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Ética.

ESO

Juan Verde Asorey


Autor:
Juan Verde Asorey
Colaboración en Actividades Didácticas: José Ma García Gutiérrez

Fotografías:
Luis Macías Cortés
Maquetación: Mileto Ediciones

I.S.B.N.: 84-95282-51-8

Depósito legal: M-23947-2003

O del texto: Juan Verde Asorey

O de esta edición, 2003:


MILETO EDICIONES
Apartado de correos 53.229 28080 Madrid
Teléfono: 91 431 46 24
Fax: 91 401 25 83 mileto@miletoediciones.com www.miletoediciones.com
Juan B. Verde Asorey
Filósofo extremeño de origen gallego (Vila de Cruces, Amosa-Ollares,
Pontevedra). Comenzó sus estudios en Santiago de Compostela y se licenció
en Filosofía en la Universidad de Salamanca. Catedrático de Filosofía de
Enseñanza Secundaria. Se asentó en Cáceres, donde aprendió a ser
profesor, a escribir en los ratos libres, a criticarlo casi todo, a jugar al ajedrez y
a colaborar en la formación y desarrollo de una nueva familia. Durante los
primeros tiempos de la democracia (años 80) descubrió la afición por la
Eticología.
Ha publicado en revistas y periódicos diversos textos sobre Pedagogía (qué y
cómo enseñar) y Ética (qué nos conviene hacer). Estudioso del lenguaje y de
su evolución, escribió en el Diario Hoy de Extremadura artículos filosóficos
sobre etimología, muchos de los cuales se incluyen en su libro El tiempo y la
palabra.

Autor de:

- Carta a Koralia (Amarú, Salamanca)

- VERDE ASOREY, J. B. (2003), ÉTICA, Madrid: Mileto Ediciones, 206p.

- VERDE ASOREY, J. B. (2003), El tiempo y la palabra, Madrid: Mileto Ediciones, 290p.

- VERDE ASOREY, J. B., DOMÍNGUEZ CERRILLO, V. y CASCO RUIZ, V. M. (2018)


Sabor y saber. Conversaciones sobre el mantel, Cáceres: cuatrohojas, 212p.

A mis hijos Mayra y Luis, y a mi mujer, Luisa Fernanda, porque a pesar de que
afirmo no haberles quitado nada del tiempo que les pertenece, puede que no
sea verdad.

Agradecimientos:
A los profesores X. Abella Chouciño, Jesús González,
J. H. Bustos, B. Palacios, Tino Muñoz y Joaquín Paredes,
por sus palabras de ánimo y, sobre todo,
por sus observaciones y críticas.
Introducción: propuestas pedagógicas
para usar este libro de texto

• Consideraciones generales
El autor de este libro sabe que quien se resista a remover su 'chozo' intelectual,
hallará sin duda, en este texto de Ética, muchos motivos para estar en desacuerdo. Pero
todo amante de la dialéctica, podrá disfrutar enseñando a sus alumnos el arte de
refutar los argumentos de otros. Porque no se trata de un libro para aprender de
memoria (supongo que ninguno lo es), sino para leer y comentar, y, por tanto, para
ser criticado con toda libertad. Sólo se pretende ofrecer el necesario bagaje
conceptual que capacite al alumno, o al lector común, para enfrentarse a situaciones
problemáticas de conducta (hechos y acciones) mediante un método claro y preciso.
Porque, eso sí, es imprescindible saber de memoria, como la tabla de multiplicar,
una definición de Ética, el concepto de valor y su génesis, y los seis puntos del
método de análisis y valoración de las conductas (expuesto en el bloque sobre Ética
Aplicada). Lo demás es para aprender el discurso eticológico mediante una lectura
lenta y tranquila, acompañada de un diálogo ordenado con el profesor y otros
alumnos, y a través de los trabajos de investigación.
Las evaluaciones intentarán comprobar si el alumno ha aprendido el nuevo
lenguaje, mediante explicaciones de conceptos básicos referentes a los valores y
resolviendo casos concretos de Ética Aplicada. Esto se consigue realizando con rigor el
trabajo de investigación en la segunda parte del curso y participando en clase cuando
sean expuestos los restantes trabajos realizados por los compañeros. De este modo
se va comprobando cómo se aplica la información eticológica a las diversas
situaciones elegidas.
Todo profesor debe saber que el aburrimiento es un gran enemigo del aprendizaje,
por eso hay que evitarlo sin necesidad de tener que recurrir constantemente, como
compensación, a otros 'instrumentos' más entretenidos y a otros personajes más
divertidos. Éste es un libro hecho con los alumnos, pero por el profesor en su función
de eticólogo. El alumno solo ni construye ni entiende. Por eso es imprescindible que
el profesor se implique con ilusión. De hecho, gran parte del éxito o fracaso de la
educación depende de esto.
En este caso es necesario realizar previamente una lectura general de la obra,
para tener claros algunos puntos básicos que permitan entender de un modo
coherente esta forma de concebir la Ética. En síntesis, podrían ser estos:
1. Diferencia entre Ética, Morales y Eticología.
2. Concepto de 'clemofratsia', como garantía de fundamentación y definición de los
valores.
3. No todo da igual. Relación entre el concepto de valor y la justificación de
principios y normas.
4. Vivir 'mejor' y ser más 'feliz' es posible a partir de los conceptos de igualdad,
justicia y placer.
5. La Ética y la Política deberían llegar a ser la misma cosa, previa identificación de la
Politología y la Eticología.
6. La Eticología no es un conjunto más o menos razonables de consejos generales,
'dados' por un más o menos genial y bondadoso personaje; es una ciencia social, un
trabajo de investigación científica en torno al origen y definición de los valores
humanos, así como sobre el método de valoración de las conductas libres de las
personas y de las propuestas acerca de ulteriores formas de actuar. Para la
construcción de la Eticología se procede desde el individuo a la sociedad; para la
valoración y propuesta se va de la sociedad al individuo. En la formulación de los valores
participa todo el mundo, individualmente. Pero la valoración de cada conducta se hace
desde los supuestos sociales convenidos.
Como veremos, la Éticología no se aprende por fórmulas sino por métodos, a partir
de la correspondiente teoría. Se aprende la regla de la multiplicación y un método para
aplicarla (o formularla de nuevo) cada vez que la práctica lo exija.
La existencia de la educación institucional supone la convicción política de la
conveniencia de modificar la 'naturaleza', es decir, de intervenir y superar las conductas
instintivas, orientando las acciones según determinados valores.
Los alumnos (como el resto de la gente) suelen estar dispuestos a debatir (discutir)
sobre cualquier cosa, mientras no se exijan 'razones' e información sobre las posturas
defendidas. Pero, para poder hablar en serio de algo es necesario conocer los datos
de los problemas, adquirir el lenguaje preciso que en ellos interviene, y dominar
las técnicas de análisis y las reglas de cálculo de las posibles soluciones.
La rutina y la vagancia nos impulsan a hablar de casi todo, sin apenas entender y sin
esperanza razonable de modificar la manera de actuar después del diálogo. Es hora de
acabar con esto, al menos en las aulas. No se puede permitir que los jóvenes entren en
clase con infinitos 'misterios' en sus cerebros y salgan de ella con la frustración de verlos
aumentados. Todo estudiante tiene derecho a convertir dichos 'misterios' en 'problemas',
es decir, que deben pasar del modo mítico de 'ver' el mundo y de 'orientar' la vida, a la
forma 'lógica' de comprenderlo y a la manera 'eticológica' de actuar para transformarlo y
disfrutar de él.
La parte de Ética Teórica se dedica a la adquisición de estos conceptos y del
correspondiente lenguaje para utilizarlos. Me parece inapropiada la costumbre de exigir
a los alumnos que expongan 'con sus propias palabras' la nueva información. No.
Deben hacerlo con las palabras adecuadas. Todo aprendizaje implica el aprendizaje de
un lenguaje. Parece absurdo que alguien describa lo que es una molécula sin conocer la
palabra 'molécula'. En Ética Aplicada se pretende resolver 'problemas', no jugar con
misterios o simplemente con espontáneas buenas intenciones. Y esto se intenta
procurando que el alumno aprenda a investigar y a comunicar a sus compañeros los
contenidos de su investigación.
Tanto los políticos, como los profesores y los mismos alumnos, buscan unos objetivos
concretos con la enseñanza. Existen fundamentalmente dos clases de actitudes políticas:
una dictatorial, que pretende formar súbditos (información repetitiva y acrítica, como
adoctrinamiento formulista), y otra democrática, que busca formar a ciudadanos libres y
responsables. Afortunadamente nosotros nos hallamos en el segundo grupo. Pero es
pertinente recordar que la educación sería engañosa si tanto el profesor como los
alumnos no están convencidos de que la Humanidad puede 'mejorar' (valores), y de que
eso se puede ir consiguiendo con la educación. Un profesor 'pesimista' y un alumno
‘desmotivado' serán rémoras en este proceso. Pero si esto es verdad en todas las mate-
rias, se incrementa sobremanera en Ética, ya que su función es movilizarlo todo, es
plantear los asuntos relacionados con el 'principio de totalidad', referido a la vida 'toda'
de cada uno y a 'todas' las vidas de todos los demás.
A veces, algunos profesores se sienten mal porque un determinado 'grupo' de
alumnos fracasa también con ellos. Pero eso no debe desanimarlos, porque es muy
difícil que ciertos adolescentes con malas y abundantes experiencias educativas previas
se animen a entrar en ese 'juego'.

• Estructura del curso


Teniendo en cuenta las anteriores consideraciones, se propone la organización del
curso de Ética del siguiente modo:
1. Primer cuatrimestre (octubre-febrero): Exposición y estudio de los conceptos
básicos de la Ética (Ética Teórica). Aprender a pensar.
2. Segundo cuatrimestre (febrero-mayo): Realización de trabajos de investigación por
parte de los alumnos (Ética Aplicada). Aprender a decidir.
Septiembre y junio quedan para cuestiones previas y epílogos.
Febrero está compartido, porque es el mes en que el profesor interrumpe lo que le
reste de la explicación teórica para exponer uno o dos ejemplos de Ética Aplicada
('modelo' de trabajo de investigación), para elegir los temas y para confeccionar el
calendario de actuaciones. De este modo, los alumnos a quienes, por sorteo, les ha
tocado ser los primeros en la exposición, dispondrán de suficiente tiempo (en torno a 20
días, como mínimo) para ir preparando sus trabajos. Mientras tanto el profesor termina
de explicar la parte teórica, con la que se pretende que los alumnos adquieran la
información necesaria, tanto desde el punto de vista conceptual como terminológica,
para poder comprender problemas éticos de conducta y para saber utilizar el método
adecuado para su 'correcta' solución.

• Diseño del trabajo y de su exposición en clase


Los temas que deberán investigar y exponer los alumnos intentarán ajustarse a los
ejemplos expuestos en la Unidad 8, que versan sobre el ejército y la pena de muerte.
Evidentemente, el profesor puede elegir cualesquiera otros ejemplos.
Es imprescindible que se adapten al esquema del método eticológico si se quieren
evitar digresiones inútiles y discusiones incontroladas.
La elección de los temas o casos se realiza a partir de una relación elaborada en
clase entre todos los alumnos, según sus intereses y según la posible utilidad eticológica.
Hay que recordar que se trata sólo de acciones 'humanas' (conscientes y libres).
Se puede partir de casos concretos (reales o imaginarios) para terminar haciendo
consideraciones generales (inducción), o al revés, empezar por conceptos generales de
valores o contravalores para aplicarlos después a situaciones concretas (deducción). Por
ejemplo, se puede analizar el valor de la amistad o el contravalor de la violencia, para
valorar después un caso de conducta desleal o una determinada guerra. O, al
desarrollar el tema de la ecología, se puede resolver el caso de las centrales nucleares,
la deforestación, etc. En clase de Ética es más normal proceder de lo general a lo
particular, porque se trata no tanto de solucionar problemas cuanto de evitarlos. Pero,
pedagógicamente, es muy conveniente conocer casos reales para utilizar los sentimientos
(temor, amor, etc.) como estímulos.
No se pueden repetir los temas, ni siquiera parcialmente; por ejemplo, si un grupo
elige el asunto de los toros de lidia, no puede otro elegir la caza deportiva; o si uno elige
la ecología, no procede que otro se decida por la deforestación, dado que,
accidentalmente, se pueden resolver todas las situaciones similares con el mismo
planteamiento teórico. Y los alumnos pronto se cansarían de la misma 'película'.
Los grupos deben estar compuestos por dos o tres miembros. Ocasionalmente, por
razones especiales (un enfermo, una baja, etc.), pueden ser de cuatro, o incluso podría
realizar el trabajo un alumno solo.
Lo primero que se hace es determinar los días y sortear el calendario mediante la
extracción de los números asignados a cada grupo. Deben evitarse dos exposiciones
seguidas. Conviene que haya clases libres en medio para continuar con el debate o para
subsanar imprevistos (enfermedades, huelgas). Dependiendo del número de alumnos y
grupos, así se hace el reparto de los días disponibles desde marzo a mayo, más o
menos.
Por el mismo orden resultante del sorteo se procede a la elección de los temas que
cada grupo ha pensado en secreto. Cuando se da el caso de que varios hayan elegido lo
mismo, tienen preferencia los primeros, pero pueden intentar convencerse para cambiar,
y, en cualquier caso, o tienen ya un segundo de reserva o se les ayuda a buscar. Se
pueden elegir temas no incluidos en la relación de clase.
Seguidamente se confecciona una página en la que figuren, por orden de intervención,
los nombres de los distintos grupos, el tema elegido y la fecha de actuación. Todos los
alumnos deben tener en su poder una copia de esta hoja, para saber, sobre todo, cuál es
el tema siguiente y a quiénes les corresponde presentarlo. De este modo, todos pueden
preparar algo de antemano para el debate.
Siempre se puede cambiar el tema de trabajo, con tal que se avise con antelación para
poder hacer la pertinente corrección en la hoja del programa. Una noticia, una película,
un libro, una entrevista, una conversación, etc., pueden provocar el interés por investigar
sobre algo que antes no se había pensado.
Durante las exposiciones todos tendrán a mano los correspondientes instrumentos
para tomar nota de las conclusiones y otras curiosidades, dado que, a partir de ahora,
las evaluaciones deberán constar no sólo de cuestiones teóricas, sino también de algún
caso práctico, que puede ser inédito o elegido entre cualquiera de los expuestos en
clase. En todo caso, a través de las diversas exposiciones, se irán recordando siempre
las cuestiones teóricas principales que tengan que ver con los problemas que se
investigan y se someten a debate.

• Desarrollo concreto de una exposición


Cada grupo pondrá en la pizarra el esquema de la exposición antes de comenzar la
clase, si es posible. Figurarán, además, en la misma los nombres de los ponentes y las
fuentes de información utilizadas. El punto más curioso suele ser siempre el
correspondiente a la Historia, y para ello hace falta buscar la pertinente información.
Es aconsejable que se busque siempre algún libro que trate del tema expuesto, por si
alguien quiere saber más sobre el mismo.
Los alumnos se sientan en la tarima, si hay, o se lleva a cabo otra distribución. El
profesor hace la presentación del tema y de los ponentes, como si se tratara de una
conferencia, y se acomoda en un asiento como un oyente más. Los alumnos van
leyendo o contando el trabajo, alto, lento y claro (que piensen que siempre les sobra
tiempo), y los demás pueden interrumpir para preguntar o aclarar, o simplemente
porque 'no se oye' bien. También el profesor debe intervenir para exigir más claridad
o para indicar matices que se deben tener en cuenta.
Los mismos componentes del grupo tienen que organizar los debates.
Cada grupo traerá el trabajo escrito y, si se les pregunta cómo lo han elaborado,
deben saber explicar el proceso y las tareas aportadas por cada miembro a la
realización conjunta. Hay que asegurarse de que todos han colaborado
equitativamente. El profesor puede quedarse con los trabajos por un tiempo, o
simplemente observarlos, dado que el contenido ya lo exponen en clase los mismos
autores.
Es muy importante que la información sea buscada por los alumnos, recurriendo a
bibliotecas, periódicos, revistas, libros, personas, instituciones, internet... El profesor
debe informarles acerca de cómo buscar. Por ejemplo, si se investiga sobre el
feminismo o los malos tratos pueden recurrir al instituto de la mujer; sobre la
sexualidad, al centro de educación juvenil para la salud, etc. Es imprescindible que
ellos aprendan a buscar la información. En casos especiales, hasta podrían pedir ayuda
a la Dirección del Instituto para salir, para utilizar medios audiovisuales, para invitar a
algún especialista en determinados temas...
Antes de terminar la exposición, el profesor debe asegurarse bien de que se haga
especial hincapié en los puntos cinco (valores que entran en juego) y seis del método
(propuesta), porque es el camino del compromiso y del intento de transformación de lo
que parece perjudicial para la Humanidad. No podemos conformarnos con 'interpretar'
el mundo, sino que habrá que 'mejorarlo' mediante la generalización y disfrute de los
valores principales.
Terminada la exposición, el profesor resaltará los aspectos positivos y mencionará
los negativos. Los aplausos moderados forman parte de la representación.
Finalmente, la calificación del trabajo representará un tercio de la calificación
global del curso.

Ju an Verde Asorey
NOTA: En varios de los textos del libro presentados en azul y en recuadro, se
exponen ideas que no coinciden con los planteamientos teóricos del autor. Se trata de
fomentar la dialéctica que eso plantea si se saben buscar las correspondientes
contradicciones.
Por qué y para qué
la Ética

UNIDAD 0
VERDE ASOREY, J. (2003), ÉTICA. ESO, Madrid: MILETO
EDICIONES, 206p.
1. Vivir según valores eticológicos
La Ética nos introduce en un mundo poco conocido, complejo y apasionante, en el que
cada uno es protagonista y al mismo tiempo responsable de lo que pasa.
Se trata de un mundo dinámico, porque exige a quien entra en él que se ponga a
pensar. Y pensar significa manejar razones y datos que se puedan expresar en una
discusión 'dialéctica', con la finalidad de clarificar conceptos que sirvan para facilitar
acuerdos y convenios (siempre tan provisionales como la manera de vivir).
No se trata de un asunto baladí o trivial, pues en ello -como veremos-nos va la vida
misma, al menos en su faceta 'humana'.
Freud opinaba que la felicidad depende:
• Del disfrute en el campo de la profesión (aquello de lo que uno 'vive').

• De un cierto desarrollo armónico de la afectividad (relaciones de amistad, simpatía,


amor).
• De la utilización divertida del tiempo de ocio (deporte, lectura, juego).

Pero, para conseguir esta felicidad, es necesario saber: saber trabajar, saber convivir,
saber disfrutar.
Decía Aristóteles que existen tres clases de saberes o ciencias:
• Ciencia del placer (saber conseguir lo que a uno le gusta).

• Ciencia de la orientación (saber decidir lo más conveniente según la propia vida y la


de los demás).
• Ciencia de la producción (saber alcanzar las cosas precisas según las necesidades y
los deseos).
Según esto, unas ciencias se orientan a la supervivencia ('ser'), mientras otras piensan
más en la vida feliz ('cómo ser').
Desde el punto de vista humano, la fundamental parece ser la segunda, porque es la que
tiene que valorar los 'gustos' y las 'necesidades' teniendo en cuenta la vida toda de cada
uno y todas las vidas de todos los posibles afectados por cualesquiera decisiones
humanas libres
Se trata, primero, de 'vivir' (verbo), y, después, de hacerlo 'justamente',
'amistosamente', 'saludablemente'... (adverbios), o sea, según los valores eticológicos.

2. La Ética como estudio de los valores


Podemos 'escenificar' en seis pasos la necesidad de la Ética:

1 . Sabemos que las decisiones humanas libres son distintas según quién las toma,
en qué circunstancias lo hace y en función de las consecuencias que se siguen de ellas
(unos resultados son más agradables y más resolutivos que otros).
Por ejemplo: el sábado por la mañana Fausto quedó con sus amigos para ir a un
concierto de su grupo favorito por la noche. Un poco más tarde se encontró con Lorena
(por la que siente una atracción amorosa) y ella le propuso salir juntos esa misma noche.
Muy a su pesar, le dijo que no podía quedar porque ya había comprado la entrada para el
concierto. Días más tarde, supo que Lorena había salido esa noche con Martín y que, al
parecer, se sintieron tan 'bien' juntos que, desde entonces, se ven a diario. Hoy, Fausto
considera que se equivocó en su elección. Debería, quizás, haber llamado a alguno de
sus amigos, darle una explicación razonable de por qué no podía ir al concierto y haber
salido con Lorena. Pero ¿qué hubiera pensado si deja a sus amigos, se va con Lorena y no
le salen bien las cosas con ella? ¿Se hubiera 'arrepentido' en este caso de no haber
asistido al concierto?
Dice Sartre que la libertad es una condena, porque, primero, nos vemos obligados a
elegir, y, segundo, siempre podemos tener motivos para lamentar no haber tomado otra
opción distinta que supuestamente podría haber sido más satisfactoria.
A mí, sin embargo, me parece una condena mucho mayor carecer de libertad (no
poder elegir). Además, todos tenemos experiencia de haber tomado decisiones
acertadas, cuyos efectos resultaron sumamente apetecibles, y que nos parecen mucho
más satisfactorios que los que podrían haberse derivado de otras posibilidades
alternativas que consideramos simultáneamente a la opción elegida.

2 . Por tanto, somos conscientes de nuestra libertad, porque nos damos cuenta
de que tomamos unas decisiones pudiendo elegir otras. Aunque, como decía Sartre, a
veces nos puede quedar la duda de si habríamos acertado más en el caso de haber
optado por alguna posibilidad que desestimamos, sobre todo cuando los resultados
obtenidos con nuestra elección no son todo lo satisfactorios que hubiéramos deseado.
3. Vistas así las cosas, descubrimos que no todo da igual
4. Si no todo da igual, es porque suponemos que hay cosas, hechos y acciones
preferibles. Y lo son por ser 'mejores'
5. Pero, ¿cómo se sabe que algo es 'mejor' o 'peor'? Los valores son el criterio para
alcanzar tal sabiduría.
6. La Ética es el estudio de los valores (axiología) que nos hacen decidir lo que
es bueno y lo que no, teniendo en cuenta no sólo lo que es bueno para mí, sino
también lo que es bueno para los demás. Sus objetivos esenciales son:
• Analizar el origen de los valores: cómo y por qué se generan.

• Buscar definiciones consensuadas de los mismos (intereses generales: valores


humanos).
• Analizar y criticar los intentos teóricos ya existentes (Historia de la Ética).
• Formular un método de resolución práctica de los problemas vitales de decisión
(Ética Aplicada), para poder alcanzar un modo de vida más feliz (Teoría de la felicidad).

TRABAJO EN GRUPO
En nuestros días, casi todo el mundo utiliza frecuentemente la palabra 'ética' en sus
conversaciones. De igual modo, es habitual que en los medios de comunica ción se aluda a la ética
como condición indispensable de la vida social. Ahora bien, en ocasiones se habla de ella sin tener
claro cuál es su significado. Y también es habitual que muchas personas exijan comportamientos
éticos a los demás (sobre todo, si les resultan beneficiosos), aunque en su vida personal ellos no
respeten esas mismas normas éticas que exigen a los otros.
Cada grupo de trabajo seleccionará a diez personas, de distintas edades y a ser posible de
diferente formación cultural, y les pedirán que respondan detallada mente a la siguiente cuestión:
¿Qué es la ética y cuáles deben de ser las propiedades absolutamente imprescindibles para que una
acción sea considerada ética?
Tras la recogida de respuestas, cada grupo trabajará las siguientes cuestiones:
• Breve estudio estadístico: cuantificación de propiedades o rasgos que se repiten en las
respuestas, así como de los elementos que sólo aparecen en alguna o en una sola respuesta.
• Descripción del concepto de ética que defiende la mayoría.
• Valoración del grado de conocimiento que las personas entrevistadas tienen acerca de la ética,
comparando sus respuestas con lo descrito en esta Unidad Didáctica.
Dicho de otro modo:
• El ser humano tiene deseos y necesidades, y no le da lo mismo satisfacerlos o no.
Pero tampoco es lo mismo satisfacerlos de un modo u otro.
• El ser humano es libre porque a veces
puede elegir unas 'cosas' en vez de otras para
ETICOLOGÍA
darse satisfacciones, o para evitar disgustos,
inquietud y dolor. La Ética hace referencia a todos los
elementos que intervienen en el análisis,
• Por experiencia general (herencia genética o
valoración y orientación de las conductas
información cultural: costumbre, tradición, humanas. Estas conductas tienen que ser
educación) y por experiencia propia, el hombre conscientes y libres; se excluye, en
va conociendo los diferentes resultados según consecuencia, el mundo de la
las decisiones tomadas y las elecciones irracionalidad (esoterismos, misterios,
realizadas. Así, descubre 'lo preferible'. magias, poderes ocultos), no por malo sino
por incomprensible e incontrolable. La
• Pero la mayor parte de las decisiones se
Eticología es la ciencia que establece las
dan en sociedad, porque el individuo técnicas y el procedimiento para activar y
necesita imperiosamente a ésta tanto para relacionar dichos elementos. Una persona
poder tomarlas (solos no sería posible: somos que se manifiesta conscientemente en la
más libres juntos, porque la suma de calle o que responde a preguntas sobre
cualquier valor, es una persona 'ética' pero
libertades es más libertad) como por los
no es 'eticóloga'. El eticólogo es quien
resultados o consecuencias de tales decisiones
construye la ciencia de la Ética mediante la
(muchas de ellas repercuten también en los aplicación rigurosa del correspondiente
demás). método.
• Así se inicia el juego social humano, cuyas
reglas dependen de los valores convenidos y de las normas acordadas.
• La Ética (Eticología) nos va a enseñar a jugar a este juego, tan apasionante como el
vivir y tan 'humanamente' imprescindible como el vivir 'bien'.

3. Justificación de la Ética
Es un hecho que el ser humano discute: iQué dices!; iNo estoy de acuerdo!;
iParece 'mentira'!...
Es evidente que el ser humano reprocha: ¿Te parece 'bien' eso?; iTe has pasado!;
iNo hay 'derecho'!; iEso no es 'normal'!; iMe parece una animalada!...
Ahora bien, sólo desde la Eticología se pueden garantizar discusiones razonables,
reproches justificados, así como nuevas propuestas para mejorar la convivencia.
Para ello, la Ética reflexiona sobre aquello que nos 'interesa' (valores) y establece
procedimientos de información y diálogo para llegar a ciertos acuerdos (método).
'Razonar' y 'dialogar' es compartir opiniones y saberes en torno a los asuntos que nos
afectan, sabiendo que, para 'convivir', es necesario convencernos de lo que nos conviene.
Más si alguno no quiere aprender, o no entiende, o no se le sabe explicar, habrá que
intentarlo por otros métodos, como pueden ser la fuerza de la 'obligación' o el apoyo
afectivo y la ayuda personalizada.
En Derecho, la obligación se expresa en leyes, y se hace cumplir mediante la policía,
los jueces y las penas. En
Ética, la fuerza que obliga
RESPONSABILIDAD proviene del rechazo social
Frecuentemente -tal vez de manera insistente- te habrán de ciertas conductas, de la
dicho (los profesores, tus padres, otras personas adultas...) que aceptación normal de otras
debes ser responsable. y de la exaltación general
¿Qué quieren expresar exactamente con eso de que 'hay de algunas, en función de los
que ser siempre responsable'? ¿Tiene relación esa expresión valores que entran en juego.
con el concepto de 'responsabilidad ética' o se refieren más
El ser humano hace
bien a otras cuestiones como la 'responsabilidad profesional', por
planes. Los planes
ejemplo?
¿Te parece una carga demasiado pesada eso de la res- razonables corresponden a
ponsabilidad o crees que ésta se encuentra en la propia deseos que pueden
naturaleza de las personas sin necesidad de que nadie se la satisfacerse. Pero nuestra
haya enseñado? acción implica la entrada de
¿Te gustaría ser irresponsable en algunas ocasiones? otros en este juego del vivir.
¿Cuándo y por qué? Y aquí nace la Ética, como
intento racional de
analizar, criticar, valorar
y orientar nuestras decisiones cuando pueden tener alguna repercusión en los
demás.

4. El juego de la Ética
Podemos decir que la vida es como un juego. Pero un juego sólo es divertido si se
sabe jugar a él. No obstante, aun sabiendo jugar muy bien, no siempre se gana
(resultados positivos en Ética: mejores valores), porque contiene variables
incontrolables como cualquier otro juego. No hay fórmulas infalibles, eternas y
universales; siempre será necesario perfeccionar las que tenemos e incluso cambiarlas.
Sin embargo, toda decisión eticológicamente correcta implicará siempre un riesgo menor
que su contraria.
En consecuencia, más que aprender Ética, se aprende a 'jugar' a la Ética.
Pero en ningún juego se asegura poder ganar a partir del aprendizaje de ciertos trucos
'profesionales' (que no tramposos). Por eso, el eticólogo no ofrece fórmulas mecánicas
de comportamiento, sino que propone un método para saber apreciar lo mejor en
cada caso.
En Ética es muy difícil saber de antemano lo que hay que hacer: sólo se sabe
cómo hay que actuar para buscar la mejor solución posible en cada situación
problemática, teniendo en cuenta los valores que intervienen y la relación jerárquica
entre ellos.

Por desdicha, el eticólogo también sabe que el ser humano, en general, siempre ha
estado dispuesto a recibir 'recetas' para esperar sus efectos mágicos sin tener que
'pensar'.
Por ejemplo: «El fin no justifica los medios» es una fórmula cuya utilización, sin
crítica, puede producir efectos 'indeseables'. Así, quitarle al rico para dárselo al pobre,
estaría prohibido según la fórmula, pero no necesariamente según el método. Los que
dijeron que «hay decir siempre la verdad», son los mismos que inventaron el concepto
de 'restricción mental'...
¿QUÉ HARÍAS TÚ?
Aunque muchas veces tengamos claros nuestros propios juicios éticos, actuamos en ocasiones
ignorándolos o realizando actos que esos mismos juicios nos prohíben. Teóricamente es muy fácil
vivir de acuerdo con las normas, pero en la práctica todos tenemos la experiencia de saber qué
difícil resulta cumplir siempre con los criterios éticos.
Por ejemplo, todos sentimos como un deber el ayudar a los necesitados; sin embargo, muchas
veces vemos a un indigente o a un mendigo que nos pide limosna y, en ese momento, decidimos
no dársela.
Si tú tuvieras una posición económica desahogada, ¿darías limosna a todo el que te pidiera
por la calle? ¿Sólo a los muy necesitados? ¿A unos sí y a otros no (intenta entonces especificar a
quién)? ¿A nadie? Razona tu elección.
Siguiendo con la cuestión de las limosnas, ¿se la darías a un mendigo alcohólico, aunque supie-
ras que probablemente se gastara el dinero en vino? ¿Argumentarías que el fin para el que pide
dinero -emborracharse- es malo, y por tanto te abstendrías de dársela? ¿O pensarías que es un
enfermo que no puede evitar emborracharse, y que ese acto no hace mal a nadie salvo a él
mismo, y en razón de su adicción incurable, le darías la limosna que te solicita?
¿Qué relación existe entre limosna y justicia ?

5. Preguntas y respuestas
• ¿Qué es la Ética?
Es la ciencia que estudia lo relacionado con las decisiones humanas libres, en
cuanto son aceptables o rechazables según afecten sus consecuencias de un modo
positivo o negativo a la práctica de los valores humanos.

• ¿En qué se basa la Ética?


En los valores.
• ¿Cómo se conocen los valores?
Los valores se construyen a través del discurso humano y del apoyo o respaldo
universal, a partir de la observación activa de la vida en sociedad.

• ¿Cuál es el criterio ético?


Subjetivamente es la vida del que decide, pero considerando tanto la vida en su
totalidad como las posibles repercusiones que sus decisiones puedan tener en otras
vidas.

Objetivamente: todas las vidas de todas las personas y el medio en que se


desarrollan.

• ¿Para qué resulta interesante saber estas cosas?


Para alcanzar, en el mayor grado posible, la felicidad.

• ¿Y qué es la felicidad?
Es la aproximación progresiva entre el deseo 'razonable' y su satisfacción
'relativa', basada en el esfuerzo y en el saber.

En el esfuerzo, porque nos hace más constantes y fuertes.

Y en el saber, porque nos hace más libres y nos permite lograr una mínima
conformidad con uno mismo y una aceptable armonía con los demás y con el
ambiente.
6. Así están las cosas
• Lo natural
Ni todo lo natural es bueno por sí mismo, ni todo lo bueno es natural. Igualmente
rechazable es la Falacia culturalista: todo vale si es cultura, es decir, si se funda
en tradiciones arraigadas. Sin embargo, lo extraño y aberrante sólo se acepta si sucede
en 'otra parte', en tierras 'lejanas'; no en nuestra familia, en nuestra escuela, o en...
Tanto lo bueno como lo malo son resultado de la apreciación del hombre. En
muchos casos, dependen del modo de entender la vida. De ahí que, con frecuencia,
son manifestaciones culturales. Por eso deben ser cuidadosamente controladas a
través de su contraste con los valores humanos.
En nuestros días, muchos reproducen el ingenuo planteamiento del filósofo
Rousseau (s. XVIII), quien suponía no sólo la bondad natural de los seres
humanos, sino también las innatas ganas de aprender. Los defensores de esa teoría
argumentan que si una persona no desea jamás aprender nada, está en su pleno
'derecho natural'. No resulta fácil demostrar que se trata de una opción mucho peor
que la de aquellos que deciden asimilar (interiorizar) los valores sociales considerados
fundamentales o estudiar con ahínco la Física Atómica o la Biología Molecular.
Sin embargo, parece cierto que el ignorante carece de los datos suficientes para
elegir correctamente (lo mejor posible), con lo que el ejercicio de libertad queda
profundamente empobrecido. Y así, lo que se consideraba una decisión personal (nada
aprender', por ejemplo), se reduce a un permanecer previo, a un quedarse antes,
basado en la comodidad, la vagancia o la pereza, las cuales, indudablemente, también
forman parte indiscutible de lo 'natural'.

DISTINTAS CLASES DE NORMAS


Prácticamente en casi todos los aspectos de nuestra vida existen normas que tienden a regular
nuestra conducta dentro de ese ámbito. Estamos tan acostumbrados a ellas, que cumplimos
muchas normas casi sin darnos cuenta, puesto que hemos 'mecanizado' nuestr o comportamiento
ajustándolo a dichas normas. Por ejemplo, cuando nos levantamos, y aún adormilados nos
cepillamos los dientes, casi nunca reparamos en que estamos cumpliendo con una norma
higiénica, sino simplemente lo hacemos por costumbre.
A cuál de los siguientes tipos de normas -normas éticas, normas de cortesía o normas jurídicas
(puede darse el caso de que una misma norma pudiera ser catalogada de dos o más maneras) -
pertenecen las siguientes:
• No se debe menospreciar a los que son menos inteligentes que uno.
• Está prohibido aparcar en un vado.
• No hay que mentir.
• Se debe ceder el asiento a las personas mayores.
• Hay que pagar impuestos.
• No se debe eructar en público.
• Prohibido entrar con perros en este local.
• Hay que ser decente en esta vida.

Desde esta postura, se opina que es mejor no intervenir, o hacerlo con suma
discreción (nada continuo, muy poco programado y con la mínima exigencia),
respetando la 'naturaleza', esperando que cada uno sea el 'creador' de sí mismo y el
único aportador de su bagaje personal al conjunto del que forme parte o al ambiente en
que su vida se desenvuelva.
Afortunadamente, aquellos que comparten la vida con ignorantes y perezosos no
pueden permitir que 'no sepan nada' quienes quieran disfrutar del juego social, ya que
serían una rémora para el trabajo y una fuente de conflictos para la comunicación en
general.
• El sueño
Otros, partiendo de una concepción del hombre totalmente pesimista -también
con pocas ganas de trabajar, pero con acuciantes deseos de solucionar rápida y
'maravillosamente' (magia) todos sus problemas- recurren a los dioses, al destino y a la
suerte. Podemos definir esta actitud como 'el sueño del milagro', muy habitual en
nuestra tradición religiosa y que actualmente se mantiene en los ritos de los 'juegos de
azar' como solución a los problemas económicos; en la fe en los 'curanderos' como
mágicos recuperadores de la salud; en el 'enchufe' del amigo 'catedrático' o en la 'vela
a San Pancracio' para aprobar
milagrosamente un examen.
DESTINO Y RESPONSABILIDAD Los creyentes en el milagro
piensan que no se puede dejar
Las personas que creen firmemente en el destino, se
exclusivamente en manos de
encuentran con paradojas como la siguiente: Si el destino
hombres 'corrientes' la solución
existe, ¿habrá que condenar o absolver a un asesino
confeso, ya que él no ha sido libre para cometer o no de los problemas humanos.
cometer el asesinato? Según ellos, sólo la 'graciosa'
¿Deberíamos condenarle a pesar de todo, por conveniencia voluntad de 'otro' distinto (de
o utilidad social, aunque él no fuera responsable ético de sus fuera, extraterrestre) puede
actos? Ponte en la situación de un creyente en el destino e solucionar todo esto. En esta di-
intenta contestar a esas preguntas desde su posición. rección han marchado incluso
personajes tan insignes como
Platón o Agustín de Tagaste,
atribuyendo a la Idea y a Dios, aunque de forma distinta, la enseñanza de las cosas
'verdaderas'.
Los soñadores están convencidos de que todo puede solucionarse mediante la
imaginación o las plegarias. iPero esto es perder el tiempo!
Para vivir activamente no vale estarse quieto y esperar: hay que moverse, y hay
que hacerlo en relación inmediata con la 'circunstancia' (lo que está alrededor).
Sin embargo, mucha gente rehúye lo próximo tanto en el espacio como en el tiempo.
Prefiere amar antes a Dios y después, si hay tiempo, al prójimo. Antes está dispuesta
a creer en la bondad del 'salvaje' que en la del vecino. Le resulta más cómodo votar en
las elecciones generales que en las municipales. Le parece menos embarazoso, por
ejemplo, participar en, la elección del alcalde del pueblo que en la del presidente de la
comunidad de vecinos.
Una vez más, hay que repetir que el eticólogo siempre tiene en cuenta a todos los
seres humanos, empezando por los más cercanos pero sin olvidar a nadie, tanto a los
existentes en la actualidad como a cuantos nos precedieron y nos legaron delicadas
teorías y bellos ejemplos, o, al contrario, burdas estupideces y perversas acciones.
Lo lejano permite soñar, pero lo presente se impone en toda su realidad, tanto para
disfrutar como para sufrir o aburrirse.
No hay que darle muchas vueltas. Los sueños, sueños son. Pueden ser fuente de
conflictos o de ilusiones, pero de poco sirven para buscar soluciones a los problemas
reales. Sin embargo, hay extraños personajes, como algunos teólogos católicos, que
fundamentan toda su teología en 'sueños', diciendo que: Dios es el sueño del hombre,
pero el hombre es el sueño de Dios porque Él ha soñado antes. ¡Qué cosas!

• La candidez
Quedan finalmente los más cándidos e ingenuos, entre los que me encuentro yo.
Aun conociendo todo lo patético y trágico de la historia humana, seguimos confiando
en que las personas pueden mejorar, pueden avanzar en ciertos valores,
basándose en dos cosas fundamentales:

• Una: creyendo, al igual que Ovidio, que las condiciones vitales pueden ir
indefinidamente a 'mejor' (en función de los valores humanos).
• Otra: se puede avanzar hacia lo mejor sumando libertades y saberes. Estamos
convencidos de que es posible superar lo 'natural' a través de lo 'cultural' (lo
'humano'), porque sabemos que la ilusión y el esfuerzo pueden ir mejorando
indefinidamente las condiciones en que la vida del hombre habrá de desenvolverse.

• La sociedad
Estamos juntos, entre otras cosas, para odiarnos y amarnos, para engañarnos y para
informarnos confiadamente, para traficar con armas y para ponernos en huelga de
hambre con el fin de que los gobiernos no se olviden en sus presupuestos de los más
'desgraciados' (desventurados) del mundo. Pero nada de esto sería posible desde la pura
individualidad, o si tan sólo creemos en la 'buena' voluntad de una divinidad 'extraña'.
No se puede hablar de valores éticos fuera del hombre en sociedad. La
'mismidad' absoluta es incomunicable y, por tanto, desde ella no se puede hablar (el
lenguaje es instrumento de comunicación). Por otra parte, las divinidades están tan
lejos, que muchas teologías se han referido a ellas llamándolas 'lo innombrable' e
incluso 'lo impensable'.
La franja vital individual depende de la capacidad de cada uno para descubrir el 'mundo'
y asimilar la 'convivencia'. Cuando el hombre se enfrenta con su soledad, casi siempre
perece. Sólo sobrevive si es capaz de agarrarse a algo (una persona, una actividad, un
pensamiento, una creencia). Pero hay que saber discernir entre lo que ayuda a vivir mejor
y lo que no, sobre todo en lo referente a pensamientos y a las creencias, porque hay
quien busca apoyo y sólo encuentra a otros que pretenden apoyarse también. Pero si un
ciego guía a otro ciego, ambos van al hoyo.
El ser humano quiere sentirse arropado, quizás por su instinto gregario.
Normalmente, en las soledades límite, sólo queda la resignación o la impotencia. De ahí
que la Ética trate de pensar para vivir y de vivir pensando.

• La educación
La educación intenta transmitir los anhelos y experiencias humanas de una forma
rápida y clara, para que el educando pueda sacar provecho de ellos con vistas a una vida
mejor sin necesidad de experimentarlo antes por sí mismo. Otros han trabajado y
pensado para que ahora podamos disfrutar directamente del sabor de las patatas
fritas, pongamos por caso.
A veces, la información no enseña lo que gusta, pero siempre gusta saberlo. Si nos
dicen, por ejemplo, que va a producirse un terremoto en nuestra ciudad dentro de un
mes, no nos gusta la noticia, pero nos gusta estar al tanto para poder tomar alguna
determinación. Si se nos demuestra que supuestos poderes 'mágicos' en los que
creemos no resuelven problemas concretos, no nos gustará, aunque nos conviene
saberlo. Lo mismo que es útil conocer los efectos de la ley de gravedad para evitar los
perjuicios de una caída. Idéntico interés tiene diagnosticar a tiempo una enfermedad
para poder curarla. Ahora bien, si, a pesar de todo, alguien prefiere rezar a planificar, o
probar los efectos de la gravedad en vez de evitarla, que haga lo que le parezca con tal
de no implicar a otros en sus delirios.
Hace falta información. El problema se centra en el intento de armonizar la dinámica
y la dialógica individuo-sociedad-mundo, es decir, el conjunto de fuerzas y razones que
conforman la convivencia. Y aquí es donde la educación, como pretensión
intencionada de enseñanza y orientación colectiva, tiene un papel fundamental que
desempeñar.
Todos, pero principalmente los niños y los jóvenes, están en disposición de modular
sus cerebros y sus conciencias hacia lo que los seres humanos sean capaces de
considerar ideales o utopías (en sentido asintótico, es decir, no imposible). El camino para
descubrirlos no es otro que el esfuerzo investigador, la comunicación y el acuerdo. Las
necesidades, deseos y realidades sociales constituyen el campo de la investigación. La
palabra, el gesto, el signo, el símbolo y los medios de comunicación alimentan el
diálogo. La visión clara favorece el acuerdo, entendiendo éste al modo socrático, según
el cual el mal irá desapareciendo con la erradicación de la ignorancia.

• La enseñanza de la Ética
La necesidad, las apetencias y los deseos remueven el pensamiento, a través del
cual se formulan conceptos y se definen valores. Aquí surge la Eticología: reflexión
acerca de cómo precisar,
convenir y realizar los
ANIMAL POLÍTICO valores. Todas las demás
ciencias son resultado del intento
Está claro que la polis es una de las cosas naturales, y
de alcanzar dichos valores; así,
que el hombre es, por naturaleza, un animal político. Y el
por ejemplo, la Medicina es una
enemigo de la sociedad ciudadana es, por naturaleza, y
no por casualidad, un ser inferior (...) La razón de que el exigencia del valor de la salud, es
hombre sea un ser social, más que cualquier abeja y un postulado de la salud.
que cualquier otro animal gregario, es clara. La Mediante la enseñanza de la
naturaleza, como decimos, no hace nada en vano. Sólo el Ética nos podemos aproximar al
hombre entre los animales posee la palabra (...) La aprendizaje de los valores. En
palabra existe para manifestar lo conveniente y lo nuestro caso, se trata de una
dañino, así como lo justo y lo injusto. Y esto es lo propio
Ética laica ('laós', pueblo),
de los humanos frente a los demás animales: poseer, de
humana (humus', suelo, tierra
modo exclusivo, el sentido de lo bueno y lo malo, lo
justo y lo injusto... El que no puede vivir en sociedad, de cultivo), de todos. Cuando se
o no necesita nada por su propia suficiencia, no es habla de Ética laica, algunos
miembro de la polis, sino una bestia o un dios. consideran que se está contra lo
religioso. Y en cierto modo
Aristóteles: Política
aciertan, porque tradicionalmente
-al menos en nuestras latitudes-
las religiones buscaron siempre sus mayores cotas de perfección en personas e
instituciones lo más alejadas posible de la gente, del pueblo; basta comprobar el
abundante recurso a los conventos, montañas, desiertos, hábitos, 'latines'... Esta
tendencia se relaciona con lo mitológico, y desde ahí se pretende justificar
racionalmente lo que es pura fábula, llegando a saltar de la ficción a la realidad con total
libertad, al identificar 'misterio' con 'problema' y, en consecuencia, 'deseo' con 'solución'.
Pero supuestos profetas, o redentores, o sabios arrogantes, no tienen el 'derecho'
de imponer lo que los demás deben o no deben hacer. La misión del auténtico sabio es
indicar el camino, mediante la clarificación y el razonamiento. «Mostrarle a la mosca la
salida de la botella» es tarea del filósofo, decía Wittgenstein; la del profeta sería contar
sus experiencias personales por si a alguien le apetece participar de ellas. El enseñante
de valores podrá tomar algo de ambas actitudes, pero siempre sin arrogancias (ya
que el analfabeto 'académico' también puede saber de valores).
Hace ya tiempo que los seres humanos descubrieron ciertos valores cuya utilidad
es difícilmente discutible: la vida, la justicia, la igualdad, la salud, la cultura, la
libertad, el amor, la paz, el placer, la felicidad... Pero nunca ha existido unanimidad en
cuanto al modo de conseguirlos, ni si quiera en su definición, ni tampoco sobre cuáles
prevalecen en caso de conflicto.
Las tradiciones particulares y las legislaciones interesadas han ido situando y
'fijando' cada cosa en 'su' sitio, normalmente según el criterio de quienes tomaran las
decisiones en cada caso, siempre a la sombra del poliédrico y polimorfo poder, y sin la
participación directa de todos los seres humanos a quienes tales decisiones pudieran
afectar.
Tales tradiciones han influido de tal modo en los sistemas educativos, que siempre
han tratado a la Filosofía y a la Ética con desprecio, o en el mejor de los casos como
elementos decorativos. De hecho, en la mayoría de las legislaciones del mundo sobre
Educación, la Ética ni siquiera existe como asignatura. Se suple con morales de carácter
religioso o ideológico. En la historia de España apenas tuvo un mínimo interés, hasta
que el gobierno Suárez convirtió la Ética en alternativa a la enseñanza de la religión, en
1980, y se estableció como asignatura común y obligatoria para todos los alumnos de
cuarto curso de la ESO en la LOGSE de 1990.
Aun así, se sigue considerando como una materia poco importante, una especie de
'maría' que puede aprobar todo el mundo sin trabajo y que puede enseñar cualquiera
sin preparación. ¡Lo que hace la ignorancia y el menosprecio!
Concepto de
Ética

Bloque 1: Ética teórica


UNIDAD 1
Juan VERDE ASOREY (2003), ÉTICA. ESO, Madrid: MILETO
EDICIONES, 206p.
1. Definición de Ética
• Valores, principios, normas
La Ética es la ciencia que nos permite construir racionalmente los valores que nos
sirven para evaluar y orientar nuestras acciones. Este proceso de construcción pasa por
las etapas de consciencia (capacidad valorativa), diálogo y acuerdo.
Ética es la racionalización de las normas de convivencia, partiendo de que el ser
humano tiene que decidir en todos aquellos asuntos que le afectan. Nada puede dejarse
'de la mano de dios'. Mediante la actividad ética:
• Se acuerdan valores.
• Se establecen principios.
• Se formulan normas, según las directrices de un determinado método.
Cuando algunos se resisten a esta racionalización dialogada y convenida, surge la
necesidad del Derecho (conjunto de leyes de obligado cumplimiento). No sería posible
vivir con granujas e ignorantes sin las leyes, en cambio no sería difícil hacerlo entre
personas altruistas y responsables sólo con la Ética.
La Ética exige cierta sabiduría y un mínimo de integridad. Se trata de una teoría que
intenta justificar lo que nos conviene hacer para avanzar hacia los valores que
fundamentan un proyecto de 'vida feliz'. Consiste en una reflexión ordenada a partir de
la capacidad racional que tiene el ser humano para generar valores, expresar principios y
formular normas mediante el convenio y el acuerdo, para poder juzgar y orientar las
conductas humanas (conscientes y libres).
Conceptos 'valiosos' como igualdad, justicia, libertad, salud o cultura, sirven de
criterio para juzgar las acciones; mientras que principios generales –p.e.: nadie
tiene derecho a vivir a costa de los demás- sirven de referencia para formular normas.
Por ejemplo:
• La salud es un valor socialmente aceptado.

• Que toda persona tiene derecho a la salud, sería un principio.

• Que todo Estado debe tener un servicio público de salud, sería la norma.

• Ética de todos y para todos

ÉTICA Y FELICIDAD
Parece claro que la finalidad más importante para casi todos los seres humanos consiste en ser
feliz. Ahora bien, no todos poseemos el mismo concepto de la felicidad ni deseamos las mismas
cosas. Por ejemplo, hay personas para quienes su felicidad no se alcanza sin triunfar socialmente,
bien a través del dinero, bien mediante el reconocimiento público de su actividad a través de la
fama, como sucede con artistas, escritores, etc. Otras, en cambio, aspiran a una vida libre de
intranquilidades y su idea de la felicidad consiste en la ausencia de problemas.
¿En qué consiste para ti exactamente la felicidad?
Enumera los elementos -clasificándolos según su importancia- que tú consideras necesarios
para alcanzar tu felicidad personal.
¿Qué piensas de la conocida sentencia popular según la cual para ser feliz sólo se necesitan
"salud, dinero y amor"?
¿Hasta qué punto le das importancia a la Ética para poder alcanzar tu felicidad personal? ¿Qué
relación existe entre Ética y Felicidad?

La Ética es necesaria para saber, en concreto y con fundamento, lo que se debe


hacer, evitando así las intuiciones e impulsos como criterios de actuación. Pero,
además, la Ética sirve para legitimar a cualquiera a la hora de exigir el cumplimiento de
normas demofrátsicamente acordadas sin necesidad de recurrir a los mecanismos
legales. Si todos estuviéramos capacitados para corregir a nuestros convecinos, y si
todos estuviéramos dispuestos a aceptar las correcciones, no haría falta la policía, como no
es necesaria para controlar las relaciones de la vida familiar, por ejemplo.
La construcción eticológica es lenta y laboriosa. Pero sería del todo imposible sin
una apertura mental suficiente para hablar un lenguaje comprensivo y para dar cabida,
al menos, a la 'compasión' de que habla Rousseau. Las morales son más espontáneas
y primarias, a veces provienen de la intuición simple o de sentimientos instintivos
fácilmente contagiosos (odio y venganza, o admiración y alabanza) que pueden
conducir a la lógica del 'ojo por ojo, o a la sumisión religiosa ante el ídolo o el líder.
Como la Ética es para todos, tiene que conformarse con valores de carácter
mínimo universal pero absolutamente necesarios, para que cada persona pueda
desarrollar una vida razonablemente agradable.
Por eso, se mantiene al margen de los 'abusos' morales, tanto por exceso
(heroicidad) como por defecto (obediencia ciega). El primero por superar lo exigible, y
el segundo por conculcar un valor básico como la libertad. La Ética se hace para el
individuo, pero no desde el individuo solo ni desde grupos particulares, sino teniendo
en cuenta a todos los seres humanos.
En casi todas las situaciones de la vida (desde los juegos a las profesiones), lo más
'valioso' es lo más difícil. Pero en Ética 'vale' más lo más sencillo de lograr, porque se
trata de lo que todos tienen que entender y todos tienen que alcanzar. Esto es lo que
significa la expresión 'ética de mínimos'. Se trata realmente de 'mínimos máximos',
puesto que se refiere al mínimo que se puede exigir y dar a cada uno, pero teniendo en
cuenta a todos, al máximo número posible, aun sabiendo que es muy difícil poder
organizar la convivencia con 'idiotas' (no razonan) o con los patológicamente
'mentecatos' (obsesos de ideas fijas).
Dado que la Ética busca los requisitos para armonizar una comunidad universal de
intereses, está claro que las virtudes éticas no pretenden, en principio, la 'excelencia' (lo
sobresaliente) en la praxis ordinaria, sino la claridad y precisión en el plano teórico (en
grado mínimo).
El eticólogo construye la teoría ética a partir de las opiniones de las gentes sobre lo
'mejor'. En ningún caso se busca una 'excelencia' discriminatoria e individualizada, sino
sólo superadora e integradora. Se trata de mejorar las situaciones generales, no de
elegir a los mejores y abandonar con menosprecio a los demás; intentando que cada
uno, sin distinción, pueda llegar a ser lo 'mejor' que quiera y evitando las inadmisibles
condenas a la miseria y a la ignorancia de incontables seres humanos.
La Ética no parte de valores 'vocacionales' (en sentido religioso o heroico), sino de las
apetencias y necesidades básicas en el sentido vital humano. En este aspecto se
puede hablar de 'excelencia', como ascensión y como superación de etapas nada
satisfactorias. Pero no es una teoría acerca de cómo hacer santos, modelos o héroes.

2. La palabra 'ética'
'Ética' es un término griego que hace referencia a lo que suele hacerse (costumbre),
a la carga genética y cultural con que y en que se nace (herencia), y al modo personal
de reaccionar o actuar en las diversas circunstancias vitales (carácter).
Fue traducido al latín por la palabra 'moral', la cual se ha hecho común entre
nosotros, sobre todo porque ha sido utilizada por la tradición religiosa en el sentido de
'costumbre' (lo que suele hacerse), basada en la revelación divina aunque acorde con la
naturaleza humana según había sido creada por Dios. Los poderes religiosos y políticos
siempre han tratado de perpetuar sus privilegios, argumentando que no se debían a sus
propios intereses sino a la voluntad de los dioses. De hecho, en la ignorancia y en la
pobreza solía ser 'moralmente' correcto lo 'definido' por el amo de la casa, los señores de
la finca o los jefes del pueblo, casi siempre relacionados con los designios de las divini-
dades. Desgraciadamente, todavía queda gente que sigue entendiendo lo mismo en la
actualidad.
Sin embargo, desde hace más de 2 500 años se inició el camino de la Eticología, una
ciencia para la que ya los filósofos griegos construyeron sólidos edificios intelectuales con
el fin de justificar lo que nos conviene hacer para alcanzar una vida 'feliz'. Por ejemplo,
Platón puso en el vértice de la pirámide del mundo de las Ideas, precisamente la Idea de
Bien. De Aristóteles hay nada menos que tres libros dedicados al asunto (Ética a
Nicómaco, Ética a Eudemo y Gran Ética). Sin embargo, incluso estos genios griegos
estaban todavía lejos, por ejemplo, del valor social de la igualdad entendido al modo de
Marx («cada cual según su capacidad, a cada uno según sus necesidades»).
Lo peor es que hasta ahora, que yo sepa, nadie ha conseguido estructurar un
procedimiento científicamente fundamentado a fin de que la Ética sirva para valorar y
orientar adecuadamente la conducta del ser humano en sociedad, contando con todos y
sin prescindir de nadie. Porque la Ética es el estudio de las razones que deben regir
el ejercicio de las libertades humanas, cuando las acciones pueden tener alguna
clase de repercusión social, criticando la costumbre, analizando la herencia y
educando el carácter. Así, la Eticología no es pura historia, ni resignación o
conformismo, sino proyecto creativo e informado.

3. La Ética como ciencia


• Un modelo empírico para la Ética
La ciencia es la búsqueda de las leyes (razones, según Platón) que rigen los
fenómenos naturales y las conductas; también se ocupa de los métodos y técnicas para
acceder a las comodidades y satisfacciones vitales posibles.
La Ética será una ciencia si la investigación que pretende llevar a cabo el
eticólogo es susceptible de someterse a los mínimos parámetros exigidos por el
método científico genéricamente considerado.
Para que haya ciencia empírica se exigen los siguientes elementos:
• Hechos observables.

• Que sea posible expresarlos, definirlos y cuantificarlos.

• Que puedan establecerse hipótesis comprobables sobre su comportamiento.

