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Costos de comercialización:
Relacionados con las actividades de marketing y ventas, como publicidad,
promoción, comisiones de ventas, etc.
Costos de administración:
Corresponden a los gastos generales de la administración central de la empresa,
como salarios del personal administrativo, suministros de oficina, etc.
Según su variabilidad:
Costos fijos: Permanecen constantes independientemente del nivel de
producción o ventas de la empresa en el corto plazo. Por ejemplo, el alquiler de
una fábrica o los salarios del personal administrativo.
Costos variables: Varían directamente con el nivel de producción o ventas. Por
ejemplo, el costo de materia prima o la mano de obra directa.
Según el tiempo:
Costos a corto plazo: Son aquellos que se mantienen constantes o tienen una
variación limitada en el corto plazo, como los salarios del personal o los costos de
suministros.
Costos a largo plazo: Pueden cambiar significativamente en el largo plazo debido
a la reestructuración de la empresa, cambios tecnológicos o decisiones
estratégicas.
Costos históricos:
Se basan en los datos reales registrados en el pasado, como los costos incurridos
en un período anterior.
Costos predeterminados: Se estiman antes de que ocurra la producción o la
actividad, y se utilizan para la planificación y control de costos.
Es importante destacar que la clasificación de los costos puede variar según el
tipo de industria, la estructura de la empresa y los sistemas contables utilizados.
Una clasificación adecuada de los costos proporciona una visión clara de los
diferentes elementos que afectan los resultados financieros de la empresa, lo que
facilita la toma de decisiones y la implementación de estrategias para mejorar la
eficiencia y rentabilidad de la organización.
Costos fijos: En contraste, los costos fijos no varían en función del volumen de
producción o ventas en el corto plazo. Independientemente de si la empresa
produce mucho o poco, estos costos permanecen constantes. Algunos ejemplos
de costos fijos son el alquiler de la planta, los seguros, los salarios del personal
administrativo, etc. Es importante identificar los costos fijos, ya que su magnitud
puede tener un impacto significativo en la rentabilidad de la empresa a diferentes
niveles de producción o ventas.
Costos mixtos o semifijos: Algunos costos tienen una parte fija y una parte
variable. Por ejemplo, los gastos de electricidad pueden tener una tarifa base fija
más un componente variable basado en el consumo. La clasificación de costos
mixtos puede ser un desafío, y se utilizan técnicas como el análisis de puntos altos
y bajos para separar la porción fija de la variable y facilitar la toma de decisiones.
Según el control:
Costos controlables: Son aquellos costos que los gerentes y responsables de los
departamentos pueden influir directamente mediante sus decisiones y acciones.
Por ejemplo, los costos de materia prima pueden ser controlables si los gerentes
pueden negociar mejores acuerdos con proveedores o buscar alternativas más
económicas.
Costos no controlables: Son aquellos costos que están fuera del control
inmediato de los gerentes de departamento o unidad de negocio. Por ejemplo, los
costos de los impuestos o las regulaciones gubernamentales. Aunque no pueden
controlar estos costos directamente, los gerentes deben tenerlos en cuenta al
tomar decisiones estratégicas y operativas.
Según el tiempo de cálculo: