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Un estudio avanza sobre la predicción de

personas con TDAH


Mon, 27/03/2023

https://www.udima.es/en/estudio-adrian-galina-prediccion-tdah.html

El Colegio Oficial de Psicología de Castilla-La Mancha ha resuelto conceder el


premio al mejor Trabajo de Fin de Grado al doctor en Biomedicina, psicólogo,
bioquímico y profesor del Grado en Psicología de la Universidad a Distancia de
Madrid, UDIMA, Adrián Galiana.

Redacción UDIMA Media

‘Factores psicobiológicos, psicofisiológicos y neuropsicológicos en el TDAH


infantojuvenil’ es como tituló su TFG el profesor de la UDIMA al graduarse en
Psicología en la UNED. De su investigación se concluye que la medida de parámetros
psicobiológicos y psicofisiológicos podría ser útil en el estudio pacientes con TDAH,
y ayudar al seguimiento de su evolución y monitorizar el efecto fisiológico de los
tratamientos recibidos. Enfoques de investigación multinivel como el presente, podrían
ser útiles en el estudio de factores implicados en el TDAH y su conceptualización desde
una perspectiva amplia.

El trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) es un trastorno del


neurodesarrollo con elevada prevalencia, cuyos síntomas nucleares comprenden
dificultades de atención, con frecuencia acompañados de hiperactividad e impulsividad,
cuyas consecuencias afectan negativamente al desarrollo emocional, cognitivo y social
del afectado.

Actualmente, se asume que la etiología del TDAH comprende múltiples factores, desde
genéticos y neurobiológicos, hasta cognitivos, conductuales y sociales, cuya interacción
da lugar a las características propias del trastorno. Esta heterogeneidad y amplitud de
factores implicados hacen necesaria su conceptualización y estudio desde una
perspectiva amplia, biopsicosocial, que recoja la complejidad de los aspectos señalados.

En línea con esta perspectiva de trabajo, según explica con detalle el doctor Galiana a
UDIMA Media, la presente investigación original analizó desde tres niveles de estudio
diferenciados (el psicobiológico, el psicofisiológico y el neuropsicológico), distintos
factores relacionados con el trastorno, en dos grupos de participantes: uno con
diagnóstico clínico de TDAH sin comorbilidad y otro control (CT), sin ningún trastorno
o enfermedad y desarrollo típico.

En concreto, explica, se examinaron en ambos grupos, los niveles de cortisol salival


como indicador de la actividad del eje neuroendocrino hipotálamo-hipófisis-adrenal y,
como según señalan autores, posible indicador del nivel de actividad cortical. La
determinación de cortisol se realizó mediante inmunoensayo ELISA.
Respecto al nivel de estudio psicofisiológico, se realizó encefalografía cuantitativa a
todos los participantes y se calcularon diversos parámetros relacionados con TDAH y
neurodesarrollo, como la ratio de ondas cerebrales theta-beta (TBR) y la frecuencia
individual del pico alfa.

Adicionalmente, se evaluaron las funciones cognitivas mediante la administración de


distintas pruebas neuropsicológicas (D2, TAVECI, Span de dígitos, Cubos de Corsi,
ENFEN), de inteligencia (KBIT) y de evaluación de la atención en entorno 3D simulado
(AULA).

Se citaron a los participantes para evaluación neuropsicológica desde las 10 de la


mañana. Durante aproximadamente tres horas se administraron los diferentes
instrumentos y se realizó el registro electroencefalográfico con ojos abiertos (RSEC) y
cerrados (RSEO) en estado de relajación. Se obtuvieron muestras de saliva para el
análisis de niveles de cortisol a 6 tiempos distintos a lo largo de la evaluación.

Para cada variable medida, se calculó el resultado promedio en cada grupo y se


estudiaron las posibles diferencias intergrupales mediante t de Student, trabajando a un
nivel de confianza del 95%.

Se encontraron las siguientes diferencias significativas en el grupo TDAH respecto del


CT: menor nivel de cortisol salival tras evaluación neuropsicológica, con bajada
significativa a las 2 horas de evaluación; mayor TBR (indicativo de alteración del
balance entre ondas lentas y rápidas, con mayor contribución de onda lenta y menor de
onda rápida en el grupo TDAH) así como menor iAPF (indicativo de ritmo de
neurodesarrollo, menor en el grupo TDAH); menor rendimiento neuropsicológico en
pruebas de atención sostenida, memoria inmediata y en funciones ejecutivas.

Los resultados obtenidos son congruentes con anteriores investigaciones, que estudiaron
dichos parámetros de manera aislada y sugieren, en el grupo TDAH, bajo nivel de
activación cortical, inmadurez cerebral y ritmo de neurodesarrollo lento, lo que podría
relacionarse con el menor rendimiento neuropsicológico registrado en dicho grupo.

Así, las variables psicobiológicas (niveles de cortisol) y psicofisiológicas (parámetros


de actividad neuronal y localización cortical), podrían ser relevantes y predictoras del
rendimiento cognitivo alterado, especialmente ejecutivo y atencional, en personas con
TDAH.

Se hará entrega del premio al profesor de la UDIMA en el transcurso de la XV


Jornada Regional de Psicología y Sociedad que se celebrará el próximo 2 de junio en
horario de tarde en el Hotel Los Llanos.
https://www.vallhebron.com/es/actualidad/noticias/el-estudio-genetico-
mas-amplio-en-tdah-identifica-nuevas-regiones-del-genoma-asociadas-
al-trastorno

El estudio genético más amplio en TDAH


identifica nuevas regiones del genoma
asociadas al trastorno
Entender la genética del TDAH y la asociación con otras patologías ayudará a prevenir
y diagnosticar precozmente a los y las pacientes y facilitará la investigación de nuevas
terapias dirigidas.

24/02/2023

El trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) se caracteriza por


hiperactividad y comportamientos impulsivos y de falta de atención que dificultan la
vida diaria. Afecta a un 5% de los niños y niñas, y puede persistir en la edad adulta en
dos de cada tres afectados. Su desarrollo depende de factores ambientales y genéticos,
pero es la genética la que tiene un mayor peso: se calcula que explica el 74% de su
variabilidad. La revista Nature Genetics publica los resultados de un estudio
internacional, el mayor hasta ahora, que ha investigado posibles variantes genéticas
relacionadas con el TDAH para entender en profundidad la genética asociada con este
trastorno. El trabajo, liderado por la Universidad de Aarhus en Dinamarca, ha contado
con la colaboración del Vall d’Hebron Instituto de Investigación (VHIR), el CIBER de
Salud Mental (CIBERSAM), la Facultad de Biología y el Instituto de Biomedicina de la
Universitat de Barcelona (IBUB), el Instituto de Investigación Sant Joan de Déu
(IRSJD) y el CIBER de Enfermedades Raras (CIBERER).

El trabajo ha analizado el genoma de 28.691 pacientes con TDAH y 186.843 personas


sanas. Esto supone el doble de muestras estudiadas en comparación a estudios previos.
“Hay múltiples factores genéticos con pequeños efectos implicados en el TDAH y,
por lo tanto, es necesario estudiar un número elevado de casos para conocer en
profundidad las bases biológicas del trastorno y la asociación con otras
patologías”, afirma la Dra. María Soler, investigadora del grupo de Psiquiatría, Salud
Mental y Adicciones del VHIR y del CIBERSAM.

Mediante un estudio de asociación de genoma completo (GWAS, por las siglas en


inglés de genome-wide association study), se han investigado posibles variantes
genéticas, es decir, cambios en el genoma que aumentan el riesgo de sufrir TDAH, y se
ha evaluado su impacto en el desarrollo del trastorno.

El trabajo ha identificado 27 regiones del genoma asociadas al TDAH, 21 de las cuales


no se habían descrito hasta ahora. De entre estas regiones, se han priorizado 76 genes de
mayor riesgo, los cuales son especialmente importantes durante el desarrollo
embrionario e implicados en habilidades cognitivas. Se calcula que, entre los factores
genéticos asociados al TDAH, se encontrarían 7.000 variantes genéticas comunes, es
decir, presentes en más del 1% de la población. Pese a ser una cifra elevada, los autores
defienden que es menor que para otros trastornos psiquiátricos como la esquizofrenia, el
autismo o la depresión.

Entre los genes identificados, los autores destacan variantes encontradas en los genes
SORCS3, FOXP1 y FOXP2. “Conocíamos SORCS3 por el impacto que tienen
variantes comunes de este gen en el desarrollo de trastornos psiquiátricos. Por
primera vez, confirmamos que existen variantes poco comunes (presentes en
menos del 1% de los individuos) implicadas en el TDAH”, explica la Dra. Marta
Ribasés, investigadora del grupo de Psiquiatría, Salud Mental y Adicciones del VHIR y
del CIBERSAM.

Por otro lado, el trabajo muestra, por primera vez, que existen variantes genéticas
comunes implicadas en el TDAH que se relacionan con la afectación de funciones
cognitivas concretas, como la atención, la memoria de trabajo o el movimiento
voluntario, todas ellas afectadas en pacientes con TDAH.

El TDAH y la relación con otros trastornos psiquiátricos

El TDAH se presenta a menudo con otros trastornos psiquiátricos. En este sentido, el


trabajo identificó que más del 90% de las variantes asociadas al TDAH influyen en el
desarrollo de la esquizofrenia y la depresión mayor, y el 84% se relacionaban con el
trastorno del espectro autista. Además, se observó que el 79% de las variantes se
relacionaban con un bajo rendimiento escolar en menores. “Estos resultados abundan
en la idea de que muchos trastornos psiquiátricos comparten factores genéticos de
riesgo, y ello explicaría en parte la alta comorbilidad que existe entre ellos”, explica
Bru Cormand, director del Departamento de Genética, Microbiología y Estadística de la
Universitat de Barcelona y miembro del IBUB, el IRSJD y el CIBERER.

“Comprender la genética del TDAH y la asociación con otros trastornos ayudará a


prevenir y diagnosticar precozmente a los y las pacientes. Además, facilita la
investigación de nuevas terapias dirigidas”, afirma el Dr. Josep Antoni Ramos
Quiroga, jefe del Servicio de Psiquiatría del Hospital Universitario Vall d’Hebron y del
grupo de Psiquiatría, Salud Mental y Adicciones del VHIR e investigador del
CIBERSAM.
https://invanep.com/blog_invanep/es-el-tdah-de-origen-genetico

¿Es el TDAH de origen genético?


Detalles
Categoría: blog_invanep
Publicado: 01 Mayo 2018
 TDAH
 Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad

 Genética
 origen genético

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El TDAH (Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad) primario es un trastorno


que se hereda hasta en un 80%. Se nace con la probabilidad de que se manifieste en su
neurodesarrollo con un porcentaje muy alto, si hay otros elementos familiares
diagnosticados. Realmente, el trastorno de base no es un trastorno psiquiátrico como
una psicosis, ya que tiene una firme base orgánica, aunque no detectable con una prueba
de imagen, pero sí aparece como una alteración funcional ya desde muy temprana edad,
alteración que se va viendo de forma más clara con el tiempo.