• Que las conclusiones puedan formularse en leyes. Si éstas se refieren a seres


cambiantes como los humanos, deberán siempre ser modificables, partiendo de las
consecuencias nuevas que se siguen en cada momento de la historia.
La tarea de la ciencia 'eticológica' consiste en:
• Observar conductas valiosas.

• Cuantificar hechos y circunstancias en las que se generan.

• Establecer hipótesis en las que se favorecen.

• Realizar experiencias que las verifiquen.

• Formular leyes que las hagan comprensibles y predecibles.

La ciencia ética (Eticología) empieza por la investigación sobre los valores, continúa
con la expresión de principios que los justifican, y finaliza con la formulación de normas
en las que se expresan los acuerdos y a las que deben 'ajustarse' las conductas.
Cualquiera puede 'ver' las conductas que repercuten más favorablemente en una
vida agradable, cuya ejecución conduce hacia la consecución de los fines de una
determinada Teoría de la felicidad. Mediante esta observación es posible alcanzar, por
ejemplo, los conceptos de 'amistad' y 'colaboración', y además puede llegarse a un
acuerdo sobre su definición. También se pueden 'suponer' las situaciones y
circunstancias en que tales conceptos pueden ser fomentados y favorecidos. Y se
pueden, finalmente, formular leyes como: «la amistad favorece la vida gozosa y
optimista.»
La Ética como ciencia, en general, se basa en la Ley del refuerzo positivo y en el
Principio del criterio universal. La primera garantiza que el ser humano tiende a
repetir lo agradable (placer) y a evitar lo desagradable (dolor). Pero tanto lo agradable
como lo desagradable exigen un control desde una doble vertiente, la conceptual y la
social. Conceptualmente, todo placer debe ser considerado en relación con la totalidad
de la vida del sujeto que lo busca. Además, socialmente hay que tener en cuenta sus
implicaciones en las demás vidas posibles, ya que todos los probables afectados por las
decisiones encaminadas a la búsqueda de placeres tienen derecho a precisar su propio
'concepto' y a exigir normas reguladoras de las conductas tendentes a la satisfacción
de deseos.
Por consiguiente, la Ética es una ciencia porque versa sobre conductas
observables, medibles, predecibles y evaluables.

• El consenso social de los valores


El eticólogo establece el
procedimiento para indagar cuáles son
los valores preferidos. Pero es cada EJEMPLOS DE VALORES
individuo quien tiene que decirlo. Y el Los valores pueden clasificarse y
resultado muy mayoritario (90%) será lo jerarquizarse de diversos modos. De hecho, los
'verdadero', provisionalmente. filósofos no se han puesto de acuerdo al
Expresiones como «la verdad es la respecto, y muchos de ellos han elaborado su
verdad, al margen del número de propia clasificación de valores. Por ejemplo,
personas que la profesen» sólo tienen Scheller distinguió sólo entre tres tipos de valores:
sentido si se refieren a verdades vitales (bienestar, placer, etc.), espirituales
formales (2 + 2 = 4) o físicas (v = e/t), (bondad, justicia...) y religiosos (sagrado,
no cuando se refieren a lo opinable o divino...).
valorable. Ésta es una clase de verdad En cambio, Ortega y Gasset los dividió en:
menos estable, porque el conjunto de -Útiles -Vitales -Intelectuales.
opiniones sobre un asunto puede variar Dentro de estos últimos, distinguió entre:
• Intelectuales
de un momento a otro, sólo con que al-
• Estéticos
guien convenza a la gran mayoría de la
• Morales
conveniencia de cambiar.
• Religiosos
Pero esto no significa que ese Utilizando la clasificación de Ortega, pon dos
'alguien' ya tuviera 'razón' antes, sino ejemplos de valores y de sus respectivos
que estaba en el mejor camino para contravalores (por ejemplo, bueno y malo) en
conseguirla, ya que la razón social se cada una de las categorías que él señala.
aproxima a su máximo cuando resulta Después, señala los cinco valores que para ti
de aunar todas las razones de la sociedad resulten más importantes desde el punto de vista
en cuestión. Si un eticólogo defiende ético.
que la pena de muerte es éticamente
inaceptable, pero la Humanidad entera
piensa otra cosa para determinados casos, esto será lo correcto, de momento. El
eticólogo tendrá, entonces, que seguir luchando por las conquistas de la Razón.
Porque las razones del eticólogo no siempre coinciden con las razones reales. La tarea
de aquel es intentar convertirlas en razones sociales ('demofrátsicas'), puesto que, tal
vez, su perspicacia le permite descubrir aspectos que los demás ignoran. Tiene que
intentar hacer pensar de otro modo a la mayoría, para lograr no sólo acelerar el
proceso natural de la historia (Marx), sino también para reorientarlo (modificar o invertir
su sentido), colaborando así al aspecto ético del deber ser. Pero nada se podrá imponer
desde ninguna otra parte o instancia que no sea la social, laica y demótica (democrática),
pues difícilmente una verdad aristocrática (despótico-ilustrada) puede ser aceptable.
Es verdad que los derechos y los valores humanos nunca han sido generados por
consenso, sino más bien por pensadores aislados y minorías luchadoras, pero tienen que
ser validados por consenso. Los seres humanos somos parecidos anatómica,
fisiológica y psicológicamente; esto nos permite abrigar la esperanza de posibilitar
mínimos acuerdos que interesen realmente a la inmensa mayoría. El método de
investigación eticológica es el camino que nos permitirá garantizar que tal interés existe.
Pero nunca se sabrá en términos de totalidad y seguridad absoluta. Nos tenemos que
conformar con un alto grado de probabilidad. Los límites de lo humano siempre son algo
difusos, por eso los conceptos de justicia, igualdad o libertad nunca serán rotundos, sino
más o menos probables y siempre 'móviles'.

• La verdad en Ética
Verdades irrefutables (absolutas) solamente son las formales, porque su verdad no
informa de hechos sino de la coincidencia o no con la regla (2 + 3 = 6, no es
verdadero porque no se ajusta a la regla de la suma).
En los demás casos, la verdad se ha definido como la "adecuación entre el
entendimiento y la cosa" (adaequatio intellectus et rei). Pero tal adecuación siempre
ha sido difícil de definir; normalmente los humanos se han fiado del intelecto 'múltiple'
(varias personas que contrastan) o del 'especializado' (autoridad). Ciertos
parafenómenos (OVNIs, apariciones, etc.) siempre son ciertos para el que los percibe,
pero se califican de falsos cuando otros no los ven, o cuando los expertos "no los ven
así". Por tanto, la verdad o es cuestión de 'multitud' o es asunto de especialistas, según
la clase de fenómeno.
En ciertos ámbitos de la naturaleza se podría entender la verdad como
'descubrimiento', es decir, como superación de los obstáculos que impiden ver ciertas es-
tructuras o determinadas causas dinámicas; por ejemplo, la proporción entre átomos de
oxígeno e hidrógeno como componentes del agua, o la fuerza que se libera en un
desenlace químico oculto.
Pero en Ética la verdad no se descubre, se construye, porque es así como se
generan los valores. No se trata sólo de saber lo que opina o piensa cada ser humano,
sino hasta dónde está dispuesto a aprender para ir modificando la opinión y
perfeccionando el pensamiento. De este modo se van construyendo los valores y con
ellos la ciencia eticológica, como si de los nudos de una red se tratara. Sucede como en
la arquitectura o la ingeniería: las casas, los puentes, los caminos no se descubren, se
van haciendo y mejorando cada día. La verdad es la coincidencia de los valores con la
opinión universal.
En cualquier caso, la Eticología es la ciencia humana fundamental, ya que
pretende, como objetivo específico, la
felicidad (el placer, el disfrute, la
aproximación máxima posible entre deseos y COMPARA Y ELIGE
satisfacciones), utilizando siempre como Explica el significado de las dos frases
criterio de 'sabiduría' el que indicamos antes: siguientes, especificando sus posibles similitudes o
tener presente la totalidad de la posible vida diferencias, y optando por una de las dos en el caso
del que busca el placer y todas las vidas de de que las consideres irreconciliables:
otros posibles afectados en su relación con el • Mi libertad acaba donde comienza la libertad
primero. de los demás.
• Mi libertad aumenta cuando se junta con la
Por otra parte, el eticólogo tiene que partir
libertad de los demás.
del supuesto de que el hombre puede
'mejorar', puede avanzar hacia ideales
razonables, mediante la colaboración basada
en principios como "mi libertad aumenta cuando se junta con la libertad de los demás". O
sea, que el eticólogo tiene que ser optimista (bueno, 'meliorista'), pero sin renunciar a
la necesaria dosis de escepticismo y de duda, para evitar fanatismos irracionales y
dogmatismos gratuitos.
AMPLIACIÓN CONCEPTUAL

➢ Estudio etimológico
Desde el punto de vista etimológico, hay que diferenciar, en griego clásico, dos
términos. El primero es 'ézos' (con éta), que significa 'lo que se es', la morada, la
estancia, la residencia, la costumbre general, y también la manera natural de ser
(temperamento). Y el segundo es también 'ézos' (pero con épsilon), el cual denota 'lo
que se tiene', hábito, capacidad, experiencia, y también el modo de comportarse o
reaccionar en la vida (carácter). Con lo primero se nace; lo segundo se adquiere.

➢ Universalidad de la Ética
En las páginas de este libro se repite constantemente esta regla: la Ética o es
universal o no es Ética. La fundamentación eticológica es cosa de todos. Cada niño,
cada joven, cada adulto, cada anciano, según su propio lenguaje es capaz de expresar la
aceptación o rechazo de los conceptos que representan los valores, porque todo el
mundo sabe lo que le 'gusta'. Se trata de una cuestión clásica en los libros de Ética
porque tradicionalmente el filósofo se parece a un danzarín: gira dando vueltas en
torno al 'tabú', pero casi nunca entra de verdad en los asuntos sobre los que lucubra',
y muchas veces le sucede por carencia lingüística.
¿Qué significa 'universal'? Se refiere a la totalidad en su aplicación pero dentro de la
unidad de lo aplicado ('uni', de uno; 'verso', remover): se 'remueve' para conseguir una
cierta 'unidad' que permita ser utilizada en todos los elementos del conjunto al que hace
referencia. Sería como una especie de 'versión única' de los valores, conjuntamente
considerados (de toda la humanidad) para un determinado momento de la historia.
Realmente este problema es tan inútil como sería preguntarse si la Física es universal.
La Ética no busca inmediatamente la felicidad de cada uno ('multiversalidad'), sino las
condiciones necesarias para que todos puedan aproximarse a un modo agradable de
vivir. La misma palabra 'universidad' no significa que el estudiante de ese nivel sepa todo
de todo, sino que se pretende que salga profundamente versado en 'un' aspecto del
saber. Realmente termina siendo un 'especialista' (sabe casi todo, de casi nada).

VENDER EL ALMA A L DIA BLO


Uno de los mitos literarios más conocido es el de Fausto, obra escrita por W. Goethe, autor alemán
precursor del movimiento literario del romanticismo. La historia que se narra en el libro es bien conocida:
Fausto es un hombre sabio, probablemente el más sabio del mundo. Para alcanzar esa sabiduría ha
dedicado toda su vida al estudio y a la ciencia, sin haber gozado de ningún otro placer de la existencia,
ya que todos sus esfuerzos y desvelos estuvieron destinados al saber. Ya anciano, un día se pregunta
sobre el amor y la felicidad, lamentándose de no haber podido gozar de esos bienes. Y se cuestiona
entonces si su vida ha valido la pena, si no hubiera sido mejor haber llevado una existencia 'normal', con
una familia, amigos, placeres mundanos, etc.
En esos momentos, se le presenta el diablo (Mefistófeles) y le propone un trato: que venda su alma a
cambio de vivir una nueva vida de juventud y amor. Fausto acepta el trato y Mefistófeles lo transforma en
un joven, que conocerá la pasión y el amor cuando se encuentre con la figura de Margarita. Pero esta
historia, a diferencia de la mayoría de las películas, no tiene un final feliz. El mito de Fausto plantea un
dilema moral de enorme importancia: ¿hasta qué punto un ser humano es capaz de traicionar sus
principios (vender el alma) para alcanzar la felicidad personal? ¿Estarías dispuesto tú a cometer actos
inmorales para alcanzar algo que deseas enormemente y que probablemente te proporcionaría la felicidad,
al menos momentánea? ¿O serías incapaz de cometer actos inmorales, porque si lo hicieras no podrías ser
feliz en ningún caso? ¿Acaso lo harías si se tratase sólo de 'pequeños pecados', es decir, de actos
inmorales cuyas consecuencias no fueran excesivamente graves para los demás?
Revisa tus respuestas a esta actividad didáctica después de haber estudiado la Unidad 2: Ética y
Morales.
➢ Ejemplo de investigación sociológica
Cualquiera tiene noticias de que, en ciertas competiciones deportivas, hay
espectadores que se comportan violentamente lanzando objetos al campo o
agrediéndose entre sí. Para dar una explicación científica a este hecho, el sociólogo
recorre los siguientes pasos:
1 . Observación de los hechos.
2 . Toma de datos: cuántos, en qué circunstancias, por qué sectores, etc.
3 . Hipótesis: supone que se trata de personas que tienen problemas laborales,
familiares o educativos.
4 . Comprobación: mediante el correspondiente muestreo y un cuestionario adecuado,
descubre que el 90 % de tales conductas corresponde a personas con el perfil
esperado en la hipótesis. Si no fuera así, habría que replantear la hipótesis.
5 . Conclusión: los espectadores que se comportan violentamente en los campos de
fútbol pertenecen a clases de individuos con problemas familiares o laborales.
6 . Ley: los ciudadanos con problemas sociales básicos (familia, trabajo, estudios) son
propensos a manifestaciones violentas, siempre que se sientan arropados por el
anonimato de la masa.
Esta información puede ser útil para los clubes a la hora de aceptar socios, como
criterio para colocar las cámaras de televisión o como punto de partida para investigar
acciones inaceptables.
El mismo procedimiento debe seguir el eticólogo cuando quiere investigar acerca de
los valores que, supuestamente, la Humanidad quiere utilizar para orientar las
conductas de todos los seres humanos, con el fin de acordar unos mínimos que
garanticen las condiciones necesarias para el desarrollo de cada personalidad de todos
los habitantes del mundo. Se trata del mínimo saber general, y del mínimo control
imprescindible para la mayor garantía de la máxima libertad posible.
La investigación se dirige primera y directamente a los valores, los cuales después
servirán de criterio para acordar principios y formular normas.
Veamos el ejemplo de la amistad, ya esbozado más arriba:
1 . Observación de las distintas clases de conductas sociales.
2 . Toma de datos: seleccionar las conductas supuestamente amistosas, anotar
frecuencias, duración, importancia social, etc.
3 . Hipótesis: se supone que la gente entiende por amistad la disponibilidad, la ayuda
a solucionar problemas, la disposición a compartir ideales, planes e incluso
secretos, y el agrado en la compañía para la conversación y la diversión. Se
supone, además, que la amistad es un ingrediente fundamental de cualquier vida
medianamente agradable y razonablemente feliz.
4 . Comprobación: un muestreo pertinente corrobora que tanto el concepto de
amistad como la función social que desempeña, son los expresados en la
hipótesis, a excepción de un 8% que prefiere la soledad y de otro 10% que ya no
cree en ella por avatares negativos de la experiencia.
5 . Conclusión: la amistad es un valor ético.
6 . Ley: toda conducta que favorezca la amistad será buena, y será mala si la
perjudica o favorece el odio.
PROBLEMAS

o Ética y conciencia
Es imposible hacer ciencia eticológica sin partir de las conciencias individuales que
generan la información necesaria para fundamentar los valores humanos. Pero, ¿puede
una persona obrar mal si actúa según los dictados de su conciencia?
Es evidente que sí. Porque la conciencia de cada uno depende de su moral
individual, y en consecuencia puede actuar según valores, principios y normas
subjetivos o propios de un determinado grupo, pero contrarios a la mayoría de los
seres humanos. Por ejemplo, todos los argumentos a favor de terrorismos, guerras y
otras violencias se basan en creencias y fanatismos que jamás serían defendibles si
todos los seres humanos participaran serena y tranquilamente en su formulación. Por
ejemplo, cuando Hitler invadió Polonia en la Segunda Guerra mundial, no lo hizo
'democráticamente', porque los polacos no habían sido consultados.
Cuando alguien dice: "No lo puedo aceptar porque va en contra de mis convicciones
más profundas", no se podrá estar de acuerdo con él si sus convicciones van en contra
de la Ética o de la ley promulgada conforme a los principios eticológicos.
Si un profesor dice: "Yo no explico a Nietzsche porque es ateo", no podrá cumplir con
su deseo si ese filósofo está en el programa y si ha sido incluido en él por norma
democráticamente convenida. Lo mismo sucedería si alguien se negara a explicar a sto.
Tomás por ser religioso.
Tampoco sería aceptable éticamente (aunque es legal) que un ginecólogo de un
hospital público se negara a practicar un aborto previsto en la legislación, alegando
cláusula de conciencia (nadie podrá ser obligado a realizar actos que vayan en contra
de sus ideas religiosas o filosóficas).
Sería también injustificable que un ciudadano se negara a declarar a Hacienda
argumentando que su conciencia no le permite que su dinero se gaste en armas o en
adoctrinamiento educativo. No. Tendrá que 'luchar' contra las armas y contra la 'mala'
educación, pero deberá seguir pagando mientras no se acuerde otra cosa, ya que parte
de ese dinero también va para hospitales.
En Ética la conciencia de cada uno sólo sirve para construir la conciencia
general, no para decidir por su cuenta
Por eso, no sería contradictorio que un eticólogo estuviera contra la insumisión al
servicio militar y que al mismo tiempo se opusiera a la existencia misma de los
ejércitos. Porque si democráticamente la sociedad considera necesario un servicio social,
todo ciudadano deberá cumplirlo. Sin que eso excluya su derecho a criticarlo hasta
convencer a la mayoría de que tal servicio no sólo no es beneficioso, sino que incluso
resulta perjudicial y en consecuencia debe ser eliminado.
Éticas y
Morales

Bloque 1: Ética teórica


UNIDAD 2
Juan VERDE ASOREY (2003), ÉTICA. ESO, Madrid: MILETO
EDICIONES, 206p.
1. La Ética frente a las Morales
Es función de la Ética controlar las Morales y orientar las leyes.
Ética sólo hay una, como la Física, o la Matemática, o la Biología. Morales puede
haber tantas cuantos individuos, grupos, instituciones o ideologías, según sus
particulares valores.
Cuando las 'razones' por las que se valoran las conductas provienen de valores
universalmente aceptados, se hace Ética. Cuando derivan de creencias o intereses
particulares, se generan Morales.
Por eso, las morales pueden ser infinitas. Se habla de la moral personal, de la moral
católica, de la socialista, la mahometana o la liberal. Pero no sería correcto, desde este
planteamiento, decir ética mahometana, o comunista, o católica, e incluso sería
inexacto hablar de ética profesional si se refiriera solamente a una profesión
determinada o a un grupo concreto de miembros de la misma.

2. Justificación de la Ética y de las Morales


La Ética sólo está justificada cuando cumple dos requisitos esenciales:
• Tiene el respaldo de la mayoría de los seres humanos.

• Parte de valores supuestamente admitidos por todos, como la vida, la salud, la


igualdad, la justicia, la libertad, etc.
La Ética se fundamenta en el esfuerzo y capacidad racional de la humanidad para
determinar los valores que orientan la acción y que, a su vez, sirven de criterio para
saber si dicha acción está bien o mal.
Las Morales, en cambio, tienen su justificación en creencias, tradiciones o
imposiciones autoritarias; por eso no será raro ni difícil poder detectar en ellas una
extraña simbiosis entre los caprichos o intereses del poder y la ignorancia de sus
adeptos.
Según lo dicho, es evidente que desde la propia opinión particular o desde el
parecer de un grupo determinado no se pueden establecer los principios que delimiten
lo que está bien o está mal, lo que se debe hacer o evitar.
En caso de conflicto (cuando no hay acuerdo), la mayoría tendrá siempre la razón,
dado que la razón es lo que resulta del conjunto de todas las razones como
síntesis del juego social de intereses. Por eso se puede hablar de más o menos
razón, dado que, en casos de igualdad, no se trata sólo de una cuestión de calidad, sino
también de cantidad. A esto responden las expresiones: ¡cuánta razón tienes!, ¡qué
razón tienes! o ¡tienes mucha razón!

REFLEXIONA Y COMENTA
Lee el siguiente texto y contesta después a las preguntas planteadas sobre él:
Yo creo que la primera e indispensable condición ética es la de es tar decidido a no vivir de
cualquier modo: estar convencido de que no te da igual, aunque antes o después vayamos a
morir. Cuando se habla de 'moral', la gente suele referirse a esas órdenes y costumbres que
suelen respetarse, por lo menos aparentemente y a veces sin saber muy bien por qué. Pero quizás
el verdadero intríngulis no esté en someterse a un código o en llevar la contraria a lo establecido...
sino en intentar comprender.
F. Savater: Ética para Amador
1. ¿Cuáles son las ideas fundamentales que defiende el autor en el texto?
2. ¿Qué es lo que hay que comprender según F. Savater y por qué?
3. Todos participamos de la Ética
Desde el punto de vista ético, ni siquiera se puede imponer el criterio de los
expertos en la materia (eticólogos); y esto es así porque en asuntos de Ética la
mayor parte de los seres humanos puede entender y debe participar. Casi todos
entienden fácilmente, sin ser especialistas, cuándo una persona es honrada o engañosa,
fiable o sospechosa, amable o despreciable, etc.
Ésta es la base de la justificación de la igualdad de voto en Política. ¿Por qué vale lo
mismo el voto de un analfabeto que el de un premio Nobel? Porque ninguno piensa
gobernar cuando vota, sino que sólo pretende elegir al gobernante. Y la acción del
político no se dirige solamente a las tareas científicas, investigadoras o artísticas, sino
también a cómo recibe el consumidor sus productos (desde el jabón con que se lava las
manos el albañil, hasta la lámpara que ilumina la calle por la que vuelve a su casa el
hijo del pastor). El premio Nobel puede no saber mejor que el pastor si este político es
más fiable que el otro para garantizar la calidad de los alimentos o del alumbrado. En
cambio, para escribir novelas o para la investigación bioquímica, no todos somos
iguales.
Por eso, ni el arte ni las ciencias formales o empíricas pueden desarrollarse por
votación.
Pero la Ética no se debe construir sin tener en cuenta a todos los seres humanos, ya
que todos tienen derecho a buscar la felicidad y todos tienen obligación de no impedir
que los demás hagan lo mismo.

¿ÉTICA DE TODOS O ÉTICA DE ESPECIALISTAS?


Se ha convertido en tópica y común la siguiente expresión: «Todas las opiniones son
respetables». Eso quiere decir que, en cualquier materia, debe considerarse tan r espetable la
opinión de un ignorante en ella como la de un especialista, incluso aunque la opinión del ignorante
sea contraria a la realidad.
Sin embargo, algunos filósofos han afirmado que dicha sentencia es errónea, y que debiera
sustituirse por la siguiente: «No todas las opiniones son igualmente respetables, ya que unas
están más cerca de la verdad o de la racionalidad que otras; lo que debe respetarse siempre es a
las personas, no necesariamente sus opiniones».
En este último caso, la opinión de un ignorante con relación a un fenómeno físico es 'menos res -
petable' que la de un especialista en la materia. Eso, que resulta evidente en todas las disciplinas
científicas que exijan una preparación académica, tal vez no deba ser aplicable a casos o aspectos
donde todos tenemos conocimientos derivados de nuestra propia experiencia personal, En el epí -
grafe 'Todos participamos de la Ética' se afirma lo siguiente: «Desde el punto de vista ético, ni
siquiera se puede imponer el criterio de los expertos en la materia (eticólogos); y esto es así
porque en asuntos de Ética la mayor parte de los seres humanos puede entender y debe
participar”. ¿Estás de acuerdo con esa afirmación? ¿Serán igual de respetables o no las opiniones
de un eticólogo que las de una persona que no haya estudiado filosofía? ¿Por qué?
Tras contestar individualmente a esas cuestiones, plantead el debate en la clase, tratando de
alcanzar acuerdos al respecto.

4. La Ética es racional
El concepto de bien o mal (y por tanto lo que se debe hacer o evitar) tiene que
ser un concepto racional. La razón implica la relación y el contraste de elementos que
tienen algo en común (pues en eso consiste la racionalidad). Aristóteles formuló las leyes
de la Lógica Clásica observando cómo la gente dialogaba, se convencía y se refutaba.
Por eso, ninguna mente, por preclara o eminente que sea, tiene la razón por
naturaleza ('per se'). Cualquier pensamiento podrá ser razonable, pero sólo lo será, de
hecho, cuando participe de la colaboración y el contraste de otros pensamientos. Por
eso las minorías se aproximarán a la razón cuando, poco a poco, se vayan convirtiendo
en mayorías a través de la información que transmitan a los que no piensan como
ellos, con el fin de lograr su convencimiento.
De ahí que, tanto en Ética como en Política, todos deberían tener la misma
oportunidad de hablar en algún momento del proceso, de lo contrario es muy difícil
conseguir variar la ratio partido-votantes, o idea-adhesión, porque el que tiene más
oportunidades (tiempo y espacio en los Medios de Comunicación Sociales, por ejemplo)
tiene más posibilidades de perpetuarse.
De Ética sólo se sabe por los resultados, a través de la experiencia vital de las
gentes y de sus opiniones sobre lo conveniente, ya que todos pueden comparar su
realidad (lo que es) con sus deseos (lo que debería ser). Por todo ello, el genio (o el
eticólogo) podrá ser el iniciador o el corrector, pero nunca podrá ser el que tome las
decisiones en solitario. Eso ya lo han intentado muchos 'visionarios' y han fracasado.

5. Las costumbres y la Ética


Es verdad que la costumbre (lo que suele hacerse en el lugar donde se nace y se
vive, que se interioriza en lo que Freud llama el 'superyó', y que en otras tradiciones
culturales recibe el nombre de 'conciencia social' de las normas) marca lo que más
probablemente va a hacer la mayoría de los componentes de una etnia o grupo social.
Pero las costumbres también condicionan el modo como otros nos ven. Así, si naces
en el villorrio, serás villano, y tus acciones habrán de ser consideradas 'viles' por los
cortesanos. En cambio, si naces en la corte, serás cortesano, y tus acciones casi siempre
serán 'corteses', sobre todo ante los villanos. Si naces en el campo, serás rústico, y tu
conducta será agreste y sin modales. Si naces en la ciudad, serás urbano, y tu
comportamiento guardará las formas de la urbanidad. Sólo una educación 'académica',
intencionada y expresa, podrá superar estos prejuicios y provocar un cambio de valores
más críticos y racionales.
Las Morales aceptan como bueno lo que suele hacerse en cada momento y
lugar, es decir, las costumbres (donde fueres, haz lo que vieres). Pero la Ética
investiga y reflexiona sobre valores y propone el método para su puesta en
práctica, incluso en lucha contra las Morales.
Siendo así las cosas y como ya hemos dicho, la Ética o es universal o no es Ética.
Con ella se busca lo mejor posible para todos. Y todos intervienen 'demofrátsicamente'
en su construcción y desarrollo. En cambio, las Morales son particulares, de tal
modo que cada individuo puede formular la suya propia.
Mediante un diagrama de Venn, podemos representar la
relación y proporción entre la Ética y las Morales. La pequeña
intersección común corresponde a la Ética; los restantes
espacios, a las Morales. Lo individual o particular puede
tener la dimensión que se quiera, pero nunca puede invadir
los mínimos exigidos por la Ética, los cuales constituyen lo
común y universal.
Como se ve, hay mucho espacio para la diversidad, la cual
se encuadra dentro de las Morales. Este mayor espacio
tiene que estar controlado por el más pequeño, pero muy
denso, de la Ética. Ya que ser iguales significa tener la
misma oportunidad (en principio) de poder desarrollar libremente la propia
diferencia, pues todas las diferencias son igualmente valiosas, con tal que respeten
las condiciones comunes y se desarrollen según las normas básicas que de ese mínimo
resultan. Habrá que ver, pues, en Ética Aplicada, qué aspectos de las diversas culturas
no se salen del ámbito de la Ética y cuáles se apartan de él desde sus respectivas
posiciones morales, con el fin de poder determinar si los valores de esas culturas
corresponden a la Ética o a las Morales.
La Ética, como ciencia, es sólo una y para todos (como la Física o la Sociología).
Morales, en cambio, como dijimos al principio, hay muchas, tantas como individuos,
grupos, intereses o ideologías, ya que se refieren a los modos particulares de entender
y valorar el mundo y a la forma de orientar la vida en relación con él.

COSTUMBRES
Muchas personas justifican determinados actos por ser costumbres
arraigadas en una sociedad, aunque tal vez algunos de ellos pudieran ser
contrarios a la racionalidad ética. Así, por ejemplo, en muchas
colectividades se acepta como 'natural' el sometimiento de la mujer al varón,
amparándose en costumbres de origen religioso o político, aunque dicha
discriminación no tenga justificación ni 'científica' ni ética.
Analiza las siguientes costumbres, discutiendo si pueden ser
justificadas o no desde un punto de vista ético:
• Las corridas de toros.
• El servicio militar obligatorio.
• El dar limosna a los mendigos.
• Mi marido me pega 'lo normal'.

¿TOLERANCIA O INTOLERANCIA?
La existencia de numerosas y diversas culturas en el mundo plantea a menudo problemas de
convivencia entre las mismas. Hay que tener en cuenta que las costumbres sociales de cada una
de ellas se inspiran en sucesos históricos que determinaron la evolución social de esas
comunidades y que, por tanto, están basadas en su tradición cultural e histórica.
Sin embargo, el hecho de que ciertas costumbres tengan una base tradicional n o justifica sin
más el que algunas de sus costumbres puedan atentar contra los derechos básicos de las
personas reconocidos en la Declaración Universal de Derechos Humanos.
Ese hecho plantea a menudo un conflicto eticológico de significativa importancia: ¿debemos
ser respetuosos con las culturas intolerantes por el mero hecho de que se apoyan en tradiciones
religiosas, culturales o históricas dominantes durante muchos siglos? O al contrario, ¿debemos
combatir cualquier tipo de discriminación humana, independientemente del respeto debido a otros
pueblos y a otras formas de entender la vida?
Esta última actitud, ¿podrá ser considerada como una injerencia en asuntos internos de culturas
diferentes a la nuestra, es decir, como una forma del etnocentrismo practicado históricamente tan a
menudo por la civilización occidental?
En todo caso, ¿hasta dónde debe llegar nuestro respeto, es decir, cuál es el límite que
debemos establecer?
AMPLIACIÓN CONCEPTUAL

➢ El formulismo moral
La Ética no ofrece 'fórmulas' de conducta, sino un método de resolución de
situaciones problemáticas. A su vez, éste debe ser útil para determinar las condiciones en
que se pueden planificar los nuevos proyectos que orienten la acción humana hacia el
logro de los elementos que configuran la propia Teoría de la Felicidad.
Sin embargo, las Morales tradicionales han ido 'formulando' sentencias que se han
convertido en axiomas (principios que se toman como verdaderos en sí mismos), y todo
el mundo las utiliza como muletillas, bien para saber qué hacer, bien para saber qué
decir a la hora de aportar razones para emitir un juicio de valor sobre cualquier
acción humana -en unos casos, para justificarla; en otros, para rechazarla-. Podemos
citar algunas a modo de ejemplo:
1. El fin no justifico los medios
Sobre este aforismo, habrá que decir que 'depende' del fin que sea y de los medios
que se utilicen. Romper la puerta de una casa es malo, pero se justifica si eso permite
salvar a un niño atrapado dentro a causa de un incendio. Ahora bien, el fin 'bueno' de
evitar que los alumnos sufran, no justifica el conceder gratuitamente un aprobado
general como medio para evitar la infelicidad del alumnado, ya que estaríamos
privilegiando a los vagos y perjudicando a los capaces o esforzados. Y el ignorar los
méritos y el esfuerzo de cada uno no puede ser un valor apetecible y universal.
2. Lo que no quieras para ti, no se lo hagas a otro
Con relación a esta sentencia, puede suceder que haya cosas que uno no quiera o
que no le gusten y que, sin embargo, otros puedan apetecer. En este caso, quizás sí se
deberían hacer. Por la misma razón, no siempre se puede hacer a los demás lo que a
uno le gustaría que le hicieran a él.
3. Hay que decir siempre la verdad
En este caso, igualmente convendremos todos en que puede resultar 'bueno' y
'conveniente' decir lo que coloquialmente se conoce como una 'mentira piadosa' (por
ejemplo, no decirle a un enfermo de cáncer que tiene la enfermedad, si debido a
razones psicológicas él no quiere saberlo) para contribuir a aumentar la 'felicidad' o el
'equilibrio' de otro o de muchos. El problema, no obstante, radica en determinar cuándo
es 'ético' y cuándo no decir mentiras piadosas, y quién debe decidirlo.
4. Lo que Dios unió, que no lo separe el hombre ¿Por qué no lo separa también Dios?

➢ Razones para distinguir entre Ética y Morales


Los términos 'ética' y 'moral' significan originariamente lo mismo, ya que el segundo
es la traducción del primero. En nuestra tradición cultural, sin embargo, la palabra 'moral'
ha sido apropiada, casi en exclusiva, por el Catolicismo, siendo así desviada únicamente
hacia principios y valores religiosos. Como otras religiones e ideologías utilizan un
método similar (dogmático e impositivo), parece apropiado nombrar todos los códigos de
valores inspirados en preceptos religiosos con el término genérico de 'morales'.
Sin embargo, el hecho de que la Iglesia Católica adoptase el latín como lengua oficial,
permitió que el término 'ética', al provenir del griego, permaneciera un poco menos
contaminado. Por esta razón, he considerado que podría llamarse 'Ética' a la ciencia
cuyo cometido es reflexionar acerca del método que nos permita, 'demofrátsicamente',
construir valores, formular principios y establecer normas, con el fin de conseguir la
mejor vida posible en cualquier sociedad humana.

➢ Terminología clásica
Entre los griegos, la virtud ('areté') era cualidad del 'mejor' ('áristos', el más valiente,
el héroe). Pero en la nueva Eticología, lo virtuoso corresponde a 'lo mejor' ('áriston').
Allí, 'el mejor' era el que ganaba en el combate. Aquí, lo mejor es evitar el combate
mismo. 'El mejor' es selectivo y competitivo (excluye o elimina a otros). En cambio, 'lo
mejor' es aglutinante, es para todos (siguiendo en esto a J. S. Mill y al utilitarismo
ético).
Como es fácil comprobar, 'el mejor' poco o nada tiene que ver con 'lo mejor'. El
primero es básicamente egoísta y discriminatorio: sólo piensa en sí mismo. Lo segundo
es radicalmente social e igualitario: se piensa en todo el mundo. El uno es 'majetés'
(luchador, competitivo); lo otro es 'pazetós' (compasivo, colaborador). La diferencia
radica en regirse por valores morales o por valores éticos.
PROBLEMAS

o ¿Cómo se sabe si una moral es 'buena' o 'mala', aceptable o


inadmisible?
Indagando si sus valores, principios y normas se adaptan o no a los planteamientos
éticos. De hecho, hay valores morales que conculcan claramente valores éticos; otros
pueden considerarse indiferentes al respecto, y finalmente algunos incluso pueden ser
superiores a los valores exigibles desde la Ética. En consecuencia, una moral será
'mala' cuando contradiga los valores éticos, y será 'buena' cuando coincida con ellos o
los supere.
Veamos un ejemplo sacado de la moral más común entre nosotros, la Moral católica:
La Moral católica es 'mala' cuando no acepta a la mujer en ciertos puestos de su
estructura jerárquica (sacerdocio, por ejemplo), ya que va contra el valor ético de la
igualdad entre todos los seres humanos. Por otra parte, el término 'católico' significa
'universal', es decir, que pretende 'salvar' a toda la humanidad, aunque imponiendo
sus criterios 'desde' una posición superior a la humanidad misma, bajo un supuesto y
gratuito designio de Dios. Es como si un club privado quisiera imponer al resto del
mundo sus propias normas internas.
Que la Moral católica imponga normas a sus fieles (ir a misa) en función de la
salvación eterna, es, en sí mismo, indiferente para la Ética. Todo el mundo tiene
derecho a soñar y a fabular, mientras que el 'ángel de la guarda' no sea más importante
que el 'prójimo' que comparte la vida con cada uno.
Que la Moral católica mande «amar al prójimo como a uno mismo», es bueno porque
supera incluso las exigencias de la Ética, ya que ésta pedirá respeto, como condición
mínima de convivencia entre los humanos, pero sabe que de momento ni siquiera puede
soñar con la exigencia del amor. Por eso, la Ética podrá reprochar que alguien no
cumpla el compromiso adquirido, pero nunca podrá justificar la queja de quien no se
siente amado por todos cuantos pasan 'cerca' ('próximos') en su circunstancia vital.

o Un loco empuña un arma contra el pecho de un transeúnte


y le dice: «¡Elija: O su vida o la de su hijo!» ¿Qué debe
hacer?
La Ética no sirve para solucionar 'situaciones límite' ni locuras. Sólo razona y
dialoga. Pero no discute, ni pega, ni amenaza con violencia. La Ética sólo pretende
aclarar los mínimos valores que permitan a cada uno desarrollar su vida en armonía
consigo mismo y, sobre todo, con los demás. No soluciona problemas relacionados con
la locura ni con la heroicidad. Esto queda reservado al ámbito de las Morales.
Éstas pueden exigir heroicidades a sus fieles (martirio). La Ética sólo entiende de lo
social y comunitario, no puede exigir más que lo común, y, en consecuencia, poco; no
puede obligar a alguien a que dé la vida por nada ni por nadie. Por eso, en los casos de
conflictos extremos (límite), cede a las morales de cada cual 'su' solución. En estos
casos, cada cual tendrá que decidir de acuerdo con sus creencias, ya que el eticólogo no
sabe dialogar con asesinos: no se puede fiar de individuos que no son capaces de
entender y respetar los valores mínimos. Esta clase de personas puede ser entendida
mejor por 'moralistas' del 'límite': amenazar con un rayo, con la ira de los dioses, con
la 'mala suerte', o rogarles por 'lo más sagrado', por el recuerdo de sus difuntos... Es
cuestión de 'intuición' y suerte. Pero estos elementos no forman parte de ninguna ciencia
mínimamente rigurosa.
¿EL MEJOR O EL MÁS NECESITADO?
Imagínate por un momento que eres un empresario. Pones un anuncio en la prensa para
contratar a una persona en tu empresa y acuden dos candidatos: uno es mucho 'mejor' que el otro
si atendemos a su capacitación profesional para el puesto solicitado, aunque el otro también podría
desempeñar el trabajo, eso sí, con menor eficiencia.
Sin embargo, este último está verdaderamente necesitado de un trabajo (no posee recursos
económicos y tiene que alimentar a una familia), mientras que el primero no tiene urgencias
económicas y es probable que, debido a su preparación, pueda encontrar trabajo rápidamente en
otra empresa similar.
A primera vista, si aplicaras criterios empresariales deberías contratar al 'mejor', aunque, tal
vez, desde una perspectiva ética, muchos pensarían que es 'mejor' contratar al segundo.
¿Qué harías tú en este caso?
Para tomar una decisión, piensa previamente en las siguientes cuestiones:
• Si concedes el trabajo al segundo, estás perjudicando al 'mejor', lo cual puede resultar una
injusticia desde el punto de vista de la valía personal.
• Si concedes el trabajo al 'mejor', puedes estar cometiendo una injusticia social, ya que no
ayudas al necesitado.
• Algunos dirían lo siguiente: un empresario no puede ser un benefactor social (para esto está el
Estado); por tanto, no se trata de un problema que le afecte: debe contratar siempre al más
capacitado.
• Sin embargo, otros argumentarían así: antes que empresario, uno es humano, y resulta 'más
ético' ser solidario con el necesitado, aunque esa decisión nos perjudique levemente como
empresarios (la pérdida económica quedaría compensada por el incremento de justicia distributiva).
Ética y
Política

Bloque 1: Ética teórica


UNIDAD 3
Juan VERDE ASOREY (2003), ÉTICA. ESO, Madrid: MILETO
EDICIONES, 206p.
1. Relación entre Ética y Política
La Política y la Ética guardan entre sí una estrecha relación, aunque de momento están
bastante lejos de poder identificarse.
Esquemáticamente, se puede representar la estructura de cada una y la relación entre
ambas del siguiente modo:

POLÍTICA  ÉTICA

POLÍTICOS  MORALISTAS

POLITÓLOGOS  ETICÓLOGOS
Todo cuanto interviene como elemento práctico de convivencia, todo cuanto se
utiliza objetivamente en el ejercicio público de los políticos, todo cuanto participa en
cualquier teoría política, todo eso sería la Política.

Desde este punto de vista, todo el mundo es político (el hombre es un animal
político por naturaleza, decía Aristóteles), ya que la Política trata de las personas que
constituyen la ciudadanía, de los bienes que el ser humano utiliza y de los
instrumentos materiales y teóricos que intervienen en la conjunción de todos ellos.
Sólo sería relativamente apolítico el que se aleja de la vida comunitaria, instalándose
en la selva, recluyéndose en un convento de clausura o siendo encerrado en una
prisión.

AMISTAD Y POLÍTICA
Como sabrás por tu propia experiencia, resulta más fácil -por regla general, aunque
caben muchas excepciones, por supuesto- llevarse mejor con una persona de ideología
política semejante a la nuestra, que con otra que defienda conceptos opuestos.
Sin embargo, las diferencias ideológicas no deben representar una barrera entre las
personas, ya que es posible una convivencia a través del diálogo y el acuerdo.
Ésa es una de las grandezas del sistema democrático: la convivencia pacífica entre
personas de diferentes ideologías. De hecho, en la democracia existen elecciones periódicas que
garantizan una alternancia en el poder de los diferentes grupos ideológicos y políticos.
En la vida cotidiana, sin embargo, a veces resulta difícil mantener relaciones afectivas o de
amistad con personas radicales que discrepan notablemente de nuestra ideología.
Por ejemplo, imagínate que tienes un amigo de la infancia al que hace mucho tiempo que
no ves. Un día os reencontráis y la alegría que te produce el verlo de nuevo queda enturbiada
por su defensa de una ideología racista y neonazi. Él te propone seguir viéndoos para retomar
de nuevo la vieja amistad.
¿Qué harías tú en un caso como ése?
¿Pondrías alguna excusa para evitar esa relación o aceptarías la invitación aunque
procurarías por todos los medios no hablar de cuestiones ideológicas en vuestros
encuentros?
¿Qué es más importante para ti: la amistad incondicional o la ideología de tus a migos?
Justifica racional y eticológicamente tus respuestas.

Por otra parte, las conductas humanas libres y las razones (valores) por las
que deben mantenerse, modificarse o rechazarse constituyen el objeto de trabajo
del eticólogo. Todos los seres humanos constituyen el mundo de la Ética, es decir, su
universo de discurso.
Todo el mundo es ético porque, supuestamente, el eticólogo elabora sus teorías
pensando en todos los humanos y contando con todos, ya que de Ética todo el mundo
'sabe', porque cualquiera es capaz de expresar lo que le gusta, lo que le conviene, lo
que le interesa. Cuando se generaliza lo anterior, se sientan las bases de toda
construcción eticológica. Si se parcializa este universo y se actúa con conjuntos
específicos de personas, al margen de la Humanidad entera y en función de valores
particulares de esos conjuntos o colectividades, entonces entra en escena el
moralista
Comparativamente, lo podemos representar de la siguiente manera:

La Política es el conjunto de La Ética es el conjunto de elementos que


elementos que intervienen intervienen en la valoración de las
en la organización de la conductas humanas. Ético es todo lo
vida pública. relacionado con el problema de saber cuándo
una conducta humana es buena o mala.

El político es quien organiza El moralista puede identificarse


las formas concretas de con lo que Marx llama 'ideólogo',
convivencia. Dentro de un una especie de teórico a 'sueldo' del
determinado marco legal ejerce su político, preocupado solamente por
actividad, mediante la que intenta sus creencias e intereses. Se trata
favorecer a los ciudadanos para de pensadores al servicio del poder
que le sigan votando y poder no siempre legitimado. O de
continuar manteniendo su 'modus grupos que no tienen en cuenta a
vivendi'. Vive de y para la Política. todos los seres humanos, sino sólo a
los de su familia, nación, raza,
En el fondo, muchos políticos son creencia o club.
demagogos (`conductores del No se excluye la posibilidad de
pueblo'), porque generalmente que algunos moralistas actúen en
buscan convencer a la gente de la función de valores indiferentes o
conveniencia de ser ellos mismos incluso superiores a los valores
quienes continúen gestionando éticos.
aquellos asuntos que les afectan.
Intentan convencer a los Tal es el caso del médico que
ciudadanos de que ellos son los arriesga su vida por curar a niños
mejores (o que los demás son 'olvidados' en cualquier parte del
peores). mundo, y defiende que todos sus
compañeros de profesión deberían
Casi todo político reparte sus de estar dispuestos a hacer lo
intereses entre sí mismo y el mismo mientras el problema no
pueblo. En las sociedades se solucione.
democráticas los políticos desean
también el bien del pueblo, aunque
eso no excluye que simultáneamen-
te busquen su propio beneficio.
Ahora bien, en ciertos casos la
conveniencia del político coincide
con la de los ciudadanos. En las
democracias, los ciudadanos libres,
o bien respaldan y disfrutan
razonablemente las decisiones
políticas, o bien las padecen y
rechazan .
El politólogo es aquel que, sin El eticólogo es el teórico
vivir de la política que practican profesional de todo lo relacionado
los políticos, dedica su actividad con la Ética. Es el que critica,
a reflexionar y a construir teorías analiza y propone valores nuevos
sobre cómo debería organizarse la o cambios en los ya existentes.
convivencia pública, pensado
Partiendo de que toda la
siempre en el bien general.
Humanidad debe estar presente en
No actúa desde ningún partido ni sus planteamientos teóricos, se
gobierno. Recibe el salario de la introduce en el mundo de los valores
institución (universidad) para la que explicando cómo se originan y cómo
trabaja. Sabe que puede hablar se definen, y establece el método
claro porque su profesión no acerca de cómo deben ser
depende del voto. Puede hacer utilizados para juzgar
siempre propuestas razonadas, sin comportamientos, formular
tener en cuenta los intereses de los principios y establecer normas de
políticos ni las opiniones convivencia, a través de los cuales
espontáneas de la gente, sino tan se puedan criticar las morales y
sólo los valores sociales. orientar las leyes.
Pero al no tener el politólogo Todo lo que propone un
que tomar decisiones concretas de eticólogo es `bueno' sólo si todos
la vida social, corre el riesgo de los seres humanos,
alejarse de la verdadera realidad si estadísticamente considerados, lo
no utiliza el método correcto de avalan. Pero tienen que hacerlo
investigación. Se podría decir que la consciente y libremente, no como
diferencia entre un político y un masa amorfa, sino como 'personas'
politólogo radica en que el político que respaldan o garantizan, y
suele buscar antes su propio interés rechazan o deslegitiman.
y el de su partido, mientras que el ('demofratsia')
politólogo se preocupa de la
Si el politólogo expusiera sus
comunidad entera para la que
teorías teniendo en cuenta los
investiga. El político tiene que tomar
intereses generales de todos los
decisiones que afectan
seres humanos, se identificaría con
inmediatamente a los ciudadanos.
el eticólogo y, entonces, Ética y
El politólogo, en cambio, disfruta
Política serían la misma cosa,
de la lejanía de los planteamientos
como debería ser
teóricos.

Tanto el eticólogo como el politólogo son teóricos de sus correspondientes


ciencias. Ambos buscan el bien del individuo (no de una entelequia colectivista),
pero no del individuo que va 'por libre' dentro de la sociedad, sino del que acepta y
respeta los convenios, como exigen las reglas de todo 'juego' social'.
Todo el mundo participa en la construcción de la ciencia eticológica, pero no todo
el mundo es eticólogo. De modo similar, todo ciudadano de una determinada
circunscripción es tenido en cuenta por el teórico de la política, pero no es
politólogo. Ni una ciencia ni la otra son construidas por la gente espontáneamente,
sino actuando dentro de unas normas impuestas (dictaduras) o convenidas
(democracias) en Política, o respondiendo de palabra (opinando) a los planteamientos
del eticólogo en Ética. Los valores no se construyen a partir de la observación pura de
las conductas humanas naturales, sino mediante la opinión formulada través del método
'demofrátsico'. La Eticología se construye no a partir de lo que la gente hace,
sino desde lo que dice que se debe hacer.
PO SI BLES PRO PU E ST A S DE UN PO LITÓ LO GO
Si un politólogo considera que a los tres clásicos poderes de Montesquieu (ejecutivo, legislativo y
judicial) deberían añadirse los poderes económico e informativo, podría argumentarlo del
siguiente modo: Que unos profesionales públicos controlen los ingresos y gastos del Estado, al
margen de los cambios y colores políticos. Cada grupo gobernante democráticamente elegido
justificará ante el equipo económico correspondiente la necesidad o con veniencia de los
diferentes gastos.
Otra posible propuesta de un politólogo estaría relacionada con la información. Quizás
deberían existir profesionales independientes de los políticos para ofrecer información 'oficial' sin
pretender sacar de ella beneficios económicos o rentabilidades políticas. Lo que no excluye, por
supuesto, la existencia de otros informadores con su correspondiente ideología y sus estrategias
económicas.
Otro ejemplo podría ser lo referente al control de los partidos políticos. Sucede, a veces,
que un determinado grupo convierte al partido en un coto particular, donde se mima al líder
carismático y se controla minuciosamente cualquier ingreso de nuevos militantes, sobre todo si
éstos pudieran ser críticos con los dirigentes. Así, sólo se admiten como nuevos asociados a
jóvenes dispuestos a trabajar incondicional y sumisamente con la promesa de ir ascendiendo a
cargos de importancia. Pero la democracia interna y la renovación de los partidos sólo son
posibles si acceden a ellos personas de experiencia y buena formación sociopolítica, sin ansia de
medrar, y sin querer someterse a la esclavitud de los cargos ni al dominio de quienes los
reparten.
Finalmente, otro caso interesante para el politólogo podría ser la justificación de la
conveniencia de votar a partidos que, en principio, no tienen la menor posibilidad de llegar a
gobernar. Si todos los votos se reparten entre los dos partidos que tienen opciones claras de
gobierno, se está fomentando el 'rodillo' alternativo y se bloquea la propuesta de nuevas ideas. Un
partido con sólo cinco representantes puede ser suficiente para ejercer la crítica par lamentaria y
para hacer propuestas con cierta repercusión social a través de los medios de comunicación. Hay
que votar lo que se considere mejor, según los valores que intervienen, y no en función del
llamado políticamente 'voto útil', cuya definición siempre ha sido bastante nebulosa.
¿Qué piensas tú de cada una de las propuestas anteriores?

2. La política de los políticos


Es evidente que este apartado merece una atención especial, dado que en general
la gente corriente no puede dedicar mucho tiempo a la reflexión política, y además
suele carecer de formación y de datos. Por eso los políticos son los auténticos
protagonistas de la Política.
Suele decirse que los de derechas se rigen por el principio del 'posesivo mi'
(mi casa, mi familia, mi tierra, mi partido, mi nación). Comienzan pensando en sí
mismos y van ensanchando su perspectiva. Los de izquierdas, por su parte, se rigen
por el principio del 'posesivo nuestro' (nuestro país, nuestro pueblo...). Tienen
obligación de pensar, de comparar y de considerar los distintos elementos que
intervienen en el mundo del 'pensante'. Pero la Ética se rige por el principio del
'indefinido todos' (todas las personas del mundo), es decir, por el Principio de
totalidad, basado en la profunda semejanza entre todos los seres humanos, como
demuestra la proporción nucleótida de su genoma, que se expresa en 999 elementos
comunes frente a solo 1 diferente. Por tanto, tenemos muchas 'razones' (2 997
millones) para ser 'iguales' en la posibilidad de desarrollar nuestras peculiaridades únicas e
irrepetibles (3 millones), correspondientes a los aproximadamente 3 000 millones de
nucleótidos en total.
De todos modos, la Ética no puede avanzar sin aliarse con la Política. A veces, los
valores no pueden ser defendidos sin algo de 'fuerza' (poder). No se puede, por
ejemplo, seguir permitiendo la existencia de abusos entre varones y mujeres bajo el
supuesto subterfugio del 'respeto a las diversas culturas'. No todo lo cultural es
aceptable, porque hay culturas muy alejadas de los supuestos valores
humanos básicos. Nadie tiene derecho a abusar de una mujer porque haya pagado por
ella la 'dote' estipulada (entregar una vaca o dos cabras al padre). Todavía hay
personas en el mundo que piensan poder ser dueños de otras personas (¡la golpeé porque
era mía, y con lo mío hago lo que quiero!). Esto sólo tiene solución mediante acuerdos
internacionales que garanticen el respeto por los Derechos Humanos a través de la
coacción legítima.
Los valores éticos no dependen de situaciones culturales particulares y concretas, ya
que éstas sólo pueden justificar determinadas morales individuales o de grupo. Por eso,
la Ética necesita de la Política, con tal que ésta permanezca siempre
orientada por aquélla
La Eticología es el discurso intelectual demofrátsico, mientras que la Política debe
organizar los medios para que este pensamiento se vaya haciendo realidad. De ahí
que la Ética no sea posible sin la Política. ¿Cómo se va a permitir que una muchacha de
trece años sea destrozada porque un 'macho' (¿hombre?) tiene 'derecho' a violarla, al
haberla adquirido mediante un contrato de venta con su padre? ¿Cómo se puede evitar
esto sin una ley que lo impida? ¿Bastaría enviarle una 'riña' en forma de tel egrama o
un reproche en nombre de la Ética?

3. Ética y Política al modo demofrátsico


Lo primero que tiene que hacer un 'eticólogo' o un estudiante de Ética es meter
juntos a todos los seres humanos en su cerebro. Para ello tienen que ir
desapareciendo las naciones, las razas, las culturas excluyentes. Quien se emociona
excesivamente con su nación, su idioma, su bandera o su himno, no camina por la
mejor senda eticológica, dado que estos
excesos pueden fomentar, en ocasiones, el
TOLERANCIA egoísmo, la discriminación negativa, el
¿Se debe ser tolerante incluso con antagonismo, la rivalidad y la violencia. Cuando un
los intolerantes? país 'entero' vibra con las notas de su himno
En el caso de contestar que no, nacional al ganar su deportista favorito una
¿cuál es la actitud que tú en concreto medalla olímpica, lo que se celebra es que ha sido
adoptarías ante ellos? más rápido que sus adversarios, o que ha saltado
En el caso de contestar que sí, ¿qué más alto, o que ha sido más fuerte. Pero muchas
actitud mantendrías cuando los fanáticos veces se pasa con facilidad de ese sentimiento
intolerantes tratasen de imponer sus legítimo de orgullo a un 'patrioterismo' deportivo
ideas mediante la coacción social? que menosprecia a los rivales por ser de otras
¿Justificarías éticamente el empleo de naciones, en vez de fomentar la sana competitividad
la coacción para con los intolerantes?
deportiva mediante un cosmopolitismo armonioso
¿Qué tipo de coacción?
y amigable.
Los símbolos deben servir principalmente
para tareas de reconocimiento, no para enfrentamientos. El DNI es útil para identificar
a una persona, pero no sería 'razonable' que su titular se excitara ante su contemplación,
aunque, como Narciso, se creyera el más guapo de la 'tribu'. La lucha por la defensa de
las llamadas 'señas de identidad' sólo puede justificarse como 'efecto rebote', es decir,
como rechazo al intento de que alguien pretenda eliminarlas caprichosamente al
margen de los valores de la igualdad y la justicia.
La Ética y la Política serán, como hemos dicho antes, la misma cosa cuando se
hayan construido de la misma manera (demofrátsicamente). Cuando los derechos
humanos sean 'reales' y coincidan, de hecho, con los valores humanos. En ese
momento, comenzará una nueva Era para la Humanidad, porque no habrá política que
prescinda de los valores éticos, y, por tanto, tendrá siempre en cuenta a todos los
habitantes del mundo aunque las decisiones se tomen en el país más insignificante de
la Tierra.
TRABAJO EN GRUPO
En los tiempos presentes, algunos tipos de nacionalismo radical son fuente de conflicto en
numerosas partes del planeta: desde guerras iniciadas por motivos nacionalistas, hasta
movimientos terroristas que buscan su justificación en una doctrina nacional. Sin embargo,
existen muchos otros nacionalismos que rechazan de manera absoluta cualquier tipo de
violencia y que tratan de luchar por sus reivindicaciones a través de procedimientos
pacíficos y democráticos.
Formad grupos de trabajo de tres alumnos. El trabajo consistirá en analizar prensa de
difusión nacional para destacar las noticias más importantes que se produzcan sobre el
nacionalismo en cualquier lugar del mundo.
Sobre el material recogido, se plantearán las siguientes tareas:
Descripción de las noticias más importantes.
Situad en un mapamundi algunos de los puntos de conflicto nacionalista más
importantes. Analizad eticológicamente dos de los casos, a través de cuestiones como
las siguientes: ¿a quién le asiste la razón política?, ¿son legítimos los medios que utiliza n
esos nacionalismos para alcanzar sus fines o no?, ¿caben otras alternativas para
solucionar esos conflictos?
¿Es justo, ética y políticamente, el derecho a la autodeterminación de los pueb los?
¿Cuándo sí y cuándo no? ¿Qué debería hacerse en el caso de que una región
pretendiera separarse de un Estado central, según vuestra opinión?

