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Revista Internacional de Políticas de Drogas 33 (2016) 56–65

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Revista Internacional de Políticas de Drogas

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Trabajo de investigación

Cultivo de coca y erradicación de cultivos en Colombia: los desafíos de

integrar la realidad rural en una política antidrogas efectiva
Alejandro Rincón-Ruiz a,*, Hyarold Leonardo Correa B, Daniel Oswaldo León B,
Stewart Williams C
a Instituto Alexander von Humboldt de Investigaciones sobre Recursos Biológicos, ColombiaB Oficina de
las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, ColombiaC Universidad de Tasmania, Australia

INFORMACIÓN DEL ARTÍCULO ABSTRACTO

Historia del artículo: Este artículo examina los impactos positivos y negativos (o intencionados y no intencionados) de las políticas
Recibido el 18 de julio de 2015 antidrogas como la fumigación aérea de cultivos de coca en Colombia. Proporciona un análisis espacial del cultivo
Recibido en forma revisada el 8 de junio de 2016
de coca y la erradicación de cultivos a una fina escala de resolución utilizando los últimos datos de la UNODC. Los
Aceptado el 9 de junio de 2016
hallazgos sugieren que la política antidrogas en Colombia entre 2001 y 2012 ha tenido cierto éxito con una
disminución significativa en los niveles generales de cultivo de coca, pero que también ha llevado al desplazamiento
Palabras clave:
del cultivo de coca, en particular a áreas dentro de la región del Pacífico colombiano. . Los impactos negativos
Cultivos de coca
incluyen la deforestación continua y el daño a los ecosistemas, y una mayor marginación de las comunidades
Política antidrogas
afrocolombianas cuyos territorios colectivos han estado sujetos a un mayor cultivo de coca entre 2001 y 2012. Los
Colombia
Deforestación programas de desarrollo alternativo no han estado bien alineados con áreas donde ahora ocurren otras actividades
ilegales como la minería y el cultivo de coca. De ahí la importancia de diseñar una política antidrogas que integre de
manera integral los matices locales de aquellos pueblos y lugares afectados por el cultivo de coca y la erradicación
de cultivos de acuerdo a sus contextos particulares.
- 2016 Elsevier BV Todos los derechos reservados.

Introducción 1999, se anunció la estrategia conjunta Estados Unidos-Colombia del Plan

De acuerdo con la Informe mundial sobre las drogas 2015 producido por la
Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC, 2015), los
últimos datos indican que en 2013 el cultivo de coca continuó disminuyendo en
todo el mundo, alcanzando su nivel más bajo desde mediados de la década de
1980. La UNODC considera que esta disminución en el cultivo de coca, que se ha
producido principalmente en Perú y Bolivia, se traduce en una reducción de la
demanda de cocaína con una reducción de los mercados a nivel mundial. En
Colombia, sin embargo, el cultivo de coca en 2013 se mantuvo estable, aunque en
niveles históricamente bajos. De hecho, Colombia sigue siendo el principal
proveedor mundial de cocaína (UNODC, 2015) a pesar del éxito publicitado de sus
programas de erradicación de cultivos.
En Colombia se ha librado una batalla concertada contra el cultivo
de coca y la producción y el tráfico de cocaína con la ayuda de los
Estados Unidos de América (EE. UU.) Desde la década de 1980 (Mejía,
2015). Inicialmente no tuvo éxito ya que la eliminación de los carteles
tradicionales de la droga dejó un vacío que pronto fue llenado por las
Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Por lo tanto, en
* Autor correspondiente. Tel .: +57 3213000721.Dirección de correo
electrónico: alexrinconruiz.ES@gmail.com (A. Rincón-Ruiz).
Colombia. Su objetivo era reducir la producción ilegal de drogas en su
primera etapa a través de la erradicación de cultivos de coca y aumentar las
condiciones de seguridad al arrebatar el control de grandes áreas del país a
los grupos paramilitares.
