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La diosa de la Luna

Un mito originario del sur de México. El mito cuenta


la historia de Ixchel, una joven muy hermosa que
estaba pretendida por dos hombres, los cuales
lucharon en un duelo a muerte por ella y su amor.
Ixchel amaba solo a uno de ellos: Itzamná. Y aunque
el joven estaba destinado a ser el ganador, el otro
contrincante lo atacó a traición por la espalda y lo
mató.
Ixchel, al ver a su amado muerto, se quitó su propia
alma y se la entregó. Los espíritus de ambos
enamorados ascendieron juntos al cielo para estar
juntos para toda la eternidad. Itzamná se convirtió
en el dios del Sol y Ixchel, en la diosa de la Luna.

El conejo de la luna
Un mito que se cuenta a los niños para explicar las
manchas de la Luna. El mito cuenta que
Quetzalcóatl, uno de los dioses más importantes de
las culturas mesoamericanas, bajó un día a la Tierra.
Al caer la noche, el dios se encontraba hambriento y
cansado. Un conejo que pasaba por el lugar le
ofreció su comida, pero el dios se negó ya que era
algo que él no comía.
Así pues, el conejo se ofreció como sacrificio para
ser comido. El dios Quetzalcóatl aceptó pero le
prometió que, en agradecimiento, lo elevaría hasta
la Luna para estampar ahí su figura y asegurarse de
que fuera recordado por todos y para siempre.

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