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Causa N° 16.

215 -Sala
II-"Bernardo, Alejandro
Martín si recurso de
casación"

MARIA JIMENA MONSAL~Vr;Ii-_. J


Sr,CRbiA~IA 01< GAMARA

ji/la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Capital Federal de la


República Argentina, a los
. días del mes
~
de~ del año dos mil catorce, se reúne la
Sala 11 de la Cámara Federal de Casación Penal integrada por
la doctora Angela Ester Ledesma como presidente y l os
doctores Pedro R. David y Alejando W. Slokar como vocales ,
asistidos por la Secretaria de Cámara, doctora María Jimena
Monsalve, a los efectos de resolver en la causa nO 16.215 de l
registro de esta Sala, caratulada "Bernardo, Alejandro Martín
s/ recurso de casación", con la intervención del señor Fisca l
General doctor Ricardo Gustavo Wechsler y del doctor Hernán
Ignacio Sormani, por la defensa del imputado.
Efectuado el sorteo para que los señores juece s
emitan su voto, resultó que debía observarse el siguiente
orden: Ledesma, David y Slokar.
La señora juez Ange1a Ester Ledesma dijo:
-1-

Llega la causa a conocimiento de este Tribunal en


virtud del r ecurso de casación interpuesto a fs. 382/391 po r
la defensa contra la sentencia de fecha 13 de agosto de 201 2
(ver fs. 353/377) dictada por el Tribunal Oral en lo Crimina l
nro. 9 de esta ciudad, que dispuso "1.- CONDENAR a ALEJANDRO
MARTÍN BERNARDO, de las demás condiciones personales que
obran en el encabezamiento, a la pena de CINCO AÑOS DE
PRISIÓN, accesorias legal es y al pago de las costas de l
proceso, por ser autor penalmente responsable del delito de
reducción a servidumbre, en concurso i dea l con lesiones leves
reiteradas en tres oportunidades (arts. 12, 29, inc. 3°, 40,
41, 45, 54, 89 Y 140, del Código Penal ; 401, 403 Y 531 de l
Código Procesal Penal de la Nación)"
El recurso fue concedido a fs. 392 Y mantenido a
fs. 398.
1
Con fecha XXXXXXXXXXXXXXXX corriente año se cel ebró
l a audien.c ia . que prescribe el artículo 468 del CPPN, quedando
la causa en condiciones de ser resuelta.
-11-

a. Con invocación del artículo 456 del CPPN , el


r ecurrente sostuvo que la sentencia es arbitraria pues los
fundamentos sobre los que se basó el Tribunal no se condicen
con la realidad de los hechos, habiéndose realizado un
análisis parcial y erróneo de los elementos probatorios
incorporados al debate .
Sostuvo que las pruebas no permiten condenar al
i mputado como autor del delito de reducción a la servidumbre
en concurso i deal con lesiones, lo cual ha implicado una
lesión al debido proceso.
Afirmó que se violó el principio de inocencia, toda
vez que se valoró la prueba de manera tendenciosa y sin la
entidad necesaria para arribar a una condena.
Aclaró que ninguno de los testigos se pronunció
sobre el tipo de relación que la denunciante tenia con el
imputado y que de las pruebas reunidas durante el juicio no
surge que zurdo haya sido objeto de una utilización
incondicional por parte de Bernardo ni que hubiera anulado la
autodetermi nac ión de aquélla .
Refirió que "ni de las declaraciones testimoniales
ni de los informes médicos incorporados surge que la víctima
se encontraba en una situación de sometimiento por parte de
Bernardo. Ninguno de los testigos se han pronunciado en este
sentido ni se han incorporado informes médicos que den fe de
tal extremo" (fs. 384vta.)
y que "para que exista reducción a la servidumbre
es necesaria no 5610 una dominación sobre el cuerpo del
sujeto pasivo sino un verdadero dominio psiquico" (fs.
384vta. )
Aclaró que de acuerdo a los testimonios brindados
por Norma Beatriz Nápolis , Agustina Morán, Gabriel zurdó,
Gustavo Schneider y Sergio Vasallo, no se acreditan los
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Causa N° 16.215 -Sala
lI-" Bernardo, Al ejandro
Martín si recurso de
casación"