La erradicación de los cultivos de coca en Colombia ha avanzado
significativamente bajo el Plan Colombia y las áreas de cultivo han
caído de más de 160.000 ha en 2000 a 48.000 ha en 2013 (UNODC, 2013
). En algunos aspectos, sin embargo, ha sido un ejercicio costoso e
ineficaz que merece atención en otros programas, incluida una mayor
inversión en el desarrollo de medios de vida alternativos (Mejía, 2015;
UNODC, 2015). Sin embargo, incluso esta inflexión de política
aparentemente positiva es problemática cuando se considera a la luz
de las críticas de larga data a los programas de erradicación de cultivos
de coca llevados a cabo en Colombia y en otras partes de la región
andina.
Las políticas antidrogas varían internacionalmente, ya que Guridi (2002)
señala, particularmente con respecto a la región andina. La política general de la
Unión Europea en relación con la oferta se basa en el reconocimiento de que el
problema fundamental de la producción ilegal de drogas se deriva de las malas
condiciones sociales de determinadas regiones, mientras que el enfoque
adoptado por Estados Unidos ha sido culpar a los países productores.
Posteriormente, Estados Unidos ha dirigido sus políticas antidrogas a '' combatir ''

http://dx.doi.org/10.1016/j.drugpo.2016.06.0110955-3959 / -
2016 Elsevier BV Todos los derechos reservados.
 A. Rincón-Ruiz y col. / Revista Internacional de Políticas de Drogas 33 (2016) 56–65
producción en América Latina (mediante el fortalecimiento de las fuerzas armadas
y la aplicación de medidas de erradicación de cultivos), en lugar de crear
soluciones estructurales.
Si bien la interdicción y la represión han caracterizado las políticas
antidrogas en la región andina, su implementación no necesariamente
ha llevado a los agricultores a abandonar el cultivo de coca. En cambio,
en Bolivia, por ejemplo, se ha documentado su expansión a otras zonas
durante la década de 1990 (Guridi, 2002). Resultados similares en Perú
lideraronCabieses (1999) sugerir que la erradicación forzosa de cultivos
ilícitos no debe perseguirse como condición o primer paso antes de
desarrollar medios de vida rurales alternativos, sino que la reducción
del cultivo de coca resultaría en el establecimiento temprano de este
último.
En el caso colombiano, Thoumi (2005) afirma que la política
antidrogas se ha formulado bajo supuestos simplistas sobre los
orígenes del fenómeno. En particular, sugiere que los políticos se han
mostrado reacios a formular preguntas básicas sobre la causalidad del
problema del cultivo de coca, reduciéndolo con frecuencia a la
existencia de una demanda externa de drogas. Este tipo de diagnóstico
no permite ver las diferencias internas o las causas estructurales del
cultivo de coca en Colombia.
La deforestación es un problema importante asociado al cultivo de coca,
y por esta razón se perdieron 290.000 ha de bosque en Colombia entre 2001
y 2013 (UNODC, 2015). Gran parte de esta tala de bosques ocurre en áreas
de alta biodiversidad, con la técnica de roza y quema aumenta la erosión del
suelo y el uso de herbicidas y fertilizantes impacta negativamente en
ecosistemas sensibles (Álvarez, 2007; Dávalos et al., 2011). Suele explicarse
por el desplazamiento de los cultivos ilícitos de coca tras la erradicación de
cultivos. Por ejemplo,Moreno-Sanchez, Kraybill y Thompson (2003),
utilizando un análisis econométrico, encuentran que los agricultores
responden a la erradicación de cultivos cultivando más extensivamente. Los
análisis espaciales también demuestran el desplazamiento del cultivo de
coca utilizando mapas jurisdiccionales (Dion y Russler, 2008), mapas de
cobertura de uso del suelo (Dávalos et al., 2011) y mapas de ecosistemas (
Rincón-Ruiz, Pascual y Romero, 2013). Sin embargo, las causas de la
deforestación son complejas. Si bien se asocia principalmente con la tala
ilegal y la cría de ganado, también se considera que la erradicación de
cultivos precipita la deforestación debido a que los agricultores limpian aún
más tierra para cultivar cultivos lícitos (de bajo valor) en lugar de continuar
el cultivo de coca en otros lugares (Bradley y Millington, 2008; Dávalos et al.,
2011).
