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Márquez, G. G. (1995). Manual para ser niño. En P. d.

República, Documentos de la Mision


Ciencia, educacion y desarrollo : educacion para el desarrollo (Vol. II). Bogotá.

RESUMEN
Juan José Vélez C.

Manual para ser niño de García Márquez (1995) ensaya los elementos que tienen lugar en
la búsqueda y defensa de un niño cuando tiende (profesionalmente) hacia las artes. Labor que
llevará a cabo, a partir de una serie de juicios emocionales, según expresa su autor.

García Márquez inicia apuntando hacia la vocación y la aptitud como esos elementos sutiles,
casi imperceptibles, a la vista de los adultos. Continua, expresando su creencia en un factor
innato en los niños, el cual es desarrollado en circunstancias específicas. Factor que
determinará el potencial artístico, pero que surge en una suerte de remembranza platónica,
con la cual vivirá el niño en la búsqueda de su felicidad.

Más adelante, Márquez señala aquellas formas en que la vocación y el don se manifiestan.
Sobre la vocación, traerá dos definiciones apoyadas en diccionarios, las cuales encuentran en
la vocación una facilidad de hacer algo. Por otro lado, en defensa del factor natural e
intrínseco comentado anteriormente, trae a colación la expresión temprana de la idoneidad
en las cualidades y capacidades físicas de los niños. Aun así, argumenta, la manifestación de
estas capacidades solo serán útiles al potencial artista, es decir, el niño, si van de la mano con
la disciplina, la técnica, y un deseo de superación.

En este punto, el autor dirige su atención hacia la actitud de los padres frente al pequeño
artista. La necesidad de algunos niños por esconder sus pasiones, la ilusión de los padres por
hacer de sus hijos algo mejor que ellos mismos, son, según él, factores que agravan la falta
de estímulos con el arte y la cultura, de por sí evidente en las escuelas. En consecuencia,
advierte, son cada vez más los casos de artistas construidos con la fuerza de su soledad.

Con todo lo anterior, García Márquez indica que una de las mayores dificultades que tiene el
arte en las escuelas es la inexistencia de una política cultural consistente, que tenga en cuenta
una definición actualizada de la cultura, sus porqué, para qué y para quienes. Una vez
entendamos la educación artística como medio y no como fin, comenta, podremos convertirla
en herramienta de promoción de las culturas en nuestra región.
Márquez, G. G. (1995). Manual para ser niño. En P. d. República, Documentos de la Mision
Ciencia, educacion y desarrollo : educacion para el desarrollo (Vol. II). Bogotá.

Continúa estableciendo una distinción entre la enseñanza artística y la educación artística,


observando la primera a la luz de la formación especializada, es decir, profesional en artes;
mientras que la segunda respondería a una responsabilidad social con la apreciación artística
y literaria. Finalizará su reflexión con una serie de ideas sobre el hábito de la lectura. Primero
acusa a las escuelas de forzar a sus estudiantes con lecturas obligatorias con el propósito de
aglomerar resúmenes breves. Por último, hace un llamado a la creación de un Ministerio de
Cultura que impulse políticas culturales contextualizadas según las necesidades de cada
rincón en el país.

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