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TEMA: Dimensión ética de los modelos de sociedad

y de los sistemas económicos y políticos.

1. Realice la lectura atenta del siguiente texto.


a. Determine el tema central.
b. ¿Qué conceptos puede abordar a partir del mismo?

“En un lejano país hubo una vez una época de gran pobreza, y de tres ricos coincidieron y juntos
llegaron a una aldea donde la pobreza era extrema. Era tal su situación, que provocó distintas reacciones a
cada uno de ellos, y todas muy intensas.
El primer rico no pudo soportar ver aquello, así que tomó todo el oro y las joyas que llevaba en
sus carros, que eran muchas, y los repartió entre las gentes del campo sin quedarse nada. y partió.
El segundo rico, al ver su desesperada situación, paró con todos sus sirvientes, y quedándose lo
justo para llegar a su destino, entregó a aquellos hombres toda su comida y bebida, pues veía que el
dinero de poco les serviría. Se aseguró de que cada uno recibiera su parte y tuviera comida para cierto
tiempo, y se despidió.
El tercero, al ver aquella pobreza, aceleró y pasó de largo, sin siquiera detenerse. Los otros ricos,
comentaban su falta de solidaridad.
Pero tres días después, se cruzaron con el tercer rico, que viajaba ahora en la dirección opuesta.
Seguía caminando rápido, pero sus carros habían cambiado el oro y las mercancías por aperos de
labranza, herramientas y sacos de distintas semillas y grano, y se dirigía a ayudar a luchar a la aldea
contra la pobreza.
Y eso, que ocurrió hace tanto, seguimos viéndolo hoy. Hay gente generosa, aunque da sólo para
que se vea lo mucho que dan, y no quieren saber nada de quien lo recibe. Otros, también generosos, tratan
de ayudar realmente a quienes les rodean, pero sólo para sentirse mejor por haber obrado bien. Y hay
otros, los mejores, a quienes no les importa mucho lo que piense el resto de generosos, ni dan de forma
ostentosa, pero se preocupan de verdad por mejorar la vida de aquellos a quienes ayudan, y dan mucho de
algo que vale mucho más que el dinero: su tiempo, su ilusión y sus vidas”.

2. Analiza la siguiente información:

Es muy amplio hablar de los modelos de sociedad y de sus sistemas políticos y económicos, se
entiende que una sociedad posee un sistema de gobierno, en nuestro país, por ejemplo, la democracia,
pretende organizar por consenso lo público, y las diversas leyes que rigen a la sociedad. Se entiende que
un sistema político es un conjunto de instituciones públicas, organizaciones de la sociedad,
comportamientos y costumbres que mantienen el orden económico y social de una nación. Y que por lo
general genera la distribución de utilidades de una manera desigual y conflictiva.
Los actos voluntarios de las personas no sólo producen una transformación ética en los individuos –
se hacen bueno o malos-, sino también en las mismas instituciones sociales que, objetivamente, pueden
ser mejores o peores, este carácter ético de las estructuras condiciona, pero no determina, las
actuaciones morales personales.

“Como hemos visto a lo largo de nuestro trabajo, la democracia introduce un fuerte relativismo
moral, relativismo que, si bien permite la coexistencia en un plano de igualdad de las distintas
concepciones que circulan en toda sociedad compleja, no puede ser sostenido en la dimensión
política. Las condiciones propias de la política en la Modernidad hacen necesaria la objetivación de
algún criterio que permita establecer la sociedad. Y esto se hace más urgente aún en el contexto de
una democracia, ya que la pluralidad de puntos de vista puestos en paridad de condiciones entre sí,
en principio plausible como reconocimiento de la diversidad, dificultan aún más la constitución del
espacio común. Es aquí donde las distintas concepciones de bien se politizan, ya que la posibilidad
de poder generalizarse radica en la capacidad de cada grupo de posicionarse mejor en relación al
poder del estado. De esta forma la lógica de poder penetra la dimensión ética distorsionándola.
Así, recuperar una ética pública significa atribuirle necesariamente algún contenido específico que se
establece sólo a partir de cómo se den las relaciones de fuerza en una sociedad particular. Esto hace
que las relaciones entre ética y política, en el contexto de las sociedades contemporáneas, se
mantengan en una constante tensión que no tiene un modo único de resolución. En términos
generales y abusando de la simplificación, podemos decir que se puede apelar a la simple imposición
utilizando la violencia para someter a las minorías a valores no compartidos, o se puede pensar en
una forma de racionalización del conflicto que permita arribar a la definición de valores
consensuados en la sociedad.
Es este último caso donde necesariamente se debe recuperar la argumentación; pero siempre
sabiendo que ella se constituye acá en una forma de manejar racionalmente el poder. Por eso
mismo, no podemos confiar completamente en el valor restaurador que ella pueda tener, ya que no
es desde la política que se recupera la ética en la sociedad. Por el contrario, el discurso de la ética
permite legitimar el poder. Esto significa que hay una utilización de este tipo de discurso que
permite velar el hecho que en el espacio público no todos los actores participan con la misma
intencionalidad. Es decir que, el más encendido discurso ético puede esconder una inconfesable
apetencia de poder. Si no se comprende esto y si no se entiende que ello forma parte del juego del
poder, se puede ser fácilmente objeto de la manipulación”. María de los Ángeles Yannuzzi. Etica y política en
la sociedad democrática.

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