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LECTURA Y COMPRENSIÓN LECTORA

Un héroe sevillano
Paquito llegó a casa muy avanzada la tarde. Sabía que tenía que estar muy cansado,
pero una extraña euforia le hacía difícil evaluar su grado de agotamiento. Sin mediar
palabra, doña Ana le dio un achuchón y le dijo que tenía la cena preparada.
—Te he hecho picatostes, como a ti te gusta.
picatostes: trozos de pan
Sin saber muy bien si tenía hambre, pero sin ganas de planteárselo, Paquito se sen- 5 que se sumergen en leche,
tó a cenar, y cuando se dio cuenta, estaba devorando más que comiendo. Con un se fríen en aceite y se
gesto automático accionó el mando a distancia de la televisión, que necesitó un par espolvorean con azúcar.
de expertos golpecitos antes de cumplir con su trabajo. De un concurso saltó a un Se sirven calientes.
documental, de un documental, a una comedia familiar americana y de ahí, a un in-
formativo local… Y Paquito se quedó petrificado con un picatoste entre los dientes. 10

Doña Ana, que solo había recibido una corta llamada telefónica de su hijo desde la
comisaría, se había sentado junto a él para bombardearlo con toda clase de pregun-
tas. Pero al ver a su Paquito en la tele, se quedó embobada.
Paquito recordaba de forma confusa todo aquel jaleo. Los policías, la gente, los pe-
riodistas… Fueron casi tres horas hablando con varios agentes para esclarecer los 15
esclarecer: aclarar.
hechos a partir de las declaraciones de los numerosos testigos, de su propia versión
de lo ocurrido y de la de los detenidos. Porque, una hora después del «choque», toda
la banda había sido encontrada gracias a la inesperada y definitiva colaboración del
Zumbao.
Sin embargo, lo que Paquito no esperaba, a pesar de haber visto algunas cámaras, 20
era salir en la tele. La comentarista narraba la noticia en tono jovial, enfatizando su
singularidad.
singularidad: calidad de
—El pintoresco suceso ha tenido lugar en Sevilla, donde un desconocido superhéroe fuera de lo común.
ha sido el motor de la detención de la buscadísima banda del tironazo.
El grupo de delincuentes se había especializado en robos a pequeñas empresas. 25
Actuaban en el momento en que los empleados se disponían a ingresar las ganan-
cias de días de recaudación especialmente fructíferos…
Como Paquito había estado en lo alto de la escalinata de la comisaría, las cámaras
le habían tomado desde una posición inferior, haciéndole parecer más alto. Además,
había salido con el casco, las gafas y el resto del equipo puesto, lo que hasta le daba 30
un aire misterioso.
La policía había tenido el gesto de llevarle la bici, y en aquel momento Paquito se
disponía a recogerla, montar y volver a casa. Aunque él no recordaba haber entendi-
do nada de lo que le decían, ahora por la tele podía escuchar con claridad algunas de
las preguntas que le habían hecho los reporteros: 35

—¿Cómo se llama?
Antes de que Paquito hubiera podido contestar, uno de los policías, que había salido
al ver la enorme aglomeración, lo había hecho por él.
—Es el Capitán Nadie —dijo con un poco de sorna, pero con simpatía.
sorna: torno de burla al
Paquito recordó que le había sorprendido que el policía utilizase su apodo de 40 hablar.
trabajo.
—¿Y qué poderes tiene? —preguntó una reportera con largos rizos pelirrojos, vivos
ojos verdes y también cierto tono de guasa.
Los congregados emitieron un murmullo de risas como contestación. Ahora se sor-
prendió al revivir la escena desde aquel punto de vista. 45

—¿Cómo detuviste a la banda del tironazo? —preguntó otro.


En ese momento el Capitán Nadie se había empezado a escurrir ágilmente entre el
barullo y había montado rápidamente en la bicicleta que un agente le había traído
del aparcamiento de vehículos de la comisaría. Desde la comodidad de su hogar,
Paquito lamentó no haberse quedado a contestar más preguntas. Le había gustado 50
sentirse el centro de atención de algo que no fuese, para variar, una fiesta infantil.
Pero al salir de la comisaría se había encontrado realmente aturdido y no podía oír
nada de lo que decían, así que se disculpó a sí mismo.
La noticia finalizó con la imagen del Capitán Nadie alejándose velozmente, para tratar-
se de una bicicleta, y con la capa extendida y ondeando. Paquito, que nunca se había 55
visto a sí mismo de aquel modo, se sorprendió al ver el espectacular efecto estético de
la capa al viento.
—¡Ay, mi Paquito! —suspiró doña Ana. […]
A pesar de la poco habitual circunstancia que estaba viviendo, la fuerza de la costum-
bre hizo que, como cada día, al pasar por el quiosco de prensa de la plaza del Salvador, 60
Paquito recordara mirar el expositor de revistas para ver si había salido la de cine que
él compraba de vez en cuando. Paquito paseó la vista sobre las publicaciones y, casi de
reojo, vio algo en un conocido diario local que le llamó la atención. Al principio no supo
precisar qué le era familiar de la foto de la portada, pero inmediatamente notó que
el corazón le daba un respingo. Era una instantánea del mismísimo momento en que el 65
dueño de la pastelería estrechaba la mano a Paquito. Se apreciaban perfectamente la
bicicleta y el ladrón en el suelo, y un montón de gente alrededor. Pero tal vez más
asombroso que la fotografía, era el titular del periódico.

