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GNOSEOLOGIA

AÑO: 2020
Docente: Prof. Rosario Sosa
Estudiante: Rosales Abulafia, Jorge Alejandro Noé

TRABAJO PRÁCTICO Nº 1

1) La primera postura de Teeteto respecto al concepto de ciencia, es, según dice, que todo saber
es percepción, usa la palabra “aisthesis”, que para Platón incluye tanto la visión, la audición, el
olfato, el placer, el dolor, el temor, etc. Esta primera concepción de Teeteto, está fuertemente
ligada al pensador Protágoras, quien en su tratado Sobre la Verdad, desarrolla la teoría de que el
hombre es medida de todas las cosas. Cabe destacar que Protágoras no desarrolla esta teoría en
torno al conocimiento, pero Platón construye esta teoría de la percepción como fundamento
gnoseológico de la tesis del hombre medida de Protágoras, de este modo, Platón nos explica que
siguiendo esa línea de pensamiento, se fundamenta que ninguna cosa tiene una realidad en sí
mismas ni por sí mismas. Sus cualidades solo pueden entenderse en relación con un sujeto
perceptor. Cada color, por ejemplo, no es ni aquello que se dirige al encuentro (ojos), ni lo
encontrado (color), sino una realidad intermedia que se engendra en el encuentro preciso, de los
ojos y el movimiento adecuado, cabe destacar que esta percepción será específicamente distinta
para cada uno de los hombres. El uso del concepto movimiento que introduce aquí Platón como
parte de la teoría de Protágoras, es una referencia directa a la teoría del movimiento de Heráclito,
quien establecía que el fuego (movimiento) engendra todas las cosas, el movimiento, además,
constituye el bien para el alma y el reposo la decadencia y corrupción de la misma.
Ahora bien, esta teoría tiene validez en el campo de la percepción, pero una cosa muy distinta es
que la percepción satisfaga los requisitos necesarios para constituirse como saber, Platón nos
demostrará a continuación una serie de paradojas que demuestran la imposibilidad de la
percepción para constituirse como saber.

