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PROPUESTA ACADEMICA

CARRERA DE CIENCIAS DE LA
COMUNICACIÓN SOCIAL - UMSA
Segundo congreso académico de la
Carrera de Comunicación Social
2024
INDICE

1..............................................................................
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INTRODUCCIÓN

L
a universidad, en la actualidad, está atravesando por una de
sus crisis más dramáticas, pero ésta viene arrastrando desde
tiempo atrás a través del primer congreso de la UMSA. En
ese marco, la Autonomía Universitaria ha sido destruída para los
estudiantes; actualmente está en manos de las camarillas (grupos de
poder que obedecen a mezquinos intereses) la misma ha degenerado
y su poder está siendo utilizado contra las conquistas de la reforma,
contra los derechos estudiantiles y contra la mayoría oprimida.
Corresponde desarrollar una política que recupere la Autonomía de
manos de las camarillas y ponerla al servicio de las y los estudiantes
y a los intereses generales de la universidad. Todo lo mencionado
arriba, se refleja en la práctica con la imposición de la Democracia
representativa por parte de los grupos de poder despojando a
los estudiantes y docentes de base de la democracia directa, la
cual consiste en la interiorización en el quehacer universitario,
la participación activa con poder de decisión en las políticas
económicas, académicas y estatutarias de esta Casa de Estudios
Superiores.
En lugar de tener una participación directa en la toma
de decisiones y resolución de la vida universitaria, nos ha sido
impuesta una dictadura de las autoridades a través de la Democracia
representativa. Si bien, los estamentos representativos de la
universidad (docentes y estudiantes) eligen a estos representantes
mediante elecciones periódicas para que tomen decisiones en su
nombre, lo cual se torna contraproducente porque deviene en un
profundo alejamiento de dichas autoridades con respecto a los
estudiantes como el estamento más dinámico de la universidad
y por lo tanto, el más interesado en velar por la calidad de su
formación académica y por otro lado, alejados de los docentes de
base, dejándolos desamparados de sus derechos más elementales.
Al dejar en manos de dichos representantes sin la
participación activa de las bases, existe el peligro que puede conducir
a una desconexión entre los representantes y las bases Docentes-
Estudiantiles, ya que los representantes pueden tomar decisiones
que no reflejen adecuadamente las opiniones y preocupaciones de
sus electores. Además, existe la posibilidad de corrupción y abuso de
poder por parte de los representantes, que terminan conformando
grupos de poder (camarillas) con el fin de echar mano de los recursos
univertarios.(cargos de poder y privilegios).
SITUACIÓN UNIVERSITARIA

L
a universidad, en la actualidad, está atravesando por una de
sus crisis más dramáticas, pero ésta viene arrastrando desde
tiempo atrás a través del primer congreso de la UMSA. En
ese marco, la Autonomía Universitaria ha sido destruída para los
estudiantes; actualmente está en manos de las camarillas (grupos de
poder que obedecen a mezquinos intereses) la misma ha degenerado
y su poder está siendo utilizado contra las conquistas de la reforma,
contra los derechos estudiantiles y contra la mayoría oprimida.
Corresponde desarrollar una política que recupere la
Autonomía de manos de las camarillas y ponerla al servicio de las y
los estudiantes y a los intereses generales de la universidad.
Democracia representativa
versus Democracia directa.