Pero la herencia no es del tipo Mendeliano, y la alteración genética heredada no es


considerada como una lesión en sí misma. Entonces ¿qué es lo que ocurre?.

Las alteraciones genéticas detectadas en estos pacientes son del tipo variabilidad
genética. Es decir, son genes no defectuosos pero que presentan peculiaridades en su
funcionamiento y que, añadidos a otros entornos genéticos peculiares, pueden
manifestar una forma inadecuada de gestionar la atención, mostrando los síntomas de
este trastorno.
Las consecuencias inmediatas de estos genes son a nivel de los neurotransmisores y, en
concreto, de la autorregulación de la dopamina y la noradrenalina.

Un ejemplo es el gen SLC6A3 / DAT1 (5p15.3), que codifica el DAT1, que es el


receptor presináptico que recapta el neurotransmisor liberado. El neurotransmisor
(noradrenalina o dopamina) es sintetizado en una cantidad determinada, liberado al
espacio intersináptico, y recaptado en más o menos cantidad según la variabilidad del
receptor presináptico. En su variabilidad susceptible de producir TDAH, es una
recaptación mucho mayor y, por lo tanto, deja menos neurotransmisor para activar el
receptor postsináptico o de la neurona ejecutora, y de esta manera, lo hace débilmente y
a veces de forma ineficaz.

Funcionalmente estas neuronas ejecutoras suelen ser inhibidoras del estímulo externo, e
inhiben estímulos que molestan la percepción del estímulo principal. Al estar poco
controladas por el paciente TDAH, se perciben por él como un ruido molesto, que
impide la percepción clara del estímulo principal a percibir o señal.

A la larga el paciente TDAH percibe una falta de autocontrol físico sobre los estímulos
que quiere o precisa percibir, que le aboca a una sensación de inferioridad o baja
autoestima, que a la larga sí puede psiquiatrizar al paciente. Es por esto que se aconseja
un tratamiento precoz, con la medicación adecuada y con el entrenamiento de sus
funciones ejecutivas y del autocontrol de los estímulos externos.
https://www.agenciasinc.es/Noticias/Identifican-nuevas-regiones-del-genoma-asociadas-al-
TDAH

Identifican nuevas
regiones del genoma
asociadas al TDAH
Entender la genética de este trastorno y la asociación con otras patologías ayudará a
prevenir y diagnosticar precozmente a los y las pacientes y facilitará la investigación de
nuevas terapias dirigidas.

SINC
27/2/2023 11:49 CEST

La muestra utilizada en el estudio duplica a las tomadas en investigaciones


anteriores. / Vall d’Hebron Instituto de Investigación

El trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) se caracteriza por


comportamientos impulsivos y de falta de atención que dificultan la vida diaria. Afecta
a un 5 % de los niños y niñas y puede persistir en la edad adulta en dos de cada tres
afectados. Su desarrollo depende de factores relacionados con el ambiente y con la
genética, pero es esta última la que tiene un mayor peso: se calcula que explica el 74 %
de su variabilidad.
La genética incide en el 74 % de la variabilidad asociada al TDAH, que afecta a un 5 %
de niños y niñas

La revista Nature Genetics publica los resultados de un estudio internacional, el mayor


hasta la fecha, que ha investigado posibles variantes genéticas relacionadas con el
TDAH para entender en profundidad la genética asociada con este trastorno.

El trabajo, liderado por la Universidad de Aarhus en Dinamarca, ha contado con la


colaboración del Vall d’Hebron Instituto de Investigación (VHIR), el CIBER de Salud
Mental (CIBERSAM), la Facultad de Biología y el Instituto de Biomedicina de la
Universidad de Barcelona (IBUB), el Instituto de Investigación Sant Joan de Déu
(IRSJD) y el CIBER de Enfermedades Raras (CIBERER).

El equipo ha analizado el genoma de 28.691 pacientes con TDAH y 186.843 personas


sanas. Esto supone el doble de muestras estudiadas en comparación a estudios
previos. “Hay múltiples factores genéticos con pequeños efectos implicados en el
TDAH y, por lo tanto, es necesario estudiar un número elevado de casos para conocer
en profundidad las bases biológicas del trastorno y la asociación con otras patologías”,
afirma María Soler, investigadora del grupo de Psiquiatría, Salud Mental y Adicciones
del VHIR y del CIBERSAM.

Hay múltiples factores genéticos con pequeños efectos implicados en el TDAH y, por lo
tanto, es necesario estudiar un número elevado de casos

María Soler, investigadora el VHIR

La metodología empleada ha consistido en un estudio de asociación de genoma


completo (GWAS, por las siglas en inglés), por lo que se han investigado posibles
variantes genéticas. Es decir, cambios en el genoma que aumentan el riesgo de tener
TDAH, y se ha evaluado su impacto en el desarrollo del trastorno.

Los investigadores han descrito 21 nuevas regiones del genoma asociadas al TDAH

El trabajo ha identificado 27 regiones del genoma asociadas al TDAH, 21 de las


cuales no se habían descrito hasta ahora. De entre estas regiones, se han priorizado 76
genes de mayor riesgo, los cuales son especialmente importantes durante el desarrollo
embrionario e implicados en habilidades cognitivas.

Entre los factores genéticos asociados al TDAH, se calcula que se encontrarían 7.000
variantes genéticas comunes, es decir, presentes en más del 1% de la población. Pese a
ser una cifra elevada, los autores defienden que es menor que para otros trastornos
psiquiátricos como la esquizofrenia, el autismo o la depresión.
Por primera vez, confirmamos que existen variantes poco comunes implicadas en el
TDAH

Marta Ribasés, investigadora del VHIR

Los autores destacan variantes encontradas en los genes SORCS3, FOXP1 y FOXP2.
“Conocíamos SORCS3 por el impacto que tienen variantes comunes de este gen en el
desarrollo de trastornos psiquiátricos. Por primera vez, confirmamos que existen otras
poco comunes (presentes en menos del 1% de los individuos) implicadas en el TDAH”,
explica Marta Ribasés, investigadora del grupo de Psiquiatría, Salud Mental y
Adicciones del VHIR y del CIBERSAM.

Algunas variantes genéticas asociadas al TDAH también afectan a funciones cognitivas


concretas

Por otro lado, el estudio muestra, por primera vez, que existen variantes genéticas
comunes implicadas en el TDAH que se relacionan con la afectación de funciones
cognitivas concretas, como la atención, la memoria de trabajo o el movimiento
voluntario, todas ellas afectadas en pacientes con TDAH.

El TDAH y la relación con otros trastornos psiquiátricos

El TDAH se presenta a menudo con otros trastornos psiquiátricos. El equipo de


investigación identificó que más del 90 % de las variantes asociadas a este trastorno
influyen en el desarrollo de la esquizofrenia y la depresión mayor, y el 84 % se
relacionaban con el trastorno del espectro autista (TEA). Además, se observó que el
79% de las variantes se vinculaban a un bajo rendimiento escolar en menores.

Muchos trastornos psiquiátricos comparten factores genéticos de riesgo, y ello


explicaría en parte la alta comorbilidad

Bru Cormand

“Estos resultados abundan en la idea de que muchos trastornos psiquiátricos comparten


factores genéticos de riesgo, y ello explicaría en parte la alta comorbilidad (tener más de
un trastorno a la vez) que existe entre ellos”, explica Bru Cormand, director del
Departamento de Genética, Microbiología y Estadística de la Universitat de Barcelona y
miembro del IBUB, el IRSJD y el CIBERER.

“Comprender la genética del TDAH y la asociación con otros trastornos ayudará a


prevenir y diagnosticar precozmente a los y las pacientes. Además, facilita la
investigación de nuevas terapias dirigidas”, afirma Josep Ramos, jefe del Servicio de
Psiquiatría del Hospital Universitario Vall d’Hebron y del grupo de Psiquiatría, Salud
Mental y Adicciones del VHIR e investigador del CIBERSAM.
Referencia:

Demontis, D. et al. "Genome-wide analyses of ADHD identify 27 risk loci, refine the
genetic architecture and implicate several cognitive domains". Nature Genetics (2023)

Fuente:
Vall d'Hebron Institut de Recerca
https://scielosp.org/article/scol/2019.v15/e1952/

Factores de riesgo y bases genéticas: el


caso del trastorno por déficit de atención
e hiperactividad
Fernanda Martinhago Nicolás José Lavagnino Guillermo Folguera Sandra Caponi
Acerca de los autores
 RESUMEN
 Text

o INTRODUCCIÓN
o EL TDAH DESDE EL MANUAL DIAGNÓSTICO Y ESTADÍSTICO
DE LOS TRASTORNOS MENTALES (DSM-5)
o TDAH Y FACTORES DE RIESGO
o TDAH, FACTORES DE RIESGO Y SUSTRATOS BIOLÓGICOS
o CONCLUSIONES Y DISCUSIÓN: SIMPLIFICACIONES Y
OMISIONES
 AGRADECIMIENTOS
 REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
 Fechas de Publicación
 Histórico

RESUMEN
El trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) es el trastorno mental
considerado más frecuente en la infancia. Si bien su diagnóstico en el manual de
psiquiatría hoy más utilizado en el mundo, el Diagnostic and statistical manual of
mental disorders (DSM-5), se basa en los comportamientos de desatención,
hiperactividad e impulsividad, se encuentran numerosos intentos de describir las bases
biológicas del trastorno para usarlos con fines de diagnóstico y como marcadores de
riesgo. En este trabajo analizamos críticamente la validez de los estudios asociados a la
búsqueda de marcadores genéticos para el TDAH. En primer lugar, se presenta la
caracterización del TDAH en el manual DSM-5; luego, se desarrolla el vínculo entre el
TDAH y los factores de riesgo y los marcadores genéticos; y, finalmente, se presentan
algunas conclusiones en las que se señalan simplificaciones y omisiones que pueden
tener consecuencias significativas.
PALABRAS CLAVES:
Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad; Factores de Riesgo; Manual
Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales; Genética; Genómica

INTRODUCCIÓN
La existencia de fronteras inestables, difusas y ambiguas entre lo normal y lo patológico
en el campo de la salud mental, posibilitó la aceptación de un proceso por el cual
conductas propias de la infancia pasaron a ser clasificadas como anormales. Se
consolidó así, ese espacio de saber y de intervención que Michel Foucault 1 denominó
medicina de lo no patológico. En este marco, en las últimas décadas, un conjunto de
conductas propias de la infancia ingresó en la lógica psiquiátrica del riesgo. En dicha
lógica, para evitar la cronificación de trastornos mentales en la vida adulta será
necesario diagnosticar los pequeños desvíos ya en la edad preescolar. De hecho, la
obsesión por detectar precozmente los trastornos mentales en la infancia, parece ser el
eje central en torno al cual se articula el Diagnostic and statistical manual of mental
disorders (DSM-5). Esta estrategia que está presente en prácticamente todos los
trastornos mentales definidos en este manual, ha aumentado la tendencia ya presente en
los manuales anteriores, de anticipar y prevenir riesgos en edad cada vez más temprana.

El trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) es el trastorno mental


considerado más común en la infancia, y su diagnóstico en el DSM-5 se basa en los
comportamientos de desatención, hiperactividad e impulsividad. Dicho diagnóstico es
clínico, pues no existen exámenes de laboratorio que puedan detectar tal patología. De
este modo, cualquier persona puede recibir el diagnóstico de dicho trastorno mental con
cierta facilidad y, consecuentemente, la prescripción de metilfenidato 2. Esta
vulnerabilidad facilita que un número significativo de personas reciban un diagnóstico
falso positivo, dado que afecta entre el 5% y el 10% de la población infanto-juvenil en
diversos continentes2,3,4,5.

En los últimos años se han dado numerosos intentos de describir las bases biológicas del
trastorno para usarlos con fines de diagnóstico y también como marcadores de riesgo.
De hecho, el DSM-5 se refiere a la necesidad de establecer formas de conocer posibles
riesgos de que las personas desarrollen trastornos mentales, no solo para el TDAH sino
para la casi totalidad de las enfermedades psiquiátricas clasificadas. La detección de
riesgos para TDAH supone la existencia de marcadores biológicos, en particular, del
ámbito genético, como una instancia potencialmente fértil para realizar la detección
precoz del trastorno y de ese modo garantizar un mejor tratamiento y recuperación.

En este trabajo analizamos críticamente los estudios dedicados a la búsqueda de


marcadores biológicos para el TDAH. Con este fin se realiza un recorrido argumental
que incluye la caracterización del TDAH en el DSM-5 y el análisis de los supuestos
vínculos existentes con algunos factores de riesgo. Por último, se analizan las
explicaciones referidas a los supuestos marcadores biológicos de la enfermedad, en
particular los referidos a lo genético y lo genómico.
EL TDAH DESDE EL MANUAL
DIAGNÓSTICO Y ESTADÍSTICO DE
LOS TRASTORNOS MENTALES
(DSM-5)
La ambición del DSM-5 por anticipar posibles riegos de que las personas desarrollen
trastornos mentales en el futuro recibió diversas críticas, entre las cuales se destacó la
realizada por Allen Frances, en su libro Saving normal: An insider´s look at the
epidemic of mental illness2. Frances, quien fuera el jefe del grupo de la Asociación
Americana de Psiquiatras (APA, por sus siglas en inglés) que organizó el DSM-IV,
argumenta que, en la medida en que no existen marcadores biológicos definidos para las
enfermedades mentales de la infancia que permitan validar las agrupaciones de
síntomas, fácilmente podrían realizarse infinitas combinaciones posibles de ellos, lo que
dará lugar a la aparición de nuevos diagnósticos. Frances considera que, dada la
dificultad existente para establecer límites precisos entre normalidad y patología
psiquiátrica, la clasificación de diagnósticos para trastornos mentales puede ser
indefinidamente ampliada, apareciendo a cada nueva edición, nuevos diagnósticos y
reagrupaciones cada vez más amplias como es el caso de los denominados “trastornos
de espectro autista”.

En particular, el diagnóstico que más preocupó a Frances fue el “riesgo del síndrome de
síntomas psicóticos”. De hecho, esta categoría fue excluida del DSM-5, pero reapareció
con la denominación de “síndrome de psicosis atenuado”, incluida dentro del grupo de
trastornos del espectro esquizofrenia3. Al respecto, Frances dirá que:

La única manera de evitar los peligros del DSM-5 es estar plenamente conscientes de
ellos. No tiene absolutamente ningún sentido fijar el rótulo engañoso y estigmatizante
“otros desordenes especificados del espectro de la esquizofrenia” en alguien que, en
configuraciones típicas, tendrá apenas cerca del 10% de probabilidad de volverse
psicótico. Y, ciertamente, no tiene ningún sentido seguir ese diagnóstico equivocado,
sin comprobación y potencialmente muy dañino con tratamientos antipsicóticos. [;The
only way to avoid the perils of DSM-5 is to be fully aware of them. It makes absolutely
no sense to pin the misleading and stigmatizing label “Other Specified Schizophrenia
Spectrum Disorder” on someone who, in typical settings, will have only about a 10%
chance of ever becoming psychotic. And certainly it makes no sense to follow this
misdiagnosis with an unproven and potentially very harmful antipsychotic treatment];.6

En diversos textos, Frances dice que el DSM-5 anuncia la aparición de una verdadera
pandemia de trastornos mentales2,6,7. Así, de acuerdo a Allen Frances, el DSM-5 corre el
riego de crear millones de nuevos pacientes “falsos positivos”, exacerbando los
problemas causados por los manuales anteriores. De ese modo existirían tratamientos
masivos e innecesarios, con medicamentos de alto costo que son altamente
perjudiciales2,7.
La Asociación Brasileña de Déficit de Atención afirma que, entre varios factores
causales para el TDAH, existen dos causas fundamentales. Por un lado, se refiere a la
existencia de predisposición genética, afirmando que:

Lo que sucede en estos trastornos es que la predisposición genética involucra varios


genes, y no un solo gen (como es la regla para varias de nuestras características físicas,
también). Probablemente no existe, o no se cree que exista, un único “gen del TDAH”.
Además, los genes pueden tener diferentes niveles de actividad, algunos pueden estar
actuando en algunos pacientes de un modo diferente que en otros; que interactúan entre
sí, sumándose las influencias ambientales. [;O que acontece nestes transtornos é que a
predisposição genética envolve vários genes, e não um único gene (como é a regra para
várias de nossas características físicas, também). Provavelmente não existe, ou não se
acredita que exista, um único “gene do TDAH”. Além disto, genes podem ter diferentes
níveis de atividade, alguns podem estar agindo em alguns pacientes de um modo
diferente que em outros; eles interagem entre si, somando-se ainda as influências
ambientais];.8

Por otra parte, se dirá que se trata de un trastorno causado por alteraciones
neuroquímicas, afirmando que:

Lo que parece estar alterado en esta región cerebral es el funcionamiento de un sistema


de sustancias químicas llamadas neurotransmisores (principalmente dopamina y
noradrenalina), que pasan información entre las células nerviosas (neuronas). Existen
causas que se han investigado para estos cambios en los neurotransmisores de la región
frontal y sus conexiones. [;O que parece estar alterado nesta região cerebral é o
funcionamento de um sistema de substâncias químicas chamadas neurotransmissores
(principalmente dopamina e noradrenalina), que passam informação entre as células
nervosas (neurônios). Existem causas que foram investigadas para estas alterações nos
neurotransmissores da região frontal e suas conexões];.8

En el DSM-5, el TDAH está clasificado como un trastorno del neurodesarrollo. Sin


embargo, en principio, esto no significa que de hecho haya alguna alteración
neurológica en determinada región del cerebro, o algún déficit neurofisiológico, pues el
manual menciona que, hasta el momento, no fueron encontrados marcadores biológicos
para TDAH3. Para la medicina, el término “desarrollo” significa:

...el proceso natural de progresión de un estado anterior, inferior, embrionario o juvenil,


a otro superior, posterior más complejo, o estado adulto. [;...o processo natural de
progressão de um estado anterior, inferior, embrionário ou juvenil, para outro
superior, posterior mais complexo, ou estado adulto];.9

En el caso del niño, el desarrollo infantil es comprendido como un

...proceso de adquisición de conocimiento, en el sentido más amplio, incluyendo


percepción, memoria, discernimiento y raciocinio. [;...processo de aquisição de
conhecimento, no sentido mais amplo, incluindo percepção, memória, discernimento e
raciocínio];.9

El prefijo “neuro” está relacionado al sistema nervioso, por lo tanto, el término


neurodesarrollo es un término bastante amplio que incluye diversos aspectos
relacionados con todos los trastornos presentes en el DSM-5, incluso el comportamiento
que se refiere al TDAH. El modo en que esa patología está descripta en el manual puede
llevar a interpretar que este término se refiere específicamente a problemas cerebrales,
aunque está relacionado a aspectos más amplios que los cerebrales. En el propio manual
se afirma que “los trastornos del neurodesarrollo son un grupo de afecciones con inicio
en el período del desarrollo”3.

Diversas investigaciones están analizando si existe alguna relación entre el


comportamiento de niños con TDAH y una posible alteración en el cerebro o alguna
alteración genética; sin embargo, no se menciona en el DSM-5 ningún estudio
conclusivo. Según Polanczyk, actualmente no hay marcadores biológicos,
electrofisiológicos, ni por neuroimagen, que tengan utilidad clínica para fines de
diagnóstico del TDAH10.

De acuerdo al DSM-5, los problemas presentados por los trastornos del neurodesarrollo
afectan las relaciones personales, sociales y escolares en la infancia, y profesionales, en
la edad adulta. Según se menciona:

Los trastornos se manifiestan normalmente de manera precoz en el desarrollo, a menudo


antes de que el niño empiece la escuela primaria, y se caracterizan por un déficit del
desarrollo que produce deficiencias del funcionamiento personal, social, académico u
ocupacional.3

Se entiende que, en este período, el niño se encuentra con adversidades propias del
proceso de desarrollo, que no son más que etapas de la vida a ser superadas. De acuerdo
con el DSM-5, “el TDAH es un trastorno del neurodesarrollo definido por niveles
problemáticos de inatención, desorganización y/o hiperactividad-impulsividad” 3. Como
vemos, ninguno de estos aspectos que se refieren al comportamiento del niño están
necesariamente relacionados con algún problema neurológico.

En lo que se refiere a los criterios para establecer el diagnóstico de TDAH, el DSM-5


afirma que dada una lista de nueve síntomas para desatención y nueve síntomas para
hiperactividad, la ocurrencia de seis síntomas de cada grupo por un período de seis
meses indica la existencia del trastorno. Se afirma también que esos comportamientos
pueden ser indicativos del diagnóstico de TDAH, si interfieren en el funcionamiento y
en el desarrollo, si son inconsistentes con el nivel de desarrollo, o bien si tienen impacto
directo en las actividades sociales, académicas y profesionales.

Los síntomas definidos por el DSM-5 para el diagnóstico de desatención, en el llamado


Criterio A1, son:

...a) Con frecuencia falla en prestar la debida atención a detalles o por descuido se
cometen errores en las tareas escolares, en el trabajo o durante otras actividades [;...];. b)
Con frecuencia tiene dificultades para mantener la atención en tareas o actividades
recreativas [;...];. c) Con frecuencia parece no escuchar cuando se le habla directamente
[;...];. d) Con frecuencia no sigue las instrucciones y no termina las tareas escolares, los
quehaceres o los deberes laborales [;...];. e) Con frecuencia tiene dificultad para
organizar tareas y actividades [;...];. f) Con frecuencia evita, le disgusta o se muestra
poco entusiasta en iniciar tareas que requieren un esfuerzo mental sostenido [;...];. g)
Con frecuencia pierde cosas necesarias para tareas o actividades [;...];. h) Con
frecuencia se distrae con facilidad por estímulos externos [;...];. i) Con frecuencia olvida
las actividades cotidianas.3

Los síntomas definidos para el DSM-5 para el diagnóstico de hiperactividad, en el


llamado Criterio A2, son:

...a) Con frecuencia juguetea con o golpea las manos o los pies o se retuerce en el
asiento. b) Con frecuencia se levanta en situaciones en que se espera que permanezca
sentado [;...];. c) Con frecuencia corretea o trepa en situaciones en las que no resulta
apropiado [;...];. d) Con frecuencia es incapaz de jugar o de ocuparse tranquilamente en
actividades recreativas. e) Con frecuencia está “ocupado,” actuando como si “lo
impulsara un motor” [;...];. f) Con frecuencia habla excesivamente. g) Con frecuencia
responde inesperadamente o antes de que se haya concluido una pregunta [;...];. h) Con
frecuencia le es difícil esperar su turno [;...];. i) Con frecuencia interrumpe o se
inmiscuye con otros.3)

Considerando estos dos agrupamientos de síntomas, y si existe predominio del Criterio


A1 o del Criterio A2, se definen tres subtipos dentro del diagnóstico de TDAH: a)
desatención e hiperactividad combinada, que recibirá el código 314.02 del DSM-5; b)
desatención predominante, con preponderancia de síntomas descriptos en el Criterio A1,
cuyo código será 314.00; c) hiperactividad predominante, con preponderancia de
síntomas descriptos en el Criterio A2, cuyo código será 314.013.

