Está en la página 1de 10

Encíclica Rerum Novarum

Una vez que la pasión revolucionaria por los cambios tomó forma, ha
perturbado por largo tiempo a los gobiernos y presionado para que pasara más
allá de la esfera política y hacerse sentir en la esfera económica, lo cual no
sorprende. Los elementos del conflicto actual son inconfundibles. De hecho, los
nuevos desarrollos de la industria y los maravillosos descubrimientos de la
ciencia, cambiaron las relaciones obrero-patronales. La riqueza de unos pocos
y la pobreza de las masas ha provocado una mayor cohesión entre los
trabajadores, todo esto unido a la declinación en la moral cristiana.

#4- “El problema es difícil de resolver y no libre de peligros, dice. La frontera


entre poderosos y proletarios no es fácil de definir. Debe de haber regulación
entre sus relaciones mutuas. La controversia es realmente peligrosa porque en
algunos lugares la verdad ha sido torcida y amañada por personas turbulentas,
dedicadas a pervertir el sentido común y la verdad para incitar a las masas a la
sedición y al desorden”. (Agregamos que este párrafo -y otros no leídos-
anticipan en décadas lo sucedido en la ex-Unión Soviética y sus satélites, así
como en China, Cuba y otros países con variados y sutiles matices).

#30- “Entre los deberes concernientes a los trabajadores está el desempeñar


conscientemente el trabajo que han aceptado. De ninguna manera hacerle
daño físico a la propiedad o a los empleadores y no asociarse con pervertidos
que promueven esperanzas desproporcionadas que sólo llevan a la destrucción
de la justa riqueza y al desastre”.

#32- “Entre los más importantes deberes de los patronos es dar lo que es justo
a cada trabajador. Los ricos y los empleadores deben recordar que no hay ley
que les permita, para su propio beneficio, oprimir al necesitado o buscar
ganancias abusando de otros”. (Este artículo recuerda un poco aquello de”tu
derecho termina donde comienza el mío”). Y continua el Santo Padre: #63-
(Parte de) “Hay siempre un elemento de justicia natural detrás de los acuerdos
entre obreros y empleadores”.
#68- “Trabajadores y dueños pueden desempeñar sus roles en la sociedad
mediante instituciones con las cuales unos y otros se acerquen en sus
intereses”.

“El derecho a poseer bienes privados no ha sido dado por la ley sino por la
naturaleza y, por tanto, la autoridad civil no puede abolirlos sino solamente
moderar su uso y compaginarlo con el bien común”. (Aquí agregamos: oigan
bien esto los modernos dictadorzuelos).

“Por lo que respecta a la Iglesia, nunca ni bajo ningún aspecto regateará su


esfuerzo, prestando una ayuda tanto mayor cuanto mayor sea la libertad con
que cuente en su acción; y tomen nota especialmente de esto los que tienen a
su cargo velar por el bienestar público. Canalicen hacia esto todas las fuerzas
del espíritu y su competencia los ministros sagrados y, precedidos por
vosotros, venerables hermanos, con vuestra autoridad y vuestro ejemplo, no
cesen de inculcar en todos los hombres de cualquier clase social las máximas
de vida tomadas del Evangelio; que luchen con todas las fuerzas a su alcance
por la salvación de los pueblos y que, sobre todo, se afanen por conservar en
sí mismos e inculcar en los demás, desde los más altos hasta los más
humildes, la caridad, señora y reina de todas las virtudes. Ya que la ansiada
solución se ha de esperar principalmente de una gran efusión de la caridad, de
la caridad cristiana entendamos, que compendia en sí toda la ley del Evangelio
y, que, dispuesta en todo momento a entregarse por el bien de los demás, es el
antídoto más seguro contra la insolvencia y el egoísmo del mundo, y cuyos
rasgos y grados divinos expresó el apóstol San Pablo en estas palabras: La
caridad es paciente, es benigna, no se aferra a lo que es suyo; todo lo sufre y
todo lo soporta (I Corintios).

