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n
EéCDriDDE6 VASCOS
CUADERNOS
SANCHO EL SABIO'
Texto: Gorka Aulestia
Traducción al euskera: Koldo Biguri
Diseño: Antonio Ciprés
Fotografía: Miguel Angel Quintas
Ilustraciones y Fotografías: Fundación Sancho el Sabio
Editorial Auñamendi
Joan Mari Torrealday
Gorka Aulestia
H ! U N P EN -A R EA
C D A R E A S A Z T E L A N IA Z T A n jA
los grandes penodos que conforman la historia de las grandes literaturas occidentales no le son aplicables. En segundo
lugar, la literatura vasca ha estado orientada esencialmente al servicio de las necesidades lingüísticas, siendo su protagonis
ta principal el euskara con su rica diversidad dialectal. Junto a estas características singulares, se puede añadir además que
la literatura vasca se halla geográficamente dividida en dos partes, norte y sur del País Vasco, entre dos grandes estados;
este mapa presenta varias diferencias notables que son patentes en esta literatura. Así por ejemplo, la literatura euskérica
escrita en la zona norte precede prácticamente en más de dos siglos a la de la zona sur de Euskal Herria. Por último, la
literatura vasca es, en gran medida, religiosa en cuanto a sus temas y autores se refiere. Desde mediados del siglo XVI
(comienzos de la literatura escrita) hasta la mitad del siglo XIX, son poquísimos los escritores laicos que aparecen en la
lista de autores en las historias de la literatura vasca. La inmensa mayoría de los escritores vascos fueron autores religiosos
que trataron preferentemente de temas religiosos desde un punto de vista didáctico-espiritual sin parar mientes en el aspec
to literario “per se”. Así por ejemplo consta que la literatura vasca del siglo XVI fue creada sobre todo por la incipiente
Contrarreforma recomendada por el Concilio de Trento en 1545, año, al mismo tiempo, de la publicación del primer libro
vasco. Se sabe también que la inmensa mayoría de los escritores clásicos vascos de los siglos XVII y XVIII perseguía unos
fines muy concretos: la vivencia de la doctrina católica, además de defender los origines remotos y la belleza del euskara.
Las tradiciones de la literatura vasca, tanto escrita como oral, se presentan con frecuencia como una expresión conjunta e
inseparable de la vida cultural de los vascos. Sin embargo, conviene distinguirlas delimitando ambos campos para obte
ner una mejor comprensión del concepto de la oralidad y de la literatura escrita. A diferencia de otras naciones que lega
ron sus hechos históricos consignados por escrito y más tarde desaparecieron, el pueblo vasco, de raigambre prehistórica.
Los vascos trataron de fijar su
forma de concebir la vida a tra
vés de la expresión oral, lo cual
ha servido para suplir la caren
cia de una literatura escrita que
se nos m u estra en el p a sa d o
como escasa, tardía y no de gran
calidad si se la compara con las
literaturas de las naciones veci
nas.
no escribió lo que hizo sino que dejó en herencia para la posteridad un caudal diferente: su lengua viva y multisecular y
una larga serie de manifestaciones artísticas de tipo eminentemente oral y popular como son el bertsolarismo, las pastora
les, la paremiología o refranero, las baladas, los cantos de guerra antiguos, los “eresiak” o himnos funerarios, las “kopla
zaharrak” o coplas antiguas, las mascaradas, las toberas, las farsas chariváricas, los “astolasterrak”, etc. Los vascos trata
ron de fijar su forma de concebir la vida a través de la expresión oral, lo cual ha servido para suplir la carencia de una
literatura escrita que se nos muestra en el pasado como escasa, tardía y no de gran calidad si se la compara con las litera
turas de las naciones vecinas. Por otra parte, esta literatura escrita en euskara ha tenido en muchos casos una incidencia
social indirecta en la vida de los vascos. En cambio la literatura oral, en opinión del profesor Luis Michelena, “es proba
blemente tan rica y tan variada como la de cualquier otro pueblo”. Esta literatura oral ha sido creada por y para el pue
blo, siendo su verdadero autor un ente colectivo y anónimo y sus lugares habituales de transmisión, la cocina del viejo
caserío y la iglesia parroquial. Entre los grandes investigadores de las diversas expresiones literarias del alma vasca pre
sentamos a J.I.Iztueta, EX. Michel, J. Vinson, J. Jaurgain, G. Hérelle, J.D.J. Sallaberry, W. Webster, R.M. Azkue, “A.
Donostia”, J.M. Barandiaran, M. Lekuona, “J. Riezu”, A. Zavala, etc.
El bertsolarismo es un fenómeno de una literatura de expresión oral cuyos representantes, los “bertsolariak”, son poetas
populares que gozan de una cualidad que se basa sobre todo en la improvisación, elemento diferenciador y característico
de este fenómeno artístico. En la mayoría de los casos, los bertsolaris son más versificadores que poetas y si no alcanzan
los altos niveles de la poesía escrita y culta, es porque el bardo vasco debe improvisar sobre cualquier tipo de temas
impuestos, acompañados con melodías, ritmos y rimas, a veces impuestos por un jurado. En consecuencia, el bertsolari
no es un juglar cualquiera que se limita a cantar lo que otro artista compone, ni es un simple trovador, ni siquiera un intér-
El bertsolarísmo exige del bardo
vasco, entre otras, las siguientes
cualidades: conocim iento pro
fundo del euskara, buena memo
ria y reflejos ráp id os, m ucho
humor e ironía, fino oído, con
trol de los nervios y un “saber
estar sobre las tablas” ante un
numeroso público en las distin
tas pruebas.
prete como los actores de ópera o de teatro, aunque algunos elementos de los
que se valen estos artistas son ingredientes de la composición del bertsolarismo.
El bardo vasco es un trovador especial que va creando poesía a medida que va
improvisando versos cantados. Las fuentes de inspiración de los bertsolaris,
especialmente antiguos, no eran los libros pues la mayoría de ellos no sabía ni
leer ni escribir. El bertsolari tampoco se somete a unas fórmulas métricas este
reotipadas y preparadas con antelación sino que su arte es abierto y multiforme.
En consecuencia, la obra artística del bertsolari puede ser menos rica que la del
poeta culto, en cuanto a abundancia y lógica se refiere, pero será, sin duda
alguna, más espontánea y libre. El bertsolarismo exige del bardo vasco, entre
otras, las siguientes cualidades: conocimiento profundo del euskara, buena
memoria y reflejos rápidos, mucho humor e ironía, fino oído, control de los
nervios y un “saber estar sobre las tablas” ante un numeroso público en las dis
tintas pruebas. Antiguamente éstas tomaron forma de desafíos y de competicio
nes en los Juegos Florales; en cambio, hoy en día, prevalece el bertsolarismo de
las fiestas populares y las “txapelketak” o competiciones regionales y naciona El bertsolarismo es un fenómeno
les. Entre los bertsolaris más renombrados se pueden enumerar los nombres de de una literatura de expresión
F. Amezketarra, “Bordel”, “Xenpelar”, P.T. “Etxahun”, “Bilintx”, “Otxalde”, oral cuyos representantes, los
"Udarregi”, ‘Txirrita”, P. “Erróla”, K. Enbeita, P.M. Otaño, “Basarri” , “Uztapi- ^^bertsolariak’%son poetas popu
de”, “Xalbador” , M. Lasarte, “Lazkao-Txiki”, J. Lopategi, X. Amuriza, A. lares que gozan de una cualidad
Egaña. qu e se basa so b re tod o en la
improvisación, elemento diferen*
1.5. LITERATURA ORAL VASCA. (II) TEATRO POPULAR: PASTORALES.
ciador y característico de este
La pastoral es, junto con el bertsolarismo, la expresión literaria popular que fenómeno artístico. En la mayo
más público atrae en Euskal Herria, especialmente en la provincia de Zuberoa, ría de los casos, los bertsolaris
cuna histórica de este fenómeno artístico. La pastoral es esencialmente teatro son más versifícadores que poe
popular por estar pensada y ejecutada por y p ara el pueblo, siendo sus actores tas.
completamente amateurs. La pastoral vasca posee elementos del teatro medie
val como poesía-verso, música-canto, danza y un espacio, al aire libre, en el
que se improvisa un escenario. Los temas de las pastorales antiguas estaban
relacionados con los misterios religiosos y las gestas de los caballeros de la
Edad Media. La pastoral, desde el siglo XIX hasta nuestros días, ha sabido
adaptarse a los cambios y condicionamientos de la vida socio-cultural moderna
pero sin alterar los elementos esenciales de este fenómeno como son la estruc
tura interna y los versos compuestos en cuartetas rimadas y siempre cantadas.