Todo lo mencionado arriba, se refleja en la práctica con


la imposición de la Democracia representativa por parte de los
grupos de poder despojando a los estudiantes y docentes de base
de la democracia directa, la cual consiste en la interiorización en
el quehacer universitario, la participación activa con poder de
decisión en las políticas económicas, académicas y estatutarias de
esta Casa de Estudios Superiores.
En lugar de tener una participación directa en la toma
de decisiones y resolución de la vida universitaria, nos ha sido
impuesta una dictadura de las autoridades a través de la Democracia
representativa. Si bien, los estamentos representativos de la
universidad (docentes y estudiantes) eligen a estos representantes
mediante elecciones periódicas para que tomen decisiones en su
nombre, lo cual se torna contraproducente porque deviene en un
profundo alejamiento de dichas autoridades con respecto a los
estudiantes como el estamento más dinámico de la universidad
y por lo tanto, el más interesado en velar por la calidad de su
formación académica y por otro lado, alejados de los docentes de
base, dejándolos desamparados de sus derechos más elementales.
Al dejar en manos de dichos representantes sin la
participación activa de las bases, existe el peligro que puede conducir
a una desconexión entre los representantes y las bases Docentes-
Estudiantiles, ya que los representantes pueden tomar decisiones
que no reflejen adecuadamente las opiniones y preocupaciones de
sus electores. Además, existe la posibilidad de corrupción y abuso de
poder por parte de los representantes, que terminan conformando
grupos de poder (camarillas) con el fin de echar mano de los recursos
univertarios.(cargos de poder y privilegios)
Los mezquinos intereses de las camarillas, ahora
representadas en varias autoridades van en contradicción con los
intereses generales de la comunidad universitaria. Un ejemplo es
la degradación de la calidad académica, las autoridades violan un
principio fundamental de la vida universitaria al convertir las
cátedras en un botín de guerra corropiendo a docentes al otorgarles
materias con el fin de devolver el favor a través de su lealtad al
momento de las elecciones de dichas autoridades, soslayando los
criterios de excelencia académica sin exámenes de competencia y
oposición transparentes, en las aulas, abiertas a la vista de las bases.
Como consecuencia de la imposición de esta política a través de
la democracia representativa, en materia de excelencia académica,
tenemos una profunda crisis en la formación de profesionales, al
contar con docentes mediocres que sólo responden a las autoridades
y no a la mejoría de la calidad de formación (actualización, exámenes
periódicos, producción intelectual, investigación, etc.) dejando
a nuevos profesionales pobres de los conocimientos necesarios
para su óptimo desempeño, y se vuelve un círculo vicioso de
profesionales mediocres.
Por otro lado existe la Democracia Directa, la cual es un
sistema en el que los estamentos de la universidad participan
directamente en la toma de decisiones políticas. En este modelo,
los docentes y estudiantes pueden votar sobre leyes, políticas y
decisiones importantes. Esto se logra a través de mecanismos
de organización como referendos, plebiscitos y otras formas
de participación, uno de esos mecanismos y el más elemental y
principista es la Asamblea general.
En los estatutos de la Universidad Mayor de San Andrés, la
asamblea es considerada como la máxima autoridad, quiere decir,
el máximo ente de la toma de decisiones del sistema universitario,
ya sea en temas de orden político, académico, económico, etc. En la
práctica las autoridades la han rezagado casi al olvido imponiendo
su dictadura a través de su democracia representativa.
La efectivización práctica de la Autonomía y el Cogobierno
paritario Docente-Estudiantil sólo puede ser posible con los
mecanismos de organización, control y fiscalización de las bases
docentes y estudiantiles, ya que, el pleno ejercicio de las mismas
garantizan las conquistas más relevantes de la reforma universitaria
como la Cátedra libre; Cátedra paralela; la Libertad de cátedra; la
Periodicidad de cátedra; los exámenes de competencia y oposición;
Garantizar condiciones materiales para el buen funcionamiento de
la gestión académica, etc. La organización, la toma de decisiones
y la resolución de los problemas que atingen a la comunidad
universitaria se ve reflejada en la Democracia Directa. (Escribir
algo en referencia al voto ponderado)
Otra de las ventajas de la democracia directa es que permite
una mayor participación de las bases otorgándoles poder de decisión
y ejecución al darles la oportunidad de influir directamente en las
decisiones políticas. Esto puede fortalecer el sentido de comunidad
y la responsabilidad de actuar colectivamente, dejando de lado las
mezquindades individuales.

No se trata de dejar a un lado a la democracia representativa,


mucho menos plantear su abolición, de lo que estamos hablando es
que la misma esté subordinada a la democracia directa, lo que significa
que las autoridades elegidas deben estar subordinadas a la voluntad
de las bases y las tareas de orden político, académico y presupuestario
reflejen los intereses de la comunidad universitaria, debido a que
las bases Docentes-Estudiantiles reunidas colectivamente expresan
los más elevados valores éticos, en contradicción con los intereses
ruines del individuo representado en las camarillas.
Si queremos que la universidad retome su papel de
formadora de profesionales críticos, sensibles con la realidad social,
altamente capacitados tenemos que cambiar el actual estado de cosas
y recuperar la Democracia Directa. La forma práctica de ejercer la
Autonomía y el Cogobierno es a través de la Asamblea general,
sólo levantando sus banderas podremos recuperar la Autonomía de
manos de los grupos de poder y ponerla al servicio de las bases y los
intereses generales de la universidad y la sociedad.
Balance de la Situación
Geopolítica Internacional

La situación geopolítica internacional es un tema complejo


y dinámico que involucra el estudio de las relaciones políticas
y económicas entre los diferentes países y regiones del mundo.
La geopolítica se basa en el análisis de factores geográficos y su
influencia en la política y las relaciones internacionales.
En la actualidad, existen varios aspectos importantes que
influyen en la situación geopolítica internacional. A continuación,
se presentan algunos puntos clave:

1. Pulsos entre potencias: Existe una competencia geopolítica


entre las principales potencias mundiales, como Estados Unidos,
China y Rusia. Estas potencias buscan asegurar su influencia y poder
en diferentes regiones del mundo, lo que puede generar tensiones y
conflictos.
2. Reestructuración del orden multilateral: El orden multilateral,
representado por organizaciones internacionales como las
Naciones Unidas, está experimentando cambios y reajustes. Esto
puede afectar la toma de decisiones y la participación de diferentes
países en el sistema internacional.

3. Rivalidades y conflictos regionales: En diversas regiones del


mundo, existen rivalidades y conflictos que tienen un impacto
significativo en la situación geopolítica. Estos conflictos pueden
estar relacionados con disputas territoriales, diferencias ideológicas
o luchas por recursos naturales.

4. Avances tecnológicos y ciberespacio: El desarrollo tecnológico,


especialmente en el ámbito de la ciberseguridad, ha generado
nuevos desafíos en la geopolítica. El ciberespacio se ha convertido
en un campo de batalla donde los Estados compiten por el control
y la influencia.

5. Cambio climático y recursos naturales: El cambio climático y


la escasez de recursos naturales también tienen un impacto en la
situación geopolítica internacional. La competencia por el acceso
y el control de recursos como el agua, el petróleo y los minerales
puede generar tensiones entre los países.