El aspecto más importante de la estrategia de los pequeños
agricultores no es lograr el máximo beneficio sino minimizar el riesgo,
es decir, garantizar un ingreso seguro, a través de una adecuada
combinación de cultivos y otro tipo de actividades que en su conjunto
les permitan satisfacer las necesidades básicas de sus familias (Ibáñez y
Carlsson, 2010). En lugar de altos niveles de ingresos para las
comunidades, la coca proporciona facilidad de almacenamiento,
transporte y comercialización junto con acceso garantizado al mercado
en zonas aisladas y pobres (Rincón-Ruiz y Kallis, 2013; Rincón-Ruiz,
Pascual y Flantua, 2013). Por tanto, las soluciones estructurales para el
desarrollo local pueden implicar mercados locales o regionales
garantizados. ComoOrtiz (2004)confirma, la política antidrogas en
Colombia no ha tenido en cuenta las características culturales y
socioeconómicas de los agricultores y sus razones para cultivar tales
cultivos. Es decir, las políticas no se basan en el conocimiento de la
realidad local ni están consensuadas con la población.
Por lo tanto, parece que los modelos locales y las interpretaciones
matizadas pueden proporcionar una explicación mucho mejor de la
existencia de cultivos de coca que los promedios identificados por los
modelos globales (Rincón-Ruiz y Kallis, 2013; Rincón-Ruiz, Pascual y Flantua,
2013; Rincón-Ruiz, Pascual y Romero, 2013). Asimismo, la política antidrogas
debe adaptarse a las realidades locales y no, como es el caso actual, a una
política general que existe para todo el país (Isacson y Poe, 2009). De hecho,
las políticas sensibles a nivel local pueden ser mucho más eficientes que las
iniciativas generalizadas.
57
En este artículo, proporcionamos más evidencia empírica que ayuda a
responder la pregunta fundamental: ¿Cuáles son los impactos positivos y
negativos (o intencionados y no intencionados) de las políticas antidrogas
como la erradicación de cultivos utilizados para combatir el cultivo de coca
en Colombia? Sumamos a la literatura existente la evaluación crítica de la
política antidrogas en Colombia con la investigación que aquí se presenta.
En particular, proporcionamos información nueva y más actualizada que se
ha generado y analizado en un contexto espacial, utilizando datos de escala
fina y aplicaciones de sistemas de información geográfica para producir
mapas detallados.
Metodología
Los datos presentados en este artículo se derivan de la UNODC. Los
datos sobre cambios en el uso del suelo, destacando la pérdida de cobertura
vegetal por siembra de coca (afectación) y su erradicación o abandono
(sustitución por cultivos legales o cambio de cobertura), de acuerdo con la
información contenida en los análisis multitemporales que se han publicado.
anualmente por el Sistema Integrado de Monitoreo de Cultivos Ilícitos en
Colombia (SIMCI) desde 2001.
SIMCI es parte del Programa Mundial de Monitoreo de Cultivos Ilícitos
creado por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1998. A partir de
1999, el SIMCI en Colombia ha estado monitoreando cultivos ilícitos; durante
los dos primeros años, su alcance se centró en la medición de aquellas áreas
sembradas con cultivos ilícitos con base en la interpretación de imágenes
satelitales y sobrevuelos de verificación. Sin embargo, desde 2001, los
estudios también se han centrado en los territorios afectados por la
presencia de estos cultivos, generando análisis multitemporales entre otros.
La metodología para la realización de los censos anuales de cultivos
ilícitos de coca ha sido aprobada en Colombia por el Gobierno Nacional
e internacionalmente por Naciones Unidas y la Universidad de Boku. El
proceso consta de cuatro fases (UNODC, 2013): (1) Interpretación visual
de imágenes satelitales descargadas, rectificadas geométricamente y
mejoradas radiométrica y espacialmente, para identificar y demarcar
parcelas de coca; (2) Verificación de campo mediante sobrevuelos; (3)
Correcciones por áreas sin información, temporalidad e información
secundaria (aspersión aérea y erradicación); y (4) Integración al sistema
de información geográfica del SIMCI para análisis espaciales.