SEVILLA TIENE SUPERHÉROE

Paquito no pudo resistir la tentación de comprar el diario. Ojeó allí mismo las pági-
nas interiores sobre la noticia y le pidió al quiosquero que se lo guardase para reco- 70
gerlo a la vuelta. No le parecía buena idea presentarse con ese periódico en la
tienda de cómics.
José María Carrasco, Capitán Nadie. edebé.
Actividades
Obtención de información
1. Anota en tu cuaderno quién es el protagonista de esta aventura y en qué ciudad vive.

2. Responde a las siguientes preguntas sobre la lectura:


• ¿De dónde viene el protagonista cuando llega a su casa?
• ¿Qué le ha sucedido?
• ¿En qué vehículo se desplaza?
• ¿Sabe su madre lo que ha pasado? ¿Cómo se entera?

3. Elabora una lista con los personajes que aparecen en la lectura. ¿Qué relación guardan con el protagonista?

4. Indica qué relación existe entre Paquito y el Capitán Nadie.

Interpretación
5. Consulta en el diccionario el significado de la palabra barullo y anota un sinónimo.

6. ¿A qué se refiere el narrador cuando dice que Paquito «se quedó petrificado»?

7. Escoge el significado correcto de esta expresión: «las ganancias de días de recaudación especialmente fructíferos…».
a) Días en los que el negocio ha ganado poco dinero.
b) Días en los que el negocio ha ganado mucho dinero.
c) Días en los que el negocio ha perdido dinero.

Reflexión
8. ¿Crees que Paquito se considera a sí mismo un superhéroe? Justifica tu respuesta con información del texto.

9. El Capitán Nadie no tiene superpoderes; es una persona corriente decidida a combatir las injusticias. Reflexiona y responde:
—— ¿Crees que es importante luchar por defender un mundo justo? ¿Por qué?
—— ¿Qué podemos hacer, a título personal, para mejorar las injusticias que suceden a nuestro alrededor?

Expresión
10. El Capitán Nadie demuestra que no es necesario tener superpoderes para lu-
char por cambiar el mundo. Siempre han existido héroes y heroínas que, con La educación es el arma más
sus acciones, han dejado su huella para tener un mundo mejor. poderosa que puedes usar para
cambiar el mundo.
—— Formad grupos de cuatro y buscad información sobre una de estas personas (o de Nelson Mandela
otra que admiréis por sus obras):
• Vicente Ferrer
• Malala Yousafzai
• Nelson Mandela
• Rigoberta Menchú
—— Cread una entrada para una enciclopedia virtual sobre la persona escogida.
Vacaciones, ¿por fin?
Qué desastre. Toda la mañana buscando el cargador del móvil y, cuando finalmente
lo encuentro, voy y me lo dejo en casa. Resultado: me he quedado sin batería a los
diez minutos de haber subido al coche. Estoy aburrido. Calculo que aún faltan por lo
menos tres cuartos de hora para llegar. ¡Bonitas vacaciones de Navidad me
esperan! 5

Me enciendo por dentro solo de imaginar a toda la pandilla de amigos de Llivia, que
se lo deben de estar pasando de muerte. Y yo aquí, metido en el coche en dirección
a Cladellas para pasar quince días de vacaciones asquerosos. […] Y todo por culpa
de la abuela. Porque, claro, la casa de Llivia era suya. […] La cosa es que, de repen-
te, a mi abuela se le fue la olla y decidió que vendía la casa de Llivia; que le habían 10
hecho una oferta muy buena para construir un bloque de apartamentos.
—Pero… ¿y la casa? —había preguntado yo.
—¡Ah! La casa la tirarán, claro. Si no, ¿cómo quieres que levanten los apartamen-
tos?
—¿La tirarán? Pero… ¿y nosotros? 15

—¿Vosotros? Pues cuando hayan acabado la promoción, tendréis uno de los aparta-
mentos. Habrá piscina y todo.
—¿Qué quieres decir con «tendremos»?
—Pues que a cambio de la casa, ¡y del terreno, claro!, me darán tres apartamentos,
que tengo entendido que valen una pasta. 20

¿«Una pasta»? ¿Desde cuándo las abuelas dicen «una pasta»? Pueden decir «dineri-
llos»; o, si me apuras, incluso «cuartos», pero no «una pasta».
—Además —seguía contando mi abuela—, me darán una parte en metálico, y así
podré viajar un poco mientras construyen los apartamentos. En metálico quiere decir
en efectivo, ¿sabes? 25

—Sí, abuela, sé —la corté secamente.