Es importante tener en cuenta que la situación geopolítica


internacional es compleja y está en constante evolución. Los factores
mencionados anteriormente son solo algunos de los aspectos que
influyen en esta situación. Para obtener un análisis más completo
y actualizado, se recomienda consultar fuentes especializadas en
geopolítica y relaciones internacionales.

I.

Desde hace dos años Europa está sumido en la mayor


guerra en los últimos 80 años entre los dos países más grandes del
continente. El 7 de octubre Israel y la franja de gaza saltaron en
llamas y todo Oriente próximo está a punto de estallar. En África
cae un gobierno tras otro tomados por los golpistas apoyados entre
otros por proxis rusos. En Sudamérica, Venezuela se prepara para
invadir a su vecino mucho más pequeño y todo ello ensombrecido
por la visión de una gran guerra en el Pacífico en defensa de Taiwán,
en la que participarían los dos estados más poderosos de este siglo,
Estados Unidos de América y la República Popular China. Cómo
es que al cabo de una docena de años hemos (se ha) pasado de una
época relativamente tranquila, en la que el principal problema era
encontrar la choza de paja donde se escondía el líder de cierto grupo
terrorista, a una situación de caos internacional con varias guerras
periféricas y la perspectiva real de una guerra mundial. Cuál es la
situación del mundo en 2024 y por qué está como está.(se refleja de
esta manera tan compleja)
La guerra, parte integrante de la humanidad, se conserva
poca información sobre la civilización sumeria, pero sabemos por
las inscripciones que la ciudad de Kish libró numerosas guerras con
el centro de Uruk, no fue diferente más tarde con la civilización
egipcia.
Las Guerras del Peloponeso con los griegos, la expansión
del Imperio Romano, así como en épocas mucho más cercanas a
nosotros como la Segunda Guerra Mundial, mientras tanto la
última generación que recuerda los horrores de la década de 1940
agoniza. Lentamente se pueden ver interminables documentales y
visitar los lugares de Las batallas o de los exterminios masivos, pero
todo esto se ha podido hacer en la comodidad de la paz internacional
en la que ha vivido la inmensa mayoría de la humanidad durante
los últimos 80 años, por esta razón, para muchos especialmente
las generaciones más jóvenes la última gran guerra se convierte
en un recuerdo tan abstracto como las guerras de los espartanos
contra los atenienses y esto no es casual, el orden internacional,
surgido tras la Segunda Guerra Mundial fue un acontecimiento sin
precedentes, la región dominante, en comparación con el resto del
mundo en Europa se autodestruyen. Pocos años, todas las grandes
potencias, en antaño poderosas, Alemania, Francia, España, los
Países Bajos o incluso Gran Bretaña, eran (eran o son?) sombras de
lo que habían sido. Sobre sus ruinas se alzaron las dos potencias que
dominarían el mundo durante la siguientes décadas, la magnitud de
la superioridad militar e industrial de los Estados Unidos de América
y de la Unión Soviética sobre el resto del mundo, era abrumadora,
en el caso de los estadounidenses también estaba la economía que
iba a dominar por completo las economías del resto del mundo
siguiendo la obra maestra de los planificadores y responsables
políticos estadounidenses con el sistema de Breton Woods, incluido
a este dualismo del mundo se le añadió la complejidad de otro
acontecimiento el descubrimiento de la bomba atómica, así, casi de
la noche a la mañana pasamos de una situación en la que desde los
albores de los tiempos teníamos cientos o incluso miles de pequeños
centros que verificaban su propia posición mediante la guerra a un
punto en el que, mediante el proceso de eliminación y desarrollo
tecnológico, dos superpotencias dominaban el equilibrio de poder
en el planeta tierra. Todos los de poder menores, en lugar de tomar
el camino de la confrontación directa se vieron obligados a acudir a
los dos dominadores de sus respectivas esferas de influencia, ya que
estos actuaban como una especie de árbitros supremos, mientras
tanto los árbitros, al no tener un pacificador entre ellos, entraron en
un bloqueo estratégico, se bloquearon porque no pudieron resolver
el choque por medios convencionales. Los medios de destrucción
masiva, las armas nucleares que, tanto estadounidenses, como
soviéticos poseían pocos años después de la guerra obligaron a ambas
potencias a ejercer una gran moderación. Sin armas nucleares, lo
más probable es que se hubiera producido un enfrentamiento en
Europa, tras la Segunda Guerra Mundial, la Unión Soviética, con
nuevos territorios, millones de soldados que sacrificar y las fábricas
construidas por Estados Unidos, probablemente habrían marchado
sobre una Europa devastada.
Estados Unidos aún más poderoso económica e
industrialmente se habría visto obligado a actuar de nuevo en
socorro de Europa pues no quería que Eurasia se convirtiera
en un supercontinente comunista gobernado desde Moscú,
paradójicamente no salvó de esta terrible visión el arma más terrible
creada por el hombre, así que Moscú y Washington tuvieron que
jugar con mucho cuidado, ya que surgió una nueva variable en
el cálculo estratégico, la destrucción masiva y mutua. En caso de
guerra a gran escala el periodo que conocemos hoy como Guerra
Fría fue, por tanto, de gran incertidumbre y temor a la aniquilación
nuclear manifestado por ejemplo en la crisis de los misiles de Cuba,
pero históricamente fue uno de los periodos más pacíficos de la
historia mundial, por supuesto fuimos testigos de guerras, vienen
a la mente la guerra de Corea o la guerra de Vietnam, pero, por lo
general se llevaron a cabo de forma controlada y limitada, a menudo
fueron guerras proxy sin riesgo de extenderse a todo el mundo e
implicando solo a una fracción de la población humana. Durante
décadas, la guerra convencional desapareció de la vida cotidiana
de millones de personas en todo el mundo, con el bloqueo militar
la rivalidad comenzó a producirse en el plano de los sistemas de
gobierno, tras 45 años de confrontación, el comunismo abandonó
el fantasma en su enfrentamiento con las economías de mercado
capitalistas, primero en forma de movimientos de liberación de
los estados satélites (solidaridad en Polonia o la caída del muro de
Berlín) y poco después con el colapso de toda la Unión Soviética.
Un mundo de dos superpotencias, un mundo Bipolar se convirtió
en un mundo con un único hegemón, la era unipolar de Estados
Unidos. Aunque la economía combinada de los países de Europa
occidental seguía siendo comparable a la de Estados Unidos, era
esencialmente un conglomerado de diferentes países de tamaño
medio. Estados Unidos, en cambio, tenía la mayor economía
consolidada del mundo, con un 30% del Producto Interno Bruto
mundial en el año 2000, basado en el dinero del mundo, el dólar,
que Washington controla, era la única superpotencia que disponía
del tributo de poder hegemónico, la todopoderosa flota de altamar,
que es el órgano ejecutivo de la voluntad hegemónica, por último
disponía de un sistema liberal basado en los principios del derecho
internacional, hecho a medida de los estadounidenses, las grandes
guerras se convirtieron así en una reliquia del pasado, porque el
poder que los estadounidenses habían acumulado a su alrededor les
colocaba en el papel de juez supremo de toda disputa internacional
y si alguien desobedecía al juez supremo tenía que enfrentarse al
poderío militar estadounidense.