,
elementos del tipo requeridos para configurar el delito
reprimido en el artículo 140 del CP.
Afirmó que Beatriz Nápolis, no aportó elemen tos que
pudieran echar luz sobre la relación de su hija con el
imputado referentes a si éste ejercía un dominio en la
psiquis de aquélla o un sometimiento tal que implique una
pérdida total de su autodeterminación .
Señaló que "hemos oído durante el contradictorio
que la mencionada testigo no tenía diálogo ni trato con l a
denunciante aun cuando se fue a vivir a dos cuadras, que
vo l vió a ver a su hija después de que regresara de un via j e
en el año 2007 . De acuerdo a sus dichos, Nápolis permaneció
fuera del país desde el mes de noviembre de 2006 hasta el fi n
de enero de 2007 . Es decir que difícilmente pudo presencia r
o tener percepción alguna respecto de una relación que se
desarrollaba a miles de kilómetros. Con lo cual no puede dar
fe ni acreditar la supuesta reducción a la servidumbre por la
que Bernardo ha sido condenado" (f s . 385vta . )
Adujo que de la declaración de Gabriel Zurdo
tampoco se desprenden elementos que puedan dar sustento a l a
arbitraria d e cisión del Tribunal pues, si bien e l nombrad o
asistió a la denunciante el día del hecho , lo cierto es que
no pudo aportar nada acerca de la relación entre aquélla y e l
imputado, a quien ni siquiera conoce .
En relación a la testimonial de Morán ( quien relat ó
que la damnificada le habría comentado que ten ía
inconvenientes y discusiones con su pareja) , sostuvo que s e
trata de "dichos de dichos" , pues la única fuente de los
mismos es Zurdo .
Aseguró que del relato de la nombrada no se
vislumbra la conducta por la cual Bernardo fue condenado,
máxime si se tiene en cuenta que Zurdo le contaba detalles d e
su relación delante del nombrado, lo que demuestra que no
existía miedo ni temor .
t-1encionó la versión de Schneider , quien co ncurría
3
diariamente al negocio donde trabajaba la denunciante, en
cuanto afirmó que nunca notó que Florencia estuviera
nerviosa , deprimida o golpeada.
Alegó que el Tribunal se basó en el testimonio de
Zurdo , que presenta importantes contradicciones, tales como
que percibió "erróneamente" que e l imputado la amenaz aba con
un arma de fu ego, lo cual se contrapone con e l resultado del
allanamiento practicado .
Aseveró que "otra de las contradicciones de Zurdo
es que dijo que fue atendida en el Hospital Británico por el
golpe sufrido en el oído y de la Historia Clínica agregada
sólo surge que en el 2006 tuvo atención ginecológica y recién
el 18/03/ 2008 se volvió a aten der . Es decir , es totalmente
mendaz la existencia de un golpe en el oído por parte de
Bernardo toda vez que ni su hermano Gabriel Zurdo quien la
acompañó a realizarse curaciones al d ía siguiente de un
altercado hizo mención a la existencia de un golpe en el
oído . Sumado a ello la historia clínica hace referencia a
otras dolencias y a que del informe de fs . 11 se des taca que
las lesiones encontradas son leves . Es decir, nada que ver
con el golpe en el oído y l a gravedad que nos refirió Zurdo"
(fs . 388) .

y aseguró que "pese a la relación tormentosa Zurdo


optó por no irse del lado de Bernardo consintiendo tal
relación . No dando aviso a la policía pudiendo hacerl o . Vale
destacar que Zurdo manifestó que Bernardo le había facilitado
un celular del cual podría haber marcado el 911 y por otra
parte, en el local donde trabajaba tenía teléfono pudiendo
realizar los llamados cuando él no estaba" (fs . 388)
y conc luyó que "el hecho de que hayan existido
golpes en una relación de pareja , si bien es totalmente
despreciable , no dan cuenta de la conducta típica por la cual
mi asistido fue condenado" (fs . 388vta .)
Puntualizó que la ex esposa de Bernardo podría
haber aportado y dilucidado varios de los puntos señalados
por el Tribunal , no obstante lo cual esa prueba no fue
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Martin sI recurso de
casación"

MARIA JIMENA MON$AlVE


S.5¡;;'~¡;TIIRIA 0E GA MAf~A
admitida.
Aclaró que "todos los extremos indicados por el
Tribunal deberían haber sido aportados por el materia l
probatorio recolectado en autos, o por los testigos que
ofreció el fiscal al momento de la citación a juicio o los
ofrecidos en la instrucción suplementaria . No debe estar en
cabeza del acusado demostrar su inocencia sino en el Estado,
a través de sus órganos de persecución penal, quien puede
destruir el estado de inocencia de Bernardo." (fs. 389)
y que "el Tribunal al momento de dictar sentenci a
da como probada una conducta que no f ue acreditada de modo
alguno a lo largo del debate, ninguno de los testigos oídos
durante las distintas jornadas del contradictorio ha
manifestado la existencia de una conducta compatible con l a
reducción a la servidumbre" (fs. 389vta.)
Además, recalcó que el Tribunal tuvo por probada l a
existencia de una dominación psíquica sin haberse realizado
una pericia psicológica o psiquiátrica que pudiera demostra r
tal extremo.
Aseguró que tampoco se ha probado que Bernardo
redujera a Zurdo a la condición de cosa -tal como se sostuvo
en la sentencia - pues ninguno de los testimonios ob t enido s
acreditan los extremos exigidos por ese tipo penal. Afirmó
que nadie dijo que Zurdo estuvo dominada o sometida por los
designios de Bernardo .
Refirió que los jueces efectuaron un a
interpretación in malam parte y que no fundamentaro n
debidamente la conducta descripta conforme el materia l
probatorio incorporado durante el debate.
Solici tó que se case la sentencia recurrida y que
se absuelva al imputado en orden al delito por el que fue
acusado . Subsidiariamente, postuló que se lo condene en
orden a las lesiones leves reiteradas en tres oportunidades.
b. A fs . 402/413 se presentó nuevamente la defensa
y reprodujo, en lo sustancial, los motivos de agravio de l
5
recurso. Durante la audiencia de informes, reiteró los
mismos planteos y agregó que el Tribunal no fundó
adecuadamente la pena del imputado, pues no consideró como
atenuantes la falta de antecedentes y el buen concepto del
imputado . Por ello, solicitó que se revoque la sentencia y
se absuelva a su asistido y, subsidiariamente , que se le
aplique el mínimo de la pena prevista .
-lIl-

