MIGUEL A.

MUÑOZ
 CTHULHU D100
Sinopsis
Un grupo de jóvenes se dirige a visitar la propiedad
que uno de ellos ha heredado. Se trata de un viejo
convento abandonado en los campos de Castilla,
construido por un remoto antepasado y legado por
un pariente recientemente fallecido. La alegre reu-
nión comienza a torcerse cuando uno de los amigos
desaparece en el convento. Los demás, decididos a
encontrarlo, habrán de enfrentarse a un aterrador
perro, al perverso fantasma del constructor del
convento y a los espectros de las monjas que, con-
denadas por toda la eternidad por sus pecados, les
intentarán conducir hacia el secreto que esconde este
olvidado lugar.
PRESENTACIÓN
El grupo de amigos se dirige a un pueblo cuyo nom-
bre, por prudencia, conviene silenciar, para visitar
la extraña propiedad que ha heredado uno de ellos.
Uno de los jugadores representará al heredero. Los
acompaña Tomás, un joven entusiasta que ha cedi-
do su furgoneta para esta aventura. La herencia es
un convento que se encuentra a varios kilómetros
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del pueblo, en una zona poco frecuentada y evitada
incluso por el pastoreo. «Los animales se asustan
cuando nos acercamos a ese lugar y si, os soy sincero,
yo también», podrá decirles algún pastor.
LA LLEGADA
Los personajes pueden distinguir la construcción
desde lejos, que emerge en medio de un bosque de
raquíticas coníferas. En el camino, ven un perro
grande de aspecto feroz, con el pelo sucio, negro y
enmarañado, que les gruñe quieto desde el camino.
¿Volveremos a verlo? Es improbable, pensarán los
personajes.
El convento es un edificio del siglo XVI, con un
pequeña iglesia anexa y un cementerio deteriorado.
La edificación está en buen estado a pesar del tiempo
que lleva abandonada (las últimas monjas se marcha-
ron en el siglo XVIII).
Cuando paran la furgoneta, el primero de ellos
que sale del vehículo pisa una losa erosionada y
cubierta de vegetación. Tras limpiar la piedra com-
prueban que es una lápida y que, de hecho, otras
tres lápidas señalan enterramientos fuera del campo-
 LOS PECADOS DE NUESTROS PADRES
santo. Los muertos enterrados fuera del cementerio
suelen ser suicidas, a los que se les vetaba descanso
en tierra consagrada por su pecado abominable. Las
lápidas están muy corroídas por el tiempo pero es
posible que puedan leer un par de nombres de mujer
tallados en la piedra y cubiertos de liquen.
Quien supere una tirada de Percibir creerá ver el
rostro de una anciana enlutada en una ventana. La
visión desaparecerá de forma súbita: seguramente
no sea sino un reflejo mal interpretado a causa del
cansancio, pero quien lo ha visto se estremecerá por
el gesto de odio con el que los miraba. Si además
supera una tirada de Psicología, +20%, nota que el
desprecio de la anciana estaba dirigido a las mujeres
del grupo.
EL SECRETO DEL CONVENTO MALDITO
Hace cinco siglos, el antepasado del heredero,
Hernando de Uribe, era el cacique local, poderoso
y más temido que respetado. Usando sus recursos,
construyó un convento para congraciarse con un pue-
blo que lo odiaba y con un Dios que no le acogería
en su seno. Varias chicas jóvenes de los alrededores
entraron en el convento, consagrando con alegría su
vida a la fe, regidas por una abadesa de buenas inten-
ciones, aunque necia e ingenua.
Pero se equivocaron los que querían ver ese acto
de Hernando como un gesto para expiar sus pecados y
excesos. El noble aprovechaba su papel de benefactor
para visitar el convento, incluso a horas intempestivas.
Su carácter carismático hizo que se ganase el afecto
de la madre superiora, que no quiso ver la verdad:
que Hernando abusaba a discreción de las jóvenes
novicias.
En pocos meses, el convento se convirtió en un
infierno. El cacique llegaba todas las noches anuncia-
do por los ladridos de su despreciable perro, elegía
una celda en la que entrar y disfrutaba violando a la
joven monja. La situación se tornó aún más dramática
cuando muchas de las religiosas quedaron encintas.
Hernando, casi sin inmutarse por esa adversidad,
embaucó a la estúpida abadesa, quizá secretamente
enamorada de él, y acusó a las adolescentes de peca-
minosas y perversas obscenas.
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El heredero tiene una llave del convento. La oxi-