Estas guerras difícilmente fueron ganadas por los


estadounidenses, más sobre esto en un momento, pero ciertamente
fueron perdidas por los actores que las provocaron y fuera de
Saddam Hussein, Milosevic o Gaddafi volvió a haber guerra, pero
solo en la periferia del sistema, no necesariamente provocada por
un equilibrio de poder mundial que urgía, esta vez, forjado en hierro
por los estadounidenses, sino por la temeridad de los autócratas.
Hubo excepciones, como la Federación Rusa, heredera de las
bombas nucleares soviéticas, de este modo los estadounidenses
no interfirieron en la matanza del Kremlin en Chechenia, pero
su poder se derrumbó tan rápidamente que los estadounidenses
empezaron a temer más una desintegración incontrolable que el
potencial ruso. La superioridad estadounidense y la estabilidad
del sistema internacional eran férreas, de modo que los recuerdos
de la Segunda Guerra Mundial parecían un juego de bárbaros,
nadie podía imaginar que, horrores similares serían posibles en el
siglo XXI, incluso momentos antes del 24 de febrero de 2022, el
término “Guerra de Trinchera” sonaba como un chiste sin gracia,
en realidad, a pesar de que el momento unipolar de Washington ha
irritado durante mucho tiempo a muchos actores internacionales,
especialmente a los de tendencias revisionistas, esta construcción del
sistema internacional garantiza por sí misma la máxima estabilidad
y evita grandes guerras y no se trata ya de los estadounidenses. Esta
ley es independiente de la potencia dominante, no sería diferente si
los comunistas y no los capitalistas hubieran ganado la competición
mundial, incluso entonces sería relativamente pacífica, pero los
valores por los que nos regirían serían diferentes. Así surgió la
expresión de “el fin de la historia”. No había guerras, todas las
disputas se resolvían a través de organismos internacionales y si a
alguien no le gustaba recibía la visita de la marina estadounidense,
hoy el mundo es muy diferente.
¿Cuál es el motivo? Hay muchas razones por las que el
momento unipolar de Estados Unidos ha empezado a desvanecerse,
pero la más importante, es el crecimiento sin precedentes de
China. La liberación del potencial demográfico de China por Den
Xiaoping en la década de 1970 fue un punto de inflexión en la
historia mundial, aunque, por supuesto casi nadie se dio cuenta de
aquello, en aquel momento la guerra fría entre Estados Unidos y
la Unión Soviética estaba en pleno apogeo y los norteamericanos,
deseosos de debilitar al bloque comunista, relajaron sus relaciones
con Pekín. Richard Nixon voló a China para reunirse con Sou en L
y uno de los autores del acercamiento fue el recientemente fallecido
Henry Kissinger. China empezó a crecer, en dos generaciones, pasó
a ser de un país empobrecido y atrasado, paralizado por las políticas
de Mao a convertirse en la segunda superpotencia mundial, con un
crecimiento del producto interior bruto del 10% anual. Durante
muchas décadas, Pekín ha sacado a cientos de millones de sus
propios ciudadanos de la pobreza extrema al tiempo que adquiría
a los atributos de un aspirante al liderazgo mundial por nombrar
solo algunos, una continua y enorme ventaja demográfica sobre
el hegemón un increíble crecimiento de la industria autóctona y
de las tecnologías avanzadas, incluida la Inteligencia Artificial, un
creciente poder militar y una presencia diplomática y económica
en muchas partes del mundo, que eclipsa a la estadounidense. La
aparición de un rival con este perfil escala recursos y ambición,
ha socavado el orden creado, basado en los estadounidenses, cada
año que pasa y más aún después de 2001, año en que china fue
admitida en la Organización Mundial del Comercio, aunque los
chinos, de acuerdo con su doctrina de 24 carácteres que incluye la
frase: “oculta tus capacidades” efectivamente las ocultaron, no era
difícil ver que Pekín no tenía ningún interés en mantener un orden
internacional, en el que los estadounidenses tuvieran siempre
la última palabra. Al fin y al cabo, los chinos que rememoran su
historia en siglos e incluso milenios, se ven a sí mismos como el
Zong Go, el reino medio, el estado central y por eso creen que era
natural que tarde o temprano, China fuera el centro del mundo
una vez más. La aparición de una China poderosa ha cambiado el
cálculo estratégico, en muchos centros de poder en todo el mundo,
de repente en una balanza mundial que había estado lastrada solo
por el lado del potencial estadounidense, había un peso chino en
el otro lado, el cual fue bajando la balanza año tras año, inclinando
el equilibrio, China no solo se convirtió en un rival directo de
éste, Estados Unidos, sino en un centro de poder que empezó a
reforzar cualquier iniciativa para socavar el dominio hegemónico
estadounidense. En muchas partes del mundo, cualquier autócrata
pequeño o grande recibía de repente financiación para hacer caja