4. Legalidad y legitimidad
Suele ligarse íntimamente legalidad con legitimidad, a pesar de que la una tiene que
ver con la Política, y la otra con la Ética.
La legalidad hace referencia a la conformidad o disconformidad de las
acciones con la ley. La legitimidad se refiere a la mayor o menor adhesión
social con respecto a una determinada propuesta, a una forma de conducta o a
cualquier planteamiento ideológico. En términos coloquiales, decimos que algo es
legítimo sólo cuando es justo.
La legalidad se fundamenta en la democracia, tal y como se entiende en la
política real. En cambio, la legitimidad se basa en la demofratsia. La primera
puede estar justificada por cualquier planteamiento moral (ideología). Pero para la
segunda sólo queda el camino de la Ética.
Es verdad que, desde la Ética, todas las morales son respetables mientras se
mantengan en la esfera de la libertad individual o de grupo y no involucren a otros en
asuntos que puedan conculcar los valores básicos. Desde este punto de vista, puede ser
legítimo aspirar a cualquier cosa mientras no se rebase dicho límite. Pero no es
admisible que pueda ser legítimo aspirar a todo: por ejemplo, no es permisible que
alguien intente tomar decisiones irreversibles que puedan hipotecar la libertad de todos
los ciudadanos futuros, como sucedería en el caso de eliminar democráticamente la
democracia.
La legalidad y la legitimidad deben seguir el mismo proceso que la Ética y la Política,
es decir, que la legalidad deberá tender a coincidir con la legitimidad 'demofrátsica'.

5. Democracia y demofratsia
• Definiciones
La democracia ('démos', pueblo, y 'kratéo', dominar, tener poder) expresa el modo
de ejercer el poder mediante el control directo del pueblo.
La demofratsia ('démos', pueblo, gentes, y 'frátso', dar a entender, advertir,
pensar) se refiere al ejercicio controlado de la opinión. Dicho de otro modo, la validez
de cualquier juicio de valor no es independiente ni absoluta, sino que vendrá dada por la
relación que guarde con las demás opiniones y por la proporción que le corresponda en
el total de la Humanidad.
Es decir, opinión general, explícita e informada, de toda la Humanidad, sobre un
determinado valor, según el método de investigación sociológica, basado en el
procedimiento estadístico-probabilitario. Proviene de las palabras griegas 'demos' (gente)
y 'frátso' (opinar, aconsejar, instruir). Es la expresión de lo que toda la Humanidad
piensa y aconseja sobre los valores, mediante la organización, contraste y valoración
del eticólogo.

• Rasgos de la democracia
Democracia es un término típicamente político, acuñado por los antiguos griegos.
Independientemente de sus múltiples avatares históricos, podemos decir que significa lo
siguiente: una persona, un voto. La legitimación del ejercicio del poder por los
profesionales de la política se fundamenta en la 'cantidad' de votos recibidos por cada
candidatura correspondiente. En las llamadas democracias plenas son los parlamentarios
los que establecen las reglas del juego, mediante la aprobación de un marco general de
actuaciones (constitución) y la promulgación de un conjunto de leyes posteriores, como
desarrollo del mismo y en consonancia con él.
Las democracias modernas tienen claramente desligado el ejercicio de los tres
poderes que señaló Montesquieu (legislativo, ejecutivo y judicial). No obstante, todos
se fundamentan en el legislativo, dado que en última instancia los otros dos poderes
tratan de aplicar y desarrollar (poder ejecutivo) o interpretar (poder judicial) lo

PARADOJA DE ROUSSEAU
A continuación exponemos lo que, en el mundo del Derecho, se conoce como
'paradoja de Rousseau'. Éste fue un filósofo de la Ilustración (s. XVIII) que defendió
una conocida teoría del Contrato Social. Según él, los hombres habrían fundado,
democráticamente y de manera voluntaria, la sociedad, decidiendo supeditar su
libertad a las decisiones de la 'voluntad general' o voluntad de todos los ciudadanos.
Según Rousseau, en una sociedad fundada por individuos iguales, los intereses sociales
existentes deben ser comunes, por lo que en teoría no debería haber discrepancias
fundamentales. Él lo expresa de la siguiente manera:
El ciudadano consiente todas las leyes, incluso las que se promulgan a pesar suyo...
Cuando es la opinión contraria a la mía la que prevalece, ello no prueba otra cosa más
que yo me había equivocado, y que aquello que yo juzgaba ser la voluntad general no lo
era. Si hubiese prevalecido mi opinión particular, yo habría hecho una cosa diferente
de lo que deseaba, por cuya razón yo no hubiera sido libre...
¿Estás de acuerdo con esa opinión de Rousseau? ¿Cuándo votas en contra de la
mayoría eso significa que tú estás necesariamente equivocado, o también pueden
equivocarse las mayorías? Argumenta tu respuesta e ilústrala con ejemplos concretos.

legislado. La fuerza para ejecutar los acuerdos parlamentarios (leyes) no está sólo -ni
siquiera principalmente- en la convicción, sino en la capacidad coercitiva que los
respalda. No son siempre suficientes las explicaciones para que un ciudadano respete o
cumpla las leyes; con frecuencia es necesario recurrir a la fuerza mediante la policía, el
ejército, las cárceles...
Pero la realización concreta de la democracia tiene sus 'peculiaridades'. Cada
pueblo, cada nación, cada época o cultura introducen sus matices a la hora de ponerla
en práctica. A veces y en ciertos casos históricos, estas peculiaridades han llegado a
permitir que ciertas propuestas sospechosas o incluso claramente aberrantes hayan sido
ampliamente respaldadas por votaciones populares. Así, existen democracias
'orgánicas', otras de partido único e incluso 'democracias fanáticas' que se han impuesto
por la fuerza o la demagogia. En este último caso, incluso pueden llegar a ajustarse a
las formalidades literalmente exigidas por la norma, mientras que las primeras siempre
se presentan con alguna restricción sobre derechos fundamentales reconocidos por las
democracias 'plenas'.

• La universalidad de la demofratsia
La demofratsia, por su parte, no juega en el campo de la cesión y administración
del poder, ni se plantea a quiénes corresponde organizar la convivencia. Aquí no se
produce el intercambio o mercancía de favores (si me votas, te doy...). El investigador
demofrátsico sólo pide información, sólo busca el parecer, la opinión en torno a lo que a
la gente le parece lo mejor, para poder criticar las conductas humanas existentes y
formular después principios axiológicos (principios sobre valores), fundamentados
en el común 'sentir' (pensar, razonar) de la Humanidad, que sirvan de criterio para
orientar y valorar las conductas futuras.
Para alcanzar esta opinión universal, hay que observar y preguntar; pero no es necesario
preguntar a todos ni comprobarlo siempre todo de nuevo. Ciertos valores básicos, como
la vida, son directamente observables a través de los modos de comportarse todas las
criaturas de todos los tiempos y lugares. No hace falta, pues, preguntar a nadie "si le
gusta vivir" para concluir que la vida es un valor. También sabemos que los animales
'aprecian' la vida porque rehúyen instintivamente los peligros... Basta observarlos. Pero
en Ética, además de observar, hay que hablar.
Muchos eticólogos se resisten a admitir que lo preferible o lo aceptable por la opinión
general de todos los seres humanos sería la justificación o fundamentación de lo mejor.
Saben del borreguismo (hatajo, caterva, manada) de las masas. La práctica demuestra
que, debido a la generalizada escasez de capacidad crítica y analítica, los individuos son
fácilmente engañables y sobornables, siendo capaces de renunciar a valores
supuestamente imprescindibles -como la libertad- por un 'plato de lentejas', o incluso
a la vida por una supuesta autodeterminación de su pueblo o por la salvación eterna.
Pero otras opciones son peligrosas, como los intentos de 'salvar' al ser humano sin
contar con él. A veces, ciertas circunstancias particulares pueden facilitar los
momentáneos éxitos populares de ciertos dictadores (manifiestos o disfrazados), los
cuales pueden conseguir que determinados grupos humanos (naciones, etnias, etc.) no
tengan interés por saber la respuesta a la famosa cuestión formulada por Lenin:
"Libertad, ¿para qué?". Lo que importa es la seguridad del trabajo y el pan, o la
heroicidad, o la salvación, o la independencia... Si después, por el destino o la mala
suerte, el dictador no tiene suficientes medios
para satisfacer las 'necesidades' de los
súbditos, es habitual que entonces divida a los DEMOCRACIA Y ÉTICA
pobres en dos grupos, policías y perseguidos,
El Parlamento de España acuerda,
con el fin de mantener el orden, 'su' orden
personal. junto con el de Extremadura, desviar el
curso del río Tajo hacia la cuenca del
El no seguir la senda demofrátsica también
Guadiana, antes de entrar en Portugal. Se
puede facilitar la proliferación de iluminados
salvadores, de mágicos curadores y de 'sabios' trata de una decisión totalmente
oportunistas, de los que existen infinitos democrática. ¿Sería éticamente aceptable
ejemplos a lo largo de la historia, y de cualquier o no? ¿Por qué?
historia.

• Hacia una democracia de toda la humanidad


La democracia concreta de los políticos es compartimental, es 'nacional', es
particular, no se ejerce con perspectiva de universalidad. Por eso se puede
realizar 'adecuadamente', sin necesidad de recurrir a la expresión de la voluntad
mayoritaria, al circunscribirse a un determinado marco geográfico o social. La
demofratsia es de todos y para todos, más allá de los intereses y raquitismos
individuales, de grupos o de naciones. Es humana, quizás 'demasiado humana', pero
inevitablemente humana y sólo humana, ya que, siguiendo a Protágoras, «el hombre es
la medida de todas sus cosas». Por eso, quizás sería más exacto llamarla
'antropofratsia', o 'cosmopolitofratsia, abarcando al hombre como habitante del
mundo.

Por consiguiente, frente a la asociación de la democracia con el concepto de


nacionalidad, la demofratsia lo hace con la idea de humanidad. Mientras la
actividad democrático-política de los políticos se mueve principalmente por intereses
particulares, la actividad del investigador demofrátsico (eticólogo) no busca nada a
cambio de una opinión, de un parecer, de una crítica, de una propuesta (no busca por
todo ello un voto). Si analizando el conjunto de las opiniones contrastadas, hay algo en
lo que coincide una gran mayoría humana (de 80% a 90%), puede servir de garantía para
hacer propuestas axiológicas universales, liberadas de los motivos casi siempre
interesados de las democracias. Aunque no debemos olvidar nunca que ninguna actividad
es del todo 'inocente', ni siquiera la científica. Y aquí es donde el eticólogo tiene que
afinar para introducir los pertinentes mecanismos correctores, formulando principios y
criterios similares a los de cualquier otra ciencia social.

Para finalizar, conviene recordar que la democracia no puede evitar la 'urgencia'.


Algunos problemas tienen que ser afrontados sin dilación. La demofratsia es más
tranquila, y sus decisiones pueden ser razonablemente aplazadas. Un juez tiene que
absolver o condenar a un acusado con celeridad, pero la discusión en torno a la
definición del concepto de justicia es menos apremiante.
AMPLIACIÓN CONCEPTUAL

➢ La información demofrátsica
La práctica demofrátsica tiene que ser serena e informada (sabiendo del asunto), mediante la
participación individualmente considerada, aunque se realice a través de las correspondientes
muestras demoscópicas ('démos', pueblo, gente; 'skopéo', observar, preguntar). Así como no
sirven las manifestaciones de la calle para legitimar decisiones democráticas en política,
tampoco sirve en Ética la expresión ocasional (espontánea o no) para validar los valores.
Las masas pueden movilizarse, en principio, por causas razonables y justas (contra la
guerra, contra la contaminación, contra un proyecto de ley, a favor de la igualdad...), pero
también pueden degenerar fácilmente en 'chusma' por ocurrencias espontáneas o por
consignas de líderes ocasionales y oportunistas sin escrúpulos, pudiendo causar trifulcas
violentas y destructoras ('oc/oc/asia'; de 'ój/os', chusma, y 'kláo', romper). Tal es la lógica
de las masas descontroladas, que nada tiene que ver con el método de investigación que se
practica mediante la 'demofratsia'. Pero tampoco se puede construir una opinión
demofrátsica a partir de individuos que no entienden de lo que se les está hablando, o se
hallan bajo efectos de experiencias desagradables relacionadas con el tema. Supongamos
que se le pregunta sobre al aborto a un señor cuya hija acaba de morir por una intervención
de esa clase...

➢ Algunas precisiones verbales


A partir de unos cuantos vocablos griegos, se construyen términos sociológicos
relacionados con la teoría de la 'demofratsia'.
Así, 'démos' significa pueblo, gente; 'frátso', opinar; 'ojlos', turba, populacho, chusma;
'klátso', gritar, ladrar; 'kláo', romper; 'boáo', vociferar, gritar; 'boé', grito clamor, griterío,
tumulto; 'kratéo', dominar, mandar; 'áristos', el mejor.
Está claro que la demofratsia se aparta de las 'masas' desordenadas ('ocloclasia', chusma
destructora; 'ocloboesia' u 'ocloclatsia', griterío tumultuoso; 'oclocracia', las normas se
imponen según los vaivenes del populacho), pero también rehúye la 'aristofratsia' (opinión de
los mejores), mientras que el 'mejor' no resulte de la valoración general, a través del tiempo
(axiología cronológica) y según el método correspondiente. No bastan determinadas
formalidades (títulos, prestigio). Lo mejor sólo llega a serlo cuando una gran mayoría
consciente y libremente así lo considera. Y deja de serlo cuando una mayoría
similar transmuta su valor al comprobar que los resultados ya no son los
esperados

➢ Nociones metodológicas
¿Cómo preguntar al mundo entero?
Empezamos por el primer interlocutor; seguimos por el grupo inmediato, por los
compañeros de trabajo, por el municipio, la provincia, la región, los Estados, el mundo.
Nadie puede realmente preguntar al mundo entero, pero sí al inmediato. No basta
solamente con pensarlo: también hay que hablar y hay que escuchar a todos (todos =
la gran mayoría), empezando por los próximos. Si un profesor, por ejemplo, recibe el
apoyo de su primer interlocutor (compañero dialéctico de profesión), después lo
confirma con los alumnos de su clase, y más tarde con todos los alumnos de distintos
cursos y con otros compañeros, también de otros centros, entonces le cabe esperar
(inducción científica) que, en circunstancias similares, tendría parecidos resultados en
cualquier parte del mundo.
En última instancia, habría que utilizar los medios que los Estados puedan tener a su
alcance para esta investigación, ya que no sería prudente encargarla a empresas con
ánimo de lucro. Cierta clase de instituciones públicas podría dedicarse a esta tarea.
Claro que esto supondría la necesidad de convenir una mínima formación eticológica
previa en la gran mayoría de los gobernantes del mundo -elaborada a partir de la
actual Declaración de los Derechos Humanos- para que ellos pudieran colaborar en la
investigación, aplicada a los ciudadanos correspondientes.

PREGUNTAS SOBRE EL DERECHO NATURAL


¿Crees que existe una especie de justicia natural, es decir, que los seres humanos
sabemos de una manera intuitiva y directa que determinada acción es justa y aquella otra
injusta?
¿O crees, al contrario, que la idea de justicia es algo que nos han enseñado y que
conocemos lo que es justo y lo que es injusto a causa de aprendizajes anteriores? Intenta
buscar ejemplos y razones que apoyen tu respuesta.

➢ Una curiosidad histórica: El Derecho Natural


La herencia de la ‘mitosofía', amasada con unas creencias religiosas concretas, ha
establecido una relación especial entre las leyes y su 'justeza'. Evidentemente nada
tiene que ver con la democracia ni con la demofratsia. Aquí se trata de comprobar
si una ley coincide con una determinada Idea del hombre o con la voluntad de Dios.
Así se construyó la teoría del Derecho Natural, que ha sido tradicionalmente el
sustituto de la Ética en las carreras de leyes. Esta teoría depende del concepto de
'naturaleza'. El llamado Iusnaturalismo histórico parte del supuesto de que el
hombre es producto de la imitación de una Idea previa (Platón), o resultado de la
creación intencionada de Dios (Biblia); en ambos casos, participa de una 'esencia'
(modo de ser) fija. A partir de esta concepción se ha definido el Derecho Natural como
la "la norma constante e invariable que garantiza infaliblemente la realización del
mejor ordenamiento de la sociedad humana" (Abbagnano. Dic. de Filosofía). Los
términos 'constante', 'invariable', 'infalible' y 'mejor' hacen clara referencia a un modelo
ideal extemporáneo e inalcanzable.
Según esto, todo derecho positivo es necesariamente imperfecto por definición, ya
que el legislador nunca podrá saber cómo formular leyes justas, al ser una tarea
imposible la aproximación al conocimiento del correspondiente modelo, como tampoco es
posible averiguar la esencia de la Idea platónica o escrutar el Pensamiento divino.
Pero claro, con esta teoría se consiguen dos cosas: la primera que hacer leyes justas
es imposible; y la segunda, que el derecho Natural es también una tarea ilusoria y, en
consecuencia, perfectamente inútil. Una cosa más seria es hablar de la función de la Ética
en cualesquiera ordenamientos jurídicos positivos.

PROBLEMAS

o Pensamiento y acción
¿Qué tendrá el pensar para que la gran mayoría lo rehúya y los dictadores lo teman?
Pensar es trabajoso. Los dictadores suelen conseguir fácilmente que sus súbditos sean
ignorantes, ya que instintivamente el hombre rehúye el esfuerzo y la disciplina, y
moralmente se justifica bajo el pseudovalor de la obediencia. Pero si alguno de los
ciudadanos muestra afición hacia la sabiduría, hay que controlarlo. Su ejemplo puede ser
subversivo, su pedagogía puede ser peligrosa, porque si piensas y lo cuentas, alguien
más se puede animar, y, al ser muchos, pueden terminar por 'hacer' algo.
Dado que la Ética es imposible si no se piensa (no se puede imponer, por definición),
esto explica el poco éxito de la misma en la historia de la Humanidad, y, en
consecuencia, lo difícil que resulta poder superar las situaciones de rutina y abuso.
Ética y
Religión

Bloque 1: Ética teórica


UNIDAD 4
Juan VERDE ASOREY (2003), ÉTICA. ESO, Madrid: MILETO
EDICIONES, 206p.
1. Origen histórico de las religiones

Entre los miedos radicales (originarios, primordiales, arquetípicos, esenciales) y los


sueños para superarlos, surgen históricamente las religiones y otras mitologías, con
sus correspondientes 'literaturas' en torno a personajes divinos y hechos maravillosos.
Dentro de la tradicional 'filosofía de la pobreza' (se nace pobre y desvalido y, por tanto, se
depende de la misericordia del 'opulento'), se fingen seres poderosos y compasivos que se
apiadarán de los menesterosos, si son merecedores de sus 'favores'.
Se trata de tomar el camino más fácil para superar la inseguridad permanente,
mediante el control del temor a la muerte y la utilización de una mínima planificación
que dé sentido a la vida, con la esperanza de superar los peligros que acechan
(enfermedades, miseria, disputas, peleas), a través del trabajo permanente y el servicio
incondicional al 'señor' correspondiente. De este modo, se alimenta el sueño de poder
alargar un poco la vida con un mínimo de calidad.

COMENTARIO DE TEXTO
¿Qué relación hay entre los sacerdotes y Dios? Los sacerdotes son a la moral lo que los
charlatanes a la medicina. ¡Qué diferente es el Dios de la Naturaleza al Dios de los sacerdotes! No
hay nada tan parecido al ateísmo como las religiones que ellos han hecho. A fuerza de
desfigurar al Ser Supremo, lo han aniquilado; han hecho de él unas veces una bola de fuego,
otras un buey, otras un árbol, otras un hombre, otras un rey. Los sacerdotes han creado a Dios a
su imagen y semejanza: lo han hecho celoso, caprichoso, ávido, cruel, implacable (...). Le han
regalado el cielo como un palacio, y no le han llamado a la tierra más que para pedir, en su propio
provecho, diezmos, riqueza, honores, placeres y poder. El verdadero sacerdote del Ser Supremo
es la Naturaleza; su templo, el universo; su culto, la virtud.
Robespierre: Discurso a la Convención
• ¿Qué críticas realiza Robespierre a las religiones tradicionales?
• ¿Qué diferencias existen entre esas religiones y una 'religión' basada en la naturaleza?

2. La alternativa eticológica a la religión


La tragicidad de la vida debería llevar a discurrir sobre cómo vivir mejor en vez de entrar en
el desánimo y la depresión. Si bien es verdad que se muere al final de la 'obra' (vida), esto
no justifica anular la 'representación' (vivir). Por eso, algunas personas han utilizado otro
camino más fiable para superar este desagradable destino en función de los valores
humanos, sabiendo que la 'pobreza' no es un destino genético fatídico, sino el resultado de
unas relaciones humanas injustas, basadas en la explotación, más o menos disimulada, de
unos por otros.
Se trata de plantear el hecho de vivir con sus problemas reales, pero con la búsqueda de sus
posibles soluciones. Éste es el campo de la Ética. Es racionalmente correcto aceptar lo
inevitable, pero es un deber del pensamiento aprender a llevarlo del mejor modo posible. Un
médico será más 'doctor' (que enseña) si consigue que el paciente de una enfermedad
crónica logre sacarle a la vida las máximas posibilidades de disfrute, de lo contrario será un
triste 'mecánico' farmacológico.
La diferencia entre la actitud religiosa y la eticológica radica en:
• En el primer caso, es el miedo el que manda, mientras que en el segundo es el 'discurso'
el que orienta.
• La primera genera imaginaciones contradictorias y, por ende, conflictivas. La segunda
busca razones comunes y, por tanto, 'concordiantes'.
No es difícil hallar razones para saber por cuál decidirse, pero no es fácil afrontar el
esfuerzo que exige este nuevo modo de vivir. La imaginación descontrolada es patrimonio de
cualquiera. Sin embargo, el razonamiento informado es producto del estudio (ocupación seria
y tenaz).
Sólo una auténtica 'metanoia' (cambio de mentalidad) educativa puede colocar
al hombre en la nueva senda -tan complicada pero tan necesaria- si la Humanidad quiere
avanzar en lo referente a las posibilidades del pensamiento, con el fin de ir formulando el
mejor método hacia la 'felicidad', entendida ésta como incremento constante e
indefinido de los momentos vitales de disfrute.
Pero en muchas partes del mundo esta 'metanoia' es realmente complicada. El escritor
Edward Said, hablando sobre la situación en Oriente Próximo, dice:
El auténtico culpable es una educación primaria hecha a partir de remiendos del
Corán, con ejercicios maquinales y rutinarios, basados en libros de texto trasnochados
de hace cincuenta años, clases inútilmente largas, maestros lamentablemente mal
equipados (material y mentalmente) y una incapacidad casi total para el pensamiento
crítico. Este anticuado aparato educativo es el responsable de unos extraños fallos en
la lógica y el razonamiento ético, y una escasa valoración de la vida humana, que llevan a
brotes de entusiasmo religioso de la peor especie o a una adoración servil del poder.
A esta situación colaboran los principales líderes políticos con sus constantes
referencias a la protección de sus correspondientes dioses, y con citas de la Biblia, el
Corán y el Talmud, de cuyas enseñanzas en torno a los valores humanos tenemos
infinitas y penosas consecuencias prácticas.

3. Características de las religiones


Se parte del supuesto de que no hay religiones sin divinidades, las cuales están
'imaginadas' como una copia 'perfecta' de los poderes políticos. Ya los sumerios
identificaban a los dioses con los reyes. Así como el acceso de los súbditos a sus
soberanos sólo era posible a través de intermediarios, lo mismo sucedía con los
supuestos dioses 'superiores', con
quienes sólo se podía 'hablar'
CREENCIAS Y SUPERSTICIONES
mediante los dioses 'personales' que
servían de introductores (ángeles, Como todo hijo de vecino, tú también tendrás un
semidioses, santos...). conjunto de creencias arraigadas (creencias, es decir,
que no puedes demostrar que son ciertas) y, tal vez,
En general, las religiones poseen algunas supersticiones. Te pedimos que escribas cinco
unas características básicas comunes: creencias tuyas (por ejemplo, algunas personas "creen"
• Existencia de un ser Supremo (o en los extraterrestres, aunque no hayan visto jamás a
varios seres superiores). ninguno ni conozcan a nadie que lo haya hecho) y
algunas supersticiones que respetes (como llevar un
• Elaboración de un sistema de amuleto a un examen o pedir un deseo para el nuevo
creencias (dogma). año tras tomarte las doce uvas).
A continuación, deberás explicar por qué crees en
• Repertorio de ceremonias (rito).
esas cosas y qué es lo que te hace respetar algunas
• Un conjunto de normas (moral). pequeñas supersticiones.
Con respecto a esta última cuestión, ¿cumples con
Si falta alguna de estas notas, ya los ritos supersticiosos 'por si acaso' y porque no te
no se trata de religión, sino de otra causan ningún trastorno, aunque no creas en ellos?
clase de actividad, aunque guarde Si algún día no cumples con esos ritos, ¿te sientes
cierta relación metafórica con aquella, angustiado? ¿Cómo explicarías esa conducta tuya?
como cuando Unamuno dice: «Mi
religión es luchar incansablemente
con el misterio».
Los 'deseos' del hombre deberían conducir a la búsqueda de los valores humanos,
pero la ignorancia y la pereza favorecen la búsqueda de atajos y de fórmulas mágicas
que se apresuran a ofrecer los infinitos salvadores que ven en ello el negocio de su vida,
tanto espiritual como económico. Otra cosa muy diferente es que se pretenda rechazar
a alguien por su religiosidad, ya que, como persona, tiene todo el derecho a opinar
también sobre asuntos de Ética. En sus 'ratos libres' (cuando no 'ejerce' como religioso)
puede hacer aportaciones tan valiosas como el primero. De hecho, en la mayoría de
los libros sagrados hay valores y principios que se ajustan a las propuestas
éticas más evidentes, porque el autor, en ese momento estaba 'sereno' (no
'arrebatado') y liberado provisionalmente de las exigencias dogmáticas que
obstaculizan el razonamiento.
En el año de 2002 se celebró en Madrid una reunión de más de mil teólogos. La
noticia tuvo interés periodístico más por los asuntos que trataban (globalización, justicia,
igualdad, explotación), que por el presunto respaldo 'sagrado' desde el que
supuestamente emitían sus opiniones. Muchos creyentes piensan y dicen cosas
maravillosas para la
Humanidad, aunque crean que
es Dios quien se las inspira.
Pero, en general, lo que se
puede esperar de los libros
sagrados suele coincidir con lo
que cita la Biblia Comentada
(BAC) sobre el Pentateuco: «La
investigación afecta al deseo
más íntimo del hombre: poder
decidir por sí mismo lo que es
bueno y lo que es malo, sin
estar sometido a ninguna línea
divisoria impuesta de fuera;
esto equivalía a escalar la
dignidad de dioses».

4. Una ética sin religión


Las religiones nunca pueden tomar parte en la 'fundamentación' de la Ética. Por eso,
el eticólogo no puede estar nunca dispuesto a favorecerlas en cuanto tales, ya que toda
moral 'fundamentalista' es aberrante y contradictoria.
La Ética busca valores e intenta convenir las normas necesarias y
suficientes para alcanzarlos Las religiones ofrecen premios o castigos e
imponen los mandatos morales para merecerlos ('si quieres el paraíso, obedece').
El premio ético es el disfrute mismo de los valores ('si quieres gozar de la amistad,
cultívala y consérvala'). Los valores religiosos son graciosamente revelados. Los
valores éticos son construidos por todos, con ahínco e ilusión. Las 'gracias' religiosas
son 'dones'. Los valores humanos son 'logros'.
El eticólogo dice: «si quieres tener salud, haz este régimen alimenticio, revisa las
analíticas, evita el estrés, haz ejercicio, practica las relaciones humanas, etc.».
El sacerdote dice: «si quieres alcanzar el cielo, debes cumplir los mandatos divinos,
que Él ha revelado. Si rechazas la voluntad de Dios, irás al infierno». Pero también es
capaz de afirmar: «La salud es un don de Dios. Si eres bueno, Él te premiará con una
feliz y larga vida». Casualmente el sacerdote sabe cuáles son los mandatos divinos, en
qué consiste el cielo y el infierno, y qué cosa es la bondad que merece el don de la salud.
También casualmente lo que Dios quiere y prohíbe coincide, asimismo, con lo que a él
le parece que debe hacerse o evitarse. ¡Qué casualidad!
Pero el eticólogo no es un profeta ni un predicador. No recibe sus saberes de
revelaciones, ni siquiera de espontáneas intuiciones. Es un investigador de las 'razones'
(valores) que deben orientar las conductas sociales 'humanas'.

• La función ideológica de la religión


Todas las religiones son politeístas de hecho, con el fin de dar gusto a la diversidad. Sin
embargo, queda bien demarcada una jerarquía entre las divinidades para mantener el
orden y evitar dudas. Unas religiones, como la cristiana, parten de un dios único, pero lo
rodean después de ángeles y arcángeles para evitar su soledad, y más tarde añaden

UNA ÉTICA HUMANA


Leed detenidamente el siguiente texto. Formad grupos de trabajo y realizad después
el ejercicio propuesto sobre el mismo:
Al hacer pivotar la ética sobre la voluntad del sujeto, por más que se trate de Dios
en este caso, la teología luterana rindió un servicio inestimable a la ética moderna, pues
bastaría esperar a que sobreviniese ese fenómeno cultural que conocemos como la
"muerte de Dios" (y que los sociólogos prefieren describir, más sobriamente, como
"proceso de secularización") para que la perspectiva del Poder Absoluto de Dios fuese
progresivamente sustituida en aquella ética -de Kant a Sartre y el existencialismo,
pasando por Nietzsche- por la perspectiva del Poder Absoluto del Hombre, que consagra
la autonomía moral del individuo.
Muguerza, J.: Las voces éticas del silencio
• Buscad en un diccionario de ética o en uno de filosofía los conceptos de
'secularización' y 'autonomía moral'. Posteriormente, investigad sobre las principales
ideas morales de Lutero, Kant, Sartre y Nietzsche.
Una vez obtenida toda esa información, interpretad el texto siguiendo la
argumentación del autor y dando vuestra opinión al respecto.

santos y profetas para establecer lazos de unión con los hombres. Otras, como en la
Roma clásica, parten de la aceptación de infinitos dioses (según épocas e intereses),
pero intentan buscar un nexo general de unión mediante el culto al Emperador.
Según esto, las religiones han desempeñado un papel muy significativo en la
función de aquietamiento de las sociedades de todos los tiempos. Dan 'solución' a
sus problemas e impiden la zozobra de la duda. De este modo, se puede afirmar que
la religión ha colaborado a que la Ética sea la parte de la Filosofía que menos
ha avanzado en la lucha de la razón por sacudirse del lastre del oscurantismo, el
abuso y la ignorancia. El mismo Kant, tan fino en lo tocante a la ciencia, al final de su
discurso, tuvo que 'adaptar' el guion a sus creencias religiosas, cuando pensó en la
injusticia real y en la muerte segura.
Todavía pueden verse en libros de texto de Filosofía del Bachillerato preguntas como
ésta: «¿Depende la ética de la religión?». Si yo les planteara esta cuestión a mis
alumnos al final del curso, ellos me responderían que no sólo no depende, sino que
sería imposible hacer Ética a partir de la religión, o utilizándola como elemento básico
para la construcción de la misma. Es muy difícil poder hacer Ética en serio, si no
se prescinde totalmente de la religión. Tampoco hubiera sido posible avanzar en la
Física sin personajes como Galileo. Esto no impide que existan personas 'oficialmente'
religiosas capaces
de reflexionar
DILEMA coherentemente
sobre asuntos de
Suponte que eres médico (voluntario de una ONG internacional) y
Ética. Pero nunca
llegas a una tribu donde existe miedo ante ciertos tabúes. Uno de ellos
es el de no acercarse a alguien que tenga determinada enfermedad. Según será por ser
las costumbres religiosas de la tribu, cuando alguien enferma de ese religiosos, sino a
mal debe ser sacado de la aldea y abandonado en el bosque. pesar de ello.
Como médico que eres, tú debes intentar ayudar al enfermo, pero Sin embargo, la
sabes que si lo haces te habrás contagiado del tabú y los miembros de la pregunta anterior
tribu no querrán acercarse a ti bajo ninguna excusa. Tu venida a esa tiene mucho
aldea obedece a una campaña de vacunación, con el fin de evitar la
sentido. ¿Por qué?
proliferación de una enfermedad epidémica en la zona.
Porque en nuestra
Se te plantea, pues, un dilema moral importante: ¿Qué debes hacer:
tradición de
abandonar al enfermo considerado tabú y vacunar al resto, porque así
podrás salvar más vidas, o curarlo siguiendo tu ética profesional, cientos de años, las
aunque eso te impida llevar a cabo la campaña de vacunación? sociedades
temerosas e ignorantes delegaron en los religiosos (magos, adivinos, astrólogos y
teólogos) la función de establecer lo que estaba bien o mal. Su valor y fuerza
provienen de su 'dominio' del misterio, relacionándolo con supuestas revelaciones
divinas, expresadas en escrituras sagradas, en los mensajes de las diversas apariciones,
en las comunicaciones de santos y místicos, en determinados efectos mágicos, en las
representaciones de los papas y en las disquisiciones de los teólogos.
Todo ello encomendado a la 'fácil' pedagogía de los sacerdotes en contacto directo con
los fieles, asociados, casi siempre, a los temores básicos (enfermedad, muerte), al
deseo de felicidad y a las múltiples formas de poder, utilizadas tanto para ser protegidos
como para ser perseguidos.

• La enseñanza popular de la Ética


Esto ha sido así durante tanto tiempo y ha estado tan profundamente arraigado en
las conciencias de los creyentes (casi todos por imposición sociopolítica), que hasta los
emperadores suplicaban ser coronados por los papas para acrecentar su poder sobre los
pueblos. Pero incluso el sacerdote de cualquier pueblo estaba supuestamente
'legitimado' para llamar al orden a todos sus habitantes, desde el médico, el boticario o
el juez, hasta el último labriego, pastor o tendero.
Este poder aparece simbolizado en cualquier pueblo de España por una fornida iglesia
antigua, que supera en calidad y altura a todas las casas vecinales de su época, como
corresponde a su dignidad divina. En cambio, la escuela, o no existía, o data de épocas
mucho más tardías.
¿A quién ha correspondido, entonces, enseñar ética en los pueblos y en la mayoría
de las ciudades? ¿A los maestros y profesores? No. Estos iban también a aprenderla de
los curas a las correspondientes iglesias parroquiales. ¡Y que a nadie se le ocurriera
hacerlo 'motu proprio' (por propia iniciativa) o sin el 'placer (visto bueno) de la
autoridad eclesiástica!
Todo esto era posible debido a la facilidad con que la gente se inclina hacia el
esoterismo, la magia, el culto al personaje y el proteccionismo, aun a costa de la
libertad y la autonomía. En cambio rehúye todo lo relacionado con el pensamiento, por
tedioso e incluso por aventurado, muy en la línea del castigo bíblico por no resistir la
curiosidad de probar el fruto del Árbol de la Ciencia.
Todas las religiones muestran algunas actitudes excluyentes, que, en casos
extremos, pueden generar acciones discriminatorias. Por ejemplo, en la Biblia se dice: «No
adorarás a otro Dios más que a mí». «Es Jehová tu Dios a quien tienes que adorar». Otros
dioses, como en el hinduismo, son igualmente egoístas pero más permisivos: «Sea cual
fuere el dios que tú adores, me estarás adorando a mí».
Se cuenta la anécdota de un profesor que, para evitar que sus alumnos continuaran
asociando la Ética con la Religión, les dijo:
—La Ética tiene tanto que ver con la Religión como la Matemática o la Geografía.
A lo que un alumno apostilló de inmediato:
—No. Yo creo que esas asignaturas tienen mucho más que ver, porque para ser
profesor de Ética hace falta ser ateo, y para la Matemática no.
Es verdad que los filósofos padecen una especie de maldición en su intento de
desmitificar la Filosofía, maleficio que no sufren -o al menos en menor grado- los
demás científicos, debido a que su método es más preciso, delimitado y claro. Dado que
los filósofos se atreven a salirse de lo directamente observable, puede parecer que su
tarea se desarrolla en los espacios tradicionalmente reservados a la imaginación
'creadora', desde la que muchos creen que es posible buscar soluciones totales y
definitivas a los problemas fundamentales (dolor, justicia, muerte, comunicación).
Pero el filósofo 'serio' jamás se sale de los asideros de lo 'razonable', y es
precisamente lo 'razonable lo que le mantiene conectado a la experiencia y dispuesto a
la crítica. En cuanto a la anécdota que comentamos antes, el profesor añadió:
—Quizás tengas razón, porque la historia está llena de referencias a números
mágicos y a montañas sagradas, pero no existe ni un solo 'concepto' de esa clase. Ya
que los conceptos son representaciones mentales, universales y abstractas de algo
previamente observado. El concepto de justicia resulta de la adecuación entre un
modo de comportarse y el reconocimiento convenido para tal conducta...

5. Distinción errónea entre Ética y Moral


Existe la costumbre entre los teóricos de la Ética de distinguir entre Ética y Moral
para referirse al pensamiento y a la práctica. Suelen hablar, siguiendo a Aranguren,
entre moral pensada y moral vivida; la 'pensada' sería la Ética (del griego
'ézos') y la 'vivida' sería la Moral (del latino 'mos').
Como si pensar y vivir estuvieran reñidos, o como si se propusiera que todas las
ciencias deberían tener dos nombres, uno para la teoría y otro para la práctica.
Supongamos, por ejemplo, que habláramos de Física ('fysis' en griego) para las
teorías sobre la naturaleza, y de Natural ('natura' en latín) para la experimentación.

PERDÓN CON RETRASO


Hace poco tiempo el Papa Juan Pablo II pidió perdón públicamente por la actuación
de la Inquisición en contra de Galileo, humanista del siglo XVII (fue obligado a
retractarse, bajo amenaza de penas muy severas, de que la tierra se movía alrededor
del sol, puesto que según la Iglesia ese hecho estaba en contra de lo que decían las
Santas Escrituras), y también por los errores y los abusos de poder que la Iglesia
hubiera cometido en épocas pasadas.
Muchos humanistas actuales rechazaron -en nombre de Galileo- el perdón,
argumentando que lo que tiene que hacer ahora la Iglesia es cambiar realmente sus
doctrinas discriminatorias con respecto a las mujeres, a los homosexuales, etc., si
quiere ser coherente con el perdón que ha demandado a la sociedad por sus errores
del pasado. Otros humanistas, en cambio, admitieron el gesto del Papa católico
como un ejercicio de buena voluntad, aunque se haya producido varios siglos después.
Si a ti te pidieran opinión al respecto, ¿admitirías o rechazarías ese perdón? ¿Por
qué causas?

La diferenciación entre Ética y Moral obedece quizás a la tradicional sumisión de


nuestros moralistas hacia los mandatos religiosos, donde se ha optado preferentemente
por los términos 'moral' e 'inmoral'. Se trata, en mi opinión, de una distinción confusa
e inútil.
Consideremos otros ejemplos: la operación matemática de la multiplicación sirve
para todas las situaciones concretas a las que sea aplicable, pero no por ello se le
cambia de nombre según los casos. También las religiones tienen su parte teórica y sus
orientaciones prácticas. De igual modo, el término cultura puede expresar el conjunto
de sus múltiples manifestaciones, en función de ciertos presupuestos comunes.
Pero no podríamos admitir que la Ética pueda considerarse como una
abstracción o resumen de todas las morales, ni siquiera de todas las éticas,
porque no hay éticas particulares, ya que entonces serían morales. Tampoco la
Física es un resumen de todas las físicas, y menos aún un conjunto de experiencias
particulares inconexas en el campo de la naturaleza.
El eticólogo tiene que someterse al método ético y éste sólo es uno. Cada teórico
no puede hacer una ética distinta, sino que sólo pueden darse diferentes
modos de hacer Ética, y quizás en aspectos también diversos, como sucede, por otra
parte, con cualquier otra ciencia.
Si no se da esta universalidad formal, no hay modo de poder exigir que las
conductas se ajusten a unas determinadas 'leyes'; queda el camino abierto para que
todo el mundo se pueda dedicar a la 'predicación' de mensajes bienintencionados, pero
de una 'calidad' incluso inferior a la de los mensajes religiosos, ya que éstos -al menos-
amenazan con ciertos maleficios a quienes no hagan caso, mientras que Kant, por
ejemplo, sólo espera el rechazo de la propia conciencia. Es demasiado poco. Se reduciría
a un mensaje de esta clase: ¡Hablo a todos, pero que cada uno haga lo que le parezca!,
esperando, quizás, que la falta de 'razón' sea suplida por el amor, en la línea de la
propuesta de Agustín: «Ama y haz lo que quieras».

6. La religión como costumbre


Marx, en la sexta Tesis sobre Feuerbach, dice que la esencia humana es resultado del
«conjunto de las relaciones sociales». Freud, por su parte, afirma que el 'superyó' se
construye a partir de la interiorización de las normas que, en la infancia, establecen lo
que se debe o no se debe hacer. En consecuencia, el llamado 'sentimiento religioso'
también es producto de determinadas formas de sociedad
La religiosidad no es una característica de una supuesta esencia universal de la que
todos los hombres participarían, del mismo modo que todo cuanto existe tampoco ha
tomado su forma de las Ideas que el Demiurgo tenía como modelos, según Platón, o la
propia 'imagen y semejanza' que Dios utilizó en el Génesis para la creación del hombre.
Hay pueblos primitivos que carecen de ideología y ritualidad de tipo
religioso, al menos como se entiende en nuestro ámbito cultural. Muchos han
divinizado a sus animales (totemismo) o a las fuerzas de la naturaleza; siempre algo
inmediato o cercano. Se sabe también que si no hubiera sido por influencias externas,
probablemente muchas culturas no mostrarían esta clase de manifestaciones. La
religión no pasa de ser una costumbre más, como casarse o hacer la guerra.
En todo caso, se trata de fabulaciones cuya valoración en la historia de la humanidad ya
no es un misterio para cualquier antropólogo.
¿En qué se diferencia, por ejemplo, Dios de D. Quijote? En que Cervantes le confirió
a su personaje unas características muy diferentes de las que le atribuyó al suyo el
autor del Génesis. ¿En qué se diferencia Alicia de Alá? Tienen una diferencia similar a la
existente entre Mahoma y Lewis Carroll. D. Quijote confundía los molinos de viento con
gigantes enemigos. Pero hasta Sancho veía que allí había algo. El Caballero Andante
sólo era un loco hermenéutico: interpretaba mal lo que todos los 'sanchos' veíamos de
otro modo.
Pero los teólogos son locos 'existenciales', ya que de 'nada existente' deducen no
sólo la existencia del mundo, sino también su razón de ser y su destino. Incluso
Descartes, atacado por el mismo 'virus divino', creyó demostrar la existencia del mundo
a partir de la existencia de Dios, corrigiendo, entre otros, al mismo Tomás de Aquino,
para quien la existencia del mundo 'postulaba' la existencia de Dios (no de los dioses,
porque no le entraba en la cabeza una creación 'colegiada' del universo). Convertir en
problema la existencia de los dioses tiene el mismo sentido que plantearlo sobre la
existencia de Blanca Nieves o Caperucita Roja.

AFORISMOS
Acerca de la existencia de Dios se han escrito millones de pá ginas en la historia de la
humanidad. A continuación, te pedimos que comentes las siguient es frases, explicando qué
significado les otorgas tú y dando tu opinión acerca de si estás o no de acuerdo con ellas.
Si Dios no existiese, habría que inventarlo. Voltaire.
Si Dios no existe, todo está permitido. Dostoievski.
Creer en Dios es, en primera instancia al menos (...), anhelar la existencia de Dios. Unamuno.
Si Dios existe, el hombre no es nada (...). Dios no existe. Dios es la mayor amenaza para la
libertad del hombre. Sartre.
Es útil la existencia de los dioses y, puesto que es útil, debemos creer que existen. Ovidio.
7. La razón como criterio
• Filósofos y científicos
Por otra parte, debido al progreso de lo que se conoce como ciencia y filosofía,
muchos grupos humanos de filósofos y científicos de toda clase (incluidos los
aficionados), aun perteneciendo a sociedades con arraigada tradición religiosa,
abandonan esta supuesta modalidad de ser ('esencia'), en función de un claro
humanismo 'existencialista', según el cual los seres humanos no son 'fijos' (como
fotocopias imperfectas de una 'esencia' o una 'idea'), sino que pueden llegar a ser como
se propongan, incluso cuando decidan acabar con la violencia y las guerras por haber
descubierto, al fin, que saben 'hablar'.
El auténtico científico o filósofo se 'casa' con la ciencia y la razón (la 'epistéme' y el
'lógos'), como 'fundamentación' ('efístemi') y 'relación' de cualquier tipo de conocimiento.
Si en sus 'ratos libres' visita otros lugares y reuniones, es claro que comete
adulterio (se relaciona con 'otra' cosa).
Si, como se dan casos, algunos científicos o filósofos pretendieran la paradoja de
'divinizar' la ciencia, se trataría de un caso evidente de 'adulteración' o prostitución, ya
que su dedicación a ella se debería únicamente a los beneficios que les pudiera
producir (dinero, fama o poder), no al valor mismo de la actividad.
Fernando Savater, en su Diccionario de Filosofía, dice que el filósofo es a la religión
lo que el aduanero al contrabando, porque ambos suelen andar merodeando por ahí.
Ninguno está del todo vacunado contra la tentación de hacerse rico por la vía rápida o
de solucionar problemas falseando algunos datos...

• La irracionalidad del misterio


Todas las religiones de todos los tiempos participan de un cierto grado de fanatismo,
como corresponde a quien se cree depositario de revelaciones exclusivas y
misteriosas. Quien tiene la verdad, no puede dialogar; no habría simetría. Podrá imponer
o rechazar, pero no tratar al otro como igual. Sería como ver a Planck discutiendo de
Física Cuántica con un analfabeto. Casualmente, la palabra 'apocalipsis' quiere decir
revelación. Pero curiosamente, hay revelaciones más incomprensibles que los
supuestos misterios que pretenden desvelar. El mismo Apolo, dios de los oráculos, no
tenía interés alguno en ser entendido, pues su nombre significa el que habla lejos del
'lógos', o el que habla desde lejos.
Los fanatismos sólo se pueden ir mitigando mediante políticas razonables y filosofías
liberadoras, como se intentó, aunque con poco éxito, en la Grecia antigua. Mientras
tanto, continuarán sucediendo casos como el reciente condenado a muerte por
blasfemo en Pakistán. Dicen que dijo:
«iMahoma no es el último profeta del Islam!».
AMPLIACIÓN CONCEPTUAL

SORPRESAS FILOSÓFICAS
No hace mucho tiempo he tenido dos experiencias sorpresivas.
La primera tiene que ver con las reticencias 'respetuosas' de varios compañeros míos
en cuanto a la decisión de incluir el término 'filósofos' en la Asociación de Filósofos
Extremeños (AFEx).
La segunda se refiere al comentario que una persona ajena a la Filosofía me hizo en
relación con mi osadía por atreverme a criticar nada menos que a Immanuel Kant. Sospecho
que ambos casos tienen que ver con la prohibición de 'tomar nombres en vano'. Intuyo que
se trata de una especie de mezcla entre tabú y veneración (atracción amoroso-religiosa, no
decisión lógica), una suerte de reverencia sagrada, un intento de aceptar la religiosidad y la
sumisión como algo natural, ignorando la crítica que al respecto ya hiciera Marx en las
Tesis antes citadas.
Uno será filósofo, aunque no llegue jamás a ser un gran filósofo, como pasa en la
pintura, en la música, en la medicina o en la física. Lo que sucede es que cierta musicalidad
fonética (rito), al pronunciar en serio el nombre de filósofo, infunde, al parecer, un misterioso
respeto. En cuanto a la crítica a Kant, Platón o Heidegger, sólo cabe decir que poco aprendería
de un filósofo quien se dedicara simplemente a reproducirlo. Teniendo en cuenta,
precisamente, que el mismo Kant dijo: «No se puede aprender filosofía, sino sólo aprender a
filosofar. Y Marx: <Si de algo estoy seguro es de que yo no soy marxista». Pero un ejemplo
todavía más expresivo lo representa Nietzsche cuando afirma que un discípulo sumiso sólo
se lo desea a sus enemigos: «Suponiendo que abrazase mi doctrina, sufriría demasiado,
pues mi modo de pensar exige un alma belicosa, una voluntad de hacer daño, un gusto
por el decir no'.

➢ Respeto humano
Desde el 'cada vez que fui entre los hombres volví menos hombre' de la Biblia, hasta
la justificación de la imposibilidad de la Ética por Wittgenstein, la tradición lingüística
muestra cómo el ser humano no se fía de sí mismo y reclama que 'otros' le digan lo
que debe hacer, en línea de la teoría política de Hobbes.
Un ejemplo claro de esto lo encontramos en la definición que de 'respeto humano'
tiene el Diccionario de la Real Academia: «Miramiento excesivo hacia la opinión de los
hombres, antepuesto a los dictados de la moral estricta». Parece que existe una moral
distinta, mejor y más estricta que la de los hombres. ¿Cuál será y dónde estará? ¿Qué
insinúa el 'beato' diccionario? ¿No se referirá quizá a la propia conciencia de cada cual,
porque es precisamente ella la que le incita a tal 'miramiento'?

➢ Función social y psicológica de las divinidades


Blasfemar es una insensatez, pues supone una estúpida transferencia de
responsabilidades, o una ingenua interpretación de causalidades. Los dioses son
productos humanos como lo es un coche, un personaje de ficción o un cesto. Los que
están 'bien hechos' funcionan 'mejor', los demás son inútiles o crean problemas. En
cualquier caso, sería un despropósito echarle la culpa al cesto si se descoyunta con una
carga normal, o al dios si se producen diferencias sociales o la lluvia cae a destiempo. El
Zeus de la mitología griega era un obseso engañador; el dios de la mitología hebrea era
un misógino. O sea, que se puede afirmar que la diferencia entre Blanca Nieves y
Brahman es parecida a la existente entre los hermanos Grimm y el brahmán
correspondiente.

➢ Crítica a la función social de las religiones


Es lógico que la religión se haya apropiado de las decisiones sobre el bien y el mal,
sobre lo que se debe hacer y se debe evitar, y en última instancia sobre las ofertas de
felicidad.
Veamos cómo:
1 . Lo que se debe hacer depende de lo que se quiere.
2 . Por consiguiente, es muy importante saber lo que se quiere.
3 . Lo que se quiere está en función de intereses y deseos.
4 . La posibilidad de conseguirlo depende del conocimiento y de los medios.
5 . La ignorancia y la lucha han marcado las relaciones humanas.
6 . Los conflictos de intereses, la estupidez (el estúpido no se favorece ni a sí
mismo) y la ignorancia han impedido la generación de los valores humanos que
sirvieran para: a) tener claro lo que se quiere; y b) establecer las normas para
conseguirlo.
7 . Entonces, en buena lógica, se buscó el intermediario, el 'hombre bueno', el
'hombre probo', el 'juez de paz'.
8 . Pero ese hombre también tenía fallos y por ello se argumentaban reticencias
interesadas contra la aceptación de sus veredictos.
9 . Entonces, otros pretendidos 'hombres buenos' (que luego llegarían a ser
sacerdotes o chamanes) inventaron el 'ser absolutamente bueno', quien, a
través de ellos mismos, hacía justicia, imponía valores, promulgaba normas y
establecía premios y castigos.
1 0 . Si las sociedades lo aceptaban, también lo harían los políticos.
1 1 . Como tal ser no existe, la Ética no es posible, ya que no hay quien tercie en las
relaciones humanas para establecer lo que todo el mundo debe hacer o evitar.
Y los hombres no son capaces de ponerse de acuerdo.
1 2 . Pero con trabajo, estudio e información, el hombre es capaz de llegar a saber lo
que le conviene y puede llegar a convenir lo que hay que hacer para conseguirlo.
Siempre en la línea del concepto de utopía: logros progresivos, nunca definitivos.
1 3 . Mientras tanto -es decir, mientras el hombre no se convenza de que su cerebro le
capacita para desarrollarse como persona-, tienen razón los que defienden la
necesidad de las religiones.
Es que el hombre renuncia a pensar y se limita a obedecer.
Y esto se manifiesta también en las relaciones humanas de cualesquiera otras
instituciones, en las que siempre hay alguien que manda sin tener que dar
explicaciones, y sin querer entrar siquiera a hablar sobre la justicia o utilidad de dichas
normas. Se conforma con decir: «¡Ah, lo siento. Yo soy un mandado!». Cualquiera que
eche un vistazo a su alrededor observará que las relaciones sociales están llenas de
'mandados': «Así es la ley», «eso es lo que me ha dicho el profesor». Normas de la
Inspección. El Estatuto de los Trabajadores. El Código de Circulación...

PROBLEMAS
o ¿Puede una religión reportar beneficios sociales?
Claro que sí, con tal que no se salga del ámbito de los valores éticos. El ser
humano aprovecha cualquier coyuntura para vivir mejor, y, a falta de planteamientos
'lógicos', recurre a planteamientos míticos por razones de ignorancia y facilidad.
Es muy razonable prohibir el trabajo en domingo (o sábado) y otros días 'santos',
aunque se diga que es para 'santificar la fiesta'... Es bueno que haya romerías, con tal
que no sirvan de pretexto para pegarse con los forasteros... Claro que, en vez de ser la
Virgen del Carmen el pretexto para la fiesta, podría serlo la cosecha, la vendimia, el
aniversario, el nacimiento, la boda, la primavera...
Creencias, oraciones, ritos mágicos... pueden tener efectos positivos en las vidas de
muchas personas. Con tales ceremonias y sentimientos hasta pueden curarse de sus
dolencias o, al menos, valorarlas de otro modo más esperanzador o resignado.
No siempre conviene desenmascarar los mecanismos de defensa y compensación. A
veces, el saber con mucha claridad puede ser frustrante; por ejemplo, cuando la mente
no dispone de suficientes datos, o carece de reglas para su manejo o los datos son
muy 'feos'.
Pocos seres humanos están dispuestos a gastar el esfuerzo que exige el saber científico
y filosófico. Quienes lo están, ahí encontrarán una fuente inagotable de placer al saber
a qué atenerse en cada caso, y cómo utilizar los recursos tanto materiales como
psíquicos. Pero está claro que no abundan.
Por eso considero incluso a veces conveniente recurrir a la 'fe' contra depresiones,
desilusiones, enfermedades, desamor, etc., con tal que esto se complemente con los medios
que 'otros' (los sabios) ponen a disposición de todo el mundo, si se intenta con cierto
interés y convicción.
Opino que la esperanza en otra vida puede ser algo incluso aceptable, con tal que no
ataque y no obstaculice el vivir la presente en lo más mínimo. Por la gran incultura de la
gran mayoría de los humanos, muchas prácticas religiosas han producido más beneficios
que perjuicios. No trabajar en domingo implicaba lavarse, relacionarse, descansar. Viajar
a la Meca lleva consigo la realización de un viaje inolvidable. Lo peor de ambos casos es
que sea por obligación.
Por todo ello, las religiones, ritos, oraciones o magias, y toda clase de promesas de
energía vital, pueden ser útiles si aconsejan acciones útiles, y si además acompaña la fe
en ellos (no la desconfianza, el conflicto y la exclusión).

o Si todo el mundo dijera que la religión es 'buena', ¿se


convertiría en un valor ético?
No. Se trataría de un valor que no se puede definir ni defender. Cualquier valor
que pueda producir resultados contrarios (amor-guerra) en la convivencia social, no sería
aceptable como tal, porque bajo la misma palabra se esconden realidades muy diversas
y conceptos contradictorios. La amistad, por ejemplo, tiene siempre el mismo sentido en
las relaciones humanas, al margen el modo concreto de practicarla.
Pero hay religiones que tanto aconsejan aquí el amor al prójimo, como defienden allí la
guerra y la exclusión ('fuera de la Iglesia no hay salvación'). Las hay que adoptan la
expresión 'guerra santa', para eliminar al que rechaza esas creencias. Otras utilizan la
locución 'justicia divina' para castigar a quien piensa de otro modo, o para justificar las
desgracias que le sobrevienen al díscolo incrédulo.

o Ni menos
Cuando un cierto obispo católico se enteró de que un sacerdote de su diócesis había
admitido públicamente su condición de homosexual, dijo: «Ni en la ética, ni menos en
la Iglesia, no todo da igual». Es verdad. En este caso yo estoy de acuerdo con la expre-
sión 'ni menos', pero no porque sea 'más' que la Ética, sino porque es 'menos' transigente
con las opiniones divergentes, lo que implica excluir a los menos 'puros'.
Pero esta actitud también cabe en cualquier moral particular, dado que todas parten de
mandatos 'formulistas' construidos por los correspondientes 'iluminados', mientras que
las normas eticológicas son 'discursivas' y 'demofrátsicas'.

o El caso de Antígona
La protagonista de la obra de Sófocles dice que ella hace lo que le dicta su conciencia,
porque las normas de Creonte no tienen «fuerza para borrar e invalidar las leyes
divinas, pues no son de hoy ni de ayer, sino que siempre han estado en vigor y nadie
sabe cuándo aparecieron». Y añade: «Sabía que tenía que morir, ¿cómo no? Pero no es
pena ninguna alcanzar muerte violenta; lo sería si hubiese tolerado que quedara inse-
pulto el cadáver de mi difunto hermano».
Veamos si la conducta de Antígona es correcta y en función de qué criterio. Se pueden
seguir dos caminos:
• Teoría ingenua: Antígona es 'buena'. Todos ven que es una buena persona. Cumple con su
deber, aun sabiendo que le cuesta la vida. No sólo es buena, es 'heroica'.
• Teoría eticológica: Es indudable que, desde el punto de vista de su moral particular, obra
correctamente. El mismo Kant diría que obra a la perfección, ya que lo hace con la 'mejor
voluntad' y actúa sólo por deber (no por miedo a un castigo -al contrario-, ni por esperar un
premio); además, sin duda estaría dispuesta a aceptar que todo el mundo obrara como ella,
que su acción se convirtiera en norma universal de conducta ('imperativo categórico
kantiano').
Pero, desde la Ética, ¿se podrían aceptar las 'razones' de Antígona como criterio universal?
No, en absoluto. Las normas éticas no son 'divinas' ni 'eternas', y el eticólogo más
insignificante sabe 'cómo y cuándo aparecieron'. Sólo sería éticamente exigible la conducta de
Antígona si se conviniera como principio y criterio el siguiente enunciado: «Cuando las
personas se comportan de acuerdo con sus creencias, obran bien».
Pero sabemos que este principio nos puede llevar a un callejón sin salida. Las mismas
razones 'divinas', 'eternas' y de 'origen desconocido' pueden justificar acciones totalmente
distintas: guerras de religión, conflictos étnicos, ideologías terroristas, mutilaciones humanos,
etc., y aparecen, con frecuencia, avaladas por las creencias de sus autores o promotores.
Antígona obró 'bien' según su moral personal, y quizás según la moral de su pueblo, pero no
utilizó, en ese caso, el método eticológico adecuado para decidir según los valores humanos, en
vez de hacerlo bajo la presión de imposiciones religiosas al servicio de un tirano. Perdió
inútilmente la vida.

o Velas para un examen


Elías sale de una iglesia y le dice a su compañero Bernardino que ha ido a rezar para
superar un examen de Matemáticas.
—¿Qué santo has elegido? —le pregunta Bernardino.

