Está en la página 1de 7

Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua.

Facultad de Humanidades y Ciencias Jurídica


Departamento de Derecho.

DEONTOLIGÍA JURÍDICA

Estudiantes: Edgar Rivaldo Cárdenas Martínez.

Managua, Nicaragua
3 de septiembre de 2023
PRINCIPIOS FUNDAMENTALES DE LA PROFESIÓN DEL ABOGADO

Cuando hablamos de la profesión de la abogacía, debemos tener en cuenta que


es una de las profesiones que siempre está en tema de discusión en muchos
sectores de la población, unos consideran al abogado como un protector de los
ciudadanos y otros consideran que detrás de este trabajo conlleva tener cierto
comportamiento alejados de la moral y la ética, en las calles suele utilizarse una
frase que resuena sin titubeos y con aplomo: “El abogado es un ladrón con
licencia”.

Estas dos percepciones hacen que exista una visión algo errada, incompleta y
hasta a veces turbia de esta profesión: Es por eso que en este ensayo se hablará
de los principios fundamentales de la profesión del abogado, con el objetivo de
conocer su importancia y cómo se relaciona con la ética en el ejercicio de
representación, destacando en cómo estas se reflejan en el trabajo diario del
abogado.

En un país como Nicaragua que consagra el tema de la justicia como uno de los
valores de gran importancia en el ordenamiento jurídico, la profesión del bogado
es configurada como pilar importante para la articulación en medida del derecho
fundamental de defensa y de fe pública. En pocas palabras, en el ejercicio de
profesión, al defender los derechos y libertades de sus clientes, no solo les sirve a
ellos, sino que también presta un importante servicio a la sociedad participando
activamente en el ejercicio del derecho de defensa y con ello contribuye a la
justicia y a la paz social.

El doctor Armando Juárez López, Magistrado de la Corte Suprema de Justicia


afirma que los profesionales del Derecho deben ser fieles a sus representados, ya
que el abogado es un profesional dedicado a defender en sus juicios los derechos
de sus clientes y aconsejarles sobre cuestiones jurídicas que ellos les consulten
encaminadas a la solución del litigio.
Podemos referir a lo anterior que el abogado es una figura clave en la
conformación del Estado de derecho que hoy en día es un ideario común en la
humanidad, en el ejercicio de la alta función que se es encomendada, no se
funciona de meros colaboradores de la justicia, sino que se conforma como
elemento fundamental en su realización.

Entre los principios fundamentales que deben desarrollarse en un abogado


destacan el ejercicio libre de la profesión, el secreto profesional, comunicación con
el cliente, honradez, buena fe, diligencia, justicia, dignidad, respeto. Todos estos
principios funcionan concatenados y tienen gran importancia en el ejercicio de la
profesión y permiten que el abogado que los cumpla logra gran prestigio y sobre
todo ponga en alto la profesión.

Independencia

El principio de independencia establece que al igual que la libertad, ese es uno de


los elementos básicos configuradores de la propia definición de la abogacía.
Porque el ejercicio de la profesión exige además de abogados libres, abogados
independientes e íntegros. Ante esto, podemos apreciar a la independencia del
abogado como unos de los principios fundamentales que han de presidir la en
todo el ejercicio de la profesión, exigiendo actuar siempre con independencia,
rechazando toda presión e interferencia.

En la independencia del abogado encontramos una que se hace ante los


tribunales y otra frente al cliente, en la primera, ante los jueces y tribunales se
establece como la relación entre el justiciable que deviene cliente y el tribunal ante
el que se litiga, por lo que a la dirección técnica del caso se refiere, a través del
abogado, que cumple así con la importante misión de defender ante ello los
derechos e intereses que le han sido encomendados. El abogado es
independiente, pero a diferencia de los tribunales, no es imparcial, por el contrario,
es necesariamente parcial, ya que defiende a la parte.

La independencia frente al cliente se fundamenta en que no debemos confundir la


necesaria independencia del abogado con la debida y fundamentada defensa d
ellos derechos e intereses que le han sido encomendados. La relación cliente y
abogado no se configura como un simple mandato, el que colocaría al abogado en
la obligación de cumplir las instrucciones del cliente.

Nos encontramos ante una especie de contrato de servicios que genera una
obligación de medios y no de resultados y que en gran medida impone al abogado
el deber de cumplir con el máximo celo y diligencia, guardando el secreto
profesional, la misión de defensa que le ha sido encomendada, atendiendo a las
exigencias técnicas, deontológicas y morales adecuadas a la tutela jurídica del
asunto encomendado.