—¿Sabes adónde tengo pensado ir?
—No, abuela, no lo sé. ¿A Marbella?
—¿A Marbella? No, hijo, no. Yo quiero ir a Lourdes. […]
Estoy aburrido. 30

—¿Cuánto falta?
—Cinco minutos.
—Mamá, hace cinco minutos me has dicho que faltaban cinco minutos. Es imposi-
ble —le digo. […]
¿Por qué me pregunta si me acuerdo, si tiene intención de volver a contármelo todo 35
por enésima vez? enésima: que se ha
repetido muchas veces.
—Ahora se encuentra mejor —sigue ella—, aunque a veces se lía un poco con las
palabras y no le salen bien. Algunas palabras se le han olvidado, y otras es como si
se las inventase. Pero ya verás como entre todos le ayudaremos y en poco tiempo
volverá a hablar perfectamente. […] ¿Me has entendido? 40
—Sí, mamá, esta vez «también» te he entendido.
Aunque, de hecho, no sé si lo he entendido muy bien. Por lo que he oído, el abuelo
solo hace diez días que está en casa después de haber pasado una semana en el
hospital. Ha tenido un ictus. Se ve que un día la abuela estaba en el jardín de casa
con la labor de ganchillo, cuando salió el abuelo a tomar el fresco con el periódico 45
bajo el brazo. Cuenta ella que le preguntó…
—Joaquín, ¿qué te apetece para cenar? ¿Judías verdes o espinacas? […]
Se ve que el abuelo se la quedó mirando fijamente y le dijo:
—Te pregunfo la tica bu truntil.
La abuela cuenta que, ya antes de atinar a decirle que se lo repitiera por si acaso no 50
le había entendido bien, ya supo que algo grave le pasaba. Y como otra cosa no,
pero sangre fría mi abuela tiene mucha, mientras con una mano le ayudaba a sentar-
se en una silla, con la otra ya agarraba el teléfono inalámbrico que siempre lleva
consigo por si acaso la llama Lola para contarle la última batallita, y marcó el 112.
Veinte minutos después, ya estaban los dos en la ambulancia. Por su parte, mis pa- 55
dres ya corrían hacia el hospital, porque la abuela, nada más subir a la ambulancia,
los había llamado. […] Por lo que me he enterado, fue un coágulo de sangre en una
de las arterias del cerebro. O sea que, cuando lleguemos a Cladellas, no sé exacta-
mente con qué me voy a encontrar.
La abuela ya está en la calle esperando. No sé cómo ha sabido que llegábamos, 60
porque ni mi madre ni mi padre la han llamado para avisarla. O bien hace rato que
espera, o tiene una antena parabólica que ni las compañías telefónicas. […] Antes
de ser capaz de reaccionar, la abuela ya se me ha echado encima para abrazarme,
aplastando mi cara irremediablemente contra su generosa pechera, y empieza con
que si está muy contenta de verme, que ya veré qué bien me lo paso y blablablá. 65
Noto que alguna cosa me pincha la nariz, pero el abrazo de la abuela no me permite
rebajar la presión. Son billetes. Siempre me ha parecido absolutamente surrealista
surrealista: absurdo.
que la abuela lleve los billetes guardados en el sujetador. Y evidentemente no es
porque no tenga monedero. Recuerdo el día que le pregunté cómo hacía para pagar
cuando estaba dentro de una tienda, y me respondió: «Pues me doy la vuelta disimu- 70
ladamente y saco el dinero que necesito. ¿Cómo quieres que lo haga?». Me cuestio-
no que realmente lo haga tan disimuladamente. Me cuestiono que una cosa así se
pueda hacer disimuladamente. Para cuando consigo liberarme del abrazo mortal, ya
están casi todas las maletas en el recibidor. Por lo menos me he librado de acarrear-
las. […] 75
Y siento que tengo ganas de huir. De modo que, aprovechando los momentos inicia-
les de confusión, decido adentrarme en el bosque y alejarme un rato de todas las
cosas de las cuales no tengo ganas.

Alicia Roca, Los gatos no comen con tenedor. edebé.


Actividades
Obtención de información
1. Responde a las siguientes preguntas sobre la lectura:
• ¿Dónde se encuentra Alberto al principio del texto? ¿Adónde se dirige?
• ¿En qué momento del año tiene lugar la acción?
• ¿Le apetece al chico hacer este viaje? Justifica tu respuesta.

2. Indica si la siguiente información aparece o no en la lectura:


sí no
La abuela de Alberto nació en Llivia.
La madre de Alberto repite mucho las cosas.
El abuelo de Alberto ha estado hospitalizado.
Lola es cuñada de la abuela de Alberto.
La abuela guarda los billetes en el sujetador.

3. ¿Cómo se da cuenta la abuela de que a su marido le sucede algo extraño? Razona tu respuesta.

Interpretación
4. ¿Qué le molesta a Alberto de su madre y de los adultos en general?

5. De la lectura se deduce que Lola es una mujer algo pesada. Localiza en el texto una oración que confirme esta afirmación.

6. ¿Qué significa la expresión que aparece en el texto «me enciendo por dentro»?

7. Otra expresión que aparece es «se le fue la olla». ¿Se trata de una expresión coloquial o de un vulgarismo?

8. Forma parejas de sinónimos con estos términos de la lectura: acarrear, acertar, atinar, cuestionar, dudar, transportar.