Los datos sobre coca ilícita (por lo tanto excluyendo la cultivada por
pueblos indígenas para uso legítimo) se recopilaron a la escala fina del
nivel municipal y se realizó un análisis espacial utilizando los paquetes
de software SPSS, GeoDa y ArcGIS. Sin embargo, cualquier suposición
sobre la precisión de los datos se mantiene con las advertencias
habituales. También se han examinado las políticas antidrogas en
relación con la información sobre erradicación de cultivos que ha sido
facilitada por la Dirección Nacional de Estupefacientes (DNE) y
comunicada con laUNODC (2011, 2013). La deforestación provocada
por los cultivos de coca se refiere a la pérdida de cobertura vegetal
derivada directamente de la siembra de coca (afectación) y su
erradicación o abandono (sustitución). También utilizamos mapas
(formato shape) divididos según el estatus legal de los territorios
colombianos en: Parques Nacionales, Reservas Indígenas y
Comunidades Afrocolombianas, permitiendo así documentar cambios
diferenciados en el cultivo de coca y erradicación de cultivos en cada
uno de estos territorios.
Política antidrogas y erradicación de cultivos 2001-2012
La erradicación de los cultivos de coca es un componente clave de la
política antidrogas de Colombia junto con los esfuerzos para interrumpir la
producción y el tráfico de cocaína (aunque ambos se ven eclipsados por la
inversión en militarización y fuerzas policiales y de seguridad). El principal
método de erradicación es mediante fumigación o fumigación aérea.
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que se llevó a cabo con cautela a fines de la década de 1970 para luchar
contra las plantaciones de cannabis, pero se amplió en 1994 para cubrir
las áreas en expansión de cultivo de coca. Desde entonces, la
fumigación aérea se ha intensificado y proliferado de diversas maneras
en Colombia con la firma del Plan Colombia en 1999 y la creación del
Programa de Erradicación de Cultivos Ilícitos con Glifosato en 2000. El
Plan Colombia ha sido celebrado por los políticos allí como un gran
éxito en la reducción del total. área del país utilizada para el cultivo de
coca. De hecho, la superficie total dedicada al cultivo de coca se ha
reducido de 144.800 ha en 2001 a 48.000 ha en 2012 (véaseFigura 1). La
fumigación aérea aumentó de 2001 a 2006, se redujo entre 2006 y 2009
y luego continuó a un ritmo constante entre 2009 y 2012.
Hay fuertes críticas a la fumigación aérea. Mejía (2015)
señala que se han fumigado un promedio de 128.000 ha anualmente en Colombia
desde 2001 y, sin embargo, las investigaciones indican que la fumigación aérea ha
tenido poco impacto positivo, es muy costosa, se ve alterada por las respuestas
novedosas de los cultivadores de coca y tiene un impacto negativo en la salud
humana y la medio ambiente. También ha ido acompañado de
Figura 1. Cultivos de coca, áreas fumigadas y áreas sujetas a erradicación manual 2001-2012.
Fuente:UNODC (2013).
60%
50%
40%
30%
%
20%
10%
0%
2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2005 2006 2007
2002 2003 2004 2008 2009 2010 2011 2012
Deforestación por cultivo de cultivos de coca (%)
Figura 2. Tasa de deforestación por cultivos de coca 2001-2012.
FuenteUNODC (2013).
una política de erradicación manual forzada (ya veces voluntaria). Sin
embargo, aunque mucho menos costosas, las campañas de erradicación
manual se han visto dificultadas por la hostilidad local y por la protección de
las FARC a los cultivos de coca con minas terrestres. Por lo tanto, los
gobiernos colombianos han abogado por la fumigación aérea sobre la
erradicación manual forzada, que ha estado disminuyendo desde 2008 (ver
Figura 1). Si bien la política antidrogas ha llevado a una disminución
significativa de los cultivos de coca entre 2001 y 2012, la deforestación
causada por cultivos ilícitos ha aumentado especialmente desde 2008 y a
pesar de las marcadas reducciones en el cultivo de coca en el mismo período
de tiempo (verFigura 2). Una explicación de esta paradoja es que el cultivo
de coca se ha desplazado a otras áreas, generando así nueva deforestación.
