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1. OBJETIVOS
- Identificar cuáles son los motivos del desacuerdo de la población con la fumigación aérea
y con la erradicación forzada
En la década de los 60 se inicia la explotación del petróleo por parte de la Texas
Petroleum Company con el descubrimiento de los pozos de Orito y la Hormiga. Con estos
descubrimientos se inició un traslado masivo de gentes provenientes de distintas partes del País
hacia el Putumayo, según algunos por el propósito de acceder a los altos sueldos que ofrecía la
Texas en trabajos de carreteras, de construcciones y de perforaciones de pozos, pero también
como consecuencia de los conflictos agrarios del interior del País. Como consecuencia de la
explotación petrolera se desencadena un sensible incremento de los presupuestos territoriales que
lejos de haber incidido en proyectos significativos de desarrollo, sirvieron para consolidar el
sector terciario de la economía regional expresado en el comercio de bienes y servicios y
también para fortalecer una cultura burocrática y paternalista por parte de las Instituciones en los
centros urbanos más importantes de la entonces Comisaría Especial.
A partir de 1977 el fenómeno del narcotráfico hace su aparición en estos territorios, ubicando
en ellos una fuente de materia prima para la producción de sicoactivos y generando entre sus
pobladores el espejismo del enriquecimiento rápido. Este fenómeno es quizás el que más hace
complejos los conflictos, primero porque es una actividad ilegal con consecuencias negativas en
lo cultural y lo ambiental y segundo porque en la actualidad tiene una relación funcional con
actores armados de diversa índole.
Los cultivos de coca en Colombia en sus inicios eran de tipo marginal y la gran expansión
ocurría en Perú y Bolivia, pero frente a las presiones ejercidas en estos países para controlar los
cultivos conllevaron a que la tendencia se invirtiera y que Colombia se convirtiera en el mayor
cultivador de hoja de coca. Frente a este incremento del área sembrada se intensificaron en
Colombia las acciones de la Fuerza Pública para su control que llevó a una tendencia a la
reducción aunque esto no implicaba que disminuyera la producción de clorhidrato de cocaína
proporcionalmente. Uno de los factores que contribuyó a mejorar el rendimiento de los cultivos
de coca en Colombia se atribuyó a las prácticas agrícolas y técnicas mejoradas. Se comprobó que
los cultivadores utilizaban fertilizantes, herbicidas y fungicidas, algunos con altos grados de
toxicidad, para aplicar a los cocales con el fin de prevenir malezas, plagas y enfermedades, así
como lograr un máximo rendimiento del cultivo.
La tendencia que se viene presentando en los últimos años en el ámbito nacional es hacia la
reducción sostenida de las áreas sembradas de coca y el potencial de producción de cocaína,
aunque se evidencia expansión hacia zonas fronterizas, de manera principal hacia la frontera con
Ecuador, en las cuales se están formando “clústeres” de encadenamiento productivo.
Las políticas de erradicación de coca, de manera particular la aspersión aérea, produce efectos
sobre la productividad y por consiguiente la disminución directa en la producción de cocaína.,
convirtiéndose en uno de los principales problemas del estado colombiano el de plantear una
solución viable para detener los cultivos ilícitos y por ende el consumo y el narcotráfico. Los
cultivadores usan diversos productos agroquímicos para sembrar y mantener los cultivos ilícitos,
entre estos, hay pesticidas que se usan y vierten en las zonas, algunos calificados de alta toxicidad
y cuya comercialización está prohibida por la legislación. En zonas con alta incidencia de
producción se desarrollan procesos de contaminación ambiental de suelos, aguas e incluso
fenómenos de bioacumulación que estarían afectando los ecosistemas y generando riesgos
importantes para la salud humana.
La estrategia para el control de los cultivos y la producción de droga incluyen una serie de
medidas que comprende la erradicación manual forzosa y/o voluntaria, la aspersión aérea, el
desarrollo alternativo y la Política Nacional de Consolidación Territorial.
La contención del área sembrada se atribuye a una combinación de estrategias del Gobierno
nacional en erradicación de cultivos ilícitos (aspersión aérea y erradicación manual), desarrollo
alternativo y en forma más reciente la ejecución de la Política Nacional de Consolidación y
Reconstrucción Territorial.