a. Para dar respue sta al planteo del recurrente ,


corresponde señalar que el Tribunal tuvo por probado que "al
menos desde el mes de noviembre de 2006 y hasta el 28 de
diciembre del mismo año, Alejandro Hartín Bernardo mantuvo en
una situación de dominio y sumisión a Florencia Zurdo , quien
en ese momento era su pareja, pa ra lo cual utilizó violencia
física y verbal, en circunstancias en que convivían en el
local correspondiente a la heladería ; Hodena;, sita en la
intersección de las calles Palos y Lamadrid de esta ciudad y
en un galpón ubicado en la misma cuadra . "
"En el conte x to de esta condición de sometimiento
condimentado con diversos actos de violencia física y
psíquica se sucedieron por lo menos los episodios que se
refieren a continuación . Durante e l mes de noviembre de 2006
Bernardo llevó a cabo actos vejatorios sobre la víctima ,
tales como arrastrarla tomándola del cabello, romperle la
ropa , arrojarle baldes de agua y golpearla reiteradamente
mientras la obligaba a secar el piso apuntándole en la cabeza
con lo que la víctima percibió como un arma de fuego.
Seguidamente la mantuvo aislada durante aproximadamente dos
días , impidiéndole que se sentara o durmiera . En ese mes,
Moran , conocida de Zurdo observó que tenía moretones en los
brazos , producto de ese castigo . " (fs. 361 )
"El 6 de diciemb re de 2006, en horas de la
madrugada , Bernardo agredió a Zurdo y la amenazó de muerte,
aplicandole un golpe en la ore ja izquierda para impedir que
gritara , provocándole hemorragia , y pérdida de conocimiento .
Al despertar, además de la pérdida de sangre notó que no
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Causa N° 16.2 15 -Sala
I I-" Bernard o, Al ejandro
Martin sI r ecurso de
casac i ón "

podía oir bien, no obstante lo cual el imputado impidió que


concurriera al hospital , manteniéndola en el inmueble durante
tres días . El 16 de diciembre de 2006 , cuando Zurdo salió
hacia una peluquería de l a zona de Avellaneda, Bernardo la
buscó , la subió a su moto y la trasladó hasta el Puente
Pueyrredón donde la obligó a bajar y comenzó a empujarla
hacia el riachuelo mientras la amenazaba diciéndole que si lo
dejaba la iba a matar. Luego volvió a subirla a la
motocicleta y transitó hasta una estación de servicio ubicada
sobre la Avenida Montes de Oca , donde la obligó a ba jar , la
tomó del pelo y la arrastró . Tras emprender nuevamente la
marcha, al llegar a las inmediaciones de la heladería , Zurdo
intentó escapar pero Bernardo la golpeó en la cabeza y cuerpo
y la amenazó con que si lo denunciaba la iba a matar a ella y
a su familia , hasta que intervino personal policial que la
condujo a la Seccional 24ª donde a las 22 hs . radicó la
denuncia . En esa fecha, al concurrir a la comisaría a buscar
a su hermana , Gabriel Adrián Zurdo observó que la misma
presentaba lastimados un ojo y la boca y se quejaba de golpes
en el cuerpo" . (fs . 36 1 vta .)
"También el 24 de diciembre de 2006, en horas de la
noche, Bernardo volvió a impe dir que Zurdo saliera de l
inmueble hasta el día 28 , momento en que se enteró de que
había sido denunciado y por ello volvió a golpearla, no
obstante lo cual la víctima logró abordar un taxi y escapar,
alojándose en la casa de una amiga hasta que salió del país
con destino a Espafia" (fs . 362)
b . Los jueces tuvieron por probados los hechos en
función de las pruebas rendi d as en el debate y consideraron
acreditada la relación sentimental y de convivencia ent re el
imputado y Florencia Zurdo , que fue admitida por ambos .
Al respecto, los magistrados aseveraron que "e l
detallado relato efectuado por la damnificada ha logrado
r econs truir la situación de dominio y sujeción a la que fuera
sometida por lo menos desde e l mes de noviembre de l afio 2006,
7
así como también las vejaciones, golpizas, amenazas y
tormentos que le fueran inferidas y los daños corporales que
el impu tado le causara. La mencionada ha dado cuenta de los
malos tratos que han conformado el estilo de relación que la
vinculara con Bernardo, su presión y control y los
procedimientos humillantes a los que la sometiera a l os
efectos de mantener su relación , 10 que se corresponde con un
cuadro de situación que, refrendado por otros extremos que se
mencionarán, no ha sido desvirtuado por testigo alguno que a
esa época compartiera , por lo menos, el horario laboral" (fs.
370 vta . )