Este fenómeno se ha denominado generalmente en términos de `` efecto
globo '', que es una descripción económica de lo que sucede cuando, dada
una función de oferta bastante elástica pero una función de demanda
bastante inelástica, las reducciones temporales de la oferta conducen a
precios más altos que posteriormente estimulan una mayor producción de
oferta. Está demostrado para el cultivo de coca en la región andina (Bradley
y Millington, 2008) y específicamente en el caso colombiano
120000
100000
80000
Hectáreas
60000
40000
20000
0
Cultivos de coca (Ha)
 A. Rincón-Ruiz y col. / Revista Internacional de Políticas de Drogas 33 (2016) 56–65
Mapa 1. Cultivos de coca en Colombia por Regiones.
Fuente:UNODC (2013).
(Rincón-Ruiz y Kallis, 2013) incluso con los datos más recientes
presentados en este documento.
Tendencias regionales y permanencia de los cultivos de coca 2001-2012
Según la metodología de la UNODC, los departamentos de
Colombia donde existen cultivos ilícitos según la interpretación de
imágenes satelitales se distribuyen administrativamente a
59
regiones de la siguiente manera: Amazonı́a (Amazonas, Guainı́a y
Vaupés), Central (Antioquia, Bolı́var,1 Boyacá, Caldas, Cesar, Córdoba,
Cundinamarca, Norte de Santander y Santander), Guaviare-Meta
(Guaviare y Meta), Orinoquı́a (Arauca y Vichada), Pacífico (Cauca, Chocó,
Nariño y Valle), Putumayo-Caquetá
1 El sur de Bolívar tiene una dinámica diferente al resto del departamento.
60 A. Rincón-Ruiz y col. / Revista Internacional de Políticas de Drogas 33 (2016) 56–65
(Caquetá y Putumayo) y Sierra Nevada (La Guajira y Magdalena). Las
tendencias y la permanencia del cultivo de coca entre 2001 y 2012
varían significativamente entre las diferentes regiones (verMapa 1).
En 2001, la región colombiana de Putumayo-Caquetá era responsable de
la mayor superficie de cultivo de coca del país por región, representando el
43% del total nacional con más de 61.000 ha sembradas de coca. Para 2012,
el cultivo de coca en Putumayo-Caquetá había sido
Mapa 2. Permanencia de los cultivos de coca (2001-2012).
Fuente:UNODC (2013).
reducido a menos del 16% de lo que había sido el nivel de la región en
2001. Así, esta región ha estado liderando algo más que un reflejo de la
disminución nacional del cultivo de coca, que cayó un 67% entre 2001 y
2012 (de 145.000 a 48.000 ha). Sin embargo, a pesar de tales
reducciones, el cultivo de coca se ha desplazado a la región del Pacífico
colombiano. Esta región es una de las más biodiversas del mundo (
Myers, Mittermeier, Mittermeier, da Fonseca y Kent, 2000) y la única
región del país en la que ha habido una
 A. Rincón-Ruiz y col. / Revista Internacional de Políticas de Drogas 33 (2016) 56–65 61

aumento en el cultivo de tales cultivos, pasando de 11.200 a
19.000 ha durante el período 2001-2012.
En la región del Pacífico, hubo un aumento de aproximadamente el 70%
en las áreas de cultivos de coca entre 2001 y 2012, en las que Nariño ha
representado la parte del león (un promedio del 74% de la coca de la región
se encuentra en este departamento). Sin embargo, el incremento en Chocó
(869%) y Valle (162%), a pesar de que constituyen los dos departamentos con
menor superficie sembrada de coca en esta zona del país, muestra el
considerable desplazamiento de los últimos años.
década de esta actividad ilegal hacia los llanos del Pacífico colombiano
(Cauca tuvo un incremento del 38% y Nariño del 43%). Actualmente, el 40%
de los cultivos de coca en Colombia se encuentran en la región del Pacífico.