La dicotomía y división entre buenos y malos es parte esencial de este teatro
antiguo. La pastoral se divide en tres partes desiguales: a) el prólogo o primer
sermón; b) el cuerpo de la pastoral (la parte más larga) y c) el epílogo o último
La pastoral, desde el siglo XIX
hasta nuestros días, ha sabido
adaptarse a los cambios y condi
cionam ientos de la vida socio-
cultural moderna pero sin alte
rar los elem entos esenciales de
este fe n ó m en o com o son la
estructura interna y los versos
com puestos en cuartetas rim a
das y siempre cantadas.
sermón. Con el transcurso del tiempo se notan algunos cambios como el carácter más vasco de los temas, la modernidad
de algunas melodías, la mayor asistencia del público, las mejoras en la indumeniaria de los actores y en el escenario así
como en los medios electro-acústicos, la publicación de un libreto en tres lenguas, la duración del acto, etc. Así por ejem
plo, los temas se van vasquizando: Roldán, Carlomagno y Napoleón han dejado paso a Zumalakarregi, Iparragirre, Sabi
no Arana, José Antonio Agirre, al bertsolari “Xalbador”, etc. A la antigua pareja musical (xirula y tambor) se le han
sumado otros cinco instrumentistas formando así una orquestina que, situada en lo alto del escenario, acompaña los
diversos actos y escenas de la obra, que dura unas cuatro horas mientras que antiguamente duraba hasta ocho. El carácter
diferenciador de la pastoral antigua que no permitía a las mujeres tomar parte activa ha cambiado también totalmente.
Poco se conoce de los orígenes de la pastoral y los especialistas en el tema no están de acuerdo sobre este asunto. En
cualquier caso, la primera noticia que se conserva nos la proporciona A. Oihenart (1592-1667).
Los monumentos literarios más antiguos del euskara son los cantares relacionados con hechos sangrientos (guerras, asesi
natos, incendios, robos, etc.) que ocurrieron entre los siglos XIV y XV, y que nos han sido transmitidos en el s. XVI por
historiadores como E. Garibay, Ibargüen-Cachopin, Zaldibia, Lope de Isasti, etc. Los vascos, al igual que los demás pue
blos europeos de la Edad Media, vivieron durante muchos años en una época de luchas banderizas capitaneadas por los
“ahaide nagusiak” o parientes mayores (oñacinos y gamboínos en el sur; agramonteses y beamonteses en el norte). Estos
hechos sangrientos interpretados oralmente por un poeta anónimo dieron ocasión a una literatura popular transmitida por
vía oral y consignada más tarde por escrito. Desgraciadamente la mayoría de estos textos son fragmentarios pero, aun así,
son piezas dignas de ser conservadas con mimo por el interés histórico, lingüístico y literario de su poesía épica. Caben
ser destacados los cantares de “Bereterretxe” (s. XV), “Aramayona o lamentación de Pedro de Abendaño” (1443), la
“Quema de Mondragón” (1448), “Batalla de Beotibar” (1321), “Urrexola” (s. XIV) y el “Cantar de Olaso”. Son asimis
mo muy interesantes las endechas de “Milia de Lastur”, “Martín Báñez de Artazubiaga” y las de “D. Beltrán de Alós”. E.
Garibay inserta en su monumental obra Compendio historial algunos fragmentos de varios de estos cantares, y el libro
Cantares antiguos del euskera de su paisano, el mondragonés Juan Carlos Guerra (1860-1941), es una rica fuente de
D
ellos. Una de las más bellas, y la más completa de estas canciones es el poema
“Bereterretxe Kanthoria”, verdadera joya de la literatura oral medieval, trans
mitida durante cuatro siglos por vía oral y consignada en 1870 por J.D.J. Salla
berry en su libro Chants populaires du Pays Basque. Se trata de una composi
ción de quince estrofas en la que se narra el asesinato del joven Bareterretxe a
manos de “tres docenas” de soldados del Conde de Lerín. Este trágico suceso
acaecido en el pueblecito de Ezpeldoy, ubicado en el valle de Andoze (Zube-
roa), llenó de dolor e indignación a muchos vascos. En esta poesía épica, caben
destacarse la narración, los diálogos, la descripción de los personajes y lugares
concretos de este hecho sangriento contado en dos secuencias sucesivas.
El apoyo de los Papas al emperador español en las luchas entre Francia y Espa
ña provocó la conversión al calvinismo de la reina de Navarra, Juana de Albret,
arrastrando consigo a bastantes vascos a pesar de la oposición cerrada de la
mayoría católica. La Reina abjuró de la fe católica en 1559 imponiendo la
reforma calvinista en sus estados. El sínodo calvinista celebrado en 1564 en
El apoyo de los Papas al empe Pau encargó a Joannes Leizarraga, nacido en Briscous (Laburdi), la primera
ra d o r e sp a ñ o l en las lu c h a s traducción del Nuevo Testamento, nombrándole en 1567 ministro de la Iglesia
entre Francia y España provocó Reformada. Tres son las obras de este autor. Se trata de tres traducciones encar
la conversión al calvinismo de la gadas y costeadas por el Consejo de la reina y publicadas en 1571 en La Roche-
lle: 1) Kalendrera o calendario para fijar la fecha de Pascua y otras festivida
rein a de N a v a r r a , J u a n a de
des; 2) el ABC edo Christinoen instructionea o catecismo elemental para los
A lbret, arrastrando consigo a
cristianos, y su libro más famoso, Jesús Christ Gure Jaunaren Testamentu
bastantes vascos a pesar de la Berria (Nuevo Testamento de Nuestro Señor Jesucristo) con los que Leizarraga
oposición cerrada de la mayoría pretendía difundir la palabra de Dios y divulgar las ideas calvinistas entre los
católica. La Reina abjuró de la vascos de esa zona de Euskal Herria, porque como indica él mismo en el prólo
fe católica en 1559 imponiendo go “Heuscalduney” (A los vascos), “no somos los vascos tan salvajes entre
la reforma calvinista en sus esta todas las demás naciones que no podamos conocer y alabar a Dios en nuestro
dos. idioma”. A la hora de emprender esta obra, “tarea que ha sido mayor de lo que
nadie pudiera pensar al principio”, el autor se topó (como más tarde “Axular”)
con el problema dialectal vasco, la falta de una tradición literaria en Euskal
Herria y optó por escribir en una modalidad de euskara que “no ha sido emplea
da hasta ahora”. Su vascuence se basa fundamentalmente en el labortano, enri
quecido con vocablos de los dialectos bajo-navarro y suletino pero sobre todo
con muchos elementos alienígenas tomados especialmente del latín, respetando
incluso la ortografía de estas palabras. A pesar de la maestría con la que Leiza
rraga se vale del euskara, su estilo resulta difícil, cultista, poco comprensible
para la inmensa mayoría de los vascos. La figura de J. Leizarraga ha quedado
para la historia literaria como la de un valiente pionero que no ha tenido
muchos seguidores.
en un tipo de lectores muy concretos: los cristianos pecadores que iban posponiendo su conversión para más tarde, lo cual
exponía a grave riesgo la salvación de sus almas, porque el decir “después” significa decir “nunca”. “Axular” fue con
temporáneo de Cervantes, Lope de Vega, etc. y estudió, como está comprobado, en la Universidad de Salamanca; muestra
una formación no muy corriente en pleno Siglo de Oro español y del esplendor del clasicismo en Francia. El abundante
número de citas bíblicas y patrísticas, así como también de autores clásicos greco-latinos, manifiesta el talante humanista
de “Axular”, amante de la observación, de las leyes naturales, del equilibrio, sobriedad (pero no laconismo), exactitud de
ideas y habilidad de planteamientos razonados. Cabe en el Gero una influencia de las obras clásicas como Guía de peca
dores de Fray Luis de Granada y la Pilotea de San Francisco de Sales. En cualquier caso, el Gero seguirá siendo siempre
la obra cumbre de la prosa ascética dentro de la literatura religiosa de los vascos.