El Tribunal rechazó la posición de la defensa


vinc u l ada con que sólo se contaba con el testimonio de
Fl orencia Zurdo, aseverando que si bien la imputación se basa
en sus dichos, lo cierto es que éstos pudieron ser
corroborados a través de fuentes independientes que
permitieron reconstruir los tramos parciales de la secuencia
total de lo ocurrido, entre los que mencionaron a su madre ,
su hermano, la vecina Morán y la prueba pericial .
Al analizar la credibilidad de los testigos -por
tratarse de familiares de la víctima-, los jueces valoraron
que , más allá del vínculo formal existente, lo cierto es que
su r elato no resultó motivado en cuestiones sentimentales,
sino que por el contrario, se detectó una carencia de
af ectividad con un marcado desapego y una notable frialda d
por toda la conflictividad que la relación entre Zurdo y
Bernardo les producía . Tanto el lo fue así que la víct ima
tuvo que recurrir a una hermana que vivía en el extranjero en
búsqueda de apoyo .
Bajo esa directriz, en la sentenc ia se expuso que
"no obstante esa carencia de afectividad con que manifiestan
vincularse, aún en el presente, no ha aparecido impedimento
pa ra que corroboraran la relación violenta entre Zurdo y s u
pareja, las inapropiadas condiciones de tal convivencia y los
resul tados de las go l p iz as que és t a padeciera, de manera
similar a la comentada por ella misma" (fs . 371)
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Causa N° 16.215 -S ala
II-" Bernardo, Alejandro
Martín sI recurso de
casación "

En relación a la declaración de Agustina Morán,


también descartaron cualquier tipo de afectación a su

credibilidad en relación a la descripción que efectuó sobre


los sucesos y a la concreta observación de moretones en el
cuerpo de la víctima.
Al respecto, los jueces afirmaron que "la narració n
general efectuada por la damnificada ha hallado diversas y
heterogéneas validaciones parciales hasta permitir la
corroboración del cuadro total" (fs. 371) .
Pero además, según la sentencia, "Zurdo ha dicho
ante el Tr ibuna l que manten ía una relación amorosa
conflictiva y ese dato ha sido verificado por sus familiares,
quienes han relatado la problemá tica que esta vinculac ión
generaba en su entorno familiar, pero más aún, el mismo
imputado ha aludido a lo que eufemísticamente llamó
'p robl emas de pareja' y ha sido su propia defensa la que
catalogó esa relación como anormal y enfermi za" (fs. 371) .
Sobre la acreditación de los distintos episodio s
que conformaron la acusación, los jueces merituaron que "l a
damnificada aludió a distintos episodios de agresión entre
los que se encuentra el referido al mes de noviembre en el
que la go lpeó y apuntó con un arma. Sobre este suceso,
entiende el Tr ibuna l que la víctima ha sido veraz en sus
dichos, en tanto ha sostenido haber visto 10 que percibió
como un arma de fuego y no existe razón para sostener que ha
condimentado innecesaria o intencionalmente con un elemento
inexistente o ha sido mendaz al relatar el suceso si parte de
él se vio lueg o corroborado por los dichos de Agustina Morán"
(fs. 37 1vta . )
En efecto, los magistrados tuvieron en cuenta que
la testigo Morán, declaró que en el mes de noviembre
concurrió a la heladería donde Zurdo le comentó parte de sus
problemas y le dijo que estaba atemorizada y que había sido
golpeada , mencionando a su pareja como el autor de su
torme nto . También pudo observar los moretones que Zurdo tenía
9
en el brazo y por ello luego le recomendó a la madre de
aquélla que la fuera a buscar y la sacara de ese sitio.
En ese orden, el Tribunal ponderó el relato de
Napolis quien escuchó la recomendación de Morán y concurrió
con un patrullero al lugar y se entrevistó con su hija .
Los jueces también rechazaron la alegación
defensista referente a que la madre de la damnificada no
corroboró en la audiencia el dato aportado por su hija en
cuento a que fue obligada a cubrirse los golpes con un
abrigo, pues "de la simple confrontación de los dichos de
Napolis se desprende que claramente mencionó que Florencia
se acercó vistiendo un saco, aunque hacía calor , aludiendo
con ello a que estaba inadecuadamente abrigada en función de
la temperatura ambiental del momento. Además, la víctima ha
justificado la razón por la cual se negó a retirarse en su
compañía . Dijo que estaba amenazada por Be rnardo y que además
éste también la amenazaba con matar o mandar a matar a su
familia y que no quería generarle más problemas a nadie de su
entorno" (fs. 372 )
No obstante lo expuesto, el Tribunal completó el
análisis probatorio a través de la intervención policial que
derivó en un examen médico , el cual validó la existencia de
lesiones y una otorragia previa , las cuales además fueron
verificadas por el hermano de Zurdo en la audie ncia de
juicio .
En rela ción a la versión de la defensa vinculada
con que Zurdo pretendió radicar una denuncia a los fines de
perjudicar a Bernardo en venganza por la ruptura y para
preconstituir prueba en su contra, los jueces afirmaron que
tal postulación no responde a las reglas de la lógica si se
tiene en cuenta que a la fecha de formularse la denuncia,
todav ía no se hab ía decidido poner fin a la relación .
Aclararon los juece s que carece de importancia en
el caso la determinación sobre si el acceso al lugar de
convivencia podía ser ab i erto desde adentro o no, pues la
sujeción de la víctima no obedecía a un impedimento u
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casación"