Todas las regiones del país donde se han registrado cultivos de coca
presentan áreas de afectación permanente, correspondientes al 16%
de la superficie total afectada desde 2001. Las áreas o territorios de
afectación permanente se encuentran mayoritariamente en los
departamentos de Nariño, Putumayo, Meta, Guaviare, Sur del Cauca,
Sur de Bolívar y Norte de Santander (ver Mapa 2).

Mapa 3. Cultivos de coca en parques naturales, resguardos indígenas y territorios colectivos de comunidades afrodescendientes 2012.
Fuente: UNODC (2013).
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Mapa 4. Desarrollo alternativo y estabilidad de los cultivos de
coca. Fuente:UNODC (2013).
La expansión territorial reciente o zonas de afectación reciente se
refieren a áreas donde se han encontrado cultivos de coca durante los
últimos 3 años. Se encuentran principalmente en las regiones del Pacífico,
Sierra Nevada y Amazonas. Estas áreas corresponden al 6% del área total
afectada desde 2001.
Sin embargo, el 48% de los territorios con registros de presencia de
cultivos de coca desde 2001 han tenido afectación intermitente. Es
decir, para aquellas zonas donde ocasionalmente se ha encontrado
esta actividad ilegal de cultivo de coca, es
presente en algunos años pero no en otros. Este fenómeno ha ocurrido
principalmente en los departamentos de Chocó, Vaupés, Vichada, Sur
del Cauca y Norte de Santander.
Las áreas donde los cultivos de coca han sido abandonados en los
últimos 3 años se encuentran principalmente en el sur del Meta, el Urabá
Antioqueño.2 y Santander. Representan el 30% del área total afectada por el
cultivo de coca desde 2001.
2 Se refiere a la región norte del departamento de Antioquia (zona costera).
 A. Rincón-Ruiz y col. / Revista Internacional de Políticas de Drogas 33 (2016) 56–65
Impactos en la selva tropical, los ecosistemas y las áreas protegidas
2001–2012
De acuerdo a UNODC (2013) Según estimaciones, se talaron un total
de 259.086 ha de bosque para el cultivo de coca en Colombia entre
2001 y 2012. Aunque el tamaño del área sembrada con coca en 2012
fue menor que el año anterior, se despejaron terrenos específicamente
para el cultivo de ese cultivo. resultó en 15.307 ha
Mapa 5. Minería y cultivos de coca.
Fuente: UNODC.
63
de los bosques que existían en 2011 fueron posteriormente talados. De
estos bosques, el 61% era bosque húmedo tropical primario de gran
complejidad, biodiversidad y riqueza.
Al comparar áreas de cultivo de coca en 2012 con el mapa de
ecosistemas de Colombia (IDEAM et al., 2007), se calcula que el 84% de
los cultivos de coca se concentran en solo 4 de los 34 biomas
identificados en Colombia. Además, el 33% se encuentra en la selva
tropical del Pacífico y la cuenca del río Atrato, el 24% en la
64 A. Rincón-Ruiz y col. / Revista Internacional de Políticas de Drogas 33 (2016) 56–65
bosques lluviosos en la Amazonia y Orinoquı́a, 16% en las estribaciones
(orobioma inferior de los Andes) y 11% en bosques a lo largo de los ríos
(helobioma) del Pacífico y la Cuenca del Atrato. Es de destacar que el mayor
porcentaje de cultivos de coca se encuentra en las selvas tropicales,
principalmente a lo largo del Pacífico, una región considerada una de las
más importantes del país y del mundo en términos de biodiversidad.
El tamaño de las áreas sembradas con cultivos de coca en las áreas
protegidas del sistema de Parques Nacionales disminuyó en un 44% entre
2001 y 2012 (de 6050 a 3400 ha). En las Reservas Indígenas, hubo una
disminución del 62% en el área de cultivos de coca (de 11,900 a 4500 ha). Sin
embargo, en los territorios colectivos pertenecientes a Comunidades
Afrocolombianas (ubicados principalmente en la región del Pacífico), hubo
un aumento del 46% en las áreas sembradas de coca (de 4500 a 6600 ha),
con los puntos altos ocurriendo en los años 2007, 2008 y 2011 con 12,100,
12,600 y 12,100 ha, respectivamente (verMapa 3).