9. Pasta, dinerillos y cuartos, ¿pertenecen a la misma familia léxica o forman parte del mismo campo semántico?

Reflexión
10. Después de llegar a casa de sus abuelos, Alberto decide ale-
jarse un rato de todas las cosas de las cuales no tiene ganas y
se marcha al bosque. En ocasiones, todos tenemos que hacer
cosas que no nos apetecen.
— ¿Cuándo fue la última vez que hiciste algo para complacer a tu
familia a pesar de que tuvieras pocas ganas?
— Explica a tus compañeros qué sucedió.

Expresión
11. Redacta una carta para Alberto en la que le expliques qué recursos utilizas cuando quieres desconectar.
Propósito de año nuevo
De Alexia para Woodward Asunto: Mi propósito de año nuevo
propósito: intención de
Fecha: 1 de enero hacer algo.
Queridísimo, admiradísimo señor Benedict Woodward:
Espero que este todavía sea su correo. Y espero también que lo lea usted mismo.
Me han dicho que muchas personas famosas jamás miran el correo o que tienen un 5
secretario (o algo así) que lo hace por ellos. Hace rato que le doy vueltas al modo en
que debería comenzar este mensaje. Escribí varias veces la primera frase, la borré,
la volví a escribir, la borré de nuevo... Luego me pregunté: ¿cuántos modos existen
de empezar un mensaje? ¿Mil? ¿Cien? ¿Quince? ¿Hay algún manual que lo enseñe?
¿Usted lo sabe? Seguro que sí, porque usted lo sabe todo (o casi) sobre escribir. 10
Bueno, comenzaré por el principio: saludar. ¡Hola! ¡Feliz Año Nuevo! Sé que puedo
hacerlo mejor. Hola, ¿cómo está? Le deseo todo lo mejor para este año que comien-
za. ¿Demasiado frío tal vez? Tercer intento: Hola, ¿cómo está? Espero que se en-
cuentre bien y que este nuevo año sea fantástico, el mejor. Bueno, ya sé que no me
sale muy bien. Probaré otra cosa. 15

Escribirle fue uno de mis propósitos de año nuevo, ¿sabe? Mientras sonaban las cam-
panadas me prometí a mí misma que esta vez debía hacerlo (antes lo había pensado
muchas veces, pero luego nunca me atrevía). Así que aquí estoy. Espero atreverme,
ahora sí, a enviar el mensaje. Tengo que hacerlo, porque es un propósito de año nuevo
y los propósitos de año nuevo no pueden incumplirse. Para seguir el orden normal, creo 20
que ahora debería presentarme.
Buenas tardes, o buenas noches o buenos días (tache lo que no convenga). Soy
Alexia, tengo 16 años, quiero ser escritora y soy su mayor admiradora sobre el pla-
neta Tierra. Sus libros han cambiado mi vida por completo, o me han cambiado a mí,
o lo han cambiado todo. Sin ellos yo sería otra persona, más aburrida, más simple, o 25
puede que no fuera nada en absoluto. Es decir, usted ha sido para mí una persona (o simple: persona fácil de
algo así) realmente —pero realmente— importante. Seguro que le han dicho engañar.
lo mismo muchas veces, pero mi historia no es como las demás historias.
Le voy a contar una pequeñísima parte (por favor, no deje de leer, ahora es cuando
viene lo más interesante). La relación entre sus libros y yo se remonta a algunos 30
remonta: retrocede al
años atrás, cuando mi madre me regaló El dragón transparente. Yo entonces no sa-
pasado.
bía nada de usted, y casi nada de libros, pero era una niña solitaria y un poco bicho
raro, que vivía en su propio mundo, exactamente como Gulliver, el dragón protago-
nista, y también me sentía transparente a ojos de todo el mundo, así que mamá
creyó que me sentiría identificada con el protagonista, y acertó de lleno. 35

En realidad, yo ya no era tanto una niña. Tenía 13 años. Pero también un montón de
problemas. Por ejemplo, no tenía amigos. Cero, ninguno, conjunto vacío. Tampoco
me gustaba mucho leer. Por eso mamá creyó que un libro para niños podría ayudar-
me, y lo eligió especialmente para mí, y así fue cómo el dragón Gulliver se convirtió
en mi primer amigo de verdad, además del único. ¿No es increíble? […] No sé qué 40
hubiera hecho sin él. Ni sin usted, que lo inventó. Creo que amé a Gulliver porque me
recordaba a mí: su timidez, su inseguridad y su tristeza eran como las mías. Él tam-
bién deseaba dejar de estar solo, como yo. Gracias a él —y a usted— comprendí
que estar solo no es lo peor que puede ocurrirte, porque en el mundo hay personas
que escriben historias como esa. 45

Luego leí en una entrevista que en realidad creó el personaje del dragón pensando en
su hijo Benjamín y me gustó todavía más. […] Ah, por cierto, ya sé que Benedict
Woodward no es su verdadero nombre, sino un seudónimo que adoptó cuando empezó
a publicar cuentos en Estados Unidos y que solo pretendía esconder que tenía usted
ascendencia española, porque no es nada habitual que un escritor español ande publi- 50
cando cosas en ciertas revistas americanas. Más tarde le pareció que sonaba intere- ascendencia:
sante y decidió quedárselo para su carrera meteórica de escritor, que a partir de ese antepasados de una
momento despegó definitivamente, y bla, bla, bla… persona.