En pleno siglo XVII dominado por el prestigio de “Axular” y el grupo de eclesiásticos de la tertulia de Sara, destaca en
Iparralde por su formación, cultura y obras escritas, el primer laico, A rnaud O ihenart (1592-1667), nacido en Mauleón
(Zuberoa). Hizo su carrera universitaria de Derecho en Burdeos; fue síndico o diputado de su provincia natal y más tarde,
abogado del Parlamento de Navarra en St. Palais. A. Oihenart fue un hombre muy culto y su figura sobresale como poli
facético y humanista interesado en la historia, poesía culta, colecciones del refranero vasco, gramática y lexicografía vas
cas, leyes, etc. Conocía varias lenguas: latín, francés, euskara, griego, español e italiano, aunque su variada y densa pro
ducción se contiene en las tres primeras. Como historiador destaca por su libro de 600 páginas, escrito en latín: Notitia
utriusque Vasconiae tum Ibericae tum Aquitaniae (París, 1638). Dejando de lado los mitos y leyendas (Tubalismo, Can-
tabrismo, etc.) creó como pilar de Euskal Herria, el concepto de vasconismo, basado en la idea de la territorialidad de las
siete provincias vascas actuales. Como crítico literario sobresale su obra L*Arí
poétique basque (1656) en la que, por vez primera, se intenta adaptar la poesía
VTRIVSqVE
I T I A ‘^
vasca a las pautas de una métrica culta y europea abandonando la métrica tradi
cional y popular vasca. Pero A. Oihenart es conocido sobre todo por su libro V A S C O N I^ .
Les proverbes basques recueillis par le Sr. d^Oihenart, plus les poésies bas TVM IBERICA.
T VM A Q V I T A N I C a
ques du mesme auteur (París, 1657). Como el mismo título indica esta obra se A , I u .-i i íR . s r r v M r i g i ó m e e t .m i a
divide en dos partes: a) “Atsotizac edo Refrauac” (una de las mejores coleccio fiy' tfiu%siumTauftisacdigniacefiaulianiaftcaaun
¿¡ÍM,NA»iiL»*R.egomC«et»i<iBkpie,lji iá,
'ex f(obui$AucbohbBilCTetDftijiMttuaans
nes más completas de refranes vascos), y b) “O. ten gastaroa neurthizetan” cxtiixttcfli.
compuesta de 29 composiciones poéticas vascas. En ambas partes, el tratamien ActtJimCátdJtfiPmifamV^cmUJfmumcí,
itMtwmstiitúftamu,
to concedido a la mujer (vg: los versos dedicados a su esposa), muy en conso AurfwcA . . < / OiHtMAM.• Moolíofoleafi.'
nancia con los cánones petrarquistas y ronsardianos, destaca por su forma posi
tiv a y bella. A. O ih en art no se valió de su d ialecto natal sino del
navarro-labortano en el que destaca el purismo y la abundancia de neologismos.
En cuanto a su estilo, se nos presenta siempre como conciso, conceptualista y
culterano.
i * 'V ' «
SatnptaxijSasASTiAXt Cumoiit Tvpoet^R^
v il Iico b cijíab C ico cm s.
2.6. S. XVIIl. LITERATURA VASCA EN IPARRALDE.
LABORTANO POSTCLASICO. CVM PfcJTIlícJO R.EC1*
Se conocen muy pocos datos acerca de la vida del alavés Pedro Ignacio de
B arrutia (1682-1759) nacido en Aramayona; consta que fue hijo natural y escri
bano de Mondragón. Es conocido por su obra Acío para la Nochebuena que fue
publicada por vez primera por R.M. Azkue en su vt\'i?X2i Euskalzalea con el títu
lo vasquizado,Gafto/iííaiko ikuskizuna. Es la primera obra teatral que se compu
so en el País Vasco peninsular y posee algunos elementos comunes con las Pas
torales: ambas pertenecen al género del teatro popular; están pensadas en un solo
Acto y no respetan las unidades de espacio y tiempo. Pero, por otra parte, exis
ten también diferencias entre ambas formas teatrales: el dualismo o maniqueís-
mo (buenos-malos) no es tan acusado aquí; la extensión de la obra es mucho
Se c o n o cen m u y p o co s d a to s más corta (500 estrofas frente a 1500 o más de las pastorales) aquéllas son canta
a cerca de la vid a del a la v é s das o recitadas siempre con la misma forma estrófica mientras que aquí la varie
Pedro Ignacio de Barrutia (1682- dad de estrofas es grande; los dialectos son diferentes (vizcaíno aquí y suletino
1759) nacid o en A ram ayon a; en las Tpastoraies).Gabonetako ikuskizuna está escrito en verso y su vascuence
con sta que fu e hijo natural y se halla plagado de castellanismos pero conserva muchos valores literarios. Cre
escrib a n o de M on d ragón . Es ado en la época neoclásica en la que toda obra teatral debía cumplir su misión
conocido por su obra Acto para didáctica siguiendo el dicho horaciano “instruir y deleitar”, el libro alcanza esta
la Nochebuena que fue publicada finalidad presentando el misterio de la Navidad de forma religiosa y divertida.
Entre una veintena de personajes destaca el protagonista Gracioso cuya conver
por vez primera por R.M. Azkue
sión es una de las metas más importantes de la obra. Este libro está escrito en un
en su revista Euskalzalea con el
lenguaje fácil de ser comprendido, lleno de humor, salpicado de dichos popula
título vasquizado, Gabonetako res y elaborado con versos de medida desigual (largos y cortos). Un coro que
ikuskizuna. canta desde fuera del escenario y en castellano en las primeras escenas completa
la estructura de esta obra escrita en euskara.
Ü c ito ¿Aro ^ »acAt 'uena
2.8. S. XVIII. TEATRO VASCO. X. MUNIBE.
Dos figuras resaltan con especial brillo en el firmamento cultural vasco de Eus
kal Herria peninsular durante el siglo XVIII: el P. Larramendi y X abier de
Munibe, Conde de Peñaflorida (1723-1785). Este último, mecenas de la cul
tura, fue fundador de la “Real Sociedad Bascongada de los Amigos del País”
(1765), en la que se congregaban varios clérigos y miembros de la pequeña
nobleza como el mencionado Conde de Peñaflorida, M.I. Alluna (amigo de J.J.
Rousseau), J.M. Eguía, el escritor alavés F. Samaniego (sobrino del Conde);
eran humanistas “ilustrados” que pretendían, entre otros fines, educar a los
jóvenes vascos según los cánones del humanismo europeo en el “Real Semina EL BORRACHO
rio de Vergara” creado por la R.S.BA.P. Munibe fue educado por los jesuitas en BURLADO,
Toulouse (Francia) hasta la edad de 18 años. Su palacio de Insausti de Azcoitia
donde había nacido, se convirtió en un lugar de encuentro de amigos que con
OPERA-
versaban periódicamente sobre temas culturales. Al declinar el día, estas reu
niones amistosas eran amenizadas con conciertos y obras de teatro como el
COMICA,
EN CASTELLANO.
Borracho burlado en el que X. Munibe, “alma mater” de las veladas, tomaba
parte como autor, actor y director. En esta obra se utiliza el euskara, aunque no Y BASCUENCE.
ESCRITA,
sea más que de forma ocasional; todo el recitado está escrito en romance mien
y PUESTA EN MUSICA
tras que el prólogo y las partes “cantábiles” están en euskara. Se trata de un tea
tro cómico y musical cuyo argumento es muy simple y posee una estructura POR UN CABALLERO
dramática sencilla, siguiendo en todo momento su objetivo de “enseñar agra GUIPUZCOANO.
dando”, buscando siempre, según el Conde, “hacer feliz y envidiable al bas
cuence”. Es también autor de Gabon sariak (1762) o villancicos para ser canta
dos en la parroquia de Azcoitia. En plena época neoclásica española en la que
destacan Luzán, Moratín, Sarmiento, Jovellanos, Iriarte, P.Isla, Cadalso, etc. los X ab ier de M u n ib e, C onde de
“ilustrados vascos” realzaron también la importancia del teatro como medio
Peñañorida (1723-1785). Fue el
educativo. En ocasiones, el esfuerzo de estos pioneros cultos no fue bien com
fundador de la ‘‘Real Sociedad
prendido en España como se puede constatar por el nombre con el que les bau
tizó irónicamente el R Isla: “Caballeritos de Azcoitia”; más tarde fueron tilda
B ascongada de los Am igos del
dos de “heterodoxos” por el polígrafo cántabro Menéndez y Pelayo. País” (1765), en la que se con
g reg a b a n v a r io s c lé r ig o s y
miembros de la pequeña noble
2.9. S. XVIII. LINGUISTICA Y LITERATURA VASCAS. M. LARRAMENDI Y za; eran hum anistas ‘‘ilu stra
SUS SEGUIDORES. ORIGENES DEL GUIPUZCOANO LITERARIO. dos” que pretendían, entre otros
fines, educar a ios jóvenes vascos
La literatura vasca escrita en dialecto labortano, que durante el siglo XVII había según los cánones del humanis
impuesto su hegemonía, perdió importancia en beneficio del dialecto guipuzco
mo europeo en el “Real Semina
ano siendo el P. L arram endi (1690-1766), la figura más destacada de este
rio de Vergara”.