Al profundizar sobre cada síntoma del TDAH, en el caso de los síntomas de desatención
y desorganización, el DSM-5 describe que “implican la incapacidad de seguir tareas,
que parezca que no escuchan y que pierdan los materiales a unos niveles que son
incompatibles con la edad o el nivel del desarrollo” 3. No está descripto a qué tipo de
tarea se refiere, ni en cuál situación el niño aparenta no escuchar, así como tampoco qué
considera como niveles de desarrollo normales para la edad. Muy probablemente se
trata de situaciones que no despierten el interés del niño para fijar su atención o para
organizarse para esa actividad.

En relación con los síntomas de hiperactividad-impulsividad, el manual afirma que


“implica actividad excesiva, movimientos nerviosos, incapacidad de permanecer
sentado, intromisión en las actividades de otras personas e incapacidad para esperar que
son excesivos para la edad o el nivel del desarrollo” 3. El primer cuestionamiento en
relación con esos síntomas es si se puede tener una medida exacta para establecer el
comportamiento de cada niño, cuando nos referimos a síntomas ambiguos como por
ejemplo, “actividad excesiva”, “incapacidad de permanecer sentado”, “intromisión en
las actividades de otras personas” o “incapacidad para esperar”3.

De acuerdo al DSM-5, esos síntomas deben aparecer antes de los 12 años de edad.
Quizá por ese motivo el TDAH es conocido como trastorno de la edad escolar, aunque
puede ser detectado en la escuela y en la casa. Según describe el DSM-5 con relación al
ambiente en el que se identifican los síntomas, las llamadas “manifestaciones del
trastorno” deben estar presentes en más de un entorno, por ejemplo, en casa y en la
escuela. La identificación de estos comportamientos es realizada por informantes que
observan a los niños: “la confirmación de los síntomas sustanciales en los diferentes
entornos normalmente no se puede realizar con precisión sin consultar con informantes
que hayan observado al individuo en esos contextos” 3. O sea, el parámetro está bajo el
juicio de quien observa al niño y no en una evaluación directa del comportamiento por
un profesional de la salud, o por algún tipo de examen. Esta particularidad del
diagnóstico del TDAH es relevante ya que el comportamiento de los niños tiende a
variar si la actividad que realiza es de interés o no, y si el ambiente donde se encuentra
es favorable o no.

En esta situación, no se podría dejar de mencionar a Becker, cuando afirma:

...los grupos sociales crean el desvío al hacer las reglas [;...]; el desvío no se refiere al
acto que la persona comete, sino que es una consecuencia de la aplicación por otras
personas de reglas y sanciones a alguien que se considera un transgresor. [;...os grupos
sociais criam o desvio ao fazer as regras [;...]; o desvio não é uma qualidade do ato que
a pessoa comete, mas uma consequência da aplicação por outras pessoas de regras e
sanções a um transgressor];.11

Al establecer las reglas, la sociedad busca clasificar entre todas las personas, a aquellas
que se desvían del sistema, quienes pasarán a ser rotuladas y encuadradas en las normas.

Vemos que, aun cuando el DSM-5 clasifique al TDAH como un trastorno del
neurodesarrollo, es fácil observar que ese trastorno se refiere a síntomas que son
comportamientos inherentes a la infancia. Así, conductas tales como desatención,
hiperactividad e impulsividad, se transformaron en síntomas de un trastorno a través de
la mirada que el adulto dirige al niño. Todo parece indicar que estamos frente a un
diagnóstico frágil, que presenta grandes debilidades epistemológicas, pese a que la
terapéutica indicada para ese trastorno ambiguo es un tratamiento psicofarmacológico.

TDAH Y FACTORES DE RIESGO


En el DSM-5 se describen “factores de riesgo y pronóstico” referentes al TDAH. Se
mencionan factores temperamentales, ambientales, genéticos y fisiológicos 3. A pesar de
que se habla en términos de probabilidades y que se dice que estos factores indicarían la
existencia del trastorno, no se afirma que exista una relación directa o causal entre esos
factores y el trastorno.

Los factores temperamentales se asocian a aspectos que no son específicos del TDAH,
como niveles menores de inhibición comportamental, control por medio de contención,
búsqueda de novedades, entre otros factores citados en el DSM-5. En cuanto a la
relación con factores ambientales, se afirma la existencia de correlaciones ambiguas y
variadas con: a) bajo peso al nacer, aunque la mayoría de los niños con esta
característica no desarrolla TDAH; b) consumo de tabaco durante la gestación; c)
vínculos con la dieta; d) aspectos relacionados con la historia de vida, tales como
maltrato infantil, negligencia o convivencia en hogares adoptivos; e) exposición a
neurotóxicos, a infecciones, o a consumo de alcohol 3. Se atribuye a dichos factores estar
potencialmente asociados al TDAH, a pesar de no haber demostraciones claras de una
influencia causal de ninguno de estos factores.

En lo que se refiere a factores genéticos y fisiológicos, el manual menciona que “es más
frecuente entre los familiares biológicos de primer grado de los individuos con TDAH”,
y que fueron encontrados genes específicos correlacionados3. Con relación a los factores
fisiológicos considerados como posibles influencias sobre los síntomas del TDAH, se
mencionan “las discapacidades visuales y auditivas, las anormalidades metabólicas, los
trastornos del sueño, las deficiencias nutritivas y la epilepsia” 3. Aun cuando estas
circunstancias puedan producir algunos perjuicios para la persona que sufre de esos
problemas, no se explica de qué modo pueden influenciar en el diagnóstico de TDAH.
Por ejemplo, un niño que tiene deficiencia auditiva quizá no se mantenga sentado o
atento en clase, pero eso no significa que ese comportamiento esté relacionado con
algún síntoma del TDAH. También, si un niño no consigue dormir de manera adecuada,
probablemente presentará un déficit de atención durante la clase. Ejemplos como estos
permiten cuestionar la idea de que esos factores puedan influenciar en el surgimiento de
síntomas del TDAH. Por fin, y a pesar de no existir ninguna asociación entre TDAH y
características físicas específicas, el DSM-5 menciona “anomalías físicas menores”
como: hipertelorismo, paladar muy arqueado, orejas bajas 3; anomalías que serán
claramente estigmatizantes para el sujeto.

Vemos así que el DSM-5 considera una amplia gama de factores como potenciales o
posibles causas del TDAH, desde el uso de alcohol o tabaco en el embarazo, el bajo
peso al nacer, la existencia de problemas fisiológicos como el atraso motor, hasta
supuestos factores genéticos. La centralidad dada a estos supuestos factores biológicos
lleva a limitar y a desconsiderar la influencia que pueden tener en el comportamiento
del niño, los conflictos familiares o escolares, así como el sufrimiento que esos
conflictos pueden suscitar en la primera infancia. Desconsidera también que esos
comportamientos pueden ser la respuesta simbólica encontrada por el niño para hacer
frente a una situación que considera adversa.

En la perspectiva del riesgo, parece que prácticamente todos los factores que actúan
como estresantes podrían ocasionar el TDAH. Esa situación genera muchos
cuestionamientos con relación a los factores descritos en el DSM-5. La percepción al
respecto es que no se han encontrado factores sólidamente justificados, sino simples
probabilidades de situaciones que pueden o no ocurrir. Como el DSM-5 es realizado con
base en investigaciones, se cree que es posible, e incluso importante, investigar todos
los factores que puedan estar relacionados a cualquier trastorno mental. Eso no significa
que los aspectos investigados representen factores de riesgo pues, en caso de ser
comprobados, serían factores relacionados con el trastorno y no de riesgo. La idea de
riesgo hace referencia a probabilidades, a posibles factores desencadenantes de una
enfermedad, pero también asume que las correlaciones pueden no ocurrir. En este
sentido, todo parece indicar que, con relación al TDAH, la idea de riesgo representa una
falacia.

Es en ese espacio, en el que es posible identificar mecanismos de riesgo y seguridad,


que se puede hablar de estrategias biopolíticas de control. Así, mediante la divulgación
de estos “riesgos” que se caracterizan como verdaderas amenazas para la vida adulta,
cualquier identificación de un trastorno en la infancia parece legitimarse. Es posible
afirmar que:

...el dispositivo de seguridad, con sus estudios estadísticos de anticipación y prevención


de riesgos, es el elemento central para comprender la articulación entre biopolítica y
psiquiatrización de la sociedad en el mundo contemporáneo. [;...o dispositivo de
segurança, com seus estudos estatísticos de antecipação e prevenção de riscos, é o
elemento central para compreender a articulação entre biopolítica e psiquiatrização da
sociedade no mundo contemporâneo];.12

En esta lógica, cualquier comportamiento indeseado puede ser considerado como un


desvío y como indicativo de algún trastorno mental.

TDAH, FACTORES DE RIESGO Y


SUSTRATOS BIOLÓGICOS
Para evitar la ambigüedad de los diagnósticos psiquiátricos basados en síntomas, en los
últimos años aumentó la tendencia de buscar explicaciones biologicistas para los
trastornos mentales. Además, si esos marcadores biológicos de trastornos mentales
pueden ser definidos entonces la detección precoz de trastornos mentales podría llegar a
tener el mismo valor y el mismo rigor predictivo que cualquier examen preventivo,
como los exámenes de audición, de visión, las medidas craneales para detectar
microcefalia, entre otros. Es así que dichos potenciales marcadores biológicos del
trastorno tendrían un rol central para la definición de diagnósticos y de factores de
riesgo.

En principio, y como esquema general, una parte importante de las investigaciones


sobre bases biológicas del TDAH tratan de reconocer algún tipo de correlación entre el
diagnóstico de TDAH y determinados rasgos biológicos. La forma en que esto se realiza
es básicamente analizando si el grupo afectado por el trastorno difiere del no afectado
en algún carácter biológico en particular. Con este fin, se miden en los niños diferentes
variables, entre las que se cuentan el tamaño y forma del cerebro o algunas de sus
partes, la actividad de un área o circuito cerebral o la presencia de variantes genéticas
particulares. Veremos brevemente las características y algunos de los inconvenientes de
las investigaciones que buscan los sustratos biológicos y factores de riesgo, en particular
de los ámbitos genéticos y genómicos.