Política antidrogas, sostenibilidad y desafíos futuros
Los ecosistemas y poblaciones altamente vulnerables en Colombia
(principalmente las selvas tropicales y las comunidades afrocolombianas de
la región del Pacífico, respectivamente) han sido los más afectados en la
última década por el desplazamiento del cultivo de coca. Como resultado, y
comoRincón-Ruiz y Kallis (2013) Demostran que la fumigación aérea ha
impactado los territorios colectivos de las comunidades afrocolombianas,
con efectos negativos en la salud humana, pérdida de cultivos y
contaminación de fuentes de agua. Además, estos pueblos afrocolombianos
son frecuentemente desposeídos de sus tierras porque su ubicación remota
los deja atrapados entre un estado ausente y un paramilitar involucrado en
la contrainsurgencia y el narcotráfico, como lo discutió.Ballvé (2012, 2013) en
relación con las zonas fronterizas entre las regiones Pacífico y Central.
Entonces, aunque el cultivo de coca ha disminuido a nivel nacional
en Colombia, persiste debido al desplazamiento y la concentración en
otras comunidades rurales, a menudo más desfavorecidas, así como en
áreas ecológicamente sensibles. De hecho, si hay un problema rural
que no ha sido resuelto por la política antidrogas, es la falta de
desarrollo alternativo.3 programas donde se necesitan. Más bien, el
despliegue de programas de desarrollo alternativo tiende a ubicarse
lejos de las áreas donde se han reportado cultivos de coca (verMapa 4).
Dichos programas requieren ciertas condiciones (medios de
comunicación, acceso a servicios, condiciones de seguridad y presencia
estatal visible) que no coinciden de manera precisa y total con las
ubicaciones actuales y los contextos locales donde se cultivan los
cultivos ilícitos de coca.
La sostenibilidad de la política antidrogas se cuestiona cuando no
aborda de manera integral la vulnerabilidad de los territorios afectados
según sus contextos particulares. Las acciones dirigidas a reducir el
cultivo de coca (es decir, aspersión aérea y erradicación manual) no se
traducen en mejoras reales para las zonas rurales afectadas. En
cambio, continúan dejando abiertas las oportunidades y la necesidad
de la actividad ilegal, fenómeno que evoluciona con el tiempo como
resultado de la obligación de satisfacer las necesidades de los actores
locales junto con la falta de alternativas efectivas. Un indicio de este
problema es la persistencia de la tala ilegal de maderas duras
tropicales y la extracción ilegal de minerales como el coltán y el oro. En
efecto,Mapa 5).
3 Existen tres grandes líneas de Desarrollo Alternativo en Colombia: el Programa
Familia de Guardabosques (incentiva la recuperación y preservación de los bosques), el
Programa de Proyectos Productivos (mejora la productividad y el acceso al mercado con
asistencia técnica) y las Estrategias de Poserradicación y Contención (fortalece la
producción rural). sostenibilidad tras la erradicación de cultivos ilícitos). Las líneas de
producción más promocionadas en Desarrollo Alternativo son silvopastoriles, café,
especies menores, cacao, piscicultura, caña, cultivos transitorios y frutales (UNODC, 2014
).
En particular, estas áreas de presunta minería ilegal en 2012 también son
lugares donde ha habido una tendencia en los últimos años hacia la
disminución del cultivo de coca, incluso en los departamentos de Chocó,
Córdoba, Antioquia, Guainía y Nariño.