MARIA JI MENA MONSALVE


S¡:CRETAHIA DE CAMARA

obstáculo configurado por una cerradura o cerrojo, sino que


se basaba en el temor, la presión y la violencia ejercida
sobre una persona sumida en un contexto de vulnerabilidad
extrema, despojada de todo apoyo y contención . Además, los
jueces valoraron que "Zurdo entendía que pesaba sobre ell a
una petición judicial para limitar su acercamiento a su
exclusivo sostén, su propia familia de origen y que el
imputado aparecía como la única persona que se interesaba po r
ella" (fs. 372vta.)
Referente a la prueba ofrecida por la defensa, los
jueces consideraron que los testimonios aportados no logran
conmover las consideraciones antes expuestas, pues Schenider
tuvo un contacto breve y puntual con la víctima y nunca
conversó sobre su relación de pareja con Bernardo, aún cuando
concurría asiduamente al local y mantenía una relación de
amistad con el imputado.
Pero además , los jueces resaltaron que del relato
del nombrado se pudo convalidar que Bernardo reanudó la
relación con su ex esposa cuando ya no tenía ninguna
vinculación con Zurdo, lo cual desmiente lo afirmado por el
imputado en punto a que la víctima terminó con él por el
rencor que le generaba que hubiera reiniciado una relación
anterior.
Es decir, del propio relato de uno de los testigos
de la defensa, se refutó parte de su teoría sobre el
desarrollo de los hechos .
En relación al testigo Vasallo -también propuesto
por la defensa - se señaló que "para la época de desarrol l o de
los hechos analizados durante el debate, se hallaba ocupado
en la instalación de un emprendimiento comercial sin mantene r
un fluido contacto con Bernardo, por lo que ( ... ) sus
aseveraciones en juicio son sólo conceptos personales y

apreciaciones generales que no atañen a los hechos en sí."


(fs. 373)
Por todo ello, el Tribunal concluyó que los
11
t estimonios ofrecidos por la defensa no resultaban
incompa tibles con lo afirmado por la víctima y tampoco le
restaron valor convictivo a su versión.
Al respecto, los jueces subrayaron que resultaba
ll amativo el hecho de que, habiendo tenido el imputado
ocasión de ofrecer testigos que apoyaran su posición, no se
pudo recabar ningún relato que aseverara concretamente cuáles
eran las condiciones en que vivía la pareja , su modo de
vincularse , el tiempo de la relación y las razones y forma de
su disolución, máxime cuando -según el propio Bernardo-
muchos de los comerciantes de la zona y empleados del local
podían evidenciar la supuesta mendacidad de la denunciante .
Finalmente, los jueces merituaron el resultado del
informe psicológico labrado respecto de Bernardo, del cual se
desprenden circunstancias que resultan coincidentes con la
descripción de Zurdo sobre su forma de ser y la relación que
mant enían.
Puntualmente, el Tribunal mencionó que de la
pericia surge que la personalidad de Bernardo presentaba
componentes de impulsividad larvada, oposicionismo, conductas
de acción y calidad vincular centrada en el control, dominio
y acción de corte psicopático . También se aludió a
dificultades en la consideración del otro en tanto se alude a
que la alteridad no surge bien conservada y por lo tanto, no
se descarta la presencia de conductas de alto riesgo en e l
vínculo interpersonal , compatibles con actos de entidad
similar a los relatados por la denunciante .
Por ello, en la sentencia se concluyó que " l as
referencias científicas antes mencionadas aparecen
compatibles con la posición asumida por la víctima en orden a
la violencia, control y persecución a los que aludiera,
además del desprecio por la condición del otro que se observa
en el grado de sumisión y dominio al que fue sometida" (fs.
373vta . )
Sentado todo lo expuesto, resulta pertinente
r ecordar que todo veredicto de condena, se debe cimentar en
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Causa N° 1 6.2 15 - Sala
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Ma rtín sI r e c u rso de
ca sac i ón "