con los recursos que poseyera, tras lo cual podrían irse de compras
de armas al kremlin, debido a que los chinos no están interesados
en la democracia, ni en los derechos humanos, ambas partes salían
ganando. China estaba socavando el orden existente, no solo
apoyando directa o indirectamente a los centros antiamericanos,
sino, simplemente siendo un polo económico e industrial
alternativo a los estadounidenses o a Europa, Pekín proporcionaba
una palanca que cualquier responsable político o empresario podía
emplear, a menudo, una palanca mucho más competitiva.
El crecimiento chino minaba cada año aún más la
omnipotencia estadounidense, pero esta no era la única razón de
su debilitamiento, desde la caída de los soviéticos Washington se
había convencido del carácter infinito de sus propios recursos y de
la necesidad de extender el control, incluso a zonas periféricas como
Afganistán o Irak, esto había conducido a varios errores estratégicos
masivos. Estados Unidos se involucró en guerras inútiles que no
solo costaron la vida de varios miles de estadounidenses y unos
cuantos billones, para ser precisos, 4 billones de dólares, sino
que también dejaron un desorden aún mayor sobre el que los dos
principales oponentes de Estados Unidos, sin contar a China, es
decir Rusia e Irán empezaron a destruir su poder, en otras palabras,
contribuyeron al colapso acelerado del orden de la paz americana.
Hoy podemos ver que los estadounidenses también perdieron
narrativamente estas guerras, en estos momentos, el sur global
está narrativamente en contra de la víctima de la agresión rusa a
Ucrania, porque esta última está apoyada por los estadounidenses,
quienes, según esta narrativa, llevaron a cabo las invasiones ellos
mismos por lo que su apoderado, Kiev, no merece su apoyo.
Todo este proceso se ha visto exacerbado por otro fenómeno
el crecimiento global de la riqueza, el Progreso tecnológico y el
acceso masivo a los medios de proyección de poder. Tras la Segunda
Guerra Mundial, solo un puñado de estados y solo dos, a la escala
necesaria, disponían de la tecnología y los medios armados para
proyectar la fuerza de forma eficaz, pero tras 70 años de relativa paz
y de creciente prosperidad, muchos centros más pequeños disponen
ahora de sus propias fuerzas armadas efectivas, incluidas fuerzas
aéreas, navales y terrestres avanzadas e incluso misiles balísticos
y, recordemos, pueden utilizar este potencial dentro de su propia
geografía, lo que supone un multiplicador positivo para ellos. Los
estadounidenses que quieren proyectar su propio poder, deben
ocuparse, primero, de la geografía, que es por cierto, su mayor reto
en una posible guerra con china. Así que el ascenso de China, las
decisiones equivocadas del hegemón y los avances tecnológicos, así
es como podemos resumir las causas del colapso del orden unipolar
y cómo podemos juntar estos motivos y vestirlos con un solo actor.
La Federación Rusa, apoyada por China y estableciendo una estrecha
cooperación económica con Europa occidental, con el beneplácito de
Washington, Rusia pasó las dos décadas del siglo XXI modernizando
a fondo su ejército, su campo de pruebas fue Oriente próximo o más
bien sus ruinas. Tras varias intervenciones estadounidenses, que
con el tiempo se convirtieron en el teatro de operaciones preferido
del kremlin, además el fracaso de Estados Unidos y occidente en
general a la hora de castigar a Rusia por su invasión indiscriminada
del Donbas y la anexión de crimea, fue interpretada como debilidad
y llevó a los rusos a intentar expulsar por completo la influencia
estadounidense de Europa central. Recordemos el ultimátum de
diciembre de 2021 que precedió a la guerra con Ucrania, la OTAN
o, seamos realistas, los estadounidenses rechazaron el ultimátum,
pero al mismo tiempo rechazaron la política de disuasión militar
contra el kremlin, en otras palabras, dieron a Ucrania por perdida,
por supuesto antes de la guerra suministraron a los ucranianos
un gran número de armas antitanque, pero, entre bastidores en el
pentágono estaban convencidos del colapso inminente del país, a
pesar de saber con al menos seis meses de antelación, que los rusos
atacarían, la Casa Blanca dio a los ucranianos, como mucho, una
semana para sobrevivir, como admitió el asesor de seguridad de la
Casa Blanca, Jake Sullivan. Se esperaba que Ucrania durara, como
mucho una semana, como señala Six New para Fianit en su libro
Poland at War, citando a diplomáticos polacos que hablaron con
Sullivan.
En aquellos momentos, Estados Unidos se preparaba
para evacuar a 40.000 personas de Ucrania, no solo ciudadanos
estadounidenses, de los cuales había menos de 20.000. Washington
quería evacuar a toda la clase dirigente ucraniana, a todas las
élites del estado, el famoso “que me lleven”, se aplicaba, no solo a
Zelensky, sino a todas las élites ucranianas. Estos, en la visión de los
estadounidenses, estarían librando una guerra de guerrillas al cabo
