Está en la página 1de 10

9

USOILIDADENRED DENTROYFUERADELAWEB
Keitb N. Hampton

La sociedad red

El desarrollo de Internet y la generdizaclón de los ordenadores en el hogar


han puesto en marcha un debate sobre la naturaleza de la comunidad y el
modo en que la comunicación por ordeiiador afecầ a las relaciones sociales.
1Los anti-utopistas sostienen que. en uha sociedad en donde el trabajo, el ocio
y los lazos sociales se realizan a través de b Red (online), las personas podrían
prescindir de b necesidad de relaciones sociales basadas en la kcalizaci6n
fìsici. Además, consideran que las relaciones que se mantienen online son
menos signi£cadvas y profimdas que los contactos tradicionales, en persona.
Los utopistas dependen que con la сгеасібп de nuevas fbrmas de comunidad
online, la «comunidad viEmabf Internet ofrece un sustituto para lugares pú-
blicos tradicionales, como cafes, baies y organizaciones comunitarias, que se
habiG∣atro6ado durante el altimo cuarto de sigb (Oldenburg, 1989; Put-
nam, 2000). ،Afirman que las Agoras electrónicas de Internet liberan al indivi-
duo de las restricciones de b geografia サ unen a las personas en torno a nuevas
comunidades de interéồ que no están atadas a լա lugar concreto. Lo que este
debate olvida (si la comunidad est£ perdida o si ha renacido completamente
onliH¢) es que la smunidad hace tiempo que se liber6 de la geografia, y que
‫יי‬
276 KEITH N. HAMPTON LA SOCIABILIDAD EN RED DEN*ΓRO Y FUERA DE LA WEB
277

⅛H
Internet puede servir tanto para reconectar las personas a las comunidades nemos más a mano, cada vez es más íãctible buscar lazos sociales basados en
locales como para liberarlas de eHas. intereses comunes y ၊ identificación muшa‫ و‬sin necesidad de compartir 히
lugar La liberación de las resɗicciones del lugar proporciona a los usuarios de
Internet la oportunidad de explorar aspectos de su identidad pẻrsonđ ỳ de sus
٠ Auge ٠V decbe de և comunidad intereses que pudieran estar anteriormente reprimidos o no contar con una
Sīāāā֊ōrfti^dēGĪīō^ēīōĒjāīīīēā「…… i : : Li :… …… і 一 -

٦‫؛‬
Las preocupacEnes acerca del declive de la comunidad по se limitan a la so­ Aunque esta «cømumdad sin proximidad» cwabbeı1963 ,‫ )־‬по excluye la

‫د‬ ‫ب‬٦
ciedad red. Al menos desde el siglo 5gx, los académicos ha* debatido de qu^

‫؛ز‬
posibilidad de que la gente pueda formar lazos sociales basados en el lugar

‫ق‬
forma los cambios sociales y la innovaci6n tecnológica afectan а la comuni, compartido, sugiere que la similitud de mtere^es es más importante en la for-
dad (Tinnies, 1887; Durkheim, 1893). La ifansici6n de la sociedad agraria maciGn de relaciones sociales que là smúlitud de entorno٠ En realidad, la ma­

। ၊။ ‫ج‬
preindustrial a la sociedad industrial rưbana también fue acompañada por yor parte del apoyo social que las persdnas necesiten para fimcionar día a dia

‫ز‬
cierta preocupación sobre los cambios en la estructura de las rebelones inter­ procede de silentes externas al elitomo local (rischer, 1982; wallman y otros,
personales. Se decía que, en el entorno urbano, «los vínculos de parentesco, 1988). La incapacidad para considerar la posibilidad de que los lazos externos
de vecindad y los creados por sentimientos que surgen por vivir juntos du­ al entorno Ibcal pudieran proporcionar reciirsos de apoyo Ilev6 a algunos a
rante generaciones, están ausentes o son, en el mejor de los casos, muy débiles concluir que el entorno ÍKDano efa fespohsable del declive de 以 comunidad
ensuconjumg» (Wirth, 1938: 11). StanleyMügram (1970: 1465) describía (‫י‬Hlman1979 ‫)و‬.Lusdo se definen las comunidades como lazos informa­
la «aceptación de la f⅛lta de participación, la impersonalidad y la distancia les de sodabilidad, gpoyo'e identidad, ·raramente se ttata de la solidaridad
de la vida urbana», que venía acompañada de «actitudes de indiferencia ha­ vecinal, ο incluso de grupos tupidos de parientes y amigos. Las comunidades
cia el comportamienm anormal о grotesco»; upa descripci6n notablemente consisten en lazos de parientes distantes, laborales, de grupos de jnter6s y de

Т
parecidas la que publica la prensa popular sobre Internet: «Considero que vecindad que juntos forman una red de ayuda, apoyo y control social. El es-
las personas están desarrollando una actitud de mayor indiferencia hacia lo tudh de las redes sociales ha demostrado que aunque las comunidades estén
impensable, a medida que aumenta nuestra sobrecarga informativa» (Lac­ con &ecuencia formadas por relaciones aıspersaS) todavía proporcionan un

湿頂蕊ゑザ拿ミ岩武窓;
tis, 1999). «Internet nos permite ocultarnos tras una pantalla en lugar de 61erte apoyo a las personas (para un resumen, v⅛e !banj 1999).
actuar cara a cara con otros humanos. Aíslạ a los individuos, que Hegad а Aunque las preocupa이ones por la pérdida de comunidad no son nuevas,
olvidarse de lo que es la comunidad real {…]las comunidades virtuales están mdltipl» pruebäs indicó que durante los Últimos treinta asios ha existido
aumentando la fragmentación de la sociedad» (Angsioco§ 2003). Lo cierto un considerable declive d© 14: comunidad en la forma que Robert Putnam
es que quienes describen los cibercafés como impersonales, super6ciales.y QQGQİ| ‫ي‬၊ً‫آا‬١‫غذ‬.>‫؟ةحع‬١‫ذح؛آ‬. &b&4$.£6 Boẁling Alone: Tbe Collapse and Reυi-
transitorios, muestran la.núsma preocupación por la p&dida de las relacione§ val ofAmerican Community Qugando £16s'bolos en solitario: hundimiento
basadas en el lugar, bien entretejidas y que proporcionan apoyo en t&minos
Ϊ^ ί 錯 讀 上 受 渣 サ 侯 モ
y renacimiento de la comuìiidad Şihericanaj, Piìtnam descubre que la gente
generales, quequienes motivaron anteriore¿ debates sóbrela sociedad 1ndu⅛J pasa inenos tiempo con amigos, parientes ý vecinos; que son más cínicos y
trial urbana. 「 ス; que participan menos en asociaciones ü organizaciones. Posteriormente abor­
Gomo la ưansiũón de la sociedad rural а la-urbanaLİa transiciGn а la da nÉerosas posibles causas de este declive, 'entre 146 que se ehcuentrM la
sociedad red libera al indi٦aduo de la «mezquindad y los prejuicios» de la€ re­ residencia en barrios periféricos, la globalizaci6n, el camDio en las estructuras

laciones «orgGicas» tradicionales (Simmel, 15り0). Internet reduce la:fricci6n familiares ỳ läs presiönés financieras y temporales. Ћаз excluir en gá parte
।^ ^ ။