movimiento durante la segunda mitad del siglo XVIII. Este jesuíta nacido en
Andoain fue uno de los hombres más eruditos de su época. Se distinguió como
gramático, lexicógrafo, historiador, apologista del euskara y de los fueros vas
cos, (especialmente de su provincia Guipúzcoa), promotor de la literatura vasca
en el País Vasco peninsular, profesor de filosofía y teología en la Universidad
de Salamanca y confesor de la Reina María Ana, viuda de Carlos II. Lo que
dejó escrito en euskara no es comparable, ni en cantidad ni en calidad, con su
producción castellana pero en cualquier caso es digna de mención la obra de
este pionero porque tuvo una influencia decisiva en muchos escritores vascos
de su época e incluso más tardíos. Lo poco que dejó en prosa vasca es excelen
, . f r . te, no, en cambio, sus versos. De los dos grandes libros que escribió: El impos-
sible vencido. Arte de la lengua vascongada (1729) y Diccionario trilingüe
del castellano, bascuence y latín (1745) destaca el primero. Uno de los detrac
tores del vascuence, el jesuita P. Mariana, lo presentaba como “rudem et barba-
ram linguam” . El P. Larramendi trató de probar lo contrario escribiendo esta
primera gramática vasca compuesta de 404 páginas, en la que aparece, expuesta
de forma muy clara, la estructura gramatical vasca (declinación, verbo, sintaxis,
prosodia, acento, etc.), basándose, sobre todo en el dialecto guipuzcoano. Su
segunda obra, el vasto Diccionario trilingüe va precedido por un extenso prólo
go de 229 páginas en el que defiende la perfección y antigüedad del euskara.
Este diccionario no goza hoy de la fama que obtuvo en aquella época por la
abundancia de neologismos arbitrarios que creó. A pesar de sus muchos defec
tos fue una obra de titanes, teniendo en cuenta, sobre todo, la época en que se
llevó a cabo. Entre sus seguidores cabe destacar a tres PP. Jesuítas guipuzcoa-
nos: Agustín C ardaberaz (1703-1770), Sebastián M endiburu (1708-1782) y
La literatura vasca escrita en Ju an Antonio Ubillos (1707-1789).
dialecto labortano, que durante
el siglo XVII había impuesto su 2.10. S. XIX. ORIGENES DE LA PROSA NARRATIVA.
hegemonía, perdio importancia ORIGENES DEL VIZCAINO LITERARIO.
en beneficio del dialecto guipuz-
coano siendo el P. Larramendi Si en el s. XVIII la labor del P. Larramendi y de su grupo fue esencial para el
(1690-1766), la fìgura más desta cultivo del dialecto guipuzcoano, otro tanto se podría afirmar más tarde de
cada de este movimiento duran Juan Antonio Moguel (1745-1804) y de Pedro A ñibarro (1748-1830) respec
te la segu n d a m itad del sig lo to a la elevación del dialecto vizcaíno a la categoría de lengua escrita. El libro
X V III. E ste je su ita nacido en Perú Abarca (1881) del primero de ellos, publicado casi ochenta años después
Andoain fue uno de los hombres de la muerte del autor, marca un punto de arranque de la prosa narrativa, ade
más de establecer el tipo del vizcaíno hablado en Marquina como dialecto lite
más eruditos de su época.
rario. En confesión del propio autor lo escribió “con el objeto de vindicar al
idioma de la acusación de pobreza”. Como se puede leer en el título, se trata de
unos diálogos entre un aldeano rústico y e! barbero Maisu Juan en los que el
objetivo del autor es probar que el vascuence de la aldea es mejor que el usado
en la calle. Se trata de un libro muy ameno, lleno de hunipr y muy interesante
por la información que ofrece sobre el euskara y la etnografía vasca de la
segunda mitad del siglo XVIII: costumbres, ferrerías, aperos de labranza, nom-
bres de la flora y fauna, etc. Junto a este párroco de Marquina, hemos de situar
también a otros cuatro religiosos, (tres vizcaínos y uno guipuzcoano de naci
miento) que con sus sermonarios de predicación y libros voluminosos explican
do sistemáticamente la doctrina cristiana, sirvieron en gran medida al embelle
cimiento del dialecto vizcaíno. Se trata del franciscano F ra y P ed ro de
A ñibarro (1748-1830) natural de Villaro y autor de numerosos libros, entre los
que destacan Escu-íiburua (Tolosa, 1802) y Lora-sorta espirituala (Tolosa,
1803); el franciscano durangués Fray Pedro Astarloa (1751-1821), autor de
Uríeco domeca gustijetaraco berbaldi icasbidecuak (Bilbao, 1816); el carmeli
ta de Marquina-Echevarria Fray Bartolomé de Santa Teresa (1768-1835),
que publicó Icasiquizunak (Pamplona, 1816) y el sacerdote azcoitiano Ju an
José Moguel (1781-1849), autor del libro Baseenitaar nequezaleentzako esco
lia. (Bilbao, 1816).
Aptiiz
xis. Sin alcanzar tan alto nivel destaca también la figura de José Ignacio Gue
ID. francisco J^nacio ite Carìii^abal rrico (1740-1824) nacido en Segura. Su obra más importante se titula Cristau
ZALDIVIA-CO BE.NEFICIADUAC.
Doctriña guztiaren esplicacioaren sayaquera (Tolosa, 1858). Se trata de una
amplia exposición del Catecismo, del dogma y de la moral cristianos explica
Pamplona-n ObispaJaaiiam dos de forma clara y detallada. Su novedad radica en el ensayo (sayaquera), en
que estos sermones o “pláticas” pronunciados en las misas dominicales, apare
cen a modo de preguntas y respuestas. Este voluminoso libro de 1.1(X) páginas
4S56—
0UU5mun. fue publicado en 1858 aunque el autor lo escribió en 1805. Las razones econó
ASDKtS CMIMAUI- L1Rm vC tllU .U U It CCUCiü.
micas, y de censura de los corregidores reales impidieron que J.L Guerrico
viera la publicación de su obra, pues murió 34 años antes. Cerrando esta tema
de escritores guipuzcoanos tenemos a Francisco Ignacio de Lardizabal (1806-
Ha llegado a ser un tòpico afir 1855) que nació y murió en Zaldivia. Es autor de una historia sagrada, Testa-
m ar que la lite r a tu r a escrita mentu zarreco eta berrico condaira (Tolosa, 1855), de gran aceptación en el
vasca es en gran medida religio País Vasco y que ha conocido varias reimpresiones. En opinión del profesor
sa en cuanto a temas y autores; Luis Michelena “es probablemente la obra que ha sido más leída en Guipúzcoa
las siguientes líneas son buena en los últimos cien años, y no sin razón”.
prueba de ello. Se trata de tres
sacerdotes guipuzcoanos (J.B. 2.15. S. XIX. JUEGOS FLORALES.
Aguirre, J.I. Guerrico y F.I. Lar-
dizabal) que usan su dialecto y La creación de los “Juegos Florales” en 1853 por Antoine d ’Abbadie (1810-
p u b lic a n lib r o s v o lu m in o so s 1897) supuso un avance en la poesía vasca. Hombre culto, políglota en pose
sión de 14 lenguas y presidente de la “Académie de Sciences” de París, se con
sobre tem as religiosos en una
virtió en mecenas de la cultura vasca. Instalado en su casa de Hendaya, lugar
prosa narrativa ejemplar.
de reunión de muchos vascólogos, alentó y costeó los diversos concursos de
los “Juegos Florales” durante casi medio siglo, comenzando en Urruña (Ipa-
rralde) en 1853 para pasar a Hegoalde (Elizondo, Azpeitia, etc.). Precisamente
en el primer concurso de poesía organizado en Urruña tomó parte el koblari o
bardo popular de Barcus (Zuberoa), Fierre Topet Etchaun (1786-1862). La
tragedia y drama de la vida de este poeta maldito dio hondura a la obra artísti
ca que muestra una amarga desilusión, un temperamento apasionado y una
La creación de los “Juegos Flo
r a le s ” en 1853 p o r A n to in e
d ’A bbadie (1810-1897) supuso
un avance en la poesía vasca.