¡He leído mil veces la entrevista donde contaba todo esto! Y también me he pregunta-
do mil veces si cuando sea escritora yo debería hacer lo mismo o con mi nombre bas- 55
tará para ser mundialmente famosa. ¿Alexia López? ¿Qué le parece? ¿Demasiado vul-
gar? ¿Mejor utilizo el apellido de mi madre? ¿Alexia Bordón? ¿Alexia L. Bordón?
¿Alexia L. B.? Las siglas siempre suenan misteriosas. ¿Qué le parece? ¿Me da su opi-
nión? Bueno, como le decía: decidí utilizar su seudónimo y no su nombre real por dos
razones: a) porque espero caerle bien; b) porque no estoy muy segura de cuál es su 60
nombre real y no quiero meter la pata en la primera carta.
¿Todavía no se ha cansado de leer? ¡Hurra, es mucho más de lo que esperaba! Y un
gran honor, porque sé que su agenda rebosa de compromisos. Seguro que su teléfo-
rebosa: tiene algo en
no no deja nunca de sonar y que le reclaman de mil sitios. Solo quiero robarle unos
abundancia.
segundos más para hacerle una pregunta muy importante. ¿Cuándo saldrá su nueva 65
novela? Hace un año (más o menos) dijo en una entrevista que la estaba terminando,
así que ya debería estar terminada, ¿no? Debe saber (aunque seguro que ya lo sabe)
que sus fans estamos ansiosos por leerla. Por favor, cuénteme cuándo llegará a las
librerías y correré a decírselo a Delmira, mi librera, que se pondrá como loca de con-
tento. Delmira no solo es mi librera. También es mi amiga. Está pasando por una 70
mala racha últimamente, por eso me gustaría poder animarla con una noticia real-
mente maravillosa, como la de un nuevo libro suyo. Sería estupendo que usted
aceptara presentar su novela en la librería de Delmira —que es la más bonita del
mundo—, donde tiene muchos fans y donde podría probar la ¡ma-ra-vi-llo-sa! tarta
de chocolate con cerezas que es la especialidad de la casa. Siempre la prepara 75
cuando hay un evento especial. También cuando está triste, porque suele decir que
es una tarta que cura los males del alma. ¿Verdad que es bonito? Ah, no se lo he
dicho, pero la librería de Delmira se llama Gulliver, en honor al dragón de su cuento.
¿Ve como tiene que venir a conocernos? […]
Espero que no se haya cansado de leer varios párrafos más arriba. Si ha llegado 80
hasta aquí bien podrá invertir un poquito más de tiempo y paciencia en pensar en
serio mi propuesta.
Care Santos, Inbox. edebé.
Actividades
Obtención de información
1. Responde a estas preguntas:
• ¿Cuántos intentos de saludo contiene el correo electrónico de Alexia?
• ¿Cómo se titula el primer libro de Benedict Woodward que leyó Alexia?
• ¿Cuál era uno de los muchos problemas que tenía Alexia de pequeña?
• ¿Cuál es el trabajo de Delmira?
• Delmira prepara una tarta que «cura los males del alma». ¿De qué es?
• Al final del correo, Alexia le pide algo a Woodward si le sobra tiempo. ¿En qué consiste?

2. ¿Por qué la protagonista se siente obligada a enviar este correo?


• Porque se lo ha prometido a su madre.
• Porque se lo ha prometido a Delmira.
• Porque es un propósito para el nuevo año.

3. ¿Por qué conoce Alexia tantos detalles sobre Woodward?


• Porque se los comunicó el propio Woodward.
• Porque los leyó en una entrevista hecha a Woodward.
• Porque consultó en Internet su página oficial.

Interpretación
4. Alexia se repite constantemente en su mensaje (saluda tres veces, por
ejemplo). ¿Cuál crees que es el motivo?

5. No siempre nos esforzamos en cumplir nuestros propósitos, pero


Alexia lo considera un deber. ¿Qué te dice esto en relación con su ca-
rácter?

6. La protagonista nos cuenta que antes se sentía «transparente» por es-


tar sola, sin amigos. ¿Qué crees que quiere decir?

Reflexión
7. La protagonista, Alexia, se identifica con el dragón Gulliver por varias razones. ¿Cuáles son?
— ¿Considera Alexia que estar solo es lo peor que puede ocurrirle a una persona? Justifica tu respuesta.
— ¿A ti te gusta estar solo o sola en algunas ocasiones?

8. Alexia quiere ser «una escritora famosa». Por lo que escribe en su correo, ¿qué crees que tiene más importancia para ella: ser
escritora o ser famosa? ¿Por qué lo crees?