— La Virgen María —le responde.

— Yo, en tu lugar, cambiaría de santo. No me parece que la Virgen supiera mucho de


Matemáticas.
Instantes después, al doblar la esquina, se tropezaron con Magdalena, una compañera
de clase. Les comentó que su abuela Maruxa había puesto varias velas a otros tantos
santos. Y Bernardino comentó:
—Esa costumbre no está mal. Se lo agradecerán los fabricantes de velas, quizás
también el cura de la parroquia, y, sin duda, tú se lo debes agradecer a tu abuela porque
está demostrando que te quiere y que se preocupa por ti. Y en cuanto las Matemáticas,
¿qué tal las has preparado?

o ¿Por qué hay tantas personas dispuestas a abrazar morales


religiosas y se resisten a los Principios éticos?
Porque no hay que pensar. Siempre tienen trucos que facilitan la 'reinserción' en la
gracia de los dioses. Así, la moral cristiana dice que Dios aprecia sobremanera al
pecador arrepentido, como si disfrutara más de la reconquista que de la fidelidad (Hijo
Pródigo, Oveja Perdida...).
Por otra parte, al ético no le está permitido 'pecar', su 'prójimo' exige
responsabilidades directas, al echar en cara la infracción de los valores convenidos. En
cambio, el cristiano puede 'pecar' porque subsana el delito contándoselo en secreto a un
tercero (confesor), que nada tiene que ver con el caso y que despacha el asunto con
una 'penitencia' simbólica para que el devoto no se 'moleste'.
Valores

Bloque 1: Ética teórica


UNIDAD 4
Juan VERDE ASOREY (2003), ÉTICA. ESO, Madrid: MILETO
EDICIONES, 206p.
1. Teoría de valores
• Condiciones de toda teoría ética
Se entiende por teoría lo siguiente: un ordenado sistema explicativo en el que,
mediante el enunciado de conceptos, principios y leyes, cada parte o elemento de la
realidad que se estudia queda suficientemente explicado en relación con el conjunto.
La teoría de valores se encuadra dentro de una teoría general de la Ética.
Para desarrollar una teoría ética, hay que tener en cuenta:
• Los valores en que se funda: cuáles son los básicos que se proponen y cuáles
son secundarios (jerarquía). Con ello se indica a qué se puede razonablemente aspirar.
• Justificación de los mismos ('demofratsia'): por qué esos y con qué procedimiento
se determina su elección.
• Formulación de principios: servirán de criterios para evaluar las conductas en
el presente y orientarlas en el futuro.
• Una mínima retrospectiva histórica para mostrar los ejemplos parciales que han
intervenido en este intento.
• Normas concretas para conseguir los objetivos indicados por los valores,
formuladas a partir de las propuestas éticas resultantes de la aplicación correcta del
método ético de valoración.
Con todos estos datos se puede construir una Teoría coherente de la felicidad,
porque se trata de clarificar qué quiere el ser humano, por qué lo quiere y cómo lo
puede alcanzar.
La principal función del eticólogo es enseñar a pensar, porque perfeccionando el
pensamiento, se mejoran los sentimientos, y éstos favorecen la construcción de los
valores más esenciales.

• Concepto de felicidad
Los valores nos indican lo que queremos y, a su vez, nos sirven de criterio para
determinar si lo que hacemos nos conduce o no hacia lo que queremos. Tal es la
búsqueda de la felicidad, porque ella no está en otro lugar ('más allá'), ni en otra
situación soñada (después), sino en un modo de vivir, en una forma de 'andar' tal, que
nos permita disfrutar -cada vez más y mejor- de valores como la salud, la justicia, la
libertad, la ciencia, etc.
Etimológicamente, felicidad significa saber superar la 'hiel' efélg, abandonar la

EJERCICIO DE INTROSPECCIÓN
Piensa detenidamente y, después, escribe una lista de diez deseos que tú tengas. Ordena esa lista
jerárquicamente, es decir, empezando por el deseo más fuerte y terminando por el más débil.
Posteriormente, analiza cada uno de esos deseos, determinando si se trata de un deseo que
únicamente provoca satisfacción personal o si se trata de un deseo que beneficia también a un colectivo
social.
Compara el orden jerárquico en el que los has situado y comprueba si en el conjunto de tus deseos son
más importantes los individuales o los sociales.
A continuación, expresa tu opinión acerca de cuáles de esos deseos tienen una posibilidad alta de
cumplirse y cuáles baja.
Analiza si su cumplimiento depende exclusivamente de ti o también de otros factores externos que tú
no puedes controlar totalmente. Se trata de saber qué grado de responsabilidad tienes tú sobre la
posibilidad de que se cumplan o no, y en todo caso de qué estás dispuesto a hacer para que se cumplan.
Finalmente, aplica la máxima de Bentham (se debe asegurar la mayor cantidad posible de felicidad para
el mayor número de individuos posibles) a cada uno de los diez deseos, para saber cuáles de ellos cumplen
con el criterio de moralidad defendido por el utilitarismo.
amargura de la vida, como condición para disfrutar después del alimento, la fecundidad, la
filiación y la maternidad.
Por todo ello, el aprendizaje de los valores facilita el disfrute de los mismos a lo largo del
proceso de la vida, lo mismo que el arte culinario potencia el placer de alimentarse. Uno no
es feliz de una vez, sino que aspira a serlo poco a poco, aprendiendo a disfrutar de todo
mediante el pensamiento. Cuanto más se disfrute, más y mejores serán los momentos.

2. Concepto de valor
• Definición de valor
Valor es la relación de apreciación entre quien valora y lo que se valora. De esta
relación resulta que ciertas cualidades de las cosas, determinadas acciones y algunos hechos
se convierten en deseables, convenientes o preferibles.
Hablando con precisión, los valores se identifican con los fines. En cambio, los
instrumentos para conseguir tales fines se podrían denominar 'utensilios' necesarios pero no
propiamente valores. Se supone que los valores-fines son apetecibles por sí
mismos, en cambio los instrumentales pueden ser incluso desagradables; por ejemplo, el
esfuerzo y el trabajo son necesarios en los proyectos humanos, pero no siempre gustan ni
son valiosos de por sí.
Los valores son conceptos que expresan las 'mejores' relaciones entre los
seres humanos, y entre cada uno de ellos y el mundo. Los contravalores, en
cambio, reflejan las
relaciones 'peores'. Se
entiende por 'mundo' el
CANCIONES REBELDES
conjunto de todo cuanto
En la historia de la música moderna ha sido frecuente la puede entrar en relación
aparición de grupos o autores que han atacado los valores con un sujeto, el 'medio'
vigentes en la sociedad, adoptando actitudes de rebeldía frente a en general.
las normas sociales y morales mayoritarias. Por ejemplo, de la
De entre todos ellos, selecciona dos de los que más te relación de un 'sujeto'
gusten a ti. Simultáneamente, selecciona dos canciones (que con otras personas,
expresen ese espíritu de rebeldía o de crítica social) de cada uno pueden surgir:
de ellos. Después, y atendiendo al contenido de las canciones, • La amistad
desarrolla el siguiente cuestionario: (intercambio de favores
¿Cuáles son los valores que critican esas canciones? ¿En qué y afectos)
fundamentan su crítica? ¿De qué recursos expresivos se valen • La salud (un
(ironía, insultos, desprecio, etc.) para cuestionar los valores servicio médico).
sociales?
• La ciencia
¿Presentan alternativas en las letras de sus canciones (otros (educación-información).
valores que sustituyan a los que critican) o se limitan
Pero, claro, la amistad
simplemente a cuestionar lo existente sin aportar soluciones?
exige compartir cosas y
En el caso de que propugnen nuevos valores, ¿consideras tú tiempo, la salud se com-
que éstos son mejores que los anteriores? ¿Por qué? plementa con medicinas y
Investiga un poco en la biografía de los músicos que hayas planes dietéticos, y el
seleccionado para comprobar si en su vida real (no sólo en su saber requiere pedagogos
'vida artística o musical') han sido coherentes con lo que dicen preparados y
en sus canciones o no. motivadores, auxiliados
por los medios materiales
necesarios para cada
enseñanza.

• Valor como relación


Como se ve, los valores no son 'puros', sino 'mixtos', ya que todo 'entre' resulta
de la 'mezcla' de varios elementos provenientes de los seres en relación. Por eso, el
valor es fruto de esa relación de apreciación que se produce entre quien valora y lo
que valora.
Como normalmente se valoran cosas, hechos o acciones, el valor no está sólo
en lo valorado ni sólo en quien valora, sino entre ambos, como resultado de esa
'convivencia', en cuanto relación de apreciación.
Decía A. Machado que «sólo un necio confunde valor y precio». Pero el valor es el re-
sultado del 'aprecio' justificado, sin el cual nada vale nada. Por eso hasta un sabio
puede confundirse en el caso de Machado, dado que nadie paga un precio superior
por algo que él no aprecie como tal, al margen del 'ser' de la 'cosa' misma.
Dado que el valor depende del modo de ser de las personas y de las cualidades
que hacen de una cosa o de una acción algo deseable, conveniente o preferible, lo
valioso es una especie de creación. Por eso, lo necesario (inevitable; que no puede no
ser) puede no ser valioso en sí mismo, pero sí en el modo de conseguirlo, de tratarlo o
de conservarlo, tal es el caso del agua o el aire para la supervivencia humana.

• Lo bueno y los valores


Hemos dicho que el valor es lo que
convierte un objeto, un hecho o una acción
en buenos o preferibles. Por eso, lo bueno, LIMOSNA Y RIQUEZA
en Ética, es precisamente lo que se aproxima a
Aunque muchas veces tengamos
los valores 'demofrátsicamente'
claros nuestros propios valores,
fundamentados, y, en consecuencia, lo que
actuamos en ocasiones ignorándolos o
repercute favorablemente en la vida de todos realizando actos contrarios a ellos.
los seres humanos, conjuntamente Teóricamente es muy fácil vivir de acuer-
considerados en el momento en que se tome do con las normas que aceptamos
la decisión que sea. Pero como no todos los razonablemente como apropiadas, pero
valores son iguales, siempre deberá en la práctica todos tenemos la
estructurarse una jerarquía convenida de los experiencia de saber qué difícil resulta
mismos. cumplir siempre con las mismas. Por
ejemplo, todos sentimos como un deber
Partiendo de un símil gramatical, los
ayudar a los necesitados; sin embargo,
valores serían 'adverbios' del verbo 'vivir'. Lo
muchas veces vemos a un indigente o a
que se pretende es que todo el mundo pueda un mendigo que nos pide limosna y, en
decir: vivo libremente, alegremente, ese momento, decidimos no dársela.
saludablemente, culturalmente, Si tú tuvieras una posición
amistosamente... Estableciendo un orden económica desahogada, ¿darías
gramatical de importancia, podríamos decir limosna a todo el que te pidiera por la
que primero está el sustantivo (ser), después calle?
el verbo (acción) y finalmente el adverbio ¿Sólo a los muy necesitados?
(cómo hacer). ¿A unos sí y a otros no (intenta
entonces especificar a quién)?
La Ética es una especie de 'adverbio' que ¿A nadie? Razona tu elección.
trata de informarnos acerca de lo que nos
viene 'bien' o 'mal', acerca de lo que nos
conviene hacer para que la vida 'vaya siendo'
mejor.

3. Relatividad y autonomía de valores


• Definiciones de relativo y autonomía
• Relativo es aquello que cambia en función de otras cosas o de otros intereses. El
valor de la calefacción es relativo a la temperatura, y el de la medicina está en función del
estado de salud. Cuando cambian las personas y las épocas, así como los objetivos que
buscan, también cambian los valores que esas personas aprecian. Decir que los valores
son relativos significa, en consecuencia, que pueden cambiar o desaparecer según
las personas y la historia.
• La autonomía se refiere a la capacidad que tiene cada ser humano, cada grupo, o
la humanidad entera, para dictarse sus propias normas. Autónomo es el que se las
arregla por sí mismo y él mismo establece las reglas de su conducta.
La autonomía absoluta no existe en ningún orden de la vida, sino sólo parcial. En
cambio, la relatividad es característica universal.

• Autonomía universal
En cuanto a los valores éticos, no existe autonomía individual o de grupo, sino
universal. Lo que significa que el ser humano, globalmente considerado, es responsable
y capaz de establecer lo que le conviene y lo que debe hacer, sin esperar nada de
extraterrestres o alienígenas (dioses, destino, suerte).
Así como existe la autonomía de un determinado país o región en política, de modo
semejante existe la autonomía humana en Ética, ya que tanto la Política como la Ética
son asuntos sociales. Pero no se puede decir en política que cada español o cada
francés sea autónomo.
Tampoco en Ética se puede admitir que cada individuo sea autónomo. Cada uno es
autónomo para pensar y para proponer, y también para desarrollar el ámbito de su
moralidad, pero no para imponer a otros lo que a él le parece bien, por muy razonado
que lo tenga. Se tiene autonomía 'simple' para hablar, y 'mixta' para decidir, ya que se
puede hablar individualmente, pero sólo se puede decidir mediante la participación de
todos los posibles afectados. Por consiguiente, se puede admitir toda clase de auto-
nomía moral, pero no ética, como sucede con la autonomía individual en Política.
En síntesis, la Humanidad es autónoma para formular los valores éticos. Cada
ser humano, no. Cada persona puede y debe colaborar en la construcción de los
valores humanos, pero si lo hace por su cuenta, lo único que puede llegar a conseguir
es formular sus valores morales particulares.

• Valores y culturas
Como los valores éticos no pueden ser generados por un individuo o grupo, sino
supuestamente por toda la humanidad mediante una construcción intelectual
universalmente aceptada, es fácil deducir que los valores son relativos en cuanto
al tiempo, pero no en cuanto al espacio. Un valor de hoy puede dejar de serlo en
el futuro, pero no es posible que sea un valor para unos cuantos seres humanos, de un
determinado lugar, y sin embargo no lo sea para otros de otras partes, en la misma
época. Mientras sea un valor ético, lo es para todos, de lo contrario se trataría de un

UNA CUESTIÓN DE VIDA O MUERTE


Uno de los casos más conocidos sobre la represión de la libertad de expresión es el del escritor,
nacido en la India, Shalman Rusdhie. Éste publicó un libro -Versos satánicos, se titula-, donde
algunos integristas y fundamentalistas islámicos creyeron ver un ataque y una burla a El Corán,
libro sagrado para los practicantes de esa religión. Por ello, un imán (algo así como un obispo) iraní
decretó una orden de muerte contra él por impío.
Según dicha orden, aquel que lo mate en nombre del Islam recibirá a ca mbio la gloria y la vida
eterna. Desde ese momento, el escritor vive oculto por miedo a ser asesinado, ya que decenas de
fanáticos esperan la ocasión de cumplir con la orden dictada por el imán. Aunque el escritor ha
explicado repetidamente que no hay ningún ataque contra El Corán en su obra, ya que él se
considera respetuoso con la religión musulmana, la orden todavía no ha sido revocada.
¿Qué soluciones se te ocurren para intentar resolver este caso? ¿Qué medidas tendrían que
tomar los países democráticos con respecto a Irán, cuyo gobierno no hizo nada por intentar que la
orden del imán quedara sin efecto?

simple valor moral, ya que la Ética trata de establecer valores mínimos comunes
para todos en cada momento de la evolución histórica. Estos valores servirán de
presupuesto común (igualdad) para que todo el mundo pueda ser diferente, sin
necesidad de aniquilar o perturbar lo fundamental de nadie.
Las costumbres de cada pueblo, por muy arraigadas que estén, siempre serán
inadmisibles si van contra los valores éticos básicos, es decir, si por ejemplo se
practica el asesinato, el abuso, la discriminación y la esclavitud, en vez de la vida, la
justicia, la igualdad y la libertad, porque la especie humana es única en cuanto a lo
imprescindible para vivir 'humanamente', ya que casi todos prefieren 'disfrutar' de los
valores y casi todos quieren apartarse del tipo de vida que generan los contravalores. De
ahí que sea inaceptable que se pretendan justificar ciertas prácticas discriminatorias o
esclavizantes en nombre de un concepto de 'cultura' vago, alelado e incluso cruel.

• El Principio de no intervención
El Principio de no intervención en otros grupos, países o culturas, en función del
respeto a la 'diversidad', es una aberración cuando en lo 'diverso' cabe cualquier cosa,
incluyendo casos como la mutilación, el asesinato, la esclavitud, la ignorancia, la
explotación o la enfermedad, es decir, cuando se conculcan los valores primordiales.
El hombre puede cambiar de opinión sobre asuntos incluso fundamentales, pero no
puede cada uno (o cada grupo) hacer lo que le parezca sin contar con los demás
afectados.
Quizás a muchos les parezca exagerada esta exigencia, pero, de hecho, la mayoría
de los que exigen respeto a sus posturas (relativismo ajeno), están dispuestos a
imponerlas a los demás (absolutismo egoísta), o al menos no les parece mal que los
otros no reciban el mismo trato de respeto que ellos exigen para sí.
Si trazamos dos coordenadas cartesianas, de las
cuales una representa el 'espacio' (todo el mundo) y otra
PREGUNTA el 'tiempo' (cada época), será siempre absoluto el
espacio, y 'demofrátsicamente' relativo el tiempo. Dicho
¿Ser pluralista significa de otra forma: los valores éticos serán los mismos
aceptar absolutamente todas las para todos, pero entre todos podrán cambiarlos
ideologías? Justifica cuando quieran.
racionalmente tu respuesta.
• Libertad de conciencia
Cuando alguien desde su moral no está de acuerdo con los planteamientos éticos,
tendrá que aceptarlos, no obstante, como exigencia 'heterónoma'.
Es decir que la Ética tiene autonomía universal (se hace entre todos y para todos,
pero sólo desde el hombre, porque, como dijo Protágoras, «el hombre es la medida de
todas las cosas»).
La heteronomía particular se fundamenta en los valores éticos demofrátsicamente
convenidos, porque los demás ('otros') estarán 'legitimados' para obligar a cada uno a
aceptarlos.
La Ética no se puede construir desde la autonomía individual, más allá del estadio de
la propuesta, dado que por esta vía solamente se puede formular una moral particular.
Por eso, la Ética sólo es autónoma en cuanto que la Humanidad la construye por sí
misma, sin recurrir a seres extraños como los de las mitologías.
Cada persona o grupo tiene que aceptar lo de la inmensa mayoría, aunque no esté de
acuerdo con los principios o intereses propios, porque los demás pueden imponer a
cada uno el parecer general mientras no se renuncie de hecho a la convivencia social.
La tan cacareada libertad de conciencia no es más que un burdo intento psicológico
de justificación de los caprichos particulares, al margen de la Ética e incluso de las
leyes. Es evidente que la práctica de tal libertad sólo tiene cabida en el ámbito de las
morales, pero en la Ética nadie puede ir más allá de la fase de las propuestas, es decir,
del hecho de ofrecer ideas nuevas o iniciar discusiones sobre los valores ya aceptados.
Cada uno 'en su casa' puede hacer lo que le parezca, pero al 'salir a la calle' comienza el
juego social del diálogo y los convenios.
El concepto de 'relación' siempre indica que los elementos relacionados varían si
alguno de ellos cambia. La apreciación de cosas, acciones y hechos no depende sólo de
ellos mismos, sino también de quien los aprecia. Las experiencias personales y los
intereses de cada uno hacen 'ver' las cosas de modos diferentes. Pero la Ética busca
aquello tan básico y común con lo que todo el mundo puede estar de acuerdo si lo
piensa 'serenamente'. Una 'mano' puede significar cosas muy distintas para quien la
percibe, pero todos deseamos asociarla con saludos, caricias, amistad, ayuda; y no con
puñetazos, bofetadas, gatillos o 'botones' balísticos.

CONFLICTO DE VALORES
Los conflictos entre valores son muy frecuentes en nuestras vidas. De ahí la importancia de
poseer una jerarquía de valores que nos ayude a decidir en el caso de tener que elegir entre
dos valores. Sin embargo, no siempre resulta fácil. En cada caso, pues, es necesario analizar
un conjunto amplio de variables, tales como las peculiaridades de las personas intervinientes,
los motivos, los intereses que están en juego, etc.
Veamos un ejemplo. Tanto la amistad como la sinceridad son valores importantes en nuestras
vidas; no obstante, en ocasiones debemos elegir uno de ellos en detrimento del otro.
Imagínate que un íntimo amigo tuyo suspende muchas asignaturas; él le echa la culpa a
los profesores (no finge; cree realmente que le tie nen manía y que por eso le suspenden). Tú
eres un buen alumno y has tratado de ayudarle a preparar los exámenes y trabajos. En esos
días, te has dado cuenta de que tu amigo no es demasiado inteligente, además de tener una
falta de preparación previa, lo que explica sus malos resultados académicos. Sin embargo, él
no acepta esa verdad, y se enfada muchísimo cuando alguien se lo insinúa. Tú le aprecias
mucho y no sabes si hablar sinceramente con él, porque temes su enfado.
Un día le sale una oportunidad de trabajar; sin embargo, él no la quiere aceptar pues su
deseo es continuar estudiando, aunque es incapaz de aprobar el curso. Tú le hablas de las
ventajas de la oferta de trabajo, pero él se niega a escucharte.
¿Qué harías: decirle la verdad sin tapujos aunque le doliera, o dejar que él haga lo que
quiera, aunque tú sepas que va a suspender?
En este caso, ¿qué valor antepondrías: la amistad (para no causarle un daño psicológico)
o la sinceridad (para evitarle un fracaso seguro)?

4. Jerarquía de valores
El bien y el mal siempre dependen del juego de los valores. Los valores no son
todos iguales, por eso los 'mejores' prevalecen sobre los 'menos buenos' en caso de
conflicto. Pero sucede, a veces, que ser mejores o peores depende de su relación con las
personas afectadas. Por eso, hasta podría darse el caso de que la vida no sea el valor
máximo para un determinado individuo, sobre todo, si se entiende por vida algo
diferente. El fin puede justificar los medios si 'vale' más. Se trataría de una
especie de aritmética de los valores...
La acción simple de jerarquizar consiste en establecer una lista de valores por un
determinado orden de prioridad, de tal manera que si dos o más entran en conflicto, se
sabrá cuál debe ser atendido antes y cuál pospuesto, sólo con mirar dicha relación. En la
Sección 'Problemas' de esta Unidad
Didáctica planteamos un caso sobre la amistad y la justicia: mi amigo cometió un
crimen, pero paga por él otra persona que nada tiene que ver. ¿Debo denunciarlo? Si
digo que sí, es que en el inventario establecido la justicia aparece antes que la
amistad...
Como la Ética es una ciencia social, seguramente la mayoría de los seres humanos
opinará que el valor fundamental, después de la vida, es la justicia, ya que, según se
entienda ésta, así se valoran las relaciones entre las personas. No es extraño, pues, que
Rawls (Una Teoría de la Justicia) le haya dedicado tanto tiempo y haya logrado una gran
cantidad de consideraciones imprescindibles sobre la misma.
Todo 'concepto' cuya aplicación 'favorezca' las relaciones humanas es un valor. Pero
puede haber muchos modos de entender esto, sobre todo el verbo 'favorecer'.

5. Valor de la vida
• Virtudes y vicios
Parece indiscutible que en Ética la vida es el valor. Se trata de un presupuesto y, en
consecuencia, no es necesario dedicarle mucho tiempo, puesto que resulta evidente en sí
mismo. Pero no debe entenderse como un concepto de vida fijo, momificado o maquinizado (lo
que indique la máquina), sino humano; no la vida a secas, sino la vida con apellido.
Pertenece, por ello, a la ética protocolaria o protoética, porque nuestro esfuerzo ya no se
dirige solamente al hecho de sobrevivir, sino, sobre todo, al de 'cómo' vivir. Contradiciendo
a Shakespeare, la 'cuestión' no es sólo 'to be or not to be' (ser o no ser), sino más bien 'how
to be' (cómo ser).
Como ya hemos dicho muchas veces, desde la práctica y el conocimiento de los valores el
ser humano puede avanzar hacia la 'felicidad'. Así, por ejemplo, el valor de la salud debe lle-
var a la repetición indefinida de actos saludables. El fomentará la repetición constante de actos
que producen placer. Todos los valores equivalen a convencimientos colectivos en torno a lo
conveniente. Cuando las conductas se aproximan a ellos, podemos hablar de virtudes; cuando
se apartan, tendremos que hablar de vicios.
Es evidente que no todo da igual. Pero toda jerarquía supone definiciones convenidas de
los distintos valores. Si suponemos, como hemos dicho antes, que la vida es el valor básico,
habrá que decir por qué.

ALGÚN VICIO HAY QUE TENER


En el sentido coloquial se utiliza la palabra 'vicio' para referir numerosos hábitos
que implican una dependencia psicológica o física sobre la repetición de una
conducta. En general, hay muchas personas que son tolerantes con determinados
'vicios', y lo suelen expresar mediante frases como las siguientes: algún vicio hay que
tener», “de algo hay que morir», etc. De igual manera, se suele creer que los vicios no
son tan malos, porque proporcionan placer momentáneo, y que únicamente es malo
depender en exceso de ellos, puesto que usados con moderación no están tan mal.
¿Piensas tú que esas ideas típicas y tópicas sobre los vicios s on acertadas o no?
Intenta definir en qué consiste exactamente un vicio.
Luego enumera una lista de 'vicios', señalando si los consideras graves o no.
¿Crees que existe algún 'vicio' bueno? ¿Por qué lo crees así?

• Vida como transformación


En su sentido más amplio, podemos estar de acuerdo con la definición de Joaquín Araújo:
«La vida es una conversación entre la luz y el agua». Realmente toda vida es
'etimológicamente' una conversación, una especie de eterno y ensamblado interactuar. Un
constante mezclar, revolver y girar. Todo vivir consiste en una indefinida
transformación. La vida es movimiento, cambio, energía. Lo contrario es piedra, momia...
El verbo latino 'yerto', del que se compone 'conversación', también significa 'traducir', es decir,
conducir de un lado a otro, trasladar de una lengua a otra, remover la tierra (arar),
cambiar de sitio y perspectiva, sacar a la luz para que algo pueda ser percibido,
comprendido y apreciado para disfrute general.
Pero en Ética se habla de la vida 'humana' y, en relación con ella, de las restantes
vidas. Quizás parezca que existen grandes diferencias entre unas personas y otras en
el modo de valorar la vida; ciertas culturas se preocupan muchísimo por ella y por
su estética; otros parece que no tienen derecho a disfrutarla, no tienen hogar, ni
alimento, ni paz. Pero eso no le resta 'validez', porque el concepto de valor debe ser
elaborado a partir de planteamientos teóricos expresos, no como resultado de la simple
observación de los hechos. El que un suicida palestino esté dispuesto a inmolarse por
su pueblo, no significa que no valore la vida, sino que, muy al contrario, quiere
demostrar que entrega lo que más aprecia por otro 'ideal' práctico (quizá equivocado,
otra vida en el más allá), para él superior.
La Ética se construye a partir de lo que se dice ('demofratsia'), y no de lo que
se hace. Por eso debemos volver al concepto de vida. La vida es acción e interacción,
de ahí que la Ética deba ser entendida 'de puertas afuera' (no como un asunto
puramente interno), de cara al saber y valorar comunes de todos los seres humanos en
relación, para que tengan éxito ciertos valores como 'equilibrio ecológico', 'vida
esperanzada', 'justicia comunitaria', etc., desarrollados en una clase muy peculiar de
vida: la vida 'humana'.
La jerarquía de valores siempre vendrá dada por los acuerdos que sobre los
mismos se hayan tomado 'demofrátsicamente'. Si se conviene que la amistad es
superior a la justicia, esto nos permitirá no tener que denunciar a un amigo en
determinados casos. Pero no encajaría con el planteamiento general de este libro
esperar que aquí se ofreciera una relación de valores ya jerarquizados. Como siempre,
habrá que verlo en cada situación, siguiendo el método expuesto en el apartado de
Ética Aplicada.

6. Génesis de valores
• La creación de valores
'¿Cómo se originan los valores?' es una pregunta bien hecha, ya que:
• Los valores no se encuentran ni se revelan, se crean.
• No se imponen, se acuerdan.
• No se descubren, se construyen.
Los valores no están grabados en la naturaleza, ni están ocultos, ni surgen por arte de
magia, sino que son resultado de un proceso de análisis y valoración de experiencias
sociales según resulten satisfactorias o dolorosas. De unas surge la amistad, de otras el
odio; de unas la justicia, de otras el abuso... En todo caso, los valores no son, sino que
se generan y llegan a ser. Unos permanecen y se van perfeccionando a lo largo del
tiempo, otros van perdiendo vigencia y desaparecen.
Para la construcción de los valores (esos conceptos que orientan y 'criban' nuestra
conducta) hace falta información y capacidad crítica. No se pueden aceptar, sin
más, exigencias y consignas de individuos o grupos que utilizan a los demás para
satisfacer los intereses propios bajo el pretexto de un determinado 'servicio' o de una
supuesta 'liberación' o 'salvación' (enfermedad, ruina, otra vida).

• Dos clases de valores


Según sea el modo de originarse, así surgen dos clases básicas de valores:
A) Valores morales
Estos valores son particulares y siempre están en función de creencias,
tradiciones, imposiciones e intereses individuales o de grupo.
Así, por ejemplo, si Dios es dueño de la vida, cualquier pensamiento sobre el
suicidio o la eutanasia queda prohibido. Si casi todo depende de la suerte y del
destino, se recurre a la magia y a las religiones para influir en él. Si es probable fracasar
y equivocarse, es mejor no tomar decisiones personales y obedecer al que 'sabe'. Esta
clase de 'soluciones' ya fueron criticadas por Marx bajo el nombre de 'alienaciones'.
Existen distintos tipos de valores morales:
 Como relaciones de poder, a partir de las múltiples formas de alimentarse el
poder y el dominio en las relaciones humanas. El valor de la obediencia ciega e
incondicional al superior, el valor de la humildad (como sumisión), o el valor del silencio
(incluso ante la injusticia, como temor o egoísmo), son de esta clase.
 Los de carácter religioso (creencias). También estos suelen encubrir relaciones
de poder. De ordinario, el discutidor por causa de la religión siempre quiere imponer su
creencia. Necesita justificarse ante sí mismo de la verdad de su fe. Ningún creyente
piensa que es libre para cambiar de credo, sin correr riesgo de 'perderse'. Y no puede
aceptar que otras creencias puedan tener al mismo valor que las suyas, dado que sería
contradictorio con el modo de ser de toda 'fe ciega' en la divinidad. Pensar que otro Dios
puede tener el mismo 'valor' que el propio es 'pecado'.
Sabido es que las discusiones en este terreno suelen ser eternas, porque la
mayoría de los enunciados religiosos tienen el mismo valor racional que su contraria. Por
ejemplo: «Dios existe» es tan 'verdad' como «Dios no existe»; y de igual modo, «Dios
hay uno solo» o «dioses hay muchos»; «el cielo es un lugar» o «el cielo es un estado»,
«rezar es beneficioso» o «rezar es inútil», etc.
Sin embargo, no todos los valores religiosos son iguales. Serán 'mejores' aquellos
que más se acerquen a los valores éticos. Que Dios mande amar al prójimo, no es lo
mismo que cuando pide exterminar a todo aquel que se oponga a que el pueblo elegido
se instale en la tierra prometida. Que se pida respeto a los padres, no es igual que
exigir el abandono del padre y de la madre
por seguirle a Él. No es idéntico proclamar la
DILEMA igualdad de todos a los ojos de Dios, que
Un profesor abusa de su poder en clase. afirmar que fuera de la Iglesia no hay
Los alumnos habéis protestado ante el salvación posible, o que las mujeres son
Director del centro, pero éste no hace caso excluidas del sacerdocio 'por derecho divino'.
de vuestras quejas, ya que prefiere creer lo Hay que admitir que, cuando los dioses
que le cuenta el profesor antes que a están 'serenos', hasta pueden 'inspirar' al
vosotros. El profesor amenaza con
profeta o hagiógrafo cosas muy razonables
suspender en su asignatura al próximo
para la construcción de la Ética. Pero,
alumno que vaya a quejarse ante el Director.
¿Qué harías tú? ¿Seguir los criterios de entonces, ya no se trata de valores religiosos
la justicia ética y volver a denunciarle, 'puros', sino de propuestas éticas normales,
aunque eso te pudiera costar el suspenso si hechas por personas razonables, aunque, al
el Director no toma cartas en el asunto y final, sean atribuidas a supuestas
continúa protegiendo al profesor? ¿O dejar inspiraciones de los dioses. Es decir, que
las cosas como están, porque sabes que valen para la Ética, pero no por ser
ese profesor aprueba siempre a los religiosos sino a pesar de tal supuesto.
alumnos que no son problemáticos,
 Los procedentes de la educación
diciéndote a ti mismo que ya habéis hecho
todo lo que estaba en vuestras manos con ambiental o especial (adoctrinamiento). Se
la primera denuncia? trata de la educación que recibe cada uno
('idiónica'). La primera corresponde a lo que
Freud llama ‘superyó', el aprendizaje de lo
que está bien o está mal, según el 'debes' o 'no debes' de la infancia, y que pasa a
formar parte del inconsciente. Es lo que ha solido confundirse con la 'sabiduría natural',
en expresiones como: «todo el mundo lleva grabado en su alma lo que está o está bien
o está mal; otra cosa es que lo quiera hacer». Pero está claro que no hay tales clases de
'grabaciones' previas a la experiencia.
Sin embargo, este tipo de educación no es exclusiva del ambiente familiar y social
originario; con frecuencia se prolonga en las instituciones específicas, sobre todo las dirigidas
mediante 'idearios' peculiares. Realmente, la educación está íntimamente relacionada con
las tres clases de valores morales.
Resumiendo, podemos decir que los valores morales son los que corresponden a
individuos, grupos o ideologías. Se forman desde:
 El Poder (imposición o capricho); por ejemplo, la obediencia 'ciega'.

 La Religión (revelaciones), verbigracia, la salvación, como premio a la fe 'ciega'.

 La Educación (ambiental o especial). Va moldeando los demás valores mediante


modelos repetitivos y 'acríticos', como el 'respeto a los mayores' (en edad, dignidad y
gobierno), entendiendo 'respeto' como sumisión. Así le sucedió al niño que, llevando todavía
poco tiempo en la escuela, recibió del maestro la siguiente pregunta: «¿Cuántas son 2 + 5,
Jaimito?» El pequeño guarda silencio, mirando al suelo. «¿Por qué no me respondes?», le
replica el profesor. Al final, temeroso, levanta un poquito la cara, alza la mirada y dice: «¡Es
que en mi casa me han dicho que a los mayores no se les responde!».
Pero en la práctica suelen mezclarse todas estas clases de valores. Así, el poder se alía
con la religión y utiliza la educación. Ésta, a su vez, pide ayuda, al menos económica, al
poder y a veces también se aprovecha de los principios morales de la religión. Y la religión
siempre ha utilizado la 'educación' (adoctrinamiento), y siempre se ha colocado al lado del
poder, hasta el punto de convertirse en Estado (Vaticano) y competir incluso con otros
Estados. Por ejemplo, la humildad y la obediencia mejoran su 'calidad' si tiene el
beneplácito 'divino'. Por otra parte, la salvación no es posible para los díscolos (críticos) y
para los orgullosos (soberbios). Así se construyen las 'teorías morales', como 'ideologías'
(Marx) que pretenden justificar modos de vida que devienen tradiciones o costumbres
(¿cultura?), siempre al margen del valor ético de la igualdad.
B) Valores éticos
Los valores éticos siempre son de todos. Se trata de una construcción intelectual
universalmente convenida, a través de los requisitos mínimos exigidos por la
'demofratsia' (método estadístico-probabilitario).
Dicha construcción se expresa en conceptos que representan lo que se observa de las
relaciones humanas, las cuales se califican como 'valiosas' si sus resultados son
agradables o beneficiosas (valor), y como 'perjudiciales' si son desagradables o nocivas
(contravalor). Estos conceptos son formulados por especialistas y comunicados a los
demás (información) para que sean validados por ellos o no.
Por ejemplo, no se puede determinar cómo es el valor de la salud sin contar con el
'modo' de vivir de la gente, pero es el médico quien lo define y quien informa al
'paciente' de cómo 'está'.
Los valores se intentan repetir y mejorar; los contravalores se procuran evitar (decían
los escolásticos: 'bonum faciendum, malum vitandum', 'el bien debe hacerse, el mal debe
evitarse'). Tal es el proceso de la génesis de la idea de 'bien' y de 'mal', porque nada es
bueno ni malo 'a priori', sino sólo después de ser sometido a los criterios resultantes de los
valores, principios y normas 'demofrátsicos', analizados y valorados a través de un
método claramente definido y ordenadamente desarrollado.
Decíamos antes que de la relación entre personas puede salir el valor de la amistad o
el contravalor del odio; de la relación de una persona con un coche puede resultar el
valor de la 'rapidez' o el contravalor de un 'accidente'. Así, sabremos que lo que favorezca
la amistad será 'bueno', y lo que fomente el odio será 'malo'. De igual manera, podrá ser
'buena' la velocidad, con tal que no sea causa de 'accidentes'. En consecuencia, serán
'valiosas' todas las acciones, hechos o cosas que favorezcan las 'razones' que encaminan
al hombre hacia aquellos valores que constituyen los elementos básicos de la Teoría
General de la Felicidad (TGF).
En síntesis, los valores éticos se formulan mediante conceptos que
expresan relaciones humanas, teniendo en cuenta los resultados de las
mismas. Si de ellas se deriva algo agradable, útil, conveniente, etc., entonces deviene
valor, el cual será ético si cumple las condiciones exigidas por el procedimiento
'demofrátsico'. Y si sólo resulta interesante, útil o beneficioso para unos pocos y no para
todos, entonces se trata de un valor moral. Si, por el contrario, se produce algo
repelente, inútil o doloroso, hablamos de contravalor.
Los valores éticos son el resultado de una construcción intelectual
universalmente convenida, por eso sucede con ellos lo mismo que con cualquier otra
generalización científica. «Todos los graves caen» siempre será un enunciado
verdadero, mientras que una piedra
no tenga la 'ocurrencia' de dejar de
ser 'grave' y entonces, en vez de DOGMATISMO
caer, sube. Cuando una ley científica Desgraciadamente, el dogmatismo es una actitud
no está conforme con alguno de los bastante frecuente en nuestra sociedad. No se trata
principios en que se basa, o no sólo del dogmatismo clásico religioso, sino también
explica alguno de los fenómenos a
de la existencia de personas y grupos que
que se refiere, habrá que decir que,
al menos en ciertos aspectos, tal ley defienden sus puntos de vista como los únicos
ha cambiado de sentido, o que toda válidos o verdaderos, mientras excluyen a los que
ella es falsa, o que está mal no comparten sus opiniones, considerándolos como
formulada, etc. Lo mismo puede ignorantes o personas que obran de mala fe al
ocurrir con el enunciado «la amistad negarse a aceptar los 'dogmas' que ellos profesan.
es beneficiosa y el odio es Analiza tu entorno social (puedes extenderlo
perjudicial».
hasta donde quieras: nación, cultura, civilización...)
Los valores éticos se generan a y pon tres ejemplos de actitudes dogmáticas, bien
partir de la experiencia, racional sean de grupos sociales, bien sean de personas
y científicamente controlada. Por concretas. Luego, valora esas actitudes desde una
ejemplo, se acepta que la amistad es
perspectiva ética.
un valor porque se ha demostrado
que la gente disfruta más con su
práctica que con la del odio (aunque, a veces, los hechos se empeñen en simular otra
cosa).
Es verdad que un científico puede demostrar, al margen del resto mayoritario de la
humanidad, que una molécula de agua se compone de un átomo de oxígeno y dos de
hidrógeno. Pero un eticólogo no puede demostrar, por su cuenta, que la amistad es un
valor ético sin observar los resultados de diferentes conductas sociales y sin comprobar —
preguntando— que sus apreciaciones son las 'correctas'. En el fondo, son semejantes, ya
que el físico no puede hablar de agua sin oxígeno e hidrógeno; tampoco el eticólogo

CÓDIGO DEONTOLÓGICO
Se llaman 'códigos deontológicos' los documentos que recogen las normas y deberes
que deben respetarse en el ejercicio de ciertas profesiones. Por ejemplo, un periodista no
debe revelar la fuente que le ha proporcionado una noticia si aquella no lo desea; un
abogado no debe pactar con la parte contraria a espaldas de su cliente; un médico debe
informar de la gravedad de sus dolencias a un enfermo si éste se lo pide, aunque la familia no
desee que le transmita esa información, etc.
Formad grupos de tres o cuatro alumnos. La finalidad es que, entre todos, elaboréis un
código deontológico para los alumnos de vuestra clase.
¿Qué deberes estableceríais como obligatorios? ¿Qué normas de conducta dentro de la
clase aprobaríais? ¿Cuáles serían las normas que respetaríais en el ejercicio de vuestra
profesión (estudiantes)? Por ejemplo, ¿incluiríais dentro del código deontológico el no copiar
en los exámenes?
Después, redactad también un código deontológico para el comportamiento de los
profesores en clase.
Una vez escrito, pasadlo a cada profesor y preguntadle si está dispuesto a cumplirlo.
¿Qué creéis que sucederá...?
puede hablar de valores sin conductas humanas conscientes y libres. La diferencia está
en que los elementos 'callan' (o 'dicen' siempre lo mismo) y las personas 'hablan' (y
pueden cambiar de opinión).
Todos los valores éticos son de lento surgir. No se les puede exigir serlo de prisa,
porque su polivalencia es difícil de controlar, tal es el caso de la igualdad. Pero,
afortunadamente, el hombre suele luchar por mantenerlos, una vez que ha gozado de
sus beneficios y si disfruta de los mínimos grados de clarividencia y libertad. La Ética es
enemiga de las prisas.
De hecho, los valores humanos son lentos resultados de arduos esfuerzos
continuados a lo largo de siglos. Es verdad que sería conveniente avanzar en la misma
proporción que otras ciencias. Los actuales medios de información no son iguales que
en tiempos de Aristóteles. Deberían ser utilizados de otro modo. Aunque los resultados se
retrasen, no hay que desanimarse, porque en Ética no hay fracasos, sino mayores o
menores aciertos. «iLargo me lo fiáis!» es una expresión inaceptable para un profesor de
Ética. iSiempre hay mil años por delante para intentarlo, pero no se puede perder un
minuto más, si se quieren evitar procesos de 'involución'!

7. Fundamentación de los valores


Se trata de saber en qué nos basamos para estar lo más seguros posible de la
validez universal de cualesquiera valores.
Dentro de este proceso racional, podemos comparar distintas posiciones. Veamos,
por ejemplo, el valor de la verdad (decir lo que se piensa), según los criterios

KANT HABERMAS J. GREEN


• Buena voluntad (deseo) • Diálogo • Demofratsia
• Pensar • Dialogar • Comprobar
• Uno • Varios • Todos

establecidos en la siguiente tabla:


Según Kant, para obrar bien en este caso, es suficiente con que uno obre como
piense, siempre que lo haga de tal modo que su manera de realizarlo se pueda convertir
en norma universal. Es decir, que si yo soy de la opinión de que hay que decir
siempre la verdad, y además estoy de acuerdo en que así lo haga todo el mundo,
incluso cuando a mí no me convenga, entonces yo debo decir siempre la verdad. Hacerlo
de otro modo es jugar con la mala voluntad, la cual pervierte, de raíz, la confianza en
las relaciones de convivencia, dado que nadie podría estar seguro de poder engañar
indefinidamente a los demás sin ser, a su vez, engañado.
Habermas, por su parte, aun estando de acuerdo con Kant, le parece mejor que eso no
lo decida uno solo; es preferible dialogar con otros sobre el particular, siempre podrá
alguien aportar datos inesperados sobre alguna posible excepción o sobre el modo de
hacerlo.
Finalmente, J. Green acepta la postura kantiana para la moral 'individual' (cuando uno
está solo y tiene que tomar una decisión), y valora positivamente el añadido de Habermas
sobre el diálogo para las morales 'personales' (cuando intervienen en el caso varias
personas), pero no le parece suficiente para tener la mínima garantía de que se trata de un
valor ético, dado que no se tiene en cuenta a todos los seres humanos. Para saber esto
es necesario comprobarlo por los métodos estadísticos de investigación sociológica ('demo-
fratsia'). Si todas las personas del mundo dicen que hay que decir siempre la verdad, eso
será lo correcto. Si, por el contrario, opinan que debe hacerse de otro modo, así deberá ser
si nadie consigue modificarlo.
En todo caso, se deberán garantizar previamente las condiciones 'ideales' para expresar
dicha opinión, a saber: información y libertad.
En la información colabora el eticólogo, las instituciones educativas y los medios de
comunicación.
En la libertad lo hará principalmente el político.
Quizás convenga recordar que la palabra 'valor' proviene de la raíz indoeuropea 'wal-'(ser
fuerte). En consecuencia, un valor será más 'fuerte' cuanto más respaldado esté, no cuando
lo imponga el más 'forzudo'. Pero, evidentemente, no hace falta la unanimidad de todos los
sujetos de la muestra; basta con que se trate de una gran mayoría (¿90%?).

8. Crítica de los valores


• El derecho a la crítica
Dado que los valores son resultado de acuerdos humanos, cuando los efectos de la
experiencia de los mismos no producen las satisfacciones esperadas, es lógico replantear su
validez. Todo el mundo tiene derecho a pensar, hablar y hacer.
Casi todos los dictadores del mundo y de la historia han intentado que 'sus' valores
fueran inamovibles, por eso han controlado y limitado siempre la libertad de expresión,
comenzando primero por fomentar la ignorancia en sus súbditos (cosa fácil, dado que
la gente se resiste a aprender), y, en segundo lugar, evitando que algún pensador
'autónomo' hablara, por temor a que convenciera a otros, sabiendo que, cuando son
muchos los que piensan, pueden animarse entre sí e intentar realizar sus
pensamientos.
Cada sociedad genera sus sistemas de enseñanza y aprendizaje de los
valores. La gente asimila algunos con sencillez. Fácilmente se puede observar el proceso
que nos lleva a saber sobre valores económicos, estéticos o de prestigio social. Los
morales suelen ser un poquito más enrevesados, ya que tocan la cuestión de las inten-
ciones ocultas o de las conciencias personales. Los éticos sólo se refieren a las
conductas observables y a las repercusiones que las mismas puedan tener en los demás
o en el medio. Esto facilita un poco las cosas, pero no lo suficiente como para hacerse
excesivas ilusiones, ya que las personas somos poco capaces de dosificar 'lo propio',
incluso cuando tratamos asuntos comunes, es decir, que no tenemos siempre muy claro
por qué hacemos unas cosas en vez de otras.
Inevitablemente, los valores éticos tienen su origen primigenio en la
conciencia de cada uno, mas no individualmente considerada, sino puesta en
relación con las demás conciencias. Es esta una condición indispensable para una
Ética Universal.

• La fundamentación eticológica
La fundamentación eticológica es, efectivamente, cosa de todos. Cada niño, cada
joven, cada adulto, cada anciano... es capaz de expresar la aceptación o rechazo de
los 'conceptos' que constituyen los valores, porque todo el mundo 'sabe' lo que le gusta,
o, al menos, lo que no le gusta. Siempre que este 'gusto' sea generalizable, es decir, que
no se trate de una idiotez o un capricho, podrá ser comunicable, y, si tiene aceptación,
puede llegar a convertirse en valor ético.
Veamos un ejemplo. Pensemos un momento sobre la obediencia a las leyes
positivas y el respeto a los compromisos personales.
Las leyes se inventaron para orientar u ordenar las conductas en sociedad, unas
veces, y para garantizar el cumplimiento de los acuerdos, otras. Lo que supone, en
el segundo caso, la posibilidad de conductas perversas.
En momentos decisivos, quizás la necesidad de la obediencia es indiscutible. Pero
tiene que ser una obediencia crítica (convencida y convenida), que lleva consigo el uso
de la libertad de expresión con vistas a la reflexión sobre los hechos o las normas,
camino necesario para su ulterior modificación o suspensión. Se trata de la saludable
crisis de valores.

• La necesidad de una crítica 'informada'


Pero el valor de la crítica no se puede poner en práctica sin una formación
adecuada. No se pueden debatir en clase los contenidos nuevos de un programa el primer
día de curso. Para criticar hace falta saber analizar, es decir, descomponer
ordenadamente en partes el asunto 'natural', técnico o social que sometemos a estudio,
y disponer de principios que orienten el proceso.
Si bien es necesario descomponer, desmoronar o desmontar, para ver con claridad
los entresijos de lo que estudiamos, sin embargo eso no basta para poner término a la
operación. Es necesario saber recomponer, mejorando la obra. Y a veces descubrimos
que no somos malos ‘desmontadores', pero sí pésimos 'reconstructores', puesto que, a
veces, dejamos las cosas peor de lo que estaban. Hay especialistas 'hacedores de líos'
y, a su vez, 'virtuosos de la evasión' ante las complicadas consecuencias subsiguientes,
siendo habitualmente atrapado en dichas consecuencias el que 'pasaba por allí'
casualmente.
Quien sabe que 'no sabe', debe fiarse de quienes demuestran que saben, con tal que
no busquen únicamente su propio interés. Quien no sabe que 'no sabe', debe ser
controlado por los demás.

¿DEBEN COBRAR LOS FILÓSOFOS?


Los profesores estarnos mayoritariamente agradecidos a los sofistas, ya que éstos fueron los pri -
meros que decidieron cobrar honorarios a sus alumnos por impartirles clase. Hasta entonces, los
filósofos poseían discípulos, aunque no les cobraban nada por transmitirles sus doctrinas. Aunque
hoy en día pueda parecer sorprendente, la decisión de cobrar honorarios por sus enseñanzas
provocó un hondo rechazo entre filósofos corno Sócrates, quien veía en dicha medida una
`prostitución' del saber, ya que los sofistas enseñaban aquello que les pedían sus alumnos para
poder triunfar en la sociedad (algo, hoy en día, bastante común, ya que casi todos los estudiantes
afirman estudiar con el fin de conseguir en el mañana algún empleo satisfactorio), y no la 'verdad'
pura y simple.
¿Cómo juzgas éticamente la actitud de los sofistas?
¿Piensas que Sócrates era un 'dogmático', al menos en esta cuestión?
Si la asistencia al colegio fuese libre y no impuesta por ley (enseñanza obligatoria hasta los 16
años), ¿asistirías a clase o no? ¿Estudiarías todas las asignaturas o sólo las que te gustasen?
¿Por qué y para qué estudias?

Aprender a interiorizar, a asimilar, a saber de la utilidad que tiene la confianza de unos


para con otros, predispone a mejorar las condiciones de las relaciones humanas. Pero este
aprendizaje implica la exigencia de respetar los acuerdos, no sólo desde mandatos
legales, sino desde la opinión, desde el apoyo o rechazo social, ya que abundan leyes
coercitivas pero faltan convicciones.
No se educa para someterse a las normas por miedo, sino para que el recurso a ellas
sea innecesario o poco relevante. Pero tampoco se educa para saltarlas
caprichosamente, sobre todo si están hechas 'como es debido', es decir, con el
pertinente respaldo ético.
En cualquier caso, todo ser humano está legitimado para criticar cualquier
valor. Del mismo modo cabe hacer con las leyes. Cuando unos y otras no producen los
beneficios esperados, deben modificarse o anularse, pero no se puede empezar por
conculcarlos o infringirlas a voluntad.
AMPLIACIÓN CONCEPTUAL

➢ La racionalidad de los valores


Los valores se construyen como cualquier otro concepto 'racional'. Lo razonable es lo
'relacionable'.
Así, debemos comenzar por la conjunción armoniosa entre los propios pensamientos y
nuestros actos (`sindéresis', prudencia), estableciendo la coherencia entre valores y
acciones. Posteriormente, intentaremos extender esta armonía a todas las relaciones
humanas, generando pensamientos conjuntos (Lógica) y manteniendo la sintonía en
la acción social mediante compromisos (Ética). Es la única manera de luchar contra la
esquizofrenia.
Ya Heráclito había dicho que «es necesario seguir lo común, pues, aunque el 'logos'
es común, la mayoría vive como si tuviera una inteligencia particular», porque la
confunde con su 'conciencia', sin saber que ésta es un puro resultado del ambiente en
que se genera y desenvuelve cada vida.

➢ Concepto de igualdad
El método eticológico nos indica cómo se tiene que proceder, pero no hasta dónde
se va a llegar. Así, la igualdad consiste en que todos puedan disponer de los mismos
valores éticos básicos para que cada uno disponga de similares oportunidades de ser
distinto, de ser sí mismo.
Veamos tres ejemplos:
1. Todavía hay profesores que creen que la igualdad consiste en apoyar la
superación de curso, por 'igual', a cuantos les queden dos asignaturas. Pero no a todos
les quedan dos asignaturas de 'igual' modo... Por eso habrá que tratar a cada uno según
'su' modo, para que todos reciban el 'mismo' trato aunque el número de asignaturas
sea distinto. De esta forma, es posible que uno no supere con una, y otro lo haga con
dos, y, sin embargo, ambos reciban el 'mismo' trato.
2. Cuando una madre, con dos hijos gemelos, pone de comer a uno tortilla de patata
y al otro un plato de alubias, cualquier espectador extraño podría pensar que los trata de
diferente modo. Sin embargo, al preguntar, descubre que los trata igualmente porque les
pone lo que a cada uno le gusta. Ser igual no es comer lo mismo, sino quedar igualmente
satisfecho, aproximándose lo más posible al distinto gusto de cada uno para conseguir
igual placer.
3. Hay que descargar un camión de sacos de harina. Los hay de 25 kg, 50 kg y
100 kg. Son tres los trabajadores, y uno sólo puede cargar con un saco de 25 (tiene
problemas de espalda), otro con los de 50 y el más flacucho se atreve con los de 100. Al
final todos cobran igual, porque necesitan, más o menos, lo mismo y han aportado lo
que podían por igual (a cada cual según su capacidad; a cada cual según sus necesidades).
Existen muchos fanáticos de las diferencias (¡somos únicos e irrepetibles!, ¡el que no
pueda, allá él!) que, paradójicamente, están a favor de la familia, el matrimonio, la na-
ción, y consideran principalmente distintos a los del otro lado del río porque tienen el
color de la piel un poco diferente, hablan otro idioma y son más pobres (sin embargo,
casi nadie es racista con Michael Jordan). Las decisiones bélico-políticas establecieron las
diferencias 'lógicas' y las 'moralmente' aceptables.