de una semana, lo que demuestra que el sistema de paz americana,
al que los ucranianos decidieron unirse resultó ser más fuerte de lo
que parecía para el principal beneficiario y garante de este sistema.
Estados Unidos. Los ucranianos empezaron a triunfar, provistos de
armas letales y de la debilidad de la Federación Rusa, que demostró
su fragilidad estructural,ccuando se enfrentó a un adversario serio.
Los estadounidenses podrían haber cantado victoria, pronto quedó
claro que Rusia no conquistaría Ucrania tan rápido.
Moscú, socio clave de los chinos, para desafiar el orden
estadounidense se desangraba en las estepas ucranianas. China no
podía apoyarlo abiertamente, pues sería un suicidio diplomático,
al mismo tiempo, Europa estaba a punto de decidirse finalmente
por un refuerzo militar, lo que dejaba a los estadounidenses en
libertad de desviar recursos al Pacífico para enfrentarse a China
con toda su fuerza. Joe Biden, al ver que los rusos invadían Ucrania
pasó de tener que haber dicho con tristeza: la paz ha muerto. A
poco más de un mes, después, al ver que las tropas del Kremlin
se retiraban y occidente pasaba a la ofensiva a poder afirmar viva
la “paz americana”, pero una cosa es cierta, en geopolítica nada es
seguro. El año y medio siguiente fue testigo de una serie de éxitos
ucranianos a medida que liberaban miles de kilómetros cuadrados
de su país, la Rusia de Putin se debilitaba día a día, mientras que los
estadounidenses volvían a su papel de superpotencia todopoderosa
y así, aunque apoyaron materialmente a Kiev, gestionaron la guerra
de tal manera que Rusia se desangraba, pero sin dejarla derrumbarse
por completo. La ayuda militar se reducía constantemente, por lo
que en el momento de la contraofensiva de verano, los ucranianos
no habían visto muchos de los elementos clave del campo de
batalla, como aviones de combate modernos o misiles balísticos
con un alcance de más de 150 km y también recibieron un número
muy limitado de tanques modernos. Como resultado, el mando
ucraniano, que no quería enviar a su propio ejército a la perdición,
adoptó un enfoque muy cauto en la ofensiva de Zapor Ita, que se
vino abajo cuando se topó con posiciones rusas bien preparadas.
La agenda occidental de apoyo a Ucrania también se vino
abajo, especialmente desde Estados Unidos, con los problemas
internos multiplicándose y otros asuntos internacionales
compitiendo con Ucrania por la atención, la cuestión del apoyo
continuado a Kiev está en duda. Si Ucrania no recibe este apoyo,
es muy probable que también se cuestione el estado ucraniano o
en el mejor de los casos se congele el conflicto. Un escenario así,
llevaría a repetir el ultimátum de diciembre de 2021, dentro de unos
años, sólo que esta vez, los militares rusos no estarán en la frontera
con Ucrania, sino con un estado de la OTAN, muy probablemente
Estonia, Letonia o Lituania, ya que, geográficamente es el punto
de cohesión de la OTAN más fácil de romper. Como señalábamos,
dentro de tres años, el kremlin puede haber acumulado recursos, bajo
las fronteras de la OTAN, que plantearán cuestiones existenciales
a la alianza. Será entonces cuando los marines estadounidenses
tendrán que presentarse en Estonia, Lituania y Letonia, con la
perspectiva real de perder la vida y si no lo hacen, lo más probable
es que el concepto de OTAN sea cosa del pasado y de esta manera,
nos encontramos dejando atrás 2023 y encarando 2024.
El momento unipolar que conocimos a principios de
siglo, ha quedado atrás, pero podemos llamarlo ya un mundo
plenamente multipolar. Los rusos se juegan en todo su estado,
que puede derrumbarse si pierde la guerra. Para demostrar que
la paz americana ha llegado a su fin y que la omnipotencia de
Washington tiene sus límites físicos, la realidad nos dice una
cosa, lo que será el orden mundial en los próximos años y décadas,
vendrá determinado por las decisiones que se tomen en dos
lugares del mundo: Washington y Pekín. Cómo será este futuro,
también puede reducirse a dos cuestiones fundamentales, una para
cada potencia, en primer lugar, la pregunta para los responsables
políticos estadounidenses es: continuamos con nuestra estrategia de
mantener el orden liberal global, basado en el derecho internacional
que creamos tras la Segunda Guerra Mundial y que nos ha servido
para llevar a nuestro país a la dominación mundial absoluta y que
hemos perdido como resultado de las malas decisiones, guerras
innecesarias y de los procesos de la historia como el ascenso de
China y el desarrollo masivo de la tecnología. Y, en segundo lugar,
la pregunta para los responsables políticos chinos sería: intentamos
una anexión forzosa de Taiwán, que, es muy probable que conduzca
a una guerra mundial, cuyo resultado es difícil de predecir y si es
así, cuándo habiendo alcanzado qué objetivos. La cuestión para los
chinos es bastante sencilla. Así que concentrémonos en la de los
