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Partido Revolucionario Institucional,

85 años transformando a México


1929-2014

Edición
Carlos González Manterola
Fernando Zertuche Muñoz

©Partido Revolucionario Institucional

Publicación editada bajo la supervisión del


Comité Nacional Editorial y de Divulgación del
Partido Revolucionario Institucional
Av. Insurgentes Norte No. 59, Col. Buenavista,
Delegación Cuauhtémoc, 06359, México, D.F.

ISBN978-607-7844-33-4
Derechos Reservados conforme a la Ley
Impreso en México, 2014
Segunda edición

1994-2000 y Los Años en la Oposición.


Páginas: 275 a 303
“anquilosado por la magnitud de su propio peso”. A pesar de que el
partido acababa de ganar la presidencia de manera clara y limpia,
un cambio de rumbo y de rostro parecía indispensable para no
perder terreno en las contiendas siguientes. Dos temas acapararían
la atención, al ser los más cuestionados por la opinión pública: la
democratización de la vida interna y la relación del partido con el
1994-2000 Y LOS AÑOS titular del Ejecutivo.
EN LA OPOSICIÓN

En la segunda mitad de diciembre de 1994, cuando Ernesto Zedillo


llevaba escasos días como Presidente de la República, se desató una
de las más graves crisis económicas que nuestro país haya vivido. La
enorme inestabilidad política y social de los meses anteriores había
provocado una merma considerable de las reservas internacionales,
y la balanza de pagos presentaba un déficit preocupante. Esto derivó
en una sensible devaluación de la moneda.

La crisis habría de tener efectos contundentes y profundos en la


economía de incontables familias mexicanas. La inflación aumentó,
las tasas de interés se incrementaron exponencialmente y muchos
créditos se volvieron impagables. La administración de Zedillo
respondió con medidas que buscaban una solución estructural al
problema: como en los tiempos del “realismo económico” de De la
Madrid, el gobierno no recurrió al control de cambios ni de precios,
sino a estrictos ajustes en la política fiscal. Si bien los resultados a
largo plazo serían positivos, el bajo crecimiento y el prolongado
período de espera por la recuperación causaron desgaste a la
administración zedillista, e inevitablemente también al PRI. Humberto Roque Villanueva, Fidel Velázquez, María de los Ángeles Moreno, Ernesto
Zedillo, Pedro Joaquín Coldwell, Tristán Canales Najar y Fernando Ortiz Arana
Al interior del partido se vivía un momento difícil, luego de los durante el LXVI Aniversario del PRI, Ciudad de México, 4 de marzo de 1995, Archivo
malos resultados de la economía y los impactantes asesinatos de gráfico La Jornada.

Colosio y Ruiz Massieu. En el mismo mes de diciembre de 1994 la


nueva presidente del PRI, María de los Ángeles Moreno —primera
mujer en ascender al cargo—, reconoció que el partido debía
cambiar “atendiendo las aspiraciones de renovación de sus
militantes”, o de lo contrario corría el riesgo de detenerse
En agosto de 1995, María de los Ángeles Moreno entregó la acuerdo del Consejo Político Nacional para que el candidato
presidencia del PRI a Santiago Oñate, quien llamó al gobierno a presidencial del PRI para el sexenio 2000-2006 fuera elegido por una
asumir su extracción para que sus acciones no fueran “carentes de consulta en la que pudiera participar cualquier ciudadano, militante
propósito y compromiso ideológico”, sino correspondientes con las o no del partido.
aspiraciones históricas del PRI. Al año siguiente Oñate dirigió los
trabajos de la XVII Asamblea Nacional Ordinaria. En ella se Así pues, en 1999 Manuel Bartlett, Francisco Labastida, Roberto
estableció que, para ser nombrados candidatos a la presidencia de la Madrazo y Humberto Roque contendieron por representar al PRI en
República o alguna gubernatura, los priistas interesados debían las elecciones del año siguiente. Finalmente, el 7 de noviembre de
tener antecedentes en cargos de elección popular y en la dirigencia 1999, Labastida se alzó con la victoria indiscutible, en una jornada
del propio partido. sin precedente que logró convocar a casi 10 millones de ciudadanos,
pero el desgaste provocado por la lucha interna fue considerable.
En diciembre de 1996, Oñate dejó a su lugar a Humberto Roque Para los comicios presidenciales el político sinaloense plantó como
Villanueva, quien rápidamente refrendó el apoyo del partido al su meta “ganar para conducir el cambio, para dar rumbo y
gobierno del presidente Zedillo y promovió la cordialidad y la actualizar el proyecto de país que queremos construir”. Desde el
colaboración entre ellos. A él, sin embargo, tocó hacer frente a los PAN, sin embargo, se construía y tomaba fuerza la campaña de
preocupantes resultados de la elección intermedia de 1997, las Vicente Fox, empresario y exgobernador de Guanajuato, quien
primeras organizadas por un Instituto Federal Electoral ciudadano y recurría a tácticas populistas y satanizaba a los gobiernos del PRI.
completamente autónomo del poder ejecutivo. El PRI perdió la
mayoría absoluta en la Cámara de Diputados (al alcanzar 239 de 500
curules) y redujo su participación proporcional en el Senado, con lo
que se dificultó la aprobación de reformas impulsadas por el
Ejecutivo. Además, Cuauhtémoc Cárdenas como abanderado del PRD
se convirtió en el primer jefe de gobierno del Distrito Federal electo
por el voto de la ciudadanía, en una jornada en la que el PRI no
logró un escenario electoral positivo. El PAN, por su parte se quedó
con las gubernaturas de Aguascalientes, Nuevo León y Querétaro.

