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Modernismo.

Características generales a través de la figura de Rubén Darío y Delmira


Agustini.

CONTEXTO
A finales del siglo XIX y principios del XX se producen paralelamente
una crisis en el ámbito científico y un rotundo cambio de rumbo en la Filosofía,
motivado por la crisis del Positivismo y del Racionalismo. Se desintegra un
sistema de valores que conduce a la crisis universal de las letras y del espíritu
entre 1885-1914.

De tal modo, la creación literaria de esta época se caracteriza por la


presencia de corrientes irracionalistas y vitalistas. A partir de Schopenhauer
(1788-1860) para quien el mundo se movía impulsado por fuerzas ciegas e
irracionales; Kierkegaard (1813-1860) con su vitalismo angustiado o Nietzsche
(1844-1900) que exaltaba los impulsos vitales sobre la razón, en el siglo XX, se
constituyen una serie de filosofías vitalistas, entre las que se situaría el
pensamiento de Henri Bergson (1859-1941) para quien la realidad es algo
dinámico que no puede apresar la razón sino la intuición (idea que hallará eco
profundo en A. Machado). De estas corrientes participan Unamuno y Ortega. Y
se prolongarán en el Existencialismo.

Ya con el Romanticismo había nacido el descontento del artista en una


sociedad burguesa. Sentimientos de no plenitud, aislamiento, marginación,
soledad, angustia…Con el Realismo, el escritor se enfrenta a menudo con la
sociedad con una actitud crítica, radicalizada en el Naturalismo.

En la literatura de principios de siglo junto con el reflejo de problemas


religiosos y existenciales derivados de la crisis finisecular (malestar vital,
desazón y angustia se reflejan en el Modernismo de un Rubén Darío de 1905,
o en la poesía de A. Machado, Soledades, que gira en torno al sentido de la
vida, el tiempo, la muerte y expresa la vieja angustia del hombre perdido en
su dolor y sus miedos) surgen tendencias hacia el “arte por el arte” y el
movimiento simbolista (volver la espalda a una realidad insatisfactoria para
refugiarse en mundos bellos y sugestivos):

 Posturas escapistas. Vuelven la espalda a las realidades angustiosas.


Evasión hacia el pasado, horizontes exóticos o refinados (Modernismo,
Decadentismo…)
 Esteticismo: unido a la postura anterior, como otra forma de escapar a
la realidad gris (refugiarse en la torre de marfil) o como forma singular
de rebeldía que reivindica la belleza contra la mediocridad burguesa o
como alivio de la angustia (Modernismo, manifestaciones de arte puro
en que el autor proclama su independencia y la autonomía de su
creación).

MODERNISMO
Se entiende por tal una serie de tendencias europeas y americanas
surgidas en los últimos años del siglo XIX, marcadas por el anticonformismo y
renovación, opuesto a las tendencias vigentes. Se trata pues de una actitud
rupturista, no exclusivamente literaria.

1. Características del espíritu modernista:


1.1 Profundo desacuerdo con la civilización burguesa.

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Modernismo. Características generales a través de la figura de Rubén Darío y Delmira
Agustini.

1.2 Crisis de conciencia manifestada en actitudes diversas: rebeldía


política (poeta cubano José Martí y algunos integrantes de la
Generación del 98 en España); posturas comprometidas a través del
aislamiento aristocrático y del refinamiento estético literario (se
acompañan de posturas inconformistas – la bohemia, el dandysmo,
conductas asociales y amorales).

2. Orígenes:
A partir de 1880 la renovación poética es evidente en Europa y en
Hispanoamérica. La modernidad poética se inicia en Francia a mediados del
SXIX con las aportaciones de dos movimientos literarios: Parnasianismo y
Simbolismo. Del primero se toma la premisa “Arte por el arte”: culto a la
perfección formal y gusto por mitos griegos, lo exótico, ambientes orientales,
lo medieval (Mallarmé, Théophile Gautier y Leconte de Lisle). Con el
Simbolismo (Baudelaire, Les fleurs du mal, Verlaine, o Rimbaud), se orienta la
poesía en la búsqueda del significado profundo mediante el uso de símbolos,
que permiten transmitir la verdad oculta tras las apariencias (ocaso: símbolo
de la muerte o decadencia, el camino: la vida que pasa…). Es el arte de
sugerir, que Machado llevará a la máxima expresión en sus primeras
publicaciones, Soledades, galerías y otros poemas.
Admiran a los americanos Edgar Allan Poe y a Walt Whitman; la
elegancia decadentista del italiano D´Annunzio y el refinamiento del inglés
Oscar Wilde.
A ello se une el reconocimiento de Bécquer en su veta intimista y sentimental
que recogerán Rubén Darío, Juan Ramón Jiménez o Antonio Machado.
Por la fusión de todas estas influencias se dice que el Modernismo
literario es un arte sincrético que enlaza tres corrientes: una hispánica, una
americana y otra europea.