una multiplicidad de pruebas homogéneas , unívocas y


unidireccionales que acrediten , con el grado de certeza
necesario , tanto la recreación histórica de los
acontecimientos, como la r e sponsabilidad penal de los autores
del hecho ilícito .
En tal sentido , Fe rrajoli considera que la
previsión del Código Procesal Penal italiano, artículo 192,
al prescribir "una pluralidad de datos probatorios 'graves,
precisos y concordantes' ha legalizado la necesidad
epistemológica de una pluralidad de confirmaciones según el
esquema del modus ponens" . Y agrega que "en segundo lugar,
la previsión, en el mismo artículo 192, de la obligación del
juez de 'dar cuenta de la motivación de los resultados
adquiridos y de los criterios adoptados ' equivale a la
prescripción de que la motivación explicite todas las
inferencias induct ivas llevadas a cabo por el juez, además de
los criterios pragmáticos y sintácticos por él adoptados,
incluidos los de las contra pruebas y las refutaciones por
modus tollens" (Ferrajoli, Luigi , "Derecho y razón: teoría
del garantismopenal" , Trotta, Madrid, 1995, pág . 155).
Al respecto , interesa señalar que si bien el
testimonio de Florencia Zurdo constituye el eje principa l
sobre el c ual se apoya la imputación, lo cierto es que el
relato de la nombrada se e ncuentra sustentado por otros
elementos, tales como la d e claración de su madre, su hermano,
la vecina Morán y l os i n f o rmes médicos y psicológicos
practicados .
En estas condiciones , si bien no se cuenta con
otros testigos presenciales del hecho , la evidencia
mencionada acompaña la versión de la damnificada en punto a
la forma en que o curriero n los sucesos endilgados , todo lo
cual fue adecuadamente anali z ado por el Tribunal .
Ahora bien, el recurrente alega que no existen
elementos de prueba suficientes que permitan demostrar qué
tipo de relación tenía Zurdo con el imputado y que la
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nombrada se hallaba en una situación de sometimiento.
Al respecto, considero que tales aspectos fueron
adecuadamente tratados en la sentencia al puntualizarse que
"resulta irrelevante el énfasis empleado por Bernardo al
decir que su novia salía en cualquier momento, por cuanto la
misma damnificada ha sido concreta al señalar que no obstante
ello debía contestarle el teléfono para que las consecuencias
no fueran más graves, al aludir a su traslado con la excusa
de concurrir a la peluquería, o su fuga al advertir que se
hallaba dormido, no obstante lo cual regresaba o era obligada
a ello por la fuerza o porque no podía hacer otra cosa. Muy
por el contrario, el modo en que se resolvieron estos
intentos dan cuenta cabal del grado de sumisión al que estaba
sometida la mujer y el grado de incapacidad para resolver su
autonomía , la que se encontraba reducida" (fs. 374vta.)
Por ello, el Tribunal aseveró que quedó demostrado
que Florencia Zurdo ha sido sujeta para ser objeto de
utilización incondicional, hallándose s ubordinada a la
voluntad de Bernardo, quien mediante violencia corporal y

moral anuló su básica autodeterminación por un lapso de dos


meses aproximadamente .
Tales consideraciones se extraen del detallado
relato de la damnificada y de las versiones coincidentes que
brindaron los restantes testigos (Napoli, Zurdo y Morán) en
lo referente a la relación que la unía con el imputado y al
tipo de agresiones que sufría.
Precisamente, durante la declaración prestada en
juicio, Zurdo afirmó que el imputado le daba indicaciones
sobre cómo debía vestirse y maquillarse, que la interrogaba
constantemente pues "tenía la obsesión del engaño, un lado
posesivo y de control ... Que él no cambiaba su conducta y
ejercía mucha presión con una marcada postura de
controlador ... Que la manipulaba y que psicológicamente la fue
atrapando, pero que no se daba cuenta en ese momento" (fs.
362 vta . )

Zurdo también relató que "Bernardo le decía que a


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Causa N° 1 6 . 215 -Sala
I I -"Bern ardo , Al ejan d ro
Ma rtín sI r ecu rs o de
c asac i ón "

ella le gustaba un amigo de él , le tiraba del pelo, la


pateaba , la golpeaba, le arrojaba baldes de agua y
apuntándole con un arma en la cabeza la hizo juntar el agua
quedando tendida en el pi s o ... Que en una oportunidad la arrojó
desnuda a la vereda e impedía que se acostara o sentara ...Que
muchas veces le arrancó la ropa con un cuchillo y le lastimó
la rodilla dejándola sangrando . Que tenía terror y Sl