estadounidenses, sobre todo porque la guerra de Rusia con Ucrania
es el escenario para responder a estas preguntas, principalmente
para los estadounidenses, pero también en parte para los chinos.
Washington tiene esencialmente tres opciones. 1) Puede seguir
apoyando a Ucrania e incluso aumentar este apoyo, esto supone
un sí inequívoca a la pregunta planteada anteriormente; 2) puede
detener o reducir drásticamente su apoyo a Ucrania y concentrarse
plenamente en China, aquí la respuesta también es sí, pero a los
ojos de los defensores de tal política en Washington. Sin embargo,
como veremos más adelante, esto es una ilusión. Por último 3)
tenemos un no rotundo, es decir, el aislacionismo estadounidense,
retirándose de su papel de policía del mundo y persiguiendo sus
propios intereses.
Sólo cuando sea necesario para ilustrar por qué Ucrania es
el momento de facto elegido por los estadounidenses revisemos
la siguiente polémica en Twitter con Elbridge Colby, quien fue
subsecretario de defensa para la estrategia durante la administración
de Donald Trump y ahora es cofundador del Think Tank. Colby es
partidario de la opción número dos. Insiste en centrar por completo
los recursos de Washington en la dirección más importante, con
diferencia, Asia Oriental, China como hemos dicho, es el desafío más
serio para los norteamericanos en sus 200 años de historia. Además,
toda la región de Asia Oriental, que ya es el centro económico del
mundo, está creciendo. Si Estados Unidos quiere seguir siendo el
hegemón tendrá que estar allí con todas sus fuerzas, mientras tanto
los recursos son limitados y los estadounidenses no pueden estar
en todas partes como hace 20 años, por lo tanto, incluso guerras
como la de Ucrania deben clasificarse como periféricas y no deben
distraer a Estados Unidos de las amenazas que son más importantes
desde el punto de vista de los intereses estadounidenses. Es Europa
la que debería ocuparse de su seguridad, liberando así recursos
estadounidenses, creemos que esta es una representación justa del
argumento de la opción dos y de Eldrich Colby, quien, cabe señalar,
apoya personalmente la lucha ucraniana. Es un argumento legítimo,
pero, como hemos señalado anteriormente, es una ilusión en caso
de cese de las hostilidades en Ucrania, es decir, de congelación del
conflicto. Rusia reconstruirá su potencial bélico y lanzará un nuevo
ultimatum a la OTAN en un plazo de 3 a 6 años. Su manifestación
física será, muy probablemente, el despliegue de sus propias tropas
en dirección a Psov para amenazar a los Estados Bálticos, lo que no
es probable, es que Europa sea capaz de enfrentarse colectivamente a
los rusos. En primer lugar no existe ningún formato en el que pueda
hacerlo, el garante de la OTAN es Estados Unidos, los miembros
europeos de la OTAN, que por decirlo sin rodeos, temen a Rusia
y tienen cierto poder militar, es decir, Finlandia, Suecia, Polonia o
Rumanía serán reacios a defender el Báltico porque intuirían que
se avecina una gran guerra y su prioridad será proteger sus propias
poblaciones.
Sin el poder de Estados Unidos, la población de estos países
estará en contra de la intervención, especialmente en una posición
geográficamente tan desfavorable como la de los países Bálticos.
Para defenderse, en cambio, los principales miembros europeos
de la OTAN, Alemania y Francia siguen operando desde la segura
posición de la profundidad estratégica y aunque estuvieran
dispuestos a morir en el Báltico, seamos realistas, en un escenario
abstracto, sus capacidades de defensa terrestres serían insuficientes
para disuadir a los rusos que llevan años en guerra y están ansiosos
por la revancha. Los ojos de todos los aliados estarán puestos en
Estados Unidos, ya que estará firmemente atrincherado. En Asia
oriental, los desesperados políticos, estonios, letones y lituanos,
rogarán a los estadounidenses que vengan, en otras palabras, esta
secuencia de causa y efecto muestra, con bastante crudeza, que si los
norteamericanos abandonan Ucrania, existe una alta probabilidad
de que la OTAN deje de existir en pocos años y con ella los países
bálticos. La reputación de los estadounidenses y la confianza de
los aliados, también en Asia, que es la base de la paz americana
se derrumbará. Todo el asunto puede compararse con el preludio
que fue la anexión de Checoslovaquia por Alemania en la Segunda
Guerra Mundial, los aliados sacrificarán el Báltico en aras de la paz,
pero la gran guerra estará a la vuelta de la esquina. El objetivo de la
guerra será el destronamiento definitivo de Estados Unidos, para
resumir las repercusiones, tenemos el fin de la OTAN. El fin del
Báltico, el fin de los lazos históricos de Europa con Estados Unidos,
Rusia más fuerte que nunca, apoyando plenamente a China antes de
la próxima gran guerra mundial por el dominio. Imaginemos ahora
el escenario de la opción número uno, también desde el punto de
