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Universidad Humanitas
Licenciatura en Psicología
Procesos Psicológicos
Desde un punto de vista empírico, la realidad se concibe como aquello que puede ser
observado, medido y verificado de manera objetiva. Sin embargo, incluso dentro de este
marco, la interpretación de la información sensorial es intrínsecamente subjetiva. La teoría
de la construcción de la realidad sostiene que nuestras experiencias individuales, creencias
previas y emociones influyen en la forma en que percibimos el mundo que nos rodea. En
este sentido, la realidad se convierte en una construcción personal, modelada por la
interacción entre los datos sensoriales y los procesos cognitivos.
La caverna de Platón sirve como una metáfora poderosa para la limitación de la percepción
y la construcción de una realidad basada en las sombras de las experiencias sensoriales.
Los prisioneros representan a aquellos que no cuestionan su percepción y aceptan la
realidad percibida como la única verdad. La liberación de las cadenas y la exposición a la
luz exterior simbolizan el proceso de ampliar la percepción y descubrir una realidad más
completa y objetiva.
La divergencia entre las visiones de Platón y Aristóteles destaca las distintas perspectivas
filosóficas sobre la relación entre la percepción y la realidad. Mientras Platón enfatizaba la
realidad abstracta y las ideas, Aristóteles abogaba por una comprensión más concreta y
empírica, donde las sustancias individuales y las experiencias sensoriales son
fundamentales.
La capacidad del cerebro para adaptarse y cambiar a lo largo del tiempo sugiere que
nuestras experiencias, ya sean positivas o negativas, pueden moldear nuestra percepción y,
por ende, nuestra realidad.
Las normas, valores y creencias de una sociedad pueden condicionar la forma en que
percibimos e interpretamos ciertos estímulos.