Hombre culto, políglota en pose
sión de 14 lenguas y presidente
de la “Académie de Sciences” de
París, se convirtió en mecenas de
la cultura vasca. Instalado en su
casa de Hendaya, lugar de reu
n ió n de m u ch os v a sc ó lo g o s,
alentó y costeó los diversos con
cursos de los “Juegos Florales”
durante casi medio siglo.
sátira violenta en poemas antológicos como “Urxaphal bat”, “Mundian malerusik”, “Bi bertset dolorusik”, “Etchaunen
bizitzaren khantoria”, “Ahaide delezius huntan”, “Ofizialenak”, etc. El vizcaíno Felipe Arrese Beltia (1841-1906) fue
asimismo asiduo participante de los Juegos Florales y habitual ganador, comenzando en los certámenes poéticos cele
brados en 1879, en Elizondo (Navarra). Fue un poeta de mucha sensibilidad y de gran capacidad para la versificación.
La pérdida de los Fueros vascos y la probable muerte del euskara dieron un tinte elegiaco y romántico a su poesía. Otro
concursante y fino poeta fue Jean Baptiste Elizanburu (1828-1891), gran dominador del vascuence y maestro en la
versificación. Varias de sus poesías hechas canto, son tradicionales en el cantoral popular vasco. Otro notable poeta de
esta época de los “Juegos Florales” es G racian Adema, “Zalduby” (1828-1907) que, a pesar de no haber nacido en
Euskal Herria, se identificó con su lengua hasta llegar a ser homenajeado en los “Lore Jokoak” de 1892, celebrados en
Azpeitia.
2.16. S. XIX. ORIGENES DEL PERIODISMO VASCO.
En la lucha por la recuperación En la lucha por la recuperación de la identidad vasca y de su lengua destacan en
de la identidad vasca y de su len Navarra, el polígrafo A rturo Campión (1854-1937) y en Vizcaya, Sabino de
gua destacan en Navarra, el polí A rana (1865-1903) y R esurrección M® de Azkue (1864-1951). El ilustre
grafo A rturo Cam pión (1854- navarro expuso en Pamplona la necesidad de cerrar filas en defensa del euskara,
1937) y en V izcaya, Sabino de la “lingua navarrorum”; fue además un defensor apasionado de los Fueros
Arana (1865-1903) y Resurrec navarros. La obra de este “euskaldunberri” es admirable por su cantidad y cali
ción M“ de Azkue (1864-1951). dad: 15 volúmenes que alcanzan unas 7.000 páginas. Destaca, entre otras obras,
El ilu stre navarro expuso en su preciosa Gramática de los cuatro dialectos literarios de la lengua vasca
Pamplona la necesidad de cerrar
(1884). Desde una óptica bastante diferente, mucho más radical y rupturista, se
filas en defensa del euskara, la
halla la figura del padre del nacionalismo vasco, Sabino de Arana. No fue un
“lingua navarrorum”.
lingüista de carrera sino un autodidacta cuyo objetivo prioritario era la propa
ganda ideológica. Pero creó una corriente muy importante que condicionó, en
gran medida, las reformas en los campos de la ortografía, morfología y lexico
grafía vascas. Literariamente, destaca la fuerza, sinceridad y emoción que sabe
imprimir a sus poesías patrióticas. Por otra parte, es comúnmente aceptado que
el lequeitiano R.M. de Azkue fue, durante su dilatada vida, la referencia obliga
da y el centro de interés por el euskara en toda Euskal Herria. Mostró siempre
% jL
una extraordinaria capacidad para el trabajo y una gran afición a la música.
Impresiona también la extensa labor de este gigante de la cultura vasca en los
campos de la gramática, lexicografía, unificación del euskara, diccionarios,
cuentos, novelas, diversas expresiones de la literatura oral y popular, métodos
para la enseñanza del euskara, fundación de varias revistas vascas, óperas, zar
niTTi
zuelas, traducciones, conferencias, años de enseñanza del euskara, dirección de
X .J IX V i . W Í.V V
la “Real Academia de la Lengua Vasca” desde su fundación (1919-1951). Entre
la producción literaria hallamos su primera novela Bein da betiko (1893), así
como Ardi Galdua (1919), Batxi Guzur (1897) y Latsibi (1989) pero las obras
que más fama le han proporcionado son el Diccionario Vasco-Español-Fran-
cés (1905-1906), el Cancionero Popular Vasco (1921), la Morfología Vasca
(1923) y Euskalerriaren Yakintza (1935-1947).
3.2. S. XX. EUSKOIKASKUNTZA (1918) Y EUSKALTZAINDU (1919).
El 5 de setiembre de 1918, con ocasión del I Congreso de Eusko Ikaskuntza celebrado en la Universidad de Oñate
(Guipúzcoa) se llegó al acuerdo de crear un organismo para asegurar la conservación, fomento y cultivo del euskara; en
esta decisión radica el origen de Euskaltzaindia o Real Academia de la lengua vasca. Por acuerdo de las cuatro Diputa
ciones vascas se llegó a crear esta entidad cuyo lema, “Ekin eta Jarrai”, expresa la idea de seguir trabajando en la tutela y
fomento del vascuence. Anteriormente a 1918, hubo varios intentos de creación de esta entidad pero no llegaron a crista
lizarse; así por ejemplo, el del alavés José Paulo Ulibarri en 1832 y el de Arístides de Artiñano en 1886, en las “Fiestas
Vascas” de Durango. En Oñate fueron elegidos cuatro miembros de número: R.M. Azkue, A. Campión, L. Eleizalde y J.
Urquijo, a los que se sumaron otros ocho miembros el 21 de setiembre de 1919 en la Diputación de Guipúzcoa. Los nom
bres de los distintos presidentes de Euskaltzaindia y el período en que ejercieron su mandato son los siguientes: R.M.
Azkue (1919-1951), Ignacio M“ Etxaide (1952-1962), José M“ Lojendio (1964-1966), Manuel Lekuona (1967-1970),
Luis Villasante (1970-1988) y Jean Haritschelhar (1988- ). Esta entidad mantiene su actitud investigadora a través de
comisiones de trabajo como las de gramática, onomástica, dialectología, literatura, “Iker” o investigación y “Jagon” o
tutela del euskara, que realizan proyectos muy interesantes: la confección de tres diccionarios (el Orotariko Euskal Hiz-
tegia, el del vascuence unificado y el de los términos literarios); el Atlas dialectológico de todo el País Vasco; diversas
gramáticas, etc. Euskaltzaindia posee su órgano literario y difusor: Euskera. Su sede central radica en Bilbao pero man
tiene varias delegaciones en las diversas capitales vascas. En su larga historia destacan varias efemérides: la fundación, la
reunión de Aránzazu con ocasión de las bodas de oro en 1968 en la que se pusieron las bases del vascuence unificado y
las bodas de diamante celebradas en la Universidad de Lejona en 1995.
En los Juegos Florales organizados por A. d’Abbadie en los que la poesía vasca ocupó lugares preferentes, la ausencia
de la prosa fue total; por otra parte, toda la prosa que había dominado la literatura vasca desde el s. XVIII había sido reli
giosa. Se puede decir que la primera prosa profana y la literatura de ficción no comienzan hasta la llegada de las prenove-
las Atheka-gaitzeko oihartzunak (1870) de J.B. Dasconaguerre, Piarres Adame (1888) de J.B. Elizanburu y Bein da
betiko (1898) de R.M. Azkue, que pueden ser consideradas como prolegómenos de la novela tradicional y costumbrista
del ondarrés Domingo Agujrre (1864-1920). Aunque algunos críticos han vislumbrado en la novelística del escritor cán
tabro José M® Pereda (1833-1906) una fuente de inspiración del escritor ondarrés, sería más acertado buscarla en la litera
tura carlista, foralista y prenacionalista de la segunda mitad del s. XIX. D. Aguirre fue una figura epigonal que describió
bellamente en prosa las ideas y sentimientos de muchos escritores vascos de entonces. Su nombre es conocido en la
literatura vasca especialmente por tres novelas: Auñemendiko lorea (Flor del Pirineo, 1898), Kresala (Salitre, 1906) y
Garoa (Helecho, 1912). La escena de la primera de ellas se desarrolla en los luctuosos años de las guerras entre vascones
y francos durante el siglo VII, en el Ducado de Vasconia. La segunda novela es costumbrista y su acción discurre en un
pueblecito costero de Vizcaya llamado Arranondo durante la segunda mitad del siglo XIX. En la tercera, (que también es
costumbrista como la segunda), se narra la vida de una familia de aldea en la zona de Oñate. Durante más de medio
siglo, la figura de D. Aguirre permaneció emblemática entre el resto de los novelistas vascos. Sin alcanzar el nivel del
escritor ondarrés, tenemos también a otro novelista vizcaíno, nacido en Mundaca, José Manuel de Etxeíta (1842-1915),
autor de dos novelas: Josecho (1909) y Jayoterri maitia (La entrañable tierra natal, 1910).