En prenda de los dones divinos y en testimonio de nuestra benevolencia, a


cada uno de vosotros, venerables hermanos, y a vuestro clero y pueblo,
amantísimamente en el Señor os impartimos la bendición apostólica”.
Análisis

Esta encíclica esta dedicada a la cuestión social (Que la fuerza de trabajo del
hombre no sea considerada una mercancía, reconocer el derecho de los
trabajadores a constituir sus propias asociaciones, etc.), intentaba proponer
una solución que se oponía tanto a las planteadas hasta entonces por el
liberalismo extremo. También destaca el aspecto religioso del socialismo.

De la propiedad privada la Encíclica hace referencia a que la propiedad se


vincula al derecho natural, criticando la postura de los socialistas, ya que estos
pretendían que los bienes de los sujetos pasaran a ser propiedad de la
comunidad. En tanto los humanos ostentan tal cualidad de seres racionales,
deben detentar la posibilidad de que se les reconozcan derechos subjetivos
como el derecho de propiedad. Por lo tanto la Encíclica indica que es un
derecho natural de los seres humanos la división de los bienes y la propiedad
privada.
De la misma forma criticó la posición de sujeción en la cual se encuentran los
trabajadores respecto de sus empleadores, ya que por necesidad o temor
aceptaban laborar en condiciones y con salarios indignos. Esto significa que se
crea una injusticia social, y los trabajadores son las principales víctimas de
esto. Como solución a ello planteaba que debían asegurarse condiciones
estables al trabajador, con un salario que le permitiese vivir y llevar una vida
racionalmente cómoda.
A través de la Encíclica se hace también una fuerte crítica al capitalismo, ya
que se presenta como una causa de la pobreza y como un acaparamiento
injustificado y desequilibrado de distribución de riquezas.
Finalmente se ofrece la opción de que los obreros se asocien con el fin de
hacer valer sus derechos, con lo cual se promueven las asociaciones
sindicales, ya que a través de las mismas los obreros podrán tutelar o exigir
sus derechos.

También pienso que El Papa León XIII defiende el derecho a la propiedad


privada; también pone claro que los trabajadores serian perjudicados, porque
es natural que el trabajador aspire a conseguir un techo propio con su salario, y
que necesita en previsión del futuro para su familia.
Documento de Medellín
INTRODUCCION

La Iglesia Latinoamericana, reunida en la Segunda Conferencia General de su


Episcopado, centró su atención en el hombre de este continente, que vive un
momento decisivo de su proceso histórico. De este modo ella no se ha
"desviado" sino que se ha "vuelto" hacia el hombre , consciente de que "para
conocer a Dios es necesario conocer al hombre" . La Iglesia ha buscado
comprender este momento histórico del hombre latinoamericano a la luz de la
Palabra, que es Cristo, en quien se manifiesta el misterio del hombre . |p2 Esta
toma de conciencia del presente se torna hacia el pasado. Al examinarlo, la
Iglesia ve con alegría la obra realizada con tanta generosidad y expresa su
reconocimiento a cuantos han trazado los surcos del Evangelio en nuestras
tierras, aquellos que han estado activa y caritativamente presentes en las
diversas culturas, especialamente indígenas, del continente; a quienes viven
prolongando la tarea educadora de la Iglesia en nuestras ciudades y nuestros
campos. Reconoce también que no siempre, a lo largo de su historia, fueron
todos sus miembros, clérigos o laicos, fieles al Espíritu de Dios. Al mirar el
presente comprueba gozosa la entrega de muchos de sus hijos y también la
fragilidad de sus propios mensajeros . Acata el juicio de la historia sobre esas
luces y sombras, y quiere asumir plenamente la responsabilidad histórica que
recae sobre ella en el presente. |p3 No basta por cierto reflexionar, lograr
mayor clarividencia y hablar; es menester obrar. No ha dejado de ser esta la
hora de la palabra, pero se ha tornado, con dramática urgencia, la hora de la
acción. Es el momento de inventar con imaginación creadora la acción que
corresponde realizar, que habrá de ser llevada a término con la audacia del
Espírtu y el equilibrio de Dios. Esta asamblea fue invitada a "tomar decisiones y
a establecer proyectos, solamente si estábamos dispuestos a ejecutarlos como
compromiso personal nuestro, aun a costa de sacrificio" .
|PI LA JUSTICIA