del espacib (ei tiempo y el coste necesarios para comunicarse a trav& de la dis­ est6s factores, PütñÉ se centré en la televi§i6n c6m6 el agente que más ha
tancia) más ae lo que padían hacerlo las tecnologías del medio urbano (pot influido efi el d&cliVe del capital sodal, a6rmando que el tiempo que sé dedicà
ejemplo, el tren, el automovil yd tel+fbno)∙工总 reducción de la тссібп del а la televisión sé súsứảe ả la participación en otτas actividades, princip⅛en-"
espacio, combinada ωη el acceso a,una gran pobl3ci6n heterogénea,;facilita te Aquellas٠ que se feNlizstn■,filersļ de:,icaca (Putnaπi⅛ ■ ٦ 238)1
q ‫ ل ت‬.2000: ‫ غ‬La‫ י‬cantidad
,٠ ...±j de
‫؟؟‬

q ٠ ٠Ề ՛ .
la capacidad de los iỉidividuos para crear rebelones que resultaban:imposibles organizaciones comuiútariãs y otros «terceros lugares» que ofrecen oportuni‫־‬
anteHoEmenteLALno-estar-ya limigdos a rdaGiGnafnQS con aquellos que te- dades para la interacci6n ∙p1iblicd fi1era del entorno dom&tico ha süfrido ‫س‬
။။ 毆 、
278 KEITH N. HAMPTON IA SOCIABUIDAD EN RED DENTRO Y FUERA DE LA ‫־‬WEB 279

descenso.(Oldenbiưg, 1989). La gente es cada vez más pmpensa a socializar usuarios norteamericanos de Internet había aumentado hasta el 59 por ciento
en pequeños grupos en los hogares en vez de hacerlo con grandes grupos en de la población (Ιaylori 2000), la proporci6h de usuarios miembros de al
espacios pijblicos (Wellman, 1992; 1999:31-32). menos una comunidad digital había menguado hasta Ш110,4 por ciento; Por
| El declive del Capital social observado por Putnam (2000) viene Odien­ 1Ö general, 5613 los internautas m^s antiguas y los más despieitos teenológi-
do desde hace demasiado tiempo como para asociarlo con los ordenadores caniente participan en comunidades digitales (Katż y Rice, 2002: 245-246).
en el hogar o el uso de Internet. Aunque este ļiltimo comparte muchas cạ- Con iLrta бассібп tan pequefia de иѕиаНоѕ de Internet participando en el
racterísticas con la television, tambidn lo hace con tecnologías menos pasi­ ágora virtual^ ¿qué podemos decir de la promesa Utópica que sostenía que los
vas, como el tel&6no (que, de cualquier modo, tambi&ı ha contribuido a espacios electronicos sustituirían alos espacios públicos perdidos en la llanura
incrementar el individualismo). Claude Fischer (1975) afirma que aunque el cartesiana?
teléfono ha.permıtıdo que ]as personas mantengan un gran n|lmero de lazos Al igUal que ocurría c6n anteriores preocupaciones sobre el ambiente иг-
sociales, ha trasladado la comunicacion de los espacios públicos alos hogares. baño y la perdida de comunidad, buscar la comunidad en un linico lugar
El aumento del n1imero de teiefbnos m6viles y de la informatica sin cable (sea el vecindaHo o el ciberespacio) По es la manera adecuada de descubrir las
ha trasladado la comι^nicagi6n mediante ordenador de la casa ala calle, perg relaciones de ароуо comunitario. Quien considere läs comunidades virtuales
también puede sostenerse que cuando las personas utilizan aparatos móviles, como medios con unas SonterNs claramente definidas cóne el peligro de ig­
se aíslan de los espacios públicos creando esferas privadas de interacci6n mó٣ norar la posibilidad de que las relaciones virmalas trasciendan a la vida real, y
vịl. Muchos expertos temen que Ințernet, los telefonos m6viles y otras for­ privilegia ^ Internet como g sistema social separado. Las redes s٥ci¿es son
mas de comunicación mediante ordenado‫ ؟‬separen alag personas de la esfera trasversales y multi-ramificadas. Largente utilize, multiples m&odos de со-
pliblica, exacerbando la tendencia observada hacia la privatizaci6n y hacia el municación para mantener sus comunidades: el contacto directo, el telefono,
hogar 8R10 lugar central. cl Correo postAl, el correo elegtrSnico, los chats y otros medios digitales: Las
relaciones que se inician en Internet pueden trasladarse al mundo real, y las
rebciodes de amstady parentesco existentes pueden mantenerse onlihe. S610
La comunidad virui:ざ必以 esperanza fora manana? la observación del uso de Internet en la vida cotidiana puede permitirnos
comprender la forma en que se combina con otros medhs de contacto social
La «comunidad virtual» ha coriựibtúdo mucho a resaltar la posibilidad de para mantener las relaciones comunitarias.
creación de comunidades mas alla de los conhnes del espacio geografico. Los
entusiastas dependen que los espacios eleçtrónicos,‫ ؛‬como los dominios multi「
usuarios (p.e. MUDs, MOOs y MUSHs) y las ayenturas gráficas y juegos de Comunicación mediante ordenador en la vida dia⅛
rol (p٠e. los Sims online y otros MMORPGs) proporcionan un nuevo amc>1t0
de espacio publico (Mitchell, 1995), y existen aparentemente innumerables P⅛eras muestrns
relatos de c6mo el ciberespacio puede facilitar la creación de nuevas comuni­
dades ae interés (Calhoun, 1998). Algunas llegan а sugerii que las :&onteras El estudio «Homenet»‫ ل‬que ef⅛ctuaron 'Kraut y OƯÕS (1998) fue uno ae los
entre el «mundo real y el virtual, lo animado y lo inanimado» se hạn disvimi- primeros que se realizaron sdbre el uso de Internet en la vida diAri△ y Conti-
nado (Irkle, 1997: 39). núá siendo uno de los más completos; Kraut y colaboradores entrevistaron
Sin embargo, seglin la mayor parte de los informes, .las csnunidades onli­ a participantes de 93٠ Unidades familiares en dcho vecindarios de Pittsbıırg,
ne no son a⅛ un componente predọnỊÌnante de lay experiencias en Internet Estados Unidos. A dada uno se le suministraba un ordenador, una línea tele-
de la mayor parte de SUS usuarios regulares. Las encuestas telefónicas a usuã f&nica y un núinêro de acceso a: Intetnet gratuito. S616 se‫ ؛‬ekg1ef6n aquellos
rics ņorteamericaiios realizadas por el Proyecto Syntopia descubrieron que en bogares que ño habíÉ tenido experiencia coh oraenadores.o Internet én casa.
1995, cuando un 9 por ciento de la poblaci6n estadounidense tenia acceso L6s participantes fiieroh entKevistadds dos Veces, una antes ae recibir el a&e-
a Internet (T3ylor, 2000), solo el 25,5 por ciento de esos usuarios afirmaron so a Internet y oừà de 12 a 24 meses después. El equipo concluyo afirmando
ser miembrps de una comunidad digital. En 2000, cuando la ρroρorci6n de que ‫ل‬nteŕnet esa semejante a lg tdlev1s1c⅛ en el sentido de qUe se apropiaba
280 KEITH N. ≡PTON LA SOCIABILIDAD EN RED DENTRO Y FUERA DE LA WEB 281


de tiempo destinado a actividades más sociales. Se asociaba el uso de Internet A los participantes se les proporcionaba una cohexi6n a>b,Γ∖ζ un sistema
con ga disฒnuc‫ئ‬ón‫ ل‬relativamente pequeña pero estadísticamente signi£. que permite a los usuarios acceder a Internet medíante un aparato conectado
cativa, de la cantidad de tiempo que los miembros de la Gmilịa dedicaban 21a televisi6n, y se les solicitaba que contestaran preg^tas conectaos a SUS


a comunicarse unos 8Ո otros, del tarøaíio de las.redes sociales dg los parti। televisores. ‫־‬W^bTV sumle se[ el sistema escogido por los usuarios de Internet
cipantes y del bienestar psicológico. Ķraut y çolaboradores (]998) también 8η menos experiencia, que a։in no poseen un ordenador en casa y que по