3.4. S. XX. LAS REVISTAS: RIEV, EUSKAL ESNALEA, EUSKALERRIAREN ALDE, ARGL^, ZERUKO ARGIA.
A comienzo del s. XX merecen una mención especial las distintas revistas que se publicaban en la Euskal Herria peninsu
lar. Se trata de las siguientes publicaciones: R IE V o Revista Internacional de Estudios Vascos (1907) fundada por el bil
baíno Julio de U rquijo (1871-1950), quien sobresale por su espíritu crítico y profesional en una época en la que el ama-
teurismo era moneda corriente en la investigación vasca. Destaca también la labor del director de Euskalerriaren alde, el
guipuzcoano Gregorio M ujika (1854-1931). Fue un gran promotor que supo congregar en su revista a los mejores escri
tores vascos de aquellos años, hasta que en 1931 desapareció esta revista con la muerte de su fundador. Tras un cuarto de
siglo de consagración completa a la causa de la cultura vasca y en especial de su lengua, G. Mujika supo servir de puente
entre dos generaciones, la de José de Manterola y la de “Aitzol”, entregando en herencia a éste un interesante caudal cul
tural y un buen grupo de escritores avezados como Emeterio Arrese (1869-1954), Claudio Sagarzazu, “Satarka” (1895-
1971), Luis Jauregui, “Jautarkol” (1896-1971), Fermín Irigarai, ‘Larreko” (1869-1949), etc. Merece también resaltar el
trabajo cultural realizado por la revista Arg-ta entre los años 1921-1936, de la mano de sus directores Victor Garitaonain-
día (1876-1929) y más tarde Ambrosio Z atarain (1912-). Este semanario aparecía íntegramente en euskara y llegó a
alcanzar la cifra de 7.000 subscriptores, obteniendo así el primer lugar entre las revistas vascas de aquel tiempo. Las cita
das publicaciones y sus promotores estaban afincados en San Sebastián, mientras que la revista mensual Zeruko Argia se
publicaba por entonces en Pamplona, iniciando su andadura en 1919, bajo la tutela del capuchino Dámaso Inza (1886-
1986). Más tarde, en 1959, esta revista pasa a San Sebastián con un formato nuevo, convirtiéndose en una publicación de
actualidad. En 1980, esta revista se independizó de la tutela de los P.P. Capuchinos, tomando el nombre de Argia.
REVUE INTERNATIONALE
DES
ETUDES BASQUES
ANNEE i 907
N ic o lá s O r m a e tx e a , “ O rix e”
(1888-1961) es uno de los escri
to r e s m ás e m b le m á tic o s , de
quien el profesor Luis Michele-
na escribió: “él es acaso el autor
m á s im p o r ta n te de tod a la
literatura vasca” . Se nos mues
tra como escritor polifacético y
polém ico, profundo conocedor
de los diferentes registros lin
g ü ísticos del euskara y de sus
diferentes dialectos.
5. S. XX. L IT E R A T U R A D EL
EXILIO Y DE LA RESISTENCIA
Es frecuente oír que una generación de postguerra es una generación perdida y ocurrió esto en Euskal Herria en lo
referente a la literatura vasca. A pesar de la grave situación socio-cultural de aquella época caben ser destacados varios
escritores en los géneros de novela, poesía, teatro y ensayo.
Novela. Hallamos a Agustín A nabítarte (1891-1981), autor de la novela Poli (1958). Fue uno de los escritores donostia
rras que mejor reflejaron la vida y el vascuence de su ciudad natal. El lequeitiano Ensebio Erkiaga (1912-1993) sirvió de
puente entre dos generaciones y es autor de seis novelas; Arranegi (1958), Araibar zalduna (1962), Batetik bestera
(1962), Jaioko dirá (1984), Txurio txoria (1986) e Irribarrea galtzen danean (1987). Durante más de medio siglo culti
vó los géneros de la novela, poesía, teatro y periodismo valiéndose sobre todo de su dialecto vizcaíno. El notable escritor
donostiarra Jon Etxaide (1920-) destaca por su extensa y relevante producción especialmente en la novela y teatro, se
muestra además como traductor muy detallista y cuidadoso. Entre sus mejores obras destacan las novelas Joanak joan
(1955) y Gorrotoa lege (1964). La vasta producción (más de 40 libros) del ondarrés Agustín Zubikarai (1914-) merece
igualmente una mención por su dedicación al dialecto vizcaíno y por el uso de modismos de su pueblo natal. Desde muy
joven llegó a ser uno de los fundadores y jefe de redacción del diario vasco Eguna y ha cultivado sobre todo la novela y
el teatro. Es también autor de monografías de historia local que conllevan rico caudal de detalles para la etnología vasca.
Finalmente, conviene señalar la importancia de la novela policíaca Amabost egun Urgain’en (1955) del guipuzcoano
José Antonio Loidi (1916-).
Poesía. La especial figura del sacerdote azcoitiano Nemesio Etxaniz (1899-1982) sorprende al lector por su espíritu libe
ral, crítico y renovador; se muestra como pionero en la inmediata postguerra y sobre todo poeta de calidad. Es autor de
dos novelas, varias obras de teatro, cuentos, numerosas letras escritas para la canción moderna de entonces (grupo “Ez
dok amairu”, etc.) y poesía; la mayor parte de ella se halla en su libro Lur berri billa (1967).
El carmelita vizcaíno Santiago O naindia (1909-1996), sorprende al lector por su laboriosidad y heterogénea producción
literaria. Además de su poesía, recogida en Olerki guztien bilduma (1989), fue fundador de dos revistas: Karmel (1950)
y Olerti (1959), estando ésta enteramente dedicada a la poesía. Su maravillosa antología Milla euskal olerki eder (1954)
fue un oasis especial en el árido desierto literario de la postguerra. Entre su variada producción destacan también su Eus
kal literatura en seis tomos, y tres ensayos dedicados al bertsolarismo. El sacerdote de Gaztelu, José Ignacio Goikoe-
txea (1908-1983) merece también una mención por sus dos libros: Musika-ixilla (1963) y Poesiak (1990). El primero
contiene traducciones selectas de poesías de Fray Luis de León y San Juan de la Cruz; en cambio en el segundo, el poeta
vasco abandona las influencias clasicistas y lizardianas para penetrar en la poesía existencial, donde son manifiestos el
dolor, exilio, soledad, pesimismo y duda. Siguiendo esta senda existencialista marcada por Kierkegaard y M. de Unamu
no surge también la figura del poeta franciscano nacido en Zarauz, Salbatore Mitxelena (1919-1965). En 1949, tras una
década de férrea censura franquista, consigue publicar su Arantzazu, euskal-sinismenaren poema, primera obra literaria
vasca de la postguerra publicada en Euskal Herria. Se trata de un extenso poema épico dedicado a la Virgen de Aránzazu en la
que busca un refugio para su dolorido corazón y los males de su pequeña nación
que tiende a desaparecer. El excelente poeta de San Juan de Luz Xabier D’Iharce,
“Iratzeder” (1920-), abad del monasterio de Beloc, nos ofrece su hermoso libro
Biziaren olerkian (1983) de 653 páginas, donde se recoge su producción poética
de medio siglo. Su poesía rezuma lirismo, finura, amor a la patria vasca y a su len
gua. Finalmente, tenemos a otros tres poetas, un guipuzcoano, y dos vizcaínos uni
dos por la misma edad y la proximidad del lugar de nacimiento. Se trata de Fer
nando Artola, “B ordan” (1910-1983), natural de Fuenterrabía y autor de dos
libros: Goraintd (1968) y Bakoitzak berea (1982). Completan esta lista de poetas,
Balendin Aurre Apraiz (1912-) natural de Ajanguiz y Sabin Muniategi (1912-
1989) nacido en Gauteguiz de Arteaga. El primero es autor de Egunen bidean
(1994) en el que muestra su amor al dialecto vizcaíno y su admiración por “Laua
xeta” y el segundo publicó tres libros: Goiz Aize (1963), Bidean gora (1970) y
Betiko alorrean (1978).