Tras estos resultados, el PRI eligió un nuevo dirigente del CEN en la


figura de Mariano Palacios Alcocer. En su diagnóstico, el partido se
hallaba en un momento crucial y la prioridad debía ser la
preparación exhaustiva para los comicios venideros. Volvió a ponerse
sobre la mesa la voluntad democratizadora de las elecciones
internas: con miras a las votaciones locales en varios estados
durante el año de 1998, el PRI organizó primarias abiertas a toda la
militancia para definir a sus abanderados. El 19 de mayo de 1999,
José Antonio González Fernández —quien había reemplazado como
Sesión de la instalación de la Comisión Nacional de Desarrollo Regional, Ciudad de
líder priista a Palacios Alcocer pocos meses antes— anunció un
México, 15 de julio de 1998. Cuartoscuro.
El 2 de julio de 2000, en una jornada cívica, el partido de la cámaras, ninguna otra agrupación había conseguido tantas
Revolución sufrió su primera derrota en una elección presidencial, al diputaciones (208) ni senadurías (59). Había diecinueve estados
obtener Francisco Labastida 36% de los votos frente a 42% del conducidos por gobernadores priistas, por ocho panistas y cinco
panista Fox. Tanto el presidente Zedillo como el candidato priista perredistas (contando al jefe de gobierno del Distrito Federal), y la
reconocieron el triunfo del guanajuatense y respaldaron a la situación en los congresos locales era similar. Si bien era innegable
autoridad electoral autónoma. En la euforia de la alternancia, las que la derrota en la contienda presidencial había sido muy dolorosa,
perspectivas del futuro del partido que había sido hegemónico en el y que los conflictos intestinos estaban lejos de llegar a su fin, el PRI
siglo XX no parecían nada halagüeñas. tenía unos pilares de envidiable solidez para reinventarse como
partido de oposición y buscar de nuevo la primera magistratura.
En efecto, la pérdida del poder ejecutivo federal fue acaso el mayor
golpe en la historia del PRI, y muchos analistas incluso pensaron que Con ese espíritu se convocó para noviembre de 2001 a la XVIII
no podría sobrevivir a él. Se dijo que la vida del partido estaba Asamblea Nacional Ordinaria, y así lo afirmó la entonces presidente
indisociablemente ligada a la figura del primer mandatario, que el del CEN, Dulce María Sauri: “el PRI no se desdibuja, se renueva con
organismo había tenido como único objetivo la concentración y la fuerza de la base”.
conservación del poder, que la llegada de la democracia efectiva era
incompatible con la existencia del instituto político de la revolución
y que por todo ello el PRI se desintegraría antes de pasar a la
oposición. Estos diagnósticos desdeñaban un sinnúmero de
realidades tangibles; una de las más obvias era que los comicios
federales de 2000 habían sido la culminación de un largo proceso de
apertura política iniciado por el propio PRI y por los gobiernos de él
emanados. Para entonces, y después de sucesivas mejoras en su
diseño institucional, el IFE era un órgano ciudadano e
independiente, y varias fuerzas se disputaban cada uno de los cargos
de elección popular. El legislativo y el judicial gozaban de plena
dignidad como poderes de la Unión, y el federalismo se fortalecía a
pasos agigantados. La competencia democrática, con victorias y con
derrotas, era parte sustancial de la vida priista. Todas estas no eran
solo muestras de una normalidad dentro de la que el PRI vivía y
actuaba: constituían objetivos de su proyecto político desde el
momento mismo de su fundación. Dulce María Sauri, dirigente nacional del PRI, en la toma de protesta de Yolanda
Rodríguez Ramírez como líder del Organismo Nacional de Mujeres Priistas, las
Por otra parte, después del 2 de julio de 2000 el partido tenía aún acompañan Laura Pavón Jaramillo, Manuel Ángel Núñez Soto y Estela Ponce.
Ciudad de México, 31 de julio del 2000. Procesofoto.
más militantes que cualquiera, y seguía siendo la primera fuerza
política del país. Si bien no alcanzaba la mayoría absoluta en las
En la reunión se alcanzaron resultados de gran importancia e desencadenó una disputa entre los miembros del grupo
interés: se abrió la puerta a las candidaturas comunes, coaliciones y parlamentario.
alianzas electorales y legislativas; se estableció la obligación de
crear un Código de Ética Partidaria, así como numerosas Con ello aumentaron los problemas del presidente del CEN, quien
disposiciones reglamentarias; se reafirmó la necesidad de una avanzaba en sus aspiraciones de obtener la primera magistratura del
militancia priista acreditable para poder acceder a los puestos de país. Algunos políticos de relevancia que habían apoyado a Francisco
elección popular; se otorgó reconocimiento orgánico a las corrientes Labastida en la campaña de 2000 se sentían marginados por la
de opinión que habían surgido en los últimos años, y se impulsaron dirigencia y, con miras a la definición del candidato para 2006,
medidas claras sobre la paridad de género y la presencia de jóvenes constituyeron un bloque opositor a Madrazo, que adoptó el nombre
tanto en las candidaturas como en los órganos de dirección. Pero de Unidad Democrática. El PRI trató de mandar un mensaje de unión
más allá de todo ello, la XVIII Asamblea demostró que había un a través de su XIX Asamblea Nacional Ordinaria, celebrada en marzo
numeroso y boyante padrón de miembros, cuya vitalidad habría de de 2005.
sacar adelante al partido. Si bien en la superficie los miembros de la nueva corriente
Ciertamente la reunión nacional de los prisitas se vio hasta cierto parecieron ir de la mano con su contendiente político, en lo
punto opacada por el proceso sucesorio de su dirigencia. La profundo se intensificaba la lucha por la nominación presidencial y
presidencia y la secretaría general del partido habrían de definirse por establecer al sucesor de Madrazo a la cabeza del partido. Al
mediante una votación directa que tendría lugar el 24 de febrero de mismo tiempo Elba Esther Gordillo, aún secretaria general, pero
2002; se inscribieron dos fórmulas, la de Roberto Madrazo y Elba irremediablemente distanciada de buena parte del priismo, retiraba
Esther Gordillo y la de Beatriz Paredes y Javier Guerrero. El día de al Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación de la
la elección la planilla de Madrazo se alzó con la victoria. militancia para fundar con él otro partido. Nueva Alianza.