➢ Concepto de justicia: justeza y armonía


Hay quien identifica 'justo' con exacto.
Así, se dice en la tienda: «Te he dado lo justo», para indicar que la operación ha
terminado. Entre dos socios desiguales, el más fuerte hace las cuentas a su modo:
«Hemos ganado 30. Dividimos entre 3 y toca a 10. Como yo he expuesto más, me llevo
20 y tú 10». La cuenta es exacta, pero seguramente el débil piensa que no es 'justo', y
quizás también el fuerte sabe que no es 'justo'.
La justicia como 'justeza' equivale a la relación que se establece entre el tornillo y
su tuerca, pero la justicia como 'armonía' se parece más bien a la proporción sonora
de una sinfonía musical. La 'justeza' es para los
'tronillos'. La 'armonía' para la vida. Curiosamente, de la raíz indoeuropea 'ar-'
(colocar, ajustar) provienen los términos griegos 'armós' (juntura, articulación) y
'armonía' (proporción, orden). La función metafórica de esta última se expresa muy bien
mediante la palabra latina 'ars' (arte, talento), con la que se asocia el concepto griego
'áristos' (el mejor) y el verbo latino 'órno'(adornar).
Pues bien, para lograr que la relación de justicia entre los humanos sea realmente
'sinfónica' y 'bella', es necesario desarrollar el concepto de justicia como 'armonía', como
equilibrio activo. En una sinfonía musical todas las notas, y hasta los silencios, cumplen
su función imprescindible. Esto ayudará a los políticos a la hora de promulgar y aplicar
las leyes, y a los jueces a la hora de comparar las conductas con los valores y principios
en que se sustentan dichas leyes.

➢ El fracaso de la política
Como ya se ha repetido, forma parte de los cometidos de la Ética orientar las leyes y
controlar las morales. El hecho de que la mayoría de los filósofos griegos (estoicos,
epicúreos, cínicos, e incluso Platón y Aristóteles) se decepcionara por la política de su
tiempo, se debe a que no supieron introducir en ella una Ética 'social', al pensar que la
Ética era más bien una cuestión individual. Pero la 'ética' del individuo puede ser
incomprensible, como todo lo único.
El hombre, sin embargo, es social por definición; es 'persona', no un monolito. Y los
valores son un producto social. Ya no los dictan los monarcas ni los dioses. Tampoco son
ocurrencias de cada uno ni están impresos en el 'alma' común humana. Son resultado de
un organizado y metódico trabajo eticológico.
Así como los físicos llegaron a precisar los conceptos de espacio, tiempo, aceleración
o gravedad, lo mismo deben de hacer los eticólogos con los de igualdad, justicia, placer y
felicidad. Los primeros desarrollaron unas reglas concretas para calcular dichos conceptos
en la práctica. De igual modo, los segundos necesitan un método para poder comprobar
cuándo las conductas se ajustan a los suyos o se apartan de ellos. En ambos casos se
trata de convenir conceptos y de establecer reglas para aplicar el correspondiente
'cálculo'.
PROBLEMAS
o l
El amigo de Florencio comete, accidentalmente, un asesinato. Florencio lo sabe, pero
guarda el secreto. La policía y los jueces se confunden y culpan a un tercero, que es
inocente. ¿Debe Fulgencio delatar a su amigo?
Entran en conflicto el valor de la amistad y el de la justicia.
Si esto parece muy sencillo, supongamos el caso en que un hijo tenga que delatar a su
propio padre por una situación semejante.
En cualquiera de los casos, la respuesta vendrá dada por lo que supuestamente opine toda
la humanidad, de una forma tranquila, serena y distante (racional). Probablemente todos
los seres humanos creerán que debe ser denunciado el auténtico homicida, pues se trata de
un caso 'duro' de justicia. Por tanto eso sería lo que tiene que hacer el amigo (o el hijo). Pero
si toda la humanidad juzgara que la amistad o el amor filial están antes que ese caso de
justicia, no delatar sería lo correcto 'ahora'.
No obstante, el eticólogo tiene que seguir trabajando para modificar esta 'opinión' hasta que
los demás se den cuenta de que tales decisiones 'injustas' terminarían por minar,
seguramente, tanto la amistad como el amor.

o II
Una guerra. Ningún político, con un grado mínimo de sensatez, se declara partidario de la
guerra. Los que la consideran un mal 'necesario' o inevitable lo argumentan desde supuestos
valores para ellos irrenunciables. Todo problema ético se plantea desde los valores que en
él intervienen; y su solución se complica mucho cuando la jerarquía entre dichos valores se
justifica desde intereses particulares.
El día 13 de febrero de 2003 el presidente de los Estados Unidos de América justificaba
su decisión de atacar Irak en nombre de la libertad y la seguridad. Después de terribles
experiencias terroristas en su país, todos comprenden rápidamente la importancia de estos
valores. Pero claro, toda guerra supone y acepta la posibilidad de incontables e
indiscriminadas muertes. En consecuencia, aquí entran en juego, entre otros, los dos valores
mencionados y el más radical de todos, la vida.
La primera pregunta es clara: ¿Cuántos atentados contra la libertad y la seguridad hacen
falta para poder quitarle la vida al infractor?
Hay quien dice que una es suficiente, porque sin libertad no vale la pena vivir. Como
defendía el Che Guevara: Prefiero morir de pie a vivir arrodillado. No obstante, parece
altamente probable que la mayoría de la gente del mundo antepone la vida a la libertad,
porque el vivo tiene alguna posibilidad de volver a ser libre; del muerto, en cambio, no se
sigue nada, al menos para él.
Otros opinan que hace falta una gran cantidad de violaciones. Si uno por millón intenta
amedrentar a los demás, ¿sería razonable que los nueve mil novecientos noventa y nueve
restantes decidieran eliminar a ese uno?
La Eticología exige que la respuesta no puede darse desde lo que le parece a cada
cual, sino que tiene que estar suficientemente respaldada mediante el procedimiento
'demofrátsico' de investigación.
Si el mundo entero, previa información suficiente, opina serenamente y en libertad, y
acuerda que ese uno por millón que pretende anular la libertad y la seguridad de los
demás, debe morir, esto es lo que hay que hacer desde la Eticología. Lo que sucede es
que el eticólogo no se detiene ahí (en esa hipótesis) porque espera que todos
comprendan que una sola vida 'vale' más que infinitas libertades. Pero ni siquiera en el
caso de que los ataques a la seguridad pusieran también en peligro otras vidas, se
puede recurrir a la muerte de los criminales, porque unas muertes no se solucionan con
más muertes (ver Pena de Muerte, en Ética Aplicada).
Habrá, entonces, que ingeniar procedimientos distintos para disuadir a esos
fanáticos sin necesidad de quitarles la vida. No es posible justificar que tanta gente no
sea capaz de defenderse de tan pocos sin tener que recurrir a esa clase de brutalidad,
porque se supone que la crueldad, en circunstancias normales, es algo excepcional, y la
excepcionalidad no puede marcar las leyes universales. En cualquier caso, el eticólogo
acepta los resultados 'provisionales', pero siempre con la esperanza de modificarlos con
su discurso.

o III
Con ocasión de una acción terrorista, un político termina su discurso diciendo: «Y
ahora en castellano, para que todos me entiendan».
¿Cómo debe entenderse esta frase? ¿Hay que suponer que 'antes' no importaba que
todos entendieran, y en cambio 'ahora' sí? ¿Se buscaba con el discurso demostrar que
lo importante era el idioma en que se pronunciaba y menos su contenido? Pero si todos
los oyentes comprendían el castellano (dado que después 'entendían todos'), debería
haberse pronunciado en este idioma, para evitar que un valor de un determinado grupo
prevalezca sobre el valor general.
Origen y evolución
de la Ética

Bloque 1: Ética teórica


UNIDAD 6
Juan VERDE ASOREY (2003), ÉTICA. ESO, Madrid: MILETO
EDICIONES, 206p.
1. Prehistoria de la Ética
• Nacimiento de las primeras divinidades
Allá por el Neolítico un hombre decide convertir en huerto una parcela de terreno
que lindaba con su choza. Se trataba de una mente observadora y perspicaz. Gracias a
esta actitud había llegado a comprender, entre otras cosas, la relación entre la
evolución de las nubes y la lluvia.
Considerando que era el momento oportuno, un día decidió sembrar 'su' huerto con
semillas y plantas que había ido preparando con esmero. Echó el último vistazo al cielo
y puso manos a la obra.
Después de un arduo y meticuloso trabajo, el huerto ofrecía un aspecto precioso y
esperanzador. Echó otro vistazo al cielo y consideró que las cosas iban como había
calculado. Al día siguiente seguía nublado, pero la lluvia se resistía. Un día más y sale
el sol. Van doce, trece, catorce... días seguidos con el cielo completamente despejado.
Casi todo lo sembrado se había echado ya a perder por falta de agua. Inesperadamente,
en torno al día veinte se produce una terrible tormenta que arrastra todo el sembrado
cuesta abajo hacia un riachuelo cercano.
Como es lógico, nuestro personaje se enfada en grado sumo. No para de dar vueltas
con su berrinche a cuestas. Cansado y todavía malhumorado, se sienta a 'pensar'.
En ese momento nace la mitosofía.
Para él era evidente que todas las cosas suceden por algo. Si llovía, caía un rayo o
brotaba un manantial, era porque alguien dejaba caer el agua, amenazaba con el rayo
o enviaba el fontanar. Sin demasiado esfuerzo, intuyó que las nubes tenían un papel
muy importante en este juego. Siempre ocultaban a los causantes de las lluvias y se
apartaban para dejar paso a la brillante luz y al calor. Observando de nuevo
atentamente el cielo se dio cuenta de que el sol -y a veces incluso la luna- se mostraba
de día, mientras que las estrellas lo hacían de noche. El astro Rey enviaba luz y calor,
pero siempre se ocultaba cuando la lluvia quería salir.
El siguiente paso fue suponer que tales seres eran los responsables de esos
fenómenos atmosféricos, tan importantes para las cosechas y para la vida en general.

RELATO
Comenta el siguiente relato de José Ma Cañaveral, incluido en el libro Palenque, explicando
su argumento y las ideas que, a tu parecer, intenta transmitir el autor; describe las imágenes
que utiliza para expresar ideas religiosas o míticas, y, finalmente, expón tu valoración
personal sobre el texto:
CHAMÁN
Bajo la tórrida luminosidad, los dedos del brujo se elevaron al cielo. Seres famélicos
yacían postrados en medio del yermo reseco, donde sólo se alzaba el espectro de un árbol.
Ataviado ceremonialmente, oculta su faz bajo la máscara del daimon propiciatorio, el
hechicero inclinó su cabeza ante el tótem. En la canícula, las monótonas invocaciones
repetían los ecos de otras preces elevadas inútilmente. Pero el vientre azulado del dios
seguía negando su agua, como si aún los crueles sacrificios no hubiesen colmado su
ignota afrenta.
— ¡Dios está sordo! -gritó la máscara a la tribu-.
Aquellos seres se levantaron en medio del silencio. De pronto silbó el aire con el filo de
un dardo y el esqueleto de la máscara se quebró mortalmente bajo el golpe. El guerrero se
volvió hacia las sombras, de repente lívidas:
— Si Dios permanece sordo, no necesitamos hechicero.
Y las sombras supieron entonces que la inmolación propicia había sido consumada. Y
al mirar hacia el poniente contemplaron cómo se acercaban las primeras nubes de la
tormenta.

También se imaginó que seguramente había otros causantes de los manantiales, los
terremotos y las plantas. En consecuencia, el calor, la lluvia y las tormentas son los
fenómenos que generan la idea de estas primeras divinidades 'generosas', 'móviles' y
'furiosas' que recorrían el cielo yendo y viniendo diariamente, o se escondían en los
infiernos (lugares subterráneos).

• Las primeras ideas religiosas


Aunque el movimiento de estos brillantes seres era 'regular' (día-noche), sus
decisiones sobre los fenómenos de la naturaleza más bien parecían caprichosas. Para
evitar este veleidoso comportamiento, nuestro personaje decidió imaginar qué cosas
podrían agradar a dichas divinidades, con el fin de ofrecérselas y a cambio 'obligarlas'
a que tuvieran en consideración sus intereses, puesto que él se comportaba tan
excelentemente con ellas y les solicitaba a través de esas ofrendas, su amistad, su
protección y sus dones. Se forjaron así las primeras ideas religiosas y teológicas.
El protagonista de esta historia comenta sus 'experiencias' y proyectos con algunos
vecinos. Los más sabios de la tribu decidieron entonces:
• Ofrecer a las divinidades lo mejor de sus rebaños y cosechas (lo que ellos más
valoraban).
• Dirigirles las palabras más bellas y halagadoras (alabanzas).
• Rogarles después que, a cambio de todo ello, les fueran propicias (plegarias).
Sabían que el único vehículo capaz de hacer llegar algo de estos obsequios hasta las
divinidades celestes era el humo, pues resultaba evidente que subía hasta las estrellas
confundiéndose con las nubes. Por eso los sacrificios debían ser quemados.
Eso hicieron. Y, efectivamente, vino la deseada lluvia.
Ellos no sabían que este hecho se debía al puro azar, es decir, a la coincidencia de que
el sacrificio había sido realizado cuando las condiciones atmosféricas favorecían las
precipitaciones. En fechas posteriores y en circunstancias similares, repitieron los
mismos ritos, pero las lluvias se comportaron otra vez caprichosamente, como había
sucedido al principio.

• La aparición de la filosofía
De nuevo surge la desazón, la angustia y la justificada indignación. Esta constante
inseguridad indica la necesidad de pensar de nuevo. Lo primero que se constata es que
aquellos dioses 'no hacen caso'. Nace así el deseo y con él la filosofía, como dice el
filósofo francés Frangois Lyotard.
Curiosamente la palabra latina 'sídera' significa astros, y el prefijo 'des-' señala lo
contrario de lo que quiere decir lo que le sigue. Por ejemplo, si a 'hacer' le anteponemos
dicho prefijo, construimos 'deshacer'. Pues bien, el vocablo latino 'desídera' significa
'deseos', es decir, lo contrario de lo que supuestamente correspondería hacer a los
dioses, a pesar de las plegarias y los sacrificios. Por consiguiente, la palabra 'deseo'
expresa que los dioses 'no hacen caso', y esto ha dado lugar al término castellano
'desastre', que incluye no sólo el abandono de las divinidades sino también el senti-
miento de desamparo e impotencia ante las catástrofes y ante los problemas acuciantes
que el hombre no sabe solucionar.
El concepto de 'deseo', por tanto, expresa el abandono de los dioses y la necesidad
de intentar el hombre solucionar sus problemas con sus propios medios. Ante el
desamparo y la soledad, surge la decisión de hacer frente a la situación. Pero toda
decisión seria implica planificación, y nada se puede planificar sin una correcta
organización del pensamiento. En esto consiste la filosofía, entendida en sentido 'lógico'
('logosofía'), de la que surge, en primer lugar, la 'eticología', como discurso sobre la
estructuración del universo de los valores. Después, se fueron construyendo las
demás ciencias, como 'postulados' de estos valores. Por ejemplo: el valor de la salud
provocó el nacimiento de la Medicina: el de la alimentación generó la Agricultura y la
Ingeniería, etc.
Se produce entonces un cambio radical en la vida de las personas que componían
aquella pequeña comunidad primitiva. Esta 'revolución' mental se genera gracias a un
viraje total en el modo de 'mirar'. Hasta ahora sólo habían dirigido la vista hacia el cielo
(de donde venían la lluvia y el calor). A partir de este momento deciden observar lo
que les rodea. De mirar al 'cielo', pasan a mirar al 'suelo', con la intención de intervenir
en él para transformarlo.

• La resistencia de la mitosofía

ESTÚPI DA PREG UNTA


Un periodista le preguntó en una ocasión a un conocido filósofo algo que todos hemos
pensado alguna vez: ¿para qué sirve la filosofía? El filósofo, tal vez enfadado, tal vez harto
de que le volvieran a hacer otra vez esa pregunta, contestó:
—La filosofía sirve para desterrar la estupidez de los que hacen esa pregunta.
El anecdotario no recoge cuál fue la reacción del periodista, pero suponemos que debió
quedar bastante desconcertado, y seguramente o bien pensó que el filósofo era un
maleducado, o bien se catalogó a él mismo como un estúpido evidente.
¿Qué crees que quiso expresar el filósofo con esa respuesta? ¿Te parece una salida de
tono o una buena lección para el periodista? ¿Qué hubieras contestado tú en el caso de
encontrarte en la piel del periodista?

A pesar del cambio de 'perspectiva' de aquel puñado de hombres, la mayoría de los


restantes 'humanoides' siguió mirando al cielo, produciendo una literatura (tradición)
míticorreligiosa muy abundante, que perdura hasta nuestros días. Se empeñaron en
continuar 'fingiendo' dioses. Si un 'astrónomo' demostraba que no podían ser los
astros los causantes de aquellos fenómenos, ellos ingeniaban otros seres más lejanos,
'espirituales' ('spiritus': aire, soplo) e incontrolables, hechos a prueba de astrónomos.
Así, cuenta la mitosofía que un tal Zeus, habitante del monte Olimpo, padre de los
demás dioses y de los hombres, les prometió agua a los labriegos de la época cada vez
que tiraran de una cuerda colgada del cielo. Pero eso provocó innumerables conflictos
(nunca llueve a gusto de todos).
Entonces, ese Dios decidió recoger la cuerda y enviar la lluvia cuando él quisiera
(quizás fue así cómo nació la justificación de las dictaduras e incluso del despotismo
ilustrado).
Con esta manía de intentar solucionar los problemas vitales mediante la 'magia' astral,
empalma la actual moda de la 'horoscopología', la cual concede una importancia gratuita
(o al menos excesiva) a la influencia de los astros en la vida de los seres humanos,
tomando como referencia el momento y el lugar de nacimiento de las personas. Estos
astrólogos llegan a 'saber' lo que nos puede pasar en cada momento de nuestra vida.
Esta supuestamente generalizada ansia de conocer el futuro rinde altos dividendos a las
personas y empresas que venden estos servicios.

• Las ventajas del conocimiento racional


A pesar de todo, aquel afortunado cambio de 'mirada' produjo insospechadas
sorpresas, incluso para los que no se arriesgaron a modificar su forma de 'ver' las
cosas. Lo primero que descubrieron es que el agua del no lejano arroyo podría ser
utilizada a voluntad, sin estar pendientes de la 'caprichosa' lluvia. Pero, claro, no sabían
cómo hacerla subir para el riego, ni disponían de instrumentos para una correcta
distribución. Comentándolo entre los vecinos, a uno se le ocurrió mirar monte arriba y
pensar que, a lo mejor, sería posible derivar un regato a la altura precisa y conducir
así el agua necesaria hasta el huerto. Fue tan ilusionante esta luminosa idea, que
algunos vecinos estuvieron inmediatamente dispuestos a colaborar en las obras para
poder disponer del agua para sus sembrados.
Aquel año las cosechas fueron prodigiosas. Y el éxito se repitió durante varios ciclos.
• Policía, ética, educación y política
Pero surgieron algunos problemas 'sociales'. Ciertos vecinos individualistas y algo
holgazanes preferían robar parte de las cosechas y no colaborar en las faenas agrícolas.
Alguien pensó que sería conveniente esperarlos a escondidas y atemorizarlos cuando
intentaran practicar el hurto. Pero este método no fue suficiente para disuadir a aquellos
rateros ni a los ocasionales transeúntes 'forasteros' que merodeaban por la zona con las
mismas intenciones. Entonces acordaron que alguien debería vigilar los huertos
permanentemente durante ciertas temporadas (se echó así el germen de la policía).
Sin embargo, algunos pensaron que sería mejor intentar hablar con ellos para
convencerlos de la conveniencia de respetar la propiedad y de colaborar para que
todos pudieran tener su huerto (de este modo nació la idea de la Ética). Pero el éxito
fue muy escaso.
Se dieron entonces cuenta de que el respeto, la colaboración, la amistad y la
cultura deben enseñarse desde pequeños, naciendo de esa forma la idea de
educación. Simultáneamente comprendieron que era necesario extender las mismas
ideas a todos los grupos circundantes, para evitar así las invasiones y fomentar las
buenas relaciones entre todos (y fue cuando nació la Política). Realmente todo fue
una exigencia de la necesidad de vivir mejor a partir del convencimiento de que el
hombre es capaz de conseguirlo, con aprendizaje y esfuerzo.

¿ES FELIZ EL IGNORANTE?


Karl Popper, uno de los filósofos más importantes del siglo XX, escribió:
Todos los hombres y todas las mujeres son filósofos; o, permítasenos decir, si ellos no son cons-
cientes de tener problemas filosóficos, tienen, en cualquier caso, prejuicios filosóficos. La mayor
parte de estos prejuicios son teorías que inconscientemente dan por sentadas o que han absorbi-
do de su ambiente intelectual o de su tradición... Una justificación de la existencia de la filosofía
profesional reside en el hecho de que /os hombres necesitan que haya quien examine
críticamente estas extendidas e influyentes teorías.
Popper tiene razón en que los seres humanos damos por se ntadas (es decir, por verdaderas)
muchas teorías o creencias, sin haberlas sometido una crítica profunda que nos revele su posible
verdad o falsedad.
Sin embargo, muchos seres humanos viven felices en su ignorancia acerca de cómo es en
realidad el mundo. Y no quieren salir de ella, porque eso significaría "comerse el coco" para no
resolver nada, con el añadido de que esa situación provoca angustia, porque muchas veces no
podemos encontrar respuestas a nuestras preguntas.
Si tú tuvieras que elegir, ¿qué preferirías: ser feliz en tu ignorancia o vivir con angustia
intentando encontrar la verdad? ¿Por qué elegirías esa opción?

Pero los problemas 'naturales' continuaban. Un año de aquellos apenas llovió nada.
Fue tan grande la sequía que hasta el arroyo se secó. Este desagradable imprevisto obligó
a pensar de nuevo en una solución más segura y duradera. Alguien tuvo la idea de
construir una represa para almacenar el agua en mayor cantidad y por más tiempo. Así
lo hicieron con muy buenos resultados. Pero la población fue aumentando hasta tal
punto que se hizo necesario pensar en la formación específica de 'embalseros'
(ingenieros). Y también fue necesario crear la profesión de 'maestro', la de 'policía' (que
más tarde degeneró en ejército), la de juez... y todas las demás especialidades
necesarias en una convivencia civilizada.
A pesar de ser la actitud ética (ansia razonable de vivir mejor) la generadora de la
filosofía, y ser la 'eticología' el primer ensayo 'logosófico' que provocó la búsqueda y
desarrollo de las demás ciencias, sin embargo, los especialistas en la ciencia eticológica
tardarían todavía mucho tiempo en asentarse, tanto en los planes de educación como en
las categorías sociales. Por ejemplo, la enseñanza generalizada de esta ciencia para todos
los alumnos de España, no se produce hasta la promulgación de la LOGSE en el año de
1990.
Afortunadamente el pobre y estrecho camino iniciado por aquel grupito del Neolítico
ya no dejó de ser transitado jamás. Y es la única vía por donde han ido discurriendo,
aunque con mucha dificultad, todos los 'eticólogos' auténticos del mundo. Vamos a
presentar aquí a algunos de los que más han colaborado a conformar lo que se conoce
como Historia de la Ética. Sin sus aportaciones no hubiera sido posible mantener la
razonable esperanza de que el mundo puede ir mejorando, aunque sea lentamente.

2. Historia de la Ética
• Consideraciones generales
A lo largo de los tiempos, los valores, principios y normas por los que los seres
humanos orientaron sus conductas, han dependido de las diversas circunstancias
socioeconómicas, así como de las distintas manifestaciones culturales expresadas en
mitos, religiones, ideologías y hasta en filosofías o en las mismas ciencias.
De ordinario, cada nuevo ser humano ha recibido por tradición ('superyó' de
Freud) los 'principios' por los que debía hacer esto o evitar aquello, así como las
'razones' por las que algo podía ser criticado o era 'tabú'. Algunos mitósofos han
confundido esta 'herencia' con la naturaleza, la iluminación divina o la conciencia.
Sin embargo, de vez en cuando han surgido personas poco comunes (filósofos) que
se han atrevido a criticar estas tradiciones y a valorarlas.
En ciertas épocas, si osaban emitir públicamente sus valoraciones negativas, solían
correr graves riesgos ante los poderes políticos o religiosos correspondientes, de modo
que se tenían que esconder, y podían perder sus empleos e incluso ser condenados a
muerte o enviados al exilio. Porque una de las primeras cosas que temen y rechazan los
poderosos de todos los tiempos es descubrir la relación entre 'pensar' y 'hacer'. De ahí
que luchen por impedir que la gente pueda 'discurrir' por su cuenta, no vaya a suceder
que se les ocurra también hacer algo poco agradable para el 'señor' del reino, el amo
del pueblo o el dueño de la finca.

• Los orígenes del pensamiento occidental


El llamado 'pensamiento occidental' comienza, grosso modo, con la cultura clásica
grecorromana, y llega hasta el actual modo europeo y americano de entender la vida, el
cual, en ciertos aspectos, se ha extendido por todo el mundo.
En torno al siglo VI-V antes de Cristo, se produjo en Grecia un cambio profundo en el
modo de entender y resolver los problemas que inquietaban o animaban al hombre. Se
comenzó a perfeccionar el método de investigación mediante un mayor dominio de la
imaginación 'creadora' y una mejor organización del trabajo de la razón, orientándola
hacia campos de relaciones observables, medibles y sistematizables. Es decir,
cambiando la actitud 'mítica' por la actitud 'lógica'.
Así nace un nuevo y muy ambicioso proyecto que en principio se llama Filosofía y
que después se irá dispersando en múltiples ciencias y especialidades científicas, de las
cuales algunas están tan lejos de aquel origen que o no lo reconocen o incluso lo
desprecian. Hoy suele reservarse la palabra Filosofía para cuestiones de método, de
valoraciones y de visión de conjunto (epistemología, ética, crítica).
En este quehacer surgen pensadores sobresalientes que descollaron por encima de los
demás y que suelen figurar en las historias generales de la Filosofía. Es posible que otros
hayan sido injustamente relegados a la letra pequeña de esta historia, pero los que la
escriben eligen, y los que la leen aceptan. Así es la 'historia'. Unos, sin escribir nada,
como Sócrates o Cristo, han pasado, por razones bien distintas, a formar parte muy
representativa de la historia de la humanidad; otros, habiendo escrito quizás mucho y
sin duda bien, siguen siendo ignorados por completo en el fondo de viejos o nuevos
cajones.
3. Filósofos representativos de la Ética
• Sócrates (469-399 ANE)

Su Teoría suele llamarse 'intelectualismo moral', porque identifica la virtud con el


saber, y, por tanto, al sabio con el bueno. Por el contrario, el vicio equivale a
ignorancia, y el malo al necio o inconsciente. Los conceptos éticos se pueden
enseñar y se pueden aprender. El sabio descubre las ideas éticas (justicia, verdad,
responsabilidad) mediante la reflexión ('conócete a ti mismo'), y puede enseñar a los
demás a hacer lo mismo a través del diálogo, con el cual se pretende eliminar primero
los prejuicios (Ironía') para poder después pensar 'rectamente' ('mayéutica'). Siendo
esto así, la solución para acabar con las malas acciones humanas nunca estará en el
castigo, sino en la información; por eso el camino siempre irá por la vía de las
escuelas, no de las cárceles.

CONOCERSE A UNO MISMO


En el pórtico del templo de Delfos (un lugar de peregrinación religiosa para los griegos) había una
inscripción cuyo texto decía: "conócete a ti mismo". El filósofo Sócrates convirtió ese lema en el
principio fundamental de su filosofía, tanto en su nivel teórico (como forma de acceder al
conocimiento de la realidad) como en su nivel práctico (para descubrir dentro de uno mismo los
valores éticos que, según él, obedecían a una ley natural que se encontraba en el corazón de
todos los hombres). De esa manera, trataba de defender que la verdadera sabiduría no se
hallaba en el mundo exterior, sino, al contrario, en e l interior de cada ser humano.
Reflexiona sobre el sentido profundo de la máxima deific a y socrática con el fin de contestar
a las dos siguientes cuestiones:
¿Por qué crees tú que es tan importante conocerse a uno mismo? ¿Para qué sirve, según tu
criterio, esa búsqueda en el interior de uno? Pon ejemplos concretos de las ventajas que la
introspección puede reportar en la vida cotidiana.
Si tú tuvieras que establecer una jerarquía de preferencias, ¿qué sería más importante
para ti: conocerte a ti mismo o conocer a los demás? ¿En qué fundamentas tu elección?

• Platón (427-347 ANE)

Como discípulo de Sócrates, intentó perfeccionar la doctrina de su maestro


mediante su Teoría de las Ideas: hay un mundo distinto de éste donde existen la
bondad, la belleza y la justicia en estado de perfección. Por otra parte, como el hombre
se compone de 'cuerpo' y 'alma', ésta ha descendido de aquel mundo y lo conserva en
alguna parte de su memoria, pero, al quedar encarcelada en el cuerpo, lo ha olvidado.
El alma tiene que luchar con el 'cuerpo' para recuperar aquellos recuerdos.
Esto se consigue con la 'dialéctica', es decir, desarrollando pensamientos 'contradictorios'
(contraste), bien individualmente (monólogo'), bien con otras personas ('diálogo'). Como
el hombre sólo alcanza su máxima perfección en sociedad, será dentro de ella
donde cada uno deberá realizar, del mejor modo posible, la tarea que le corresponde
según su 'clase' social. Para que haya equilibrio en las relaciones humanas, será
necesario que los gobernantes practiquen la virtud de la 'prudencia', los guerreros la
'fortaleza' y los productores la 'templanza'. Mediante el correcto ejercicio de estas
virtudes se conseguirá una sociedad 'justa'.

• Aristóteles (384-332 ANE)

Fue discípulo de Platón, pero prescindió del mundo de las Ideas de su maestro.
Mantuvo, sin embargo, la convicción de que el hombre solamente puede desarrollarse
como tal en sociedad (de lo contrario, 'sería una bestia o un dios'). El hombre es un
ser racional (animal que tiene logos') y social ('animal político'). Por consiguiente debe
actuar según la razón, pero teniendo en cuenta las razones de los demás. Así conseguirá el
equilibrio necesario para disfrutar de una vida feliz, lejos del riesgo a que nos exponen
los excesos (la virtud está en el medio'). Cubiertas las necesidades básicas, el mayor
placer del hombre es la actividad intelectual, como desarrollo de lo que le es propio y
que lo diferencia del resto de los seres del mundo.

• Epicuro (341-270 ANE)

Decepcionado por los


acontecimientos políticos de la
Atenas de su época, propuso una LA BUENA VI DA
moral 'particular': que cada uno se las La búsqueda del placer no está reñida con la
arregle como pueda dentro del grupo ética, siempre que con su satisfacción no nos
con el que mantenga una relación hagamos daño a nosotros mismos o a los demás. A
directa. Su filosofía se llama veces, sin embargo, una vida dedicada a la pura
'hedonismo' ('hedoné' en griego satisfacción de deseos nos impide realizar otras
significa placer). Proponía, por actividades humanizadoras, además de
consiguiente, que se debe hacer convertirnos en personas poco solidarias para con
todo lo que produzca placer, ya los demás.
que en eso consiste la felicidad. Y En nuestro idioma tenemos dos expresiones muy
el placer se logra mediante la parecidas (se componen exactamente de las
mismas palabras, aunque en un orden distinto),
'autarquía' (autonomía y
pero que significan cosas distintas. Te pedimos que
autosuficiencia) y la 'ataraxia'
digas qué significan exactamente para ti las
(ausencia de dolor, temor, pena y siguientes expresiones:
preocupaciones), practicando lo que - Llevar una vida buena.
produce satisfacciones sosegadas y - Llevar una buena vida.
serenas (como la amistad) y evitando ¿Qué diferencia de significado encuentras en
lo que genera dolor e inquietud, como ellas? ¿Cuál de las dos te parece que refleja mejor
la soledad y el temor a la muerte o a tu ideal de vida y por qué?
los dioses. ¿Pueden ser compatibles ambas? ¿Cómo?
A los partidarios de su
pensamiento se los conoce como
'epicúreos'.

• Zenón de Citio (341-261 ANE)

Se considera el
fundador del
MO RA L PRO VI SIO NA L Estoicismo. Los estoicos,
Descartes construyó lo que él mismo llamó una moral al ser contemporáneos de
provisional. Su argumento es el siguiente: puesto que no puedo los epicúreos, sufrían la
tener un conocimiento absoluto de lo que es bueno y malo, misma frustración 'política'
siempre tendré mis dudas al respecto; y dado que no puedo que ellos. Pero en vez de
vivir en sociedad siendo un amoral, necesito admitir una serie fundar la felicidad en el
de reglas que me permitan saber cómo comportarme. Mi razón placer, lo hacen en la
me dice que es conveniente seguir las siguientes normas: 'virtud'. Participan de la
• Obedecer las leyes y las costumbres de mi país.
corriente de pensamiento
• Ser tan fuerte y resuelto en mis acciones como pueda, ya
que conformó otras
que una decisión cualquiera será siempre mejor que la
filosofías, como el
indecisión.
Budismo: el deseo es
• Intentar antes vencerme a mí que a la fortuna, y cambiar
mis ideas antes que el orden del mundo. fuente de infelicidad. En
Si tú tuvieras las mismas dudas que Descartes, ¿decidirías cambio, nada le falta al
también seguir esas reglas o no? que nada desea.
Algunos han señalado que esa moral provisional es burguesa, El principio estoico es:
puesto que no se cuestiona ni el orden social ni la moral vive conforme a la
imperante, limitándose a seguir lo que piensa la mayoría. ¿Qué
naturaleza. Lo que no
piensas tú al respecto? Desde un punto de vista ético, ¿qué
significa solamente
prefieres tú: ser un rebelde aunque eso te traiga problemas, o
respetarla y cuidarla, sino,
aceptar las ideas mayoritarias y vivir tranquilamente?
sobre todo, aceptar
resignadamente sus
aparentes 'abusos' y 'excesos'. No se identifica con la moderna actitud ecológica de no
maltratarla, sino más bien con la 'sabia' aceptación de sus leyes ('lógos'), incluso
cuando parece que ella nos maltrata, puesto que todo cuanto ocurre está
predeterminado así. Por eso, las tormentas, terremotos y otras catástrofes deben ser
soportados sin inmutarse ('apazéia').
Se cuenta que Zenón azotaba a un esclavo sorprendido robando. El esclavo le dijo
que su destino era robar. Zenón le responde que también lo es ser azotado.

• Hume (1711-1776)

Se considera a Hume (filósofo empirista del siglo XVIII) como el primero que
sistematizó el emotivismo moral. Según el empirismo, sólo podían ser conocidos
objetivamente los hechos de la experiencia. Más allá de ésta, el conocimiento era
imposible y, por tanto, una falsa ilusión.
Para Hume, los conceptos de la Ética (bien, mal, justo, etc.) son propiedades
abstractas que atribuimos a los objetos, a los actos o a las situaciones, pero no son
hechos. Por ejemplo, un hecho es cuando observo que alguien toma ilegítimamente una
propiedad que no es suya (robo). Sin embargo, si yo afirmo a continuación: «el robo es
malo», me encontraré con que no estoy describiendo un hecho (robar), sino tan sólo
estableciendo una valoración (robar es malo). Dicha valoración, al no ser un hecho, no
puede ser objeto de conocimiento por parte de la razón.
Ahora bien, si los juicios éticos no se refieren a hechos, ¿qué expresan
exactamente? Según Hume, únicamente sentimientos, deseos o intereses, es decir,
estados emotivos del sujeto que emite el juicio, y a través de los cuales éste manifiesta
su conformidad o rechazo ético de la acción.
• Kant (1724-1804)

Como pensador ilustrado, era un hombre plenamente convencido del poder de la


razón. Tanto que la razón sería capaz de establecer principios sin contar con la
experiencia. Una razón de esa clase se denomina razón formal. Según esto, la teoría
ética de Kant establece que todos los hombres deberían actuar por principios,
por el deber sin más (ética formal), y no por el bien (premio) que se pudiera
derivar de las respectivas acciones (ética material).
Su ética no dice lo que se debe hacer en cada caso, sino cómo se debe actuar
siempre, tomando como criterio el imperativo categórico (mandato universal e
incondicionado), que puede formularse así: Obra de tal modo que tu conducta pueda
convertirse en ley universal, tomando al hombre siempre como fin en sí mismo,
nunca como medio.
El imperativo hipotético, en cambio, se caracteriza por proponer mandatos éticos con
el objetivo de alcanzar determinados fines; por ejemplo, «si deseas estar en paz con tu
conciencia, no mientas». Lo que caracterizan a este tipo de imperativos es proponer
medios (en el ejemplo, no mentir) para alcanzar fines que se consideran buenos
moralmente (estar en paz con nuestra conciencia); por tanto, no proponen obrar tan
sólo por puro respeto al deber. Según Kant sólo son estrictamente éticos los imperativos
categóricos.

LA CO H ER E N CI A KA NT I A NA
Uno de los temas más controvertidos de la ética kantiana es el relativo a que una acción, para ser
considerada moral, debe haberse realizado por puro respeto al deber y no como consecuencia de
algún fin o interés personal ajenos al deber moral.
Por ejemplo, yo debo ayudar a mis amigos, no porque espere que ellos me devuelvan el favor un
día, o simplemente porque ayudarlos me produce una satisfacción personal muy grande, sino tan sólo
porque creo que ayudar siempre que se pueda a los demás es una ley univers al de la razón ética.
Según Kant, uno puede realizar acciones buenas, aunque no sean estrictamente morales: por
ejemplo, dono dinero a una ONG pero lo hago no por el deber moral de la solidaridad, sino con la
intención de desgravar ese dinero de mi declaración de Hacienda; en este caso mi acción provoca un
efecto bueno (ayudar a los necesitados), pero no ha sido realizada por respeto al deber moral.
Algunos pensadores críticos con respecto a la moral kantiana han señalado que la pretensión de
obrar sólo por respeto al deber es un ideal imposible de cumplir en la realidad, ya que la naturaleza
humana no se comporta nunca así en la vida real. Incluso aunque Kant creyera que él obraba sólo por
deber, cabría decirle que ese acto le provocaba una satisfacc ión interior profunda (reforzaba su ego
y la consideración que se tenía a sí mismo); por tanto, ya estaba obrando por un interés personal.
• Expresa tu opinión acerca de si es posible obrar sólo por deber o no. Intenta argumentar apoyándote
en ejemplos concretos.
T. de Quincey, un escritor británico del siglo XVIII, en un fragmento del libro satírico titulado El
asesinato considerado como una de las bellas artes, se burla de la moral kantiana, destacando, de
paso, que en casos extremos conduce a absurdos contrarios a la racionalidad:
Kant, que llevó sus demandas de veracidad incondicional hasta el extravagante extremo de afirmar
que si un hombre veía a una persona inocente escapar de un asesino, tendría el deber, si éste le pre-
guntaba por ella, de decir la verdad y señalarle por dónde se había ido, aun con la certeza de que la
mataría. Para que no se creyera que esta doctrina se le había escapado en el calor de una
discusión, al serle atribuido este origen por un celebrado escritor francés, la reafirmó solemnemente
con sus razones.
• J. S. Mill (1806-1873)

Los valores valen si son útiles, es decir, si nos interesan porque nos producen felicidad
y placer. El hombre debe actuar según el 'principio de interés' y el 'principio de
felicidad', siguiendo la norma que exige saber calcular cómo y cuándo de
nuestras acciones se sigue más placer que dolor ('aritmética de los placeres').
Pero no basta buscar cualquier placer individual, sino el mejor y más general,
conforme al principio del 'mayor bien para el mayor número', ya que la sociedad es
la destinataria de la 'felicidad'. Y si cada uno tiene sus problemas mínimamente
resueltos, menor riesgo hay de enfrentamientos y violencias.
A J. S. Mill se le considera como uno de los grandes filósofos del Utilitarismo,
corriente filosófica, básicamente especializada en el ámbito de la Ética, que fue
fundada por Bentham.

• Marx (1818-1883)

Parte del valor de la igualdad entre todos los seres humanos, del que se deriva el
principio siguiente: Nadie tiene derecho a vivir a costa de otros, intentando
hacerse rico mediante la explotación de los demás.
Del análisis de la sociedad del siglo XIX, infiere que existen dos clases sociales con
intereses totalmente antagónicos: la capitalista y la proletaria. Mediante la adquisición
de la 'conciencia de clase', los proletarios deben unirse y poner en práctica una ética
revolucionaria, luchando contra los explotadores (capitalistas) y contra sus protectores
(Estado).
Así se alcanzará la igualdad, compartiendo los bienes que se obtengan (comunismo)
razonablemente, es decir, exigiendo a cada uno según pueda, y dándole según necesite
(cada uno según su capacidad; a cada uno según sus necesidades).

• Nietzsche (1844-1900)

Los valores de la tradición filosófica y cristiana (valores de muerte los llama:


humildad, obediencia, resignación, en cuanto a las morales; ciencia conceptual alejada
de la auténtica vida, en cuanto al conocimiento) han llevado a occidente a su más bajo
nivel cultural y humano, al hundimiento y a la decadencia.
Hay que 'transmutar' estos valores (lo que era 'bueno' pasa a ser 'malo', y al
revés). De este modo, se pasa de una moral de esclavos a una moral de señores,
partiendo de la afirmación radical de la vida y de los valores que van asociados a ella
(fuerza, goce, capacidad creativa, etc.), la cual se expresa en la personalidad
creadora, en la voluntad de poder, en el orgullo y en el riesgo.

• Sartre (1905-1980)

En relación con el pensamiento ético, Sartre


defiende que el hombre es radicalmente
CONDENADO A LA LIBERTAD
libre y totalmente indeterminado, por eso
será lo que él decida ser, lo que él se Busca información sobre las teorías
haga. Pero carece de referencias fijas (ni Dios filosóficas y éticas de Sartre. Después,
ni valores), por eso lo bueno será lo hecho comenta su famosa sentencia: el hombre
con la máxima libertad, teniendo en cuenta a está condenado a ser libre.
los demás, «porque eligiéndome, elijo al
hombre».

• Habermas (1929-)

La ética kantiana debe de estar respaldada por un diálogo simétrico en el que todo
el mundo pueda participar.
• Kohlberg (1927-1987)

A partir de los procesos evolutivos en los que, según el psicólogo Piaget, se van
manifestando los grados de conciencia moral en el desarrollo del ser humano, Kohlberg
estableció tres niveles y seis estadios, partiendo del más primitivo al más perfecto:
• Nivel I. Preconvencional: Seguir las reglas
 Estadio 1: Evitar castigos y rechazos.

 Estadio 2: Intercambio de intereses.

• Nivel II. Convencional: Cumplir los deberes contraídos


 Estadio 3: Comunidad de sentimientos y lealtad.

 Estadio 4: Cumplir compromisos y tener en cuenta la perspectiva social.

• Nivel III. Posconvencional: Actuar según los principios éticos individuales


cuando se cree que son violados por las leyes y los acuerdos sociales
 Estadio 5: Derechos individuales y contrato social.

 Estadio 6: Principios éticos escogidos por uno mismo, en función de los


cuales se puede hasta contravenir las leyes.

UTILITARISMO FRENTE A INTUICIONISMO


El utilitarismo afirma que para saber si una acción es 'buena' o no debemos e sperar a observar las
consecuencias que provoca dicha acción, con el fin de analizarlas posteriormente viendo si han sido
útiles y convenientes para el mayor número de personas posibles. En el caso de que así sea,
hablaremos de una 'acción buena'; en el caso contrario, de una 'acción mala'.
En cambio, las distintas escuelas que defienden el llamado intuicionismo moral argumentan que la
bondad o maldad de una acción puede percibirse antes de ser realizada, simplemente por u n análisis
intuitivo (no necesitamos comprobar sus consecuencias, puesto que directamente percibimos que dicha
acción es buena o no).
Por ejemplo, para el utilitarismo, el precepto `no robarás' es una norma 'buena' únicamente porque
la experiencia histórica de los hombres ha demostrado que el respeto a la propiedad ajena es más útil
socialmente que su contrario. En cambio, para el intuicionismo moral se trata de un precepto ético cuya
evidencia es palpable sin necesidad de comprobación, incluso para una persona que no hubiese
recibido educación alguna y que, por tanto, no tuviera noticias sobre experiencias históricas anteriores
de los seres humanos.

Para terminar, conviene recordar que en el siglo XX la Ética ha sido ampliamente


sobrepasada por la Tecnología, a pesar de los esfuerzos teóricos de la Escuela de
Fráncfort, entre otros. Pero, en mi opinión, esto no significa que la Ética haya
retrocedido, sino solamente (y no es poco) que la Tecnología ha avanzado
infinitamente más -y con ciertos riesgos quizás no suficientemente sopesados-
precisamente porque la Ética no consiguió avanzar en la misma proporción. En cualquier
caso, los valores actuales no son inferiores a los de hace cien o cincuenta años ni, por
supuesto, a todos los de épocas anteriores. Quien piense lo contrario, o no sabe
historia, o perdió la memoria, o ambas cosas. Lo que no excluye que se den razones
más que suficientes para el 'lamento'.
El fracaso está en que la Técnica ha logrado invadir casi todos los hogares del
mundo, mientras la Ética continúa circunscrita a ambientes universitarios o a grupos
selectos de profesores e intelectuales, ocupando su sitio las religiones o las formas
'degeneradas' de las mismas: 'cuentos' de carácter mágico, milagrero, adivinatorio y
maravilloso...
Por la autopista de la Técnica todo el mundo circula; por el sendero de la Ética lo
hace muy poca gente. Esta desproporción es la que explica que no haya suficiente
conciencia social para evitar que unos cuantos malvados y pérfidos puedan abusar de
los demás gracias a los avances científicos.
Pero una cosa es admitir que lo que hay no es lo 'bueno', y otra muy diferente es
pensar que 'eso' (lo 'bueno') existió antes y ahora se ha perdido. Conviene más bien
insistir en que todavía no ha llegado, y que llegará tarde y mal si no se cambia de
'método'.
AMPLIACIÓN CONCEPTUAL

➢ Días y dioses
La idea de movimiento ha sido expresada mediante el verbo griego 'zéo', del que
deriva el término 'zeós' (dios).
Por eso, las palabras 'dios', 'día', 'correr', etc., tienen el mismo origen. 'Hoy' se dice
en latín 'hoc die' ('hodie'), lo mismo que 'este dios' se dice 'hoc deus', con lo que 'este
dios' y 'este día' eran, originariamente, la misma cosa.

➢ Sobre el Mito y el Logos


Como ya se ha insinuado en la Prehistoria de la Ética, desde que el hombre fue
consciente de su existencia, se fue dando cuenta también de que se puede modificar la
forma de vivir y de que se puede, quizás, retrasar el inevitable morir.
Entre deseos, miedos y algo de ilusión, algún hombre se puso a 'discurrir', a 'pensar'
en torno a todo esto.
Las primeras ocurrencias 'míticas' se orientaron hacia la búsqueda de poderes
mágicos que permitieran dar soluciones totales y definitivas. Dentro de ellas se
encuadra, por ejemplo, el mito de la Eterna Juventud, o el de Adán y Eva en el Génesis.
Si consiguiéramos ser eternamente jóvenes, ambos problemas se solucionarían de una
vez: la superación de la muerte y el logro de una vida feliz. Pero ¿cómo alcanzar esta
aspiración?
El 'mitósofo' fingió la siguiente historia:
En las profundidades marinas, de aguas agitadas y muy frías, existe una planta
fuertemente arraigada y espinosa, que contiene la 'esencia' de la eterna
juventud. Sólo un dios o un superhéroe podría acercarse a ella e intentar sacarla
afuera. Una sola gota de su savia bastaría para colmar el deseo. Muchos jóvenes
valientes lo intentan, año tras año. Pero todos fracasan. Por fin, un apuesto y
divino joven, en solitario (nadie lo vio), logra sumergirse hasta los trescientos
metros de profundidad, contiene la respiración el tiempo preciso y forcejea con la
planta hasta que consigue arrancarla. La sube a la superficie. Se acerca a la
orilla. Se sienta jadeante y eufórico con el trofeo a su lado. Cuando logra recobrar
la respiración, se acerca al agua y se lava las heridas. Al girarse, observa cómo
una culebra, de gran tamaño, le roba la planta y se interna rauda en la
abundante maleza del ancho monte. Corrió a toda prisa detrás de ella, pero la
perdió para siempre.
De esa 'maravillosa' planta sólo se aprovecharon, desde aquel fatídico día, las
serpientes. Pero, curiosamente, el único beneficio que sacaron fue cambiar de 'camisa'
cada primavera. iAlgo es algo!
Visto el escaso éxito alcanzado por la solución mítica, algunos hombres siguieron
pensando en otras posibilidades. Así surgieron las primeras 'ocurrencias'
filosóficas, con pretensiones más 'humildes' que las imaginarias, pero con 'razonables'
esperanzas de modificar un poco las condiciones o variables del problema: ya no se trata
de no morir, ni de ser eternamente joven, sino de ampliar la etapa vital que se asemeja
al modo juvenil de vivir, y de retrasar, cuanto se pueda, el momento de fenecer, en las
mejores condiciones posibles. Se trata, en cualquier caso, de explicar el
funcionamiento de la Naturaleza, de conocer lo inevitable y de formular las leyes
lógicas de la existencia, para mejorar, o, al menos, para no tener que vivir en un estado
de frustración permanente.
En este sentido va el primer fragmento que se conserva de la historia de la Filosofía,
escrito por Anaximandro: De donde las cosas tienen origen, hacia allí terminan por
volver necesariamente; pues es justo que paguen su deuda, según corresponde al paso
del tiempo. Es decir, que, si una cosa llega a ser lo que es a costa de otra, es justo que
otras lleguen también a ser a costa de ella, realizándose el proceso dentro del 'orden
marcado por el tiempo'.
Las explicaciones míticas son fantásticas, pero frustrantes. Todas acaban mal,
porque la experiencia se encarga siempre de demostrar que sólo son 'sueños'. La de
Anaximandro es más 'ordinaria', menos pretenciosa, pero más convincente. Los mitos
te hacen soñar, pero la realidad se impone; ante esto, se falsea el relato,
convirtiendo lo fantástico en real.
La filosofía ‘logosófica', en cambio, nos dice cómo unos seres llegan a ser a costa de
otros, y ve razonable que otros lleguen a ser costa de los primeros, y así indefinidamente.
Pero no se piense que se ha dado definitivamente el tan celebrado y exaltado paso
del 'mito' al 'lógos'. Cada caminante se esfuerza es descalificar al que va por otro camino.
Nunca el saber ha logrado avanzar de una forma lineal e irreversible. Por eso, con mucho
acierto, se acuñó el verbo 'discurrir', que significa 'no-correr' por vía fija, sino avanzar
zigzagueando, para poder considerar ('sopesar') todo cuanto interviene en este proceso y
comprender sus altibajos.
La Filosofía es una búsqueda inteligente de explicaciones. El ser humano descubre la
experiencia del 'desasosiego' al carecer de
'razones' ante ciertos fenómenos
DILEMA sobrecogedores y desconcertantes.
Para Sartre, llevar una existencia Buscarlas es filosofar. Y la actividad se man-
inauténtica consiste en buscar cobijo bajo tiene a medida que se van alcanzando
determinadas ideologías para saber qué interpretaciones razonablemente satisfactorias.
es lo que hay que hacer (pueden ser
Pero el ansiado 'sosiego' se puede intentar
ideologías religiosas, políticas, morales,
alcanzar de dos maneras:
culturales, de tribus urbanas, etc.). Por
contra, una existencia auténtica significa • A través de la imaginación 'pura' (perezosa y
asumir que no existe nada más que esta descontrolada).
vida, y que en ella somos sujetos
esencialmente libres, cuya esencia consiste • Mediante la imaginación (hipótesis)
precisamente en tomar decisiones acerca científica (laboriosa y ordenada).
de lo que deseamos para el futuro. Pero Pues bien, la Filosofía siguió los dos caminos:
asumir esa libertad nos provoca congoja,
angustia, incertidumbre... Al principio prevaleció el primero, es decir, el
Te pedimos que resuelvas el siguiente imaginativo 'puro' o 'mitosófico'.
dilema: ¿qué prefieres tú: una existencia
confortablemente instalado en una creencia Después, a partir de Tales, se inició con
religiosa, política, etc., que te diga siempre aceptable éxito el segundo: el 'sofológico', o sea,
lo que tienes que hacer y así no vivir en la el que se conoce en la Historia del Pensamiento
incertidumbre, o asumir totalmente que en como 'filosófico-científico'. De hecho, cuando los
este mundo no puede esperarse nada filósofos hablan en 'serio', llaman filosofía sólo al
salvo tu libertad, lo que te conducirá apartado que aquí enmarcamos con la palabra
inevitablemente a la duda y a la angustia 'sofología'.
de equivocarte al tener que elegir a cada
Insistentemente, el 'myzos' pretende
momento?
'embadurnar' al 'lógos'; y el 'lógos' intenta
'barnizar' al 'myzos'. Por los resultados, hay que
valorar y decidir qué vía debe ser potenciada, y cuál debe ir siendo abandonada o
simplemente relegada al campo 'metafísico-poético' puro (como elementos del museo
perteneciente al quehacer histórico).
En relación con problemas como el del odio, la enfermedad o la muerte, el 'mitósofo'
constata los hechos (se muere, se está enfermo, se odia) y, sin estudiarlos
ordenadamente (causas, efectos y posibles soluciones), se lanza a su eliminación
ilusoria, de un modo ciego, por procedimientos mágicos. Ningún botánico había 'visto'
nunca la planta de la 'eterna juventud'...
Lo típicamente mítico está en el supuesto poder mágico de la misma, capaz de convertir
la juventud en algo interminable, en su modo de desaparecer por causa de la serpiente y en la
explicación del cambio de 'camisa' del reptil. No hace más que expresar un deseo e imaginar
las causas por las que no ha podido realizarse. Los 'mitósofos' siguientes se dedicaron a
repetir lo mismo o a fabular otros relatos con idénticos resultados prácticos y parecidos
resultados psicológicos.
El 'sofólogo', por su parte, también se hace cargo del problema, pero intenta explicarlo
(analizando sus variables). Así dice Anaximandro: Es justo pagar lo que se recibe, pero
debe hacerse mediante el procedimiento adecuado, ordenadamente y en el tiempo

CADÁVERES 'RELATIVOS'
El historiador griego Herodoto refiere un hecho sucedido en la corte del emperador persa Darío.
Al parecer, éste preguntó a unos griegos si estaban dispuestos a comerse el cadáver de su padre en
el caso de que les ofreciese por dicho acto una suma elevada. Los griegos respondieron,
indignados, que ni todo el oro del mundo sería suficiente para que ellos hiciesen tal acto. A su vez,
y delante de los mismos griegos, preguntó a unos habitantes de la India -cuyas costumbres
especificaban que a la muerte de sus progenitores debían celebrar un banquete con su carne- que
cuánto oro tendría que pagarles para que accediesen a quemar el cadáver del difunto (costumbre
griega para honrar a los antepasados), a lo que gritaron enardecidos que jamás harían tal cosa.
Como ves, se trata de un caso de relativismo cultural: lo que es correcto para los griegos, a los
indios les parece una monstruosidad, y viceversa. El filósofo francés Montaigne cita este caso
para señalar que la Ética no puede fundamentarse en las costumbres sin más, ya que muchas de
éstas son absurdas y no se encuentran fundadas en ningún tipo de racionalidad ética.
Muchos autores han señalado que el relativismo ético es irracional, porque no podemos decir,
sin más, que todas las costumbres sociales (que son las que determinan lo que es bueno y malo en
muchas sociedades) son semejantes desde un punto de vista ético y que, por tanto, debemos
abstenernos de juzgarlas cuando se trata de costumbres diferentes a las nuestras.
Volvamos al experimento de Darío. ¿Hubieras aceptado una fortuna en oro por comerte el
cadáver de tu padre en el caso de haber sido griego? ¿Y a quemarlo habiendo sido indio? Desde un
punto de vista racional, ¿te parecen ambas costumbres arbitrarias o crees que una de ellas es
más 'lógica' que la otra?

oportuno. Los 'sofólogos' siguientes continuaron el camino iniciado, superándolo con


propuestas sobre la posible modificación de dicho orden y sobre el desenvolvimiento del paso
del tiempo vital. Esta actitud generó cierta confianza en la capacidad de la razón humana para
interpretar el mundo y para intentar su lenta y ardua, pero indudable, transformación.
Surge así la Medicina, la cual, desde Hipócrates al último premio Nobel, ha conseguido
dominar y vencer muchas enfermedades, y en consecuencia ha logrado retrasar la muerte
en infinitos casos. En la misma línea se sitúa la historia de la dietética. O los argumentos
expuestos por Epicuro, Cicerón y otros, para valorar la amistad.
A pesar de estos avances evidentes, y puesto que no se alcanzan todos los objetivos
deseados, la frustración sigue teniendo elementos suficientes para ser alimentada. En estos
términos piensan quienes se oponen a la eutanasia porque puede producirse un 'milagro', o
desprecian el trabajo continuado y aburrido porque, en cualquier momento, San Pancracio
puede hacer que le toque la lotería...
Y ya tenemos el terreno abonado para que los 'míticos' recalcitrantes les sigan haciendo
sitio a las divinidades, con sus correspondientes santorales (santos especializados en curar
ciertas enfermedades, en recuperar objetos perdidos, en superar los males de amores, aguas
milagrosas etc.). Los 'listos' también aprovechan la coyuntura para montar sus negocios en
torno a las 'videncias' (a pesar de ser 'evidente' su inutilidad), curanderismos, males de ojo,
etc. No se les puede negar, sin embargo, cierta capacidad para generar motivos de fiesta y
amistad social (romerías), así como cierta reconfortante esperanza en los premios de otra
vida, que hace más soportable para algunos los sufrimientos y la muerte.
Pero las diferencias son radicales. Los avances de la medicina se pueden
comprobar. Los beneficios de la amistad para una vida más agradable son
indiscutibles. La previsión de sequía, mediante el almacenamiento de agua, soluciona el
problema. En cambio, las promesas divinas jamás han sido 'vistas' por nadie. Las
curaciones por casualidad, placebos o psicológicas, no tienen por qué ser atribuidas a
seres ocultos.
Sin embargo, incluso el saber de los 'científicos' y 'sofólogos' puede degenerar en
'mitogénesis', al convertir sus productos y sus verdades en objetos 'adorables'. Es
indudable que cierta 'manía' científico-tecnológica ha producido 'tecnomas' (tumores
'enfermizos' para la humanidad), como la bomba atómica, los residuos industriales o los
gases destructores del ozono. La autosuficiencia de las corrientes filosóficas, sobre todo
de corte racionalista, se han separado del mundo generando auténticos ‘logodogmas'
(supuestos hallazgos intelectuales tan geniales como inútiles, pero si alguien no los
acepta, es tachado de mentecato o malicioso). Un ejemplo puede ser el imperativo
categórico kantiano, que supone ignorancia o mala voluntad en quien no alcance a
comportarse conforme a él. O el estado postconvencional de Kohlberg.
Desde mi punto de vista, hay que replantear la relación entre filosofía y mito.
Etimológicamente hablando todo es Filosofía. Veámoslo en esquema:

Según su etimología, filosofía significa afición a saber. Necesidad, ganas, gusto y


ansia de saber. Se trata de intentar buscar solución a los problemas vitales o de dar las
mínimas satisfacciones a los deseos. Para ello, lo primero que el hombre necesita es
comprender lo que le rodea y comprenderse a sí mismo para establecer las mejores
relaciones posibles con el medio, tanto de colaboración como de defensa.
Los primeros intentos de alcanzar estos saberes se expresan en los mitos
('mitosofía', del griego 'myzos', cuento, fábula, leyenda; y 'sofía', sabiduría), a través de los
cuales se buscan las soluciones fuera del mundo en que se manifiestan los fenómenos, dado
que a la Naturaleza parece que le gusta ocultarse (Heráclito). El rayo proviene de las nubes,
pero no se ve al que lo lanza; el agua brota por el manantial, pero no se sabe quién la
envía. Nos los imaginamos y problema resuelto.
Después, alguien más observador comprueba que algunas de las cosas que suceden sí
muestran sus causas. Sabe, por ejemplo, que un dolor de muelas puede producir un flemón en
la cara; o que el agua, la luz y el calor favorecen el crecimiento de las plantas. Tal es la
explicación de los sucesos por sus causas. Así piensa que, del mismo modo que se
consigue hacer fuego por frotamiento de dos determinados cuerpos, también podría darse
el caso de que, con otra clase de frotamiento y otro tipo de cuerpos, podría resultar el
fenómeno del rayo, ya que se trata igualmente de una clase de fuego.
Este cambio de actitud es lo que se conoce como paso del Mito al Logos.
Los mitósofos' quieren saber. Los 'sofólogos' también quieren saber. En este sentido,
todos son filósofos. Pero el que explica las cosas por ellas mismas inicia la 'sofología'
(del griego 'lógos', razón, palabra, pensamiento que 'discurre' por relaciones y causas
observables).
Los que recurren a algo extraño ('más allá', poderes ocultos, dioses, etc.) hacen
'mitosofía'. En consecuencia, parece que lo razonable sería ir superando
constantemente el mito hacia el logos. Pero no sucede así. Los que endiosan e
idolatran cualquier aspecto de la ciencia, o cualquier producto tecnológico, pueden
'regresar', por exceso, a la 'mitosofía'. Veamos un ejemplo:
Supongamos que un 'sofo-eticólogo' expone los valores que pueden satisfacer deseos
y cubrir necesidades de un determinado grupo humano. Se llama, entonces, al científico
para intentar hacerlos realidad. Si se quiere, por ejemplo, la rapidez de movimiento de
un lugar a otro, puede ser útil primero el domador de caballos y después el inventor del
automóvil; pero quizás sería excesivo empeñarse en continuar por ese camino hasta
lograr la construcción del cohete que lleve al hombre a Marte, aun a costa de ingentes
cantidades de dinero que deberían destinarse a solucionar otros problemas pendientes
más fundamentales, como la salud o el alimento para todos.
Recapitulando, podríamos decir que, originariamente, la filosofía no es nada objetivo,
sino la expresión de un deseo ('filfa', amor, afición, deseo, y 'sofía', sabiduría, destreza,
habilidad), el deseo de saber. En casi todas las manifestaciones culturales aparece esta
afición por saber. Por eso, en este sentido, todas son filosofía.
Se puede afirmar, en general, que el deseo es el punto de partida y fundamento de todo
intento humano por saber, ya que supone la insatisfacción derivada del abandono de
los dioses y la convicción ulterior de que tiene que arreglárselas por su cuenta y de que
puede hacerlo. Cuando el deseo abandona la pura interioridad y 'sale a la calle',
relacionándose con el mundo y con los demás, nace la 'teoría', como pensamiento y
discurso que introduce un giro radical en la conducta humana, al ligar la actividad
mental a la 'práctica', es decir, al contraste y a la experimentación. Es cuando inicia su
camino la 'sofología', como intento de saber a través de la razón, al margen de los dioses
y el destino. Es la historia de la filosofía y de la ciencia.
Y aquí es donde la Eticología debe siempre estar presente como prólogo y
epílogo de toda actividad humana. Como prólogo, indicando lo que conviene buscar
y solicitando ayuda para conseguirlo, y como epílogo, criticando y valorando lo que se va
consiguiendo y reorientando la investigación.