干뷩
ënconttäron relaciones negativas, aunque no estadisdcaxnente significativa§; ٠āb‫־‬g٢l٢ffiiilidāa~āêūīīā‫״‬côiÔnplênī1٢Intêrīīêt;nô٦Ête

แ ^ เ ‫ייייי יי‬
entre el uso de Internet y el esưés, el tamaño de las redes sociales lejana5 de manera de comprobar si el uso de esta tecnología puede haber afectado a los
los participantes y el niimero de per§onas a quienes eptos creían que podían resultados del estudio. — ........................ 一
acudir en busca de apoyo social. Cada metodología tiene sus fortalezas y sus debilidades. No obstaňte la
Norman Nie y Lutz Erbring (2000) confirmaron los descubtimềntos de mayor inquietud respecto a las averiguaciones du Kraut y otros (1998) y de

٠
Kraut y colaboradopẹs en ụna encuesta a máş de dos m□ usuarigs de Internet. Nie y Erbring n6 se debía a su metodologia, sino al modo en que tanto ellos
E] 5 por .ciento a£rm6 dedicar megs tiempo a acontecimientossociales, el 9 como la mayor parte de lós anti-utopistas de Internet enmarcan su liso. Al
por ciento pasaba menos tiempo con los amigos y la &тШа, y 17 por ciento igu^ que ocurre con los entusiaắầs de là cbmıuUdad virtual, estos esEdios
admitid una reducción de los çpntaçtos telefónicos. Ademas, averigu"on que tienden 導 privilegiar а Internet сото si suera un sist£m2 social separado de
quienes pasaban más tiempo conectados solían ser m^s proclives a reconocer todos los Otros métodos con quis Cuentan la^persbnNs para comunicarse. Se
un descenso de los contactos socides. AỊ igual que Kļaut y colabomdores pasaporako l%utilizaci6h de la Сотипісасібп mediante ordenador para man­
(1998), Nie y E^bring (20Q0) conduyerpn §ostgnigndo que «Intçmet podHa tener laš redes sociales existentes y para la creaci6n de nuevos lazos soziales,
ser lo Utinio en tecnologìa del aislạrniento, capaz de reducir nuestra partid- o se considera; insignificante. Limitando el análisis a las comunicaciones con
pación en cpmumdades aún másde lo que lo hicieron !tes los automóviles miembros de la red fùera del ciberespacio se niega la posibilidad de qqe la 8-

⅛∣
o la televisidn» (Norman Nie, citado por 02000 ‫ل‬1‫ئ‬0‫ل‬€‫)د‬. Debe señalarse, municad6n mediante ordenador pudiera Sustituir a otras formaidé contacto


no obstante, que la gran mayoría de los participantes en el esmdio de Nje y social. Es imposible determinar si el tamaño de las redes sociales personales, 6
Erbring (2000) afirmaron no haber experimẹmado ninglín cambio en sus ac- la frecuencia de contacto, disminuye como consecuencia de[ USO de Internej
tỉvidades sociales como rgsul;tado del uso de٦Internçt, y algıınos reconocieron o si Internet permite a las personas mantener sus lazos sociales de forma di-
un aumento. Nie y Erbring по inferman sobre la relaci6n entre tigmpo CO-

။ ‫ י‬เ।^ แ ။ แ
negdo a Internet y la арагісібп o no de cambEs en los contactos sociales.
Ha habido alg≡as eríticàs sobre la metodología empleada por Kraut y
otros (1998), y Nie y ErbriRg ,(ZØOQ) (pø Carqso, 4 29§; Sqheer, 2000). Por
ejemplo, la muestra utilizada por Kraut y sus colega fhe no-aleatoria. Los
participantes se extrajeron de grıiRgs comunitarios y escolares preexistentes,
que podían haber experimentado un descenso en la participad6n y el coiitac­
to social relacionado con el uso de Internes. La utilizaciÓA de participantes
sin experiencia prevea en Internet dejó abierta la posibilidad de que el efecto
£fente/mediante un nuevo medio de comunicaci6n. Por otra paite, hterriet
podría induso facilitar que el tiempo dedicado a los contactos persondes o
telef&iicøs se reinvirtiera en manteher r*lacEne6 con un n|imeto mayor de
miembms de rede¢ sociales oπline^cθmo осіиніб cuÉo se adopt6 el uso del
Telefono (Fischer, 1992). Ειϊ reälidad, el 90por ciento delbs participantes eh
la encuesta de Nie y Erbring utilizaban el correo electr6nico, 10 por ciento
participaba
р .," Р ^n chats
* · para comunicassi
. . ٠ i familiales,
‫ י‬coli 1 d. 12
d por ciento. 16 Ìһа­
cía para comtoicarse con ligos que tendan desde antes de estar conectados»
y 16 por ciento afirmaron usar los chats para relacionars^coh amigos miEvos
observado por su ĮL1SO, en los contactos sociales y en el bienestar psicológico que habían conocido online. : ‫י‬
filena calcado pqr la cİEcunstanda de ser nuevos Ltsuarios, y no directamente Puede aducirse que la «presenciAsocial» (Shorty OỪOS, 1976) o la «rıqufza
resultado de la utilización de ;Internet. ,]‫ ع‬ftusttacion;asociada con el apren- mediática» (Daft y Leng& 1986) de la сотипісасібп mediante ordenador
.dizaje del uso de Internet y dql nuevo ordenado[ de la casa, eşpeciàente si provoca el intercambio de menos sefiales sociales que las que se experimental
no satisfece las expectatiyaw migialef, puede habej aumentado el esnés3 afee- con la mteracción cara а cara, pero hay pocas dud&s d۶ que piieda ser usada
tadq la c0m≡icaci0n :ĥmilia^ y: fomentado mayores niveles de aỉslamềh/o para el infercambM de ayuda у ароуо, (p.e., Ha>٢th٥rnów^te У Hl‫ع‬nan^
|‫י י י י י י‬

y dep£esi6n. Aunque Nie y Erbring (2000) ẹycogieron una muestra aleatoria, ;998); Si queremos explicar el efecto de Internet sobre las relaciones sociales
utiliNaroIi UíiapaetodoSgRparalaenquestapocohabjtualynQ comprobada. exclusiOamence mirando al Ciberespacio e ignorando la red de felacione* s6i
282 KEITH N. İPTON LA SOCIABILIDAD EN RED DENTRO Y FUERA DE LA WEB 283

