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( Aclaraciones a ) LAS CINCO VÍAS DE SANTO TOMÁS DE AQUINO

Sum. Theol. L1,q2, a3

1ª Vía
"[...] En este mundo hay movimiento. Y todo lo que se mueve es movido por otro. [...]
Igualmente, es imposible que algo mueva y sea movido al mismo tiempo, o que se
mueva a sí mismo. Todo lo que se mueve necesita ser movido por otro. Pero si lo
que es movido por otro se mueve, necesita ser movido por otro, y este por otro. Este
proceder no se puede llevar indefinidamente, porque no se llegaría al primero que
mueve, y así no habría motor alguno pues los motores intermedios no mueven más
que por ser movidos por el primer motor. [...]. Por lo tanto, es necesario llegar a
aquel primer motor al que nadie mueve. En este, todos reconocen a un ser más
omnipotente al cual llamamos Dios”.

Ejemplo de movimiento subordinado:


Suena el despertador; mis oídos a instancias de la vibración del mecanismo informan a
mi conciencia de que es hora de levantarse, esto pone a concurso mi voluntad que
fuerza a mi sistema motor a abandonar el lecho.
Encontramos en el mundo sensible que hay cosas que se mueven, es decir, que están
sujetas a cambios, a mutaciones, a variaciones.
Tanto en la sustancia como en los accidentes, mover es pasar de ser en potencia a ser
en acto y así aparece claro que:
Todo lo que se mueve es movido por otro. Nada puede darse a sí mismo una perfección
de la que carece. Ni ser respecto de lo mismo motor y móvil. (Variación Suarista del
principio de causalidad, cosas, aparentemente dotadas de facultad de automoción.
Contestación de Millán Puelles: Son seres compuestos de partes potestativas e
integrantes. Por tanto, unos son motores y otros móviles).
No se puede suponer una serie indefinida de motores esencial y actualmente
subordinados. Pues si así hiciéramos negaríamos el movimiento mismo: no podría
producirse.
Por tanto, es necesario suponer un primer motor inmóvil. (Acto puro sin mezcla de
potencia alguna) y ese es el que todos llaman Dios.

2ª Vía

“Encontramos en el mundo sensible un orden y subordinación de las causas eficientes”.


Es decir que es un dato suministrado por nuestra experiencia (sensible) que hay causas
eficientes que dependen de otras causas eficientes, de modo esencial y actual (esto es
fundamental para la explicación)
Ejemplos:

El cocinero es causa eficiente del plato que ha cocinado, pero depende de la causa
eficiente de los alimentos que ha cocinado; del Tendero, del agricultor, del ganadero, del
pescador.
Y por poner un caso, el agricultor, depende del herrero que fabrica los aperos de
labranza, y éste del metalúrgico que procesa el metal y éste del minero que extrae el
mineral.
Como no podemos suponer una guía indefinida de causas eficientes subordinadas, ya
que si falta la intermedia desaparece el efecto.
Hay que suponer una primera causa eficiente incausada, que es lo que todos conocen
como Dios.

3ª Vía
La tercera vía es doble.
Es decir, que contiene implícitamente la estructura de dos vías subordinadas entre sí.
La primera parte, iría desde el hecho de que hay seres susceptibles de ser o de no ser,
ya que de hecho se generan y se corrompen.
El hecho de experiencia es que vemos que algunos seres dejan de existir y otros, por el
contrario, comienzan a existir.
La aplicación del principio de causalidad eficiente en este caso supondrá que todo ser
contingente es causado (“Summa theológica” y “Summa contra gentiles”) ya que lo que
no es, no empieza a ser sino en virtud de algo que ya es.
Y como no podemos establecer una serie indefinida de seres contingentes que ponen
en la existencia a otros seres igualmente contingentes, ya que, si todo está sujeto a no
ser, hubo un tiempo que no existió nada, y esto supuesto, ahora no habría nada.
Por lo tanto, (término de la primera parte). Es preciso suponer algún ser necesario.
Segunda Parte:
Pero nada indica que ese ser necesario sea Dios. El propio Tomás de Aquino escribió
“Podría suponerse incluso que la materia prima del universo fuera ese ser necesario”.
Pero las sustancias son compuestos hilemórficos (de materia y forma) y la materia no
se conforma a sí misma.
Es decir, no se ordena a ser una sustancia u otra sustancia por sí misma.
Y como no es posible suponer una serie indefinida de seres relativamente necesarios
que conformen a otros, también relativamente necesarios, es decir, que tengan la razón
de su necesidad en los anteriores pues si así fuese no habría razón de necesidad de
ninguno de estos seres.
Es por tanto imprescindible un ser absolutamente necesario, que tenga en sí la razón
de su necesidad y sea causa de la necesidad de los seres relativamente necesarios y a
través de estos, causa de la existencia de los seres contingentes.
Y este ser absolutamente necesario es el que llamamos Dios.
4ª Vía
La cuarta vía se basa en los grados de perfección y se refiere exclusivamente a las
perfecciones trascendentales, Análogas, simples o puras.
Perfecciones trascendentales son las que convienen o se pueden predicar de todo ente,
por el mero hecho de ser….
La unidad, la verdad, el bien, la belleza.
Los seres que podemos percibir poseen estas perfecciones limitadas, por tanto, no las
tienen por naturaleza o esencia, ya que, si así fuera, estas perfecciones se darían de
modo absoluto.
Por ejemplo, la pertenencia a un género o especie determinados.
Las perfecciones que se dan limitadas, son, por tanto, participadas, es decir,
comunicadas por otro.
Y como no podemos suponer una serie indefinida de seres con las perfecciones
trascendentales comunicadas y participadas; pues si así fuese no habría en ellos tales
perfecciones.
Habrá que suponer un ser que posea esas perfecciones transcendentales por esencia
o naturaleza.
Es decir, que más que poseerlas, las sea y ese ser perfecto es el que todos llaman Dios.

5ª Vía

Encontramos en el mundo sensible seres, que careciendo de inteligencia obran con


vistas a un fin.
Lo que se comprueba viendo que siempre o casi siempre actúan de la misma forma,
para obtener lo que más les conviene. De donde se colige que no obran al acaso sino
intencionadamente.
El principio de causalidad eficiente, nos informaría de que lo que carece de inteligencia
sólo se dirige a un fin, si lo impulsa algo que entienda y conozca.
Pero esta inteligencia, o coincide con su propio acto de entender, o está ordenada a
entender por otra inteligencia, y como no es posible establecer una serie indefinida de
inteligencias ordenadas a entender por otras que tampoco coinciden con su propio acto
de entender...
Es imprescindible suponer una inteligencia universal, y que coincide con su propio acto
de entender, esta inteligencia superior rectora del universo es lo que todos llaman Dios.

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