dada cerradura cede ruidosamente, la llave gira dos
veces y la pesada puerta deja paso al sitio maldito.
LA CENA
Está atardeciendo. Los personajes se encuentran
preparando la cena en el exterior, donde hay algo
de luz, quizá bromeando sobre lo siniestro del sitio,
cuando ocurre algo. El cielo se oscurece con nubes
de tormenta y, justo cuando se oyen los primeros
truenos lejanos, alguien se da cuenta de que Tomás
ha desaparecido. ¿Se trata de una broma?, ¿se ha des-
pistado?, ¿acaso ha ido a investigar y se ha perdido?
Pueden llamarle al móvil, pero ya habían podido
comprobar que, en este lugar, la cobertura va y viene.
¿Dónde estará su amigo?
Beneficiándose de la condición de clausura del
convento, Hernando usó los sótanos para el más terri-
ble de los planes. Cada vez que un bebé nacía de estas
violaciones, se lo arrancaba de los brazos a su madre
y, en el subterráneo, era apuñalado y enterrado, en
ocasiones incluso emparedado en vida. Muchas de las
hermanas no lo superaron.
Algunas murieron de pena; otras se suicidaron.
Hernando nunca recibió castigo. Murió veinte años
después, respetado por sus iguales, y recibió los Santos
Sacramentos y sepultura en la iglesia del convento.
Pero, desde su muerte, su alma campa a sus anchas por
el monasterio, celebrando por toda la eternidad sus
pecados contra la humanidad y contra Dios. Comparte
plano con la manifestación de su perro, asesino como
su amo; con los espectros de las monjas, triste recuer-
do de una vida de sufrimiento; y con el de la abadesa,
ignorante e ignorada, maldita en el limbo de los que
murieron sin grandeza en sus bondades o en sus peca-
dos, repudiada tanto por el cielo como por el infierno.
Algo habita también en los sótanos del conven-
to: son los espíritus susurrantes de los infortunados
que pagaron por los pecados de su padre sin afecto
ni bautismo, y que no son ahora sino una burla de lo
que pudieron llegar a ser. Únicamente la venganza que
claman con sus repugnantes llantos les traerá la paz
que se les arrancó.
 CTHULHU D100
EL CONVENTO
El convento tiene dos plantas y un sótano. Lleva
siglos abandonado y los accidentes son posibles.
La partida comienza en la entrada. En esta prime-
ra sala, como en la mayoría de las habitaciones del
convento, aún se puede ver la decoración espartana
con unos pocos muebles sorprendentemente bien
conservados. En este lugar, destaca un gran cuadro
del benefactor del convento, de porte altivo y con un
amenazante perro a su lado. El benefactor es idéntico
a su descendiente, y el perro es perturbadoramente
parecido al que vieron en la carretera.
PLANTA BAJA
Sala con escaleras al sótano
Una puerta en esta sala da acceso al sótano. No es
posible abrirla sin su llave. Si acercan el oído a la
puerta o superan una tirada de Escuchar podrán
distinguir unos extraños llantos.
Cocina
La tarima se ha estropeado por el tiempo y la carco-
ma, y al entrar en ella uno de los personajes jugadores,
el suelo se hunde bajo sus pies. Puede agarrarse antes
de caer, pero necesitará toda su fuerza o la ayuda
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de sus amigos para subir. Peor aún, el agujero se ha
abierto sobre el sótano y, aunque está totalmente
oscuro, el personaje que esté a punto de caer podrá
distinguir figuras desnudas, famélicas y contrahechas
correteando fugazmente bajo él.
Finalmente, justo en el momento en el que el
personaje vaya a ascender, sentirá que una mano
fuerte, amorfa y huesuda le agarra de la pierna y verá
claramente a un ser inverosímil, escuálido, de joroba
prominente, cabeza abultada, dientes podridos e
irregulares, aliento pestilente y unos ojos cargados
de odio cegados por las cataratas (Estabilidad,
1d3/1d6). Para salir del agujero, el personaje deberá
superar dos tiradas de Forma física, con +10% por
cada compañero que le asista. Por cada fallo, se cla-
vará astillas profundamente en su cuerpo, perdiendo
1d2 Puntos de Vida. En el caso de que falle 3 turnos
consecutivos, caerá al sótano, donde morirá inme-
diatamente asesinado en una orgía de brazos y garras
que desgarrarán su carne y le arrancarán los ojos.
Claustro
Es un pequeño patio interior con una fuente central
casi rota y malas hierbas y arbustos creciendo por do-
quier. Desde la planta baja es posible que la acústica
 LOS PECADOS DE NUESTROS PADRES

