Capítulo 4. Hacia una modalidad de reprimarización modernizada
En este capítulo, se describe la última fase de la historia económica, enfocándose en el
inicio de un período de ajustes neoliberales a nivel nacional y regional. El autor considera el neoliberalismo no solo como una teoría económica, sino como una ideología completa. Estos ajustes neoliberales se derivan del Consenso de Washington, que recopila las medidas ortodoxas del FMI, el Banco Mundial y otras organizaciones multilaterales de crédito como el BID y la CAF. Acosta (2001) identifica diez componentes esenciales de esta "receta": disciplina fiscal y austeridad; reestructuración del gasto público; reforma tributaria; privatización de empresas estatales; adopción de un tipo de cambio competitivo; liberalización del comercio; desregulación del mercado financiero y apertura de la cuenta de capitales; facilitación de la inversión extranjera directa; flexibilización de relaciones laborales y económicas; y garantía de los derechos de propiedad privada. El objetivo de este conjunto de medidas, según el autor, es establecer un ambiente propicio para la participación de los países subdesarrollados en la nueva división internacional del trabajo. Estos mecanismos buscan transformar la economía mundial y han asegurado inicialmente los mercados para los productos de los países desarrollados. Acosta (2001) destaca la importancia de observar cómo la evolución de los ajustes se ha desarrollado dentro de la institucionalidad política. Por lo tanto, el autor se centra en resaltar cómo se implementaron estos ajustes en diferentes gobiernos a partir de 1980. Durante el gobierno de Osvaldo Hurtado (1981-1984), se dieron tímidos intentos de reformas, especialmente en términos de estabilización macroeconómica. La presidencia de Febres Cordero (1984-1988) generó expectativas de continuación exhaustiva de los ajustes neoliberales, pero esto no ocurrió a pesar de las declaraciones a favor de la apertura de mercados y la liberalización. El período de Rodrigo Borja (1988-1992) generó esperanzas de un giro hacia la izquierda y, por ende, un freno a los ajustes, pero en realidad se mantuvo dentro de los caminos de las medidas de ajuste e incluso profundizó el esquema neoliberal. El autor considera el gobierno de Sixto Durán Ballén (1992-1996) como una expresión discordante entre el discurso y la práctica neoliberal, lo que aceleró las medidas de ajuste. Situaciones similares se dieron con Abdalá Bucaram (1996-1997) y Jamil Mahuad (1998- 2000); sin embargo, durante este período ninguno de los presidentes se apartó de llevar a cabo los ajustes neoliberales. En el caso de Mahuad, quien fue influenciado por la bancocracia, se experimentó una de las peores crisis.
Acosta, A. (2001) Hacia una modalidad de reprimarización modernizada. En Breve historia