➢ Individuo y persona
Individuo ('indivisum', en latín, y 'átomon', en griego) significa no dividido ni
compartido, algo singular e irrepetible. Cada ser humano es único e irrepetible, pero no
es ahí donde radica su 'grandeza', ni su 'esencia' (su 'mejor modo de ser'), sino en
aquello que puede 'repetir' y puede cambiar de acuerdo con los proyectos más
'razonables'. En esto, como veremos, consiste su 'personalidad'. El individuo que se
mantiene aislado no es 'persona'.
En etrusco 'persu' significa enmascarado. La palabra 'persona' está relacionada con
el verbo latino 'personare' (resonar, retumbar, proclamar, celebrar). En la tradición griega
tiene que ver con la cara, sus adornos y disfraces. Y en la cara se refleja y comunica el
estado de ánimo. El término griego es 'prósopon' (rostro, aspecto, máscara,
'persona'), compuesto de 'opós' (del rostro o de la vista -óptico-) y 'prós' ('delante' de o
'en relación con').
El 'prósopon', como máscara, tenía no sólo la finalidad de caracterizar al personaje en la
representación teatral, sino también la de dirigir la voz hacia el auditorio para que
'resonara' ('personare') y así la audición fuera correcta. Por eso, se es persona cuando
uno 'se hace oír' y cuando 'escucha', cuando interviene e influye en la vida
cívica, cuando se relaciona activamente con los demás. Un individuo 'puro' no es
persona, hablando con propiedad. Por eso, la persona sería 'el individuo en relación', es
decir, el que participa en la comunidad, sin perder lo propio y característico de sí
mismo, con tal que sea socialmente aceptable.
Suele decirse que alguien tiene una gran 'personalidad' cuando posee gran
capacidad de convencimiento o grandes dotes dialécticas para defender sus posturas.
Pero no debe confundirse personalidad con testarudez u obstinación (es difícil hablar con
él; tiene una personalidad muy fuerte).
La personalidad no consiste sólo en el poder de disuasión, convocatoria o convicción,
sino también en la capacidad de ponerse en el lugar del otro, en la disposición a
escuchar y comprender, porque la persona se 'constituye' y enriquece dando y
recibiendo, proponiendo y aceptando, exigiendo y respondiendo, dentro del concepto
general de 'responsabilidad' (saber 'dar cuenta' de los propios actos y saber calcular
las consecuencias de los mismos). Lo que está claro es que desde la
individualidad cerrada no se puede construir la Ética. La persona, en cambio,
puede y debe participar tanto en su elaboración, como en el disfrute de los valores.
Quizás sea exagerado admitir lo que decía Proust: nuestra personalidad social es una
creación del pensamiento de los otros; pero está claro que, sin los demás, no seríamos
casi nada.
Los demás, en lenguaje de Sartre, son para nosotros el cielo o el infierno, dado que
en soledad es impensable la existencia de tales estados, mas no por ser 'otros' sino
porque nos aceptan o nos rechazan, nos aman o nos repudian.
De hecho, la autoestima (el aprecio que uno tiene de sí mismo) depende, casi
siempre, de cómo la persona se considera tratada por los prójimos (los cercanos,
compañeros o vecinos).
PROBLEMAS
o ¿Cumple alguna de las propuestas éticas expuestas en el
apartado de Historia de la Ética los requisitos exigidos por la
Eticología 'demofrátsica' propugnada en este libro?
No. En mi opinión, todas muestran alguna carencia básica. Por eso, tampoco sería
suficiente una refundición de todas ellas para poder disponer de una Ética
universalmente aceptable.
Vamos a exponer en concreto algunas razones concretas por las que no han tenido el
éxito deseado. Si partimos del hecho de que la Ética es social y universal, es decir, que
se refiere a todos los seres humanos y que sólo ellos (pero todos ellos) pueden
fundamentar los valores mínimos comunes para todos, se entenderá por qué todas estas
teorías adolecen de algunas carencias. Veamos por qué.
El 'diálogo' socrático no se da entre iguales, es asimétrico. El maestro pretende que
el discípulo 'saque de sí' la sabiduría (mayéutica) mediante la adecuada conversación.
Pero no explica cómo se puede 'dar a luz' algo sin 'fecundación' previa, es decir, cómo se
puede mostrar que se sabe algo si no se ha aprendido antes.
Su discípulo Platón intentó resolver este problema mediante la 'misteriosa' teoría
según la cual el alma preexistió en un lugar celeste (mundo de las Ideas), donde
aprendió y disfrutó de la auténtica sabiduría, la cual puede ser ahora extraída hacia el
exterior de la 'cárcel del cuerpo', si un maestro, como Sócrates, dialoga con cada uno de
los seres humanos. Como se ve, la cosa se complica. La solución ya depende de 'otro'
mundo y de 'raros' genios que sepan practicar el 'psicoanálisis' y la 'dialéctica'. Sin
duda, es posible que algunos puedan sacar provecho de esta actividad. Pero Platón no
piensa en todos. Es más, está convencido de que son pocos los que están dispuestos a
esforzarse por 'ver' la luz, según nos cuenta en el Mito de Caverna.
En general, podemos decir que todos estos autores piensan en cómo conseguir la
felicidad y en cómo convencer a sus amigos y allegados de la posibilidad de alcanzarla
también. Pero solamente son universales en la intención, no en la práctica, no 'cuentan
con' todos y por tanto sus consejos tienen únicamente un valor ocasional (en un
determinado tiempo) y local (en un determinado espacio).
De hecho, la mayoría de los autores escriben sus Éticas para amigos o familiares
(Nicómaco, Eudemo, Lucilio, Amador...). La cultura particular y la historia concreta marcan
las diferencias entre valores para cada ser humano. En consecuencia, todos hacen
'morales' pero nadie hace verdadera Eticología. Ni siquiera Habermas desarrolla, que
yo sepa, un procedimiento sociológicamente 'demofrátsico' para asegurar que el diálogo que
él propone garantice a todos, de hecho, la posibilidad de acceder a los valores humanos
fundamentales, ya que deja los convenios o consensos excesivamente dependientes del
grupo de personas que casualmente intervienen y de los valores interesadamente elegidos.
Incluso Kant se muestra incapaz de superar la esfera puramente subjetiva. Es verdad que
su teoría es perfecta para cada uno. Si una persona se encuentra sola y quiere actuar, lo hará
del mejor modo posible si considera que su manera de obrar debería ser adoptada por todo
el mundo que, en su misma situación, tuviera que tomar una decisión (imperativo cate-
górico).
Teniendo en cuenta los requisitos exigidos por la propuesta eticológica de este libro, nos
hallamos ante otro planteamiento de 'moral particular', no de Ética. Es verdad que Kant
supone la 'buena voluntad' universal, es verdad que obliga a pensar en lo que haría cualquier
otro ser humano, pero no exige comprobar si lo hace o no. En consecuencia, según la moral
kantiana, cualquier persona, antes de actuar, debe 'pensar' en todos, pero no tiene
necesidad de 'contar con' nadie para obrar 'bien'.
La Eticología, en cambio, exige 'preguntar', no basta con suponer. Y si no se puede
preguntar, hay que conformarse con saber que el proceso científico de la decisión se
encuentra en el estadio de la hipótesis, lejos de la conclusión más probablemente correcta
que garantiza la experiencia (opinión explícita de la 'gente' del mundo), emitida serena y
libremente por la Humanidad, previa información, y conocida a través del procedimiento
desarrollado por el método de investigación sociológica.
Formulación de un
método en Ética

Bloque 2: Ética aplicada


UNIDAD 7
Juan VERDE ASOREY (2003), ÉTICA. ESO, Madrid: MILETO
EDICIONES, 206p.
1. Necesidad del método
Pensamiento y acción no pueden separarse si queremos evitar la esquizofrenia. Pues
bien, ha llegado el momento de prestar especial atención al aspecto de la acción,
mediante la construcción de los instrumentos y la formulación de las técnicas que nos
permitan valorar adecuadamente lo que hacemos, y nos ayuden a proyectar con
mayor seguridad lo que decidamos hacer en el futuro.
Entramos en el campo de las experiencias vitales. Pero toda experimentación necesita
un método preciso, claro y sencillo para que cualquier investigador pueda verificar sus
hipótesis y para que cualquier persona pueda solucionar sus problemas con ciertas
garantías.

TEORÍA Y PRAXIS
Lee detenidamente el siguiente texto, y contesta a las cuestiones planteadas sobre él:
La teoría sirve para analizar las ideas y confrontarlas con sus propias contradicciones internas.
Así, en el plano del pensamiento, tendemos a 'cuadrar las cosas', a 'ver idealizada' nuestra
voluntad de explicar las causas de los hechos, a 'imaginar' que l a realidad exterior se adapta
perfectamente a nuestra racionalidad lógica...
Sin embargo, para poder ser confrontada, la teoría debe 'bajar a la arena', es decir, enfrentarse
directamente con la realidad; es ahí precisamente donde 'se la juega', porque aho ra no se encuentra
en el terreno de las ideas --terreno fácilmente adaptable a todo tipo de 'idealizaciones' -, sino en la
praxis, esto es, en medio de la realidad inmediata.
Y sucede con frecuencia que muchas teorías se desmoronan como castillos de naipes apenas
se topan con los hechos concretos, no con los imaginados por la razón. La praxis se convierte así
en el auténtico 'rasero' que mide la validez de las teorías. ¿Cuántos de nosotros (que nos
consideramos seres esencialmente morales) no vemos flaquear esos mismos valores éticos que
decimos defender cuando debemos tomar una decisión en nuestra vida real, sobre todo si con ella
salimos perjudicados a causa de respetar los valores en que creemos?
Para ser ético no basta con parecerlo, es necesario llevar nuestras convicciones a la práctica
aunque a veces nos duela íntimamente una ética que frena nuestros deseos biológicos.
Braulio, M: Ética para despistados
• Resume brevemente las ideas principales del texto.
• Pon un ejemplo de contradicción entre teoría y praxis éticas.
• ¿Cómo interpretas la última frase del texto?

2. La protoética
• ¿Qué es la protoética?
Se trata de una especie de presupuestos 'protocolarios' de la Ética.
Etimológicamente hablando, en Ética el 'protocolo' es como algo previo y 'adherido' a
todo discurso eticológico, como primera parte, sin la cual no sería posible establecer un
proceso riguroso para emitir cualquier juicio de valor, es decir, cualquier evaluación de
las conductas humanas en función de los correspondientes valores éticos.
Todas las ciencias que han gozado de un razonable progreso a lo largo de su historia,
han contado con su 'protociencia' específica.
Matemática dispone de unos puntos de partida conocidos por la mayoría de los seres
humanos y aceptados por todos. Desde el niño de primaria al físico cuántico utilizan las
mismas reglas básicas de cálculo elemental. Todos suman, restan, multiplican, dividen,
despejan o elevan a potencias. De hecho, el mismo nombre de la 'matemática'
significa, etimológicamente, lo referente al aprendizaje, a la ciencia o al conocimiento
de lo socialmente más elemental, dado que lo primero que hay que saber en las
relaciones humanas son las magnitudes numéricas en las que se expresa el reparto
equitativo, la justa distribución o la correcta medida de las acciones y productos que
forman parte de la vida cotidiana, en sus relaciones de intercambio y convenio.

• Objetivos, métodos e instrumentos en Ética


Realmente toda actividad 'ordenada' exige planteamientos previos (protocolarios)
donde se exponen los objetivos, se establecen los métodos y se determinan los
instrumentos.
En el caso de la Ética se trata de precisar, con claridad:
• Qué valores deben orientar las conductas humanas (conceptología).
• El modo de convenirlos (demofratsia).
• Los requisitos para establecer su relación con las conductas concretas (método).
• Las formas tanto de inculcarlos como de exigirlos (política educativa social).
Pero esta 'protociencia' todavía no está desarrollada. Históricamente, todo ha sido
encomendado a las costumbres espontáneas, las ficciones mitológicas o religiosas o a
las imposiciones de los circunstanciales poderes (los mandamases de la nación, del
pueblo o del 'cortijo').

FALACIAS Así, lo que en cualquier tiempo y lugar


puede ser considerado como agradable y
Explica en qué consisten exactamente las saludable por la mayor parte de los seres
falacias de los siguientes razonamientos (es
humanos, como sería comerse un bocadillo
decir, señala por qué son falsos):
de jamón de Jabugo, se convierte en
• Las mujeres han alcanzado menores inadmisible un viernes santo en la casa de
puestos de responsabilidad que los una familia católica y sería 'pecado' todos
hombres a lo largo de la historia; ese
los días del año en la de una familia
hecho prueba que son menos inteli-
musulmana. Sólo porque alguien considera
gentes que los varones.
eso un gran sacrificio y el sacrificio sea de
• Si elijo mil blancos europeos y mil gran valor ante Dios; o porque un
negros africanos al azar, y les paso 'visionario' recibió de Alá la noticia de que el
unas pruebas elementales de
cerdo es un animal diabólico (triquina).
matemáticas, los resultados de los
blancos serán mejoresLo que en la Declaración de los Derechos
estadísticamente; luego, los blancos Humanos se establece para todos, como es
tienen más aptitudes para las el caso de la Igualdad, la moral católica lo
matemáticas que los negros. manipula 'piadosamente' apartando a las
• El Ser es y el No ser no es y nunca mujeres del sacerdocio sólo por ser
puede ser, puesto que mujeres, o declarando 'oficialmente' a los
sería
contradictorio que el No ser fuera. demás seres humanos incapaces de
Entonces, lo que no es ahora nunca interpretar un texto religioso (Biblia), el
podrá ser. cual, por haber sido inspirado por Dios,
sólo un 'titulado' por Él puede enterarse de
su sentido, al suponer que tanto el mensaje
como su interpretación son 'dones' revelados ('privilegios' de los 'elegidos').

• Los fundamentos de la protoética


Este método de Ética Aplicada intenta sentar las bases de una protoética, de tal
modo que todo el mundo pueda saber, a partir de él, en qué condiciones se deben
emitir cualesquiera juicios de valor mediante un sencillo aprendizaje previo.
Intuitivamente no se puede saber si una determinada acción humana está bien o
mal, pero se puede aprender, con facilidad, cuál es el procedimiento a seguir para
que tal juicio sea el más probablemente correcto.
Esto será útil:
• Para no aceptar aquellas opiniones que no cumplan estos requisitos.
• Para orientar los esfuerzos de investigación a fin de conseguir algún día la clarificación
suficiente para que la valoración sea éticamente aceptable.
Cuando en Matemáticas o en Física surgen problemas nuevos y complejos, se tardan a
veces años o incluso siglos en hallar las soluciones satisfactorias, y sólo lo consiguen los
especialistas.
En Ética, sin embargo, la gente habla muy rápido, todo el mundo se atreve a opinar
de una forma espontánea y sin complejos, precisamente por carecer de un método
adecuado, por haber aceptado el supuesto de que la idea de bien está de forma innata en
toda conciencia 'sana' (Agustín) y en toda voluntad 'buena' (Kant), cuando, en realidad,
lo único seguro es la adquisición inconsciente de lo que Freud llamó el 'superyó', es decir,
la asimilación de lo que está bien o mal por la influencia familiar y social de la infancia.
Por todo ello, es necesario aprender a desarrollar el procedimiento que nos llevaría a
saber cuál sería el juicio de valor más probablemente correcto, mediante unos requisitos
como los que se proponen a continuación.

3. El método
• La Ética aplicada
La Ética aplicada debe formular un método donde se incluyan los requisitos mínimos
imprescindibles que todo el mundo debe tener presentes en cualquier proceso de
valoración de las conductas humanas.
Dijimos al principio que la teoría y la práctica deben mantenerse siempre en íntima
relación. Por eso, no parece aceptable que la Ética se conforme con hacer una
exposición de los principales conceptos y principios que la constituyen, sino que,
además, debe presentar procedimientos metodológicos para la solución de problemas
conductuales concretos.
Por eso, la parte práctica de este libro consta, a su vez, de dos apartados: Uno más
general sobre el método, y otro más específico, realizando aplicaciones concretas a casos
reales según dicho método.
Se trata pues, en primer lugar, de establecer unos puntos mínimos que sirvan de
criterio para someter a 'juicio de valor' cualquier acción humana.
Lo que se pretende en Ética Aplicada es establecer las bases del discurso para
orientar las discusiones y los acuerdos en torno a las valoraciones concretas de
cualesquiera hechos humanos. La fundamentación 'demofrátsica' (protocolos por los
cuales se supone que la Humanidad estaría de acuerdo) deberá presentarse a partir
de las siguientes consideraciones o elementos del discurso.

• Los seis pasos del método en Ética


De un modo simplificado, los pasos a seguir son los siguientes:
1. Acción humana
Es necesario precisar que se trata de una acción consciente y libre. Lo que
significa que la decisión que se analiza ha sido tomada 'dándose cuenta' el sujeto y
que además podía haberla evitado o elegido otra.
Una tormenta o una erupción volcánica ordinarias no son hechos analizables desde
el punto de vista ético, ya que son meros sucesos naturales y no acciones
humanas, al no depender de las decisiones libres de los hombres. Tampoco lo son
hechos más próximos como respirar o mojarnos cuando llueve.
2. Definición
Lo fundamental de este paso metodológico es lo siguiente: precisar el concepto, el
hecho o la conducta que se pretende someter a juicio de valor, para hacer
posible un diálogo razonable.
Que la acción tiene que ser definible, significa que se debe delimitar su contenido
mediante conceptos comunicables a través del lenguaje.

TEXTO
Si la gente no fuese libre, no sería responsable de sus actos. Pero si nadie fuera responsable no
habría lugar en el mundo para emociones tales como la gratitud o el reconocimiento. Es absurdo
sentir resentimiento hacia seres que no tienen capacidad de elección; las bacterias, por ejemplo. Lo
que es más, no tendría ningún sentido el perdón si quiera. Si un ser humano que elige hacerme
daño fue causado a elegir por cosas que escapan a su control; si él (o ella) fue un mero instrumento
en un universo rigurosamente determinista ¿cómo podría yo perdonarle? Por la misma razón podría
perdonar a la fuerza de la gravedad por causarme caer escaleras abajo.
Nuestras reacciones humanas de resentimiento, gratitud, perdón, elogio, acusación, etc., sólo
tienen sentido asumiendo que nosotros mismos y lo demás seres humanos somos responsables de
nuestros actos; o, si no de todos nuestros actos, sí al menos de muchos de ellos (...).
La suposición de que las propias acciones de uno están todas completamente determinadas es
contraria a la intuición de los seres humanos. En la vida ordinaria posee mos un complejo sistema
de explicación que contiene ideas como las de rese ntimiento, gratitud, perdón, elogio, acusación,
amor, odio, etc., por no mencionar la idea de la propia elección. Estas ideas son demasiado
importantes, a la hora de explicarnos a nosotros mismos y a los demás, como para que seamos
capaces de abandonarlas en favor de un sistema de explicación totalmente determinista.
Teichman, J. y Evans, K.: Filosofía, una guía para principiantes

Como la Ética es una reflexión 'racional' (social), exige diálogo para poder alcanzar
acuerdos. Pero las personas sólo llegan a entenderse si utilizan un lenguaje mínimamente
común. No se puede llegar a ningún convenio si no se parte de un modo parecido de
entender el problema o la cuestión que se debate.
Por ejemplo, no es posible discutir
razonablemente sobre el aborto si uno de los
interlocutores entiende por tal «el asesinato de
IRONÍA
un niño antes de nacer», y el otro, en cambio,
lo define como «la interrupción de un proceso Sí alguien -al modo de Sócrates- utilizara
biológico que puede desembocar en un ser la argumentación para demostrarte que una
humano». Del derecho a asesinar no se debe idea tuya está equivocada, y para hacerlo te
discutir serenamente, pero del hecho de dejara en ridículo delante de la gente con el
interrumpir un embarazo sí se puede discutir.
uso de una ironía similar a la socrática, ¿qué
Con seguridad, la mayoría de los eticólogos y
parlamentarios del mundo que hablan de este actitud adoptarías ante él: no perdonarle por
problema no son tenidos por asesinos. En haberte dejado en ridículo delante de todos o
cualquier caso, nadie se puede entender con quedarle íntimamente agradecido por haberte
nadie si no se habla de lo mismo. sacado de tu error?
3. Historia
Antes de discutir sobre cualquier asunto ético, deberemos saber cómo ha sido
enfocado el asunto en otros lugares y épocas. Los seres humanos formamos parte
de nuestra historia. Ya se ha dicho, desde antiguo, que la historia es la maestra de la
vida (historia magistra vitae).
Decía Ortega que el hombre no tiene naturaleza sino historia. Tener historia significa
disponer de la capacidad de mirar al pasado y sacar de él las lecciones precisas para evitar
los errores cometidos y proponer las acciones convenientes para mejorar el futuro.
Por eso, a la hora de enjuiciar cualquier acción humana no se debe partir de cero; hay
que volver la vista atrás y comprobar cómo se ha tratado este hecho (o similar) en
otras épocas y otros lugares del mundo, según sus valores, tradiciones, costumbres,
religiones, leyes y cultura en general.
4. Valores que entran en juego
Para que algo sea 'valor' debe tener en cuenta a todos los afectados, y, cuando se trata
de mínimos universales, debe participar (Supuestamente') toda la Humanidad.
El valor exige universalidad en su término, no en su origen, y será relativo en el
tiempo, pero no en el espacio, ya que uno solo o un grupo pueden hacer propuestas
éticas aceptables, pero sólo será realmente un valor ético cuando sea aceptado por
todos, 'demofrátsicamente'.
Normalmente los valores éticos lo son de mínimos (vida, salud, libertad,
cultura, igualdad), aquellos a los que todo el mundo tiende y a los que todos tienen
derecho como condiciones necesarias para el desarrollo vital de cada persona.
Hay que considerar los valores que entran en juego en la situación concreta que se
somete a juicio. Para ello hay que recordar, desde la Ética Teórica, el concepto de
valor y cómo se generan cualesquiera valores. Tener después en cuenta, como ya se
ha dicho, los requisitos necesarios para que un determinado valor pueda considerarse
'valor ético'. Cualquier ocurrencia o cualquier deseo a partir de intereses individuales no
se convierten en valores éticos sin más.
Todo valor ético exige el respaldo de todos los seres humanos implicados en sus
efectos o consecuencias. Por eso, en Ética lo más valorado coincide siempre con lo más
valioso, porque no hay 'especialistas' en fabricar valores sino sólo en proponerlos e
investigarlos. Por consiguiente, hay que tener en cuenta todos los posibles valores que
se interrelacionan, así como su relatividad universalidad y jerarquía
5. Juicio de valor
En este paso estamos ya en condiciones de emitir el correspondiente juicio de valor. Al
respecto, deberemos tener en cuenta lo siguiente:

APLICA EL MÉTODO
Aplica el método propuesto en el libro a la siguiente situación:
Los psicólogos insisten en que los comportamientos instintivos y los impulsos pueden ser
controlados por la voluntad, pero a costa de un gran esfuerzo y de dejarnos insatisfechos. Muchas veces
entran en conflicto los deseos de nuestros impulsos instintivos y lo que nos propone la ética, con lo que
resulta muy difícil tomar decisiones. ¿Qué hacer? ¿Seguir el instinto biológico? ¿Reprimirlo porque
consideremos que su satisfacción puede resultar contraria a los valores éticos que voluntariamente
aceptamos?
Pongamos un ejemplo típico, causante de miles de conflictos entre parejas. Ima gínate que una
noche te sientes atraído/a fuertemente hacia una persona, con la que deseas mantener algún tipo de
relación sentimental. Sabes que esa persona te corresponde y que, por lo tanto, en ese momento
puedes iniciar una relación con ella. Sin embargo, tú estás saliendo con un/a chico/a, con quien
mantienes una relación de pareja. Os habéis prometido fidelidad y hasta ahora tú no habías sentido
un impulso irresistible por otra persona. Pero hoy todo es distinto... Tienes que decidir en unos ins -
tantes si vas a ser infiel o no, es decir, si vencen tus impulsos o si prefieres mantener tu promesa
de fidelidad.
Por tu cabeza pasan sucesivas ideas: ahora te dices que lo de esta noche va a ser una relación
'pasajera' que no tiene importancia, porque tú seguirás queriendo igual a tu pareja; luego piensas
que, si lo haces, traicionarás la confianza de la persona a la que quieres; nuevamente vuelves a
pensar que las oportunidades están para aprovecharlas y que sólo se vive una vez; más tarde te
arrepientes y te dices que no se puede ceder sin más a todos los impulsos que sentimos...
• ¿Qué harías tú finalmente en este caso y por qué?

• El caso tratado será éticamente correcto cuando se 'ajuste' a los valores que
cumplan todos los requisitos para ser éticos, así como el respeto a la jerarquía
acordada.
• Será incorrecto si conculca alguno de los valores que intervienen en la situación o
favorece los contravalores.
• Y será más o menos aceptable cuando los valores entren en inevitable conflicto,
como sucede a menudo en las relaciones humanas.
6. Propuesta
Finalmente, después de este análisis, probablemente hay que intentar hacer las
cosas mejor. ¿Qué es hacerlas mejor? Que se aproximen más a los valores que sirven
de criterio para orientar las conductas humanas, y que más se separen de los
contravalores.
La Ética no puede reducirse a describir lo que sucede, ni siquiera cuando lo descrito
es calificado de bueno o malo, según el modo indicado en el punto anterior. Hay que
hacer propuestas concretas hacia nuevos objetivos deseables. Dicho en términos de la
ética histórica: No puede conformarse el analista ético con investigar 'cómo son las
cosas', sino que ha de proponer, además, 'cómo deben o deberían ser' en adelante.
Éste es quizás el punto principal de este método, ya que la Ética pretende
principalmente indicar cómo deberían ser las cosas.
Trata de proponer lo que se debería hacer para mejorar la vida de las personas
en el mundo mediante la puesta en práctica de los valores humanos
intelectualmente acordados y la eliminación progresiva de los contravalores
arraigados en la vida ordinaria.
La confianza en la transformación de las condiciones de vida de los seres humanos es
una cualidad imprescindible en todo eticólogo.
Este método exige a cualquier investigador que, a la hora de practicar su 'discurso',
tenga siempre presente en su cerebro a toda la Humanidad.
Por otra parte, no es obligatorio cambiar de pensamiento, pero es imprescindible estar
dispuesto a modificar la manera de pensar si surgen 'razones' para ello.
Finalmente, se debe recordar que mirar la realidad por un 'tubo' lleva al dogmatismo, y
que observarla considerando todos sus elementos conduce al escepticismo. El
dogmatismo fomenta la vanidad irracional. El escepticismo, en cambio, nos recuerda la
propia falibilidad y nos libera de la necesidad de la certeza, lo que nos puede dispensar de
infinitas discusiones inútiles.
Ética aplicada a la
resolución de casos

Bloque 2: Ética aplicada


UNIDAD 8
Juan VERDE ASOREY (2003), ÉTICA. ESO, Madrid: MILETO
EDICIONES, 206p.
1. El método
Recordemos los pasos del método propuesto en la Unidad anterior, con el fin de
aplicarlo en la resolución de casos prácticos. Los seis pasos del método eran:

1. Determinar si se trata de una acción humana consciente y libre.


2. Definición del concepto, del hecho o de la conducta que se pretende someter a
juicio de valor, para hacer posible un diálogo razonable.
3. Historia: saber cómo ha sido enfocado el asunto en otros lugares y épocas.

4. Valores que entran en juego.


5. Juicio de valor: el caso será correcto si se ajusta a los valores que cumplan
todos los requisitos para ser éticos; incorrecto, en caso contrario o si favorece
los contravalores; y más o menos aceptable cuando los valores entran en
inevitable conflicto.
6. Propuesta acerca de lo que se debería hacer para mejorar la vida de las
personas en el mundo, mediante la puesta en práctica de los valores humanos
y la eliminación progresiva de los contravalores.
7. Para comprender mejor los pasos expuestos hasta aquí, vamos a aplicar este
método a dos ejemplos. Supongamos, para ello, que un 'eticólogo' quiere emitir
una opinión fundada sobre los ejércitos y sobre la pena de muerte.

2. El ejército
En este caso, se procedería, más o menos, así:
1. La decisión de los gobiernos y parlamentos del mundo de tener ejércitos es
consciente y libre (acción humana), porque saben lo que hacen y podrían no hacerlo.
De hecho hay países (pocos) que no tienen tropa.
2. Se entiende por ejército un conjunto de personas organizadas, armadas y
preparadas para eliminar, incluso con la muerte, al enemigo (definición).
3. Cuando aquel humanoide intuyó que el gancho de madera que tenía delante de sí
podría 'valer' para atraer hacia él la rama del árbol frutal, ese día y en ese momento
nació la inteligencia 'instrumental', y el humanoide se convirtió en humano. La
gratificación de su descubrimiento le indujo una fiebre investigadora tal, que le llevó a
indagar y descubrir constantemente, siendo muy pronto acompañado por infinidad de
miméticas conductas de sus envidiosos semejantes. Siguió así perfeccionando su
inteligencia y descubrió que el mismo madero también podía 'valer' para golpear la
serpiente que le amenazaba o al vecino de su especie que pretendía acercarse a 'su'
árbol. Fue así como nació el armamento defensivo y disuasorio.
Más tarde, el que recibió el primer estacazo por intentar robar fruto de las
'posesiones' ajenas, pensó que si lograba fabricar un palo más largo y manejable que el de
su enemigo, conquistaría su árbol y cuantos otros encontrara en situación de defensa
igual o inferior. Se inició de este modo el 'rearme'.
Parece claro que las diferencias entre los primeros pobladores de la Tierra se
resolvían a golpes. Cuando los grupos fueron creciendo, consideraron conveniente echar
mano del más fuerte ('matón') y que él se encargara de dirimir las contiendas luchando
con los 'representantes' de otros grupos. A medida que se fueron ampliando los clanes,
fueron multiplicándose los conflictos y así se fue engrosando también el número de los
especialistas en la lucha.
Al final, los enfrentamientos eran tan continuados, que se decidió que algunos se
dedicaran exclusivamente a la tarea de solucionarlos mediante los procedimientos más
expeditivos (la violencia y el miedo). Así nacieron los ejércitos.
Pero estos, como tenían mucho tiempo libre, se dedicaron a la 'investigación' y
'fabricación' de artilugios para el combate a distancia. De este modo, terminaron por
inventar la honda, la catapulta, la flecha, el incendio, la pistola, el fusil, el misil y hasta la
bomba atómica, ayudados con frecuencia por genios 'paramilitares' ('bajitos listos'
envidiosos de los desfiles). Aunque el supuesto enemigo en nada amenazara, casi todos
se pusieron a jugar con sus artilugios, para tomar gratis la 'cosecha' del de enfrente y
para atemorizarlo a fin de disuadirlo de la posible tentación de revolverse.
Al final todos intentaron hacer lo mismo. La dialéctica de esta actividad productiva
generó la interminable carrera de armamento, bajo el subterfugio moral de la 'legítima
defensa'. Todo ello llevó a violencias y masacres
incontables y a que países pobres sigan dedicando,
todavía hoy, más del 80% de sus presupuestos a
MÚSICA Y PAZ comprar armas, utilizándolas, si se da el caso, incluso
para 'solucionar' los propios conflictos internos
Existen muchas canciones que (guerras civiles).
hablan de la paz, del antimilitarismo, de Como se ve, para armarse o rearmarse no hace
la hipocresía de ciertos Estados que falta ponerse de acuerdo. Es más, es necesario no
venden armas secretamente a ponerse de acuerdo. La imagen del acuerdo la da el
países que están en conflictos caminar juntos en el mismo sentido, cediendo a cada
armados, de la violencia... Escoge un cual el sitio necesario por la misma vía y en ciertos
casos preparando conjuntamente la marcha e incluso
par de ellas de las que más te gusten,
cogiéndose de la mano. La del desacuerdo viene dada
grábalas y haz que tus compañeros
por el caminar de frente, en sentido contrario y por el
las escuchen en clase. mismo camino, cuanto más estrecho mejor para que
Después analiza sus letras: ¿qué resulte casi imposible evitar el choque, marchando
dicen y cómo lo dicen?, ¿qué o a con firmeza, pisando cada vez más fuerte (el pie o el
quién critican?, ¿proponen soluciones acelerador), para que en el choque salga despedido el
o se limitan tan sólo a denunciar 'otro'.
ciertas situaciones? Posteriormente, Más o menos ésta puede ser la historia de los
abre un turno de intervenciones para ejércitos.
que tus compañeros den su opinión 4. En este caso, los valores que entran en
sobre ellas. juego son el diálogo, la libertad, la seguridad y la
vida; como contra-valores, podemos mencionar la
injusticia social, el armamentismo, la violencia y la muerte.
5. Si aceptamos el principio según el cual las diferencias entre los seres humanos
deben resolverse mediante el diálogo, aceptaremos como necesidad la educación
(información) acerca de su valor y uso. Si entre dos no es posible, habrá que recurrir a
un tercero imparcial (juez). Y si ni así se consigue la solución, entonces habrá que
echar mano de la policía (fuerza).
Pero ¿es necesaria la existencia de los ejércitos? Tal institución es nefasta para los
seres humanos, al comprobar que, por su causa, se conculcan los antedichos valores y se
alimentan los contravalores mencionados a partir de sus actuaciones (juicio de valor). Si
no hubiera ejércitos, tampoco habría guerras. Libre la humanidad de esta plaga,
estaría en disposición de pensar más en la palabra, como instrumento idóneo y único para
solucionar los conflictos.
6. Nuestro 'eticólogo' propone a los gobernantes del mundo entero la necesidad de ir
poniendo los medios para eliminar esta lacra a partir de las indicaciones de la WEA (World
Ethicologists Asociation; en español, AME: Asociación Mundial de Eticólogos), organizando
exclusivamente una especie de policía universal para controlar a los violentos
ocasionales o a los grupos organizados al margen de la ley.
Si los poderosos no hubieran mimado a sus ejércitos, probablemente casi no
existirían armas. Se ha llegado incluso a la aberración ética de conceder gran parte de los
presupuestos de investigación científica a los ejércitos para desarrollar proyectos
militares. (¿Pasa eso en la España actual? ¿Por qué un soldado nunca es asesino sino
héroe? ¿Tampoco lo es un verdugo?...)
Los defensores de los ejércitos siempre lo hacen desde la supuesta necesidad de
defenderse. Pero defender es combatir 'desde dentro', desde el terreno acotado, desde la
propia casa. En cambio 'ofender' es 'salir hacia fuera', es buscar al contrario, es
golpearlo. Defenderse es repeler una agresión, y es lo único justo en las relaciones
humanas violentas. Pero no habría que luchar contra ningún ejército si no existieran.
Desgraciadamente, todavía sigue valiendo más el 'para bellum' (prepara la guerra)
que el 'para verbum' (prepara la palabra). Se continúa justificando el instinto asesino
frente a la exigencia racional.
Moralistas ha habido que llenaron páginas y páginas argumentando a favor de la
guerra justa. Pero no nos engañemos, la guerra nunca puede ser justa porque
equivale a suponer que el diálogo es imposible y que, en consecuencia, debe ser
sustituido por la violencia organizada. Tal actitud no es 'humana', dado que es
imposible justificar a todos los que intervienen en la lucha.
Que alguien en tiempo de paz y 'serenamente' decida preparar y hacer la guerra, es
aberrante ya que las razones que lo mueven son de carácter particular y egoísta, no calcula

DEBATE

Lee el siguiente texto, donde se exponen algunas de las razones que se invocan para justificar la
guerra. Después, debate esos argumentos, comparándolos con los expuestos en el epígrafe 2 de la
Unidad Didáctica (el ejército), y fundamenta por escrito tu posición al respecto:
Los partidarios de la guerra justa defienden su existencia basándose en los siguientes
argumentos, entre otros:
• Una guerra es justa si un Estado ha sufrido una agresión previa contra su soberanía, sus
territorios o sus ciudadanos, sin que él haya iniciado las hostilidades armadas. En este caso, se trata
de una guerra en legítima defensa. Sin embargo, cabe una excepción: en el caso de un Estado
autoritario y absolutista que haya sido atacado con el fin de acabar con ese régimen e instaurar un
sistema democrático y respetuoso con los Derechos Humanos. En este último caso, el Estado
agredido no podrá invocar una guerra justa, ya que no le asisten razones morales puesto que él no
está legitimado por la voluntad de sus ciudadanos, sino por la imposición del poder autoritario a
través de la fuerza.
• Para algunos pensadores, una guerra también será justa cuando su fin c onsista en acabar con
una situación de injusticia manifiesta, siempre que se hayan agotado todos los medios pacíficos y
diplomáticos sin haber obtenido resultado alguno, y siempre que no quede más salida que la guerra
para restaurar la propia justicia. Por ejemplo, se justificó el ataque armado contra Yugoslavia llevado
a cabo por la OTAN, puesto que su finalidad era impedir que el régimen de Milosevic continuara con
su política de limpieza étnica en los Balcanes. No obstante, también existen numerosos pensadores
en contra de esta opinión, argumentando que existen otros medios de presión diplomática y
económica para conseguir los mismos fines sin necesidad de acudir a la guerra.
• Ciertos discursos revolucionarios también consideran justa la guerra o violencia ejercida
contra un Estado o una clase social que no se rijan por los principios de igualdad social; así, muchos
grupos guerrilleros o terroristas justifican sus acciones con el argumento de que luchan por
conseguir una sociedad más justa o más libre. Esta última opción, sin embargo, es fácilmente
rebatible desde una posición ética, sobre todo cuando la acción de estos grupos se produce
dentro de Estados democráticos, ya que éstos poseen medios de participación política de los
ciudadanos y libertad de partidos políticos que pueden defender cualquier opción electoral siempre
que ésta no implique el uso de la violencia.
Diccionario de Ética. Mileto

las consecuencias para todos los posibles afectados y sabe, además, que en la guerra se
pisotean valores humanos básicos, como la libertad, la salud, la justicia y la vida.
Todos buscan su patria, su economía, su religión. El intento de justificar la diferencia a
partir de la 'legalidad' es falaz, porque, de hecho, no existen todavía leyes universales
'demofrátsicamente' fundamentadas; en consecuencia, las diferentes leyes de los distintos
países son hechas desde la posición y el interés de quienes esperan sacar algún provecho
de su participación en el combate, sin importar las desgracias de otros.
De ahí que preparar un ejército concienzuda y libremente es optar por la lucha en vez de
la palabra, o sea, sustituir el habla por la brutalidad, es regresar a la bestia para utilizar el
instinto, pero 'inteligentemente', despreciando la sabiduría de la conversación, la
flexibilidad y el acuerdo para modificar las conductas y mejorar las relaciones humanas. La
política del universo tiene que regirse por las indicaciones de la WEA y plantearse en serio
este problema. Así, lo que nació en 'horamala', que desaparezca en 'horabuena'.
Pero la eliminación de los ejércitos tendría otras consecuencias beneficiosas en
relación con otras instituciones que los han tomado como modelos, me refiero a casi
todas las clases de policías del mundo, de las que habría que modificar sus fines y métodos,
y en consecuencia habría que pensar en otro tipo de formación para las personas
destinadas a desempeñar la función social represora. Evidentemente esto exigiría darle
la vuelta a los sistemas educativos, valorando por encima de todos a los educadores
infantiles y juveniles, y sólo en relación con sus productos de investigación a los
universitarios. Ya sé que un eticólogo así sería tachado de ingenuo sublime por gente
como los políticos. Pero conviene recordar que el político de oficio casi nunca sabe
mirar a largo plazo, porque la democracia es urgente; la 'demofratsia', en cambio, es
serena. Por eso, el eticólogo sabe que los políticos del siglo de Pericles en Atenas o los
contemporáneos de Nerón en Roma consideraban imposible, absurda e improcedente la
abolición de la esclavitud.
Lo dicho hasta aquí no excluye la teoría que defiende que las armas son, posiblemente,
invento de los más débiles (aunque después se las arrebataron los poderosos). El matón,
a quien todos temen, no necesita inventar nada. Realmente los débiles han tenido que
aguzar su inteligencia para alcanzar una convivencia relativamente tranquila. Como, de
ordinario, los bravucones son menos, las mayorías han tenido que confabularse para ir
implantando sistemas sociales de solución de conflictos, que se expresan en lo que se
conoce como justicia y policía. De no ser así, el dos por ciento de la población tendría
amedrentado al resto. De hecho sucede que, en las sociedades sin ley, los grupos
mafiosos hacen lo que quieren porque carecen tanto de cortapisas éticas como de
control reglamentario respetable (autoridad). Pero esto no justifica la existencia de
esta lacra maldita.
Se puede pensar, sin embargo, que nos hallamos en el umbral de un nuevo modo
de entender las relaciones entre los pueblos. Las experiencias bélicas siempre denuncian
lo desastroso que resulta desandar el camino, volver al 'humanoide'. Por eso hay
movimientos esperanzadores en todas las sociedades humanas hacia un cambio
definitivo de rumbo. Está claro que más y mejores armas no implican necesariamente
más y mejor seguridad. Cualquiera entiende que convertir el mundo en un polvorín es
una perfecta mentecatez. Lo que sucede es que toda droga (dinero, poder...) crea
adicción y su abandono causa dolor. Pero el desarme es necesario. Sólo falta
aprender a hablar en serio de ello.

3. La pena de muerte
1 . A c c i ó n humana:
Todos cuantos, a lo largo de la historia, han tomado la decisión de establecer la pena
de muerte como un posible castigo, podían haber elegido otra opción, como yo creo
que habrían hecho si hubieran escuchado antes la argumentación que se va a exponer.
Se trata, pues, de una decisión libre y consciente que cae, por ello, dentro del campo
de la Ética.
2 . Definición:
El diccionario de la RAE define 'pena' del siguiente modo: Castigo impuesto por
autoridad legítima al que ha cometido un delito o falta. Como se ve, no se trata de
cualquier castigo, sino sólo del que impone quien tiene autoridad para hacerlo, según
la ley y siempre por un delito o falta, es decir, por haber infringido dicha ley. Cuando el
castigo lleva consigo la privación de la vida, se llama 'pena de muerte'. Debido a la
extendida costumbre de practicarla cortándole la cabeza al reo (desde Juan Bautista a
Guillotin), se denominó también 'pena capital' (ya que ‘cápur, en latín, significa cabeza).
3 . H i st or i a :
Antiguamente, sobre todo después de la formación de 'profesionales' del combate
('ejércitos'), los vencidos en las guerras eran aniquilados por sus vencedores, y los que
molestaban al poder eran eliminados por orden del mismo. Con el tiempo, sin apenas
mejorar las ideas, fueron progresando las técnicas de matar.
No obstante, hay que admitir también un cierto avance tanto en el trato a los
prisioneros como en lo relativo a una mayor 'humanización' (valga la paradoja) de los
instrumentos de ejecución. Primero surgió la idea de esclavitud como sustituta de la
muerte inmediata del vencido: i Para qué matarlos si pueden trabajar gratis! Al
linchamiento popular, sucedió la guillotina. Y el derramamiento de sangre fue superado
por la inyección letal o la silla eléctrica. Ya casi no quedan espectáculos como el del
famoso Damiens, que había herido levemente con una pequeña navaja al rey de Francia,
Luis XV (siglo XVIII), por lo que fue descuartizado, poco a poco, tirado por cuatro
caballos a los que había sido amarrado, después de quemar con azufre su mano
derecha y verter sobre sus heridas aceite hirviendo, pez, cera y otros ácidos...
Sin embargo, por motivos religiosos (políticos), permanece todavía en algunos países
radicales de legislación islámica la vergüenza de la lapidación, por causas tan dispares
como un asesinato o un acto de adulterio (sobre todo femenino), con precisiones de
'matices' como éstos: Las piedras no deben ser tan grandes que la persona muera al
ser golpeada solo por una de ellas; tampoco deben ser tan pequeñas que no se consiga
la muerte (Código Penal de Irán. Art. 119).
Es verdad que, a lo largo de la historia, muchos hombres, desde Caín, han decidido
aniquilar a sus enemigos. Primero, de un modo instintivo (como algunos animales), y
después mediante reglamentos, con frecuencia apoyados en normas aprobadas
democráticamente. Los motivos casi siempre se han confundido con los intereses de las
personas o grupos dominantes: desde las faltas de respeto a los reyes y sus comitivas,
o a los dioses y sus sacerdotes, hasta el hurto, el robo de ovejas, un beso a una mujer, la
brujería o la homosexualidad. Pero hay casos en los que se condena a muerte también
a difuntos, a una estatua, animales (perros, caballos, cerdos y hasta hormigas).
Desde sus orígenes, la pena de muerte ha tenido una especie de función exorcista
(había que purificar el lugar del crimen), además de utilizar el castigo como pago y
como ejemplo de amenaza preventiva. A partir de mediados del siglo XVIII nacen los
primeros movimientos críticos contra esta práctica y, sobre todo, contra la crueldad de
su mecánica ejecutiva, así como contra el hecho de convertir las ejecuciones en
espectáculos públicos y abandonar los cadáveres para pasto de las alimañas. También
se oponen a que sean utilizarlos como mercancía ante los familiares o para prácticas
médicas ilegales. Las nuevas ideas ilustradas, tales como el reconocimiento de los
derechos individuales, empezaron a influir en la orientación de los castigos hacia las
penas privativas de libertad (cárceles), como algo más costoso pero más humano.
Los primeros Estados que prescindieron de la pena capital fueron Tos-cana (1790) y
Austria (1796). Algunos más se sumaron a esta práctica a lo largo del siglo XIX, como
varios Estados alemanes (1848) y Grecia (1862). Ya en el siglo XX se produjo el gran
avance. En la actualidad, son ya pocas las naciones que la aplican, de hecho, a delitos
comunes, pero se resisten a quitarlas de las legislaciones más de la mitad de los países
del mundo. En los Estados de la Unión Europea ha sido totalmente abolida.
4. Valores que entran en juego:
Los valores que intervienen primordialmente son la vida y la justicia. Aquí se
entiende 'vida' como el hecho mismo de vivir; mientras que, en otros casos, como en
la eutanasia, se exige un concepto más preciso sobre el 'cómo' vivir: se tiene en cuenta
la 'calidad de vida' humana.
La idea de 'justicia' intentaremos explicarla a partir del concepto de equilibrio. Así
ha quedado plasmada en tradiciones y leyes antiguas, como la llamada del Talión: Ojo
por ojo, diente por diente; es decir, lo justo es devolver, como mínimo, el favor que te
han hecho, y no devolver más mal del que has recibido. Está claro que hallar el equilibrio
entre las acciones humanas, es una tarea realmente complicada. Pero, a veces, ni siquiera
se intenta y hasta el Talión es defraudado.
Una aproximación a este concepto de equilibrio, se puede conseguir explicando
cómo se logra en una balanza la equivalencia de peso, mediante la colocación en ambos
platillos de dos pesas iguales.
Pero esta analogía sería literalmente inapropiada, porque la justicia consiste en
equilibrar cosas diferentes, no pesas con pesas, ni naranjas con naranjas, ni vicios con
vicios, sino naranjas con pesas y vicios con virtudes. La pesa sólo sirve para conocer el
'peso' del producto que se quiere medir. En la práctica de la justicia, se trata también
de relacionar 'pesas' (lo definido y acordado) con 'acciones' (lo realizado por cada uno). La
tarea principal radica en la definición y el acuerdo. El subsiguiente cometido con siste en
investigar correctamente el hecho que se pretende valorar. Pero, claro, las acciones
desequilibradoras deberán 'compensarse' (igualar el 'peso') con 'otras' acciones
equilibradoras. Nunca con las 'mismas' acciones si queremos realmente cambiar de

RECUERDO INFANTIL
Recuerdo, de pequeño, en la escuela, cómo un niño le pidió a otro una moneda prestada, bajo
la promesa de devolvérsela al día siguiente. Pero el deudor no había podido hacerse con la
moneda y, en consecuencia, no pudo cumplir puntualmente la promesa. Se le concedieron dos
días más de plazo. Pero tampoco fue capaz de conseguir el dinero. Tres días después, la voz del
prestamista ya tenía mal tono. Entonces el deudor le dice: «Lo siento. No he podido hacerme con
ella todavía. Por tanto, no te la puedo pagar. Pero pégame si quieres. Este niño consideraba que,
si recibía una paliza proporcional ('equivalente'), ya había 'pagado' la deuda y se había hecho
'justicia'.
Casi todos cuantos oyen este relato dibujan al final una sonrisa compasiva. Sin embargo, este
cuento no está muy lejos de lo que suele suceder incluso en nuestro actual sistema penitenciario.
No se busca que el delincuente 'pague' con acciones compensatorias el perjuicio social que haya
causado, sino simplemente que 'sufra'. Yo no puedo comprender cómo un ladrón de coches `paga'
el valor de los vehículos sustraídos por el mero hecho de ser encerrado en una prisión. Si no
puede devolver lo robado, deberá aportar la cantidad correspondiente de dinero para que el dueño
pueda adquirir otro similar, Si tuviera dinero, que pague; pero, además, como castigo preventivo y
pedagógico, que trabaje gratuitamente para el Estado durante el tiempo suficiente hasta que el
producto de su trabajo equivalga al valor estipulado. Y si no tiene dinero, lo mismo. Es decir, que
el hecho de tener dinero no puede servir de coartada para delinquir alegremente. (Aunque es raro
que quien tiene dinero robe un coche, pero sí puede darse el caso de que 'estafe' millones en
operaciones financieras opacas a Hacienda).

'mercancía' y no volver a casa sin nada o con lo que ya teníamos.