El ilustre profesor Luis Michele Teatro. El dramaturgo Antonio M" Labayen (1898-1993) nació en Tolosa y ha
na (1915-1987) nacido en Rente sido un testigo singular del Renacimiento literario desde la Preguerra Civil. Fue
ría, destaca no sólo en lingüística además uno de los fundadores y colaboradores de la revista Antzerti en sus 54
sino en una faceta desconocida números publicados a partir de 1932. En sus “Obras Completas” Teatro Osoa euz-
para muchos vascos hasta hace keraz (1976-1977) publicado en tres volúmenes, aparecen veinte de sus obras de
pocos años: el ensayo, la crítica teatro. Junto a él, es justo citar el nombre de otro autor de teatro popular que ha
literaria y cinem atográfíca. Es cultivado sin descanso y con éxito este género, el labortano Pierre Lartzabal
hora de que su nombre aparezca (1915-1987). La producción literaria de! “cura de Sokoa”, comprometido en la
en el apartado de ensayo de los cultura y política de Euskal Herria asciende a más de 50 obras teatrales. Su amigo
Telesforo Monzón (1904-1981), además de ser poeta y ex-ministro del Gobierno
m an u ales de lite r a tu r a vasca
Vasco, cultivó el teatro legando nueve obras con un claro objetivo: la lengua vasca
como prosista y ensayista moder
y la defensa de su pueblo. En plena época franquista fue plausible también la
no. representación de las obras de teatro de Agustín Zubikarai (1914-), Seaska
inguruan^ Jaunaren bidetan^ Mariñelak y Kresaletan escenificadas por el grupo
ondarrés “Kresala”.
Ensayo. En este género, tan escaso de obras literarias vascas, es necesario citar los
nombres de dos guipuzcoanos. Salbatore Mitxelena (1919-1965) es autor del
libro Unamuno ta abendats escrito en 1955 en Montevideo y publicado en 1958
en Bayona, que supuso un esperanzador arranque de la literatura vasca en el ensa-
yo. Haciéndose eco de los versos de su paisano, (el poeta vasco “Lizardi”), “no
deseo que el día se convierta en noche”, Salbatore insiste en el ansia de inmortali
dad tan deseada por M. de Unamuno, pero se desliga de él advirtiéndole de que los
males del euskara no le son intrínsecos. El ilustre profesor Luis Michelena (1915-
1987) nacido en Rentería, destaca no sólo en lingüística sino en una faceta desco
nocida para muchos vascos hasta hace pocos años: el ensayo, la crítica literaria y
cinematográfica. Es hora de que su nombre aparezca en el apartado de ensayo de La carencia de m edios econ ó
los manuales de literatura vasca como prosista y ensayista moderno por su sinta micos no fue obstáculo para que
xis, obra de un orfebre que conoce a fondo su material. Su obra literaria se contie se erigieran en el exilio algunos
ne en nueve tomos de los “clásicos vascos”, Euskal Idazlan Guzíiak. m o n u m en to s c u ltu r a le s de
auténtico valor artístico. Uno de
5.5. REVISTAS: EUZKO-GOGOA, EGAN. ellos fue la revista Euzko-Gogoa^
cu y o fu n d a d o r J o k in Z a iteg i
La carencia de medios económicos no fue obstáculo para que se erigieran en el (1906-1979) merece una mención
exilio algunos monumentos culturales de auténtico valor artístico. Uno de ellos
especial. Esta revísta trimestral
fue la revista Euzko-Gogoa, cuyo fundador Jokin Zaitegi (1906-1979) merece
una mención especial. Esta revista trimestral vio su primera luz en 1950 en
vio su prim era luz en 1950 en
Guatemala, trasladándose en 1955 a Biarritz, donde dejó de existir en 1957. G u atem ala, tra sla d á n d o se en
Euzko-Gogoa fue la primera revista cultural escrita completamente en vascuen 1955 a Biarritz, donde dejó de
ce que se publicó después de la Guerra Civil Española. J. Zaitegi pretendió existir en 1957.
siempre que su revista sirviera para la dignificación del euskara siendo un vehí
culo de la cultura vasca no sólo tradicional sino también de la moderna. Al mar
gen de las diferencias de ideología religiosa, política y de edad, colaboraron en
ella más de cien escritores de sensibilidades muy diferentes como: M. Lekuona, # p G O A
S. Onaindia, J. Etxaide y, por otra parte, J. Mirande, F. Krutwig y G. Aresti.
Junto a esta publicación nacida en el exilio conviene resaltar también la revista
Egan, única publicación literaria sólo en euskara en la Euskal Herria peninsular
durante un largo período. Esta revista fue publicada por vez primera en 1948
como suplemento literario del Boletín de la Real Sociedad Bascongada de los UAJttmjimKOoad
Amigos del País con sede en la Diputación Forai de Guipúzcoa. Desde 1948 ■•TTICDCMOAR
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hasta 1953 aparecía escrita en bilingüe (euskara y castellano) para pasar en esta UTt'IKAlU
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última fecha a ser publicada exclusivamente en vascuence. Entre sus temas más QCtTOH AUroAUmv Oita
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frecuentes se hallan los textos literarios originales, crítica literaria, poesía, tea ■ * m ^fn*
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tro, literatura popular, euskara (léxico, toponimia, dialectos), traducción de tex ANTZIftT..l Qvt
CUSKfRA
tos literarios tomados sobre todo del castellano, francés e inglés, reseñas, etc. mu w p v « aonniKOA antUA m imw
nUMÉÁKAMJH m iU K A K «UMte
Esta revista ha conocido diversas vicisitudes llegando hasta desaparecer durante ■mCMOCMM _
•Wi'TWIO TAIKA m m u s
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varios años. Conoció también varias etapas de la mano de los directores: L. 0IX40UAIltX OIHBA
»nuiM
OA2TI.OKUMAK
lAMAint
Michelena, A. Arme y A. Irigarai; Juan San Martín e Iñaki Zumalabe; y por fm,
desde 1992, Luis M. Mujika.
6. S. XX. LITERATURA
CONTEMPORANEA
Desde la fundación de Euskaitzaindia o Academia de la lengua vasca en 1919, uno de sus objetivos prioritarios fue siempre
la unificación del vascuence, fragmentado en diversos dialectos. Ya a finales del siglo XIX y muy a comienzos del XX había
habido serios intentos entre los escritores de ambas partes del País Vasco para hallar una solución, pero todos ellos resuharon
fallidos; a falta de otra normativa se siguió el “gipuzkera osotua” (el dialecto guipuzcoano completado con los demas dialec
tos) propuesto por R.M. Azkue. Nadie discutía en 1968 la necesidad de una unificación pero a la hora de presentar solucio
nes las opiniones eran muy dispares. Mientras F. Krutwig era partidario de un “batua” culto, elitista, arcaizante y muy aleja
do del lenguaje popular, otros como L. Michelena, L. Villasante, etc. preferían un vascuence unificado más cercano al
euskara de “Axular”, que se basara en los dialectos centrales (guipuzcoano y labortano) y estuviera enriquecido con el resto
de los dialectos. En Aránzazu hubo momentos de mucha tensión y más tarde incluso de ruptura entre dos grupos de sensibi
lidades muy distintas. Este enfrentamiento se enconó en tomo al uso de la inocente letra “h” pero el fondo de la cuestión era
mucho más problemático, difícil y delicado. Destaca la intervención de L. Michelena, expresamente elegido por Euskai
tzaindia para presentar el proyecto que estableciera las bases de la deseada unificación. Este profesor guipuzcoano era parti
dario de avanzar gradualmente comenzando por abordar los problemas más arduos. Entre los temas prioritarios de estudio
presentó los siguientes: ortografía, morfología (declinación y conjugación), sintaxis, formas antiguas del vocabulario vasco,
etc. El presidente de Euskaitzaindia era entonces el prestigioso oralista Dn. Manuel Lekuona cuyo mandato duró tres años
(1967-1970). Esta reforma le llevó a una mptura total con Euskaitzaindia porque no le agradaban ni las prisas que mostra
ban algunos jóvenes ni la aceptación de la letra “h”, usada secularmente en el norte pero no en el sur de Euskal Herria. La
importancia de algunas obras de los poetas G. Aresti y J. Mirande fue notable en el tipo de vascuence unificado que se pre
tendía; otro tanto se puede decir del R Imanol.Berriatua en la difusión del “batua” a través de la revista A/iaítosuna.