vista de los intereses estadounidenses, ya que esto es lo que guía a
los responsables de la toma de decisiones.
En Washington, Estados Unidos decide seguir apoyando
a Ucrania, los ucranianos siguen frenando el desarrollo de las
capacidades militares rusas, reduciendo así la amenaza que Moscú
representa para la OTAN, están ganando tiempo para los europeos
y si los estadounidenses ya no temen una victoria ucraniana
absoluta, que podría significar el colapso del poder del Kremlin,
hay una ventaja adicional desde el punto de vista de Estados
Unidos. En caso de guerra a gran escala con Estados Unidos, lo más
probable es que China se viera sometido a un bloqueo naval por
parte de la marina estadounidense y sin duda, los estadounidenses
bloquearían el estrecho de Ormu. Los chinos se verían sometidos
a una fuerte presión de combustible en el caso de una Rusia
fuerte. La segunda opción sería que harán frente a esta presión,
recibiendo un suministro constante de hidrocarburos, desde la
Siberia rusa, eludiendo el bloqueo naval sin este suministro, al que
se podría obligar al recién derrotado gobierno del Kremlin, los
estadounidenses tendrían la oportunidad de matar de hambre a
Pekín rápidamente y ganar la guerra mediante un corte de petróleo
crudo por tierra y mar. Hay un avance teórico en la opción número
dos, se podría dar la vuelta a la actual Rusia de Putin, es decir,
se podría repetir la maniobra de Kissinger Pero esta vez contra
China. Sin embargo, los estadounidenses tendrían que confiar en
que los rusos, realmente abandonarían a los chinos en su favor, de
nuevo pura ilusión, así que podemos describir la opción número
uno como un debilitamiento indirecto de los chinos al reducir
el potencial de su principal aliado. En caso de guerra, a través de
las manos ucranianas, hay otro aspecto muy importante en dicha
política, tirar a Rusia por el tejado antes de que Estados Unidos
apunte a China. Esto es una inversión económica más rentable
en un factor 100 o incluso 1000. Poner a los rusos de rodillas a
través de los ucranianos costó a los estadounidenses decenas de
miles de millones de dólares, una guerra con china, que, con toda
seguridad se abastecerá durante mucho tiempo del petróleo ruso,
costaría billones de dólares, también existe la opción número tres,
el aislacionismo estadounidense, en ella no hay una guerra mundial,
pero también es una abdicación completa del papel que Estados
Unidos ha desempeñado durante los últimos 80 años. Es posible
que resulte beneficioso para los estadounidenses, sobre todo a corto
plazo, pero sin duda, significa abandonar todas las instituciones
de gobernanza internacional que hicieron de Estados Unidos el
imperio más poderoso de la historia, incluida la omnipotencia del
dólar estadounidense. En un escenario así, también es probable
un acercamiento gradual entre Europa y Asia central, las dos
regiones más poderosas del supercontinente más poderoso, de ahí
el fenómeno de la consolidación euroasiática, que siempre ha sido
la pesadilla de los planificadores estadounidenses.
Lo más probable es que los dos centros que no se temen
mutuamente, debido a su distancia geográfica, profundicen su
cooperación económica sin que los estadounidenses la bloqueen,
esto seguiría ocurriendo principalmente por mar. Vigilados por
las flotas Europea y China de altamar, algunos dirán que la lucha
estadounidense por la supremacía no tiene sentido. El potencial
demográfico de China y su geografía, que favorece a los chinos,
militar y económicamente, al estar en el centro del comercio
mundial hacen que tarde o temprano China deba asumir el estatus
de mayor hegemón, pero el sistema chino de interferir en los
asuntos fundamentales como la formación artificial de la familia
o la política de hijo único, pueden haber hecho que los chinos
pongan el clavo en su propio ataúd. Las previsiones más nefastas
para Pekín sugieren que en 2100 puede haber menos chinos que
estadounidenses, este puede ser, por tanto, el último momento
para que los chinos aprovechen esta proximidad de potenciales,
otro motivo, que por desgracia hace más probable la guerra en el
Pacífico, en los albores de 2024. Nos encontramos, por tanto, en un
momento de decisiones cruciales para el destino del mundo, estas
decisiones determinarán el destino de miles de millones de personas.
Durante las próximas décadas, la guerra ha vuelto definitivamente
a la vida cotidiana del mundo y no va a desaparecer pronto, somos
testigos de cómo se forja el nuevo orden mundial, el viejo hegemón
se cree lo suficientemente fuerte como para mantener el orden
actual, el nuevo pretendiente, respaldado por un conjunto de
estados que desean un nuevo orden, cree que no lo es, si no ocurre
nada inesperado y ambas partes se atienen a este cálculo. El examen
final será la guerra para año nuevo, nuestros deseos, para que tal
ifica global no tenga lugar.

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