permita oír llantos lejanos o gritos lastimosos.
Si se asoman el claustro desde el primer piso, ve-
rán, horrorizados, al perro demoniaco mordiendo y
desgarrando el cuerpo aún vivo de un bebé. La san-
gre salpica las paredes mientras el niño grita agoni-
zante. Si bajan, al llegar al claustro solo encontrarán
un viejo muñeco de trapo.
Conservar este muñeco será un gran peligro y una
gran ayuda.
Si llevan al muñeco con ellos, cada vez que entren
en una habitación, tira 1d6. Si sacas un 6, creerán oír
que el muñeco llora un momento o incluso que se
mueve (Estabilidad, 0/1). Si sacas un 1,vuelve a tirar
un dado y mira en la siguiente tabla:

Resultado Efecto
1 Hernando aparece y grita aterradoramente.
2 El rostro de uno de los personajes jugadores cambia un instante
y se convierte en el de Hernando: «Esconderé mi secreto», dice.
3 El personaje que lleva el muñeco mira al heredero y siente un
epentino estremecimiento. Si quien lo lleva es el heredero sentirá
a misma sensación al ver su reflejo en un espejo oportuno.

4 El muñeco tiembla y llora. Tirada de Estabilidad 1/1d4. Si la falla,

el personaje que lo lleva será incapaz de seguir llevándolo.
5 El espectro de una monja se muestra de forma repentina, presagiando
un accidente (Forma física o pérdida de 1d4 de Puntos de Vida).
6 Hernando aparece en la puerta que han atravesado. Su perro le
compaña y les ataca durante dos turnos antes de desaparecer.

El muñeco es percibido por Hernando como Iglesia

uno de sus hijos bastardos, por lo que lo per-
seguirá para matarlo y no dejar rastro de sus
delitos. Por ello, será también un buen cebo para
atraer al fantasma a su perdición, como veremos
más adelante.
Cementerio
El viejo cementerio está muy castigado por el
tiempo y los elementos. La mayor parte de las
tumbas están desgastadas. Si los personajes de-
ciden investigarlas, las encontrarán demasiado
dañadas. Cada vez que miren una tumba, deben
tirar 1d6. Si sacan un 1, en la tumba leerán su
propio nombre, oirán un gruñido y el perro infer-
nal aparecerá y les combatirá dos turnos.
Con el primer 5 o 6, podrán leer una inscrip-
ción: «Sor Águeda Moncada, 1573-1598». Junto
al nombre hay una llave.
La vieja iglesia ha visto cómo el tiempo ha podrido
sus bancos y deteriorado su viejo retablo. Caído jun-
to al altar hay un cáliz. Si alguien se acerca a cogerlo,
la gran cruz de tres metros que hay sobre el altar
crujirá y caerá sobre él, y deberá hacer una tirada
de Percibir, Forma física o Esquivar, o sufrirá 2d6
de daño. Frente al altar está la tumba de Hernando.
La caída de la cruz quebrará la losa, y dentro de la
tumba podrán ver el esqueleto putrefacto del noble.
El cadáver sostiene una daga en sus manos des-
compuestas, la misma con la que el despiadado no-
ble degollaba a sus propios hijos. Conservarla para
más adelante será de gran ayuda.
Celda
Esta celda se abre con la llave que encontrarán en el
cementerio. Se trata de una celda similar a las otras,
aunque algo más preservada de las inclemencias del

