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J>BRSONE'Hl.d.
El denunciante carece de personería para pedir reeonsideraci6n de la sen-
tencia de la Corte Suprema que declara su incompetentecia para conocer
originariamente en actuaciones criminales ( 2 ),
TRIBUN.ALES ADMINISTRATIVOS.
El reconocimiento de faealtades jurisdiccionales a órganos administrativos
es nno de los aspectos que, en mayor grado, atribuyen fiaonomía relativa-
mente nueva al principio atinente a la dhiai6n de poderes. Esta típica mo-
dalidad del dt'rttho público actual constituye uno de los modoa universales
1h• responder, pragnu\ticamente, ni premioso reclamo de loa hechos que com-
ponen la realidad de e8te tiempo, mucho más vasta y compleja que la que
pudieron imagin11r los constituyentes del siglo ptlMdo ; y se asienta en la
idt>a de que una administración ágil, eficaz y dotada de competencia amplia
es instrumento apto para resguardar, en determinados aspectos, fundamen•
( 1) 19 do aetlem bre.
(2) 19 tle 11etlembre.
DE JUSTICIA DE LA NACIÓN 6-&7
TRIBUNALES ADJIINISTBATIVOS.
Si bien la Corte Suprema ha admitido la actuaeió!l de cuerpos adminiatrati-
vos con facultades jurisdiccionales, lo hi'-0 luego de estableeer, con particular
6nfasis, que Ja validez de los procedimientos hall,bnse supeditada al requi-
sito de que las leyes pertinentes dejaran e."<pedita la inatancia judicial
posterior.
·t rstad de dictar re:<e>lucion{'s fiuall's l'll cunnto a lo;s hechos y al derecho eon-
t ro\·ertido:,11 con e:u•ep<"ión de los upuestos en t¡ue, existiendo opción legal,
Jo,, intl.'resitdo,; huhiesen <'ll'gido 111 ,·ia administrati,·a, pri,•úndose voluotaria-
111t'nlc> <le In j udicial. Ln 111er11 l'oeuhud Je deducir recurso extraordinario buado
i•n i11con8titt11·ionalidtul o nrbitraric>dad, no sntisl'tice las exigencias que en
In especie han de tenerse por imperativas. Una interpret,,ción eontraria sería
\·iolatoriu del nrt. l de la C<lnst itueión ~udonal que, en supuestos como el
,lel ea..o, garantiza a los habitant es 1ld país el derecho a ocurrir ant,e un ór-
~11110 j u<lil·inl <•11 procura de justi<•ia: y también del principio de la divisióu
,h· los po1.lt!rl',;, 1·u~·11 ndi'cunc•ión u l11r1 necesidudes de In vida contemporánea
110 nutorizn un totul tlt•sposc>imil'nto ,le atribucionl'S en perjuicio del P oder
.Judicin l.
cox.,·rirc:cl().Y .\'A(' / OS A l.: Der,•rhoi! !I !Jll1U IIIÍ(I.,. Def tmsa CII juicio. l'ri11 ri-
1Jios [11' 11er1iln •
. ' i las tlispo~i<·iones <111e ~obierno.n t>I enso impiden a las portes tener lll'C<"-'O
11 111111 i11sl111win judi,·inl p ropinmr nte d icha, como lo haM?n lns leyes 1:l..?•Ui,
1:1. !17, ~· H .-tfi l. 1•xi!ltc ngrnvio constiturional originado en privneión do
j ui;ticin. Pul's ést11 se c•onfigura t<>dn vez que ur, particular, no obstante
hnlln~e prote~ido por In garantía del art. 18, qued11 sin j uez a quien r erlanrnr
In tutd n 1lc ,m dt>recho, sea que ello ocurra porque declinen su intt'T\•f'nci6n
tocios lo,a j necc-:1 en ronflicto, o en \·irtud de la derogación de los nom111s que
<·rcnhnn Jo;; tribu1111l(•11 c·ompetcntc>s poro entrndf'r l'n In cnuAA, o - como
Mnntf'N' eon l11s lt>yt'S 111c>neio1111dns- n rnfa de prrccptns l1•1?nles que li,;n Y
ll111111111r 11t1• 1•:<1•luy<'n In clt•hidn inten ·t>nr ión j udirinl
f ' ().\'STl7TC / 0.Y S . t C/0.\'. l f_,: D r r N l10.~ !! g1m111tt11il. Drfe11,~f1 1'1• j uicio. Prore-
<li111i,•11tfl !I .•e11tl' 11 r i11.
bi<'rno queda sin bnse que la sustente y, en conseeoeneia, las funciones es ta-
tales resultau poteneialmente desquiciadas con el consiguiente desumparo
de las libert-0des humanas.
COKS IITUCLON X.·lCIO.\' AL: Derecltos y 9ara11.tfa:1. De{ et1sc1 rn juicio. Prin-
ge,ie rales.
<'i pios
CO.VS TJTUC LO.'\' N .-tC JQ.V.,lL: Co,.trol de co,istit,cci o,ialidad. Fa.c,.lladea del
JJ1J<lf'r Judicial.
P RO VINCI AS.
El art. 67, inc. ll, y sus correlativos 100, 104 y afines de la Constitución
~acional, reconocen una profunda raíz histórica en defensa de las aatononúas
provinciales (Voto de los Señores Ministros Doctores Don Luis María Boffi
Boggcro y Don Pt.>clro Aberastury).
nel rlt>.-; Btats-U nis d' Am,érique, ed. 1!:154, pilgs. 478 y sigtes.; DA-
VLS, KEXNETR Cut.P, At/.,11i1ii,;trafi,ve Law 1'-reati.11e, ed. 1958, t. 49 ) .