2) Vamos a recopilar todos los argumentos expuestos respecto a esa primera concepción de
ciencia que expone Teeteto y vamos a intentar sintetizarlos de la mejor manera posible.
En primer lugar, Sócrates propone un sencillo ejemplo: Tengo cuatro dados, si les agrego dos
dados, sumo un total de 6, de aquí se deducen tres afirmaciones:
a) Ninguna cosa se hace mayor (en volumen o en número) mientras permanezca igual a sí misma.
b) Aquello a lo que no le añado ni le resto no aumenta ni disminuye.
c) Algo que no era algo anteriormente, ni en el pasado ni en el presente, no puede llegar a ser algo
distinto esencialmente a sí mismo en la posteridad.
Sócrates refuta con un simple ejemplo, si Sócrates con su edad actual es mayor en tamaño a
Teeteto que es más joven, pasado un tiempo, Sócrates aun siendo mayor en edad será menor el
tamaño que Teeteto, y no será esto porque Sócrates que haya encogido, sino porque Teeteto ha
crecido. Según las afirmaciones anteriores, Sócrates no se empequeñeció, es decir, no restó, sin
embargo es menor en tamaño, lo cual es imposible.
En el próximo argumento Sócrates pone un nuevo ejemplo, si hay un Sócrates enfermo
(considerado como un todo, según explicita Platón), y otro Sócrates sano (considerado también
como un todo), se considera que los dos tendrán experiencias distintas de un mismo
acontecimiento, para el Sócrates sano el vino será dulce, mientras que para el Sócrates enfermo
será amargo, Teeteto está de acuerdo, pues de este modo la infalibilidad de la teoría de la
percepción queda demostrada, ya que la teoría es siempre “de mi propio ser”, porque la
percepción es siempre relativa a un sujeto en conjunción con el cual se producen las cualidades
sensibles. Sería inútil preguntar por el color o el sabor de algo, pues cada sujeto es siempre el juez
de lo que es para sí, y por ende, jamás podría equivocarse en nada, pues la verdad es lo que es
verdad para él. De aquí Sócrates refuta lo siguiente: Si todas las opiniones son verdaderas ¿En
dónde radica la supuesta sabiduría de Protágoras? ¿Por qué la gente paga honorarios tan caros
por recibir educación de alguien tan sabio si todos tienen la verdad por igual? Sócrates ingresa el
siguiente ejemplo: Si una persona cree que tendrá fiebre, y un médico que lo analiza cree lo
contrario ¿A cuál opinión acomodará su futuro cualquier hombre? La opinión que se toma en
cuenta es la del profesional, al igual que en las guerras o catástrofes, muchos hombres no siguen
la doctrina del hombre medida, sino que hacen caso a las órdenes de sus superiores en orden de
salvar sus vidas. Por ende, los hombres son quienes consideran la sabiduría y la ignorancia entre
ellos mismos y califican según sea el caso. Siguiendo este razonamiento, si para la mayoría de los
hombres la doctrina de Protágoras es falsa, Protágoras debería aceptar su falsedad, pues las
opiniones contrarias a la suya son también verdaderas, y como dijimos anteriormente que los
hombres juzgan entre ellos su ignorancia o sabiduría, la doctrina queda derrotada pues confiere
autoridad a todas las opiniones.
Por último, se vuelve a la cuestión de los sentidos, y Sócrates vuelve sobre la afirmación que ver
(en tanto percepción) es saber, y pregunta que pasaría en caso de tener un recuerdo, si cierro los
ojos y recuerdo algo que he visto ¿Sé o no sé? Pues saber es ver y no-saber es no-ver. Y qué
pasaría, sigue Sócrates, si alguien te tapa un ojo, es decir, verías y no-verías, por ende sabrías y no-
sabrías, lo cual es una contradicción. Por último, Sócrates pregunta si oigo un idioma extranjero y
observo su escritura, percibo letras y sonidos, pero ¿Entiendo el idioma? A lo que Teeteto
responde que solo percibiría sonidos y letras, pero no podría entender nada, pues “lo que enseñan
los gramáticos no lo percibo ni con los ojos ni con los oídos”. De aquí se infiere que percibir no
puede ser lo mismo que saber, y se acuerda que no se percibo “por” los ojos (o cualquier otro
órgano sensible), sino “mediante” los ojos, en realidad solo se percibe con el alma, y ésta percibe
con los órganos sensibles como mediadores, el alma es tratada en este punto como lo que nos
permite percibir el elemento perceptivo que hay en nosotros. Y se concluye que el saber no radica
en nuestras impresiones, sino en el razonamiento que hacemos acerca de éstas, pues con uno es
posible aprehender el ser, y con las percepciones es imposible.
Al final, el diálogo abandona el debate y se adopta el modo de una reflexión sobre el saber, y
Teeteto, abandonando su primera postura, dice que en algún momento escucho que “La opinión
verdadera acompañada de razón constituye la ciencia…” (…) algo privado de razón, cae fuera de
ella (…) De todo aquello de lo que no hay razón, no hay aprendizaje posible”. Sócrates responde a
Teeteto que tres son los requisitos que se deben exigir para que se pueda hablar de conocimiento:
creencia, verdad y prueba si no hay creencia, aunque por casualidad haya verdad y exista la
prueba, pero esta no se halle en poder de quien formula la afirmación, no podemos hablar de
conocimiento. Tampoco podemos hacerlo si no hay verdad, porque no asociamos el conocimiento
a sostener lo que no corresponde a la realidad o a los estados de las cosas en estudio. Y aunque
hubiese creencia y verdad, mientras no exista la prueba se estará en estado de opinión más no de
conocimiento. Al final, no se acuerda con certeza de que ésta sea la concepción final del saber, se
deja un final abierto y ambos prometen seguir reflexionando sobre el tema.

3) Villoro nos dice que en el Teeteto el saber era tratado como creencia verdadera y justificada,
siguiendo la fórmula:
a) S cree que P.
b) P es verdadera.
c) S tiene razones suficientes para creer que P.
Mientras que en el Menón, el saber se muestra de la misma manera, pero además el conocimiento
orienta nuestra acción, es decir, los motivos prácticos: Uno conoce el camino a Larisa, otro, sin
conocerlo, la encuentra mediante una conjetura acertada, ambos serán buenos guías, pues
“Desde el punto de vista de la práctica correcta la creencia verdadera no es peor guía que el
conocimiento” (Menón 97b). La única diferencia entre ambos casos no es que uno acierte siempre
y el otro falle, pues se puede dar el caso de alguien que acierte siempre por fortuna, sino en que
como dice Platón el conocimiento posee a las creencias fuertemente ligadas, es decir, la propiedad
del conocimiento es que asegura con firmeza el acierto de nuestras creencias. Por como aparece
en el Menón, el conocimiento es, entonces, una guía práctica asegurada en razones, y conocer es
poder orientar en forma acertada y segura la acción, de esta manera, en el Menón el
conocimiento se ve como una forma en la que el sujeto puede anclarse en la realidad.

4) En la actualidad, según Klimovsky, ningún de los tres requisitos de la concepción platónica del
conocimiento se considera apropiado para definir el conocimiento científico. La concepción
moderna de éste es más modesta y menos tajante que la platónica, y el término “prueba” se
utiliza para designar elementos de juicio destinados a garantizar que una hipótesis o una teoría
científicas son adecuadas o satisfactorias de acuerdo con criterios. Ya no se exige una dependencia
estricta entre prueba y verdad. Porque es posible probar lo suficiente una teoría científica, sin
haber establecido su verdad de manera concluyente, por lo tanto, no debe sorprendernos que una
teoría aceptada en cierto momento histórico, sea desechada más adelante. En este mismo sentido
debemos señalar que en la actualidad, la noción de prueba no está indisolublemente ligada al tipo
de conocimiento o adhesión llamada “creencia”. Sin embargo, la caracterización platónica será
siempre un buen punto de partida, aunque provisional, para indicar de qué se habla cuando nos
referimos al conocimiento.

