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Tomás de Aquino fue un filósofo y teólogo del siglo XIII que propuso cinco vías para demostrar la existencia de Dios a través de la razón natural. Sostuvo que aunque la razón y la fe son necesarias, la fe guía a la razón ya que la revelación divina tiene la última palabra. Defendió que la filosofía y la teología son saberes distintos pero que dependen de una misma fuente, Dios, por lo que no pueden llegar a conclusiones contradictorias.
Tomás de Aquino fue un filósofo y teólogo del siglo XIII que propuso cinco vías para demostrar la existencia de Dios a través de la razón natural. Sostuvo que aunque la razón y la fe son necesarias, la fe guía a la razón ya que la revelación divina tiene la última palabra. Defendió que la filosofía y la teología son saberes distintos pero que dependen de una misma fuente, Dios, por lo que no pueden llegar a conclusiones contradictorias.
Tomás de Aquino fue un filósofo y teólogo del siglo XIII que propuso cinco vías para demostrar la existencia de Dios a través de la razón natural. Sostuvo que aunque la razón y la fe son necesarias, la fe guía a la razón ya que la revelación divina tiene la última palabra. Defendió que la filosofía y la teología son saberes distintos pero que dependen de una misma fuente, Dios, por lo que no pueden llegar a conclusiones contradictorias.
a) Santo Tomás de Aquino era un pensador de la Edad Media, representante de la
Escolástica, que abarca el siglo XIII, que propone Cinco Vías que permiten deducir de la naturaleza la necesidad de la existencia de Dios.
b) - Existen conocimientos que la razón no puede comprender, y para ellos
se debe usar la fé, ya que si nos guiamos por la razón, erramos. - Esta fé es necesaria para que los hombres llegaran a la salvación divina. - La razón y la fé se sitúan al mismo nivel de necesidad.
c) Siguiendo la influencia averroista, Tomás de Aquino sostiene que la filosofia y
la teología son dos saberes distintos que se diferencian en el objeto que queremos comprender. Así, la razón está enfocada en comprender la naturaleza y la fé en la divinidad. En lo que se diferencia de Averroes es que ambas (razón y fé) dependen de una misma fuente: Dios. Por lo tanto no se puede llegar a conclusiones contradictorias porque en ese caso o en caso de duda prevalecerá o nos dejaremos guiar siempre por la fé. Al llegar a una contradicción deducimos, o que el problema viene del investigador y por lo tanto debe revisar sus conclusiones o bien que esa verdad está por encima de la razón humana. En consecuencia la fe “sigue guiando” a la razón ya que es ella la que tiene la última palabra evitando caer en afirmaciones contrarias a la revelación. Entonces, existe una zona de confluencia determinada por las verdades reveladas que son los llamados preámbulos de la fé (accesibles a la razón humana) y los artículos de la fé (inaccesible a la razón por lo que recurrimos a la fé). Además, somos criaturas de Dios, la razón tiene unos principios innatos introducidos por Dios y que derivan de la sabiduría divina (no pueden ser contrarias a las verdades de fé). Estos principios son leyes de procedimiento o el motor de la razón que la capacitan para llegar a las verdades de razón. Él mismo dijo: “Hay ciertas verdades que sobrepasan la capacidad de la razón humana, como, que Dios es uno y trino. Hay otras que pueden ser alcanzadas por la razón natural, como la existencia de Dios y la unidad de Dios, las cuales fueron incluso demostradas por los filósofos guiados por la luz de la razón”.