ciáes que se extienden a otros escenarios, o despreciando el valor de los lazos 263) describen datos similares en el Syntopia Project: más del 10 por ciento
digitales para el apoyo a nuevas y antiguas rebelones de comunidad, no сот de los usuarios que hacen nuevos amigos online tienen encuentro§ reales con
seguiremos apreciar la naturaleza trasversal de la comunidad, incluyendo las estas personas, y el 85 por ciento afirmaron que estos encuenưos 8n amigos
muchas maneras y 105 muchos lugares en los que las personas interactúan. digitales [esultatoli experiencias positivas.
El rechazo de 106 laz6s sociales online por insignificantes puede hacer que
excluyamos relaciones que tradicionalmente serían consideradas fiuıdamen-
Unajbrma de comunicación entre muchas tales en la red de apoyo de una persona. En una encuesta telefónica aleatoria
realizada en 2000, el Pew Internet and American Lise Project descubrid que
Recientemente se han pubEcado una serie de estudios que reconocen el valor 79 por ciento de los internautas norteamericanos utilizaba el correo electro-
de la comunicaci6n mediante ordenador —como un medio adecuado de so- nico para comunicarse con &miliares próximos y lejanos (Horrigan y lùinie,
porte del contacto social— a la vez que eyaltian holísticamente el impacto de 2002: 9)٠ Utilizando la misma muestra durante el periodo de un äo, este
Internet sobre los vínculos digitales y leales (٠«¥M٠ Como la. proporción porcentaje creci6 hasta el 84 por ciento; 31 por ciento de estas personas CO-
total de usuarios de Internet sigue aumentando, 105 estudios recientes pueden menzaron comunicándose con parientes coii qqịenes apenas habían tenido
ofrecer una visión más fidedigna de su uso en la vida cotidiana. Del mismo contactos con anterioridad (Howard y 0Ứ0S, 2002: 68). Contradiciendo el
modo que no podía comprenderse el telefono simplemente observando los supuesto de que la presencia física es necesaria para là soçiabmdad (véase Nie
primeros hogares de la dudad que compraron un aparato, los usos sociale§ de y otros, 2002), gran parte de qrnenes enviaron coseos electMπicos a familia-
Internet dependen de la existencia de una masa crítica de usuarios portene- res lo hicieron en busca de consejo y apoyo social. La proporci6n de usuarios
cientes ala red socid de uno mismo. De hecho, la mayoría de los estudios re- de Internet que utilizamn el correo electr6nico con estos fines aument6 entre
cientes, induyepdo un seguimiento del «Homenet» de Kraut y otros (2002), 2000 y 2001 (véase tabla 9.1). El poicentaje de quienes buscaron consejo de
avanzan conchisiones más optimistas respecto a los efectos de Internet sobre SUS &miliares aumento del 45 por ciento en 2000 al 56 por dento en 2001;
los lazos sociales. el porcentaje de quienes usaron ‫ ل‬correo electrónico para comunicar alge que
Confirmando la hip6tesls que suponía que los participantes en el primer les preocupaba aument6 del 37 al 44 por ciento. No s61o creció la tendencia
estuilo de Kraut (1998) experimentaba una dismlnuci6n de 5US redes socia- а buscar consejo y a comentarlas preocupaciones qon los familiares, sino que
lesj de la comunicación con sus £miliares y de su bienestar psicologico como el crecimiento fue especialmente pronunciado entre los usuarios más nuevos.
resultado de ser nuevos usuarios de Intemet, y no directamente por causa de A medida que una mayor prqporcidn de población se conecta a Intemet, ge-
su uso, im esmdlp de seguimiento de tres aíios descubrid que los efectos nega- nerahĩiente aumenta la propgrci6n de usuarios que forma parte de las redes
tivos atribuidos originalmente ‫ ك‬uso de Internet se disipaban con el tiempo. sociale& de una persona, por 16 que cada vgz es más fåcil para nuevos y más
Kraut y otros (2002) constatan que los usuarios más Recuentes de Internet eχpgrtos usuarios la utilización del correo electrónico y otras tecnologías de
aumentaron el tamafÍG de sus redes sQCİales, participaron en una. mayor inte- Internet en el iņtercajņbio de apoyo social.
racción cara a cara con amigos y biliares y se implicaron más en actividades Los estudios sobre Internet que ŗeconQC£R el potencial de la comuni-
comunitarias (2002: 61)• Concluyeron asimismo que Internet res미taba espe- caciøn mediante ordenador para el manțenimientg de los lazos sociales, y
.cialmente efectivo para ayudar a encontrar nuevos lazos de amistad a quienes que examinan las redes de ‫؟‬elaciones sociales de las personas, en Internet
tensan bajo nivel de apoyo social (2002: 67), yen e] mundo real, şuelgi 8nc]uir con E£5111tados má¿ optimistas sobre la
Reconociendo la naturaleza trascendente de los lazos sociales —principal- suçrte de las rebcion&s soziales en la sociedad red. Sin embargo, al examinar
mente que las relaciones que se ınıcxan online по tienen por qué permanecer el■ rol de esta nueva tecnología en la vida cotidiana, pocos han abordado
online—, ‫ ل‬Insonne sobre Intemet de la Universidad de California en Los directamente las preícupacEnes sobre la relación entre uso de Internet y
Angeles (2000) descubrid que alrededor de una cuarta parte de los usuarlos creciiņiento de la importancia del ámbito privado. Tal ve* Internet está
han conocido а algWen online (una media de 12,9 nuevos contactos cada sirviendp para conectar personas online y en la vida leal, pero ¿está a su vez
uno), y un 12 por ciento habían trasandido las relaciones Agítales al mun- trasladando la interacci6n del ámbito publico al еррасіо del hogar y a otsas
do real (una media de 5>6 nuevas amistades personales). Katz y Rice (2002: esferas privadas?
녀斗까廿礫虑
^ ^^‫ן‬
284 KEITH Ν. İPTON IA SOCHDAD EN RED DENTRO Y FUERA DE LA WEB 285