5) Tanto a) como c) partirán del hecho de que P es verdadera, en el caso de esta última pondrá
énfasis en el valor de verdad de P, afirmando que S está seguro de que es verdadero y tiene
derecho a estarlo, no siendo así en a) donde es más un creer que un afirmar. Por otro lado, b)
parte de la base que S acepta a P, ya que cuenta con evidencias para concluir que esta es
verdadera.
a) Gettier argumentara que a) es falso, ya que las condiciones allí enumeradas no constituyen una
condición suficiente de la verdad de la proposición de que S conoce a P. El mismo argumento
demostrara que b) y c) son insuficientes si “tiene evidencia adecuada de” o “tiene derecho a estar
seguro de que” es sustituido por “está justificado en creer que” en todos los aspectos.
Ambos casos, enuncian proposiciones en las que se parte de supuestos, y se expresa que uno de
los sujetos que participan de los casos tiene fuerte evidencia de la verdad de una proposición en
particular y al tomarla como verdadera puede justificar la otra u otras.
b) En el primer caso se explica que dada la evidencia que posee uno de los sujetos (Juan) este
entiende la existencia de un vínculo entre dos proposiciones, siendo estas d) y e), dicho vinculo se
da de la siguiente manera, tomando como verdadero d), también acepta que e) es verdadero
sobre los fundamentos de d), pero resulta que esta última es falsa, y e) es verdadera. Concluye
diciendo que e) es verdadera en virtud a un hecho del cual el sujeto no era consiente.
c) En el segundo caso partimos de una proposición f), la cual estará vinculada con otras tres que se
plantean a continuación, estas será distintas entre sí y el sujeto (Juan) no sabrá acerca nada
respecto a la verdad de una de ellas. Comienza por tomar como verdadero f) y acepta las tres
siguientes, sobre la base de la primera, justificando así su creencia de que son verdaderas.
Finalmente el autor expresa que f) es falsa pero una de las tres vinculadas a ella, es verdadera,
igual que ocurrió con el primer caso Juan está justificado al creer en la verdad de una proposición.
La conclusión a la que llega Gettier, expresa que tanto a), como b) y c) no enuncian una condición
suficiente del conocer de alguna proposición dada, puesto que partir del supuesto de que una
proposición es verdadera no justifica la validez de las siguientes, además vemos en estos casos que
la proposición P de la que partimos resulta ser falsa y sin embargo justifica a las siguientes.

6) Lo que resulta característico del conocimiento que brinda la ciencia, según Klimovsky, es el
llamado método científico, un procedimiento que permite obtenerlo, y también a la vez,
justificarlo. Pero surge una pregunta, y es si es que se puede hablar solo de “un” método científico.
Pareciera que entre los métodos que utiliza un científico se pueden señalar métodos definitorios,
métodos clasificatorios, métodos estadísticos, métodos hipotético deductivos, procedimientos de
medición y muchos otros, por lo cual hablar de él método científico es referirse en realidad a un
vasto conjunto de tácticas empleadas para constituir el conocimiento.
El método científico es una referencia a métodos para inferir estadísticamente, construir hipótesis
y ponerlas a prueba. El conocimiento científico podría caracterizarse como aquel que se obtiene
siguiendo los procedimientos que describen estas estrategias básicas.

7) Se había explicitado anteriormente que la doctrina de la percepción como saber, establecía que
las cosas de las cuales tenemos experiencia no son más que un agregado de cualidades sensibles
mediante la interacción de dos procesos: sujeto perceptor y objeto percibido. Aquí, Sócrates
pregunta a Teeteto su opinión sobre dicha teoría pero agrega dos componentes nuevos: lo bello y
lo bueno, de manera brusca. Me parece importante mencionar esto, pues según comentaristas lo
hace con el objetivo de poner el relieve las consecuencias éticas que derivan de la doctrina que
busca criticar, pero también agrego personalmente que es una estrategia discursiva, que favorece
el pasaje del concretismo de las sensaciones que venían trabajando a la abstracción del tema
siguiente, a saber: sueño, enfermedad, locura. En lo que refiere a los sueños y las enfermedades,
englobando dentro de esta última la locura, se oye o ve mal o se percibe defectuosamente
cualquier cosa de que se trate. No es posible el conocimiento en estas situaciones, ya que se
producen percepciones falsas y las cosas no son, ni mucho menos, como aparecen a cada uno,
sino lo contrario; nada es lo que parece ser. De este modo y en estos casos, la doctrina de la
percepción se refuta automáticamente.

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