Expresión
9. Redacta una invitación para asistir al acto de presentación del nuevo libro de Benedict Woodward en la librería de Delmira.
—— Inventa un título para el libro.
—— Ten en cuenta que una invitación escrita debe ser breve, amable y formal, e incluir la fecha y la hora del evento.
Hermanas del alma
María
Hola, gente. Aquí estoy, estrenando cámara y canal de YouTube. Mi canal: aventuras
y desventuras de María. O sea, mías. Mi vida, vamos. Que, en general, suele ser
molona, aunque no siempre... ¡Así que welcome! Os preguntaréis: ¿y esta quién es?
Soy yo: María, 17 años, rubia natural... No vayáis a creer que es una peluca o que 5
soy teñida, que no. Que es herencia de mi familia paterna. Es que mi padre, Björn
Lindström, es sueco. De ahí que yo sea como ricitos de oro, pero sin los rizos. […]
—¿Y ahora qué pasa?
—Sorry! ¿Estás grabando?
—Estoy, sí. Voy camino de convertirme en una youtuber number one de mi 10
generación.
—Si tú lo dices...
—Of course. Anda, ven, acércate.
Ya vuelvo a estar con vosotros, florecillas. Y esta que veis aquí... Inés, mujer, da la
cara. Eso, delante de la cámara. Esta es mi hermana, esta es Inés, mi hermana ge- 15
mela. Raya en medio, melena rubia oscura, ojos verde claro, mazo pecas, labios
sensuales... (LOL)
—Bueno, ¿me puedo ir ya?
—Que sí, pesada. Disuélvete.
—Tengo deberes, ¿sabes? Por cierto, ¿tú no? 20

—¿Yo? Buf... ¡Adiós!


Esta es Inés. La seria. La responsable. La soñadora. La tímida. Y la persona a quien
más quiero en el mundo. Sin ella, no sé qué sería de mí. Inés quiere ser pintora.
Quiere serlo desde que era una niña. Respect totalmente, claro. Y la verdad es que
pinta que lo flipas. Va a llegar lejos Inés. Ya lo verás. Ella está en segundo A. Eric y 25
yo, en segundo B. Y en la optativa de pintura nos encontramos los tres. Pero mis
pinturas y las de Eric son bastante chungas comparadas con las de ella.
—¡Ya voy!
Tal vez no lo hayáis oído. Pero hasta mí ha llegado un alarido —de mi madre— para
que vaya a poner la mesa. Eso pasa: que las madres no sienten ningún respeto por alarido: grito muy fuerte.
30
sus hijas que están a punto de convertirse en youtubers mundiales. ¡Qué se le va a
hacer! Las madres son así. Y son como las lentejas: las tomas o las dejas.

Inés
La joven de la perla. Esa soy yo hoy. Y no es frecuente que pueda identificarme
con una pintura que expresa placidez. Porque plácida no soy. Aunque tal vez quienes 35
no me conocen mucho, que son la mayoría, podrían describirme así. Pero yo placidez: tranquilidad.
normalmente no me siento apacible, sino algo agitada, por lo menos interiormente,
aunque sea difícil percibirlo desde fuera. Yo soy un mar de fondo. […] Tengo fama
de no saber expresar mis emociones. Pero sentirlas, las siento como
cualquiera. Es más, creo que las siento con mayor intensidad, aunque 40
me resulta difícil comunicarlas. Tal vez por eso tiendo a explicármelas
mediante pinturas. Ojalá pudiera conservar este estado de ánimo para
siempre. ¿Cómo se podría guardar un estado de ánimo? ¿Metiéndolo
en una bolsa hermética dentro del congelador? Y una etiqueta: lamer
un poco cuando se tenga desánimo. Fecha de caducidad: ninguna. 45 hermética: cerrada de
manera que impide el paso
O tal vez sería posible si consiguiera un día tras otro hacer descubri- de líquidos y gases.
mientos deslumbrantes como el que he hecho hoy. Difícil lo veo. Las
gemas brillantes no abundan ni siquiera en el mundo de la pintura.
Aquí estoy delante de una de ellas: la obra de Marlene Dumas. ¡Así quiero ser yo
como pintora! Vayamos por partes. ¿Quién es Dumas? Una pintora nacida en Ciudad 50
del Cabo en 1953 y que vive actualmente en Ámsterdam. Me mira desde la pantalla
del ordenador. Ojos claros. Melena libre y salvaje, de color ámbar con vetas blancas.
vetas: líneas que se
Es una mujer decidida, capaz de llevar su vida adelante con la firmeza de Thor. Su
diferencian de otras por su
obra es como un puñetazo en el cerebro. ¡No! No solo eso, también es como dejar color.
fundir un trozo de chocolate sobre la lengua, y masticar un grano de pimienta, y la- 55
mer una cuchara untada en miel, y chupar un gajo de limón. […] Cuando entro en el
aula de pintura, ya he decidido que voy a estudiar la técnica de Dumas y voy a pintar
de esa forma, aunque a mi aire.
—Hi, dear!
—Hola, María. ¿Puedo sentarme con vosotros? 60
—¡Debes! Debes sentarte con nosotros —responde Eric—. ¿Dónde, si no, ibas a
hacerlo?
Me siento junto a mi hermana y su amigo Eric. Me gustaría tanto ser amiga de este
chico... Es un tipo tan luminoso y alegre... y, además, apacible. Eric es el cuadro de
la Noche estrellada de Van Gogh. Una personalidad marcada por dos aspectos, 65
como esa pintura del holandés dividida en dos planos: el cielo estrellado y, debajo
de la línea de las montañas, el pueblo y los cipreses. Arriba, con trazos cortos que
van cerrándose en círculos concéntricos están representadas las estrellas y una luna
naranja que casi parece un sol. Esa es la parte resplandeciente de Eric. Podría que-
darme con ella, si no fuera porque conozco —y también me gusta— el otro lado: el 70
de su apacibilidad y su bondad, que, como ese pueblo azul de Van Gogh, ofrece refu-
gio a sus amigos. A su lado, yo cargo pilas. Lástima que solamente coincido con él
en la optativa de pintura o cuando viene a casa a estudiar con María.
Es cierto que María me insiste para que vaya con ella a los conciertos de la banda.
Pero yo no pinto nada allí. Los admiro. Admiro a Eric, a María y a los demás, por ser 75
capaces no solo de ensayar semana tras semana, sino también de tocar en público.
Lo han hecho ya tres veces y, en dos, yo estaba presente. ¡Qué angustia!, pensaba
yo. ¿Y si uno de ellos —María, por ejemplo— se equivoca? ¿Y si uno tropieza y a
otro se le cae algo al suelo?... Mira que eres ceniza, me decía luego María cuando le ceniza: persona que trae
contaba mis ansias durante el concierto; pues, si uno se cae, se levanta; y, si tira 80 mala suerte.
algo al suelo, lo recoge. Me lo decía riéndose como una posesa. Eso es lo que más
le gusta a mi hermana: hacer el ganso, reírse, divertirse. ansias: angustia.