Los comicios legislativos federales de 2003 representaron un Para ser competitivo en 2006, el PRI necesitaría un candidato fuerte
pequeño respiro. El PAN se enfrentó a las expectativas demasiado y que no sufriera desgaste por pleitos internos. El grupo Unidad
altas que había construido Vicente Fox desde su campaña, y a la Democrática organizó un proceso de selección entre sus integrantes
inexperiencia de buena parte de los integrantes de su gobierno; esto para definir a un aspirante único que competiría con Madrazo por la
derivó en un importante retroceso para el blanquiazul, que perdió candidatura priista y del Partido Verde. La elección recayó en Arturo
más de cincuenta curules con respecto al 2 de julio de 2000. El PRI Montiel, exgobernador del Estado de México, pero al poco tiempo
aprovechó esta circunstancia para colocar 14 diputados más en San Montiel declinó. Madrazo entonces se enfrentó al poco conocido
Lázaro, para un total de 222 que seguían representando la mayoría Everardo Moreno, a quien no tuvo problema para vencer. Ya para
relativa. Sin embargo, en los meses siguientes emergerían nuevos entonces parecía inevitable, sin embargo, que el PRI fuera apenas
conflictos en el seno del instituto político. La coordinación de la un testigo de la contienda presidencial de 2006.
bancada priista en la Cámara Baja buscó un acercamiento con la
administración foxista y la facción del PAN para aprobar un proyecto
de miscelánea fiscal que incluía diversos impuestos controvertidos,
entre ellos la aplicación del IVA para alimentos y medicinas. Muchos
militantes estaban en desacuerdo con esas medidas, y se
Previsiblemente, la gran tensión que se había acumulado durante el
proceso estalló cuando se dieron a conocer los resultados. López
Obrador se inconformó con las cifras de la autoridad electoral,
aduciendo todo tipo de irregularidades destinadas a falsear la
voluntad popular. El discurso del aspirante izquierdista fue
radicalizándose conforme se cubrían las averiguaciones procedentes
sin que se le diera la razón, y con el apoyo de algunos de sus
diputados simpatizantes anunció que había lo posible por “reventar”
la toma de posesión de Calderón como presidente. En ese contexto,
los legisladores del PRI actuaron conforme a su vocación de respeto
institucional, y gracias a ello pudo alcanzarse el quórum necesario
para que tuviera lugar la ceremonia de transmisión de poderes.

Campaña a la presidencia de la República de Roberto Madrazo Pintado, 2006.


Cuartoscuro.

Los candidatos de la izquierda, Andrés Manuel López Obrador, y del


PAN, Felipe Calderón, se enfrascaron entonces en una batalla sin
cuartel, echando mano de todo tipo de recursos, incluyendo
campañas de difamación.

México se polarizó con estas dos alternativas políticas


aparentemente irreconciliables, y la estrategia y el esfuerzo de
Madrazo fueron incapaces de evitar que muchos ciudadanos
tradicionalmente identificados con el PRI se decantaran por algunas
de las otras opciones.

El 2 de julio de 2006 Calderón venció en las urnas a López Obrador


por un puñado de votos, mientras que Roberto Madrazo quedó en un Votación durante la IV Asamblea extraordinaria delPRI; entre otros, José Moreno
distante tercer lugar. El PRI también cayó al tercer sitio en cuanto a Collado y Lorenzo Lazo Margáin, Ciudad de México, 2 de marzo de 2007.
su representación en la Cámara Baja, si bien pudo –en alianza con el
Partido Verde Ecologista de México-mantenerse como la primera
fuerza en el Senado.
El PRI había tocado fondo en las elecciones federales de 2006, pero La actuación de los gobiernos locales priistas sería importantísima
el tiempo demostraría que, paradójicamente, sería a la larga el para cimentar la posición del organismo con miras a las futuras
partido más beneficiado por ese proceso. En los años siguientes, la contiendas; baste recordar que entre 2005 y 2011 condujo los
izquierda sería víctima del enfrentamiento entre López Obrador y la destinos del Estado de México Enrique Peña Nieto, quien desde ese
dirigencia del PRD, la cual no estaba de acuerdo con los excesos puesto constituyó uno de los liderazgos más importantes de la
retóricos del excandidato (sedicente “presidente legítimo”), pues política nacional.
comprendía que con su postura se condenaba al ostracismo. A su
vez, el presidente Calderón trató de hacer olvidad cualquier resabio La XX Asamblea Nacional Ordinaria, que se reunió en agosto de
de ilegitimidad iniciando, sin mayor planeación, una guerra contra 2008, fue el banderazo de salida de los esfuerzos partidarios con
los cárteles del narcotráfico, que hizo que la situación de seguridad miras a las elecciones intermedias del año siguiente.
en el país alcanzara niveles críticos durante su sexenio.

La impopularidad derivada de ello se acentuó con la conflictiva


relación entre el primer mandatario y su partido, en el cual
Intervino varias veces con resultados cada vez más controvertidos.
En lo que al PRI respecta, incluso en aquellos momentos de desafío
mantuvo una de sus más grandes fuerzas: la mayoría de las
gubernaturas. Así lo entendió la nueva dirigente del CEN, Beatriz
Paredes, quien al asumir el cargo (el 4 de marzo de 2007, en el
marco de la IV Asamblea Nacional Extraordinaria) llamó a construir
“un PRI federalista que al mismo tiempo reivindique y garantice un
gran partido nacional”.

