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Etnografía en/del sistema mundo.

El surgimiento
de la etnografía multilocal.
Santiago Zurita Pastrana
Marcus señala que hasta los años ochenta había 2 modalidades para llevar a cabo
la labor etnográfica: La más usual era la clásica, a través de la participación y
observación participante, centrada únicamente en una comunidad en específico y
dejando las lógicas del sistema-mundo relegadas a una investigación por medio de
otros métodos de menor importancia en la escala etnográfica, es una manera más
central y encapsulada de analizar las dinámicas, el lenguaje y las perspectivas de
los grupos sociales, no se remite tanto a hechos históricos pasados, si no que trata
de entender como las practicas actuales, permearan en la consolidación de un
escenario futuro. Y por otra parte está un método menos común y más nuevo, el
cual se incorpora más de lleno al sistema-mundo, por lo que no se ajusta a un lugar
y tiempo en concreto, tiene que salirse de ese estatismo tan convencional y poner
los simbolismos, practicas e identidades a dialogar y posicionarse dentro de los
conceptos macros que ofrece el sistema-mundo, sin que estos conceptos terminen
guiando en su totalidad la etnografía; a todo esto, se le ha propuesto el nombre de
etnografía multilocal. Esta multilocalidad también aboga por una antropología
multidisciplinaria, ya que este aspecto vislumbra de una manera más clara a los
objetos de estudio, los va haciendo parte por parte en objetos posicionados en
tiempos discontinuos, se ponen sobre la mesa estudios como los feministas,
estudios culturales, ciencia y tecnología, etc.
A partir de todo esto, se ponen en jaque muchas cuestiones metodologicas de la
etnografía, ya que tenía bases sentadas y construidas a lo largo casi de un siglo. Así
pues, inicia una preocupación sobre los límites que marcan a una etnografía, una
manera de trabajar cara a cara con los sujetos situados en un espacio muy bien
delimitado y que con esta multilocalidad se veía amenazado lo anteriormente
mencionado, por sentir una incapacidad por representar un modelo que va más allá
de sus límites y por el cual se vería rebasado. Sin embargo, la multilocalidad solo
implica un mapeo del terreno, no tiene pretensiones holísticas y lo que quiere hacer
notar es que toda producción etnográfica esta inserta dentro de este mundo
globalizado y que no se debe entender solo en la unilocalidad, si no que debe de
dialogar con los conceptos macros y ampliar los escenarios de estudio. El otro
asunto es el constante cuestionamiento de que si esta multilocalidad no quita poder
practico a la etnografía; y la respuesta es que no, de hecho, todo inicio de trabajo de
campo inicia con múltiples escenarios y posibles campos de acción, los cuales se
van acotando para vertir toda la atención en un solo aspecto, ya que se tiene el
miedo de que la investigación se torne fragmentaria y haga que reconstruir las
partes como si del método histórico se tratara. Por último, se tiene la incógnita de
cómo se maneja lo subalterno, ya que la multilocalidad tiende la trabajar con
agentes que poseen un dominio en el sistema mundo bastante marcado, hasta se
podría decir con esto que el objeto de estudio resulta contradictorio con los
informantes con los que se centraba la antropología clásica, ósea los más
subyugados. Esto hace que se reconfiguren las interrogantes de las investigaciones
y hace un mapeo que nutre los conceptos tradicionales como el de “resistencia”, ya
que da una nueva perspectiva más fresca y amplia sobre estos grupos que se
encuentran en las antípodas del poder.

Referencia

• E. Marcus, G., (2001). Etnografía en/del sistema mundo. El surgimiento de la


etnografía multilocal. Alteridades, 11(22), 111-127.

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