3. Temas y estética.
1. Temas americanos: temas indígenas (Rubén Darío canta a Caupolicán).
Búsqueda de raíces y personalidad colectiva hispanoamericana.
2. Temas hispánicos: tras el desastre del 98 se produce una unión del
sentimiento hispánico (Hispanoamérica y España) frente a EEUU. Rubén
Darío, Cantos de vida y esperanza.
3. Amor y erotismo: contraste amor delicado/intenso erotismo.
Idealización de la mujer y el amor, acompañado de languidez,
melancolía (amor imposible, fatal). Por oposición, erotismo:
descripciones sensuales, evocaciones paganas, exóticas o parisienses.
Puede ser un desahogo ante las frustraciones o una conducta amoral.
4. Escapismo: modernistas y románticos huyen de la realidad mediante la
ensoñación. Hay una evasión en el espacio -el exotismo (presencia de lo
oriental)- y otra en el tiempo (evocación del pasado histórico y
legendario). Gusto por la mitología y su sensualidad. Sueñan mundos de
belleza en los que refugiarse o evadirse del presente.
5. Cosmopolitismo-bohemia: otro aspecto de evasión de la vulgaridad
mediante la búsqueda de lo refinado, lo elegante, lo aristocrático.
Supone la devoción por París, como capital del buen gusto y fuente de
inspiración (cafés, bohemia, dandysmo, femme fatal, la belleza

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Agustini.

lánguida de lo decadente, el erotismo y sensualidad que rodean los


delirios de la enfermedad…)
6. Malestar romántico: Modernismo y Romanticismo mantienen
afinidades en las posturas (malestar similar, rechazo de una sociedad
vulgar, soledad, desarraigo…) Se exaltan las pasiones y lo irracional,
entra en la literatura el misterio, lo fantástico, lo onírico…junto con un
sentimiento de hastío y profunda tristeza bañados en melancolía y
angustia. Son símbolos de tales emociones y de una profunda
insatisfacción, lo otoñal, lo crepuscular, la decadencia romántica y
elegante.
7. Esteticismo: predominio de lo sensorial. El texto apunta a la recreación
del goce para los sentidos.
8. Enriquecimiento estilístico: brillantez y grandes efectos. Se suma lo
delicado y lo delicuescente. Cromatismo (ricos efectos plásticos, desde
el color más brillante al más tenue). Efectos sonoros (musicalidad, del
agua, del viento, de las voces, los gorjeos de los pájaros…). Figuras
literarias: aliteraciones, sinestesias, imágenes. Enriquecimiento del
léxico: voces exóticas, ornamentales.
9. Métrica: enriquecimiento de metros y ritmos. Se prefiere el
alejandrino, endecasílabo y octosílabo y se añaden versos trimembres,
dodecasílabos y eneasílabos (influencia francesa) que permiten el juego
de pies acentuales de ritmo marcado y variado (musicalidad).

En el nivel literario, esto desembocó en la mitificación de lo pasado e


indigenista y el exotismo o la búsqueda de lugares distantes en el tiempo y el
espacio. Las novedades formales se reflejaron en las innovadoras imágenes,
los juegos de sensaciones, los variados esquemas versales y estróficos y un
léxico desbordante que halla su antecedente en Góngora. Este nuevo talante
se encuentra en escritores preocupados por la depuración y renovación de la
lengua literaria como Manuel Gutiérrez Nájera, José Martí, José Asunción
Silva, Julián del Casal, y por supuesto en Rubén Darío (1867-1916).