intentaba irse no podía , que perdió la cuenta de cuántas


veces la golpeó" ( fs. 363vta . )
A partir del relato de la denunciante, pierde n
solidez las críticas del recurrente en punto a que no se
demostró qué tipo de relación unía a Zurdo y Bernardo.
También del detallado testimonio puede inferirse ese especia l
estado de sometimiento e n que la misma se hallaba y que la
mantenía en ese lugar, aún cuando era golpeada y abusada
psicológicamente.
Atinente a las objeciones de la defensa sobre e l
relato de Napoli en cuanto a que no tuvo contacto directo co n
los hechos, lo cierto es que la nombrada aportó datos que
confirman distintos tramos de la historia relatada por su
hija, puntualmente sobre lo conflictivo de la relación; la
personalidad agresiva del imputado; el comentario que le hizo
Morán sobre la existencia de golpes en el cuerpo de Zurdo y
los problemas auditivos que sufrió su hija a raíz de las
agresiones sufridas. Así p ues , lejos de no haber aportado
datos, confirmó distintos aspectos de la imputación .
Iguales consideraciones merece el relato prestado
por Gabriel Zurdo , respecto del cual la defensa no ha logrado
rebatir su credibilidad y contenido , máxime cuando encuentra
plena coincidencia con el resto de la prueba producida .
Puntualmente, el testigo dijo que vio a su hermana golpeada
en el ojo y en la boca el día en que fue a la Comisaría 24 ª ,
ocasión en que ella le comentó que había sido su pareja quien
le provocara las lesiones .
En relación a las manifestaciones del impugnante en
15
punto a que Zurdo consintió la relación y que no daba aviso a
la policía pudiendo hacerlo, considero que tales
circunstancias lejos de refutar la imputación, la confirman,
pues son demostrativas del temor y sometimiento al que se
hallaba sujeta la víctima con motivo de los constantes
ataques que sufría y de la relación de dominio en la que se
hallaba.
Referente a la falta de informes psiquiátricos que
alega el casacionista , se obse rva que el Tribunal logró tener
por probada la dominación pSíquica a través de la prueba
testimonial producida durante el juicio , tal como quedó
demostrado en párrafos más arriba que dan cuenta de la
relación de sometimiento y falta de autonomía de la víctima .
Pero además, los jueces valoraron muy especialmente
la pericia psicológica realizada respecto del imputado , de la
cual se desprende una personalidad con rasgos de control,
dominio y psicopáticos , que resulta plenamente coincidente
con el delito reprochado .
Se aprecia que el recurrente no indicó de qué forma
estas circunstancias rebatirían la imputación o confirmarían
la versión defensista sobre la forma en que ocurrieron los
hechos. Se trata de observaciones vinculadas con cuestiones
aisladas que no logran demostrar cuál habría sido el
razonamie nto incorrecto que , según la defensa , realizó el
Tribunal.
En esta línea, no puede perderse de vista que el
Tribunal concluyó la responsabilidad de Bernardo en el hecho
a partir de los relatos coincidentes de los testigos en punto
a que Zurdo mantenía una relación tormentosa con su pareja.
Además, todos los testigos que declararon durante el debate
(Zurdo, Napoli , Morán) dier o n cuenta de una forma u otra
sobre lo traumática que era la relación y las agresiones
proferidas por el nombrado .
Así pues, las observaciones del defensor en cuanto a
que no se habría profundizado la investigación sobre los
aspectos psicológicos de la víctima , no puede servir como
16
Cau sa N° 1 6 . 2 1 5 - Sa l a
II-" Be rnardo, Ale j a nd r o
Martín sI r e cu rso de
c asa ción "