199 ) (~ue las concJusione!'; que dc> todo ello derivan son cla-
ra:S y, adeuuís, cu nada. se diferencian de lus (lUe surgen impuestas
J)Or la nuls elemental sensibilidad jurídico-política, de la que no
es dado prescindir cunndo al nnáli sis 1·ecae sobre las bases 1uis-
11111i; do la organización del estado dcmocrát.ic-0. De conformidad
c·on lo hasta ac¡ní expuesto, pues, y a título de oíntcsis, cabe
dcclnrar qne, en ca sos como el de autos, co,ntrol judicial suficiente
quie re decir: a) reconocimiento a los litigantes del derecho a
iutc rpone r recurso ante los jueces ordinarios ; b) negación n los
tribunales administrativos de la potestad de dictar resoluciones
finales en cuanto a los hechos y al derecho controvertidos, con
excepción de los supuestos en que, existiendo opción legal, los
iut e resndos hubiesen elegido In ·dn ndmi11istrativa, privándose
,·olnnh1 rinmente de la judicial ( doctrina de Fallos : 205 : 17 ; 243 :
351). Lu me ra facultad de deducir recurso extraordinario basado
en inconstitucionalidad o arbitrariedad, no satisface las exigen-
<'ias que en la <'Specie ba ele tene rse por imperativa s.
209 ) Que una interpretación contraria no tendría cabida
dentro del derecho argentino, en mérito a dos razones principa-
l<'s. Primeramente, porque el art. 18 de In Constitución N'ncional
incluye In garantía. d<' que, mediando situaciones qel cilrácte r
indicado, ha de reconocerse a los habitantes del pnís el dorec110
n ocurrir nntc un órgano judicial en procura de justicia (Fallos :
193 : 135 ; 209: 28 ; :2-16: 87, couside,·audo 99). Si este requerimien-
to no recibe satisfacción, l'Sto es, si las disposiciones que gobier-
mrn el cnso impiden a las partes tener acceso a una instancia
juclicinl propiame nte dicha, como lo hacen las leyes que el recu-
1Tente tnéhn de im·illidas, existe ag ravio co11stih.1cional originado
e n privación de justicia. En efecto, ésta se configura toda ,·cz
c,ue un particular, no obstante hallarse protegido por la indicada
ganrntín d'-'I art.. 18, queda sin juez u quien reclamar la tutela
ele su clet·echo, sea que olio ocurra con motivo de situaciones con-
tradi.ctoria.s como In contemplada en Fallos : 193: 135 ( en igual
sentido: Fallos : 178 : 333; 179: 20:?; 234: 382; 237: 285, etc.), o
en virtud do la derogación de las nor1nas que creaban los tribu-
nales competentes para entender en .la causa (Fallos: 234: 482 ),
o bien --como acontece en la es¡>ecie-- a raíz de preceptos legales
que Hsa y llanamente excluyen In debida intervención judieinl
(cloch·inn. de Fallos : ·129: 405, cons iderando 29; 184: 162,· consi-
de rando W; 205: 17, considerando W). Puede afirmarse, por
tanto, que, uun cuando el art. 18 de In Constitución no requiero
multiplicidad de instancias, según ha sido unifonnemente resuel-
to, deho entende rse que sí impone una instancia judicial al menos,
DE J U STICIA DE LA NACIÓN 659
Drs mEX C-IA nt: J-TNOA~IEXT():-; llE LOS SF.~ORES M1NISTnos DocTORES
Do:-. Lns l'ÍAnÍA B orF1 B oocarno Y ])oN PEDRO ABERA!!-T U HY
Coni:.idcrando:
1'1) Que en In cn usn se ha cncstio nndo el alcance de clá usulas
d e In ('oni:.titución Nacional rclntÍ\'as a la garantía del juez nat u-
rnl, srparnción de los podm·es, rt'Sc1·vn contenida en el inc. 11
d el nrt. 67 y en el art. 100, ig ualdad ante la ley; y la intelig-encia
dtl<ln por el n quo a tales cláusulas pnra d eclarar la cons tit uc-io-
nnli,lnd el<' las normas legales aplicables hn sido ndn•r sn n los
derC'chos rcclamndos por el recurrente y funclndos en ellas. El
rrcnl"so es, así, formalmente nclmisible.
~) Que, <'n cuanto ni fondo del a sunto, por no :o-<'r ncccsnria
má s s usta nciación, cabe adelantar que asiste derecho al recurren-
te en cuanto a la garantía. de los jueces naturales, scpnración d e
podt'l'es y reserva del nl't. 67, inc. 11, ns í como e l 100 de In Consti-
tución N'ncional.
3 9 ) (lne el urt. 95 de lu Con:,;titución Nncional, sin corres-
po11dencia t~n la ele los 1':;s tados 1 niclos, cst. blece de modo cate-
gó l'it·o: " J<.: n ning ún <'nso e l Pr<'siclente de la Nación puedo ejerce1·
ftrnC'iones judiciales, arrogarse el conocimiento de causas pendien-
te~ o r <'s tnhlt'e(.\r las .fenecidns " . Razones hist6ricas y permauen-
DE J USTICIA DE J, A NA CIÓN 661