligodendrocitos) y en
el sistema nervioso periférico (células de Schwann).
FUNCIÓN
Las neurotoxinas son sustancias químicas que tienen la capacidad de dañar o alterar
el funcionamiento normal del sistema nervioso. Pueden afectar a las neuronas, a las
células de soporte del sistema nervioso (como las células gliales) o a las sinapsis.
Algunas neurotoxinas son producidas por organismos vivos, como ciertas bacterias,
hongos, plantas y animales venenosos, mientras que otras son de origen sintético,
como algunos pesticidas y productos químicos industriales. Las neurotoxinas pueden
causar una amplia gama de efectos nocivos en el sistema nervioso, que van desde
trastornos leves hasta enfermedades graves e incluso la muerte.
Los neurotransmisores son sustancias químicas que transmiten señales entre las
neuronas. En el sistema sensorial, los neurotransmisores desempeñan un papel
fundamental en la transmisión de información sensorial desde los órganos sensoriales
(como los ojos, oídos, nariz, lengua y piel) hasta el sistema nervioso central. Por
ejemplo, en la visión, los neurotransmisores como la dopamina y la serotonina están
involucrados en la transmisión de señales visuales desde la retina hasta el cerebro. En
el caso del olfato y el gusto, los neurotransmisores participan en la transmisión de
señales químicas desde los receptores sensoriales hasta las áreas del cerebro
responsable del procesamiento sensorial y la percepción.
Tumores cerebrales: Los tumores que afectan al sistema nervioso central pueden
tener diversas consecuencias clínicas dependiendo de su localización y tamaño. Los
síntomas pueden incluir dolor de cabeza persistente, cambios en la personalidad,
convulsiones, alteraciones en la visión y problemas motores o sensoriales.
Meningitis: Es una inflamación de las meninges, que son las membranas que
recubren el encéfalo y la médula espinal. La meningitis puede ser causada por
bacterias, virus, hongos, parásitos o agentes no infecciosos. Los síntomas más
frecuentes de la meningitis son fiebre, dolor de cabeza, rigidez de nuca, náuseas,
vómitos, confusión, somnolencia, fotofobia y alteraciones del estado de conciencia. La
meningitis puede provocar complicaciones graves, como daño cerebral, pérdida de
audición, hidrocefalia o septicemia. El tratamiento de la meningitis depende de la
causa, pero generalmente incluye el uso de antibióticos, antivirales, antifúngicos,
antiinflamatorios y medidas de soporte vital.
Encefalitis: Es una inflamación del tejido cerebral, que puede ser causada por
infecciones, autoinmunidad, alergias, toxinas o factores desconocidos. Los síntomas
de la encefalitis pueden variar según la zona del cerebro afectada, pero pueden incluir
fiebre, dolor de cabeza, alteraciones del comportamiento, convulsiones, debilidad,
parálisis, problemas de visión, audición, lenguaje o memoria. La encefalitis puede
causar secuelas neurológicas permanentes o la muerte. El tratamiento de la encefalitis
depende de la causa, pero suele consistir en el uso de medicamentos antivirales,
antiinflamatorios, inmunosupresores o corticoides, y en medidas de soporte vital. ³