4. Desarrollo del Modernismo en Hispanoamérica y en España.


En Hispanoamérica suelen distinguirse dos momentos:
Desde Azul de R. Darío en 1888, hasta 1896, con Prosas profanas
del mismo autor: predominio del preciosismo formal y el culto a
la belleza.
El segundo momento se caracteriza por la intensificación de la
poesía intimista, la presencia de temas americanos
(reminiscencias de Edgar Alan Poe – ambientes tétricos, temática
de miedo- y Walt Whitman –intimismo y lirismo) y la reducción
de los efectos estéticos. Autores: José Martí, Gutiérrez Nájera,
José Asunción Silva, Rubén Darío, Amado Nervo, Leopoldo
Lugones…

5. El Modernismo en Rubén Darío.


5.1 Características.
La influencia francesa convive con un profundo conocimiento de la tradición
española, desde Berceo hasta Bécquer; para él el arte es una “armonía de
caprichos”. Su trayectoria representa la de todo el movimiento: un recorrido

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Modernismo. Características generales a través de la figura de Rubén Darío y Delmira
Agustini.

desde el mero esteticismo (modernismo canónico) hacia la preocupación


social y existencial (postmodernismo). Se distinguen en su obra varios
períodos o etapas:
Primer período de gran plasticidad, sonoridad, de temas refinados y
evasivos, representado por su primera obra, Azul, colección de cuentos
y poemas publicada en 1888 en Valparaíso, obra y año que se suelen
considerar inaugurales del movimiento.
Prosas Profanas (1896), colección de poemas en los que la presencia de
lo erótico es más importante, y donde introduce temas y metros
españoles, supone la culminación de ese Modernismo exuberante.
Cantos de vida y esperanza (1905) lo sitúa en la línea de un Modernismo
más intimista y meditativo, definido por las preocupaciones filosóficas
como el paso del tiempo, el sentido de la existencia o la realidad del
mundo hispano.

5.2 TEMAS en su obra.


Rechazo de la vulgaridad y de la mediocridad que creía ver en la
sociedad de su tiempo. Descontento con la realidad que se le ofrece, el
poeta se refugia en otra, creada por él a su gusto, en escenarios
lejanos o inventados. Esto explica el gusto por lo exótico y lo exquisito
que percibimos en sus poemas y en sus cuentos, el gusto por refugiarse
en un pasado, casi siempre decadente, que buscó en el mundo antiguo,
en el mundo sensual de la mitología clásica, en el pasado medieval, en
la Francia versallesca, en las civilizaciones orientales, y en la creación
de un mundo lleno de belleza. De acuerdo con tales temas, desfilan por
sus textos dioses, ninfas, centauros y sátiros; vizcondes, caballeros,
marquesas y princesitas; o mandarines y odaliscas.
Actitud escapista, deseo de huir de la mediocridad más próxima, de
buscar algo distinto: determina el interés por viajar que sintió no solo
Rubén Darío sino todos los modernistas (“Tuvimos que ser políglotas y
cosmopolitas”, decía el poeta). El cosmopolitismo desembocó en la
devoción por París, ciudad que representa el mundo al que aspiraban,
la vida nocturna, los cabarets y la bohemia.
La insatisfacción del mundo circundante también le lleva a la
exaltación del arte y, dentro del arte, de la poesía como el medio para
penetrar en lo absoluto y lo infinito: la poesía como encarnación de la
Belleza.
Cultivo de temas indígenas e hispánicos convive con el afán
cosmopolita. En un primer momento cultiva esta temática –mitos y
leyendas de las culturas precolombinas– con el fin de autoafirmarse
frente a la tradición española. En un segundo momento, sin embargo,
tanto Rubén Darío como los demás modernistas volverán a ocuparse de
la tradición hispánica como acto de afirmación frente a la presión
económica, política, militar y cultural estadounidense. Con sus Cantos
de vida y esperanza, Rubén Darío exalta lo español como un conjunto
de valores humanos y culturales frente a la civilización yanqui.
Amor a la elegancia en un tono aristocrático y exquisito que explica la
reiterada presencia de materiales como el oro, el mármol, las gemas...
–esto no se contradice con la rebeldía modernista: muchos autores

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Modernismo. Características generales a través de la figura de Rubén Darío y Delmira
Agustini.