En nuestro caso en particular, el Departamento del Putumayo está dividido en 13 municipios,
de los cuales diez están afectados con cultivos de coca, ellos son: Mocoa, Orito, Puerto Asís,
Puerto Caicedo, Puerto Guzmán, Puerto Leguízamo, San Miguel, Santiago, Valle del Guamuez y
Villagarzón. Los Parques Nacionales Naturales de la región presentan algún grado de amenaza
por presencia de cultivos ilícitos al igual que los Resguardos indígenas de la región.
Figura 1. Serie histórica de cultivos de coca a 31 de diciembre, 2001 - 2017.
Fuente: UNODC (2018). Informe de monitoreo de territorios afectados por cultivos ilícitos 2017
Mapa 1. Municipios del Putumayo priorizados para el PNIS
3. MARCO TEÓRICO
La propuesta de un plan de sustitución de cultivos ilícitos en la región del Departamento del
Putumayo se basa en la motivación del gobierno de crear dentro del pensamiento de la población
la posibilidad de prevenir la siembra y erradicar los cultivos de coca mediante el mejoramiento de
la rentabilidad agropecuaria, incrementando las hectáreas laboradas en cultivos de pan coger.
Actualmente existen 155.200 hectáreas cultivadas en pastos que no son aprovechadas por la
escasez del ganado.
Al mismo tiempo que se realiza el censo, por intermedio del Gobierno ya sea central o
departamental, se debe contratar un equipo de expertos en materia agrícola, para que hagan el
estudio del suelo de las áreas del municipio para establecer la clase de cultivo lícitos que se pueda
implementar, y con base en los informes de los expertos, se proceda a proyectar el plan de
inversiones, los cuales deben ser a corto y largo plazo, estipulando de manera clara las utilidades
generadas con cada uno de los cultivos implementados en la sustitución y sus respectivos
porcentajes con respecto al cultivo ilícito, teniendo en cuenta también para este análisis el
realizado a la tierra en cuanto a su duración y efectividad con la siembre de cultivos de pan coger
con el de la siembra de cultivos ilícitos.
Por otro lado, dentro del aspecto motivacional la Defensoría del Pueblo manifestó que los que
cumplen un papel primordial son los líderes sociales, ya que éstos son los que impulsan en la
actualidad los programas de sustitución y son quienes más amenazados se encuentran, y esto es
algo que debe alertar a la sociedad en general, ya que de cierta manera va diezmando ese deseo
de cambio en las comunidades.
Una de las principales motivaciones que se debe implementar dentro de la comunidad del
Putumayo es la de fortalecer la creencia dentro de cada habitante en las instituciones del estado
por medio de su presencia ya que ésta ha sido pobre o nula siendo una constante histórica.
Podría pensarse incluso que las demandas de mayor presencia estatal en lo social, tenían el
propósito de matizar una oposición radical a la fumigación como estrategia de erradicación de
los cultivos de coca, sin embargo es pertinente reconocer que los dirigentes de las movilizaciones
plantearon la oposición a la fumigación y la inversión social en igualdad de condiciones, o mejor
bajo el enfoque de una estrategia integral y social conducente a la superación de la economía
cocalera y el atraso regional. La motivación inicial se perdía por la inseguridad que crearon las
continuas amenazas con las fumigaciones, y las situaciones de crisis producidas por las mismas
aspersiones por parte de las autoridades antinarcóticos, al ser fumigados los pastos que se usan
para alimentar las mismas reses entregadas por el Estado, contribuyeron a hacer inconsistente la
política alimentaria. Sin embargo, las objeciones presentadas y los debates que se llevaron a cabo
en contra de la fumigación y, sobre todo, por la presión ejercida a nivel internacional contra el
uso de la aspersión aérea en parques naturales hicieron que el Gobierno optara por la técnica de
la erradicación manual forzosa, para garantizar el éxito de la estrategia diseñada.
De tal manera que el uso legal de estos cultivos o su erradicación voluntaria y su respectiva
sustitución debe ser el resultado de un proyecto concertado con las comunidades respectivas
mediante pactos verificables que establezcan programas financiados por el Estado: de reforma
agraria, reasentamiento voluntario en tierras aptas para la agricultura, construcción de
infraestructura, producción, procesamiento y comercialización de productos de pan coger.