Sánchez Stewart describe los posibles conflictos de interés en los que puede
verse involucrado un abogado, clasificándola en tres grupos:

1) El conflicto entre las obligaciones que el abogado tiene con su cliente y sus
deberes para con la sociedad y el deber general de servir a la Justicia.

2) El conflicto entre las obligaciones que el abogado tiene con su cliente y su


posición personal.

3) Y, el conflicto que se puede producir cuando un abogado actúa para más dos o
más clientes.

Libertad

La principal y fundamental libertad en el campo que se ocupa en este ensayo es la


libertad del abogado en el ejercicio del derecho de defensa de su cliente, que se
traduce en el derecho y deber del abogado a decidir y ejercer con libertad, sin
injerencias y según su leal saber y entender técnico-jurídico, el mejor modo de
defender el asunto encomendado.

La libertad de defensa no es un privilegio del abogado, sino más bien una


exigencia del Estado de Derecho y una obligación del abogado para con su
cliente. Como ya hemos señalado anteriormente, sin derecho de defensa no hay
Justicia, y sin Justicia no puede haber Estado de Derecho.

Principio de Dignidad;
La dignidad inherente a la función del Abogado se traduce en la obligación que
tiene éste de cumplir con el deber que le ha sido encomendado con arreglo a los
principios y virtudes que deben presidir su actuación. La dignidad, aparece así,
como inspiradora de toda la actuación del Abogado. Podríamos señalar que la
dignidad está presente, por ejemplo, en el deber del abogado de cumplir con el
máximo celo y diligencia, con profesionalidad y guardando el secreto profesional.

Principio de Lealtad e Integridad

Estos principios están en estrecha relación con los principios ya vistos de


independencia y de libertad, con la obligación del Abogado de preservar su
independencia frente a todos, incluyendo a su propio cliente y a si mismo ante
potenciales conflictos de interés y con la libertad de elección que a ambas partes
corresponde.

La pérdida de confianza o su disminución permite al cliente deshacer el contrato


de servicios alcanzado con el Abogado reembolsando al profesional los gastos
efectuados en el desempeño de la actividad y la remuneración de los servicios que
corresponda. Esto es así, porque la relación jurídica entre abogado y cliente está
presidida por el principio de confianza. El cliente contrata al Abogado,
fundamentalmente, porque confía en su profesionalidad y en su buen hacer para
la consecución del resultado perseguido. Si esta confianza desaparece o
disminuye, la relación no debe continuar.

Principio de confidencialidad y Secreto profesional

Todo abogado debe garantizar la confidencialidad de la información que le


proporciona su cliente, ya sea esta información referida a los asuntos propios o
bien de terceras personas relacionadas con dicho asunto, funcionando como
piedra angular de la misma, pues sobre su base se construye en buena medida la
relación el derecho de defensa y la relación de confianza que debe presidir la
relación jurídica existente entre abogado y cliente.
De los diferentes principios descritos en este ensayo es de importancia hacer una
referencia, aunque sea rápida, a la dignidad inherente a la profesión de abogado y
la gran necesidad de que todos los que ejercen esta profesión profundicen en la
alta función social que le corresponde como elementos fundamentales en la
realización material de la justicia y en la construcción de la paz social en el país.
Esto exige que de una manera u otra todos los que están relacionados con la
abogacía se comprometan de forma decidida en la defensa de la deontología,
fomentando su respeto y difusión, como vehículo de transmisión de las virtudes
que deben presidir el ejercicio de esta profesión, así como la educación y
formación de las próximas generaciones de abogados.

La labor del abogado resulta fundamental para que la sociedad sea más justa y
equilibrada en derechos, pero no por eso los abogados pueden actuar fuera de lo
que la misma sociedad considera normal y lógico. La defensa de un caso, exige
que un abogado actúe con profesionalidad y que ponga al servicio de la defensa
de los derechos e intereses del cliente, sin límites ni cortapisas, toda su
experiencia, conocimiento, compromiso y saber hacer, tratando de evitar o, en su
caso, de resolver, los conflictos que puedan existir.

Bibliografía:

 Constitución Política de Nicaragua


 Poder Judicial, Dirección General de Comunicación.
 Código de Ética de Abogados y Notarios de Nicaragua
 Abogados conflicto de intereses Nielson Sánchez Stewart

También podría gustarte