Tabla 9.1 Búsqueda de consejo de la f⅛ilia (% de respuestas positivas) personas tienden a cultivar menos lazos de vecindad sólidos. El acceso tiene
tanta importancia como las similitudes sociales a la hora de determinar la
£Utiliza еі сопеӧ electrónico - է Utiliza el correo electrónico probabilidad de fbrmaci6n de vínculos. El modelo de relaciones sociales со-
para pedir 8nsqjo aj%mtlia-∙ para coiņentar .preocupado- nocido como «homofilia» ،la tendencia a formar lazos sociales con aquellos
力%乙 pes confiímiliaresí que se parecen aio mismo=^ est£ tan relacionado con el deseo á asociarse
Usuarios totales 2001 / 56 44 a otros similares como con la tendencia que tienen las personas simịlares а
Usuarios totales 2000 45 37 participar en actividades Comunes (Feld, 1982; McPhetson y otros, 2001).
Veteis en 2001 60 46 Los vecindarios norteamericanos generalmente carecen de oportunidades
Veteranos en 2000 49 41 institucionales que faciliten el contacto social, y las instituciones privadas
Nivéỉ medio en 2001 que permiten la interacción social (caíes, bares, organizaciones comunitarias
51 45
y otros) están eh decadencia (Oldenburg, 1989; Putnam, 2000), y en muchos
Nivel medio ей 2000 42 37 casos se encuentran ausentes del paisaje suburbano (Jacobs, 1961). sencilla-
Nivel elemental en 2001 58 45 mente, apenas existen opommidades para que la¿ personas &agüen vínculos
Nivel ekmental en 2000 45 33 sociales locales.
Novatos 55 :41 Lo que Internet ofįece, a dif⅛renda de otras formas existentes de comuni-
сасібп, ės una manera de superar las barrefas para la formacidn de estos vin-
Nota! preguntas realizadas a todớs los usuarios de Internet que. usaron e-mail con familiares culos locales. Del mismo modo que lbs espacios comunes del barrio, como
η= 862 en matzo 2001; n≈ 723 en marzo 2000.
Véteranos =‫ ־‬ẹpnẹctạđps>3_ạộosỉ myẹl me(ỉí〇 = ænectados M años; nivel dementai ‫ ا ط‬afio coneçta- parques ο centros comunitarhs, pueden utilizarse para Incrementar la forma-
dos en 2000; novato5 = primera conexión entre 3/00 y 3/01. Zi6nde vínculos Ií+alesylapartiapací6n8mun1tar1a (Кио y otros, 1998);
la disposición de lugares viròiales comunes puede ficüitar una interacci6n
Fuente: Horrigan y Rainie (2002).
similar. La solud6n, sin embargo, по se encuentra generalmente en las sofis-
ticadas comunidades virtuales que exigen que los integrates participen en
conversaciones á tiempo real (por ejemplo;grupos de chat, mundos virtuales
Intit comoĵctcilitaibr local
y otros). Las comunidades virtuales sUelen estai pobladas por s61o una ре-
Las preocupaciones sobre el deterioro de la comuhidàd como resultado del
prosso de ٦ưba11ízación sólo se redujeron cuando se Acept6 que las řelacio-
nes ae apoyo prestadas por està pueaen encongarse tuera del escena□o del
vecindario (Ẅeúmà, i999). Sm excluir la pòsibiliclad cle desarrollar fùertes
။^ queña proporción delstai de internautas^y con secuencia requieren poseer
un conocimiento especializado y habilidades informáticas. El potencial de
Internet para facilitar la interaccidn local procede de su capacidad para ser
utilizado como uni forma: asìncrona de Com≡icaci0n que puede Uegar a
otros п6 s610 de uno en uno, silio de uno a muchos.
apegos vecinales, la heterogénea pob]aci6n ٦ưbáná permitís que las personas
La comuhicacidn asìncrona Bülita. la flexibilidad temporal: las personas
ubicisus intereśes similarĕs en escenarios diferentes cuando seleccionaban
puèden leer ٠ÿ responder la corťéspondencia a: la hora y en elTugar qııe les
於号라岳洋齿占야电러히

3由 İäzOs soci⅛Jes (Fiscnet, 197‫وح‬.1‫ئخغغ‬6‫ ًا‬amplía radicalmente esta tendencia


ahtenor, perm1□endo ei acceso а una p6bl2ci6n aún mayor y más heterog& resulte conveniente.: Igualmente, la capacidad de transmisidn de la t0∏1u-
nica&6n mediante ordenador elimina los costes asociados a tener que ir de
nea* No pbstánte, existe una paiadoja en el modo en que Internet: Configura
las relaciones sociales: a≡que la co1humcaci6£ mediante ordenador reduce puerta en puertä paia orgaiiizar actividades y busdar apoyo local. «С?т。
buscando im r⅜foι⅛iliaΓj la gente acude a la bandeja de enưáda desu
min másla rncci6n del espacio, tambi&ı puede ^cilitar las interacciones lo-

correo elecu6nico y se polie al dfa de 16 que ocurre en sus comunidades,


‫كبيجتمج‬

eaks: ‘;,「 .,i, . - . .


participando Cuỉaĩido es adecuado hagrlo, peto 8Ոsecuencia simplemen-
La d⅛sponibmdad de uria enoíme y diverga población urbana ¾ más Ге-
٠ ‫يي‬

te 6bme1٦@ndQ» Øi^mpSn y %Ql!man, 2003; 286). Cada vez existe may?F


cientemente‫≡ د‬a enorine y diversa población onlinć^ con subculturas adap-
näero de prUebas que Sugieren qUe Internet föciliia la «glocalizacic^ñ»,!^
٠

tadas а cUalquier tema de interés, es s610 una de làs q por las que là5
Р razones
‫ج؛آي׳ًالقح־‬