intentaron buscar la diferencia en los comportamientos aristocráticos


alejados de la mediocridad burguesa dominante–.
El amor, que oscilará entre dos polos opuestos: una formulación
idealista del amor y de la mujer entendido como amor imposible e
inalcanzable; este amor irá asociado a sentimientos como la tristeza,
soledad y melancolía. Por otro lado, aparece una concepción vitalista
marcada por la búsqueda del sexo y del placer. Esta actitud hay que
relacionarla con el deseo de los modernistas de rebelarse contra toda
norma y moral, y esta es la que prefiere el poeta. Ejemplo de estos
temas son textos como “Venus” de Azul, "Coloquio de los centauros" o
“Que el amor no admite cuerdas reflexiones”, ambos de Prosas
profanas.
El dolor, la angustia y la muerte, la melancolía, lo otoñal… los relaciona
con el Romanticismo. Los modernistas, al igual que los románticos,
potenciaron el dominio de la pasión sobre la razón, de la emoción sobre
la reflexión. En esta expresión del mundo interior hay diferentes
posturas que oscilan entre un vitalismo optimista, que lleva a un goce
desenfrenado de la vida, y profundas manifestaciones de insatisfacción,
descontento, desánimo hastío, melancolía y soledad En el caso de
Darío, la influencia de Bécquer es evidente en la expresión del hastío y
de profunda tristeza. Ejemplos: “Sonatina” de Prosas profanas o “Lo
fatal” de Cantos de vida y esperanza (“no hay dolor más grande que el
dolor de ser vivo/ ni mayor pesadumbre que la vida consciente.”).

5.3 LA ESTÉTICA en la obra de Rubén Darío.


El culto a la belleza y la actitud esteticista del poeta y de los demás
modernistas los llevó a la búsqueda de valores sensoriales. En este sentido
podemos decir que Darío hizo suyo el lema de su admirado Paul Verlaine: "De
la musique avant toute chose". “El Modernismo es una literatura de los
sentidos”, decía Pedro Salinas. Por ello, hay un profuso empleo de recursos
que aportan musicalidad y valores sensoriales al poema, haciendo habituales
las sinestesias (verso azul, sol sonoro), aliteraciones (bajo el ala aleve del
leve abanico), juegos fónicos (trompas guerreras resuenan), utilización de
palabras esdrújulas (púrpura, crisálida, libélulas), la adjetivación que apela a
los sentidos, las metáforas deslumbrantes y el léxico que produzca extrañeza,
como cultismos procedentes del latín o del griego (canéfora, liróforo,
hipsípila), e incluso neologismos creados por el propio autor (canallocracia,
pitagorizar). Gran parte del vocabulario poético de Rubén Darío está
encaminado a la creación de efectos exóticos. Destacan campos semánticos
que connotan refinamiento, como el de las flores (jazmines, nelumbos,
dalias, crisantemos, lotos, magnolias), piedras preciosas (ágata, rubí,
topacio, esmeralda), el de los materiales de lujo (seda, porcelana, mármol,
alabastro), el de los animales exóticos (cisnes, papemores, bulbules) o el de
la música (lira, violonchelo, arpegio).
Por otro lado, huye de la expresión grandilocuente que usaron muchos
románticos y busca sugerir, insinuar, no declarar abiertamente los
sentimientos, con una sintaxis más natural y cercana a la lengua hablada.
La obra de Rubén Darío es, desde el punto de vista métrico, variada y
rica: cultiva con acierto composiciones clásicas, introduce en ellas audaces
novedades, como el soneto de versos alejandrinos. Además de emplear versos

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Modernismo. Características generales a través de la figura de Rubén Darío y Delmira
Agustini.

hasta entonces prácticamente inexplorados como los pentadecasílabos (de 15)


y heptadecasílabos (de 17), Darío recupera el eneasílabo y el alejandrino,
versos que habían caído en desuso.
Rubén Darío, príncipe de las letras castellanas, es un hito en las letras
hispánicas. El Modernismo surgió con él y aportó una savia que, junto con
Bécquer, inició el camino para la recuperación, cuyos frutos más brillantes
fueron Juan Ramón Jiménez, las Vanguardias y, más tarde, la llamada
Generación del 27.

PARA saber más:


El documental, Tierras solares, 2019.