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 CTHULHU D100
tiempo. Aquí encontrarán una desgarradora carta de
sor Águeda:
El lugar en el que quisimos consagrar nuestra vida,
nuestra fe, nuestra entrega al Señor, se ha convertido
en nuestra pesadilla, nuestro inmerecido infierno en
la tierra. Don Hernando, que se prometió amigo y
protector, es nuestro carcelero. Todas las noches entra
en mi celda o en la de mis hermanas, y desata sus
impulsos con nosotras. De nada sirve llorar, suplicar,
apelar a Dios por su clemencia. Amenaza con soltar-
nos a su horrendo perro si nos resistimos o nos pone
en el cuello su fría daga. La hermana Consagración
lleva meses encerrada en su cuarto, y la abadesa no
nos deja entrar a verla para atender su supuesta en-
fermedad. ¿Acaso le ha ocurrido lo mismo que a mí?
Lo siento en mi cuerpo, creo que estoy acogiendo una
nueva vida. Jamás pensé que tendría un hijo, y al
Dios al que siento que he traicionado le juro que lo
cuidaré.
En nada tiene la culpa de los pecados de su padre.
Dejo de escribir ahora. Oigo los ladridos de su perro,
Hernando acaba de llegar.
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PRIMERA PLANTA
Celda 2
Si los personajes jugadores entran en esta celda, no
verán nada, pero al girarse para salir, chocarán con el
cuerpo de una monja ahorcada. La imagen se desva-
necerá en un momento (Estabilidad 1/1d3).
Celda 3
La luz que entra a través de la ventana recorta la
imagen de una monja tejiendo entre sollozos un
muñeco de trapo, el mismo que pueden encon-
trar en el claustro. Mira alrededor, como si no
quisiese ser descubierta. Una tirada de Percibir
permitirá notar que intenta disimular su embarazo
(Estabilidad 0/1d2).
Celda de la abadesa
Esta es la celda donde vieron a la mujer anciana. Se
trata del fantasma de la abadesa que, ahora mira por
la ventana y susurra palabras que se pueden confun-
dir con un silbido del viento o con un crujido de
las viejas vigas: «El señor Hernando vendrá. El señor
Hernando tendrá unos minutos para mí, me contará
cosas y me hará sonreír».
La vieja mujer, despreciada en el más allá por
no querer ver lo que pasaba a su alrededor y por
su enamoramiento lastimoso hacia el monstruo de
Hernando, espera eternamente la llegada del señor
del convento. El despreciable hidalgo se ganaba el
aprecio de la religiosa con unas pocas atenciones y
halagos vulgares.
Luego, mientras ella rezaba en la iglesia pidiendo
perdón por sus malos pensamientos, él disponía del
convento y de sus habitantes a su discreción.
El fantasma de la vieja solo será un problema si
alguno de los personajes es una mujer. En ese caso,
el fantasma se alzará y se dirigirá a ella/s: «¡El señor
Hernando viene a verme a mí, rameras lujuriosas!».
Las mujeres del grupo recibirán un ataque tele-
quinético que les hará 1d4 puntos de daño. Todos
deberán hacer una tirada de Estabilidad 1/1d6+1
Luego, tras un horrendo grito, la monja desaparecerá.
Entre sus posesiones podridas, encontrarán la lla-
ve que abre el sótano.