q ad6pci6n de tecnblogíassglobaleS pWra sU uso 1061. Un sondeo realizado p٥r


၊ |٠ ٠ ‫ت‬
286 KEITH N. HAMPTON LA SOCIABILIDAD EN RỒ DENTRO Y FUERA DE LA WEB 287

KRC Research (2003) a petición de Oracle Corporation a 4.500 usuarios de (formales e informales), y caminar por el vecindario, charlando y mirando.
Internet en nueve países, averiguó que en Francia, Alemania, Italia y Estados Así se consiguió observar las relaciones entre las interacciones virtuales, on­
Unidos, uno de cada cuatro e-maüs no sale del edificio en que se origin6. line, ylos encuentros locales, en la《<vida real», en la pantalla, en las calles y a
En el: ámbito residencial, eLpotencial de una comunidad local relaciona­ mvds de una encuesta a los residentes.
da mediante tecnoỉogías de la in£)m1aci6n (TI) reside en su capaddad para Los residentes conectados y los no-conectados de Netville parecían nota­
observar los sucesos sociales de la comunidad, su capacidad para rețransmitiF blemente similares eh t&minos de estilo de vida, fase del cido yital y tiempo
infbrmaci6nalos otmsysu potencial para coordinar actividades enelmundcı de residenda en Netville (Hampton, 2001: 64-65). Lo que resultaba con­
real. siderablemente diferente era la estructura de läs redes sociales locales de los
conectados. Cuando se mostré a los encuestados una lista de todos los otros
residentes adultos de Netville y se les pidi6 que identificasen aquellos cuyo
Una comunidad local comunicà mediante TI: Netυille nombre reconocían así como su frecuencia de interaccidn, el sondeo confir-
m6 lo que ya se había revelado en las pantàUas de ordenador de las casas del
«Netville» es un ejemplo del modo en que puede utilizarse la comunicación vecindario: «He paseado mUcho 0ОГ el barrio |Stimamente, y me he dado
mediante ordenador para &cilitar la participaci6n local. Sin características cuenta de alg^a5 cosas.∙He V1st6 a vecinos hablando como si hubieras sido
aparentes que lo d½renden de cualquier otro suburbio canadiense, lo que amigos durante muchos aíios; he percibido una cercanía que no se siente en
hace notablemente distinto a este barrio residencial de casas unifamiliares muchas comunidades" (cita de la lista de correo electrónico del vecindario de
del área del Gran Toronto es que ftıe uno de 135 primeras urbanizaciones del Netville,1998).
m≡do constŗWda desde sus orígenes con una red local de banda ancha y En сотранасібп con los residentes no-conectados, los conectados reco-
alta velocidad. Los residentes con acceso a la red informatica local tenían nocíah 3 veces mas Vecinos (una med⅛ de 25,2), hablaban reglUarmente con
libre acceso al navegador W⅛b de altw velocidad (10Mbps), un videoteléfono, eUos el doble de veces (coh una mecua de 6,4 vecinos), y durante los tres те-
una máqrnna de discos virtual, asistencia sanitaria online, diversos juegos y ses 5teriore^habian realizado un 50 pór ciento más de visitas (a una media
aplicaciones educativas online, y un foro de debate elecưónicọ que permitía de 4,8 vecinos) (Hampton y ՜Wsllman, 2003). No s61o se comunicaban en
а los residentes transmitir mensajes a otros vecinos. Aunque la intenci6n del Internet y en persona, sino qủe adem2s los residentes conectados habían en­
pioi^ctor de las viviendas era enganchar todos 105 hogares de Netvüle a esta viado unø medE de cuatro cbrreos eldctr6niEos personales а SUS convecinos,
red, 5610 64 casas de las 109 que comprendía la comunidad Rieron conecta・ y habían hecho cuatro veces más llamadas telefónicas locales que su contra­
das. Las restantes 45 viviendas nunca llegaron a conectarse a la red, a pesar de parte no conectada.
que cuando Hieron compradas se asegur6 que se haría. ‫־‬AÉqủe los residentes conectados obtenían una mayor media en recono­
Netville también es ⅛ica porque fue la sede de una de las primaras investi­ cimiento de nombre하wisitas y frecuehcia de comunicación con SUS vecinos,
gaciones alargo plazo sobre el modo en que las comunidades virtuales inflà cuắd0‫؟‬se iatfodujeron los controles estadísticos sobra características demo­
en las 8mtιmidades locales. En .un intento por reconocer que ]as interacciones gráficas —edad, genero, eduaci6n y ocupación de la residencia— result6
online eran un subconjunto del total de interacciones que podían tgner lugar aprente que el acceso al dominio virtual de Netville tcni± SU inayor reper-
en Netvilld y que los vínculos virtuales podían desempeñar un importante cusiGn sobre los lazos vecinales relativamente débiles (Hamptdn, 2003). En
papel para el respaldo a las relaciones tanto virtuales como reales, se considers rEalid£d;la mwyor parte da los horteamericanos no tienen un grail niimero de
desẹable no sólo reaỊizạr detaUadas entrevistas a los residentes, sino completar fhertes la265 eh el ámbito del vecindario (W⅛llman, 1979; Fischer, 1982). Es
≡ estudio ețnogMfigo y observar la vida cotidịana eR el vecindario ċonecta- sencillahiente más c8mod6 establecer reladiones sociales con otras personas
do. La investigaci6n se llevd a cabo desde octubre de 1997 hasfa agosto de similares fuera del entorno vecinal. El accesb a la comunicación mediante
1999 a partir de un piso bajo del barrio. El apartamento proporcionaba ac­ ordenador ©n NetviHe file gs@nciaparw facilitar contactos sθciales frecuentes
ceso abmisma tecnología de mformaci6n y com≡icaci0n de que disponían coiiun gran n&mero de、lazos godiales comparativamente debiles. Loque рие-
los 0Ư0S residentes de NetviUe «conectados», y permitía trabajar desde caẫ, de no ser idinediatamente apatente es que 16s víncWos debiles han demosgf
participar en actividades online, asistir a todas las reuniones locales posibles do ser ≡a forma valiosa de capital Social, al proporcionar acceso a diversos
288 KEITH N. HAMPTON LA SOCIABIUD∠ω EN RED DENTRO Y FUERA DE LA WEB 289

‫ייי‬
círculos sociales separados de las redes «homofílicas» de vínculos fhertes. A un ayudar a superar la inquietud inicial siente a las interacciones mediante TI.
nivel individual, proporcionan un puente haçia ciertos recursos que, de otro Esto no quiere decir que Internet pueda facilitar las comunidades locales

٠
modo, по estarían disponibles, coņio in&rmaci6n sobre empleo (branoyet- en cualquier escenario vecinal. En algunos barrios la participación es tan

號经挙厘:遮毕率祕亲涩變銓港齢訳聲單鮭盘海:
ter, 1995), A nivel de grupo, son un &Bor importante en la capacidad de las grande que Internet no pecesita tender ningtin puente para ia interacci6n
comunidades par^ movil⅛se cole^vamente (branovetter, 1973). 10eaXĵ।mientra5_quejsn0‫״‬tr0slas‫״‬barreras.s0n‫״‬senc1ilamente(len1asiad0.gran٣.;
Lös residentes conectados de Netville eran pạrticularmente efectivos en la des como para superarlas mediạnte tecnología о cualquier otra intervenci6n
orgaàción de la acción coleaivaj en la.Red y en el mundo real. Cuando (v&tse, por ejempb, Banfield, ]967).
tupieron que enfrentarse a problemas relativos ala calidad déla cqnstrucçi6n
de sus nuevas casas, у а la velocidad de respuesta del constructor ante elgs,
los residentes se orgaRİzarQn y discutieron estrategias online, y se reunieron Concbiỏn: sociabilidad en red en la sociedad yed
petsonạlmente para presionar ạ! constructor para que resolviera sus prcocu-
paciones y SUS problemas (HamDton, 2003). Cuando el consorcio de t@leco~ Resulta improbable que la gente prescinda de las relaciones sociales basadas
municaciones que les suministraba la red informatica local de banda ancha en el lugar físico en la sociedad red. Corno demuestran №‫تا‬٧11‫ا‬€‫ ل‬Syntopia
decidid acabar con el acceso aks servicios gratuitos ae Internst y retirar la Project, Pew Internet and Everyaay LifE, y ụn núniero de Ørpycctos cada vez
tecnología de las casas, volvieron a acudiχ а su§ pantallas у а sus aceras en un mayor5 m1ÜtipIes relaciones iniciadas o⅛e se trasladan a la vida real, y vi-
intento рог presionar al consorcio para que revogam su decision. Aunque ceversa Cuando se examinan los víncWos soziales en términos de í&des y no
finalmente по Uegaron a conseguirlo, los residentes organizaron dos reun1o- de gfgpos, y cĮ^ndo se considera Internet como una &rma m£s de comuni-
nes comunitarias, ima en la escuela local y la otra en ıın centro comunitario cación entre tantas, la comunicaci6n mediante ordenador tiende a contribuir
pro⅛o, e mtcrcambiarpn cerca de cıen co£rgo$ çlecttóiuços a trwv& de la a la creación de mayores y más diversas」®des sociales, organizaciones comu-

셔不
lista vecinal en lag primeras cuatro semanas de agdones (en comparación con nitarias y participaci6n pıiblica.氏 incorrecto caliBçar las relaciones online
260 mensajes durant& İQS primeros 16 meses). En ]o que sí tuvieron &itp fμe como insuficientes e incompletas en comparación con los lazos del «mundo
en SU lucha por mantener las dos características de su «vecindíirio conectado»