La princesa Paca, 2017

6. El Modernismo en Delmira Agustini.

6.1 Contextualización.
La poesía de Agustini ha sido valorada con frecuencia en relación con su
peripecia vital y con su trágico final, lo que ha oscurecido su valor literario.
Su poesía se inscribe en la última fase del Modernismo y recoge todos los
elementos propios de dicha etapa, pero su escritura refleja una realidad
diferente: la femenina, más concretamente la suya propia; y se relaciona con
los placeres del cuerpo y el sentimiento: emociones fuertes, pasión, amor,
deseo, sexo. Delmira aporta una perspectiva no expresada hasta ese momento
en la literatura hispánica: la perspectiva del deseo femenino.
Pese a su breve recorrido vital, Agustini ha dejado una obra sólida compuesta
por diversas producciones poéticas de calidad formal y un atrevido uso de la
temática y los conceptos: El libro blanco (1907), Los cantos de la mañana
(1910) y Los cálices vacíos (1913), a los cuales habría que añadir numerosos
poemas dispersos publicados en revistas.

6.2 Características y temas principales.


La tónica general de su poesía es erótica, con imágenes de honda
belleza y originalidad. El mundo de sus poemas es sombrío y atormentado, con
versos de una musicalidad excepcional. Su lirismo llega a profundidades
metafísicas que contrastan con su juventud. Su poesía ofrece por igual las
íntimas exhalaciones del alma humana y de la naturaleza, convertidas en
imágenes, paisajes a los que quiso pertenecer y a los que accedió, como
mujer, con dificultad: el del novecientos uruguayo en una de sus líneas más
representativas, la decadente, el del modernismo hispánico y el de la
tradición simbolista occidental.

Se caracteriza por rasgos como:


 Evasión (es modernista en la forma en que evade la realidad del mundo
y acude a los sueños),
 Sensualidad (el amor y el erotismo constituyen el eje de su poesía). El
reconocimiento del propio cuerpo y la reivindicación del deseo son
elementos fundamentales;
 Inversión de roles tradicionales, adelantando el tópico de la mujer
como sujeto y el hombre como objeto de deseo.

6
Modernismo. Características generales a través de la figura de Rubén Darío y Delmira
Agustini.

 Pesimismo (el mundo de la poesía de Agustini es tormentoso y oscuro,


poesía de decepción, de amargura).

PARA saber más:


La película, Demain?, Christine Laurent, 2011

7. El Modernismo en España.
Manuel Reina, Salvador Rueda y Ricardo Gil pueden ser considerados
como precursores de esta nueva sensibilidad, aunque se suele proponer como
fecha de inicio 1902 (segundo viaje de Rubén Darío a España).
Sin embargo el Modernismo peninsular presenta características propias:
Menos brillantez formal y mayor predominio del intimismo.
Menos parnasianismo y más simbolismo que se aúna con la huella de
Bécquer.
El Modernismo español se caracterizó por una menor brillantez externa,
menos alardes formales, y un mayor predominio del intimismo.

Autores más representativos:


Valle-Inclán, máximo representante de la prosa modernista con Las
sonatas - de primavera, verano, otoño e invierno-, representan la
culminación de la prosa modernista española, musical y preciosista.
Evasión, melancolía, decadentismo, exotismo, lenguaje exquisito del
Rubén Darío de “La Sonatina”, caracterizan esta obra. Es la biografía
sentimental de un viejo seductor, el marqués de Bradomín, que
rememora con lujo sensorial las escenas aventureras y galantes de su
pasado emocional.

Antonio Machado, parte de un modernismo intimista y simbolista en


Soledades, galerías y otros poemas (1907).

Juan Ramón Jiménez que cultiva los ropajes del Modernismo en Almas
de violeta y ninfeas; Arias tristes; Jardines lejanos, poesía envuelta en
los ropajes del Modernismo con predominio de lo sensorial y los adornos
retóricos; etapa primera o “época sensitiva”, anterior a su giro de
1916.

El final del Modernismo poético es difícil de señalar, aunque


habitualmente se ha mencionado el famoso soneto de Enrique González
Martínez, con el que supuestamente se certifica la defunción del movimiento:
“Tuércele el cuello al cisne de engañoso plumaje” (poema de 1911).

PARA saber más:


Blog Diente de león, “El Modernismo”.

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