Mirando los desafíos futuros, nuestros hallazgos sugieren que
existen asociaciones entre el cultivo de coca, la erradicación de cultivos
y la política antidrogas que podrían establecerse aunque de manera
tentativa. No existen factores individuales exclusivamente asociados al
cultivo de coca y la erradicación de cultivos, sino que existe un conjunto
de variables sociales, económicas, políticas y ambientales que
caracterizan a estas áreas (lo que hace necesario pensar en una política
más integral). Además, los factores habitualmente mencionados en la
literatura no son constantes en el espacio ni en el tiempo. Este es otro
elemento que explica por qué la política antidrogas no ha sido del todo
efectiva en Colombia, porque se aplica sin tomar en cuenta realidades
locales complejas, heterogéneas y dinámicas.
En el momento de redactar este informe, la determinación de la Organización
Mundial de la Salud sobre la carcinogenicidad del glifosato significa que es
probable que se suspenda la fumigación aérea (pero sigue siendo una propuesta
muy controvertida) en Colombia (El Espectador, 2015). Cualquiera que sea la
decisión que se tome a nivel nacional, las ramificaciones sin duda se desarrollarán
de manera diferente en varios lugares con consecuencias aún más no
intencionales, así como intencionales.
Conclusión
En este artículo presentamos los hallazgos de un análisis espacial del
cultivo de coca y la erradicación de cultivos bajo la política antidrogas actual
en Colombia. Los datos primarios generados por la UNODC, DNE y SIMCI se
toman al pie de la letra, aunque las advertencias habituales sobre dichos
datos aún se mantienen. Asimismo, las asociaciones entre el cultivo de coca,
la erradicación de cultivos y la política antidrogas se trazan de manera
tentativa. Dicho esto, los hallazgos brindan evidencia empírica adicional y
más actualizada en apoyo de la evaluación crítica en curso de la política
antidrogas en Colombia. Los datos espaciales y su análisis también son
novedosos y valiosos debido a la fina escala de resolución que se lleva al
nivel del municipio.
En conclusión, reiteramos que la política antidrogas, en particular la
fumigación aérea de cultivos ilícitos con glifosato, ha sido celebrada por
su evidente éxito en la erradicación de cultivos con una disminución
significativa del cultivo de coca resultante entre 2001 y 2012. Sin
embargo, también se asocia con el desplazamiento del cultivo de coca a
nuevas áreas en este mismo período de tiempo. Ha sido especialmente
problemático ya que este desplazamiento ha sido hacia algunas de las
áreas más vulnerables social y ambientalmente de Colombia,
especialmente dentro de la región del Pacífico.
La región del Pacífico de Colombia, considerada una de las más
importantes del país y del mundo en términos de biodiversidad,
experimentó un aumento de aproximadamente el 70% en la superficie
sembrada de coca entre 2001 y 2012. En 2012, el 40% de las plantaciones de
coca encontradas en Colombia estaban ubicadas allí. La investigación
también determinó que el 84% de los cultivos de coca se concentran en solo
4 de los 34 biomas de Colombia, incluidas áreas significativas de selva
tropical en la región del Pacífico. Asimismo, en los territorios colectivos
pertenecientes a comunidades afrocolombianas, que se ubican
principalmente en la región del Pacífico, hubo un aumento del 46% en el
cultivo de coca (de 4500 a 6600 ha) entre 2001 y 2012.
De manera más general, hemos demostrado que los programas de
desarrollo alternativo se ubican en áreas alejadas de los lugares donde
se han reportado cultivos de coca. Es posible que en su lugar se
realicen actividades ilegales además del cultivo de coca, como la
presunta minería ilegal. En conjunto, estos hallazgos nos llevan a
concluir que la política antidrogas en Colombia estaría mejor orientada
a abordar de manera más integral aquellas regiones, departamentos y
territorios afectados por el cultivo de coca y la erradicación de cultivos.
 A. Rincón-Ruiz y col. / Revista Internacional de Políticas de Drogas 33 (2016) 56–65
según sus contextos particulares y matices locales. La generación en
curso de evidencia empírica actual y su análisis espacial a escalas
apropiadas va en parte para abordar este asunto.
Agradecimientos
Gracias a todas las entidades públicas y privadas que ayudaron con el
suministro de información, en especial SIMCI por su apoyo técnico en el
suministro de datos espaciales sobre cultivos de coca.
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