1Hechos Existen muchos estudios sobre la situación del hombre


latinoamericano . En todos ellos se describe la miseria que margina a grandes
grupos colectivos. Esa miseria, como hecho colectivo, es una injusticia que
clama al cielo . Quizás no se ha dicho suficientemente que los esfuerzos
llevados a cabo han sido capaces, en general, de asegurar el respeto y la
realización de la justicia en todos los sectores de las respectivas comunidades
nacionales. Las familias no encuentran muchas veces posibilidades concretas
de educación para sus hijos. La juventud reclama su derecho a ingresar en la
universidad o centros superiores de perfeccionamiento intelectual o técnico-
profesional; la mujer, su igualdad de derecho y de hecho con el hombre; los
campesionos, mejores condiciones de vida; o si son productores, mejores
precios y seguridad en la comercialización. La creciente clase media se siente
efectada por la falta de expectativa. Se ha iniciado un éxodo de profesionales y
técnicos a países más desarrollados. Los pequeños artesanos e industriales
son presionados por intereses mayores y no pocos grandes industriales de
Latinomérica van pasando progresivamente a depender de empresar
mundiales. No podemos ignorar el fenómeno de esta casi universal frustración
de legítimas aspiraciones que crea el clima de angustia colectiva que estamos
viviendo. |p2 La falta de integración sociocultural, en la mayoría de nuestros
países, ha dado origen a la superposición de culturas. En lo económico se
implantaron sistemas que contemplan sólo las posibilidades de sectores con
alto poder adquisitivo. Esta falta de adaptación a la idiosincracia y a las
posibilidades de nuestra población, origina, a su vez, una frecuente
inestabilidad política y la consoslidación de instituciones puramente formales. A
todos ellos debe agregarse la falta de solidaridad, que lleva, en el plano
individual y social, a cometer verdaderos pecados, cuya cristalización aparece
evidente en las estructuras injustas que caracterizan la situación de América
Latina.

2. Fundamentación doctrinal |p3 La Iglesia Latinoamericana tiene un mensaje


para todos los hombres que, en este continente, tienen "hambre y sed de
justicia". El mismo Dios que crea al hombre a su imagen y semejanza, crea la
"tierra y todo lo que en ella se contiene para uso de todos los hombres y de
todos los pueblos, de modo que los bienes creados puedan llegar a todos, en
forma más justa" , y le da poder para que solidariamente transforme y
perfeccione el mundo . Es el mismo Dios quien, en la plenitud de los tiempos,
envía a su Hijo para que hecho carne, venga a liberar a todos los hombres de
todas las esclavitudes a que los tiene sujetos el pecado , la ignorancia, el
hambre, la miseria y la opresión, en una palabra, la injusticia y el odio que
tienen su origen en el egoísmo humano. Por eso, para nuestra verdadera
liberación, todos los hombres necesitamos una profunda conversión a fin de
que llegue a nosotros el "reino de justicia, de amor y de paz". El origen de todo
menosprecio del hombre, de toda injusticia, debe ser buscado en el
desequilibrio interior, debe ser buscado en el desequilibrio interior de la libertad
humana, que necesitará siempre, en la historia, una permanente labor de
rectificación. La originalidad del mensaje cristiano no consiste directamente en
la afirmación de la necesidad de un cambio de estructuras, sino en la
insistencia en la conversión del hombre, que exige luego este cambio. No
tendremos un continente nuevo sin nuevas y renovadas estructuras; sobre
todo, no habrá continente nuevo sin hombres nuevos, que a la luz del
Evangelio sepan ser verdaderamente libres y responsables. |p4 Solo a la luz de
Cristo se esclarece verdaderamente el misterio del hombre. En la Historia de la
Salvación la obra divina es una acción de liberación integral y de promoción del
hombre en toda su dimensión, que tiene como único móvil el amor. El hombre
es "creado en Cristo Jesús" , hecho en El "criatura nueva" . Por la fe y el
bautismo es transformado, lleno del don del Espíritu, con un dinamaismo
nuevo, no de egoísmo sino de amor, que lo impulsa a buscar una nueva
relación más profunda con Dios, con los hombres sus hermanos, y con las
cosas. El amor, "la ley fundamental de la perfección humana, y por lo tanto de
la transformación del mundo" no es solamente el mandato supremo del Señor;
es también el dinamismo que debe mover a los cristianos a realizar la justicia
en el mundo, teniendo como fundamento la verdad y como signo la libertad. |p5
Así es como la Iglesia quiere servir al mundo, irradiando sobre él una luz y una
vida que sana y eleva la dignidad de la persona humana , consolida la unidad
de la sociedad y da un sentido y un significado más profundo a toda la actividad
de los hombres. Ciertamente para la Iglesia, la plenitud y la perfección de la
vocación humana se lograrán con la inserción definitiva de cada hombre en la
Pascua o triunfo de Cristo, pero la esperanza de tal realización consumada,
antes de adormecer debe "avivar la preocupación de perfeccionar esta tierra,
donde crece el cuerpo de la nueva familia humana, el cual puede de alguna
manera anticipar un vislumbro del siglo nuevo" . No confundimos progreso
temporal y Reino de Cristo; sin embargo, el primero, "en cuanto puede
contribuir a ordenar mejor la sociedad humana, interesa en gran medida al
Reino de Dios" . La búsqueda cristiana de la justicia es una exigencia de la
enseñanza bíblica. Todos los hombres somos humildes administradores de los
bienes. En la búsqueda de la salvación debemos evitar el dualismo que separa
las tareas temporales de la santificación. A pesar de que estamos rodeados de
imperfecciones, somos hombres de esperanza.