Gemma Lienas, Ni en mil años te dejaría tirada. edebé.


Actividades
Obtención de información
1. ¿Qué relación une a María y a Inés? ¿Y a María y a Eric?

2. ¿En qué clase coinciden Inés, María y Eric?

3. Completa esta información sobre María e Inés:


María Inés

Aspecto físico
Carácter
Aficiones

Interpretación
4. ¿Cómo te parece que es la relación entre María e Inés? Aporta ejemplos de la
lectura.

5. ¿Por qué quiere Inés ser como la pintora Marlene Dumas?

6. Explica con qué cuadro se identifica Inés y con qué otro cuadro relaciona a
Eric. En ambos casos, indica las razones que da la chica para ello.

7. Las palabras seria, responsable, soñadora y tímida ¿pertenecen a la misma fa-


milia léxica, al mismo campo semántico o al mismo campo asociativo?

8. Indica el significado de la siguiente expresión: «Y son como las lentejas: las


tomas o las dejas».

9. La expresión «pinta que lo flipas», ¿significa que Inés pinta bien o mal?

10. María utiliza varias palabras y expresiones en inglés. Localízalas en la lectura y


explica por qué crees que las emplea.

Reflexión
11. Inés dice que tiene fama de no saber expresar sus emociones.
—— ¿A ti te resulta fácil expresar tus emociones?

12. ¿Con qué personaje te identificas más, con María o con Inés? ¿Por qué?

Expresión
13. María e Inés se han presentado a los lectores de dos maneras muy distintas. Di qué manera te ha gustado más y por qué.
—— Elabora un texto para presentarte ante personas que no conoces.
—— Elige el modo de María o el de Inés para hacerlo (u otra opción que te parezca más atractiva).
¡Nada es lo que parece!
Guillermo Álvarez (Xixón, 1986) es autor de la obra teatral Un caso de robo con agre-
sión, ganadora en el año 2011 del Premio Asturias Joven de Textos Teatrales que
concede el Principado de Asturias.
En su obra hay dos ejes fundamentales: la lucha entre inocencia y culpabi-
lidad, y lo engañoso de las apariencias. ¿Quería escribir algo que fuera 5
más que mero entretenimiento?
mero: puro, simple.
En efecto. El entretenimiento es importante. […] Pero rara vez una obra deja un
grato recuerdo en su autor o en su consumidor si no incluye algo más, algún tipo de
invitación o reflexión que la dote de mayor sentido.
¿Le gustaría ver su obra representada en los escenarios? 10

Sí. Sería muy gratificante, sobre todo si conectara con el público tanto como creo que
podría.
¿Cómo llegó al mundo del teatro?
De adolescente me gustaba el arte y empecé a ir al teatro. Al Jovellanos, en concre-
to. Luego busqué cursos más orientados a la realización y, ya en Madrid, me incorpo- 15
ré a algunas agrupaciones teatrales.
¿Qué proyectos de escritura tiene para el futuro?
No sé. Para seguir en esta línea de lo policíaco podría estar bien una novela enigma.
De estas con muchos personajes y un crimen. Ha de ser un género muy agradable de
escribir porque sueles conocer todo desde el principio y manejar a tantos personajes 20
es enriquecedor. También me agradaría un libro de viajes, uno más orientado a con-
trastar las formas de funcionamiento de la sociedad. […] Suelo tener varias ideas indicio: hecho que permite
en la cabeza, pero necesito algún indicio que me anime a lanzarme con una. En el conocer otros hechos
caso de Un caso de robo con agresión, lo que me animó fue estar en una agrupación desconocidos.
teatral en Madrid. Como sabes, esto de escribir demanda bastante tiempo. 25
demanda: pide.
Entrevista de Esther Prieto. Estoyu, Revista de Llibros.