Acerca de las bases genéticas


En lo que se refiere a la genética, el DSM-5 menciona que “incluso en los casos poco
frecuentes, en que hay una causa genética conocida (p. ej., el síndrome del X frágil, el
síndrome de la deleción de 22qll) se debe seguir diagnosticando la presentación del
TDAH”3. Esto quiere decir que, en los muy limitados casos en que se encontró una
relación entre el TDAH con algún aspecto genético, esto mostraría que en personas que
comparten el rasgo genético, por ejemplo, síndrome del X-frágil, también pueden existir
síntomas relacionados al TDAH -como desatención, hiperactividad e impulsividad- pero
esto no implica que el diagnóstico de TDAH se pueda realizar a partir de tal rasgo
genético, sino que deberá ser diagnosticado independientemente.

El análisis de las publicaciones que describen investigaciones sobre aspectos genéticos


relacionados al TDAH presentan las siguientes características. La mayoría de los
trabajos afirman que el TDAH tiene un “componente genético substancial” 13. Así, Pauls
sostiene que es claro que el TDAH es un trastorno genéticamente complejo 14, a la vez
que Smoot et al. refieren que habría una causa genética para aproximadamente el 75%
de los casos de TDAH15. Como se mencionó anteriormente, la mayoría de estas
investigaciones parten de la estrategia de reconocer algún tipo de correlación entre el
diagnóstico de TDAH y la presencia de variantes genéticas particulares.
Específicamente, se busca encontrar alelos de algún gen asociado a la presencia del
trastorno. Se señalan, entonces, genes de los que se conocen al menos dos variantes
segregantes en una determinada población, es decir alelos. La portación de uno de esos
alelos conllevaría, a quienes lo portan, un mayor riesgo de ser diagnosticados con
TDAH con respecto a aquellos que no lo portan. Tal alelo es referido como “alelo de
riesgo”. Los estudios de genética del TDAH se centran desde un principio en genes
particulares, cuya función es conocida de antemano y se asume que, por desempeñar esa
función, podrían estar vinculados con una hipotética fisiopatología del TDAH.

Esta aproximación metodológica presenta diferencias con una parte de los estudios
genómicos que se describen a continuación. En el caso de la genética clásica la mayoría
de las investigaciones se han centrado en genes de la vía dopaminérgica: receptores de
dopamina, transportadores y enzimas involucradas en su metabolismo 16,17,18. Se destaca
singularmente un alelo del gen del receptor de dopamina D4 -ver, por ejemplo, el
trabajo de Bellgrove et al.19, Kieling et al.20 y Swanson et al.21-; como también se
reconocen otras propuestas de genes candidatos que cuentan con una cantidad menor de
investigaciones genéticas, aquellos asociados al metabolismo del neurotransmisor
noradrenalina22. Proposiciones aún menos reconocidas vinculan al TDAH con otro
neurotransmisor, la serotonina23; dando pie a un grupo reducido de estudios de genes
relacionados con su metabolismo. A su vez, se reconocen otros ejemplos de trabajos que
analizan la relación entre el TDAH y genes relacionados con el metabolismo de etanol 24.

Finalmente, otra aproximación desde la genética utiliza modelos animales en la


búsqueda de las bases genéticas del TDAH. En estas investigaciones se presupone que
dichos animales presentan comportamientos extrapolables a los que definen al TDAH
en humanos, tal como el caso de ratas 13 y ratones25. Inevitablemente, en función de los
síntomas propuestos en el DSM-5, los estudios a través de esta vía metodológica hacen
necesaria la creación de nuevos criterios para determinar si los animales modelos son
homologables a los individuos diagnosticados con TDAH. Surgen así criterios tales
como el alejamiento de las paredes de una caja, cuándo avanzan y cuánto levantan la
cabeza, entre otros13,25. El segundo paso en estos estudios es relacionar los
comportamientos atípicos de estos animales con sus genes. Quienes trabajan con
modelos animales -ver, por ejemplo, los trabajos de Vendruscolo et al.13, Faraone et
al.18, Gainetdinov et al.25, van der Kooij et al.26- suponen que existen particularidades
genéticas que dan cuenta de sus comportamientos atípicos.

Los estudios que indagan bases genéticas del TDAH, considerados relevantes como
indicadores de riego, presentan una serie de dificultades, específicamente, problemas
metodológicos y sesgos epistemológicos. En primer lugar, las investigaciones en
humanos parten de una importante e inevitable heterogeneidad etaria, de sexos y hasta
de presencias previas de tratamientos farmacológicos. Respecto a esta última fuente de
heterogeneidad, los niños incluidos en los estudios como diagnosticados con el trastorno
pueden estar medicados o no medicados, en caso de que lo estén pueden haber sido
tratados con distintos fármacos27. Algunos autores -como, por ejemplo, Rodríguez
Ponte28, Janin29, Janin30, Silver31, Levin32, Dueñas33, Filidoro34- han destacado que existe
otra fuente de heterogeneidad dentro del grupo de niños con TDAH, en el que pueden
identificarse numerosos problemas diferentes, vinculados a la historia y el contexto
particular de cada niño. Entonces, en el grupo experimental de niños afectados con
TDAH habría diversas fuentes de heterogeneidad que, en general, no son recuperadas en
los estudios genéticos. El problema asociado a la heterogeneidad es que, si no se toman
los recaudos necesarios para reconocerla, interfiere directamente en los resultados de los
experimentos. Este problema ha sido destacado por algunos autores como, por ejemplo,
Swanson et al.22 que han señalado que los estudios sobre grupos de menos de 50 niños
con TDAH tienen resultados de alcance limitado, por ser los grupos experimentales
demasiado susceptibles a las heterogeneidades internas. Es decir, la influencia de uno de
los factores antes mencionados se vuelve muy relevante en muestras pequeñas, en las
que ya no se podría discernir si la correlación entre el carácter genético en cuestión es
con el diagnostico de TDAH o con el factor no tomado en cuenta. A los fines de
responder a este tipo de cuestionamiento, se han realizado metaanálisis 17,35,36, que
revisan grupos de estudios como los mencionados. Estos metaanálisis consisten, a
grandes rasgos, en tomar estudios similares con tamaños muestrales pequeños y
analizarlos en conjunto. Así, cuando los resultados individuales tenían un alcance
limitado porque las muestras eran pequeñas, el resultado del conjunto de los estudios
tendría un alcance mayor. Sin embargo, estos metaanálisis, en general, no tienen en
cuenta las características particulares de cada muestra y con frecuencia omiten incluso
la mención de muchas de esas particularidades. Además, compilan trabajos realizados
en diferentes países, omitiendo la consideración de variaciones geográficas en el
diagnóstico del TDAH que documentan numerosas fuentes 8,37,38. Por ejemplo, Moffitt y
Melchior documentan que la cantidad de niños afectados con TDAH puede variar entre
países desde el 6,2% hasta el 11,8% 37. Entonces, el problema de la heterogeneidad se
hace más profundo, porque ni la locación ni los criterios de inclusión de cada estudio
son tenidos en cuenta. Es decir, si bien había heterogeneidad dentro de cada estudio,
también se observan diferencias entre estudios. La omisión y ocultamiento de las
múltiples heterogeneidades y el problema que esto acarrea al debilitar
metodológicamente la configuración de las bases genéticas del TDAH es uno de los
tópicos que logran reconocerse, pero no el único.

El otro sesgo importante tiene que ver con la forma en que es conceptualizado el ámbito
genético-molecular. A pesar de que, desde el discurso, la complejidad genética de este
trastorno es reconocida, esta no se rescata en el diseño de los estudios, en los que se
asume una serie de implicaciones en la acción de los genes en el contexto del TDAH. Si
bien, como hemos mencionado anteriormente, se han propuesto numerosos genes que
podrían estar relacionados con el TDAH, la mayor parte de las investigaciones se enfoca
únicamente en uno o unos pocos de ellos y las interacciones entre genes rara vez son
estudiadas. Por ejemplo, Kieling et al. subrayan en su introducción que el trastorno
presenta una

...naturaleza compleja, tanto a nivel genotípico (múltiples genes) como fenotípico


(heterogeneidad fenomenológica). [;...complex nature, both at the genotypic (multiple
genes) and the phenotypic (phenomenological heterogeneity) levels];.20

Sin embargo, en su estudio analizan la asociación entre un único gen y el desempeño en


un test neuropsicológico. Otro ejemplo es dado por Swanson et al., que estudian
también la correlación entre un gen y la respuesta en tests neuropsicológicos35. Por otro
lado, estas investigaciones no rescatan las importantes interacciones que se dan entre el
genotipo y el ambiente, uno de los grandes aportes teóricos que se han dado en la
biología a partir de la década de 1980. Tal como explica Kaplan,
...la relación entre el genotipo y el fenotipo es plástica - capaz de variar sobre la base del
ambiente de desarrollo [;the relationship between the genotype and the phenotype is
plastic - capable of varying based on developmental environment];.39

Así, el aporte del ambiente no es tenido en cuenta en los diseños de las investigaciones.
Este problema es subrayado por algunos autores encargados de repasar estudios sobre
TDAH. Por ejemplo, Swanson et al. muestran en su trabajo que “pocos estudios de la
genética molecular han abordado las interacciones gen-ambiente [;few molecular
genetic studies of TDAH have addressed gene-environment interactions];22”. En ese
mismo sentido, Pauls concluye que

...la mayoría de los investigadores en genética reconoce que es importante evaluar


factores ambientales en estudios genéticos; sin embargo, muy pocos estudios han sido
capaces de medir adecuadamente factores ambientales. [;most genetic researchers
acknowledge that it is important to assess environmental factors in genetic studies;
however, very few studies have been able to adequately measure environmental
factors];.14

Luego, de los trabajos analizados solo se ha reconocido una mención en el estudio de


Swanson et al.22 a que la variación epigenética podría contribuir a explicaciones sobre el
TDAH. Entonces, tanto en sus aspectos funcionales de regulación de la expresión
génica como posible causa funcional en la manifestación del trastorno, como en su rol
en la denominada herencia epigenética, estos desarrollos de la biología de los últimos
años no son retomados en las investigaciones sobre la neurobiología del TDAH.
Entonces, se muestra una relación simplificada, en el sentido de una relación, en
general, unitaria entre un gen y el trastorno que, además, se presenta lineal y
descontextualizada del entorno tanto ambiental como genético y epigenético.