De la misma manera que existen motivaciones para llevar a cabo la sustitución de cultivos,
también existen desacuerdos entre la población local y el gobierno nacional ya que se presentan
daños a cultivos y cultivadores, que han implicado violaciones a los derechos humanos y
mayores áreas deforestadas de ecosistemas frágiles. La persecución de los cultivos ha llevado a
que algunos de estos se instalen en zonas protegidas, desde páramos en el caso de la amapola
hasta coca en parques naturales o resguardos indígenas, y ha llevado también a un debilitamiento
de las institucionalidades locales y las autoridades territoriales. Otra situación que se presenta
abarca el punto de vista jurídico, debido al encarcelamiento de campesinos cultivadores de la
región. Las cárceles de Caquetá, Meta, Guaviare, Putumayo, tienen a muchos capturados en
operaciones en cultivo o pequeños laboratorios. Ese conjunto de daños causados a estas
poblaciones invitaría en cualquier país civilizado a revisar lo que se ha estado haciendo, que es lo
que de fondo reclaman las comunidades campesinas del Putumayo.
El Putumayo es un departamento con grandes riquezas y oportunidades tanto turísticas como
agropecuarias, con una gran diversidad de productos como: Palmito, Chontaduro, pimienta,
cacao, plátano, yuca, arroz, maíz, caña, caucho, vainilla, cúrcuma, piña, papaya, mandarina,
panela, café, forestales, especies menores, piscicultura, derivados lácteos y ganadería. Además,
existe un potencial competitivo con frutas amazónicas de alto valor nutricional, tales como Asaí,
Sacha Inchi, Arazá, y Copoazú, Existen diversas asociaciones que pueden jalonar los proyectos
productivos de las familias que están realizando sustitución de cultivos.
Dentro del aspecto de la capacitación de las comunidades podemos encontrar la realización de
varios de ellos con el transcurrir de los años, los cuales unos han tenido buena acogida dentro de
la comunidad mientras que otros verdaderamente han sido el sinónimo de la improvisación del
estado para recuperar sus “espacios vacíos” o “zonas ingobernables”, así:
Capacitación Gran Tierra Energy: Proyecto Empresarios Agrícolas por la Paz: impulsado por
la empresa petrolera Gran Tierra Energy, con el apoyo del Gobierno de Canadá, la Gobernación
del Putumayo y la Alcaldía de Villa Garzón. En dicha iniciativa están vinculadas unas 60 familias
de este municipio que han conformado la empresa Condimentos Putumayo, dedicada al cultivo,
administración y comercialización de diversas variedades de pimienta, lo mismo que de algunos
frutos exóticos regionales como la cúrcuma. La empresa surgió en 2003, dentro de las propuestas
apoyadas por el Plan Colombia.
Fundagan – Claro: Programa Una Vaca por la Paz: esta es una iniciativa de la Fundación
Colombia Ganadera – Fundagan con el apoyo de la empresa multinacional de comunicaciones
Claro, que se está desarrollando a nivel nacional y ha incluido a Putumayo. En el año 2013 se
entregaron 11 vacas preñadas a madres cabeza de hogar, víctimas del conflicto armado y el
desplazamiento de los municipios de Puerto Asís, Orito y Valle del Guamuéz. Con este ejemplar
bovino, la iniciativa busca que cada una de las familias beneficiadas mejore las posibilidades
nutricionales con la producción lechera e inicie la formación de un pequeño hato familiar.
Ecopetrol:
Restitución de Tierras: La restitución de tierras ha sido una política pública formulada con el fin
de que las víctimas del conflicto armado rehagan su vida familiar y se reintegren al tejido social.
Sin embargo, adelantar esta política en territorios en los que aún pervive el conflicto armado
reviste cierta dificultad. Precisamente esto es lo que sucede en el caso del Putumayo. Además,
legalmente el Estado queda comprometido a realizar una labor integral e interinstitucional de
acompañamiento a quienes retornan efectivamente a los predios restituidos, durante un periodo
de dos años, lo que le añade cierta complejidad a la labor.
Bibliografía
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Ramirez, R. (2016). Análisis de conflictividades y construcción de paz. (U. d. Amazonía, Ed.) Florenia,
Caquetá.
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- Putumayo. Bogotá: Gente Nueva Editorial.
Vargas Meza, R. (2010). Desarrollo alternativo en Colombia y participación social, propuesta hacia un
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