Sala
En esta habitación apartada se mostrará una escena
espectral de algo que pasó demasiadas veces en el
pasado: la abadesa los contempla mientras entra con
un bulto en sus brazos. Los personajes jugadores no
tienen ni un segundo para pensar antes de que el
espectro de Hernando les atraviese. Entre ambos se
produce una breve pero reveladora conversación:
—Señor Hernando, alabado sea Dios, usted siempre
oportuno
—¿Algún problema, madre?
—Otra pecadora entre nosotros, intentando esconder
su vergüenza. Los lloros de la criatura, no obstante, la
han delatado —rompe a llorar—. ¿En qué estoy fallan-
do? Bien sabe todo lo que rezo por ellas, pero siguen
entregándose a sus placeres carnales. Traicionan a Dios
y traicionan la confianza que nos ha dado con su tutela.
—Las novicias son personas, madre, y como tales,
pecadoras. Yo me haré cargo del problema, regrese a sus
rezos y descanse, que esta noche yo velaré por nuestras
jóvenes.
—Dios sepa bendecirle, don Hernando.
La mujer espectral desaparece tras dar un par de
pasos. Entonces, Hernando muestra en sus brazos el
 CTHULHU D100
bulto, que resulta ser el muñeco que pueden encon-
trar en el claustro, y desaparece justo cuando alza su
daga para atravesarle la cabeza (Estabilidad 0/1d4).
Mirador
Este pequeño y discreto mirador da a la iglesia, y
desde él las hermanas que no podían bajar por estar
enfermas o ser demasiado viejas, podían seguir la
misa. Cuando los personajes jugadores estén en el mi-
rador, deben hacer una tirada de Suerte. El que peor
resultado saque verá cómo por el pasillo se acerca co-
rriendo el espectro de una monja. Para poder actuar
tiene que hacer una tirada de Estabilidad 0/1d3. Si
falla, queda inmóvil y el espectro le atraviesa antes de
precipitarse por el mirador, en cuyo caso, el personaje
jugador perderá 3 puntos de Estabilidad adiciona-
les. Si intenta esquivar al espectro y falla Esquivar
o Forma física, se tropezará y caerá por el mirador,
perdiendo 2d6 Puntos de Vida.
Sótano
Aquí es donde Hernando enterraba a sus hijos y
donde habitan los espíritus de estos esperando el
momento de cobrarse su venganza. El lugar era una
bodega antes de que se utilizara para propósitos más
siniestros.
Allí se encuentra Tomás, tirado en el suelo y asus-
tado. Estaba investigando el lugar y fue retenido por
los fantasmas de los niños. Cuando los personajes
jugadores entren y consigan sacarle alguna explica-
ción, una veintena de niños surgirán de todos los
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rincones de la habitación. Su forma encorvada es la
mezcla de la apariencia de un viejo decrépito y la de
un feto abortado.
¿Cómo pueden huir de aquí los personajes jugado-
res? Es posible utilizar la simple fuerza bruta, ya que
los niños no saldrán del sótano que es su lecho mor-
tuorio, pero será difícil. Si han conseguido la daga
de Hernando, eso les ayudará, pues los fantasmas
temen instintivamente ese arma que les arrebató la
vida.
Sin embargo, lo que realmente quieren los engen-
dros es ajusticiar a su padre asesino. Para que puedan
conseguir su propósito hay que atraer al espíritu de
Hernando hacia esta habitación. Recordemos que el
muñeco tiene la capacidad de atraer al fantasma, por
lo que si los personajes jugadores lo llevan consigo,
Hernando acabará apareciendo.
Si esto ocurre, las manifestaciones de los hijos
del noble lo rodean, lo envuelven y, mientras él da
órdenes vacías y grita de terror, lo despedazan. Los
niños podrán, así, descansar finalmente en paz, y el
detestable noble encontrará su castigo.
Una vez que los personajes jugadores abandonen el
sótano, y en función de cómo hayan actuado, los
niños regresarán a su particular purgatorio o quizá
puedan recuperar la paz que merecen. Del mismo
modo, dependiendo de lo sucedido, Hernando
permanecerá en el convento por toda la eternidad,
nunca saciada su sed de matar y pervertir, o caerá en
los pozos del infierno donde recibirá el castigo por
sus pecados.
 ENEMIGOS

— SABUESO ESPECTRAL —
FUE CON DES TAM POD
13 11 13 9 10

Puntos de Vida: 10 *
Modificación al Daño: 0
Estabilidad Mental: 0/1d4

Ataque: Mordisco 56% daño 1d6

* Cuando llegue a 0 Puntos de Vida, huye pero podrá
retornar después.

— ABERRACIÓN DEL SÓTANO —

FUE CON DES TAM INT POD
12 13 8 13 5 12

Puntos de Vida: 13
Modificación al Daño: 0
Estabilidad Mental: 1/1d6

Ataque: Lucha 43% daño 1d6

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Un convento abandonado en medio de la nada. Esa es la extraña herencia
que uno de vosotros ha recibido y que ahora os disponéis a visitar. Puede ser
divertido. Sin embargo, todo empezará a torcerse cuando uno de vuestros
amigos desaparece. ¿Qué es ese reflejo que hay en la ventana? ¿No habéis oído
el llanto de un niño? ¿Y por qué ese perro no para de ladrar?

Autor: Miguel A. Muñoz

Imágenes: Shutterstock
Edición: Francisco Javier Valverde Garcia
y Joaquim Marqués
Corrección: Marta de la Serna
Maquetación: Àngels Soler
Sistema: Cthulhu d100

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