Beatriz Paredes durante la XX Asamblea Nacional Ordinaria del PRI, la acompañan


Manlio Fabio Beltrones, Jesús Murillo Karam, Miguel Alemán Velasco, Emilio
Gamboa Patrón, entre otros, ciudad de Aguascalientes, 23 de agosto de 2008.
Procesofoto.

Toma de protesta de Enrique Peña Nieto, como candidato a la gubernatura del


Estado de México en la sede del Comité Directivo Estatal del PRI del Estado de
México, 12 de febrero de 2005. Comité Directivo Estatal del Estado de México del
PRI.
Acaso por primera vez desde la derrota de 2000, el PRI asumió de Esto no solo fue percibido por los priistas, sino también por sus
manera plena su papel de oposición nacional, tratando de capitalizar adversarios. Con miras a los procesos locales de 2010 y 2011, en un
el descontento de la ciudadanía con el gobierno panista. intento desesperado por frenar el avance del PRI, el PAN y el PRD
forjaron alianzas electorales en algunos de los estados en los que se
Definiendo la socialdemocracia como la ideología del instituto elegía gobernador. En varios casos las coaliciones de la izquierda y
político, Beatriz Paredes se pronunció tajantemente contra la fallida la derecha lograron su cometido, y a raíz de ello comenzó a
estrategia de seguridad del presidente Calderón, y ponderó la barajarse la posibilidad de que panistas y perredistas fueran de la
experiencia de los priistas como la opción idónea para hacer frente mano, con un candidato común, a las elecciones presidenciales de
al bajo crecimiento económico y a las crisis de gobernabilidad que 2012. La idea fue por supuesto rechazada, pues prácticamente no
acechaban a la nación. Más allá de todo ello, el real, auténtico existían coincidencias entre los dos partidos más allá de la simple
mansaje de unidad proyectado en la reunión fortaleció consecución del poder (tal como se vio, por otro lado, en el
enormemente la posición del partido, sobre todo por concentrarse ejercicio de los gobiernos emanados de sus pactos), pero con ella
con un PAN y un PRD que se desgarraban en conflictos intestinos. Así muchos de sus militantes y simpatizantes aceptaron tácitamente su
se reflejó en los comicios subsiguientes. impotencia para presentar por sí mismos una alternativa
Ya desde 2007 el PRI había iniciado una promisoria racha de triunfos competitiva.
en procesos estatales, cuando –con Ivonne Ortega como candidata- Así pues, el PRI entró en el proceso sucesorio de 2012 como la
volvió al poder en Yucatán. Después, en el proceso federal de 2009, opción más sólida dentro del espectro público mexicano, como la
el tricolor gano 237 curules, más del doble de las obtenidas tres fuerza política más atractiva para la ciudadanía del país.
años antes y su mayor número desde 1997, y recuperó los estados de
Querétaro y San Luis Potosí. Con 43% de los sufragios emitidos (en El trabajo desde la oposición estaba por dar sus frutos, y no tardaría
alianza con el Partido Verde), el Revolucionario Institucional en ocurrir lo que
demostró ser la opción política hegemónica, el claro favorito para muchos durante
vencer en la justa presidencial de 2012. largo tiempo
consideraron
imposible: el
regreso del PRI a
la primera
magistratura del
país mediante
una elección
absolutamente
democrática.
Entrega de constancia de candidato del PRI a Enrique Peña
Nieto, lo acompañan de izquierda a derecha: María Cristina
Pedro Joaquín Coldwell rinde protesta como presidente del PRI ante Jorge de la Vega Díaz Salazar, Jesús Murillo Karam, Pedro Joaquín Coldwell,
Domínguez; en la mesa de izquierda a derecha: Diva Gastélum, Gerardo Sánchez Heriberto Galindo, entre otros, Ciudad de México, 17 de
García, Emilio Gamboa Patrón, Manlio Fabio Beltrones, Enrique Peña Nieto, María diciembre de 2011. Procesofoto.
Cristina Díaz Salazar, Enrique Jackson y Ricardo Aguilar Castillo, Ciudad de México, 8
de diciembre de 2011. Secretaría de Comunicación Institucional del CEN del PRI.

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