Obabakoak
En la década de los 70, la búsqueda de la autonomía del texto consumó definitivamente la ruptura con la poesía social de la
década anterior. Las revistas lístela (1975) en San Sebastián y Pott (1978) en Bilbao nacieron de la mano de escritores impor
tantes en la actualidad como “Bernardo Atxaga”, K. Izagirre, J. Sarrionandia, Joxe Mari Iturralde, etc. La literatura, según
ellos, no era un medio para ningún tipo de reivindicación socia-cultural sino un fin en sí misma. Pocos conocían entonces al
guipuzcoano Joxe Irazu (1951-) hasta que comenzó a firmar sus libros con el seudónimo de “Bernardo Atxaga” . En cam
bio, hoy en día, se ha convertido en el máximo representante de la literatura vasca en Europa, una especie de fenómeno social
(traducido a casi una veintena de lenguas), que llama la atención por su poderosa imaginación, el tono de fatalidad y el sentido
irónico que imprime a sus obras. En su primera novela Ziutateaz (1976) comenzó ya a mezclar diversos géneros (poesía,
cuento y teatro) sin respetar los módulos de la novela tradicional vasca. Con Etiopía (1978), su primer libro de poesía, “se
rompe el ánfora” abriendo una nueva trinchera en la poesía vasca y liberándose de criterios lingüísticos y extraliterarios. En la
novela corta Bi anai (1985) el autor muestra ya sus preferencias por el mundo infantil, los desvalidos, marginados y antihéro
es. Con su libro de cuentos Obabakoak (1988) obtuvo el Premio Nacional de Literatura en España y fue finalista para el pre
mio literario más importante en Europa. Obaba se convierte en un lugar mágico habitado por animales. En Behi euskaldun
baten memoríak (1991), se narran los sucesos de la inteligente vaca Mo, personaje fantástico. Esta novela, que al principio
apenas tuvo eco en Euskal Herria, está alcanzando el mayor récord de ventas fuera de ella. En la novela Gizona bere bakarda-
dean (1993) el autor abandona el mundo de la fabulación mítica de las anteriores obras para crear una obra de corte realista.
Su última novela Zem horiek (1995) es en muchos aspectos (tema, aspecto realista, tipo de personajes, etc.) una continuación
de su novela anterior.
Otro componente del grupo Pott fue el vizcaíno Joseba Sarrionandia (1958-) situado hoy en la vanguardia de la literatura
vasca por su excelente producción en los géneros de la novela, poesía, cuento, ensayo y traducción. Su interés por la poesía
culta, la preocupación por la búsqueda de un lenguaje poético, la obsesión por la perfección formal (modismos selecciona
dos, vocabulario escogido, etc.) le acreditan como un escritor elitista y difícil. Ha defendido siempre la autonomía y libera
ción de la literatura vasca frente a los fines extraliterarios a pesar de su militancia política y el pasado de clandestinidad, cár
cel, huida y exilio. J. Sarrionandia es además un gran lector a quien gusta insertar citas y nombres de escritores renombrados
de la literatura universal. La larga lista de libros y el número de ediciones de este joven autor, tanto en poesía como en
prosa, es una prueba palmaria de su calidad y acogida. En el género poético resaltaría los siguientes libros: Izuen gordele-
kuetan barrena (1981), Marinel zaharrak (1987), Ez gara geure baitako (1989), Gartzelako poemak (1992), Izkiriaturik
aurkitu ditudan ene poemak (1985) y Hnuy illa nyha majah yahoo (1995). Su prosa poética y elegante en la que se contie
nen narraciones legendarias, personajes fantásticos y nuevos mundos míticos llama también poderosamente la atención del
lector. Es remarcable en este campo la importancia de sus libros: Narrazioak (1983), Ni ez naiz hemengoa (1985), Atabala
eta euria (1986), y Marginalia (1988). Otro escritor defensor de la literatura “underground” es el guipuzcoano Koldo Iza-
guirre (1954-) que ha publicado nueve libros. Su novela Euzkadi merezi zuten (1984) es un exponente de la búsqueda de
un nuevo lenguaje narrativo, fino y poético, fruto maduro de una continua investigación que no descarta la riqueza de los
diversos modismos dialectales. Entre las escritoras resalta la
producción poética y narrativa de la guipuzcoana Arantza
U rretabizkaia (1947- ). En su juventud comenzó a escribir
poesía: San Pedro bezperaren ondokoak fl972) para pasar
más tarde a la prosa en la que escogería Zergatik Panpox
(1979) y Aspaldian espero zaitudalako ez nago sekula
bakarrik (1983).
Como colofón de estos cortos “flash”, se intenta ahora describir brevemente las características más importantes de unos
cuantos manuales que tratan sobre la historia de la literatura vasca. Se divide esta lista en cuatro partes que comprenden
a) las historias escritas en vascuence; b) castellano; c) francés y d) bilingüe. I. En euskara: 1. Euskal literaturaren atze
edo edesti laburra de “Orixe” contiene doce artículos cortos que se publicaron en la revista Euskal Esnalea en 1927. El
autor no pretendió hacer con ello una historia completa de la literatura vasca. 2. Amasei seme Euskalerriko (1958) de
Jon Etxaide comprende un análisis interesante de los 16 mejores escritores vascos entre los siglos XVI y XIX. 3. Euskal
literaturaren historia (1971) de Ibón Sarasola es la primera historia de la literatura vasca escrita en euskara en la que se
trata de explicarla dentro del contexto sociológico y económico de Euskal Herria. Se echa de menos una parte dedicada a
la literatura oral y popular. 4. Euskal Literatura (1972-1991) de Santi Onaindia es una historia literaria escrita en seis
volúmenes que contienen un caudal inagotaWe de datos. El autor se fija más en el aspecto lingüístico de los textos que en
el literario, echándose de menos unas pautas según los cánones de la crítica literaria moderna. 5. Bizkaiko euskal idazle-
ak (1970) de Mikel Zarate se limita al estudio de las obras de escritores vizcaínos y está dividido en cuatro partes: a) los
autores de los siglos XVI y XVII; b) los escritores de la época del P. Larramendi (s. XVIII); c) los literatos del entomo de
Sabino Arana (s. XIX y XX) y, d) los autores modernos. II. En Castellano: 1. Historia de la literatura vasca (1960) de
Luis Michelena fue, durante muchos años, la primera historia completa de la literatura vasca elaborada sistemáticamen
te. A pesar de su brevedad, es una de las mejores historias por la profundidad, exactitud y sistema usados por el autor, por
lo que sigue sirviendo de pauta.
2. Historia de la literatura vasca (1961) de Luis Villasante es un arsenal de datos y se convirtió en un instrumento vaUo-
sísimo en las pasadas tres décadas. Esta historia está dividida por siglos en dos grandes partes: norte y sur de Euskal
Herria según la procedencia de los autores. Se echa de menos una parte más extensa dedicada a la literatura oral y popu
lar. 3. Enciclopedia general ilustrada del País Vasco (1969-1981) de los Hnos. Estornés Lasa ofrece un material exce
lente, fragmentos de textos vascos bien elegidos y traducidos al castellano, en cinco voluminosos tomos. 4. Historia de la
literatura euskérica (1979). Su autor Luis M* M ujika trata de enmarcar a los distintos escritores en un contexto históri
co, sociológico y étnico. Se observa en este libro un desajuste a la hora del desarrollo de los diversos escritores, pues
unos como Dechepare, “Etxahun”, “Lauaxeta”, “Lizardi” y “Orixe” son tratados extensamente mientras que otros como
los vizcaínos D. Aguirre y “Kirikiño” son estudiados muy superficialmente. 5. La literatura vasca. Siglo A^X(1990) de
Jon K ortazar cuestiona el concepto mismo de la literatura vasca fijándose especialmente en los “autores considerados
claves en la introducción de los movimientos literarios” . Este libro se limita a la literatura vasca del siglo XX y su autor
entronca la literatura euskérica en los movimientos europeos de finales del siglo XIX y comienzos del XX. III. En fran
cés: 1. Le Pays Basque. Sa population, sa langue, ses moeurs, sa littérature et sa musique (1857) de Francisque
Michel es un libro voluminoso en el que se hallan cuatro capítulos muy interesantes sobre varios escritores vascos: B.
Detxepare, A. Oihenart, P. “Axular”, etc. 2. Le Basque et la littérature d^expression basque en Labourd, Basse Navarre
et Soule, (1941) de Pierre Lafîtte es un librito esquemático, fruto de una conferencia dada sobre literatura vasca. La obra
está dividida en dos partes: literatura oral y escrita. Se analiza la producción de varios autores de Euskal Herria continen
tal. IV. En bilingüe: Euskal Idazleak, gaur. Historia social de la lengua y literatura vasca. (1977). de Joan M* Torre-
alday es un manual muy útil de consulta. Este libro está escrito esencialmente en vascuence pero cada página contiene su
traducción resumida en castellano.
S. ONAINDIA
EUSKAL
LITERATURA
(I)
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ESTORNES, Bernardo. Enciclo MICHELENA, Luis. Historia de URKIZU, Patri. Lengua y Litera
p ed ia G eneral Ilu stra d a d el la L iteratura Vasca. Madrid. tura Vasca. San Sebastián. H.
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