En este panorama, en general, sobrevuela la noción de que los resultados obtenidos en


los estudios genéticos sobre TDAH son poco concluyentes y presentan sesgos
conceptuales marcados. Swanson et al. señalan que:

...los estudios existentes de factores genéticos y ambientales no cumplen con los


estándares de estudios de genética molecular moderna [;...the existing studies of genetic
and environmental factors do not meet the standards for modern molecular genetic
studies];.22

...es probable que las interacciones gen-gen y gen-ambiente estén presentes y requieran
de un tamaño muestral grande para ser detectadas y descriptas. [;…]; la mayoría de los
estudios actuales no consigue abordar la conocida y esperada complejidad de las
interacciones gen-gen y gen-ambiente que han emergido en la investigación de otros
trastornos complejos [;gene-gene and gene-environment interactions are likely to be
present and require large sample size to detect and describe. [;…]; most current studies
fail to address the known and expected complexity of gene-gene and gene-environment
interactions that has emerged in research of other complex disorders];.22

Acerca de las bases genómicas


El primer estudio genómico de TDAH se realizó en el año 2003, solamente dos años
después de la publicación del primer borrador del genoma humano. En los últimos años
el volumen de datos genómicos en humanos y los desarrollos metodológicos para su
análisis han crecido enormemente. Es en ese contexto que se han realizado estudios
genómicos de diferente tipo en torno al TDAH y se han publicado, hasta la actualidad,
alrededor de una treintena (ver, por ejemplo, las revisiones de Franke et al.40 y Hawi et
al.41). En estos estudios se emplearon diferentes metodologías genómicas, que implican
diseños experimentales diferentes como también análisis estadísticos de diferente índole
y un aumento progresivo de los tamaños muestrales. La metodología que la mayoría de
las investigaciones utilizan es la de estudios de asociación de genoma entero (GWAS,
por sus siglas en inglés). Los GWAS se basan en realizar una asociación estadística
entre variantes genómicas poblacionales ubicadas en cualquier lugar del genoma y
alguna característica fenotípica del organismo en cuestión. En general, las variantes
genómicas poblacionales se tratan de polimorfismos de sitio simple (SNP, por sus siglas
en inglés) que son sitios individuales del genoma, es decir de un nucleótido, en donde
no todos los individuos de la población comparten la misma base nucleotídica (en el
ADN existen cuatro posibilidades de bases nucleotídicas para conformar el código
genético). La característica fenotípica puede ser un carácter morfológico,
comportamental, etc.; o una enfermedad, trastorno o patología. Si bien se trata de una
técnica metodológica y estadísticamente muy potente y sofisticada, su lógica es muy
simple: si individuos con una característica fenotípica particular presentan, en una
proporción más grande que la esperada por azar, una variante genómica particular,
entonces dicha variante estaría asociada a dicha característica fenotípica. Volviendo a la
lógica general de los estudios genómicos del TDAH, todos los estudios utilizan una de
dos estrategias, con algunos casos en los que se usan ambas en la misma investigación:
por un lado, se realizan búsquedas a nivel genómico de genes, o cualquier otro elemento
del genoma, asociados al TDAH sin fundamentar dicha búsqueda en teorías que
conceptualicen el trastorno de alguna manera específica, llamados análisis libres de
hipótesis; y, por otro lado, también se hacen estudios en los que se busca, en las
muestras de genomas completos de humanos, la relación de genes particulares con el
TDAH, y la elección de estos genes se basa en teorías y estudios previos.

En principio, es destacable que los resultados obtenidos en la mayoría en los estudios


genómicos sobre TDAH, en cuanto a reconocer genes o variantes genómicas asociadas
al trastorno, son casi nulos. Los trabajos de revisión antes mencionados lo expresan
claramente:

...tomando en conjunto todos los resultados de GWAS realizados para TDAH, se debe
remarcar lo siguiente: de acuerdo a los límites estadísticos actualmente utilizados,
ninguno de los resultados encontrados hasta ahora muestra una asociación significativa
del tipo de genoma entero con el TDAH [;...taking together all results from the GWAS
performed in ADHD, the following is to be remarked: none of the findings so far show
genome-wide significant association with ADHD according to the thresholds currently
handled];40

En general, los estudios de TDAH-GWA han tenido un éxito limitado en la


identificación de asociaciones en el nivel de significación crítica. [;Overall ADHD-
GWA studies have had limited success in identifying associations at the critical
significance level];.41

A pesar de que se reconoce que “actualmente, no tenemos suficiente información para


sacar conclusiones sólidas sobre el impacto relativo de las vías biológicas y la influencia
genética [;currently, we do not have sufficient information to draw strong conclusions
about the relative impact of the biological pathways and genetic influences];”40, se
plantea que el problema de estos estudios es que no estarían detectando variantes
genéticas de menor frecuencia que las estudiadas, que sí podrían estar asociadas al
TDAH, ni tampoco variantes con efectos muy pequeños sobre el fenotipo de TDAH 40,42.
En este sentido, las últimas investigaciones se basaron en estudiar la asociación entre el
TDAH y los elementos genómicos llamados variación en el número de copias (CNVs
por sus siglas en inglés), siendo estos elementos genómicos de frecuencia menor a los
estudiados hasta el momento. En estos estudios se han encontrado asociaciones más
robustas, sin embargo:

...la mayoría de variaciones en el número de copias (CNV) implicadas hasta ahora en


TDAH evidentemente no son altamente penetrantes (es decir, no están relacionados
causalmente con TDAH) ya que también se detectaron (aunque con menor frecuencia)
en muestras de control. [;...]; la mayoría de las CNV reportadas muestran una
intersección limitada entre pacientes individuales, lo que significa que cualquier
variante rara identificada en un individuo con TDAH puede tener un valor explicativo
limitado para la población más amplia con TDAH [;the majority of CNVs implicated
thus far in ADHD are evidently not highly penetrant (that is, not causally linked to
ADHD) as they were also detected (albeit less frequently) in control samples. [;...]; most
of the reported CNVs show limited intersection between individual patients, meaning
that any one rare variant identified in a particular individual with ADHD may have
limited explanatory value for the broader ADHD population];.41

Más allá del repaso de los principales resultados, el análisis permite destacar
conceptualizaciones, problemas y omisiones en los estudios genómicos de TDAH. En
principio, estas investigaciones no presentarían problemas con el tamaño muestral, dado
que si bien los estudios de los primeros años o los focalizados en una población
particular podrían ser criticados por no tener un número de individuos suficientes que
provea al análisis la potencia necesaria para detectar variantes de baja frecuencia
poblacional asociadas al TDHA, se han realizado metaanálisis de bases de datos
genómicos y también estudios utilizando datos genómicos de consorcios con miles de
genomas que suman tamaños muestrales suficientemente grandes en los que este
problema se vería resuelto40,41. Sin embargo, un nuevo problema relacionado con la
heterogeneidad surge cuando ni la locación ni los criterios de inclusión de cada estudio
son tenidos en cuenta en los metaanálisis o en las bases de datos de los consorcios
genómicos. Es decir, también en estos estudios la omisión y ocultamiento de la
heterogeneidad debilita metodológicamente la configuración de las bases genómicas del
TDAH.

Por otro lado, es de remarcar que, en estas investigaciones que presentan resultados
poco concluyentes y para nada robustos, se encuentran estructuras de promesas respecto
de las bases genómicas del TDAH. Por ejemplo, en Franke et al. se anuncia que:

Por ahora, ¡los GWAS representan una gran promesa para comprender la arquitectura
genética del TDAH! Sin embargo, necesitamos mejorar el diseño de estos estudios
aumentando el tamaño muestral para obtener más poder y mejorar/ampliar aún más la
evaluación fenotípica para reflejar y dividir mejor la complejidad fenotípica del
trastorno [;For now, GWAS holds the greatest promise for understanding the genetic
architecture of ADHD! However, we need to improve the design of these studies by
increasing sample size for more power and by further improving/extending phenotypic
assessment to better reflect and partition the phenotypic complexity of the disorder];.40

Es decir, el paso siguiente parece ser realizar los estudios de asociación entre elementos
genómicos con fenotipos de los niños diferentes a los que hasta el momento se venían
utilizando, básicamente endofenotipos cuantificables mediante alguna metodología
neurobiológica que representarían el diagnóstico del trastorno por síntomas. Esto queda
también claramente expresado en la revisión de Hawi et al.:

Mientras que la gran mayoría de los estudios genéticos han tratado el TDAH como una
construcción unitaria, argumentamos que para avanzar en el campo se debe realizar un
cambio hacia la reducción de la heterogeneidad, incluido el uso de endofenotipos y
técnicas de clasificación basadas en datos, deben ser usadas ahora para avanzar en el
campo. [;Whereas the vast majority of genetic studies have treated ADHD as a unitary
construct, we argue that a shift towards heterogeneity reduction, including the use of
empirically derived endophenotypes and data-driven classification techniques, must
now be used to advance the field.];.41

Entendemos que esta apelación secuencial a la promesa de que en un futuro se llegue a


bases genómicas del TDAH pueden relacionarse con la aceptación y potencialidad que
lo genómico tiene como indicador de riesgo.

En definitiva, al igual que en los estudios genéticos no genómicos, los estudios


genómicos del TDAH presentan resultados poco robustos y para nada conclusivos, a la
vez que comparten sesgos y simplificaciones tanto metodológicas como conceptuales.
Esto último se puede observar claramente en el hecho de que, salvo en un trabajo en el
que se estudia la interacción del genoma con el ambiente y se mencionan posibles
efectos no genéticos43 y otro en el que se hacen análisis de interacción entre genes
conocido como pathway analysis44, la mayoría de los trabajos apuntan a encontrar genes
individuales relacionados con el TDAH, los cuales luego pueden ser presentados como
genes que están casualmente implicados en el TDAH, además de ser señaladores de
riesgo de padecer dicho trastorno. Es decir, se muestra una relación simplificada, en el
sentido de una relación, en general, unitaria entre el gen y el trastorno que, además, se
presenta lineal y descontextualizada del entorno tanto ambiental como genético y
epigenético.

CONCLUSIONES Y DISCUSIÓN:
SIMPLIFICACIONES Y OMISIONES
El recorrido del trabajo argumenta que el interés que se ha dado en los últimos años en
describir las bases biológicas del TDAH puede enmarcarse en su uso con fines de
diagnóstico y también como marcadores de riesgo del trastorno. Sin embargo, ha
quedado establecido también que las investigaciones sobre las bases biológicas del
TDAH -en particular, las genéticas y genómicas- presentan algunas grietas. En
principio, y de manera más general, el diagnóstico del TDAH por medio de síntomas
comportamentales que se propone en el DSM-5 parece estar compuesto por síntomas
que serían comportamientos que corresponden al mundo infantil. Sin embargo, esos
mismos comportamientos de desatención, hiperactividad e impulsividad propios del
comportamiento infantil y sus complejidades, se transforman en señaladores de un
trastorno a través de la mirada que el adulto dirige al niño. Esto constituye una
fragilidad o sesgo del diagnóstico que no puede ser desconsiderado.

Pero el DSM-5 no se restringe a presentar diagnósticos meramente descriptivos a partir


de un conjunto de síntomas, sino que también son descriptos “factores de riesgo y
pronóstico” del TDAH, teniendo como referencia supuestas bases biológicas del
trastorno. Se trata de factores temperamentales, ambientales, genéticos y fisiológicos.
Hemos enumerado varias problemáticas respecto a estos “factores de riesgo”, dado que
no es claro que exista una relación directa de estos factores con el trastorno. Vemos que
se trata de situaciones sociales que sin duda necesitan atención, ya que generan
sufrimiento psíquico. Es importante resaltar que los problemas sociales causan un
sufrimiento psíquico en el sujeto, pudiendo llevar a la manifestación de
comportamientos de impulsividad, desatención, hiperactividad, tristeza, entre otros. Eso
no significa que si durante el período de cinco o seis meses, tal como fue previsto para
el diagnóstico del TDAH, la persona no supera estas dificultades y aun manifieste estos
comportamientos sea necesario recibir el diagnóstico de un trastorno mental. El
principal tratamiento para el TDAH es el metilfenidato, un fármaco de venta restringida
a la indicación médica. Cabe preguntar si sería adecuado tratar cuestiones sociales tan
complejas como estas con un medicamento.