Esto sucede cuando se quiere corregir, por ejemplo, un asesinato con otra muerte.
Así se produce la paradoja de pretender 'curar' la muerte con la muerte. Pero el
barro no se limpia con barro; la sangre no se lava con sangre. El ser humano, metido en
la lucha, no busca jamás la justicia sino la venganza, porque no razona, sólo
'siente', sólo 'sufre'.
Por este motivo, se ha extendido a lo largo de la historia la idea de que el
sufrimiento sirve para 'pagar' cualquier cosa. Por ejemplo, en la tradición
judeocristiana, se ha exaltado al valor del sacrificio hasta el punto de institucionalizarlo
en todos los ritos religiosos. Un dios se conforma si se le ofrece, 'quemado', lo que más
se aprecia, incluso la vida de un hijo (Abraham). Es verdad que el escritor sagrado
dice que el Dios del Patriarca se conmovió ante su heroico gesto y le ordenó, en el
momento decisivo, que detuviera su brazo; pero no se lo perdonó al corderito que
había tenido la 'desgracia' de quedar prendido en un zarzal próximo. Ese mismo Dios,
sin embargo, no quedó satisfecho y llegó a enviar a su propio Hijo para que arreglara
un poco lo que Él mismo había hecho de un modo tan deficiente, aun sabiendo que iba
a ser sacrificado también. La madre de una joven asesinada declaraba a la prensa que
se hundió al recibir la noticia de que se va repetir el juicio a la supuesta asesina de su
hija. No es capaz de pensar con justicia, sino que sólo siente la necesidad de asegurar
la venganza.
Pero la justicia nunca es 'perfecta'. O sea, que casi nunca podrá reparar del todo los
perjuicios ocasionados. Porque además de los daños materiales, casi siempre se
mezclan, incluso en los casos de menor importancia, afectos y sufrimientos inherentes a
los hechos. No es extraño que alguien diga que no se conforma con que le den el
dinero que valía su coche, ya que le unía a él una relación de afecto, debido a que
había sido un regalo de su abuelo el día en que terminó su carrera... Pero esta
dificultad se agranda terriblemente en los casos más graves, como violaciones,
asesinatos, vejaciones, etc. Por eso es muy difícil conseguir un perfecto equilibrio entre
el daño realizado y el proceso de resarcimiento, de ahí que tengamos que conformarnos
con la mejor aproximación posible al concepto ideal de dicho equilibrio.
En cualquier caso, lo razonable es buscar el mal menor ya que no siempre se
puede aspirar al mayor bien. En las relaciones humanas conflictivas y en las
situaciones radicalmente problemáticas, el ser humano lucha por aligerar la carga, por
hacer más llevadero el conflicto o por aliviar las consecuencias del problema. La
cuestión no suele estar en elegir entre el 'bien' y el 'mal', sino en cómo aumentar el
'bien' y disminuir el 'mal'. Por eso la justicia más que un hecho es un proceso. De ahí
que, después de un juicio, sería preferible decir 'se ha iniciado el camino hacia la
justicia', en vez de 'se ha hecho justicia', porque el ritmo hacia el restablecimiento de la
armonía y el equilibrio perdidos suele ser casi siempre muy lento y difícil, pero nunca
será imposible una aproximación razonablemente aceptable.
En todo caso, hay que evitar la paradoja de justificar lo peor. Mal + mal = 2 mal;
en cambio, mal + bien = - mal. Está claro que la muerte es un mal. Pero, si un
asesino lo comete, eso no se arregla matándolo a él también. Sería juntar un mal con
otro. En cambio, si vive, puede realizar alguna acción positiva compensatoria.
Además, parece serena y universalmente aceptable que todo el mundo tiene
derecho a regenerarse, a tener otra oportunidad. Nadie, por decisión de un momento
(o de una etapa en la vida) tiene que estar eternamente confundido o enfermo (si no
se mira desde un detestable 'fundamentalismo' fanático). Y cuando alguien se arrepiente
o se cura, merece la misma confianza de que disfrutaba antes de delinquir por primera
vez. Es sabido que muchas personas están en las cárceles porque mataron, robaron,
etc., por primera vez; y antes de ese día andaban por la calle libres igual que los
demás.
Todo depende, pues, del concepto de justicia.
Casi todas las religiones han defendido la pena de muerte, pretextando
incompatibilidad de ciertos criminales con la divinidad o la 'decencia' (Bruno, Juana
de Arco, Galileo, Savonarola, y otros menos egregios). El mismo Cristo fue condenado
a muerte por 'su' religión -«iblasfemó!»-. Después sería un mérito padecer lo mismo
por parte de sus seguidores o cristianos. Pero, claro, ¿cómo se explica esto si a los
cristianos no les gustaba que Cristo hubiera sido sacrificado? De hecho, los judíos
siempre han sido odiados y perseguidos por deicidas (asesinos de dios)...
5. Juicio de valor:
La vida no es un valor cualquiera sino el valor, aunque han existido y existen casos
de personas y pequeños grupos que no la ponen a la cabeza de su escala de valores.
Así dice D. Quijote a Sancho: «Por la libertad e, incluso, por la honra se puede y se
debe aventurar la vida». Lo mismo piensan quienes afirman: «Más vale morir con honra
que vivir con vilipendio», o «por mi patria, estoy dispuesto a dar hasta la última gota
de mi sangre», o «prefiero morir de pie a andar arrodillado», o «antes morir que pecar».
Sin embargo, el supuesto con que se trabaja aquí es que la opinión muy
mayoritaria de los seres humanos valora la vida por encima de cualquier otra
cosa
Lo mismo piensan los defensores de la pena de muerte, ya que, con ella, buscan:
• El máximo castigo, al privarle a alguno de lo que, supuestamente, más aprecia.
• Asegurar la propia vida eliminando al que puede atentar contra ella, apelando al
derecho de legítima defensa y a la efectividad indiscutible del castigo en tales casos.
Pero, como hemos dicho en el apartado anterior, no se puede partir del principio de
buscar la justicia perfecta, y además no se puede impedir la posibilidad de poder
reorientar la propia vida. Está claro que la muerte es el mal. Pero ningún mal se
puede subsanar con otro. Por eso, quienes defienden que un asesino 'consciente' debe
morir, caen en la paradoja aludida de justificar el mal por lo peor. Repito que me parecen
correctas las ecuaciones: 'Mal + mal = 2 mal' y 'Mal + bien = - mal'.
Dicho de otro modo: Quien comete un perjuicio social, sólo lo compensa (hasta
donde sea posible) si vive y realiza acciones positivas para paliarlo. Muerto no 'paga'. Y
quienes lo ejecutan, caen en la contradicción de repetir lo que rechazan. Muerte más
muerte no es igual a vida. En cambio: Muerte más vida será menos muerte. Por
consiguiente, teniendo en cuenta el concepto de justicia expuesto, la pena de muerte
es racionalmente inaceptable. Sólo se 'entiende' por la exigencia de venganza bajo
los efectos de la pasión y del sufrimiento. Pero entonces ya no hablamos de una
cuestión de justicia, en la que tiene que darse la 'distancia' y la 'serenidad' precisas; por
eso un juez no puede juzgar al asesino de su hijo.
Además, al tratarse de una acción irreversible, no cabe la posibilidad de
enmendar el error, y la historia cuenta muchos casos de condenas a muerte de
inocentes.
6. Propuesta:

PARADOJA
Según los iusnaturalistas, el precepto 'no matarás a tus semejantes' es algo que
conocemos de manera natural como 'bueno'. Todos los Estados del mundo aceptan, de
manera genérica, esa norma jurídica. Sin embargo, todos ellos establecen excepciones a la
norma, considerando legal (o no sancionable, cuanto menos) el provocar la muerte de
personas si concurren determinadas circunstancias.
Por ejemplo, en caso de guerra, los soldados están autorizados a matar, provocándose la
paradoja siguiente: cuantos más enemigos maten, mayores honores militares. A la vez, muchos
Estados autorizan la pena de muerte para reos acusados de asesinatos, de narcotráfico o de
otros delitos graves. Otros Estados consideran justificables los crímenes que cometen sus
Servicios de Seguridad o sus militares por razones de patriotismo...
Ante esa paradoja, contesta a estas dos cuestiones:
• ¿Crees que existen situaciones o casos extremos donde esté justificado matar, o pien -
sas que no puede existir ningún acto legal que justifique la muerte de alguien? Si crees que sí,
enumera los casos y las circunstancias que deben concurrir para que sea legítimo, según tu
opinión, provocar la muerte de alguna persona.
• ¿Piensas que los Estados son hipócritas al establecer el principio de no matar, a la vez
que justifican el crimen cuando sus intereses se ven amenazados, o te parece justa esa 'aparente'
contradicción?

Suele decirse que, eliminando al criminal, desaparece el peligro. Y eso parece claro,
al menos en el caso concreto de ese criminal. Pero, en cambio, es muy discutible que
produzca efectos disuasorios en otros. Porque quien actúa bajo la pasión, no piensa en
lo que le puede suceder después. Y quien actúa programadamente, es que está
dispuesto a ser 'mártir' o simplemente a correr cualquier riesgo, porque su escala de
valores está 'trastocada'.
Sólo podemos hablar de culpabilidad cuando las conductas libres y conscientes
perjudican, de algún modo, a otros, tanto en su persona como en el medio donde viven
(criterio ecológico-social). Por tanto, sólo en estos casos cabe exigir la compensación
que el concepto de justicia establece.
Hay daños que no pueden repararse del todo, pero sus efectos pueden amortiguarse
en cierto grado. Nadie tiene capacidad para resucitar a los muertos o para deshacer
una violación. Pero se puede intentar mitigar la angustia, el abandono y la pobreza
mediante nuevos recursos materiales y culturales (dinero y atención psicológica).
¿Cómo?
El criminal tiene la obligación de compensar el daño ocasionado, hasta donde
sea razonablemente posible. Para ello deberá realizar tareas productivas (sea o no en
reclusión). Pero no podrá hacerlo si es 'sentado' en la silla eléctrica; o puede no querer
hacerlo si se le permite vegetar en la cárcel. Sólo la acción compensatoria puede
aminorar los efectos de los daños. Cada responsable debe participar en recomponer el
equilibrio por él roto, y el Estado no puede abandonar a los damnificados, o cargarlo
todo al resto de la sociedad que no ha participado en la comisión del delito. Todo
condenado por la justicia pública debe recibir el mismo trato. La economía particular no
debe permitir pagar castigos de cárcel ni de trabajo. Seguramente tenía Sócrates
poderosas razones para aconsejar que el criminal no debería ir a la cárcel sino a la
escuela. Pensaba que todo ser humano es capaz de entrar en 'razón' mediante la
educación. Quizás se equivocaba. En cualquier caso, nadie debe ir a la cárcel si no es
peligroso para la integridad física de los demás. Lo que debe hacer, además de recibir
'discursos', es trabajar según las condiciones ordinarias en las que desarrolla su actividad
cualquier trabajador. Mas el delincuente lo hará gratuitamente, para que el Estado
pueda establecer el procedimiento preciso de las compensaciones posibles a los
damnificados.
No sé si con el trabajo se puede aprender mucho, pero es la única manera de 'pagar'
o 'compensar' el perjuicio social cometido. Quien sea peligroso y violento deberá ser
recluido y tendrá que adaptarse a las condiciones comunes de todos los encarcelados.
Por ejemplo, si no es por prescripción médica, nadie tomará comida distinta de la
común... En cuanto al trabajo, si se niega, entonces tendrá que ser encerrado en las
mínimas condiciones humanas exigibles (mínima comida, mínima luz, mínimo
descanso...).
De todos modos, en condiciones normales, todo condenado debe compensar los
perjuicios sociales con actividades positivas de carácter social. Estas actividades se
concretarán en trabajos obligatorios. Por ejemplo, si alguien pone fuego al monte,
deberá ser obligado a plantar árboles y acondicionar el monte durante diez o quince
años... Quien vierte petróleo en el mar, confundiendo ciertas zonas con basureros
'autorizados', no debería ir a la cárcel sino pagar la multa y fregar rocas perceberas du-
rante otros tantos años... Pero no es necesario apartarlos de su familia ni de sus casas.
Simplemente realizarán un trabajo reglamentario. Así el Estado podrá compensar, de
una vez, el daño causado a los particulares, y, poco a poco, irá recuperando lo
adelantado mediante las aportaciones de los 'penados'.
En un caso de pena de muerte, a raíz, por ejemplo, de un asesinato, la familia
destrozada no podrá recuperar al ser querido asesinado, pero vivirá menos mal si al
menos dispone de recursos económicos suficientes, recursos que aportará el asesino a
través del Estado, mediante el trabajo; pero, como ya se dijo antes, no lo podría hacer
si es condenado a muerte o si permanece tirado en una celda.

4. Aplicación del esquema general a múltiples


situaciones
• Planteamiento general
Los eticólogos siempre deben partir del esquema general que tiene en cuenta los
valores que más directamente intervienen en cada caso, los principios que se derivan
de esos valores y las normas que se consideren necesarias para adecuar las conductas
a los mismos. Los principios están siempre, al menos de un modo implícito, en los
'juicios de valor', y las normas en las 'propuestas'. Por todo ello, el procedimiento que
antes hemos utilizado para analizar el ejército y la pena de muerte, garantiza la posibilidad
de análisis y crítica de las acciones humanas, proporciona un método de valoración de
las mismas y permite hacer propuestas para mejorarlas en lo sucesivo.
Para que las situaciones problemáticas puedan ser 'resueltas' con cierta fiabilidad, es
necesario profundizar en las definiciones tanto de los problemas como de los valores que
en ellos participan.
En la mayoría de los casos, cuando se pregunte si una decisión es buena o mala, quizás
no se pueda responder tajantemente, habrá que recurrir al 'según' ('galleguismo' filosófico).
De hecho, casi todas las preguntas que exigen como respuesta un sí o no, están mal
formuladas. Por ejemplo, en el caso de la caza o los toros hay personas que viven de ese
negocio. Teniendo eso en cuenta, se podría aceptar, provisionalmente, que mueran
animales, como los sacrificados en los mataderos con fines alimenticios. Pero nunca
sería permisible sólo por el valor de la diversión, aunque sea ése el único causante del
negocio.
Muchos valores, algunos principios y ciertas normas suelen ser comunes a diferentes
problemas por participar de características semejantes. Tal es el caso de la felicidad, la
vida o la igualdad, entre los valores.
Veamos el planteamiento en algunos ejemplos de interés:
• Para el aborto:
 Valores:

• Vida, libertad, salud.


 Principios:

• No debe ser 'arrojado' al mundo alguien que no tenga la más mínima


oportunidad de vivir como un ser humano.
• Hay que evitar que nadie tenga acceso a producir efectos que no puede
controlar y de los que no se puede responsabilizar.
 Normas:

• Control de las relaciones sexuales, mediante información y medios. Para los


inconscientes, control social.
• Regulación de casos.
• Para la eutanasia:
 Valores:

• Salud, libertad, amor.


 Principio:

• Todo el mundo tiene derecho a participar en todo lo que le afecta, y, por tanto,
también en la muerte (ya que no en el nacimiento).
 Normas:

• Respetar la libertad y colaborar a realizarla, dentro de lo razonablemente


aceptable.
• Para la cárcel:
 Valores:

• Libertad, igualdad, justicia.


 Principios:

• Una acción negativa se 'paga' con otra positiva.


• Sólo deben ser encerrados los 'físicamente' peligrosos.
 Normas:

• Actividades productivas (trabajos obligatorios) y trato igualitario en las


cárceles.
• Para los juegos violentos con animales
(Toros. Tiro 'palominos' (pichones). Peleas de gallos o perros. Caza en puestos fijos,
haciendo pasar al animal por delante del apostado; después se lleva el 'trofeo'. (¡Qué
valiente!).
 Valores:

• Vida, diversión, economía, ecología.


 Principios:

• Nadie tiene derecho a disfrutar a costa del sufrimiento de nadie ni de nada.


• Ni la economía ni las supuestas manifestaciones artísticas subsiguientes
(música, pintura, literatura), son justificantes de estos 'juegos', como no lo son
las que tienen como motivo las batallas o las ejecuciones humanas.
 Normas:

• Cambiar el lenguaje ('corrida' por 'matanza') y prohibirlos mientras la diversión


implique sufrimiento y muerte...
• Para las religiones:
 Valores:

• Igualdad, libertad, esperanza.


 Principios:

• Lo creído (imaginario) no puede sustituir lo evidente.


• La vida eterna no puede ser más importante que la real.
• Los dioses no pueden ser más valiosos que el hombre.
 Normas:

• Relegar las creencias religiosas al campo estricto de la libertad personal y


admitirlas sólo mientras no se salgan del mismo. Dada, sin embargo, su afición
por invadirlo todo, deben de ser estrechamente vigiladas por su tendencia a
convertirse en 'ideologías' de desigualdades (la mujer no vale para sacerdote)
e ignorancias ('initium sapientiae timor Domini').
• Para la Función pública:
 Valores:

• Colaboración, buen humor, responsabilidad (transparencia, igualdad, eficacia,


objetividad, formación).
 Principios:

• El funcionario es un servidor, no el 'señor'.


• Toda decisión debe tener en cuenta a toda la sociedad, nunca debe ser tomada
como favor o 'privilegio'.
 Normas:

• Agilizar los expedientes y facilitar el control para evitar casos de abuso o


negligencia.
• Relaciones laborales:
 Valores:
• Igualdad, responsabilidad, justicia.
 Principios:

• Nadie tiene derecho a enriquecerse a costa de la explotación de los demás.


• Nadie debe rendir por debajo de lo que le corresponde.
 Normas: Unión, lucha, exigencia.

• Para las discriminaciones:


 Valores:

• Igualdad, justicia.
 Principios:

• Todo el mundo debe tener las mismas oportunidades, así como la misma
remuneración por idéntico trabajo, al margen el sexo, el aspecto o la
formación cultural.
• Cualquier diferencia es respetable siempre que no conculque los valores
humanos básicos.
 Normas:

• No pueden prevalecer intereses comerciales o políticos contra las mínimas


condiciones de supervivencia.
• Para la desobediencia civil
(No cumplir las leyes establecidas por razones éticas):
 Valores:

• Justicia, igualdad.
 Principios:

• Los intereses individuales no pueden anteponerse a los sociales.


• Sólo es admisible esta desobediencia cuando el poder o la ley van en contra de
dichos valores éticos, no desde el parecer individual.
 Normas:

• Hay que obedecer las leyes mientras la Eticología no demuestre que conculcan
algún valor humano fundamental, tanto en su contenido como en su modo de
aplicarse.

DEBATE
Uno de los movimientos de desobediencia civil que más han calado entre los jóvenes occidentales durante
los últimos años ha sido el de los okupas. Como sabéis, se trata de un movimiento que defien de la ocupación
de casas y naves deshabitadas desde hace mucho tiempo o abandonadas material mente (casi siempre
buscando una revalorización del solar por parte de sus dueños, es decir, para espe cular con el valor económico),
con el fin de rehabilitarlas y convertirlas en lugares de residencia para jóvenes sin recursos económicos que no
pueden acceder a la compra de una vivienda. En muchos casos, estas naves okupadas se convierten también
en centros culturales alternativos.
En este caso, estamos ante una desobediencia civil (no respetar la propiedad privada, aunque esté
abandonada y sin uso) por un motivo aparentemente justo: el acceso a la vivienda para personas que no pueden
hacerlo de otro modo. Sin embargo, no hay duda de que lesionan los intereses de sus propieta rios legítimos.
Discutid en clase alrededor de estas cuestiones: ¿creéis que se trata de una desobedi encia legítima o no?
¿Es violento el ocupar una casa abandonada? ¿Debe el Estado cambiar las leyes para que, en cier tas
condiciones, no fuera delito la okupación? ¿Qué condiciones debían ser ésas según vuestra opinión? ¿Es el
propietario responsable, desde el punto de vista ético, de la situación de abandono?...

• Para la xenofobia
(Temor o menosprecio a lo distinto, a lo extraño, a lo diferente. Esto se concreta
en el rechazo a los de otras razas, religiones o culturas):
 Valores:

• Igualdad, respeto, libertad.


 Principios:

• Ninguna diferencia es aceptable cuando implica abusos e incumplimientos de


los valores humanos.
• No se pueden fomentar las 'identidades' étnicas con el fin de explotar o excluir
a los diferentes.
• Todo el mundo tiene derecho a hacer lo que le plazca y a ser como le parezca,
con tal que respete los valores humanos.
 Normas:

• En toda sociedad es necesario llegar a acuerdos sobre lo permitido y lo


prohibido a los individuos o grupos particulares, en función de los valores
humanos.
COMENTARIO DE TEXTO

Lee el siguiente texto y contesta después las preguntas planteadas sobre este caso:
Hay días que no haces nada, porque no estás de humor. Tienen que estar c onstantemente
limpiándote y cambiándote sondas. Hace 26 años, cuando sufrí el accidente, no había sondas. Ten ías
que ir por Santiago, pidiendo casi por Dios a los médicos que te diesen una (...). Si me quitasen la
sonda moriría de necrosis renal. Defecar es una humillación perpetua, porque casi tienen que sacarte
los excrementos con sacacorchos. Hay que excitar el esfínter. A un niño no le importa, porque no
tiene conciencia, pero saber que te tienen que quitar la mierda de encima es humillante.
La familia te ayuda, pero no puede devolverte el movimiento. Y eres una carga . El sufrimiento
crea sufrimiento, y tienes a tu familia un poco atada a tu propia tetraplejía. Ellos tratan de no verlo así,
pero tú sabes que los tienes esclavizados. Mi propia madre murió de pena. Técnicamente fue un
cáncer, pero en realidad murió de la pena de no poder hacer nada por una persona tan querida como
un hijo.
Yo quedé tetrapléjico con 25 años, al golpearme contra una roca cuando me bañaba. Trabajaba en
barcos mercantes como mecánico. A esa edad tienes de todo: amigo, amor, sexo... Salía con una chica,
pero a raíz del accidente dejé todo eso. El tema del amor es muy doloroso. Tener que arrinconar el
amor y el sexo es una de las cosas que más te desequilibra psicológicamente. No es lo mismo
renunciar a hacerlo voluntariamente. Yo estoy convertido en un ermitaño a la fuerza...
... Desde que mi caso ha salido en la prensa, también recibo visitas de gente de sectas religiosas,
empecinadas en que cambie de idea, que apueste por la vida, como dicen ellos, porque fuera de Dios
la condenación es eterna. Quieren consolarte y creen que con cariño todo se supera. ¡Qué barbaridad!
Lo cierto es que cuando se queda uno sin la parte física, sin el movimiento del cuerpo, ya no puedes
alcanzar jamás lo que deseas. No puedes ser feliz, porque no tienes libertad (...). A muchos
tetrapléjicos les hacen un lavado de cerebro y logran que tengan más miedo a la muerte que al infierno
diario...
... No me resigno a llevar esta vida miserable. Al reclamar la eutanasia no pides la m uerte, sino
liberarte del dolor. Pero el Estado, los jueces y las religiones te prohíben liberarte de tu propio dolor,
de tu esclavitud...
Hay días que te agobias, pero yo no me deprimo fácilmente. Aprendes a reír llorando para no
agobiar aún más a la gente que está a tu alrededor. En realidad, la única ilusión que tengo es que el
Tribunal de Estrasburgo declare que no se me puede imponer el sufrimiento, que tengo derecho a
una muerte digna. Para todo ser humano es una humillación sentirse como una piltrafa, estar atado a
un cuerpo muerto del que no puede librarse. Lo único importante es legalizar la eutanasia de una
puñetera vez.
Sampedro, R: Por qué quiero morirme. El Mundo: 25-12-94
Después de pasarse años completamente inmóvil sobre la cama y luchando ju rídicamente para que
se le aplicara la eutanasia activa, consiguió que alguien le proporcionara los medios para ayudarle a
morir. Él mismo decidió que su muerte fuera grabada en vídeo como testimonio de su lucha a favor de
la eutanasia. Según la legislación española no quedaba muy claro si ese hecho debía ser considerado
como eutanasia activa o como suicidio asistido, pero se daba la circunstancia de que ambos actos
son punibles en nuestro país. Por tal motivo, se abrieron diligencias judiciales y se intentó encontrar
a la persona que lo había ayudado. Al cabo de un tiempo, el caso quedó sobreseído por no haber
encontrado pruebas que inculparan a nadie.
• Si tú hubieras sido familiar o íntimo amigo de Ramón Sampedro, y él te hubiera pedido
repetidamente que lo ayudaras a morir, ¿qué hubieras hecho? ¿Te hubieras a arriesgado a sufrir
persecución judicial a causa de prestarle ayuda o no? Intenta explicar por qué hubieras actuado así.
• ¿Qué piensas tú de las soluciones que le ofrecían a Sampedro personas relac ionadas con la
religión?
• Para el feminismo:
 Valores:

• Igualdad, libertad.
 Principios:

• Todo ser humano debe disponer de las mismas oportunidades para desarrollar
su proyecto de vida.
• No es aceptable ninguna discriminación, ni la 'positiva'.
 Normas:

• Legislar medidas compensatorias para las empresas en caso de embarazo de


sus empleadas.
• Eliminar todo resquicio diferenciador basado en supuestos mitos de fuerza...

MARGINADOS
En un informe elaborado por Cáritas Española bajo el título: La acción social con
personas sin hogar en España, se recogen los siguientes datos:
• En España, al menos entre 20 000 y 30 000 hombres y mujeres viven perma-
nentemente en la calle.
• Unas 300 000 personas se ven afectadas, ocasionalmente o por ciclos
reiterados en sus vidas, por lo que el informe llama el 'sinhogarismo'.
• Muchos inmigrantes se encuentran dentro del colectivo de personas que viven
permanente en las calles. Proceden mayoritariamente del norte de África
(marroquíes, argelinos...), de la Europa del Este, de África subsahariana y de
Latinoamérica (fundamentalmente de América del Sur).
• El informe destaca como tendencias emergentes del 'sinhogarismo' en
España la 'juvenalización' y 'feminización' (por problemas laborales, toxicomanías,
maltrato, separaciones), el incremento del nivel educativo y cultural de las personas
que llegan a esta situación y la incorporación de un número creciente de inmi-
grantes y de enfermos mentales crónicos.
Los porcentajes aproximados, según los tipos, son los siguientes:
a) Varón solitario de mediana edad: 27%
b) Jóvenes entre 16 años y 24 años: 21%
c) Inmigrantes o extranjeros: 21%
d) Trabajadores temporeros: 15%
e) Mujeres de más de 24 años: 12%
f) Grupos familiares: 3%
g) Menores de 16 años: 1%
Tras la lectura de los datos, realizad las siguientes tareas:
• Analizad las causas del 'sinhogarismo', distinguiendo entre las que son
provocadas por la pobreza, por la xenofobia y por motivos personales.
• ¿Qué medidas sociales pondríais en marcha para intentar reducir el número de
personas que viven permanentemente en la calle, en el caso de que el gobier no
de turno afirmase tener dificultades presupuestarias para incrementar las partidas
económicas en ayuda social?
• Algunos afirman que los inmigrantes en situación irregular no deberían tener
derecho a una ayuda social puesto que no son españoles, ni siquiera aunqu e esa
ayuda provenga de instituciones privadas o religiosas. Argumentan que los recursos
públicos y privados deberían emplearse únicamente en ayudar a los necesitados
con nacionalidad española. ¿Qué piensas tú al respecto desde un punto de vista
eticológico?

• Para la globalización:
 Valores:

• Igualdad, educación.
 Principios:
• Todos los seres humanos tienen derecho a disfrutar de los mínimos valores
éticos y de los productos de consumo necesarios.
• Hay que globalizar la educación, el alimento y el disfrute cultural.
 Normas:

• Nadie puede disponer de cosas superfluas, mientras otros carezcan de lo


necesario.

DINÁMICA DE GRUPO
Se divide a la clase en dos grupos: uno formado por todas las alumnas y otro por todos los
alumnos. Cada grupo se reunirá por separado y elaborará una lista de quejas sobre actitudes
despectivas o desigualitarias a causa de ser hombre o mujer que cometan o hayan cometido, bien
los compañeros, bien las compañeras. Por tanto, las chicas se quejarán de actitudes machistas
sufridas ante sus compañeros, y los chicos de actitudes desigualitarias mantenidas por las chicas.
Posteriormente, los portavoces de cada grupo leerán las listas de quejas y se iniciará un
debate acerca de la justicia o no de dichas quejas. Al final del debate se propondrán soluciones
(que previamente tienen que haber sido discutidas también por cada grupo) para acabar con la
intolerancia y la discriminación sexual en clase.

• Para la objeción de conciencia:


 Valores:

• Libertad, autonomía, socialización.


 Principios:

• En Ética sólo cabe objeción de razón, no de conciencia individual.


• En los asuntos básicos de la convivencia social (valores humanos), no está
permitido el capricho particular.
• En lo puramente individual, todo el mundo tiene derecho a tomar las
decisiones que mejor le parezcan según su propia 'moral'.

PASAPORTE GENÉTICO
¿Crees tú que atenta contra los Derechos Humanos la existencia del llamado 'pasaporte
genético', es decir, un documento donde estén registrados los rasgos genéticos del individuo,
de tal manera que mediante él se puedan conocer sus posibles enfermedades, sus rasgos del
carácter y de la personalidad o sus tendencias biológicas o sexuales? Piensa en las ventajas
de ese documento (puede contribuir a evitar el contagio de enfermedades, por ejemplo) y en
sus inconvenientes (puede ser utilizado políticamente, como un elemento para decidir la
entrada o no de un sujeto en un país determinado, o como un ataque a la intimidad del indi -
viduo, entre otros aspectos negativos), y decide si lo consideras positivo o negativo para la
humanidad.

 Normas:

• Hay que cumplir los acuerdos demofrátsicamente convenidos, en torno a los


valores fundamentales.
• Para el consumismo:
 Valores:

• Igualdad, libertad, justicia.


 Principios:

• Tener no equivale a ser.


• Para ser es necesario un mínimo tener.
• Nadie puede tener en exceso mientras otros carecen del mínimo humano para
ser (alimento, educación, salud).
 Normas:

• Prohibición expresa de la propiedad, entendida como poder y dominio.


• No pueden construirse aviones de guerra a 45 millones de euros la unidad (año
2003), mientras 24 000 personas mueren al día en el mundo por causas
evitables.
• Para la ingeniería genética:
 Valores:

• Salud, alimentación, igualdad.


 Principios:

• El ser humano puede tomar decisiones en todo lo que le afecte.


• Sólo está prohibido lo que vaya en contra de los valores humanos (vida,
igualdad, libertad, salud).
 Normas:

• No pueden permitirse negocios económicos, ni satisfacer caprichos, ni siquiera


salvar la propia vida a costa de la salud, la vida o la libertad de otros seres
humanos.
• Toda investigación genética estará regulada por una convención mundial
basada en los valores 'demofrátsicos'.
Teoría y práctica
de la Felicidad

Bloque 2: Ética aplicada


UNIDAD 9
Juan VERDE ASOREY (2003), ÉTICA. ESO, Madrid: MILETO
EDICIONES, 206p.
1. Estupidez, inteligencia, sabiduría
• Introducción
En ocasiones, la vida en el mundo es bastante penosa, debido no sólo a la injusticia
sino también a la estupidez. Es lamentable comprobar cómo muchas veces las
relaciones humanas están marcadas por la estupidez. Estúpidos hay muchísimos
(infinitus est numerus, decían los latinos). Listos hay bastantes. Sabios, pocos.
El estúpido se mueve por valores primarios y es fácilmente engatusable por el listo.
El sabio suele tener muchas dificultades para influir en la sociedad, porque exige a los
demás raciocinio, no promete riqueza fácil, no acepta que unos especulen con otros,
defiende la igualdad radical entre todos los seres humanos y sabe que la obsesión por
dominar y poseer es paranoica, como ya advirtió Antístenes, el cínico: Hay reyes que
poseen amplios territorios y, sin embargo, arriesgan su vida por conquistar otros que
no necesitan.

• Etimologías
Casi todas las palabras que se refieren a características psicológicas provienen de la
observación de modos fisiológicos concretos de conducta.
'Estupidez' se asocia con el movimiento brusco y descontrolado de ciertas personas
al caminar.
'Inteligencia' se relaciona con el que se mete en medio de un sembrado y recoge
cuidadosamente las mieses de un lado y de otro, ordenándolas en haces para su
retirada y consumo.
'Sabiduría' se vincula con el hecho del placer que expresan los seres vivos al
'mamar'.
Según los distintos casos, así resultan los conceptos de brusquedad e insensatez
(estúpido), de observación, acecho y egoísmo (inteligente), y de armónica visión de
conjunto (sabio).
Veámoslas con más detenimiento:
 Estupidez deriva de la raíz indoeuropea 'steu-' (empujar, golpear). De aquí
proviene el verbo latino 'stúpeo' ('saltar encima'), que expresa el hecho de estar
aturdido, atolondrado o atontado, de tal modo que quien padece esta situación se
lanza indebidamente contra alguien o contra algo, y choca con los demás, haciendo
daño y haciéndoselo a sí mismo.

ETIMOLOGÍA DE IMBÉCIL
La palabra 'imbécil' tiene su origen en el vocablo latino 'im-báculum' (el que van sin
bastón), el cual, a su vez, proviene del verbo griego 'báino' (caminar). Quien no 'camina
bien' al no ser capaz de andar normal, y no se apoya en el bastón como debiera, es
'imbécil'.
De ahí deriva el significado psicológico entendido como debilidad mental, aplicado a quien
no 'discurre' adecuadamente (según las leyes de la lógica).
Por todo esto, el término 'estupidez' pasó a significar, metafóricamente, dificultad clara en
el discurso intelectual, manifestada con expresiones torpes y extravagantes.

 La inteligencia está relacionada con intuición, intención, atención... Proviene de la


palabra latina 'interlégere' (leer entre). Originariamente, la inteligencia se mueve en
función del sentimiento. Cuando uno se siente afectado por algo, tiende al
conocimiento, a la búsqueda o al rechazo. Ante las situaciones problemáticas, el
inteligente analiza y resuelve porque es capaz de entender las relaciones e influencias
entre unas cosas y otras y entre discursos diferentes (dialéctica).
Decíamos que la palabra 'inteligencia' proviene del verbo latino 'interlégere' (leer
entre), pero guarda también íntima relación con 'intus-légere' (leer dentro). Ambas
etimologías sirven para expresar la capacidad humana de captar las relaciones no
evidentes entre fenómenos y de intuir las causas ocultas de los efectos observables, lo
que 'está detrás' de lo que se ve.
 Sabiduría proviene del verbo latino 'sápere', que significa saborear, asimilar, tener
sabor o gusto a. Pero también significa comprender, conocer. Yo considero que no hay
'sabiduría' si ambos aspectos no se entremezclan. De hecho la palabra griega 'sofás'
(sabio), de donde viene filosofía, es de la misma familia.
La palabra 'saber' parece que está más cargada de sensaciones que de razones
(aunque yo no soy partidario de esta disociación). 'Conocer' y 'ciencia' (en latín ‘scíre' y
‘scientia') aparecen normalmente como algo frío, lejano. Saber (sápere), en cambio,
implica compromiso y afecto ('saboreo'), no puede dejar indiferente. Por eso, el que
'sabe' se comporta de un modo distinto que quien aprende algo pero no cambia en su
manera de actuar; así, de este último podemos decir que lo 'conoce' pero no lo 'sabe'.

• Rasgos genéricos
• El est ú pi d o
No suele percatarse del sentido del lenguaje, por ignorancia del mismo y por no
saber dialogar: sus palabras son dardos para herir o escudos para defenderse, pero no
vehículos de comunicación serena. Por eso se instala en la discusión permanente.
Dice tonterías y sandeces, alguna de las cuales 'insultan'. Ésta sería la estupidez osada y
sin complejos. Pero también se dan estúpidos apocados y timoratos. Existe, pues, una
estupidez maliciosa, relativamente consciente y libre, y, por tanto, evitable.

DOS FORMAS DE ESTUPIDEZ


• La estupidez televisiva
Espectáculos destinados a conformar y justificar la ignorancia y la idiotez. Casi nunca tienen éxito
los programas que invitan a pensar y que ofrecen alguna idea para mejorar el modo de vida, ya que
pensar exige trabajo. Es preferible observar 'basura' para sentirse 'fuera' de ella y para contentar -
se fácilmente: ¡Yo no soy tan bruto como ése, ni sería capaz de insultar de ese modo, ni contaría
mi vida a quien no le interesa! ¡Nunca pensé que pudiera haber personas de esa calaña!
• La estupidez política
Con frecuencia, los políticos se descalifican los unos a los otros. Algunos, los más 'importantes',
son tipos que tienen el poder de 'organizar' la vida de millones de personas. El político suele ser
más inteligente que estúpido, pero insensible con su adversario, y con una moral acomodaticia
para lograr sus objetivos.
Sin embargo, son las teorías de los eticólogos, la información de los medios de comunicación y
las manifestaciones populares en las calles, las que pueden iniciar el proceso para ir ac abando con
los abusos generalizados y con la concentración irracional del poder en unos cuantos. Sin olvidar
lo que se puede hacer también en los parlamentos, a través de sus minorías.
El voto útil es aquel que consigue que alguien hable en nombre de los valores comunes, sin estar
necesariamente sometido a la obligación y a la estrategia de alcanzar la posibilidad de gobernar.
Un solo parlamentario puede, de vez en cuando, hacer pensar y dar que hablar. Hay que votar a
partidos que aporten propuestas eticológicas a la política, y no a máquinas de ganar elecciones, ya
que esto puede generar la tentación de vivir para y de la polí tica a costa de los ciudadanos.
Decía el pensador gallego Amor Ruibal que si el filósofo A demuestra que las teorías de B son
falsas, y, a su vez, el filósofo B demuestra que también son falsas las de A, está claro que ambas
son falsas. Por tanto, los aficionados a la filosofía deben cambiar de filósofos o, al menos, debe -
rían esperar a que A y B cambien de 'filosofía'. Lo mismo corresponde hacer a los votantes en polí -
tica, siempre que los políticos sigan intentando demostrar que casi todas las propuestas de sus
adversarios son perjudiciales para la 'cosa pública'.

• El in t eli gen t e
El inteligente puede carecer del tacto necesario para evitar las discusiones con los
estúpidos, y cae con facilidad en la tentación de refutarlos hasta la humillación y el
insulto, o de usar sus artimañas para sacar provecho de la candidez ingenua o del
egoísmo espontáneo de los estúpidos. Los valores por los que se rige se basan en
sus intereses personales, no en los auténticos valores humanos. Por eso se obceca.
Pertenece a ese grupo que el lenguaje común encuadra dentro del conjunto de los
'listos', o sea, de los que están dispuestos a aprovecharse de los demás sin escrúpulos.
Debido a una frecuente carencia de perspectiva general y plazo largo, tanto en su vida
como en la social, entra con facilidad en discusión con los estúpidos y en el desprecio de
los sabios.
El inteligente, con frecuencia, también consigue embaucar al estúpido y éste entra a
engrosar el rebaño de los que aceptan mandatos como: no hables, no corras, no
mientas, no respondas, no tomes su nombre en vano...
Tanta negación impide la 'vida'; por eso Nietzsche proponía una total transmutación
de valores. Se trata de introducir la filosofía de la actividad consciente y libre frente a la
filosofía de la negación opresora y mutilante.
• El sab io
Sabio es el que posee la capacidad de conocer y sopesar todos los elementos que
configuran las relaciones sociales y, además, toma sus decisiones en función de los
valores humanos. Podría identificarse con el eticólogo 'demofrátsico' o con el
'sofólogo' metódico.
La razón, el diálogo, la investigación y la experiencia constituyen el criterio de
conocimiento y, a su vez, componen el tribunal de selección de los valores que deben
regir cualquier conducta.
Sabio es el que ha logrado 'asimilar' los valores humanos, porque se ha dado cuenta de
que compartir es mejor 'negocio' que poseer, ya que es preferible tener cien amigos con
casa, que cien casas y muchos amigos sin ella.
Claro que, como decía Cicerón, la amistad es más posible entre iguales; por eso
hay pocos dueños de cien casas que tengan amigos sin ninguna.

• Relaciones entre estupidez, inteligencia y sabiduría


• El est ú pi d o y el in t elig en t e

LA SABIDURÍA DE UN SEÑOR FEUDAL


Pensemos en un señor feudal del Medievo. Por circunstancias climáticas (sequía) y sociales
(guerra), se produce una época de especial miseria para los más pobres. Dentro del feudo no hay
problema. Pero los 'villanos' luchan por sobrevivir, intentando tomar a escondidas víveres y cosas
del Castillo. Lo hacen desordenadamente, sin planificar, actuando como 'populacho'.
La respuesta 'inteligente' del señor feudal es repelerlos por la fuerza, defender sus propiedades
aumentando el número de vigilantes y dotándolos de mejores armas. Así consigue preservar sus
bienes. Pero la penuria aumenta y con ella la desesperación, y el desesperado está dispuesto a la
violencia.
Un cierto día el señor del Castillo sale del mismo para visitar a un amigo de otro feudo. A pesar de
la escolta, es asaltado por la masa hambrienta en el camino y cae muerto en la refriega. Las gentes
eufóricas e incontroladas entran en sus propiedades y lo arrasan todo. Si este señor feudal, en vez
de 'inteligente' hubiera sido 'sabio', se hubiera dado cuenta de que la situación de sus vecinos era
insoportable. Debería haberse reunido con ellos y convenir un modo de solucionar el problema
mediante el reparto de sus bienes con aquellos necesitados a cambio de trabajo, mientras la
situación no mejorara; incluso podría prolongarse el convenio en el futuro si hubie ra acuerdo. De este
modo, se habrían satisfecho, siquiera en un grado mínimo, los valores de la alimentación, la
supervivencia, la seguridad y la paz social. Y todos hubieran salido ganando.

El estúpido provoca. El inteligente, en vez de evitarlo, entra en el juego de la


provocación y los dos se instalan en la estupidez, enzarzándose en discusiones. Si, por
ejemplo, el estúpido dice que todos los vagos deberían ser ejecutados, el inteligente le
responde que está tonto; aquel le replica que él más...
El inteligente ocupa el lugar intermedio entre el estúpido y el sabio y, en consecuencia,
puede participar de los dos. Si se obceca, fomenta la estupidez y el egoísmo; si discurre,
puede colaborar en la preparación de la vía hacia la sabiduría. Desgraciadamente, no
siempre el inteligente es capaz de reaccionar correctamente y entonces devuelve el
insulto, iniciándose así la dialéctica de la estupidez en la que se enmarcan la discusión
permanente y la difusión progresiva de la insensatez.
Tiene el estúpido la virtualidad de arrastrar a su terreno al inteligente, mientras que el
proceso inverso es más raro. Contra el insulto habría que responder con tranquilidad y
argumentos, no con otro insulto. Éste es el papel del sabio, ya que, ante una sandez e
incluso ante un insulto, decide esperar mientras no se pueda razonar. Siempre intenta
buscar el momento oportuno para entrar en diálogo.
Si ante una situación real de injusticia el estúpido brama contra el supuesto culpable
diciendo: «¡Hay que matarlo!», no se le puede descalificar respondiendo: «¡Tú eres
imbécil. Así no se arreglan las cosas!». Convendría, más bien, responder de este otro
modo: «Mira, piénsalo mejor. La violencia y el asesinato son males peores que los que tú
quieres combatir. Un mal no se repara con otro».
•  El in t el ig en t e y el s abi o
La diferencia entre el inteligente y el sabio proviene de los valores que los mueven a
la acción y de los métodos utilizados.
El primero se mueve por valores 'morales' (sus intereses particulares, la riqueza, su
seguridad), mientras que el segundo lo hace por valores éticos (intereses universales:
igualdad mínima en el derecho al alimento, a la salud y a la vida, mediante la colaboración y
la paz).
El inteligente aplica fórmulas 'mecánicas' y 'frías' para conseguir lo que quiere. El sabio
utiliza un método flexible para solucionar cualquier clase de situación problemática que
entorpezca el camino que conduce a la 'mínima' satisfacción de los valores humanos 'mínimos'
(vida, justicia, igualdad, libertad, salud y cultura). Ésta es la forma de avanzar hacia la
posibilidad de ir mejorando cada persona en la práctica de la felicidad, entendida como
pequeños y sucesivos logros que se van acercando a la idea individual de disfrute, encuadrada
en el marco de los valores 'demofrátsicamente' convenidos.
• El est ú pi d o, el in t eli g en t e y e l s ab i o
Hay inteligentes (los sociológica y vulgarmente llamados 'listos') que saben leer muy bien
las relaciones entre determinados hechos o actitudes y son capaces de calcular sus posibles
resultados. Se dan cuenta de que no es difícil aprovechar la mentecatez del estúpido, y
deciden maquinar la manera de explotarlo, no sólo como servidumbre, sino también como
apoyo personal (masa) y como proyectil contra otros estúpidos o contra el sabio.
Pero solamente éste sabe utilizar la 'pausa' ante las estupideces y la 'crítica' ante las
listezas. De este modo pretende establecer las mínimas condiciones para iniciar una
comunicación general razonable. Como ya dijimos, el número de sabios, por desgracia, es
muy escaso, el de los 'listos' es mucho más amplio, y el de los estúpidos es incalculable.
De ordinario, el estúpido es muy inconsciente, el listo es avieso y el sabio es comprensivo.
El estúpido mira con sonrisa necia y maliciosa; el listo se fija en los 'flancos débiles'; y el
sabio se va colocando en el lugar de todos, en cuanto le es posible. Por eso, el necio no ve,
el listo sólo tiene una perspectiva y el sabio tiene que habérselas con infinitos puntos de
vista.
• La s abi du rí a d el s abi o
Conviene hacer saber a todo el mundo que el sabio no es tonto ni peyorativamente humilde.
No puede permitirse 'aparentar' estupidez por pacato o por no saber defenderse. Si la
humanidad no es capaz de superar la animalidad, si no siente afición por el conocimiento,
entonces la sabiduría es un engaño y la Ética una ingenua utopía. Siempre será inevitable
que el estúpido piense que el idiota es el sabio, e incluso podrá pensar que su sabiduría es
interesada.
Pero el sabio no se somete ni al estúpido ni al poderoso porque es 'consciente'
de la situación. Sabe que de lo que no sabe, no sabe. También reconoce lo mucho
que siempre queda por saber.
Pero no oculta lo que conoce.
No acepta las sandeces y reprocha
DIOS Y LEY DE LA GRAVEDAD
las osadías cuando es necesario.
Percibe que no cae bien a cuantos Se cuenta de un sabio profesor que decía a sus
tienen intereses en el juego de la alumnos:
estupidez, puesto que incluso hay — Desde Epicuro, ya se sabe que los dioses nada
explotados agradecidos. Porque deciden sobre los hombres. El filósofo griego
casi todo el mundo se resiste argumentaba así: no hay ser humano sin un enemigo
zopencamente al ejercicio cerebral que, en algún momento, no pida a sus dioses que lo
aniquilen. Si esos dioses hicieran caso, la humanidad
ordenado.
entera perecería. Hay 'creyentes' que aceptan gustosos
Esto explica los calificativos que duras críticas contra Apolo, Alá o Zeus, pero no contra
se han extendido en torno a esta Dios.
clase de personas: 'raros', Entonces interviene un alumno amenazando:
'despistados', 'ingenuos', — ¡Me quieres llevar a tu terreno, pero a mí no me
'soñadores', 'utópicos', incluso convences, no me dejo 'comer el coco'!
'lelos'. Pero esto no les desanima Oído esto, el profesor continuó:
a seguir luchando contra la — Que cada cual siga 'pensando' y haciendo lo que
estupidez y desmontando los le parezca, con tal que no moleste a los demás. Yo me
limito a informar. Por otra parte, no tengo 'terreno'
argumentos de los 'listos' (a veces
propio, ni me dejo arrebatar por las ganas de 'comer
ídolos sociales) que quieren
cocos', ni formo parte de un club o secta de los que
aprovecharse de la necedad de me gustara que tú fueras socio. Puedes continuar
muchos seres humanos, tranquilamente amarrado al fantasma. La ley de la
fomentando entre ellos las caída de los graves te informa de que si te tiras de un
'alienaciones' (Marx), es decir, la octavo piso, es casi seguro que te despanzurres. Pero tú
patológica dependencia de 'otros'. puedes hacer caso omiso. ¡Quién sabe si antes de
El sabio no pretende hacer chocar contra el suelo, un ser mágico te detiene,
prosélitos, más bien intenta que acogiéndote en su regazo!
todo el mundo se 'desproselitice'.

2. Saber ser feliz


• Progresos en los valores
Los estúpidos son los más numerosos. Se dejan manipular por los inteligentes.
Estos son los que se aprovechan de los estúpidos. Y los sabios, los menos
abundantes, son los que intentan convencer sobre lo más conveniente para
todos, mediante el razonamiento lógico y armándose para ello de paciencia y
sensatez. Porque son conscientes de que es imposible alcanzar un mínimo de
vida feliz sin un cierto grado de sabiduría.
La vida es el motor del ser. La felicidad es el motor de la existencia humana.
El ser humano ya no puede progresar hacia la felicidad desde la ig norancia. Está
condenado a pensar, por eso 'está condenado a ser libre'
(Sartre), es decir, que no puede evitar el tener que decidir. Y, para decidir lo mejor
posible, hay que saber.
Hasta ahora la Eticología no ha gozado de grandes éxitos entre los saberes del hombre,
porque los valores y los derechos humanos no han sido nunca bien vendidos. Sus
'productores' casi siempre se han conformado con exhibirlos en los escaparates o en las
salas de exposiciones, no muy convencidos, al parecer, de que todos los necesitan y de que
deberían estar interesados en adquirirlos. De hecho, su demanda ha sido escasa.
Es innegable, sin embargo, que desde Aristóteles hasta la Declaración Universal de los
Derechos del Hombre se ha producido un gran avance, no sólo en la misma concepción de
los valores éticos, sino también en la manifestación expresa de que todos los seres
humanos son sus destinatarios. Para Aristóteles no todos los humanos eran iguales (se
diferenciaban por nacimiento y estatus; por ejemplo, Aristóteles justificaba la
esclavitud como algo 'natural'), mientras que actualmente se acepta la igualdad radical y
universal del 'hombre'.
Pero no llega a todos la información adecuada, ni todos disfrutan de los mínimos
necesarios para la supervivencia 'humana'; tampoco están todos dispuestos a esforzarse
en conseguirlos, ni a implicarse en sus exigencias. Además, continúan produciéndose
situaciones de abuso flagrante y de ignominiosa explotación.

• Ética para todos


Creo que se podría afirmar que la Ética ha tenido incluso menos éxito que la Física,
porque ésta no implica a las gentes, mientras que aquella sí. Después de ser publicada, a
principios del siglo XX, la Teoría de la Relatividad de Einstein, su autor se hizo
famosísimo, apareció en todos los libros, figuró en todas las historias, formó parte de
infinitos reportajes gráficos, tanto de historia como de ciencia. Todo el mundo habla de
Einstein porque, a pesar de haber construido un fantástico artilugio teórico, éste, al
menos a primera vista, no compromete a casi nadie; ni siquiera pide a las gentes que
entiendan su teoría. Es más, él sabía que no la iban a entender, excepto unos cuantos;
y que quizás muchos de sus principios no tendrían aplicaciones prácticas.
En cambio, la Ética compromete a todos, porque a todos va dirigida, al suponer
que todos tienen derecho a 'ser felices' y que todos son capaces de aprender a manejar
los mínimos elementos de la Teoría de la Felicidad.

DISCRIMINACIÓN POSITIVA
Existen casos donde entran en conflicto dos o más derechos legítimos y debemos optar por dar
la primacía a uno de ellos aunque sea en perjuicio del otro (en razón de su mayor importancia
social o porque creamos racionalmente que eso es más justo que la opción contraria). En tales
casos queda justificado algún tipo de discriminación, y con el fin de distinguirla de la que es
éticamente ilegítima, la llamamos discriminación positiva.
En la mayoría de casos de discriminación positiva entran en conflicto la igu aldad social y la
igualdad legal. Aunque todas las Constituciones democráticas establecen la igualdad de todos los
ciudadanos ante la ley y promueven acciones para alcanzar la igualdad social, la experiencia nos
muestra que no existe tal igualdad social en la vida real, es decir, que existen colectivos
perjudicados socialmente y colectivos beneficiados.
La cuestión moral que se plantea entonces es la siguiente: ¿debe interven ir el Estado u otros
poderes públicos para ayudar a esos colectivos perjudicados a igualarse socialmente con el resto
de colectivos? ¿Y por qué debe ayudar a unos y no a otros si todos somos iguales? Una posible
respuesta eticológica es la siguiente: precisamente porque no somos iguales en la realidad, los
poderes públicos deben beneficiar a las minorías o a los colectivos desfavorecidos para que éstos
alcancen la igualdad social. Y esa ayuda deberá ser a costa de las mayorías favorecidas. De esta
manera se discrimina a estas últimas, pero con una finalidad igualitaria.
Sin embargo, en las sociedades actuales existe un debate social profundo sobre los derechos
de las minorías, sobre todo en lo relativo a la siguiente cuestión: ¿se debe favorecer
legislativamente o con ayudas sociales a las minorías con el fin de conseguir su integración,
aunque ese trato ventajoso perjudique a la mayoría social?
Sus defensores argumentan que puesto que el fin que persigue ésta es justo (conseguir la
integración y la verdadera igual social, no sólo la igualdad legal), los medios que se utilicen (por
ejemplo, perjudicar a la mayoría) quedan justificados en nombre de un bien mayor (la solidaridad).
Los que se muestran en contra afirman que la discriminación positiva vulnera el principio de igualdad
de oportunidades, y que con la existencia de éste es suficiente para garantizar los derechos de las
minorías.
¿Qué piensas tú al respecto? Si de ti dependiera exclusivamente el aprobar .o no medidas de
discriminación positiva, ¿qué harías y por qué?

La Física puede interesar a muchos como curiosidad intelectual. Pero la Ética implica
necesariamente a todos en la reflexión acerca de sus propias decisiones conductuales.
Sin embargo, cuando hablamos del valor ético de la igualdad, pretendemos que todo el
mundo lo entienda y colabore, sin dilación, en su práctica y difusión. De Física o de
deporte basta comentar o ver lo que otros hacen. En Ética hay que intervenir y
participar. Por eso la gente se resiste, por comodidad e ignorancia; sobre todo por
ignorancia, ya que sólo un mentecato se queda tirado y muerto de sed en el campo
habiendo un cristalino manantial de agua fresca 'al otro lado' del pequeño muro.

3. Teoría general de la felicidad


• Etimología de felicidad
Etimológicamente la palabra 'felicidad' hace referencia a dos clases de actividades,
una de carácter negativo (eliminar el sufrimiento) y otra de tipo positivo (búsqueda
de placer).
Tradicionalmente se ha creído que los 'humores' (líquidos del organismo) eran los
responsables de la salud y del carácter. Por eso se han relacionado las enfermedades con
la corrupción de algunos de ellos. Del mismo modo, se asoció el 'mal genio' con una
inadecuada producción de bilis por las células del hígado. Esta relación es lógica si se
tiene en cuenta el sabor amargo de dicho líquido (la misma palabra 'amargura' proviene
de su relación con el color 'amarillo' de ese 'humor'). Pues bien, una de las formas
latinas de decir 'bilis' es "fel', equivalente al griego 'jolé' (hiel, cólera, amargura), ambas
provienen del indoeuropeo 'ghel-' (bilis, hiel) y guardan relación con términos caste-
llanos tan comunes como 'felino' y 'colérico' (ambos dominados por la 'hiel').
Según lo dicho, es razonable considerar que para ser feliz es necesario superar las
enfermedades y muy conveniente corregir el mal 'humor', es decir, eliminar la 'hiel',
procedente de cualquier clase de padecimiento. Pero, una vez eliminado el dolor,
estamos en condiciones de buscar el placer, y la felicidad se desarrolla más
propiamente con el goce de la actividad 'creativa'.
De hecho, la palabra latina 'félix' (feliz, dichoso, rico, hábil) está relacionada con el
alimento, la fecundidad y la fertilidad. Términos como 'feto', 'fecundo', 'fémina', 'heno' o
'hijo' derivan todos del indoeuropeo 'dhe(i)-' (chupar, amamantar, alimentar). Esto nos
recuerda los primeros momentos de los seres vivos cuando mantienen una íntima unión
con sus progenitores (útero-regazo) y con la alimentación (amamantamiento),
careciendo de la sensación de individualidad al sentirse fundidos con su medio, tanto
en el ser como en el actuar.

• Felicidad: concepto y teoría


La felicidad no es un simple concepto, sino una teoría. Toda teoría se compone de
conceptos, estructurados mediante principios y leyes. Es la forma de construir una
teoría clara y coherente, para aprender a derivar comportamientos que conduzcan hacia
un determinado ideal (nunca fijo) de felicidad.
A medida que nos acercamos al primer ideal, lo vamos modificando, y así
indefinidamente, según van cambiando las 'variables' vitales, como corresponde a
cualquier planteamiento utópico.
El esquema básico de esta teoría eticológica se mueve en torno a valores,
principios y normas. Desde su origen se ha convenido en designar la Ética como la
ciencia de la felicidad, es decir, la ciencia que sirve para definir los caminos que
puedan conducir hacia ella a cualquier persona 'bien' informada.
Los valores primordiales en que se encuadran todas las decisiones humanas son la
vida y la felicidad. La vida como condición general, y la felicidad como objetivo
universal. Se entiende aquí 'vida' solamente como el hecho de ser o no ser, y 'felicidad'
como la mejor modalidad posible de ser.
Decían los clásicos: Primero vivir y después filosofar (primum vivere, deinde
philosophari); pero, claro, no puede haber vida 'humana' sin 'filosofar', es decir, sin
pensar para valorar y decidir.
• Valores y felicidad
Los primeros valores que vienen en ayuda de la vida y de los primeros pasos hacia la
felicidad tienen que ver con la alimentación, la protección y la seguridad. La
felicidad, entonces, radica en saber orientar la conducta hacia la satisfacción de esos
valores de un modo equilibrado. Si, por ejemplo, la felicidad depende de la salud, pero
también del placer de comer, habrá que calcular cuánto tiempo y con qué intensidad se
disfruta comiendo, y cuánto se disfruta del hecho de tener salud; si dos horas de comida
me producen dos meses de dolor... ¡Cada uno decide!
Lo que importa es decidir sabiamente según el Principio de totalidad (toda la vida de
uno y todas las posibles vidas de otros). Ya que tener problemas no es malo, lo peor es no
saber superar la ignorancia que impide resolverlos. Porque la felicidad está unida a la
sabiduría, entendida ésta como conocimiento de los valores humanos y como dominio
de las formas de vivirlos. Por eso hay analfabetos académicos que son 'sabios', y
grandes científicos que son 'analfabetos' en la Ética de la felicidad. Un científico que
construye armas de destrucción humana conoce la materia con la que trabaja, pero
ignora casi todo sobre la teoría de los sentimientos y los valores de la Humanidad.
La respuesta a la clásica pregunta eticológica '¡qué debo hacer?' está en función
de los valores que quiero conseguir. Qué me interesa, qué necesito, qué me gusta. Si
quiero salud, amistad, seguridad o placer, tendré que informarme primero cómo los
entiendo y después deberé adiestrarme en los métodos e instrumentos que me
permiten disfrutar de esos y de otros posibles valores. Dichos métodos e instrumentos
aparecen en la historia de la humanidad bajo el nombre de Filosofía, Eticología, Me-
dicina, Psicología, Agricultura, Sociología, Política, Física, Matemática... y todas las
Tecnologías. Según esto, todas las ciencias son 'postulados' conscientes de las
apetencias razonables, cuya satisfacción equilibrada equivale a la felicidad.
Cualquier teoría de la felicidad será más deficiente cuanto menos se
profundice en el concepto de los valores principales. No se puede tener amigos,
por ejemplo, si no se entiende 'bien' la igualdad, la colaboración y la disponibilidad;
no se puede ser libre si no se cuenta con la posibilidad de tomar decisiones con poco
riesgo y alta probabilidad de lograr lo apetecido, etc.
Nunca es conveniente darles demasiadas vueltas a las cosas, sino sólo las
exigidas por la lógica. Toda obsesión es morbosa. Pero es necesario tener las
cosas claras. Stuart Mill decía: pregúntate si eres feliz y dejarás de serlo. ¡Qué
miedo! Esto es suponer que la felicidad es algo tan sumamente frágil que depende
de una especie de sueño mágico. No se puede pensar que nuestra mente sea tan
débil.