;앰寿学苗벼乏:
real», ya que f⅛man parte del mismo sistema social.
que más yalqraban: el acceso de alta veb@dad a la Web (que of]eci6 con un Como espacios públicos, las comunidades virtuales pueden convertirse
ligero descuento una compaốía de teleconimicacioņes de la competẹncia) en lás esquines del siglo XXI, aunque todavía ho existe ninguna prueba de
y la lista elecựoĩucạ de la comunidad (para una explicación pormenorizada y que Intit vaya a reducir 以 importancia de lugares públicos existentes ta-
ejempbs de acción colectiva en Netville, v⅛e Hampmn, 2003). 는 les como ca^⅛ y bare¢ (Oldenburg, 1989). La reducción de la&iccion del
Cuando se utiliza la comunigaci6n mediante ordenador. para&ciļÌEar la espacio que posibilita Internet По ha c6hvert1do e!1 irrelevantes la gẹogrầ
mteracci6n local, la coımunidad vecinal puede prosperạs Er reaLdad, del ο el lugar. M4s bien lo cpııtrario parece m&s probqblç. La mayor parte de
mismo modo que Internet puedeRcilitar la interacción local^taRibiga İQ la comun1caci6n mediante ordenador es İQcal? y f⅛cqita у ref^er^a l^s со-
contrarions cierto: las relaciones vecinales reales pqeden ;fawi!itar:nuuvas nexiones dgntro de ámbitos de actividad: el hgga^ el vecindario y el lugar de
relacionesyirtu^les(MateiyBall‫־׳‬R〇keachĵ2001)٠:N〇obstante?exIste٩‫״‬ba- traoajo^La comqnicaCidn mediante grdepadør aỵụaa a superaE obstacubs
ラ£ ;匸田e :

rreras qug rgducen e] alcance de las prestaciones du Internet en felaci6n con para ia interaca6n dentro de los modelos de relaciones ex⅛tentes. En vez de
las nuevas interacciones vegina]es∙ Las tasas reducidas de conexi6n a Inter- trancf⅛mar espectacularmente nuestra fi"ma de vida, las nuevas tecnologías
net, especialmente en barrios de:nivel socioeconómico 1nieri0r,,v la inçapa- de la sociedad rea tienen un impacto más sutU, f⅛cUiω1do la interaccion y
格 于우 盯 :: :노一:=1 키 나:고? 工甲 헐彳배겨:・? : 不 그 헤 껄 融 : 经 •

cid?d para ubicar lạ i^rmación local (co!Ro. en ujı dirgctQiio՝ de‫״‬residen- la 8ordinaci6n. Internet puede derribar las barrerai para la participación
tes; véase Resnick y Shah, 2002) obstaculizan la interacción locd, virtual y local, coordinar la participación pública y ofrecer пиетаѕ oportumandes para
real・ El movimiento de redes G٩xņunitarias (véase Kreumann y:MgI51ghı, la interacción local. Si aceptamos como ciertos ios argumentos de Pıitnam y

1993; Beamish, 1999) y şitios web com9 ।ț^^٠Sfr^٠। en ReinQ Upido, Qțr。3 (2QQQ)_4rįiie el individualismo ha aiimęntadp y la рап©раеі6&риь1и
о t-ne1ξhb0rs∣0τg ^L L·0rte।ènça٠ proporcionan foros donde se presenta а ‫ ة‬disminuido en a ļiltimo cuÉ de siglo—, Internet puede convertirse en

los vecinos y y 10๗9ร y oțios


у se ٠ ofrecen directorios electr6nigps . ..P seryicİQ§း٥
paia
^ una fiierza fondamental para invertir esta &hdenc1a establecida♦
三№ ; : :
、 ٠
290 KEITH N. İPTON IA SOCIABILIDAD EN RED DENTRO Y FUERA DE LA WEB 291