Para abrir boca, os proponemos la lectura de un fragmento de Un caso de robo con


agresión, publicado por Ediciones Trabe.

Escena 3. Interposición de una denuncia. B


Fernando toma declaración a la señora. Escribe en un ordenador lo que ella le dice.
Fernando: ¿Carné de conducir o pasaporte?
María del Rosario: No, hijo, no he salido de España nunca. Y conducido, menos. Si 30
fuese la cartilla de racionamiento… […]
Fernando: Nombre completo.
María del Rosario: María del Rosario Fernández Prado.
Fernando: Es suficiente. Ahora díganos: ¿cuándo sucedió?
María del Rosario: El viernes, hacia la hora de comer. Serían entre las dos y las 35
tres.
Fernando: ¿Dónde fue?
María del Rosario: A la entrada de casa, ya casi en el portal. […] Venía de hacer
la compra, cargando con dos bolsas, que las llevo ya de casa para que no me las
cobren. Con algo de leche, pan y galletas… 40
Fernando: Trate de centrarse en lo que es el atraco.
María del Rosario: Pues eso, estaba caminando al portal con estas dos bolsas…
Ah, y algo de fruta llevaba… Entonces un joven me dijo: «Señora, señora, déjeme,
que la ayudo, que va muy cargada». Y, oye, lo vi tan educado… Y como lo vi que
vestía normal… Quiere decirse, que si llega a ser de estos que van todos… de 45
aquella manera…, pues no le hubiese dejado. Pero como tenía una traza normal…
traza: aspecto.
y era tan amable…, pues le di las bolsas. Y ya noté que quería llevarme el bolso
también, pero no le dejé, y vi que insistía, y le dije: «No, no, no, tú lleva solo las
bolsas». Ya… no me gustó mucho. Y, cuando estábamos en el portal, le dije: «Aquí
ya lo llevo yo, gracias. Tú vete ya». Me tiró entonces del bolso y, como lo tenía así 50
(dice señalándose el brazo) y no salía, me empujó…, me tiró al suelo… Ay, ay, ay…
(La emoción le impide continuar).
Fernando (Invitándola a seguir): La tiró al suelo…
María del Rosario: Sí… Se quedó con el bolso y echó a correr. Y allí me quedé ti-
rada, con la muleta y las bolsas ahí caídas. 55

Fernando continúa escribiendo en el ordenador. […]


Fernando: ¿Cuánto cree que medía?
María del Rosario: No sé, alto. Uno ochenta o más.
Fernando: Siga con la descripción.
María del Rosario: Moreno, de pelo corto, ojos marrones… Así un poco… 60
como trafullero. Ya me entiende, que hablaba así… rápido y… No sé cómo
explicarlo. […]
Fernando: ¿Lo había visto antes?
María del Rosario: No.
Fernando: ¿Qué contenía el bolso? 65
María del Rosario: ¡La cartera!
Fernando: ¿Llevaba algo especial en ella?
María del Rosario (Muy afectada): Ay, ay, en la cartera lo que llevaba… ¡Seis mil
euros!
Fernando parece impresionado. 70
Fernando: ¿Por qué llevaba tanto?

Guillermo Álvarez, Un caso de robo con agresión. Ediciones Trabe.


Actividades
Obtención de información
1. Antes del fragmento teatral, has leído una conversación con Guillermo Álvarez, el autor. ¿Cómo se llama este tipo de texto?
• noticia • entrevista • artículo

2. ¿Sobre qué géneros le gustaría escribir a Guillermo en un futuro?

3. En el fragmento teatral, ¿cómo sabemos que la señora María del Rosario no tiene carné de conducir?

4. Señala dónde ocurrió el robo a la víctima.


• A la salida del supermercado
• Dentro de su propia casa
• En el portal de su casa

5. ¿Qué alimentos llevaba la señora en las bolsas de la compra?

6. ¿Qué aspecto tenía el ladrón?

7. ¿Dónde tiene lugar la escena que se describe en el texto?

8. Localiza las oraciones del texto que apoyen estas afirmaciones:


• La señora María del Rosario cojea.
• Es una señora ahorradora.
• A María del Rosario no le gustó la insistencia del joven.
• La cartera de la señora contenía bastante dinero.

Interpretación
9. La víctima no dice su edad durante la denuncia, pero hay un detalle al principio de su declaración que nos da una pista. ¿De
qué detalle se trata?

10. ¿A qué se refiere María del Rosario cuando habla de los que van «de aquella manera»?

11. Busca en el diccionario un sinónimo de la palabra grato en este contexto: «Rara vez una obra deja un grato recuerdo en su
autor o en su consumidor si no incluye algo más».

Reflexión
12. La víctima confía en el joven porque le parece normal, pero resulta ser un delincuente violento.
—— ¿Qué papel juega el aspecto físico a la hora de juzgar a una persona?
—— ¿Te parece justo? ¿Por qué?

13. En muchas culturas las personas mayores son especialmente respetadas.


—— ¿Crees que es así en nuestra cultura? Aporta argumentos para justificar tu opinión.

Expresión
14. Redacta con tus compañeros una lista de cinco medidas que ayuden a mejorar la calidad de vida de las personas mayores.

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