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INDICE
– Diccionario anarcosindical.
– ¿Qué es CNT?
EDITORIAL
En fechas donde las celebraciones familiares son poco menos que obligatorias,
queremos recordar a todas aquellas familias que se han visto obligadas a tener que
emigrar buscando una condiciones laborales que les permitan mal-vivir, esas familias
que se encuentran en paro y se ven obligadas a vivir varias generaciones bajo un
mismo techo tirando de una pensión que ya no puede estirarse más, de las familias de
huelguistas que se reúnen al rededor de una olla común porque el patrón les echa un
pulso desde hace demasiado tiempo, de las familias que no saben qué hacer en el
periodo no escolar con sus crías porque al menos en el colegio pueden comer una vez
al día, de las familias que no pueden estar unidas por tener algún miembro en esos
centros de exterminio que llaman cárcel/psiquiátrico... lejos queda la realidad de la
imagen que nos han vendido de la navidad, de su consumo sin mesura, de una
felicidad impuesta que nada tiene que ver con la realidad que vive la clase
trabajadora.
RECORDAR: La palabra recordar viene del latín “recordari”, formado por RE (de nuevo)
y CORDIS (corazón). Recordar quiere decir algo más que tener a alguien presente en la
memoria, significa “volver a pasar por el corazón”. Tiene una etimología muy parecida a
“acordar” que viene del latín accordare (proximidad) y cordis (corazón) es decir; unir los
corazones.
Para los griegos el corazón no era la sede del sentimiento, sino del asentamiento
físico de la mente, del pensamiento. De ahí vienen palabras como concordia o discordia,
pensamientos en acuerdo o en desacuerdo.
Podemos interpretar la frase de Napoleón “quien no conoce la historia esta
condenado a repetirla” como el hecho de no recordar lo sucedido y la incapacidad de
empatizar con el pasado, obteniendo así un conocimiento que sin él estaríamos destinados a
repetir nuestros propios errores. Tenemos que formarnos, estudiar y aprender para recordar
el pasado, entender el presente y conquistar el futuro. Como decía Buenaventura Durruti
“llevamos un mundo nuevo en nuestros corazones, ese mundo está creciendo en este
instante”.
ANARQUÍA: viene del griego anarkhia, formada por AN (no, sin) ARCHE (ser primero,
mandar) IA (cualidad), se refiere pues, a la ausencia o falta de poder público estatal y a la
creencia de la sustitución de este poder por múltiples poderes asociativos con un control
directo de los mismos que participan en esa asociación, basándose en una forma de relación
horizontal sin superposición de ninguna asociación ni injerencia externa a estas. Este
termino se acuñó en la revolución francesa con un tono despectivo, siendo asociada a la
ausencia de orden, hasta que fue reclamada por Proudhon en su obra ¿Qué es la propiedad?
Dándole una estructura que luego sería reclamada por pensadores posteriores como
Bakunin, Kropotkin, Malatesta...
TOMAR PARTIDO
Sin embargo, la triste realidad es que son las personas pertenecientes a colectivos
minoritarios (no en cuanto a número sino en cuanto a poder económico y/o social) los que
en la mayoría de las ocasiones se ven obligados a realizar todos los cambios oportunos para
“asemejarse” lo más posible a lo establecido por el grupo mayoritario, renunciando a su
originalidad. Dado que en ningún caso en el sistema se producen cambios substanciales en
sus estructuras (sistema escolar, mercado laboral, prejuicios sociales), estaríamos hablando
por tanto de procesos de asimilación. Esto conlleva que las diferencias se perpetúen
indefinidamente al no atajarse las causas reales de las desigualdades.
Cuando desde las altas instancias la elección de llevar a cabo procesos de asimilación
se hace de una manera expresa, bajo el prisma de que es la mejor forma de mantener el
orden social, todos sabemos a qué nos atenemos. El problema radica en cuando, a través de
la manipulación mediante el lenguaje, se nos engaña haciéndonos creer que se lucha en pro
de una verdadera integración, cuando en realidad se trabaja de cara a la galería llevando a
cabo procesos de asimilación, que interesa mantener para que en realidad no haya una
verdadera transformación social. Porque, a estas alturas, ¿alguien puede tener dudas acerca
de que detrás de cualquier acción socioeducativa, desde la más pequeña a la más grande, se
halla una postura ideológica clara, generalmente tácita?
No puede ni debe serlo, y es nuestra obligación el ser coherentes en el día a día con
nuestra opción ideológica, plasmándolo en nuestra manera de intervenir, considerando a las
personas de dichos colectivos como autores de su propio proceso, dotándoles de libertad,
autonomía y protagonismo. Olvidando posturas paternalistas o de autoridad por parte de los
profesionales… Por último no olvidemos que para lograr verdaderos procesos de
integración hay que buscar la transformación social, a través de la movilización, de la
organización, siendo agentes de cambio en nuestros propios centros de trabajo, denunciando
situaciones… en fin, tomar partido para conseguir un mundo más justo e igualitario.