MARIA JIMENA MONSALVE


fundamento Sl;p'aT"cf lA °8ei"fArbar el cargoso cuadro probatorio
analizado por el Tribunal, máxime cuando los testigos
coincidieron en ratificar los aspectos esenciales de los
acontecimientos materia de juicio .
A partir de todo lo dicho, considero que el
recurrente limita la expresión de sus agravios a meros
juicios discrepante s del decisorio cuya impugnación postula,
todo lo cual no alcanza para desvirtuar el razonamiento que
sobre el particular realizó el Tribunal y cuyos fundamentos
no logra rebatir.
En efecto , no se advierten defectos de logicidad
del decisorio ni transgresione s al correcto razonamiento que
pudieran dar su s tento a los argumentos invocados . La
resolución ha sido sustentada razonablemente y los agravios
del recurrente sólo evidencian una opinión diversa sobre la
cuestión debatida y resuelta (C . S.J . N . Fallos 302 , 284;
304 : 415 i entre otros) i resolutorio que cuenta, además , co n
los fundamentos jurídicos mínimos, necesarios y suficientes,
que impiden su descalificación como acto jurisdiccional
válido (Fallos , 293 , 294 ; 299 , 226 ; 300,92 ; 301,449 ; 303 , 888,
entre muchísimos otros ).
En virtud de todo lo e x puesto, considero que las
críticas formuladas por la defensa sobre el punto no pueden
prosperar .
Cabe destacar que por las características del caso
se advierten específicas cuestiones que este Tribunal se
encuentra obligado a s eñalar en virtud de los compromisos
internacionales asumidos por el Estado Argentino al ratifica r
la Convención Belem do Pará y sancionar la ley 26 . 485 , que
imponen el deber de facilitar el acceso a la justicia , evitar
la revictimización y garantizar la asistencia a las mujeres
víctimas de violencia , además de prevenir , investigar y
sancionar la violencia contra las mujeres - arts . 7 . b de la
Convención Belem do Pará- ( cfr. causa 11.343 "Nadal,
Guillermo Francisco, si recurso de casación" , resuelta el 5
17
de septiembre de 2013, registro 1260/13 ). Precisamente estos
aspectos vinculados con la violencia de género fueron
adecuadamente puestos de resalto en la sentencia .
Finalmente, a modo de digresión , he de hacer
reserva de opinión en cuanto al cambio de calificación
efectuado por el Tribunal re s pecto de la acusación fiscal .
No obstante lo expuesto , en la s especiales circunstancias del
caso , teniendo en cuenta que el imputado y su defensor fueron
advertidos al respecto durante el debate y antes del dictado
de la sentencia (cfr. fs. 336) y tuvieron ocasión de producir
prueba (fs. 342 y ss . ), considero que tal mutación al no ser
sorpresiva no produjo una afectación al de rec ho de defensa
del imputado .
c. En lo que se refiere al agravio vinculado con
el monto de pena impuesta , el recurrente sostiene que los
jueces no fundaron debidamente la sanción pues no
consideraron la ausencia de antecedentes y el buen concepto
del imputado .
Al respecto, he de s e ñalar que es de aplicación el
criterio que sostuve al votar en la causa "Diharce, Marcelino
Carlos y otro s/ recurso de casación", resuelta el 22 de
diciembre de 2005, registro 1151/05, en punto a que, como
derivación del principio ne bis in idem, no es posible
valorar dos veces las mismas circunstancias. De e sta manera,
no podrán tenerse en cuenta a tal fin los antecedentes
penales (O su carencia) como así tampoco la existencia de
otras causas en trámite .
En lo que se refiere al alegado buen concepto del
imputado , el Tribunal sí mencionó dicha circunstancia, aunque
concluyó que tal extremo no lograba consolidarse como una
causal con entidad para atenuar la pena .
Sobre la necesidad de adecuada fundamentación que
debe contener el fallo -respecto del extremo indicado- según
los principios constitucionales que rigen la materia y lo
establecido en los arts . 40 y 41 del C.P . y arts . 123 y 404
inc . 2° del CPPN, se han señalado en anteriores precedentes
18
Cau sa N° 16 . 215 -Sala
II-"Bern a r do, Al eja ndro
Mart i n si recurso de
casac i ón "

los lineamientos que ordenan esta exigencia. Cabe citar las


causas n° 4833 , "Luján~ Marco Antonio s/rec . de casación",
r eg . nO 229/04, de fecha 3 de mayo de 2004; nO 4906,
"Cristaldo, Marcos Matias s/rec. de casación", reg. nO

445/04, del 25 de agosto de 2004; n° 5075 , "González Robles,


Rogelio Vicente y otros s/rec. de casación" , reg. nO 831/04,
de fecha 20 de diciembre de 2004; n° 7342 , "Oviedo, Jorge
Darío s/rec. de casación" , reg . nO 83/07, del 12 de febrero
de 2007; todas de la Sala 111 , entre muchas otras - a cuyas
consideraciones me remito en honor a la brevedad- , los cuales
se encuentran cumplidos en la especie.
A ello cabe agregar que el delito imputado prevé
una amplia escala penal (de 3 a 15 años) y el Tribunal aplicó
una pena que se apartó del mínimo en dos años (5 años),
enumerando una gran cantidad de circunstancias agravantes
(que su conducta estuvo orientada a reforzar la continuidad
de la convivencia ; que se adueñó y cosificó a su pareja; la
intensidad de la violencia física utilizada ; la coacción
psíquica desplegada al punto que la alejó de su medio; el
aprovechamiento del contexto familiar hostil de Zurdo; el
transcurso de su conducta en el tiempo que prolongó la
humillación, etc . ) . Por este motivo, no se advierte una
afectación al principio de proporcionalidad ni el déficit de
fundamentación que alega el casacionista .
En virtud de todo lo expuesto , propongo al acuerdo
rechazar el recurso de casación deducido por la defensa , con
costas (art. 456, 471 , 530 Y ce. del CPPN) .
Tal es mi voto .
El señor juez doctor Pe dro R. Da vid dijo:
Que adhiere a la solución propuesta por la doctora
Ledesma .
El señor juez doctor Alejandro w. Slokar dijo :
Que adhiere en lo sustancial y comparte la soluc ión
propiciada por la juez Ledesma , lo que así vota.
19
En mérito al resultado de la votación , el Tribunal ,
por unanimi dad , RESUELVE :
RECHAZAR el recurso de casación deducido por la
defensa, con costas (art. 456 , 471 , 530 Y cc . del CPPN) .
Regístrese, hágase saber, comuníquese y remí tanse
las actuaciones a su origen, sirviendo la presente de muy
atenta nota de envío .

ANGELA ESTE. lEOESMA

!'EDRO R. DAVID
Ul{
ALEJANO~OKAR

MARIA JIMENA MONSALI'E-- - I


.. ¡;C::R¡;;TARI,.. d' f';M.1 ARA.

20

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