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Benito Pablo Juárez García (San Pablo Guelatao, Intendencia de Oaxaca; 21 de marzo de
1806-Ciudad de México, 18 de julio de 1872), conocido como El Benemérito de las
Américas,2 fue un jurista y político mexicano de origen indígena de la etnia zapoteca que se
desempeñó como presidente de México en varias ocasiones, desde el 21 de enero de 1858
hasta el 18 de julio de 1872.3 Es célebre su frase: «Entre los individuos, como entre las
naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz».4
Benito Juárez vivió una época crucial en la formación del Estado mexicano, considerada por
muchos historiadores como la consolidación de la nación como república. Juárez marcó un
parteaguas en la historia nacional y fue protagonista de primer nivel de esta época. A pesar de
tratarse de un presidente sin antecedentes militares, fue una figura clave tanto en la Guerra de
Reforma como en la segunda intervención francesa. Su biografía durante los años que ocupó
la presidencia es una parte sobresaliente de la historia de México.
Primeros años
El nombre de sus padres era Marcelino Juárez y Brígida García de acuerdo al acta de
bautismo levantada al día siguiente de su nacimiento7 y quien según sus propias palabras,
eran «indígenas de la raza primitiva del país»8 y ambos fueron agricultores. Los dos padres
murieron cuando él tenía tres años; su madre durante el alumbramiento de su hermana María
Alberta Longinos. Benito junto con sus hermanas María Josefa y Rosa quedaron bajo el
amparo de sus abuelos paternos Pedro Juárez y Justa López igualmente indios de la «nación
zapoteca» y su muy pequeña hermana María Longinos con su tía materna Cecilia.8 A los
pocos años murieron también sus abuelos y las dos hermanas mayores de Juárez se casaron,
quedando él finalmente bajo la custodia de su tío Bernardino Juárez. A partir de entonces
trabajó como peón del campo y como pastor de ovejas hasta la edad de doce años. Su tío
Bernardino conocía el español y se lo enseñaba a Juárez que mostraba entusiasmo en
aprenderlo, sin embargo, las labores del campo y el hecho de que en el pueblo no se hablara
el español no permitieron que Juárez avanzase mucho en su aprendizaje. En su pueblo, como
sucedía en las poblaciones pequeñas, no existía ni la más elemental escuela. Juárez se daba
cuenta que quienes aprendían a leer lo hacían viajando a la ciudad, ya sea costeándose una
pensión o trabajando como sirvientes en las casas ricas, lo que alimentó su deseo de ir a la
ciudad, lo cual solicitaba a su tío con mucha frecuencia sin concederle este jamás su deseo.
Finalmente, el 17 de diciembre de 1818 Juárez decidió marcharse de su pueblo natal después
de haber elegido entre los sentimientos y su deseo de educarse. Dirigió sus pasos a la ciudad
de Oaxaca.8 Esta fuga pudo motivarse tras haber perdido una oveja y evitar el castigo que le
esperaba.910 Hasta este momento la lengua única de Juárez era el zapoteco siendo sus
conocimientos del idioma español básicos.