En este escenario, y dada la ambigüedad del diagnóstico, se buscan legitimar las


intervenciones a partir de explicaciones biológicas, neurobiológicas y genéticas para los
trastornos mentales. El argumento es que si fuera posible encontrar tales explicaciones
causales se reduciría la ambigüedad del diagnóstico, ya que se contaría con parámetros
biológicos claros, tal como ocurre en otras ramas de la medicina. Además, estos
potenciales marcadores biológicos del trastorno tendrían un rol dentro del esquema de
factores de riesgo para una detección temprana y un tratamiento oportuno del trastorno.

Sin embargo, hemos encontrado que los estudios genéticos y genómicos del TDAH
presentan resultados poco robustos y para nada conclusivos y que, a su vez, esos
estudios comparten sesgos y simplificaciones tanto metodológicas como conceptuales.
Principalmente, se encontró que los trabajos muestran resultados con problemas
metodológicos y en los casos que estos son superados, sobre todo en estudios
genómicos, los resultados son poco concluyentes respecto de la relación del TDAH con
el substrato biológico, genómico en este caso. Incluso suponiendo un escenario sin estos
problemas, de todas maneras se encontró un predominio de una conceptualización
simplificada de las bases genéticas del trastorno, en el sentido de una relación en
general unitaria entre un gen y el trastorno que, además, se presenta lineal y
descontextualizada del entorno, tanto ambiental como genético y epigenético. Es decir,
si incluso la evidencia empírica sobre las bases genéticas y genómicas del TDAH fuera
muy sólida, de todas maneras, habría una conceptualización simplificada que cae en
omisiones. Si proponemos aquí una mirada crítica, es porque entendemos que la
búsqueda de bases genéticas y genómicas redundaría en que aumente aún más el
número de niños diagnosticados con TDAH, al partir de la idea de que existen “factores
de riesgo” genéticos o genómicos, que permitirían identificar la enfermedad en edades
cada vez más tempranas. Del mismo modo, el uso de psicofármacos como tratamiento
predominante, sería más sostenible en escenarios genéticos y genómicos simplificados,
en los que las causas genéticas son unitarias y, por ende, más directamente accesibles
por drogas que actúen sobre el producto génico.
Entonces, el análisis presentado muestra que los aspectos epistémicos, las
simplificaciones y las omisiones de las bases genéticas del TDAH se vuelven relevantes
en dos puntos de la problemática del TDAH: riesgo y terapéutica. Los problemas
señalados, referidos a las bases genéticas del TDAH, convocan además a una mirada
crítica sobre dicho conocimiento para evaluar con cuidado su rol como posible fuente de
diagnósticos libre de ambigüedades y como ámbito en el que buscar marcadores de
riesgo tempranos del TDAH. Es necesario cuestionar qué ciencia se está produciendo a
partir de manuales como el DSM-5, y “al servicio” de quién está esa ciencia, aun
cuando se trate de un saber aceptado por los más reconocidos ámbitos científicos.
Nuevamente cabe la pregunta sobre la pertinencia de dar un rol muy destacado a unas
bases genéticas poco convincentes, que implican simplificaciones y omisiones en una
problemática que sin duda involucra dimensiones sociales relacionadas con el
sufrimiento psíquico de los niños y adultos en las sociedades contemporáneas.

AGRADECIMIENTOS
El presente trabajo fue realizado con el apoyo de la Coordenação de Aperfeiçoamento
de Pessoal de Nível Superior (Brasil), código de financiamiento 001, y con el subsidio
PICT-2015-1815 de la Agencia Nacional de Promoción Científica y Técnica
(Argentina).

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Fechas de Publicación
 Publicación en esta colección
21 Oct 2019
 Fecha del número
2019
https://www.cibersam.es/noticias/un-estudio-analiza-los-
factores-geneticos-de-riesgo-compartidos-entre-el-tdah-y-los-
trastornos-del-comportamiento-y-la-agresividad

Un estudio analiza los factores genéticos


de riesgo compartidos entre el TDAH y
los trastornos del comportamiento y la
agresividad

UB/VHIO/CIBER | miércoles, 17 de febrero de 2021

Las personas afectadas por el trastorno por déficit de atención con hiperactividad
(TDAH) combinado con trastornos disruptivos del comportamiento (TDC) comparten
cerca del 80% de las variantes genéticas frecuentes asociadas a los comportamientos
agresivos y antisociales. Esta es una de las conclusiones de un estudio publicado en la
revista Nature Communications en el que participan el catedrático Bru Cormand, de la
Facultad de Biología y del Instituto de Biomedicina de la Universidad de Barcelona
(IBUB), el Instituto de Investigación Sant Joan de Déu (IRSJD) y el CIBER de
Enfermedades Raras (CIBERER), y los investigadores Marta Ribasés y Josep Antoni
Ramos Quiroga, del Vall d'Hebron Instituto de Investigación (VHIR) y el CIBER de
Salud Mental (CIBERSAM).

El trabajo —el más ambicioso publicado hasta ahora sobre factores genéticos de riesgo
compartidos entre personas afectadas por TDAH y TDC— se basa en el estudio de
cerca de 4.000 afectados por estas patologías y 30.000 individuos control, en el marco
del proyecto europeo Aggressotype, del programa Horizonte 2020, dedicado a
investigar las bases neurobiológicas de los comportamientos agresivos. La investigación
está liderada por Ditte Demontis y Anders D. Børglum (Universidad de Aarhus,
Dinamarca) y Stephen V. Faraone (Universidad Estatal de Nueva York, Estados
Unidos).
TDAH: un trastorno psiquiátrico que no siempre se
presenta solo
El TDAH es un trastorno común del comportamiento —afecta a un 5 % de los niños y a
un 2,5 % de las personas adultas— y se caracteriza por la hiperactividad, la
impulsividad y el déficit de atención. Este trastorno se presenta a menudo con otras
alteraciones psiquiátricas, sobre todo los trastornos disruptivos del comportamiento
(TDC), que pueden ir asociados a conductas antisociales y agresivas.

«El TDAH y los TDC son alteraciones causadas por factores genéticos y ambientales.
En el caso del TDAH, se calcula que la genética tiene un peso del 75 %, mientras que en
los TDC oscilaría entre el 40 y el 70 %. Son cuadros más prevalentes en niños que en
niñas, y cuando se presentan al mismo tiempo, las personas afectadas tienen más
probabilidades de caer en conductas de riesgo, de consumir sustancias adictivas o de
sufrir una muerte prematura», explica el profesor Bru Cormand, catedrático del
Departamento de Genética, Microbiología y Estadística y jefe del Grupo de
Investigación de Neurogenética de la UB.

«En determinadas personas, a menudo concurren dos o más trastornos psiquiátricos, y


esta coexistencia sigue, en muchas ocasiones, un eje cronológico, en el que sufrir un
trastorno psiquiátrico como el TDAH supone una puerta de entrada a otras patologías
comórbidas que agravan la calidad de vida de los individuos que las padecen», indica
Marta Ribasés, jefa del Laboratorio de Psiquiatría Genética del Vall d'Hebron Instituto
de Investigación (VHIR).

Mediante estudios de asociación a escala genómica (GWAS), se ha analizado la


contribución genética de los cambios en un único nucleótido del ADN (SNP) —los más
abundantes en el genoma humano— a estos trastornos psiquiátricos. En el marco del
trabajo, los expertos del VHIR y la UB han aportado muestras de pacientes con TDAH
diagnosticados en el Hospital Vall d'Hebron y han participado en el análisis de los datos
genéticos.

Más variantes genéticas de riesgo en los afectados por


TDAH y TDC
El equipo investigador ha identificado un segmento genómico en el cromosoma 11 que
aumenta el riesgo de padecer TDAH combinado con TDC. «Esta región contiene el gen
STIM1, que está implicado en la regulación de los niveles celulares de calcio, la
plasticidad neuronal, y la memoria y el aprendizaje», destaca Bru Cormand, que ha
coordinado el grupo de trabajo internacional de genética del proyecto Aggressotype.

«Nuestro trabajo constata que la genética es más determinante en las personas afectadas
por TDAH y TDC que en aquellas que solo sufren TDAH», subraya Cormand.

«Si comparamos el genoma de los pacientes con TDAH y TDC con el de los pacientes
que solo tienen TDAH, observamos que las personas afectadas por los dos trastornos
tienen una carga genética más alta: es decir, son portadoras de más variantes genéticas
de riesgo. Esta carga genética extra de los pacientes con TDAH y TDC correspondería
probablemente a alteraciones que otros autores habían vinculado previamente a
conductas relacionadas con la agresividad», remarca Cormand.

«Si consideramos el TDAH como una vía de entrada a una trayectoria negativa, utilizar
información genética para identificar a aquellos individuos más vulnerables tendrá un
fuerte impacto en la prevención, la detección precoz y el tratamiento, y abrirá nuevas
vías de investigación para encontrar terapias eficientes que podrían ser específicas del
trastorno o compartidas entre diferentes trastornos», explica Marta Ribasés.

El trabajo publicado en la revista Nature Communications es un nuevo avance científico


que contribuirá a ampliar el paisaje genético de las comorbilidades del TDAH, (es decir,
el conjunto de patologías que se muestran de manera concurrente con este trastorno). En
la vertiente clínica, saber qué afectaciones psiquiátricas comparten genética es un paso
importante, porque permitirá predecir la aparición de posibles complicaciones
secundarias a lo largo de la vida de los individuos que padecen TDAH.

«Estos resultados nos permiten entender mucho mejor el origen de los TDC asociados al
TDAH y poder informar mejor a las familias sobre el porqué de este trastorno»,
concluye Josep Antoni Ramos Quiroga, jefe del Servicio de Psiquiatría del Hospital
Vall d'Hebron y del Grupo de Investigación en Psiquiatría Salud Mental y Adicciones
del VHIR.

Centro de Investigación Biomédica en Red (CIBER)

El objetivo del Centro de Investigación Biomédica en Red (CIBER), creado por


iniciativa del Instituto de Salud Carlos III -dependiente del Ministerio de Ciencia e
Innovación - es impulsar la investigación de excelencia en biomedicina y ciencias de la
salud que se realiza en el Sistema Nacional de Salud y en el Sistema de Ciencia y
Tecnología. En la actualidad, el CIBER cuenta con más de 6.000 investigadores entre
adscritos y contratados, integrados en más de 400 grupos de investigación, sin
contigüidad física, pertenecientes a más de 100 instituciones consorciadas.