Bibli٠gr٠ JAC๐вs1961) ‫ )ال ل‬The Death and Life of Great hencan Cities. New ՜Vork: Vintage
Books.
Angsioco, Leonceo (2003)《Addiction to ⅞tual Connections Can Have Heavy Ιbll on Katz, James У RicEj Ronald (2002) Social Co^equences ofInternet Use: Access, Involve-
Real Communities,» The Seattle Times, Opinion Section, August 24, C4. menti andInteraction. Cambridge, MAi MIT Press.
Banfield, Ed∣p (1967) The Moral Basis ofa Backward Society. New Y"k: Free Pιess
BEAMISH, A (1999)〈《Approaches to Communis Computing: Bringing Technology to
Kraut, Robert, Patterson, Michael, LUNDMARK, Vιcκι, K1ESLER, Sara, Mukhopadh∙
YΛYj Trida5> y Šcherus, WILLIAM (1998) «Internet Paradox: A Social Technology that
Low-income Gioups,» en D. Schon, B. Sanyal, y W Mitchell (eds.), High Technology Reduces Social Involvement and Psychological Wall-being?,» American Pqcholo*$t 53
andLow-income Communities> pp. 351-67. Cambridge, MA: MIT Press. (9): 1017-31.
Calhoun, C. (1998) «Community without Propinquity Revisited: Communications ]⅛. —, K!ES1£& Sara, Bonev⅛, B0NKA, Cumings, JONÀTHON, Helgeson, Vicκι, у Crawford,
chnology and the Ιransforma∏on of the Urban Public Sphere,» 5勿加〃岁勿/而夕“"ア 68 2002) 1‫« )د‬Internet Paradox Revisited,»74-4.9 :(1) 58 ‫مهس»بر‬5‫ىئسه‬.
(3):373-97. KRC Research (2003) «Email Use Susveyĩ Survey of "Pmf⅛ssional" Email Users» in the
Caruso, Denise (1998) «Critics are Picking Apart a Professors Study that Linked Internet UK, France, German% Ital^ Spain, Denmark, Sweden, the United States and Canada,»
Use to Loneliness and Depression,» TheNm γ0rk Times, September 14, C5. report to Oracle, July London: Iber Shandwick.
Dafγ, R. L. y Lengel, R H. (1986) «Organizational Information Requirements, Media Kretzmann, J. ByMcKNiGHT, J. L. (1993) BuildingCommunitiesfrom theInside Out:A
Richness ạnd Structural Design,» Management Sdence 32 .(5): 554-71. Path ^।‫عم‬٣‫ غ‬Finding and Mobilizing a Communias Asets. QNca^>∖L ASKA-
Durkheim, E. (1893) TheDiυkion ofLabour in Society. New‰lc Free Press, 1964♦ Kuo, Frances, S٦JLH, "WILLIAM, C0LEÏ, REBEKAH, y Brunson, ๒〇 (1998) «Fertik
Feld, Scott (1982) «Sociaļ Structural Determinants of Similarity among Associates,» Ground for Communi^: Inner-city Neighborhood Common Spaces,» hencan]ouτ1
hencan Sociolo^calReυiew 47:797-801♦ nal ofCommunity P^cbology 2G ⑹;82¾-5∖. ■
Fischer, Claude (1975) «Toward a Subcd≡d Theoợ of Urbanism,» herican Journal of Lactis, Eιuc (1999) «Shock Absorption: In the Inf⅛ Age, ľve Become Bias&» The Seattle
Sociology 80:1319~41. Times> Febi∣y 7, ւ2.
—(i982) To DwellhongFrìends. Berkeley CA: University of California Press. McPiθN, Miller, Smith-Lovin, Lynn y Cooκ, JAMES (200]) «Birds of a Feather:
—(1992) herica Calling:A Social History ofthe Ћ^опе to 1940, Berkde% CA: Urn‫־‬ Homophilyin Socid ↑^ξχ^oh^ Annual hiew ofSociolog 27: 415-44.
versig of Ualifomia Preồs. Matei, Sqrin y Ba11-Rokeach, SANDRA (2001) «Real and ‫ سئال‬Social Ties: Conned
Granovette^ Mark (1973) «The Strength ofWeak Беѕ,» herican Journal ofSociology tions in the Everyday Lives of Seven Ethnic Neighborhoods,» hencan Behavioral
78:1360-80. ١ Scientists (3): 550-63.
—(1995) GettingaJob:A Study of Contacts and Careers, 2nd edn. Chicago: University 亠 y— (2002) «BelonginginGsgmphic,Edmic,andInternetSpa8s,>>enBarryWaHman
of Chicago Press. y Caroline Haythomthwaite (eds.), The Internet in Everyday Life, pp. 405 .30‫ه‬dbrd:
Hampton, Keith (2001) «Living the Wired Lif^ in the "Wired Suburb: NetviUe, Glocali- Blackwell.٠
zation and Civil Society;» tesis doctoral in&lita, Deparment of Soćiolog^ University Milgram, Stanley (1970) «The Experience ofL1vmgin Cities,» Science 167:1461-8.
٠ ofΙoronto. Mτrcil, William (1995) City ofBits: Space, Place and the ٠‫»ص‬. Cambridge, CA:
—(2003) «Grieving for a Lose Network: Collective Action in a Wired Suburb,» The MIT Press.
Information Society 19 (5): 417-28. Nie, N0Bi, y Erbring, Lurz (2000) «Internet and Society^ A Preliminary Report,»
—y Wellman, Влт (2003) «Neighboring in Necville: How the Intemet Supports Stanford Institute for the Quantitative Study 6f Society Stanford Universi% retrieved
Communi^ and Social Capital in a Wired suburb,» City and Community 2 (4): 277~ May 24, 2001 (htt٠://١Mstanford.edu/gro٦^lsıqssİPress—Release/ Preliminaιy∙Re∙
311. ρort421.ρdf).
Наїтнои။, Caroijne y "Wellman, B≡ (1998)《《W”k, Friendship and Media —,KmGUS, D. SuNSH!NE,yERBRiNG, Luτz (2002) «Internet Use, Interpersonal Relations,
Use for Information Exchange in a Networked Organization,» ٠Т٥«ГЯ4/ ofthehencan and Sociabilità» en Barry ฯฒ๒3ท y Caroline Haythomthwaite (eds.), The Internet in
Societyfor Information Science 49 (12): 1101-14. EυerydayLiβ, pp. 215-43. Oxford: Bla⅛ell.
Horrigan, John y Raij Lee (2002) Getting Serious On-line. "Washington, DC: Pew Օւ0။١Խ Q989I∖999) Ιbe Great Good Pbce: Cq@s> Co^e Sbofsj Community Cen­
Internet and American LifA Project. ters, Beauty Parlors, Geneγal Stores, Bars, Hangout, and How Tbg Get ‰ Tbrougb the
Howard, Phiijp, Rainie, Lee, y ĨONES, Steve (2002) «The Place of the Internet i∩ Every, Day. NewΥorlc Paragon House.
day Li&,» en Barry lUrnan y Caroline Haythornthwaite (eds,), The Internet in Every­ O'TooLE, KλτiN (2000) «Study Offers Early Look at How Internet is Changing Daily
day Life, pp. 45-73. Oxford: Blackwell. L^» February 16. News Release, Stanford, d Stanford Institute for the Quantita-
292 KEITH N. ≡PTON

∏ve Study of Society; retrieved May 24 2001 (http://|1 staπford.edWgroup∕siq∞∕


PressRjslease/press_release٠hd)٠
V∖jmm)‰≡ Q206 BowlingAlone: Tbe Collapse an،l bwal of⅛βrican Co1wn⅜
NewΥorlc Simon and Schuster.
Rr‫؟‬mck٠ Paul y SHAH, VISHANT (2002) «Photo Directoría: ΑΊοοΙ %「Organizing Soda-
bility in Neighborhoods and Orgamza∏ons,)> Irking paper, retrieved/^ Հ 2003
(http:〃www.si.umich.edu/presnid‫ى‬ρapers/whothavwhoτhat0기 303 .pdf).
ScHEER, ROBERT (2000) «Stanford Internet Study Paints the long Pictι1re,>> OnlineJouτ∣
nalism hiew. Annenberg School for Communication at the University of Southern
California, retrieved August 29, 2003 (http://www.ojrQrg/ojr-ethics/ 1017965944.
php).
‫لأ‬၊)١.‫ئأاا‬।‫ألة‬١7)‫ح‬။‫هكا‬٢)٠‫ول‬7‫ج‬١ The Social PsycbaLgyofWèkcgmítmicaíisw.—
London: John "Wiley and Sons.
S1MMEL, Georg (1950) «The Met2polis and Mental Life (1903),» en The Sociology of
GeorgSi∣ek pp. 409-24. NewY6rk: Free Piess.
TAYLOR, Humph≡ (2000) «hternet Access Continues £0 Grow but at a Slower Pace,»
The Harris Polij no. 60, retrieved August & 2003 (http://vMharrbinteractive.com/
harris__poUlin<iex.asp?PID=122).
T0NN1ES, Ferdinand (1887) Community and Organization. London: Roudedge and Kc٠
ga∏Paul, 1955. V
Turkle, Sherry (1997) Lift on the Screen: Identity in the Age ofthe Inlet. New Y6rk
Simon and Schuster.
UCLA Internet Report (2000) «Surveying the Digital Future,» Los Angeles: UCLA
Centre for Communications Policy.
Webber, Melvin (1963) «Order in Diversity: Community without Propinquity^ en Low■
dọn٦٠?‫ل‬ngo‫و‬JRเ‫ك‬e‫ك‬٠(«Ợ‫سيت^نممخ‬١⅛‫^<ءع‬٠‫ت‬ď¾7‫يتخآلل‬r‫مم‬٠โ4‫طوعبمهك‬Z‫هמى‬PP٠23-5‫ه‬٠B‫ك‬t‫ل‬٠٠
more, MD: The Johns Hopkins University Press.
Wellman, Barry (1979) «The Community Question,» hericanJou^lofSociology 84
(March): 1201-31
—(1,92) «Men in Networks: Prívate Communities, Domestic Friendships,» en Peter
Nardi (ed.), Mens Friendships, pp. 74-114. Newbury Park, d Sage.
—(1999) «The Network Community‫ ״‬en Barty lban (ed.), Networks in the Global ٠
lj⅛ pp. 1-47. Boωder, CO: Itvie|y pr0s. - 二 .-:~
—Carrington, Peter, y Hail, Alan (1988) «Networks as Personal Communities,» en
Baity Wsilman and S. D. Berkowitz (eds.), Social Structures: A Network Approach, pp.
130-84. Cambrídge: Cambridge University Press.
W1RΓH, Louis (1938) «Urbanism as a ly of M;a American Journal of Sociology 44:
3-24.

También podría gustarte