Análisis

Medellín hace un claro discernimiento de la situación de pobreza y


subdesarrollo en que viven las grandes mayorías de los pueblos I.a., denuncia
con claridad algunas causas de este estado y toma posición y aporta directrices
muy importantes para una nueva pastoral. Y va reseñando la situación de:
familia, juventud, mujer, campesinos, clase media, el éxodo de profesionales,
los pequeños artesanos e industriales, para terminar diciendo: «no podemos
ignorar el fenómeno de esta casi universal frustración de legítimas aspiraciones
que crea el clima de angustia colectiva que ya estamos viviendo». os presenta
una visión cristiana de la paz, que le pone muy por encima de la ausencia de
violencia. También se habla de los jóvenes por la importancia de que por vez
primera se dedique un documento completo a la juventud.

la juventud se presenta como un nuevo cuerpo social portador de sus propias


ideas y valores, que vive a la vez una época de crisis y cambios que son causa
de conflictos, lo que exige un sincero esfuerzo de comprensión y diálogo.

Medellín habla de tres grandes áreas, de la Promoción humana: justicia, paz,


familia, educación, de la Evangelización y crecimiento en la fe y de la Iglesia
visible y sus estructuras: sacerdotes, religiosos, formación del clero, pobreza de
la Iglesia.
Introducción
En el siguiente trabajo se presenta un pequeño resumen de dos encíclicas que
nos harán reflexionar sobre la realidad actualmente, aparte de que nos ayudara
como personas porque son consejos o escritos de parte del papa.

Objetivos
 Conocer la encíclica del Rerum Novarum
 Explicar en qué consiste el documento de Medellín
 Aprender un poco sobre estas dos encíclicas.
Conclusión
Como conclusión se podría decir que estas dos encíclicas me ayudaron
a reflexionar tanto ahora en el presente así como me ayudaran en un
futuro, a ser mejor persona, y estar más informada como católica de lo
que paso en el pasado.

Instituto “Santa
Clara”
La Paz, La Paz
Paz y Bien
Trabajo: Encíclicas: Rerum Novarum y Documento de Medellín

Asignatura: Educa. En la Fe

Profesor: Sor. Rosario Díaz

Alumno: Alexa María Rodríguez.

Curso: II Bach. En Ciencias Y Humanidades.

Fecha de Entrega: miércoles 19 de agosto

Observaciones Profesor:

También podría gustarte