El programa científico del CIBER se organiza alrededor de 11 áreas temáticas de


Investigación: Bioingeniería, Biomateriales y Nanomedicina (CIBERBBN); Diabetes y
Enfermedades Metabólicas (CIBERDEM); Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición
(CIBEROBN); Enfermedades Hepáticas y Digestivas (CIBEREHD); Enfermedades
Raras (CIBERER); Enfermedades Respiratorias (CIBERES); Epidemiología y Salud
Pública (CIBERESP); Salud Mental (CIBERSAM); Fragilidad y Envejecimiento
Saludable (CIBERFES); Enfermedades Cardiovasculares (CIBERCV); y Cáncer
(CIBERONC).

Referencia del Estudio

Risk variants and polygenic architecture of disruptive behavior disorders in the context
of attention-deficit/hyperactivity disorder
https://www.nature.com/articles/s41467-020-20443-2
https://www.psiquiatriapsicologia-dexeus.com/es/unidades.cfm/ID/15901/ESP/-es-prueba-genetica-
tdah-.htm

¿Qué es la prueba genética del TDAH?

Coordinador de la Unidad

 Gracia Lasheras Pérez

Colaboradores

 Núria Mallorquí Bagué

El TDAH es un trastorno altamente hereditario, de ahí su componente familiar. La


prueba genética se realiza analizando una muestra de saliva y determina la existencia en
el individuo del gen DAT1, que es el que más se asocia a la aparición del TDAH, así
como otros genes relacionados con el desarrollo de otros problemas que suceden con
frecuencia en estos pacientes: Abuso de sustancias (opiáceos y alcohol) y conducta
disocial.
Puede ser útil para confirmar un diagnóstico de sospecha y para orientarnos en cual es
el fármaco al que responderá mejor el paciente en base a su genética, aumentando así la
probabilidad de éxito terapéutico.
https://www.understood.org/es-mx/articles/my-child-was-just-diagnosed-with-
adhd-now-what

¿Es hereditario el TDAH?

Por Ellen Braaten (PhD)

Sí. El TDAH es hereditario. Los investigadores han estado estudiando los factores
genéticos asociados con el TDAH durante los últimos 30 años. Se han realizado cerca
de 2.000 estudios y hay más en curso. Psicólogos, psiquiatras y genetistas han
colaborado para entender cuál es la causa del TDAH.

Los estudios de investigación indican que es muy probable que los padres y otros
parientes consanguíneos de los niños con TDAH también tengan TDAH.

No existe una prueba genética para determinar si una persona tiene o no TDAH. Pero
los investigadores han identificado una serie de posibles genes que podrían estar
involucrados en el TDAH. Se necesitan estudios más extensos para identificar
marcadores genéticos más específicos.

La investigación genética puede ayudar a entender la causa del TDAH. También puede
ayudar a desarrollar mejores tratamientos. Los expertos creen que es posible que
algunas diferencias en cómo responden las personas a la medicación para el TDAH
podrían ser genéticas. Si ese es el caso, mientras más conozcamos sobre los genes, más
podremos personalizar el tratamiento.

Si usted tiene TDAH no significa que invariablemente su hijo también lo tiene. De la


igual manera, muchos niños que tienen un padre con TDAH no desarrollan TDAH.
Además, los niños pueden tener TDAH sin que exista ningún riesgo familiar. Otros
factores no genéticos pueden estar involucrados.

Saber que el TDAH es genético puede ser útil, pero también puede ser perturbador. Por
ejemplo, algunos padres se sienten culpables por transmitir los “genes del TDAH”.
Tenga en cuenta que no controlamos con qué genes nacemos o qué genes transmitimos.
Ya sea que exista una conexión familiar o no, lo más importante es que los niños y
adultos con TDAH obtengan el apoyo que necesitan.

 Si su hijo fue diagnosticado con TDAH recientemente, lea qué hacer a


continuación.
 Averigüe cómo se diagnostica el TDAH en adultos.
 Vea un gráfico que muestra lo que los investigadores saben sobre el TDAH y el
cerebro.
El TDAH y el cerebro

Por Julie Rawe

Revisado por experto Nelson Dorta (PhD)

Los investigadores están aprendiendo más y más acerca del desarrollo del cerebro y el
TDAH. Las diferencias en el cerebro dificultan que las personas con TDAH trabajen en
una actividad, a menos que estén realmente interesados. Esto no tiene que ver con ser
holgazán o poco inteligente.

Aprenda más sobre el cerebro de las personas con TDAH.

Las estructuras del cerebro con TDAH tardan más en


desarrollarse

La investigación muestra que algunas partes del cerebro suelen ser un poco más
pequeñas o tardar más tiempo en madurar en los niños que tienen TDAH. Esto no
significa que los niños con TDAH no sean inteligentes. Significa que algunas partes de
su cerebro se desarrollan más lentamente.

https://www.infosalus.com/salud-investigacion/noticia-mitos-tdah-solo-afecta-ninos-
causa-unicamente-genetica-20230728082445.html

Mitos sobre el TDAH: ni solo afecta a


niños ni la causa es únicamente genética

Archivo - Terapia con un menor con TDAH - VITHAS ALMERÍA - Archivo


Infosalus
Publicado: viernes, 28 julio 2023 8:24
@infosalus_com

MADRID, 28 Jul. (EDIZIONES) -

Se estima que el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) tiene una
prevalencia en España superior al 5 por ciento, con valores del 3 al 8 por ciento en la
infancia y adolescencia. Pero, ¿qué causa el TDAH? ¿Es solo genética?

Aunque las causas de la aparición de este trastorno se encuentran en factores tanto


ambientales como genéticos y epigenéticos (los que son consecuencia de la interacción
de genes y ambiente), "la genética tiene un peso muy elevado, en torno al 75-80 por
ciento", ha explicado Paula Morales, profesora de los Estudios de Psicología y Ciencias
de la Educación de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC).

Entre los factores ambientales, Morales destaca "aquellos que tienen lugar durante el
embarazo, el parto o etapas precoces de la vida", como exposición a tóxicos
ambientales, consumo de alcohol o tabaco, déficits nutricionales, alteraciones
metabólicas, bajo peso al nacer, prematuridad, sufrimiento fetal o neonatal por falta de
oxígeno, entre otros.

A pesar de toda la investigación que hay tras esta condición del neurodesarrollo, aún
existen en la sociedad diversas falsas creencias:

Thank you for watching

1. "El TDAH no existe". Es cierto que tener dificultades de atención o 'ser movido' no
tiene por qué ser necesariamente TDAH. En muchas ocasiones estas características
pueden aparecer a lo largo de la infancia, como parte del desarrollo normal, donde
existe una gran variabilidad.

Además de poder tener su origen en características evolutivas, las dificultades


atencionales o la inquietud pueden estar relacionadas con otros problemas de tipo
cognitivo o emocional, por ejemplo. El TDAH, en cambio, es un trastorno
neurobiológico crónico que se inicia en la infancia y cursa con manifestaciones clínicas
de déficit de atención y/o hiperactividad e impulsividad.

Morales insiste en que esta condición presenta distintos niveles de severidad y que
afecta al desarrollo de la persona en los diferentes entornos en los que se desenvuelve,
por ejemplo, a nivel social, familiar, escolar y/o laboral. Estas manifestaciones "no se
explican por otras condiciones o trastornos".

Si bien, como indica la profesora, hay una gran heterogeneidad dentro del TDAH, "se
ha constatado una base neurológica común en las personas que lo padecen con la
presencia de diferencias estructurales y de maduración en el cerebro de las personas con
TDAH", según diversos estudios estatales e internacionales.

Por tanto, añade, "hace ya muchos años que no deberíamos discutir si el TDAH existe o
no", sino sobre cómo avanzar en el diagnóstico y la intervención de esta condición,
dejando de lado "prejuicios y etiquetas que dañan a la persona y a su entorno: 'es muy
vago', 'no lo hace porque no quiere', y un largo etcétera."

2. Miedo a la medicación. El tratamiento de elección en el TDAH se considera


multimodal, es decir, "combina intervención psicológica y psicopedagógica individual o
en pequeño grupo, intervención con el entorno familiar y escolar y tratamiento
farmacológico en aquellos casos que se considera necesario", indica Morales.

Solo en los casos en que se considera necesario se plantea un abordaje farmacológico,


indicado, sobre todo, cuando hay un impacto moderado o severo de la sintomatología
que limita el desarrollo de la persona y su bienestar.
En los casos de menor severidad, la medicación no es el tratamiento de primera elección
ya que la intervención psicológica y psicopedagógica puede ser igual de efectiva o
incluso más.

Sin embargo, la profesora asegura que "la medicación es segura, con una historia de uso
con miles de ensayos farmacológicos" y, siempre con la supervisión de un equipo
especializado, se va a ir ajustando según las necesidades de la persona en cada etapa de
su vida.

3. "Solo afecta a los niños". El TDAH es una condición crónica del neurodesarrollo. Si
bien la hiperactividad tiende a disminuir con el paso de los años, "la desatención y la
impulsividad persisten en adolescentes y adultos", matiza Morales.

Aunque el TDAH puede ir reduciendo algunos de sus síntomas con el tiempo, "en el 40
por ciento de los casos todos los criterios se mantienen en la edad adulta".

En este sentido, según los datos del estudio Prevalence and Epidemiological
Characteristics of ADHD in Pre-School and School Age Children, realizado en
Tarragona, se calcula que "en cada aula vamos a encontrar como mínimo dos alumnos
en educación primaria y uno en educación infantil con necesidades específicas
derivadas de esta condición".

https://www.isglobal.org/-/las-alteraciones-geneticas-relacionadas-con-el-tdah-se-
vinculan-tambien-con-deficits-en-la-memoria-infantil

https://www.ciberisciii.es/noticias/un-estudio-genetico-indica-que-el-tdah-se-relaciona-
con-una-menor-esperanza-de-vida

https://www.nature.com/articles/s41386-023-01555-x

https://www.redaccionmedica.com/secciones/psiquiatria/tdah-madres-padres-hereda-mas-
6505

https://conexion.cinvestav.mx/Publicaciones/descubren-v237nculo-entre-alteraciones-en-
un-gen-y-la-herencia-del-tdah

https://neurologia.com/noticia/7146/un-gen-implicado-en-el-tdah-podria-relacionarse-con-
el-consumo-de-sustancias-adictivas

https://www.ciberer.es/noticias/primer-mapa-genetico-del-trastorno-por-deficit-de-
atencion-con-hiperactividad

https://magazine.medlineplus.gov/es/art%C3%ADculo/exploracion-del-tdah-por-medio-de-
la-ciencia

https://www.clinicbarcelona.org/asistencia/enfermedades/trastorno-de-deficit-de-atencion-
e-hiperactividad/causas-y-factores-de-riesgo

https://neurologia.com/articulo/2012344
https://web.ub.edu/es/web/actualitat/w/a-study-analyses-the-risk-genetic-factors-shared-
between-adhd-and-disruptive-behaviour-disorders-

https://web.ub.edu/es/web/actualitat/w/a-genomic-analysis-in-samples-of-neanderthals-
and-modern-humans-shows-a-decrease-in-adhd-associated-genetic-variants
https://especialistasmedicos.mx/salud-mental/trastorno-de-deficit-de-atencion-e-
hiperactividad-tdah/460-el-papel-de-la-genetica-en-el-tdah-y-como-se-puede-heredar

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