COMENTARIO DE TEXTO
Lee detenidamente el siguiente texto, y responde después a las cuestiones planteadas:
El credo que acepta la Utilidad o Principio de la mayor Felicidad como fundamento de la moral,
sostiene que las acciones son justas en la proporción en que tienden a promover la felicidad e
injustas en cuanto tienden a producir lo contrario de la felicidad. Se entiende por felicidad el
placer y la ausencia de dolor; por infelicidad, el dolor y la ausencia de placer...
Ahora bien, esta teoría de la vida suscita desagrado en muchas mentes. Como dicen, suponer
que la vida no tiene un fin más elevado que el placer (...) es un egoísmo y una vileza, es una
doctrina digna sólo del cerdo. Ahora bien, es un hecho incuestionable que quienes tienen
conocimiento y capacidad de apreciar y gozar, dan una marcada preferencia al modo de
existencia que emplea sus facultades superiores. Pocas criaturas humanas consentirían que se
las convirtiera en alguno de los animales inferiores a cambio de un goce total de todos los
placeres bestiales... Es mejor ser un hombre insatisfecho que un cerdo satisfecho , es mejor ser
Sócrates insatisfecho que un loco satisfecho.
Stuart Mill, J: El utilitarismo
• ¿Por qué son mejores los placeres intelectuales que los físicos según el autor?
• ¿Crees tú que todo aquello que sea útil a un número muy amplio de personas es
necesariamente bueno? ¿Por qué sí o por qué no? Pon uno o varios ejemplos al respecto.
4. Lógica y Felicidad
• Introducción
Los caminos que nos conducen hacia los sucesivos planes del 'bien' vivir pueden ser
infinitos, pero deben gozar todos de unas determinadas condiciones para que sean
transitables y para que conduzcan hacia alguna parte apetecible. Caminos así sólo se
pueden trazar, afianzar, mejorar o cambiar mediante una buena teoría. Pero una teoría es
consistente si se enmarca dentro de una lógica bien construida, es decir, que contenga
necesariamente los siguientes elementos:
• Un conjunto de elementos perfectamente definidos.
• Normas de formulación de enunciados en que se relacionen dichos elementos.
• Reglas de transformación que permitan calcular los posibles resultados que se
buscan.
¿Cómo se construyen las distintas lógicas? Analíticamente se puede comprobar que toda
construcción procede de lo simple a lo complejo; lo contrario sería 'deconstruir', deshacer lo
complejo para eliminarlo o para ver de qué partes está hecho. Un edificio se va levantando
poco a poco, a medida que se van combinando y ensamblando múltiples elementos
(cemento, hierro, ladrillos) según las leyes de la arquitectura.
Toda construcción es lenta y comedida, como corresponde a todo andar de abajo arriba.
En cambio, la 'deconstrucción' puede hacerse rápido y de una vez, como pertenece a las
acciones de descenso o derribo. En cualquier caso, para construir hace falta 'saber'; para
derrumbar, en cambio, basta a veces saber colocar un explosivo, aunque si se hace con
seriedad, es necesario proceder siempre con mucho cuidado también en la 'deconstrucción'
para aprovechar lo aprovechable y para evitar daños 'colaterales'. Pues bien, algo similar
sucede con las construcciones lógicas y con las refutaciones de sus argumentos.

• La lógica de las cosas


Si tomamos piedras de una cierta forma y tamaño (elementos), podemos levantar un
muro (conjunto), y si lo hacemos conforme a un determinado plan en que se conjuga la
altura, la longitud, la distribución y el trazado, podemos demarcar una extensión de terreno
(cercado). Algo similar sucede con la constitución de la materia. Si analizamos un trozo
cualquiera, veremos que se compone de partículas (elementos), átomos (conjuntos) y
moléculas (sustancias). Pero no sería posible acceder a este conocimiento sin una cuidadosa y
meticulosa 'deconstrucción', ya que nosotros solamente tenemos relación consciente y
natural con lo 'grande', lo compuesto, la sustancia resultante de sucesivas combinaciones de
moléculas.
Fue la curiosidad la que impulsó al hombre a ser 'racional' y 'humano' (discursivo y
transformador), mediante la sospecha, la duda, el interés y la intervención en la
naturaleza para modificarla. Por eso se empeñó en 'mirar detrás, debajo y más allá'. Para
ello tuvo que remover obstáculos, descomponer complejos (incluso violentamente: dinamita,
fisión atómica y múltiples accidentes de la historia de la ciencia) y fabricar instrumentos
(telescopio...).
Así es la lógica de las cosas, es decir, así es la estructura que nos permite conocer la
materia y construir ciertos aparatos que nos acercan a un cierto dominio de la naturaleza
para satisfacer necesidades, intereses y deseos.

• La lógica de la Filosofía
Podríamos llamarla también la lógica del pensamiento. Pensar es tener en cuenta
('sopesar') cada parte que interviene en un todo y considerar el papel que desempeña
cada uno de esos elementos en la relación de conjunto.
Esta tarea es realizada por nuestra mente a través de tres funciones básicas:
 Función de intuición: La intuición podría entenderse como la buscadora de
conceptos. Etimológicamente significa dirigir la atención con persistencia hacia un punto
concreto, como intentando penetrar en el interior de lo que se resiste a ser concebido en
la mente como concepto. La intuición funciona como una cámara fotográfica con zoom
incorporado. Observamos, por ejemplo, ciertos comportamientos de relaciones huma -
nas en las que se discute acalorada y atropelladamente, se lanzan objetos con intención
de herir y se producen peleas. Esta clase de conducta puede ser nombrada con términos
como 'odio' y 'violencia'. Tal es el concepto que intuitivamente hemos elaborado.
 Función de intelección: Después de la actividad intuitiva seguimos 'pensando', e
intentamos, por ejemplo, 'hablar de' la violencia. La inteligencia es la que nos permite
establecer las posibles relaciones entre nuestro concepto de 'violencia' y otros
conceptos. Así, podremos decir que «la violencia es inaceptable», «la violencia es una
insensatez» o «la violencia es destructiva de la convivencia». Estamos construyendo
juicios consistentes en relacionar adecuadamente el concepto de 'violencia' con los de
'aceptabilidad', 'insensatez' o 'destrucción'.
 Función de raciocinio: Finalmente la razón nos habilita para relacionar unos juicios
con otros, y así poder acceder a conocimientos nuevos que orienten y motiven nuestra
conducta. Si, por ejemplo, uno sabe por propia experiencia que la 'violencia' es
'destructiva'; y, por otra parte, le informan de que alguien ha calificado de un modo
semejante la ignorancia, entonces tiene un motivo 'común' ('destrucción') para pensar
que la violencia y la ignorancia pueden producir parecidos efectos perniciosos. De aquí
'infiere' que sería conveniente evitar también la ignorancia, dado que ambas son
destructivas. Lo que demuestra que, en cierto aspecto, practicar la violencia es como
instalarse en la ignorancia.
El raciocinio es, sobre todo, una técnica, es decir, un conjunto de principios y
leyes que permiten discurrir indefinidamente, avanzando en la construcción y
desenvolvimiento de nuestros pensamientos.

• La lógica de la Lógica
Todos los tratados de Lógica clásica proceden explicando, primero, la definición de
concepto (representación mental, universal y abstracta de algo), continúan con el
juicio (proposición en la que se afirma o se niega algo de un sujeto) y terminan con el
razonamiento (de la relación de proposiciones -premisas- se deduce una conclusión).
Esquemáticamente, podría corresponder al siguiente ejemplo algebraico:
• Concepto: a
• Juicio: a + b
• Razonamiento: a + b = 1(a + b)
Según lo expuesto en el epígrafe anterior, el concepto está relacionado con la
intuición; el juicio lo está con la inteligencia, pues en él se introduce la relación
sujeto-predicado, según la cual se le aplica al sujeto alguna cualidad o determinación
que el predicado indica. 'Predicar' significa 'hablar de', es decir, relacionar dos conceptos
entre sí. Y el razonamiento consiste en relacionar juicios, para adquirir una nueva
información mediante nuevas relaciones establecidas entre juicios, según reglas precisas.
Tal es la función de la razón.
Ejemplo: Tengo el concepto de 'hombre', y, por otra parte, tengo el concepto de
'viviente'; puedo juntarlos y decir que «el hombre es viviente». Si además tengo el
concepto de 'piedra' al que no cuadra el predicado 'viviente', puedo decir que «la piedra
no es viviente». Gracias al término 'viviente', que comparten ambos enunciados, puedo
establecer una 'nueva' relación entre 'hombre' y 'piedra', diciendo que, al menos en
cierto modo (es decir, en el aspecto relativo a 'viviente'), «el hombre no es piedra».

• La lógica de la Ética
Si construimos juicios mediante conceptos 'valiosos' (valores), nos introducimos en
la lógica de la Ética.
Como ya hemos repetido, la tríada ética está formada por valores principios y
normas:
• El valor es un concepto determinado por su condición de placentero, agradable,
gozoso o apetecible ('bueno'). El contravalor, en cambio, se define por su cualidad
de doloroso, desagradable, perjudicial o despreciable ('malo').
• Los principios son juicios que pretenden indicarnos de dónde
procede lo bueno o cuál parece ser el camino para conseguirlo.
• Las normas son las propuestas, mandatos u orientaciones que se formulan a
partir de las conclusiones de los razonamientos éticos.
El placer resultante de una experiencia agradable será también buscado en otras
experiencias nuevas diferentes, y así indefinidamente. Supongamos, por ejemplo, que
observamos ciertos comportamientos de relaciones humanas en las que se manifiestan
actitudes de satisfacción y de placer, tales como la ayuda espontánea, el diálogo
sereno, la conversación animada, el humor compartido, muestras de afecto, etc. Pues
bien, a esa clase de relaciones las podemos llamar 'amistad'.
Con este concepto podemos construir juicios tales como que 'la amistad exige
reciprocidad', 'la amistad es divertida', 'la amistad es necesaria', etc. Pero si uno sabe,
por propia experiencia, que la amistad es divertida, y, por otra parte, alguien informa de
que también es divertida la lectura de novelas, entonces tiene un motivo 'común'
('diversión') para pensar que sería placentero experimentar también con esa nueva
actividad e intentar buscarla. Pero la cadena puede ser infinita, a medida que se vaya
descubriendo que otras muchas actividades participan también de la diversión, la cual se
convierte, entonces, en 'motivo' de agradable impulso hacia aquel conjunto de modos de
vivir que cada uno se propone dentro de la teoría general de la felicidad.
No podemos, sin embargo, olvidar lo que se dijo al principio: para conseguir avanzar
en camino de la felicidad no basta con saber manejar argumentos placenteros, también
es necesario remover los obstáculos que se interponen en el mismo.
Así lo describió el músico y poeta John
Lennon en su canción Imagine: no es
IMAGINE
difícil imaginar que no existe el cielo (basta
echar una 'ojeada'), incluso es fácil suponer Busca la letra de la canción Imagine;
que no hay infierno 'debajo' de nosotros (si tradúcela del inglés y, posteriormente, realiza
se 'mira' al mundo), pero es mucho más un comentario personal sobre lo que te
complicado soñar con la supresión de las sugieren los versos de dicha canción.
naciones y las fronteras, de tal modo que
Finalmente, establece los valores éticos que
toda la gente pueda disfrutar diariamente
(sin tener que esperar al 'mañana') de las se recogen en el texto, los contravalores, y los
posibilidades que el mundo ofrece, en un 'sueños utópicos o ideales' que J. Lennon
plano de igualdad radical entre todos los propone como alternativa para la humanidad y
seres humanos. Mas no basta 'imaginarlo', los medios necesarios para poder alcanzarlos
hay que empezar ya a planificarlo y a algún día.
intentarlo.

5. La felicidad general
El bien se fundamenta en lo general, pero la felicidad es particular. El bien es
condición de la buena vida, pero no se identifica con ésta.
¿Cuál debe ser la relación entre lo universal y el individuo?
El universo humano es la Tierra. El universo está claramente definido. No es ideal.
No se trata de una concepción 'utópica', sino de un 'tópos' (lugar) perfectamente
observable. En la Tierra viven seis mil millones de personas, con capacidad para amar y
odiar, para reír y llorar, unos necesitan de otros y todos quieren saber qué hacer para
disfrutar de la vida, compartiendo el hecho consciente de coexistir.
En asuntos de opinión, las mayorías sólo pueden equivocarse en un determinado lugar
del mundo, cuando sólo son mayorías de minorías, pero nunca la mayoría absoluta del
universo, ya que esto sólo se podría saber con un criterio de futuro, es decir, en 'otro'
momento.
Por ejemplo, si preguntáramos en España sobre la conveniencia o no de la pena de
muerte, posiblemente se respondería favor de la misma para ciertos casos. Entonces
uno se pregunta: ¿se equivocan los españoles? La respuesta es que muy probablemente
sí, dado que la Humanidad, en un supuesto referéndum general, renunciaría segura-
mente a tal procedimiento para sancionar especiales conductas violentas. A no ser que
partiéramos del supuesto de la existencia de un terrorismo real en el mundo entero; en
este caso, es posible que todos pensaran como los españoles. En tal hipótesis, los
españoles habrían servido de muestra 'suficiente' para proponer la mejor solución
posible a un problema concreto en un momento determinado de la historia de la
Humanidad.
Pero la gente es educable, no está condenada a pensar siempre igual. El sabio, el
que goza de una más fina perspicacia que la mayoría de los que le rodean, tiene una
apasionante tarea que realizar. Quien puede hacer reflexionar sobre otros
procedimientos más justos que la pena de muerte, debe intentarlo. Recordemos que
Sócrates decía que el malo se identifica con el estúpido (sus fechorías no le favorecen ni
a él). El ignorante práctico nunca puede 'ser' feliz, porque no sabe tomar decisiones de
cuyas consecuencias se sigan más satisfacciones que sufrimientos (economía de los
valores). Por eso siempre serán útiles las observaciones de los sabios contrastados.
Por otra parte, sí puede 'ser' feliz el ignorante teórico, desconocedor de ciertas noticias
o teorías académicas, y es posible que sea muy desgraciado algún perfecto conocedor
de ciertas ciencias muy complejas. La tarea del sabio es informativo-educativa, en
la línea del sabio platónico que vuelve a la 'caverna', aun sabiendo que podrá recibir
más insultos que aplausos, pues a casi nadie le gusta apearse de sus teorías 'ingenuas'
aunque la experiencia física o la demostración lógica evidencien su imposibilidad o
incoherencia. Pero él porfía porque sabe que todos pueden abandonar la oscuridad de la
'cueva' y disfrutar del espectáculo del mundo iluminado por la luz del Sol.
No siempre los filósofos son tenidos por buenos consejeros, ya que casi nunca saben
'adivinar' nada y muy pocas veces están 'seguros' de algo. Además, no suelen tener
soluciones concretas a los problemas, sino que más bien intentan ofrecer un
determinado análisis para ver si están más o menos bien planteados, procuran
considerar si se tienen o no en cuenta todos los elementos que intervienen en los
mismos, y quizás procuran valorar si las consecuencias de las decisiones compensan
los costes. El resto, la solución concreta de cada problema, queda siempre a disposición
de cada interesado. Pero esta tarea no suele gustar a la mayoría de la gente.
Algunos 'filosofillos' se han pasado la vida hablando de la 'verdad', pero sólo han
demostrado que de ella se 'sabe' muy poco. Todo lo más que pueden ofrecer 'en serio' es
indicar caminos, insinuar razones y proponer algunas decisiones que dan la impresión
de tener ciertas probabilidades de éxito, es decir, conformarse con la filosofía 'marina'
(vivir en un barquichuelo con las olas como soporte).
Pero lo que sí saben con certeza los auténticos filósofos es que sólo la actividad
cerebral de cada uno, ayudada por la experiencia propia o ajena y por las enseñanzas
de otros, puede ofrecernos las vías más adecuadas para orientar nuestra vida de un
modo 'decente'. Ni los dioses, ni la suerte, ni la casualidad componen los elementos
de una vida genuinamente humana.
Yo me atrevo a hacer algunas consideraciones que me parecen convenientes en una
vida mínimamente 'humana':
• Toda vida es única (otras vidas en cielos, o reencarnaciones, en países y
sociedades imaginarias no pueden justificar nada razonable).
• Cada uno es el principal responsable de su vida. Cuando las cosas van muy
bien, se debe ser agradecidos con quienes colaboran, pero no atribuirles todo el
éxito. Cuando van mal, hay que intentar apartar de la propia vida a quienes
fomentan y agrandan esa pesada rémora; pero se debe pensar en cómo
arreglarlo, contando con otras personas y con otras actitudes.
• Cada cual necesita el correspondiente 'espacio vital' para planificar,
experimentar y valorar, sin necesidad de recurrir siempre a culpables ni a
protectores.

EL PESO DE LAS TRADICIONES


Sigo comprobando en mis clases lo difícil que es que la gente se aparte de las
'tradiciones' casi siempre pesadas, engañosas e inútiles. Y lo peor es que, a
veces, dudo de si vale la pena intentarlo. Jóvenes alumnos que desprecian a sus
padres por 'carrozas', pero no soportarían que su propia pareja tuviera una
amistad poco 'controlada'. La gente sigue deseando profundamente ser propietaria,
sobre todo propietaria de otras personas, camuflando tal deseo bajo la capa de
un a veces 'raro' concepto denominado 'amor'. Casi nadie está gustosamente
dispuesto ni siquiera a compartir amigos: O eres solamente amigo mío o me
olvidas.

 Compartir es bello. Pero no debe confundirse con controlar u obligar a renunciar


a ser. Por eso, conviene clarificar, razonablemente, los límites en cada compromiso. Por
todo ello, es necesario preservar siempre una parcela (cada uno verá la 'extensión' de la
suya) de la propia vida para 'libre disposición'. Cuando esto no se da, se produce el
'síndrome del prisionero', que se obsesiona con el modo de fugarse o renuncia resignada-
mente a ser sí mismo.
Evidentemente esto es teorizar. Y toda teoría se sitúa cerca de los extremos o próxima
a los límites. La vida ordinaria siempre nos puede ofrecer mucho más juego, incluso con
ciertos posibles elementos azarosos. Es cuestión, a veces, de irse 'acomodando' poco
a poco: Un día una razón, otro día un reproche; un día una caricia, otro día un
convenio... Sin estridencias, pero sin pausa. Teniendo siempre en cuenta lo dicho en el
párrafo anterior.
Como se puede ver por todo lo dicho, la vida no se puede programar de una vez. Ni
se puede uno fijar sólo en lo que no le gusta de ella, porque esto puede ocultar lo que
nos gusta y fomentar lo que se conoce como 'depresión'. Hay que esforzarse por ver y
descubrir, sobre todo, las 'cosas' que nos producen satisfacciones, e intentar
repescarlas, mejorándolas.
Anexos

VERDE ASOREY, J. (2003), ÉTICA. ESO, Madrid: MILETO


EDICIONES, 206p.
ANTOLOGÍA DE TEXTOS

Relatividad de los valores morales


Los macedonios consideran bello que las muchachas sean amadas y se acuesten
con un hombre antes de casarse, y feo después de que se hayan casado; para los
griegos son feas ambas cosas. Los masagetas despedazan los cadáveres de sus
padres y se los comen, considerando como una tumba preciosa quedar sepultados
dentro de sus propios hijos; pero si alguno hiciera esto en Grecia sería rechazado y
condenado a morir, cubierto de oprobio, por haber cometido un acto deleznable. Los
persas consideran hermoso que los hombres se adornen lo mismo que lo hacen las
mujeres, y está bien visto que se unan con la hija, la madre o la hermana; en cambio
los griegos consideran feas e inmorales tales acciones.
Anónimo. Siglo IV a.0

Génesis de los valores


Con mayor atención a la génesis de los valores, se define a estos como prefe-
rencias colectivas, que aparecen en un contexto institucional y al mismo tiempo lo
regulan. Todo acto social posee una escala de preferencias más o menos explícita o
coherente, derivada de conflictos, discusiones y compromisos de la vida social, y en la
que se entremezclan opiniones y puntos de vista.
J. González Ruano: Para comprender la sociología

Los coches de los emigrantes se arrastraban penosamente, desde los caminos


auxiliares hasta el gran camino que atravesaba el país, y una vez allí cogían la ruta
migratoria hacia el Oeste; y cuando llegaba la noche, se arracimaban juntos como
chinches cerca de donde hubiese agua y algún abrigo natural... Cuando se ocultaba
el sol, quizá hubiera allí veinte familias y veinte coches.
Cada noche se creaba un mundo, completo en todos sus detalles, se hacían amigos
y se creaban enemigos; un mundo completo con matones y cobardes, con hombres
tranquilos, hombres humildes y bondadosos. Cada noche se establecían las relaciones
que hacen mundo; y cada mañana, el mundo se deshacía como un circo.
Al comienzo, las familias eran tímidas en la construcción y derrumbe de mundos.
Entonces surgían líderes, se hacían las leyes y nacían códigos. Y mientras los mundos
se iban moviendo hacia el Oeste, eran más completos y mejor provistos, porque sus
constructores tenían más experiencia en construirlos.
Las familias aprendían cuáles eran los derechos que había que observar: el derecho
del aislamiento en la tienda; el derecho a guardar escondido en su corazón el pasado;
el derecho de hablar y de escuchar; el derecho de aceptar o de rehusar una ayuda; el
derecho a ofrecerla; el derecho de los hijos a cortejarse; el derecho del hambriento a
que lo alimentasen. Los derechos de la embarazada y del enfermo prevalecían sobre
todos.
Y las familias aprendían, sin que nadie se los enseñase, qué derechos son mons-
truosos y deben ser destruidos: el derecho a entrometerse en el aislamiento de
otros; el derecho a meter ruido cuando todos dormían; el derecho de violación o de
rapto; el derecho de robo y asesinato. Estos derechos eran destruidos
inmediatamente, pues los pequeños mundos no podrían existir ni siquiera una noche si
subsistían tales derechos.
Y a medida que los mundos se iban acercando al Oeste, las reglas se hacían leyes,
aunque nadie las comunicaba con este carácter a las familias. Es ilegal evacuar cerca
del campamento; es de todo punto ilegal ensuciar el agua potable; es ilegal comer cosas
exquisitas cerca de uno que tenga hambre, a menos que se le invite a compartirlas.
Y con las leyes los castigos -había sólo dos-: una expulsión rápida y violenta, o el
ostracismo; y el ostracismo era peor. Porque si uno quebrantaba las leyes, su nombre y
su rostro desaparecían, y no tenían cabida en ningún mundo, no importa dónde se
crease...
Las familias avanzaban hacia el Oeste, y la técnica de construir mundos mejoró tanto
que la gente podía estar segura en sus mundos; y todo esto tan establecido, que una
familia podía observar todas las reglas en los distintos mundos.
John Steinbeck: Las uvas de la ira

Universalidad de la moralidad
Zeus, entonces, temió que sucumbiera toda nuestra raza, y envió a Hermes para que
trajera a los hombres el sentido moral y la justicia, para que hubiera orden en las
ciudades y compromisos de amistad. Le preguntó, entonces, Hermes a Zeus de qué
modo daría el sentido moral y la justicia a los hombres, ¿los reparto como están repartidos
los conocimientos? Están repartidos así: uno solo que domina la medicina vale para
muchos particulares, y lo mismo los otros profesionales. ¿También ahora la justicia y
el sentido moral los infundiré así a los humanos, o los reparto a todos? A todos, dijo
Zeus, y que todos sean partícipes. Pues no habría ciudades, si solo algunos de ellos
participaran, como de los otros conocimientos. Además, impón una ley de mi parte: que
el incapaz de participar del honor y la justicia lo eliminen de la ciudad, como a una
enfermedad.
Platón: Protágoras

Ética y Política
Encontramos tres causas principales de riña en la naturaleza del hombre. Primero,
competición; segundo, inseguridad; tercero, gloria. El primero hace que los hombres
invadan por ganancia; el segundo, por seguridad; y el tercero, por reputación. Es por
ello manifiesto que durante el tiempo en que los hombres viven sin un poder común
que les obligue a todos al respeto, están en aquella condición que se llama guerra; y
una guerra de todo hombre contra todo hombre.
Hobbes: Leviatán

La emancipación política es la reducción del hombre, por un lado, a miembro de la


sociedad civil, a individuo egoísta e independiente; y, por otro, a ciudadano, a persona
moral.
Marx: La cuestión judía

Autonomía humana
La naturaleza ha querido que el hombre extraiga por completo de sí mismo todo
aquello que sobrepasa la estructuración mecánica de su existencia animal y que no
participe de otra felicidad o perfección que la que él mismo, libre del instinto, se haya
procurado por medio de la propia razón.
Kant: Fundamentación de la metafísica de las costumbres

Sobre la libertad y el valor


El hombre está condenado a ser libre. Condenado, porque no se ha creado a sí mismo,
y sin embargo, por otro lado, libre, porque una vez arrojado al mundo, es responsable de
todo lo que hace...
El hombre, sin ningún apoyo ni socorro, está condenado a cada instante a inventar al
hombre...
El hombre se hace; no está todo hecho desde el principio, se hace al elegir su moral,
y la presión de las circunstancias es tal, que no puede dejar de elegir una. No
definimos al hombre sino en relación con su compromiso...
La vida, a priori, no tiene sentido. Antes de que ustedes vivan, la vida no es nada; les
corresponde a ustedes darle sentido, y el valor no es otra cosa que este sentido que
ustedes eligen.
Sartre: El existencialismo es un humanismo

La oveja negra: Érase un país donde todos eran ladrones.


Por la noche cada uno de los habitantes salía con una ganzúa y una linterna sorda,
para ir a saquear la casa de un vecino. Al regresar, al alba, cargado, encontraba su casa
desvalijada.
Y todos vivían en concordia y sin daño, porque uno robaba al otro y éste a otro y
así sucesivamente, hasta llegar al último que robaba al primero. En aquel país el
comercio sólo se practicaba en forma de embrollo, tanto por parte del que vendía como
del que compraba. El gobierno era una asociación creada para delinquir en perjuicio de
los súbditos, y por su lado los súbditos sólo pensaban en defraudar al gobierno. La vida
transcurría sin tropiezos, y no había ni ricos ni pobres.
Pero he aquí que, no se sabe cómo, apareció en el país un hombre honrado. Por la
noche, en lugar de salir con la bolsa y la linterna, se quedaba en casa fumando y leyendo
novelas... Cada noche que pasaba en casa, una familia no comía al día siguiente.
Visto esto, empezó a salir por la noche para regresar al alba, pero no iba a robar. Era
honrado, no había nada que hacer. Iba al puente y se quedaba mirando pasar el agua.
Volvía a casa y la encontraba saqueada.
En menos de una semana el hombre honrado se encontró sin un céntimo, sin tener
qué comer, con la casa vacía. Pero la culpa era suya. Lo malo era que de ese modo suyo
de proceder nacía un gran desorden. Porque él se dejaba robar todo y entre tanto no
robaba a nadie; de modo que había siempre alguien que al regresar al alba encontraba
su casa intacta: la casa que él había debido desvalijar. El hecho es que, al cabo de un
tiempo, los que no eran robados llegaron a ser más ricos que los otros y no quisieron
seguir robando. Y por otro lado, los que iban a robar a la casa del hombre honrado la
encontraban siempre vacía; de modo que se volvían pobres.
Los que se habían vuelto ricos se acostumbraron a ir también al puente por la noche
a ver pasar el agua, y entonces, al cabo de un tiempo se volvieron pobres. Y pensaron:
'paguemos a los pobres para que vayan a robar por nuestra cuenta'. Se firmaron
contratos, se establecieron los salarios, los porcentajes: naturalmente siempre eran
ladrones y trataban de engañarse unos a otros. Pero como suele suceder, los ricos se
hacían cada vez más ricos y los pobres cada vez más pobres. Para evitar que los pobres
les robaran, los ricos pagaron a los más pobres de los pobres para defender de los otros
pobres sus propias casas, y así fue como instituyeron la policía y construyeron las
cárceles.
De este modo, después de poco tiempo de haberse muerto de hambre el hombre
honrado, ya no se hablaba de robar o de ser robados sino sólo de ricos o de pobres; y
sin embargo todos seguían siendo ladrones.
Italo Calvino: La gran bonanza de las Antillas

Ética y Religión
Y habló Dios todo esto diciendo: Yo soy Yahvé, tu Dios que te ha sacado de la tierra
de Egipto, de la casa de la servidumbre. No tendrás otro Dios que a mí. No te harás
imágenes talladas, ni figuración alguna de lo que hay en lo alto de los cielos, ni de lo que
hay abajo en la tierra. No te postrarás ante ellas y no las servirás, porque yo soy Yahvé,
tu dios, un Dios celoso, que castiga en los hijos las iniquidades de los padres hasta la
tercera y cuarta generación de los que me odian, y hago misericordia hasta mil
generaciones de los que me aman y guardan mis mandamientos. No tomarás en falso el
nombre de Yahvé, tu Dios, porque no dejará Yahvé sin castigo al que tome en falso su
nombre. Acuérdate del día del sábado para santificarlo. Seis días trabajarás y harás tus
obras, pero el séptimo día es día de descanso, consagrado a Yahvé, tu Dios, y no harás
en él trabajo alguno, ni tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu sierva, ni tu
ganado, ni el extranjero que está dentro de tus puertas; pues en seis días hizo Yahvé
los cielos y la tierra, y el mar y cuanto en ellos se contiene, y el séptimo descansó;
por eso bendijo Yahvé el día del sábado y lo santificó. Honra a tu padre y a tu madre,
para que vivas largos años en la tierra que Yahvé, tu Dios, te da. No matarás. No
adulterarás. No robarás. No testificarás contra tu prójimo falso testimonio. No desearás
la casa de tu prójimo, ni la mujer de tu prójimo, ni su siervo ni su sierva, ni su buey
ni su asno, ni nada de cuanto le pertenece.
Biblia: Éxodo

Ética y sociedad
Y cuando decimos que el hombre es responsable de sí mismo, no queremos decir que
el hombre es responsable de su estricta individualidad, sino que es responsable de todos
los hombres... Cuando decimos que el hombre se elige, entendemos que cada uno de
nosotros se elige, pero también queremos decir con esto que al elegirse elige a todos
los hombres... Elegir esto o aquello, es afirmar al mismo tiempo el valor de lo que
elegimos, porque nunca podemos elegir mal; lo que elegimos es siempre el bien, y
nada puede ser bueno para nosotros sin serlo para todos. Si, por otra parte, la existencia
precede a la esencia y nosotros quisiéramos existir al mismo tiempo que modelamos
nuestra imagen, esta imagen es valedera para todos y para nuestra época entera...
Eligiéndome, elijo al hombre. Esto permite comprender lo que se oculta bajo palabras
un tanto grandilocuentes como angustia, desamparo, desesperación.
Sartre. El existencialismo es un humanismo

Ética y morales
La moral de cada comunidad histórica cristaliza siempre en un sistema de reglas de
comportamiento o código moral, que, aunque no esté escrito, subyace en la discusión
cotidiana acerca de las acciones humanas, en la medida en que éstas son sometidas al
juicio crítico de los sujetos vinculados a dicha comunidad.
La Ética, en cambio, tomada también aquí como sinónimo de 'Filosofía moral',
aparece como una suerte de estudio de segundo grado o de segunda potencia que
tematiza y cuestiona los principios morales o los criterios que manejan los códigos
morales para enjuiciar las acciones concretas.
Como disciplina académica analiza las condiciones que deben reunir las normas y
valores morales para gozar del carácter imperativo y vinculante, del que supuestamente
se hallan investidos, pero no se pronuncia acerca de lo que debe hacerse aquí y ahora
en cada caso particular. La Ética ejercita, así pues, una reflexión filosófica no sólo sobre la
praxis moral, sino también sobre el lenguaje normativo que dicta y sirve para enjuiciar
tal praxis.
Alberto Hidalgo: Qué es esa cosa llamada Ética

La virtud puede también definirse en términos de tristeza y de gozo. Pues, incitados


por el placer; obramos el mal; mientras que la tristeza nos disuade y desalienta para
hacer el bien. Y, en general, es imposible concebir la virtud o el vicio, fuera de la
tristeza y el placer. La virtud, pues, está relacionada con el campo del placer y la
tristeza.
La virtud 'ética' toma su nombre de la palabra 'ézos', costumbre o hábito; y se llama
virtud 'ética' porque nosotros la conseguimos por habituación. De donde resulta evidente
que ninguna de las virtudes que se refieren a la parte irracional del alma, ha nacido
naturalmente con nosotros. Porque ninguna cualidad innata y natural puede ser alterada
por hábito. Por ejemplo, en una piedra, o en todas las cosas pesadas, que llevan
entrañada la potencia de ser llevadas hacia abajo, por muy frecuentemente que uno la
eche hacia arriba y la acostumbre a moverse hacia arriba, no logrará crear en ella el
hábito de ser llevada hacia arriba, antes siempre tenderá hacia abajo. Así hay que
entender todos los demás casos.
Aristóteles: Gran Ética

Definición de valores
La virtud es un hábito selectivo que consiste en un término medio relativo a nosotros,
determinado por el logos y por aquello por lo que decidiría un hombre prudente.
Aristóteles: Ética a Nicómaco

Es, pues, necesario examinar la felicidad, no sólo a partir de nuestras conclusiones


y de los elementos del razonamiento, sino también a partir de la opinión corriente.
Aristóteles: Ética a Nicómaco

Experimentar el placer es algo propio del alma y el agrado depende de las incli-
naciones de cada uno... Ahora bien, los placeres de la mayoría se oponen entre sí, pues
no son placeres conformes a la naturaleza... Pero nadie es bueno si no experimenta la
alegría de las buenas acciones, como tampoco se podrá decir que un hombre es justo si
no se alegra al realizar acciones justas.
Aristóteles: Ética a Nicómaco
Declaración Universal de los Derechos Humanos

Preámbulo
La Asamblea General proclama:
La presente Declaración Universal de los Derechos Humanos como ideal común por el que todos los pueblos y
naciones deben esforzarse, a fin de que tanto los individuos como las instituciones, inspirándose constantemente en
ella, promuevan, mediante la enseñanza y la educación, el respeto a esos derechos y libertades, y aseguren, por
medidas progresivas de carácter nacional e internacional, su reconocimiento y aplicación universales y efectivos, tanto
entre los pueblos de los Estados miembros como entre los de los territorios colocados bajo su jurisdicción.

Articulado
Art. 1
Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos, y dotados como están de razón y
conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros.
Art. 2
1. Toda persona tiene todos los derechos y libertades proclamados en esta Declaración, sin distinción alguna
de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social,
posición económica, nacimiento o cualquier otra condición.
2. Además, no se hará distinción alguna fundada en la condición política, jurídica e internacional del país o
territorio de cuya jurisdicción dependa una persona, tanto si se trata de un país independiente, como de un
territorio bajo administración fiduciaria, no autónomo o sometido a cualquier otra limitación de soberanía.
Art. 3
Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona.
Art. 4
Nadie estará sometido a esclavitud ni a servidumbre; la esclavitud y la trata de esclavos están prohibidas en
todas sus formas.
Art. 5
Nadie será sometido a torturas ni a penas y tratos crueles, inhumanos o degradantes.
Art. 6
Todo ser humano tiene derecho, en todas partes, al reconocimiento de su personalidad jurídica.
Art. 7
Todos son iguales ante la ley y tienen, sin distinción, derecho a igual protección de la ley. Todos tienen derecho
a igual protección contra toda discriminación que infrinja esta Declaración y contra toda provocación a tal
discriminación.
Art. 8
Toda persona tiene derecho a un recurso efectivo, ante los tribunales nacionales competentes, que la ampare
contra actos que violen sus derechos fundamentales recogidos por la Constitución o por la ley.
Art. 9
Nadie podrá ser arbitrariamente detenido, preso ni desterrado.
Art. 10
Toda persona tiene derecho, en condiciones de plena igualdad, a ser oída públicamente con justicia y por un
tribunal independiente e imparcial, para la determinación de sus derechos y obligaciones, o para el examen de
cualquier acusación contra ella en materia penal.
Art. 11
1. Toda persona acusada de delito tiene derecho a que se presuma su inocencia mientras no se pruebe su
culpabilidad, conforme a la ley y en juicio público en el que se hayan asegurado todas las garantías
necesarias para su defensa.
2. Nadie será condenado por actos u omisiones que en el momento de cometerse no fueran delictivos
según el Derecho nacional o internacional. Tampoco se impondrá pena más grave que la aplicable en el
momento de la comisión del delito.
Art. 12
Nadie será objeto de injerencias en su vida privada, su familia, su domicilio o su correspondencia, ni de ataques
a su honra o a su reputación. Toda persona tiene derecho a la protección de la ley contra tales injerencias o
ataques.
Art. 13
1. Toda persona tiene derecho a circular libremente y a elegir su residencia en el territorio de un Estado.
2. Toda persona tiene derecho a salir de cualquier país, incluso del propio, y a regresar a su país.
Art. 14
1. En caso de persecución, toda persona tiene derecho a buscar asilo, y a disfrutar de él, en cualquier país.
2. Este derecho no podrá ser invocado contra una acción judicial realmente originada por delitos comunes o
por actos opuestos a los propósitos y principios de las Naciones Unidas.
Art. 15
1. Toda persona tiene derecho a una nacionalidad.
2. A nadie se privará artificialmente de su nacionalidad ni del derecho a cambiar de nacionalidad.
Art. 16
1. Los hombres y las mujeres, a partir de la edad núbil, tienen derecho sin restricción alguna por motivos de
raza, nacionalidad o religión, a casarse y fundar una familia; y disfrutarán de iguales derechos en cuanto al
matrimonio, durante el matrimonio y en caso de disolución del matrimonio.
2. Sólo mediante libre y pleno consentimiento de los futuros esposos podrá contraerse matrimonio.
3. La familia es el elemento natural y fundamental de la sociedad, y tiene derecho a la protección de la
sociedad y del Estado.
Art. 17
1. Toda persona tiene derecho a la propiedad, individual o colectivamente.
2. Nadie será privado arbitrariamente de su nacionalidad.
Art. 18
Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión; este derecho incluye la
libertad de cambiar de religión o de creencia, así como la libertad de manifestar su religión o su creencia,
individual y colectivamente, tanto en público como en privado, por la enseñanza, la práctica, el culto y la
observancia.
Art. 19
Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser
molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin
limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión.
Art. 20
1. Toda persona tiene derecho a la libertad de reunión y de asociación pacíficas.
2. Nadie podrá ser obligado a pertenecer a una organización.
Art. 21
1. Toda persona tiene derecho a participar en el gobierno de su país, directamente o por medio de
representantes libremente escogidos.
2. Toda persona tiene el derecho de acceso, en condiciones de igualdad, a las funciones públicas de su país.
3. La voluntad del pueblo es la base de la autoridad del poder público; esta voluntad se expresará mediante
elecciones auténticas que han de celebrarse periódicamente, por sufragio universal e igual, y por voto
secreto u otro procedimiento equivalente que garantice la libertad de voto.
Art. 22
Toda persona, como miembro de la sociedad, tiene derecho a la seguridad social, y a obtener, mediante el
esfuerzo nacional y la cooperación internacional, habida cuenta de la organización y los recursos de cada
Estado, la satisfacción de los derechos económicos, sociales y culturales, indispensables a su dignidad y al libre
desarrollo de su personalidad.
Art. 23
1. Toda persona tiene derecho al trabajo, a la libre elección de su trabajo, a condiciones equitativas y
satisfactorias de trabajo y a la protección contra el desempleo.
2. Toda persona tiene derecho, sin discriminación alguna, a igual salario por trabajo igual.
3. Toda persona que trabaja tiene derecho a una remuneración equitativa y satisfactoria, que le asegure, así
como a su familia, una existencia conforme a la dignidad humana y que será completada, en caso
necesario, por cualesquiera otros medios de protección social.
4. Toda persona tiene derecho a fundar sindicatos y a sindicarse para la defensa de sus intereses.
Art. 24
Toda persona tiene derecho al descanso, al disfrute del tiempo libre, a una limitación razonable de la duración
del trabajo y a vacaciones periódicas pagadas.
Art. 25
1. Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud
y el bienestar, y en especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los servicios
sociales necesarios; tiene asimismo derecho a los seguros en caso de desempleo, enfermedad, invalidez,
viudez, vejez y otros casos de pérdida de sus medios de subsistencia por circunstancias independientes de
su voluntad.
2. La maternidad y la infancia tienen derechos a cuidados y asistencias especiales, Todos los niños, nacidos
de matrimonio o fuera de matrimonio, tienen derecho a igual protección social.
Art. 26
1. Toda persona tiene derecho a la educación. La educación debe ser gratuita, al menos en lo concerniente a la
instrucción elemental y fundamental. La instrucción elemental será obligatoria. La instrucción técnica y
profesional habrá de ser generalizada; el acceso a los estudios superiores será igual para todos, en función de
los méritos respectivos.
2. La educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad y el fortalecimiento del respeto a los
derechos humanos y a las libertades fundamentales, favorecerá la comprensión, la tolerancia y la amistad
entre todas las naciones y todos los grupos étnicos o religiosos; y promoverá el desarrollo de las actividades de
las Naciones Unidas para el mantenimiento de la paz.
3. Los padres tendrán derecho preferente a escoger el tipo de educación que habrá de darse a sus hijos.
Art. 27
1. Toda persona tiene derecho a tomar parte libremente en la vida cultural de la comunidad, a gozar de las
artes y a participar en el progreso científico y en los beneficios que de él resulten.
2. Toda persona tiene derecho a la protección de los intereses morales y materiales que le correspondan por
razón de las producciones científicas, literarias o artísticas de que sea autora.
Art. 28
Toda persona tiene derecho a que se establezca un orden social o internacional en el que los derechos y
libertades proclamados en esta Declaración se hagan plenamente efectivos.
Art. 29
1. Toda persona tiene deberes respecto a la comunidad, puesto que sólo en ella puede desarrollar libre y
plenamente su personalidad.
2. En el ejercicio de sus derechos y en el disfrute de sus libertades, toda persona estará solamente sujeta a las
limitaciones establecidas por la ley con el único fin de asegurar el reconocimiento y el respeto de los derechos y
libertades de los demás, y de satisfacer las justas exigencias de la moral, del orden público y del bienestar
general en una sociedad democrática.
3. Estos derechos y libertades no podrán, en ningún caso, ser ejercidos en oposición a los propósitos y
principios de las Naciones Unidas.
Art. 30
Nada en la presente Declaración podrá interpretarse en el sentido de que confiere derecho alguno al Estado, a
un grupo o a una persona, para emprender o desarrollar actividades o realizar actos tendentes a la supresión
de cualquiera de los derechos y libertades proclamados en esta Declaración.
ÉTICA Y CINE
Las películas de cine son un buen material didáctico para ilustrar problemáticas sociales o
individuales directamente relacionadas con los conceptos de la Ética teórica y con los métodos de
la Ética aplicada. Muchos profesores utilizan el cine como una actividad pedagógica orientada a
ilustrar contenidos teóricos y a plantear casos prácticos susceptibles de una valoración ética. La
experiencia didáctica ha demostrado con creces que, para los alumnos, la visión de una 'buena'
película contribuye a aumentar su motivación a la hora de trabajar y 'comprender' algunos
contenidos de la materia de Ética.
Ahora bien, si queremos alcanzar un rendimiento óptimo de este recurso didáctico y evitar
que se convierta en una excusa para pasar un rato distraído y sin las exigencias del trabajo en
clase, deberemos planificar metódicamente la actividad, proporcionando información a los
alumnos, por un lado, y orientándolos en los métodos, los fines y la función pedagógica de la
tarea a realizar tras la visión de la película, por otro. De ahí que sea recomendable la existencia de
un plan de trabajo específico para las actividades a realizar.
En primer lugar, el profesor debe proporcionar a los alumnos una ficha completa de la película
que van a ver: director, actores, año de producción, importancia de la película en la historia del
cine, género cinematográfico, recursos estilísticos que utiliza, repercusión social de la película,
etc.
En segundo lugar, el profesor entregará a los alumnos un guion con las preguntas o
actividades que habrán de realizar tras la visión de la película, con el fin de que éstos puedan
saber con anterioridad qué elementos o componentes deberán trabajar. Es conveniente que los
contenidos teóricos relacionados con la película hayan sido explicados y debatidos en clase con
anterioridad, y no que la película sirva de introducción a un tema de Ética sin desarrollar todavía,
puesto que la práctica pedagógica al respecto parece demostrar que la motivación del alumnado y
la comprensión de la propia película aumentan cuando existen conocimientos previos.
En tercer lugar, se detallarán los criterios de calificación de la activi dad, los plazos de entrega
del trabajo, la extensión máxima y mínima, etc.
Como es lógico, cada profesor determinará si el trabajo sobre la película habrá de realizarse
individualmente o en grupo, si se dedican tres sesiones lectivas a ver la película en clase o si la
visión se 'encarga' para casa, bien a través del cine programado en la televisión, bien a través de
cintas de vídeo que los alumnos se irán prestando entre sí; si es más 'conveniente' ir
interrumpiendo la película para proceder a explicaciones o comentarios sobre escenas, o si, al
contrario, resulta más apropiado verla sin interrupciones, etc.
Aunque probablemente existan tantos modelos de cuestionarios como profesores somos, no
resulta mala idea proponer un solo modelo para todo el curso, con el fin de irlo aplicando a cada
película en concreto. De esa manera, los alumnos se acostumbran a trabajar siguiendo un orden,
una planificación y un método de trabajo concreto, con lo que suele alcanzarse un mayor
rendimiento.
A continuación se propone un modelo de cuestionario como ejemplo, para posteriormente
enumerar una serie de películas relacionadas con los contenidos de la materia de Ética en la
ESO.

➢ CUESTIONARIO
1. Resumir detalladamente el argumento de la película.
2. Describir los rasgos psicológicos más significativos de los principales personajes.
3. Exposición de los conflictos éticos presentes en la película y de las actitudes que
muestran los personajes ante ellos.
4. Valoración ética sobre la conducta de los personajes en relación con los conflictos.
5. Valoración ética sobre las soluciones o propuestas defendidas por la película. En el caso
de que la película no tomara partido expresamente por algunas propuestas éticas,
análisis de las diversas alternativas.
6. Aplicación del método propuesto en este libro al an álisis eticológico de los casos
prácticos expuestos en la película.
7. Valoración estética sobre la película y sobre el interés de la misma.
➢ PELÍCULAS
• Sobre Ética en general:
• El apartamento.
• Algunos hombres buenos.
• Duelo en la alta sierra.

• Sobre Ética y Política:


• Ciudadano Kane.
• La vida es bella.
• Todos los hombres del presidente.

• Sobre Ética y Religión:


• Viridiana.
• Nadie conoce a nadie.
• La misión.

• Sobre Valores:
 Sobre la vida:

• La milla verde.
• La jauría humana.
 Sobre la justicia:

• En nombre del padre.


• El clavo.
 Sobre educación:

• El club de los poetas muertos.


• Rebelión en las aulas.
 Sobre la igualdad sexual:

• El banquete de bodas.
• Thelma y Louise.
 Sobre la igualdad racial:

• Centauros del desierto.


• La lista de Schindler.
 Sobre la libertad:

• Espartaco.
• La lengua de las mariposas.
 Sobre ecología:

• Memorias de África.
• Un hombre llamado caballo.

• Sobre casos prácticos:


 Sobre bioética:

• Blade Runner.
• Matrix.
 Sobre eutanasia:

• En estado crítico.
• Cuando el destino nos alcance.
 Sobre los ejércitos:

• Apocalypsis now.
• Senderos de gloria.
 Sobre la violencia juvenil:

• American history X.
• La naranja mecánica.
 Sobre la corrupción del poder:

• L.A. confidential.
• Sed de mal.
 Sobre la sociedad de consumo:

• Networks.
• Mi tío.
 Sobre las mafias:

• El padrino.
• Gansters de New York.
GLOSARIO
• Absoluto: Separado, independiente.
• A priori: Antes de la experiencia. Característica mental natural.
• Autonomía: Regirse por las propias normas.
• Bueno: Lo que conduce hacia el disfrute de los valores.
• Carácter: Modo personal de reaccionar o actuar en las diversas circunstancias
vitales.
• Concepto: Representación mental, universal y abstracta de algo.
• 'Concordiante': Amistoso.
• Conversación: Darle 'vueltas' a las cosas mediante la palabra compartida.
• Comprensión: Contenido conceptual.
• Costumbre: Lo que suele hacerse. Y si suele hacerse, es porque se supone que
está 'bien', de lo contrario se prohibiría.
• Cultura: Intervención libre e intencionada del hombre en la naturaleza, de la que
el mismo hombre forma parte.
• Demofratsia: Opinión general, explícita e informada, de toda la Humanidad sobre
valores. Proviene de 'démos' (gente, relacionada con la idea de 'dáimon', espíritu,
como 'participación' de la Idea, entendida ésta como pensamiento, razón, lógos,
introducido en el mundo gracias al Demiurgo platónico) y de 'frátso' (opinar,
aconsejar, proponer).
• Desfile militar: Manifestación ostentosa de fuerza bélica.
• Discurrir: No correr. Avanzar lentamente en zigzag, considerando todos los
elementos posibles que pueden intervenir en el proceso. Exige cierto escepticismo.
• Escéptico: Que 'mira alrededor' antes de estar seguro. Como cuando se
consideran todos los elementos que intervienen en un asunto, muchos de ellos no
se comprenden, entonces el escéptico suele permanecer en la duda, lo cual no es
nada malo para el diálogo ('quizás el otro tenga tanta razón como yo'). Es de la
'familia' de 'respeto', que significa 'mirar y remirar' para tener en cuenta todos los
elementos que intervienen en la comunicación entre 'personas'. Por eso, no se
debe sólo 'respeto a los mayores', sino 'a todos'.
• Espectacular: Lo difícil. Lo que solamente algunos hacen 'bien'.
• Ético: Todo lo referente a la Ética.
• Eticología: Discurso teórico acerca de todo lo relacionado con la Ética.
• Extensión: Conjunto de elementos a los que se puede aplicar un concepto.
• `Feed-back': Influencia mutua.
• Fundamentación: Cimientos firmes en que se sustenta una teoría.
• Fundamentalista: Actitud que exige no discutir los principios o fundamentos en
que se basa cualquier 'ideología'; se aceptan dogmáticamente.
▪ Hagiógrafo: Escritor sagrado.
• Heteronomía: Regirse según normas impuestas por otros.
• Herencia: La carga genética y cultural en que y con que se nace.
• Humano: Todo lo relacionado con la cultura. De ahí que 'humus' signifique 'tierra
preparada para el cultivo'.
• Ideología: Teoría al servicio del 'poder' (partido, gobierno, religión, dictador).
• Idiónico: Lo propio y único.
• Interés: Lo que provoca o llama a la relación apetecible. Coincide con el 'valor'
(cuando interesa a todos).
• Legitimidad: Cualidad de que goza una idea o un proyecto cuando tiene amplio
respaldo o gran adhesión social.
• Malo: Lo que aparta del disfrute de los valores.
• Maravilloso: Efecto desproporcionado con su aparente causa. Las acciones
mágicas son de esta clase.
• Mito: Relato fabuloso, mágico y maravilloso.
• Mitósofo: El que intenta explicar el mundo a través de mitos.
• Obligación: Ligarse o amarrarse a algo contra el gusto y, a veces, contra la
voluntad.
• Pecado: Acción o pensamiento contra la moral de la religión propia.
• Persona: Ser que oye y se hace oír. Individuo en relación, que sabe escuchar y
logra hacerse entender. Proviene del verbo latino 'personare' (resonar).
• Pobreza: Incapacidad de autonomía. Carencia de lo necesario para vivir y
dependencia de la voluntad de otro para lograrlo.
• Poder: Tener capacidad de decisión sobre otros. El auténtico poder no consiste en
poder matar al enemigo, sino en poder perdonarle la vida.
• Principio de totalidad: Quien decide tiene que tener en cuenta toda su vida y
todas las demás vidas a las que pueda afectar su decisión.
• Problema: Situación real en la que se muestra un conjunto de datos, cuya relación
entre sí es necesaria pero no evidente. Mediante un proceso de cálculo regulado se
intenta esclarecer esta relación 'confusa' (incógnita). Cuando en vez de datos se
manejan 'ficciones', o cuando la relación entre los conceptos que intervienen es
contradictoria, no se puede hablar de problema sino de incongruencia o misterio.
Sólo los problemas tienen 'soluciones'.
• Profeta: El que dice hablar en nombre y en lugar de las divinidades, transmitiendo
mensajes morales o escatológicos.
• Razones: Opiniones informadas y compartidas sobre un asunto. La 'razón' es el
resultado del juego de conjunto de todas las razones. Sin reglas comunes de
pensamiento, no hay 'razón'.
• Relativo: Que está en relación con otra cosa, y al variar una, cambia también la
otra.
• Respeto: Tener en cuenta todas las razones de los interlocutores, sin tener que
aceptarlas ni estar de acuerdo con ellas.
• Supuestamente: Lo que se espera obtener si se pone en práctica el método
adecuado.
• WEA: World Ethicologists Asociation (AME: Asociación Mundial de Eticólogos).
Índice

Introducción: propuestas pedagógicas 7

 UNIDAD 0: Por qué y para qué la Ética 13

BLOQUE 1 ÉTICA TEÓRICA


UNIDAD 1: Concepto de Ética 27

UNIDAD 2: Éticas y Morales 39

UNIDAD 3: Ética y Política 49

UNIDAD 4: Ética y Religión 65

UNIDAD 5: Valores 85

UNIDAD 6: Origen y evolución de la Ética 111

BLOQUE 2 ÉTICA APLICADA


UNIDAD 7: Formulación de un método en Ética 139

UNIDAD 8: Ética aplicada a la resolución de casos 149

UNIDAD 9: Teoría y práctica de la felicidad 171

ANEXOS
Antología de textos 192

Ética y cine 201

Glosario 204
PERSONAJES
Montesquieu
Filósofo
Charles Louis de Secondat, Señor de la Brède y Barón de Montesquieu (Castillo de la Brède, 18 de enero de1689-
París, 10 de febrero de 1755), fue un cronista y pensador político francés, cuya obra se desarrolla en el contexto
del movimiento intelectual y cultural conocido como la Ilustración.
Fue uno de los filósofos y ensayistas ilustrados más relevantes, en especial por la articulación de la teoría de la
separación de poderes:
En cada Estado hay tres clases de poderes: Por el legislativo, el príncipe o el magistrado hace las
leyes para cierto tiempo o para siempre, y corrige o deroga las que están hechas. Por el ejecutivo,
hace la paz o la guerra, envía o recibe embajadores, establece la seguridad y previene las invasiones
y por el judicial, castiga los crímenes o decide las contiendas de los particulares.
Esta separación se da por descontada en los debates modernos sobre los gobiernos y ha sido introducida en
muchas constituciones en todo el mundo.
Cónyuge: Jane de Lartigue (m. 1715–1755)
Influencias: John Locke, Thomas Hobbes, Adam Smith, Aristóteles, Más
Libros: Del espíritu de las leyes, Cartas persas, Grandeza y decadencia de los romanos, Ensayo sobre el gusto
Hijos: Marie-Josèphe-Denise de Secondat, Marie-Catherine de Secondat
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